3.1. La comunicación en Facebook
Siguiendo a Kirkpatrick (2011), la red social Facebook fue creada en el año 2004 por Mark Zuckerberg y fundada junto a Chris Hughes, Eduardo Saverin y Dustin Moskovitz. Al principio era un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, USA. Actualmente la empresa tiene su sede en Menlo Park, California.
Facebook es una plataforma o sitio web de uso masivo y a la vez una red social virtual. Niesten y Sussex (2006) definen a la página o sitio web como: “a visual-spatial unit displayed on a computer screen” (p.104).[1]. Por su parte, una red social virtual puede definirse como un espacio web que permite la comunicación entre personas dentro de una estructura social.
Sobre el uso masivo de Facebook, Kirkpatrick (2011) sostiene que es el segundo sitio más visitado después de Google, y opera en 75 idiomas; además informa que el usuario promedio pasa media hora al día en el sitio. Por su parte, Di Ciocchis (2014, 9 de mayo) destaca que Facebook cuenta actualmente con más de 1350 millones de miembros. Este periodista informa que:
En Argentina, la red social tiene 23 millones de usuarios, que hacen 1100 millones de comentarios al mes. Según la compañía, el 52 por ciento de los usuarios argentinos son mujeres, y el 28 por ciento del total local tiene entre 18 y 24 años; el segmento etario que le sigue en popularidad es el de 25 a 34 años, con un 26 por ciento.
Estos datos nos dan una idea de la relevancia que tiene Facebook para la vida actual de millones de personas.
Es de destacar que Facebook es un tipo de plataforma web con una serie de características tecnológicas específicas; en este sentido Gonzáles García (2011) señala que Facebook, así como Twitter, contienen elementos de una página web colaborativa 2.0. Sobre esta clase de sitios Vaquerizo-García (2012) indica:
En la Web 2.0, referida como una Web colaborativa, el contenido lo crean los usuarios, lo que ha supuesto una revolución en la difusión de la información, (…) En el aspecto tecnológico, la Web 2.0 permite disponer de un conjunto de herramientas sofisticadas de publicación y gestión de contenidos. En el aspecto social, posibilita la aparición de una inteligencia colectiva a partir de la agregación de aportaciones individuales no sistematizadas ni guiadas explícitamente. (p.117)
La posibilidad democratizadora y de colaboración colectiva que conlleva esta nueva tecnología, también es subrayada por Kirkpatrick (2011), quien además agrega: “Facebook convierte la información en viral (…) los individuos corrientes son los que inician las emisiones. No es preciso tener conocimientos especiales ni dominar ninguna técnica concreta” (p.17). En la misma dirección, el autor sostiene que en esta red cualquiera puede volverse editor, creador de contenidos, productor y distribuidor, de forma que “todos los roles clásicos de la prensa de antes los puede interpretar ahora cualquier persona” (p.17).
En relación a su modo concreto de uso, Facebook ofrece dos modalidades básicas para registrarse como usuario: con una página o con un perfil personal. Como el corpus de este trabajo se basa en publicaciones personales, nos centraremos exclusivamente en la descripción de este tipo de perfiles personales.
Para crear uno es preciso ser mayor de 14 años (https://es-es.facebook.com/). Una vez registrado, el usuario dispone de una página dentro de la plataforma, denominada “muro”. Allí cada usuario puede editar su “perfil” con su foto y su información personal (por ejemplo, en qué ciudad vive o en qué universidad estudió). En su muro puede “compartir” (publicar) sus fotos, eventos o mensajes a través de las “actualizaciones de estado”. La actualización de estado es una de las características interactivas clave en la red. Se trata de mensajes que generalmente encabezan la publicación de una foto, un vídeo, u otros tipos de enlaces. Según las Normas APA (2017), “permite que los usuarios reciban información acerca de lo que los amigos están haciendo, leyendo, viendo o pensando y ofrece oportunidades para que comenten e interactúen sobre la base de lo que se comparte”. De este modo, un usuario puede ver, a través de su “página de inicio”, las actualizaciones de estado de otros usuarios que él ha agregado a su lista de “amigos”; así como sus contactos o “amigos” pueden ver, del mismo modo, sus actualizaciones de estado. Por su parte, los comentarios o respuestas que aparecen debajo de la actualización de estado, suelen ser respuestas a esta que pueden iniciar un diálogo con el usuario de la publicación y/o con otros usuarios.
Los “amigos”, como decíamos, son los contactos que tiene cada usuario. Un usuario puede buscar a una persona por medio de la plataforma y luego enviarle una “solicitud de amistad”. Si esta solicitud es aceptada por el usuario solicitado, pasa a formar parte de su lista de “amigos” y, de este modo, accede a la información y a los contenidos completos que dicho usuario publica en sus actualizaciones. Las actualizaciones de estado permiten publicar fotos, vídeos y diversos tipos de enlaces, además de escribir. Luego de realizada una publicación en la actualización de estado, otros usuarios pueden valorar dicho mensaje con distintos parámetros como “me gusta”, “me encanta” o “me enoja”, y hacer comentarios sobre esta publicación, que aparecerán en los recuadros debajo de ella, como se puede ver en la Figura I.
Por último, en Facebook también es posible que un usuario “etiquete” a otro usuario en su propia publicación y, de esta forma, su etiqueta puede aparecer en la biografía del amigo etiquetado.
Figura I
La imagen muestra la actualización de estado de un usuario, en la que comenta una pintura cuya imagen comparte; en los recuadros de abajo aparecen comentarios de otros usuarios que incluyen otros enlaces y sus valoraciones sobre la publicación.
3.1.1 Aspectos psicológicos y sociales
Si bien este trabajo no se ocupa específicamente de los aspectos psico-sociales respectivos al uso de esta red social, una breve descripción de algunos de sus rasgos básicos en estos campos de estudio resulta pertinente en tanto puede ayudar a explicar ciertos aspectos o factores puntuales que influyen en el fenómeno de las transgresiones de ortografía en Facebook.
Es indudable que la llegada de Internet ha conmovido los hábitos de una gran parte de la población a nivel global. Javier Celaya, en el prólogo que escribe para el ensayo de Lucía (2012) destaca que “nuestros hábitos de comunicación y consumo cultural están experimentando una transformación histórica con la llegada de Internet” (s/n). Asimismo, con el surgimiento y la expansión de las redes sociales virtuales, la vida cotidiana de millones de personas se vio transformada de una forma u otra. Sobre esto Kirkpatrick (2011) asegura que: “como forma de comunicación esencialmente nueva, Facebook provoca efectos interpersonales y sociales básicamente nuevos” (p.17).
Uno de los aspectos más sobresalientes de las redes sociales virtuales es que posibilitan la expresión del “yo” individual, ya sea mediante información que proporcionan sobre sí mismos o bien a través de información o contenidos que publican y sobre los que emiten sus juicios y valoraciones. En este sentido, Kirkpatrick (2011) sostiene que:
De manera intuitiva, la gente se dio cuenta desde el inicio de que si este servicio estaba pensado para reflejar en la red su identidad genuina, entonces un elemento de esta identidad eran sus opiniones o preferencias sobre los temas de actualidad. (p.15)
Además, Kirkpatrick (2011) destaca que Facebook pretende que los usuarios muestren su identidad real y se relacionen como sí mismos.[2] Esta posibilidad de poder identificarse y al mismo tiempo reconocer al otro en las redes sociales es un factor que algunos investigadores destacan como fundamental para explicar el crecimiento de Facebook.
Por ejemplo, desde el campo de la psicología, Seidman (2013) realizó un interesante estudio estadístico basándose en una serie de entrevistas realizadas a jóvenes pre-graduados estadounidenses, con el fin de examinar la relación entre los cinco factores que para el autor explican la personalidad (The big five) –apertura, conciencia, amabilidad, extroversión y neurosis- con el uso de Facebook para satisfacer las necesidades de pertenencia a un grupo y de auto-presentación.
A la hora de explicar la principal motivación del uso de Facebook, Siedman (2013) subraya la necesidad de pertenencia a un grupo: “The need to belong is the fundamental drive to form and maintain relationships (Baumeister & Leary, 1995) and a major motivator of Facebook use. Facebook allows users to fulfill belonging needs through communicating with and learning about others” (p.401)[3].
Como una segunda motivación, el psicólogo destaca la autopresentación mediante la publicación de fotografías e información de perfil contenido en los muros. Por esta misma razón, destaca, Internet en general pero Facebook en particular, puede ser una vía poderosa para expresar un “yo” alternativo. De esta forma, los individuos neuróticos que sufren debido a aspectos escondidos y conflictivos de su personalidad, y tienen dificultades en la socialización, encuentran cierto espacio de goce en Facebook; sus necesidades de pertenencia a un grupo están suficientemente satisfechas en su contacto concreto con las personas, entonces encuentran un lugar seguro en línea. Además pueden expresar en Facebook sus aspectos personales idealizados. Seidman (2013) encuentra que este tipo de usuarios suelen ser menos cautos respecto de su autopresentación que los individuos más conscientes, quienes son más precavidos en sus presentaciones en línea.
Al final de su artículo, Seidman (2013) afirma: “the opportunity to express these self-aspects motivates the greater use of Facebook as a tool for personal disclosure” (p.406)[4]. Esta posibilidad de configurar una identidad propia en las redes sociales virtuales ha sido señalada por Mancera Rueda y Pano Alamán (2014) como uno de los factores que puede explicar la aparición frecuente de fallos ortográficos. Así las autoras afirman que:
Las razones que impulsan a los jóvenes a hacer un uso no normativo de la lengua en Tuenti pueden explicarse por la comodidad o la rapidez del proceso de escritura, esto es, por la escasa planificación en la elaboración del discurso, mientras que otros fenómenos pueden obedecer a factores de naturaleza pragmática, como el deseo de llamar la atención del interlocutor o de configurar la propia identidad diferenciándose de los demás. (p.308)
En la misma dirección se encuentra la apreciación de Amelia Lester, una de las primeras periodistas que escribió sobre esta red y que luego fue editora del New Yorker (como se cita en Kirkpatrick, [2011]): “En él [Facebook] intervienen toda una serie de otros instintos primarios: un deseo de querer formar parte de un grupo, una pizca de vanidad y algo de voyeurismo” (p.46).
Nuestra hipótesis sobre la existencia de un SEA en la escritura en redes sociales va en la dirección de explicar la motivación del uso de este subsistema a partir de la necesidad de pertenencia a un grupo. Creemos que los usuarios utilizan este sistema de escritura anómala para reforzar su pertenencia a un grupo en el cual dicho subsistema goza de una relativa legitimidad circunscripta a ese contexto puntual de uso. De esta forma nos hacemos eco de las definiciones de Mancera Rueda y Pano Alamán (2014), para quienes el tipo de escritura en Facebook responde a una marca grupal, “como una muestra de que el internauta está al tanto del peculiar código comunicativo vigente en las redes sociales. Por tanto, su empleo constituye también una prueba de su integración en la comunidad virtual” (p.310).
Esta separación y relativa autonomía del SEA respecto del SEE, motivada por una serie de factores psicológicos y sociales que esbozamos aquí, no implican, necesariamente, que la legitimad social de la cual goza la norma estándar (i.e. las normas de la RAE y ASALE) no se encuentre, simultáneamente, como un valor activo en la red que sirve como fuerza de evaluación y valorización de las emisiones de cada usuario. Pero, en todo caso, estas aproximaciones hipotéticas podrán verificarse y profundizarse en el análisis mismo del corpus, al contrastarlas con los datos empíricos.
3.2 El lenguaje escrito en Facebook
Lucía (2012) define a la escritura como “una tecnología que permite dejar huella del pasado, que permite preservar, más allá de la memoria, lo que tiene de inmediato la voz” (p.14). Con las gigantescas transformaciones que ha tenido la escritura en las tres últimas décadas, impulsadas por las nuevas tecnologías digitales de información y comunicación, podemos esperar ver una serie de cambios consecuentes en la cultura, a nivel global. Para Lucía (2012) estos cambios conllevan una nueva forma de textualidad.
Fundamentalmente, la escritura en la actualidad se realiza a través de ordenadores. Este tipo de comunicación escrita se denomina comúnmente en lingüística como “escritura digital” o “escritura electrónica”. Van Waes, Leijten y Neuwirth (2006) señalan que la técnica de escritura digital se basa en utilizar un teclado. Esta aclaración da cuenta de una de las partes fundamentales de la herramienta de inscripción informática, precisamente aquella que pone en relación al redactor con una serie de acciones físicas, de movimientos de su cuerpo, por ejemplo, de sus dedos. [5]
Pero además de una nueva forma de producir, editar, publicar y difundir los escritos que implica la escritura electrónica, también nos encontramos frente a un nuevo tipo de texto, diferente al texto impreso tradicional, que fue definido por una serie de lingüistas como “hipertexto”. Lucía (2012, p.74) retoma la denominación del término “hipertexto” originalmente acuñado por Ted Nelson, que refiere a una “escritura no secuencial”; la noción de hipertexto tiene que ver con la posibilidad de enlazar toda la literatura a través de vínculos presentes en el texto, pero que no se presentan al lector de forma lineal ni en una secuencia predeterminada, sino que el recorrido a través de los vínculos es establecido por el mismo lector (Landow, 1995). En esta dirección, Niesten y Sussex (2006) afirman que el lector de una web “organiza su propia lectura” (p.104).
Además, el hipertexto tiene un potencial de acción dinámico, a diferencia del texto impreso común, que es más fijo. En el caso del hipertexto, entre otras acciones, el usuario puede recibir distintas respuestas. Niesten y Sussex (2006) agregan sobre este punto que una web tiene un carácter dual, es una página y una pantalla al mismo tiempo y en todos los casos constituye una interface dinámica e interactiva en la cual participan los usuarios.
Esta nueva forma de textualidad, naturalmente, conserva aspectos propios de la escritura tradicional. Por ejemplo, Pérez Sabater (2012) señala que la escritura en Facebook es asincrónica, en el sentido de que un usuario publica un mensaje en un momento y luego, en otro punto diferido en el tiempo, otro usuario puede leerlo y responderle. Este rasgo es común a toda escritura y sabemos que es uno de los puntos esenciales que la diferencia de la oralidad.
Asimismo la escritura en Facebook comparte con otros sistemas de escritura la característica de que muchos de sus mensajes -y en particular las actualizaciones de estado que componen nuestro corpus-, pueden editarse, corregirse, aún después de publicados. La publicación, en el caso de las reediciones de estos mensajes, también se actualiza en la medida en que los usuarios van realizando cambios.
Por último, uno de los rasgos más visibles en una escritura digital como la que se presenta en Facebook, es que el componente fónico, la oralidad, es la principal fuente de representación de la escritura. En este contexto los usuarios intentan remedar la distancia que separa su escritura de la oralidad mediante distintos recursos semióticos, tales como los emoticonos. Una de las funciones comunicativas fundamentales de los emoticonos es la emotiva, en el sentido que establece Jakobson (1975); es decir, expresar emociones o sentimientos internos como enojo, risa, llanto, etc. Estos signos, que en la comunicación serían expresados, por ejemplo, por medio de gestos faciales, se expresan en la escritura electrónica a través de los emoticonos, por ejemplo, pero también mediante otros signos auxiliares que la mayoría de las veces no pertenecen al código estándar de escritura de la lengua.
Otros de los aspectos propios de la oralidad, que la escritura electrónica en redes sociales pretende representar, es el aspecto de la temporalidad inmediata del habla. Toda una serie de recursos semióticos complejos son utilizados para esto pero, sobre todo, el predominio de un registro coloquial. Además, son comunes los juegos e invenciones de nuevas palabras, propios de los intercambios verbales cara a cara, como destaca Niesten y Sussex (2006). Tal vez la escritura electrónica en redes sociales manifieste este rasgo de procurar “representar” la oralidad, de una forma que ninguna otra escritura electrónica (por ejemplo, los correos electrónicos).
3.3 La norma ortográfica de la RAE y ASALE (2010): estructura, alcances e influencias
En su última ortografía publicada, la Real Academia Española aunó sus esfuerzos por primera vez con la Asociación de Academias de la Lengua Española para ofrecer al público una normativa sobre la escritura que represente a los diversos países hispanohablantes del mundo. A raíz de esto, la ortografía del español establecida por la RAE y ASALE (2010) incluye a las diversas variantes del español escrito en la América hispanohablante. De hecho, uno de los objetivos declarados de la obra es promover “la unidad del idioma” a través del fomento de una escritura correcta. En la misma dirección se hallan la siguientes declaraciones en la obra: “Los espacios no reglados se convierten en territorios de indeterminación y de vacilación que afectan al objetivo último de la unidad de la escritura” (RAE, 2010, p.13). Y también:
La ortografía contribuye decisivamente a evitar la dispersión en la representación gráfica de una misma lengua, dispersión que, llevada al extremo, haría difícil y hasta imposible la comunicación escrita entres sus hablantes y comprometería su identificación como miembros de una sola comunidad lingüística. (p.15) [6]
Por lo tanto, la ortografía de la RAE y ASALE (2010) es una obra que define y regula la norma estándar para todas las variantes escritas dentro del mundo hispanohablante, con el fin de facilitar la comunicación escrita entre los hablantes, a partir de mantener una unidad lingüística. De este modo, “la función de la ortografía es garantizar y facilitar la comunicación escrita entre los usuarios de una lengua mediante el establecimiento de un código común para su presentación gráfica” (RAE, 2010, p.15).
En la misma obra se define la disciplina como: “este conjunto de normas que regulan la correcta escritura de una lengua constituye lo que llamamos ortografía, palabra de origen griego que etimológicamente significa ‘recta escritura’ (del lat. orthographia y este del griego ὀρθογραφία, de ὀρθο- ‘recto’ + γραφία ‘escritura’)” (p.9). Se trata, entonces, de un sistema de convenciones sobre los signos usados para la escritura o representación gráfica de una lengua. Se define, además, como “una disciplina normativa de carácter sincrónico, pero que puede adoptar una perspectiva diacrónica” (p.9).[7]
La ortografía del español tiene unas características peculiares que tienen que ver con cómo se ha constituido este sistema en el largo proceso de evolución de la lengua desde el latín hasta las lenguas romances. Se trata fundamentalmente de una escritura alfabética, en la cual “los signos gráficos representan cada uno de los sonidos distintivos mínimos –denominados técnicamente “fonemas”- con los que se articula la lengua oral” (RAE y ASALE, 2010, p.4). De modo que el sistema de escritura está formado por grafemas, las unidades gráficas mínimas y, en una lengua alfabética como el español, el grafema representa al fonema. Así tenemos que:
La ortografía española posee un fuerte componente fonológico, de modo que la mayoría de los grafemas o combinaciones de grafemas representan de forma unívoca un solo fonema y, a la inversa, la mayoría de los fonemas se representan de una sola forma en la escritura (RAE y ASALE, 2010, p. 24).
En este sentido, el español comparte el principio fonológico que organiza toda lengua alfabética: la tendencia a establecer relaciones de correspondencia biunívocas entre fonemas y grafemas, sonidos y letras. Por ejemplo, en español siempre se representa el sonido /p/ con la letra <p>. Sin embargo, la correlación entre grafemas y fonemas no siempre es completamente biunívoca, por ejemplo en el caso de los dígrafos como /ll/, /ch/ y /rr/, signos en los que se agrupan dos grafemas para representar un solo fonema. Otro ejemplo es “con el fonema /j/, para cuya escritura usamos los grafemas j (jinete) y g (giro)” (RAE, 2010, p.36).
La correspondencia fonológica de las escrituras alfabéticas es más bien una tendencia, un ideal que “no se verifica en modo absoluto en ninguna ortografía histórica” (RAE, 2010, 22).
En todo caso muestra que la relación de correspondencia entre grafemas y fonemas en las escrituras alfabéticas es arbitraria; por la misma razón lenguas romances como el francés o el portugués codifican los mismos sonidos de forma distinta según sus distintos alfabetos.
Sobre el aspecto de su organización interna, la Ortografía está dividida en una serie de subsistemas ortográficos (RAE y ASALE, 2010, p. 41), a través de los cuales procederemos a clasificar los errores encontrados en el corpus:
- Letras[8]
- Signos diacríticos (tilde y diéresis)
- Signos de puntuación
- Mayúsculas y minúsculas
- Espacio en blanco
- Abreviaturas, siglas, símbolos
- Signos auxiliares (guión, barra, apóstrofe, asterisco, etc.)
Asimismo es necesario aclarar que, como en este trabajo analizamos una escritura electrónica, realizada a través de ordenadores, la norma correspondiente a dicha escritura es específicamente ortotipográfica. La RAE y ASALE (2010) explican la relación entre ambas disciplinas (ortografía y ortotipografía) de este modo:
El acceso, hoy prácticamente general, a herramientas informáticas para el procesamiento y la autoedición de textos ha extendido la necesidad de conocer y aplicar las normas y usos propios de la escritura tipográfica (denominada técnicamente ortotipografía), antes solo exigibles a tipógrafos impresores y editores, a cualquier persona que emplee estos medios en sus producciones escritas. Esta es la razón por la que en las ortografías modernas suele incluirse también información ortotipográfica. (p.9)
Entonces, como se desprende de esta cita, la disciplina específica que regula la norma ortográfica de la escritura digital es la ortotipografía pero, como está incluida dentro de las ortografías actuales, y puntualmente en la ortografía de la RAE (2010), la normativa ortográfica general se adecúa coherentemente con nuestro tema de investigación y, por lo tanto, nos atenemos a esta.
3.3.1 La codificación escrita del habla
La escritura se define como un código autónomo aunque complementario de la oralidad (RAE y ASALE, 2010). La escritura es útil para representar el habla, pero son dos sistemas convencionales autónomos:
Su autonomía se hace asimismo patente en el hecho de que muchos de los elementos acústicamente perceptibles en la comunicación oral carecen de reflejo gráfico en la escritura, como la intensidad del sonido, la velocidad de la emisión, los cambios de ritmo, los silencios, las inflexiones expresivas de sentimientos o actitudes del hablante (ironía, reproche, irritación, etc.) (RAE y ASALE, 2010, p.7).[9]
Su autonomía también se evidencia en 1) las diferencias entre ambas en torno al cambio evolutivo; y 2) en torno a los procesos diferentes de aprendizaje y adquisición. Así tenemos que: “(…) La diacronía de la lengua y la evolución de los sistemas ortográficos, por ejemplo, no siguen vías paralelas”; y “el aprendizaje de la ortografía se relaciona con procesos psicolingüísticos y neurológicos propios (…)” (RAE y ASALE, 2010, “Presentación”, p.39).
En referencia al cambio evolutivo, mientras que el habla sufre distintos parámetros de variación (geográfica, social, cultural, situacional), la ortografía para RAE y ASALE (2010) se trata de un código uniforme en el que todas las variables se diluyen; en este sentido, la ortografía se propone como un factor de unidad frente a la evolución de las lenguas, evolución que es advertida por la obra como un posible factor de descontrol, caos y desunión.
Por ejemplo, según la RAE y ASALE (2010) la realización fonética particular asociada a una pronunciación dialectal puede inducir a grafías erróneas. En este caso, según la RAE y ASALE (2010), la escritura, mediante la regulación ortográfica, dotaría de estabilidad al componente fónico, regulando los cambios en la evolución de la oralidad, que califican como “caóticos”.
3.3.2 La valoración social de la escritura estándar
Hay una tendencia general hacia la valoración social positiva sobre el dominio del uso ortográfico normado y, consecuentemente, negativa frente a la transgresión de estas reglas. La RAE y ASALE (2010) lo definen de este modo: “es la sociedad la que valora como faltas los errores ortográficos y quien sanciona a las personas que muestran una ortografía deficiente con juicios que afectan a su imagen y que pueden restringir a su formación académica y profesional” (p.23).
En relación a dicha valoración, Gonzáles García (2011) ha estudiado las reacciones y respuestas que los usuarios de Facebook expresaron en la red frente los últimos cambios de la Ortografía Española publicada por la RAE y ASALE (2010). Así la autora encuentra que:
Con respecto a la Ortografía, se observa la dificultad para entender ciertas reglas relacionadas con la acentuación de los diptongos ortográficos, la incomprensión de las normas relacionadas con los acentos diacríticos, que se consideraban necesarias. Asimismo, se manifiesta una actitud conservadora en aspectos relacionados con los nombres de las letras, que muestran el arraigo cultural de estos elementos, hasta el punto de que se considera que estas propuestas, de llevarse a cabo, empobrecen la lengua española. (p.106)
La tendencia hacia la valoración negativa de los fallos ortográficos en la red se deriva de una actitud conservadora de los usuarios frente a los cambios lingüísticos en el sistema estándar de la lengua escrita. Sobre este aspecto Gonzáles García (2010) destaca que en las reacciones de los usuarios de Facebook frente a los cambios e innovaciones de la Ortografía de la RAE y ASALE (2010) se refleja un alto grado de conservadurismo lingüístico, de modo que los hablantes muchas veces rehúsan con virulencia a modificar hábitos adquiridos con fuerza desde la infancia. Esta misma tendencia es señalada por la RAE (2010): “Es notable la resistencia a aceptar cambios ortográficos por parte de quienes con esfuerzo y constancia asimilaron en sus primeros años de formación un sistema de reglas que tienen ya interiorizado y automatizado” (p.21).
En esta misma dirección, las conclusiones citadas de Gonzáles García (2011) nos sugieren la existencia de una serie de fenómenos relevantes para este estudio: 1) que la normativa ortográfica de la RAE tiene una inmensa relevancia a nivel social, incluso en un medio como Facebook donde las reglas, como hemos señalado, no se respeten con el mismo rigor que en otros circuitos de comunicación tales como las universidades o los ambientes laborales; 2) en las críticas de los usuarios a las innovaciones de la RAE, los usuarios manifiestan una actitud conservadora por la cual abogan por mantener un sistema estable y consistente de reglas ortográficas que regulen las producciones tanto fuera como dentro de la red. Todo lo anterior nos sugiere que en Facebook se establece una función metalingüística tal como es definida por Jakobson (1975), por la cual muchos usuarios procuran que se respete el Sistema de Escritura Estándar (SEE).
3.3.3. Las negociaciones entre el SEE y los usos transgresores
Herrero (2009) señala que el valor de una unidad léxica está determinado por las negociaciones que se dan dentro del uso en una comunidad de hablantes. Cuando los términos en negociación se estabilizan, quedan estandarizados. De este modo, el significado de una palabra se da por su uso y su uso se guía sobre todo por la costumbre de uso. Como señala Halliday (1978) interiorizamos la regla gramatical en un entrenamiento social dentro de una comunidad lingüística con sus reglas, que se derivan de una costumbre de uso.
Siguiendo estas ideas, nosotros hipotetizamos que las redes sociales forman parte de un nuevo campo de negociación de significados (nuevo en el sentido de que no existe sino desde hace unos años, a partir de la aparición de Internet y del desarrollo exponencial de la informática a finales del siglo XX y principios del XXI). En estos nuevos terrenos de negociación de significados como Facebook, la ortografía, en tanto uno de los niveles de la gramática normativa y descriptiva de la lengua, que regula la relación entre sonidos y grafías, también es un espacio de pujas y negociaciones, como los otros niveles (semántico, léxico, morfosintáctico, etc.). Sobre este punto, Niesten y Sussex (2006) afirman que la negociación del significado en el medio virtual muchas veces tiene que ver con la exploración de los límites de ese medio.
No obstante, el surgimiento de un nuevo espacio virtual y social para el intercambio y negociación de significados, no implica que este terreno sea necesariamente independiente o autónomo de otros espacios sociales de negociación. Las negociaciones de significados en Facebook no se encuentran apartadas del resto de las negociaciones sociales en torno al lenguaje y sus usos, por ejemplo, en los ambientes académicos, en la prensa, en la literatura, etc. De hecho, Gonzáles García (2011) ha observado, como comentábamos antes, que la normativa ortográfica de la RAE y ASALE (2010) sigue teniendo una influencia profundamente arraigada en las valoraciones y opiniones de los usuarios de Facebook sobre el uso ortográfico tanto dentro como fuera de las redes. Esto no puede sino sugerirnos que, si bien Facebook se perfila como un espacio novedoso de negociación de significados donde la ortografía es susceptible de sufrir transformaciones y de jugar un distinto papel en relación a otros contextos comunicativos, esto no significa que sea un terreno encapsulado donde se establezcan reglas independientes de las regulaciones generales que atañen al español y a su escritura.
3.4 La variante dialectal del español rioplatense
Dado que en este trabajo analizamos un corpus de mensajes publicados por usuarios de Facebook que pertenecen a una comunidad hispanohablante de la variante dialectal rioplatense, se hace indispensable, antes de iniciar el análisis en sí del material documental, una explicitación de los rasgos generales de esta variante. Sobre todo teniendo en cuenta que nuestra hipótesis plantea cierta relación entre la oralidad y la escritura a través de Facebook; entonces, es necesario definir en qué consiste básicamente la variante oral del habla rioplatense. Esta definición nos evitará, por ejemplo, clasificar como errores ortográficos a palabras y/o expresiones que en realidad pertenecen al vocabulario rioplatense, ya sea porque pertenecen a un registro coloquial, o al lunfardo, o bien al español argentino popular, el argot, o bien que sean neologismos dialectales y que, por alguna de estas razones u otras, no estén incluidos en el diccionario de la RAE (2014).
En efecto, cabe la posibilidad de que en el corpus aparezcan palabras que no estén incorporadas al diccionario pero que, en su expresión escrita, respeten los códigos grafológicos del sistema de escritura estándar. En este caso no serán consideradas incorrectas. En este mismo sentido, ya hemos delimitado y diferenciado los criterios de corrección, adecuación y aceptabilidad en la sección 2.2.1, de manera que nos cuidaremos de considerar a una palabra que sea adecuada y aceptable como incorrecta ortográficamente de forma categórica, solo porque no aparezca en el diccionario de la RAE (habida cuenta de que esta obra no recoge la totalidad de los vocablos dialectales, entre otras razones porque constantemente se generan nuevas expresiones en el uso), sin antes considerar el tipo de codificación gráfica que ha utilizado el usuario.
En todos los casos en los cuales la clasificación de una palabra como errónea desde el punto de vista ortográfico pueda ser ambigua o dudosa, o pueda suscitar algún tipo de excepción que tenga que ver con el uso de esta variante del español en particular, o con el tipo de registro, se expondrán en este trabajo los motivos de dicha ambigüedad y la decisión consecuente del investigador a la hora de considerarlo o no como error, exponiendo las razones para cada caso.
3.4.1 Área de extensión y rasgos distintivos básicos
En Argentina hay seis zonas dialectales diferenciadas: 1) Litoral, que tiene como epicentro a Buenos Aires, e incluye a las provincias de Santa fe, parte de Entre Ríos y toda la Patagonia; 2) Noreste (Corrientes, Misiones, parte del Chaco y Formosa, influido por el sustrato guaranítico; 3) Noroeste (Salta, Jujuy y Tucumán) caracterizado por el contacto prolongado con el quechua; 4) región de Cuyo (San Juan y Mendoza); 5) Región central (Córdoba y San Luis); y 6) Santiago del Estero, aislada geográficamente y en contacto con el quechua. Di Tullio y Kailuweit (2011) también hacen referencia a la zona 1) para referirse al área lingüística específica del español rioplatense y que “abarca Buenos Aires, el sur de las provincias de Santa Fe y de Entre Ríos y la Patagonia, y la mayor parte del territorio del Uruguay” (pp.12-13).
La variante dialectal rioplatense se distingue de otras variedades del español por una serie de rasgos lexicales, fonológicos y gramaticales que, por una cuestión de extensión e incumbencia de este trabajo, nos limitaremos a mencionar sucintamente. En particular nos centraremos en aquellos aspectos del dialecto que puedan influir directamente en la consideración de los errores en nuestro corpus.
Di Tullio y Kailuweit (2011) destacan algunos de sus rasgos principales:
Además de las diferencias léxicas, como indigenismos, africanismos e italianismos, se distinguen algunas características fonéticas y fonológicas (sobre todo, las variantes en la pronunciación de la y, desde el yeísmo rehilado con una variante prepalatal sonora a formas más o menos ensordecidas) y prosódicas (la mayor duración de las varias vocales tónicas, que configuran un contorno entonacional más cercano al italiano que al español peninsular). (p. 15)
El yeísmo (ausencia de los fonemas /ll/) que es propio de la variante rioplatense, es mencionado por la RAE (2010) como un ejemplo de variedad dialectal en el plano fonológico. Además, está expandido en la mayor parte del dominio hispanohablante. Siguiendo a la RAE (2010, p.60) “Para estos hablantes, por tanto, el dígrafo ll representa el fonema /y/, y no el fonema /ll/”. Sobre el aspecto fonológico Colantoni y Rodríguez Louro (2013) agregan que: “los hablantes de Buenos Aires se distinguen por utilizar consonantes postalveolares asibiladas y por una entonación similar a la del italiano” (p.13).
Respecto del nivel morfosintáctico, Di Tullio & Kailuweit (2011) sostienen:
Los dos más característicos en el sistema pronominal son, por una parte, la extensión del voseo (tanto pronominal como flexivo), en su variedad monoptongada, como forma de tratamiento de confianza, general en todas las clases sociales (…), el doblado de clíticos del objeto directo, cuando el referente se considera familiar (Ayer lo vi a Juan en el cine; ¿La viste a mi mamá?; Ya te lo traje al libro). La flexión verbal se caracteriza, a su vez, por una asimetría entre las formas simples y compuestas del indicativo y del subjuntivo, dado el predominio casi excluyente del perfecto simple en el indicativo y el de la forma compuesta en el subjuntivo. (p. 15)
Sobre el voseo argentino María Cristina Cuervo (2013) agrega que se trata de un caso especial dentro de Hispanoamérica, ya que es utilizado en todas las clases sociales y niveles de educación, en situaciones informales y formales y, además, generaliza sus formas al presente y al imperativo (p. ej. Vos sabés; Prepará; No busques/No busqués).
Colantoni y Rodríguez Louro (2013) también destacan los fenómenos que afectan los pronombres clíticos –por ejemplo, el doblado de clíticos que ya mencionamos antes y los enclíticos acentuados (p.ej. decime, ponelo; y decímelo, ponételo)– y variación en el empleo de los tiempos verbales de pasado. Sobre los enclíticos, Cuervo subraya que en el español de Argentina suelen recibir el acento primario en formas del imperativo, del gerundio y del infinitivo (p.126). Cuervo (2013) ejemplifica de este modo el caso de los enclíticos y nombra otros fenómenos particulares del rioplatense: “la duplicación de clíticos (¿Los viste a los chicos?), la concordancia comitativa (Fuimos al cine con Gabi = Gabi y yo fuimos al cine Es re-interesante; Es muy bocón)” (p.122).
No nos interesa en este apartado realizar una descripción detallada y exhaustiva de las diferencias gramaticales del español rioplatense en relación a las variantes peninsulares, ya que todas las variantes del español están regidas por la misma y única norma ortográfica de la RAE y ASALE (2010), y este estudio precisamente se ocupa de analizar los errores ortográficos. Además, hechas las salvedades sobre los posibles lexemas dialectales que no puedan estar incluidos en el diccionario de la RAE (2014) por las razones ya expuestas, estamos en condiciones de realizar una análisis de los errores ortográficos atendiendo a la variedad dialectal particular que dominan los usuarios de Facebook que los cometen.
3.5 Parámetros de construcción del corpus
El corpus de documentos de este trabajo está constituido por un grupo de 500 comentarios publicados por 50 usuarios de Facebook. Hemos seleccionado 10 mensajes por cada usuario, para intentar que haya un equilibrio en la evaluación cuantitativa y estadística de los errores.
Hemos basado la selección de los mensajes fundamentalmente en cuatro parámetros: 1) mensajes actuales y publicados durante el mismo rango temporal; 2) mensajes de autoría original; 3) mensajes de hablantes del español rioplatense; 4) mensajes que correspondieran a actualizaciones de estado.
Respecto al rango temporal, los comentarios seleccionados fueron publicados en un periodo de tiempo que va desde febrero de 2016 hasta abril de 2017.
Hemos ordenado los diez mensajes de cada usuario de este modo: el mensaje numerado como “1”, corresponde al último mensaje publicado hasta la fecha de la extracción y muestreo realizados por el investigador. El mensaje numerado como “10” corresponde al mensaje con fecha de publicación más antigua.
El recorte sincrónico del corpus podría permitir realizar comparaciones futuras con otros datos que se recojan en investigaciones de este investigador y/o de otros investigadores, que de esta forma podrán dar cuenta de los cambios diacrónicos en el uso de Facebook en particular y en la comunicación a través de ordenadores (CMC) en general.
Otro de los criterios fundamentales para esta selección fue el de su autoría original. Los mensajes recogidos en este corpus son estrictamente actualizaciones de estado en los muros de usuarios que poseen una cuenta o perfil personal. No se recogen mensajes de grupos ni de páginas (que, como dijimos en el punto 3.1, constituyen los otros tipos de cuentas posibles en Facebook). Esto asegura, en gran medida, que dichos mensajes son de autoría original, vale decir que fueron escritos por las mismas personas que firman su perfil de usuario (más allá de que lo hagan con sus nombres verdaderos o con seudónimos). Diremos, siguiendo las distinciones de Ducrot (1984), que en la selección del corpus procuramos que estos usuarios sean los locutores de los mensajes publicados y, al mismo tiempo, sus productores empíricos o autores reales. En términos del lingüista francés: “el locutor es el supuesto responsable del enunciado, es el que está presente, en el sentido mismo del enunciado, como el ser a quien debemos imputar la aparición de este enunciado” (Ducrot, 1983, p.259).
En esta misma dirección, se han seleccionado los comentarios que redactaron los propios usuarios y que encabezan sus publicaciones, y se dejaron fuera de la selección los comentarios que otros usuarios realizaron sobre esas actualizaciones de estado. Tampoco se incluyeron las publicaciones de fotografías, audios y/o vídeos que no estuviesen encabezados por un comentario redactado originalmente por el usuario. En conclusión, solo se eligieron comentarios cuya autoría pudiese atribuirse fehacientemente a un mismo usuario.
En este punto se hace necesario aclarar que en este trabajo se respetarán las normas comunitarias de Facebook: “No debes publicar la información personal de terceros sin su consentimiento” (Normas comunitarias, 2017). Por este motivo, los nombres y las fotografías de los usuarios no serán expuestos públicamente a fin de preservar sus derechos a la protección de datos personales. Por lo que en el corpus aparecerán únicamente sus actualizaciones de estado, en tanto estos mensajes fueron configurados como “Públicos” por los mismos usuarios. De este modo:
Cuando publicas contenido o información con la configuración “Público”, significa que permites que todos, incluidas las personas que son ajenas a Facebook, accedan a dicha información, la utilicen y la asocien a ti (es decir, a tu nombre y foto del perfil). (Declaración de derechos y responsabilidades, 2015, art.4)
Otro de los criterios de selección del corpus es la variedad dialectal que dominan los usuarios que emitieron estos mensajes. En este sentido, estos usuarios fueron seleccionados a partir de la información: “Universidad”. Con este criterio en cuenta, se han seleccionado a usuarios que estudian o han finalizado sus estudios superiores en la Universidad Nacional de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, Argentina (Ver Figura II).
Estos criterios de selección nos aseguran que los usuarios: 1) son hablantes nativos de español en su variante dialectal rioplatense o al menos están familiarizados con esta variedad por estudiar o haber estudiado en una ciudad donde es el dialecto dominante; y 2) tienen conocimiento del sistema ortográfico del español por haber terminado sus estudios secundarios y cursar, o haber cursado, el nivel universitario.
Esto, naturalmente, no quiere decir que los usuarios seleccionados posean una competencia perfecta de la escritura, ni que su educación en Lengua y Literatura Española (que con distintas denominaciones y enfoques forma parte de todos los planes de estudios en la educación argentina) los exima de cometer errores. Pero su nivel de educación nos proporciona la certeza de que conocen las reglas ortográficas básicas del español porque las tuvieron que poner en práctica en la universidad, donde realizaron o realizan sus estudios.
Asimismo, con el fin de asegurar que la muestra está compuesta por usuarios que dominan la variante dialectal rioplatense del español, se constató en su información personal que viven en zonas geográficas donde esta es la variedad que predomina. También se ha comprobado que nacieron en alguna población dentro del territorio que corresponde al área rioplatense, en los casos en que esta información haya sido publicada en los datos personales de estos usuarios.
El rango etario de esta selección va de los 18 años (que es la edad mínima más usual para ingresar en una universidad argentina después de terminar los estudios secundarios) en adelante, y si bien no disponemos de datos completos sobre las edades de cada usuario, sí podemos decir que los seleccionados abarcan todos los rangos etarios dentro de la edad adulta, salvo personas de la tercera edad. El rango etario encontrado va en coincidencia con los datos estadísticos que proporcionamos en el punto 4.1, donde se indicaba que la mayor cantidad de usuarios de Facebook en Argentina tiene entre 18 y 34 años. Cabe aclarar que el investigador no aplicó ningún filtro etario ni de otro tipo en la selección de usuarios a la hora de conformar el corpus, más que el correspondiente al lugar de estudios universitarios ya mencionado.
Figura II
La imagen muestra la sección del perfil de usuario del investigador de donde pudo filtrar, de su lista completa de amigos, aquellos que estudiaron en la Universidad Nacional de La Plata.
Por último, se han seleccionado solo las actualizaciones de estado de los usuarios elegidos. Como ya definimos en el marco teórico (apartado 3.1), el lenguaje a través de ordenadores (CMC) se caracteriza por ser multimodal: los mensajes electrónicos utilizan una amplia gama de medios tales como fotos, vídeos, música; y, además, es frecuente que la escritura aparezca combinada con emoticonos y otros signos visuales que no son convencionales en otros ámbitos de comunicación más formales.
Sin embargo, como el objetivo de este trabajo es el de analizar los errores de ortografía en la escritura en español, los mensajes visuales y sonoros que se establecen por otros medios y que acompañan o se combinan con las actualizaciones de estado serán tenidos en cuenta en tanto forman parte del significado completo de cada publicación.
Entonces, el corpus de este trabajo está conformado estrictamente por los mensajes escritos que aparecen en las actualizaciones de estado. Solo se prestará atención a los otros medios que acompañan o se combinan con la escritura, tales como los emoticonos, cuando se presuma que su valor semántico pueda influir en algún aspecto relativo a la ortografía del mensaje. En este sentido, como los emoticonos, por lo general, forman parte o se combinan con el texto del mensaje principal en la actualización de estado, serán incluidos en la selección y, por lo tanto, incluidos en el corpus.
Pensamos que esta delimitación del corpus a los aspectos ortográficos de la escritura electrónica en la actualización de estado no va en detrimento de la factibilidad de este estudio, puesto que el mismo procura comprender, precisamente, la función de los errores de ortografía. En otros términos, el hecho de que no se analicen todos los múltiples medios y canales de comunicación que se utilizan en cada publicación completa de Facebook, no adultera la calidad ni fiabilidad de la muestra de datos. La decisión de concentrarnos en la escritura electrónica y, en particular, en los errores de ortografía, justifica un recorte sobre un objeto muy complejo que constituye, en cada evento comunicativo, una verdadera “semiosfera” hipertextual potencialmente ilimitada en la cual cada mensaje conduce a otros mensajes mediante una cadena de enlaces (Landow,1995).
Por razones de espacio y de pertinencia para esta investigación, nos circunscribimos a los aspectos ortográficos de la escritura electrónica y situamos en un segundo plano a los signos visuales y sonoros que la acompañan, aunque sin dejar de atender a las relaciones semánticas y de otros niveles que se puedan establecer entre la ortografía y el carácter multimedial de la escritura electrónica, sobre todo si esta relación puede resultar condicionante de algún uso ortotipográfico o si la interpretación de los signos sonoros y visuales combinados con la actualización de estado es significativa para la interpretación del sentido de un mensaje. Sobre todo, en los casos en los que dicha interpretación semántica sea necesaria en orden de dilucidar algún uso ortográfico cuya clasificación como fallo suscite alguna ambigüedad.
3.6 Análisis cuantitativo y cualitativo de los errores ortográficos más frecuentes en el uso del español rioplatense en Facebook
3.6.1 Casos excepcionales que no fueron considerados fallos
Los hashtags que muchas veces aparecen en las actualizaciones de estado de Facebook, requieren una omisión del espacio en blanco entre las palabras y la omisión de todo signo de puntuación[10]. Véase en el siguiente ejemplo:
Deseo y encuentro
#poema #poesia #fp (usuario 1, mensaje 1)
Casos como estos no fueron considerados errores de ortografía dado que la elisión del espacio y de los signos de puntuación es un requerimiento formal propio del canal utilizado.
También se da otro caso excepcional en el uso de los emoticonos a partir de la combinación de signos de puntuación, por ejemplo:
lo pinté 🙂 así nomás :c (Us.4, msj.2)
Estos casos tampoco se considerarán errores, dado que los signos de puntuación son utilizados para otra finalidad que no está vinculada a la escritura alfabética.
Otro uso anómalo pero que no es estrictamente un error de ortografía lo encontramos en las mayúsculas que se utilizan para dar énfasis a la palabra:
hola si mi casa sería con tema mediaval más esta heladera llena de CHOCOLATE (Us. 4 msj. 3)
Interpretamos que el uso de la mayúscula responde a una elección intencionada del usuario. En el ejemplo, la mayúscula refuerza la función emotiva en torno a este dulce que es del gusto de la usuaria. Si bien RAE y ASALE (2010, pp.514-515) recomienda evitar el uso de la mayúscula enfática o al menos “restringir su uso”, de todas formas una utilización de este tipo está incluida en la norma y por lo tanto no contaremos este tipo de casos como errores ortográficos.
Tampoco se consideraron fallos a determinados usos propios de la variante dialectal rioplatense. Considérese el siguiente ejemplo:
Mira lo que hicieron las autoridades de la Universidad Nacional de la Matanza de la mano de su brazo estudiantil La liga federal, intentando callar una clase pública (Us. 10. Msj. 4)
En este ejemplo nos encontramos con el verbo imperativo “*mira “[11]. Esta palabra omite una tilde en la última sílaba; la versión correcta sería “mirá”, dado que este vocablo es la forma imperativa del verbo “mirar” dentro de la variante dialectal rioplatense. Por la misma razón, en el siguiente ejemplo:
ESCUCHAME POLICIA (…) (Us. 2, msj. 2)
Aquí el imperativo marcado no contiene fallo porque el acento prosódico recae en la anteúltima sílaba y es una palabra grave.
También hubo algunos casos de palabras propias del registro popular rioplatense, que no están consignadas en el diccionario de la RAE pero que no fueron consideradas errores puesto que respetan los códigos grafológicos del español. Se presentaron 9 casos en total de esta clase, como el siguiente ejemplo:
A Matias lo mato un zarpado hijo de yuta (Us. 2, msj. 5).
En el diccionario de argentinismos (http://www.diccionarioargentino.com/term/Zarpado) encontramos que la expresión “zarpado” corresponde a desubicado, y “yuta” es un término del argot para denominar a la policía; vemos que ambos términos aparecen en coherencia con el registro de habla. El último término, además, alude al insulto directo (yuta/puta) mediante un recurso económico que combina dos elementos asociados por su significante.
3.6.2 Análisis de errores: frecuencia de uso y función
Teniendo en cuenta estas excepciones, las tablas que aparecen a continuación consignan los resultados cuantitativos de los errores de ortografía detectados en el corpus.
Tabla I
Tabla II
*Los errores de selección responden al uso de la tilde invertida que no representa un grafema del español, y quizá se expliquen por un error de manipulación ortotipográfica del teclado.
Tabla III. Errores de puntuación (primera parte)
Tabla IV. Errores de puntuación (segunda parte)
*Los errores en el uso de puntos suspensivos, en todos los casos, se deben a una mala ejecución del signo en cuestión, ya sea por omitir un punto o por agregar un punto más de los tres normales que componen el signo. Se trata entonces de un tipo procedimental de error distinto al que se observa para las demás clases de errores.
Tabla V
Tabla VI
*Los errores en abreviaturas, en todos los casos, y al igual que con los puntos suspensivos, se deben a fallos procedimentales en la ejecución del signo, que implican la omisión o adición incorrecta de alguno de los grafemas más allá de los que componen normalmente la abreviatura en su totalidad.
Tabla VII
Los porcentajes se indican sin decimales, de ahí que haya una diferencia de un punto en la sumatoria de porcentajes total.
En el corpus dimos con una serie de usos ortográficos incorrectos desde el punto de vista ortográfico, pero adecuados desde el punto de vista comunicativo. A continuación describiremos los tipos de errores más representativos por su frecuencia de aparición:
Usos anómalos de signos de interrogación y exclamación
Uno de los errores más frecuentes, como se refleja en la Tabla III, es la omisión del signo de exclamación y de interrogación al inicio de la frase, por un lado, y la adición de signos adicionales de exclamación o interrogación al final de la frase, por el otro. Los errores en el empleo de estos signos son los más frecuentes en todo el corpus, con 326 ocurrencias que representan el 29% del total. Obsérvese el siguiente ejemplo:
Hace un año!!! Tomi
(Us.4, msj.7)
El fenómeno de la omisión inicial puede deberse a la influencia del inglés, por un lado, que a diferencia del español prescinde de los signos en primera posición. El argumento sobre la influencia del inglés en este caso se refuerza al considerar que la totalidad de los fallos en los que hay una omisión de un signo de exclamación o de interrogación en el corpus, esta ocurre en la posición inicial -de forma análoga a la ortografía inglesa-, pero nunca la inversa.
La repetición de los signos finales de exclamación o interrogación es un recurso para representar determinada emoción o afectividad (sobre todo en el caso de los signos de exclamación) para lo cual el sistema ortográfico español ofrece una variedad de recursos limitados. Por eso los usuarios se sirven del recurso anómalo de la repetición consecutiva en las posiciones finales, lo cual les permite representar un rasgo de la oralidad (las reacciones emocionales en el intercambio cara a cara), mediante los recursos propios de este tipo de escritura.
En la misma línea, se da un uso anómalo frecuente al combinar ambos signos, el de exclamación con el de interrogación, como en el siguiente ejemplo:
Dinganme ..
Quien les preguntó?! (Us.34, msj.5)
Se trata de un uso creativo, porque combina las dos modalidades propias de cada signo utilizado, la pregunta por un lado y la exclamación enfática por otro, en la misma frase.
La cantidad de fallos por omisión de estos signos (190) frente a los fallos por adición (136), reflejan que para los usuarios casi es tan habitual omitir el signo inicial como repetir el final, y por lo tanto sugieren cierta sistematicidad anómala en el uso. De esta forma, este subsistema de puntuación, sobre los signos de interrogación y exclamación impone las siguientes reglas anómalas: 1) los signos se colocan al final -y se tiende a eliminar la posición inicial requerida en el SEE-; 2) pueden repetirse los signos para dar énfasis al contenido de la frase, de modo tal que la aplicación del signo es de tipo acumulativo y gradual -a diferencia de su uso en el SEE donde se coloca un solo signo en posición inicial y final-, y 3) se pueden combinar alternativamente los signos de interrogación y exclamación en la posición final.
Omisión del punto final
Otro fallo muy frecuente es la omisión del punto final de la frase. Esto ocurre 198 veces en el corpus, lo que representa el 17% del total de fallos. En la gran mayoría de las actualizaciones de estado este signo no se utiliza, ya que muchas de ellas terminan con un signo de exclamación, lo que exime de su uso. Sin embargo, el recurso aparece en ocasiones como el siguiente ejemplo:
Noche para finalizar la autobiografía. (Us. 1, msj. 7)
Aquí vemos que el empleo del punto final guarda coherencia con el contenido semántico de la frase en tanto su tema versa sobre el “finalizar”.
Respecto de este signo, observamos una tendencia marcada a omitir el punto final cuando aparece un emoticono en la posición final del mensaje. Por ejemplo:
Si tu sonrisa responde a la mia, esa melodía no la puedo cambiar
(Us. 9, msj. 3)
Encontramos 39 fallos de este tipo, y solo 2 ocurrencias en las que el emoticono se combina con un punto final en la última posición. Asimismo, constatamos que el emoticono en posición final se combina con más frecuencia con otros signos como los de exclamación (16 casos) y los puntos suspensivos (3 casos). Estos datos nos pueden estar indicando que el significado del punto final y el del emoticono final interfieren de manera de que uno inhabilita la función significativa del otro, y por eso los usuarios prefieren no combinarlos. Probablemente el empleo del punto final representa un corte en el significante que obtura la significación del emoticono que se adhiere a la derecha. Por otra parte, posiblemente los signos de exclamación se combinen mejor con el emoticono, sin interferencia, dado que ambos signos, el de exclamación y el emoticono, en general, comparten la función de asignar un énfasis emotivo.
Puntos suspensivos
Hemos detectado un uso anómalo muy frecuente en el caso de los puntos suspensivos, habiendo encontrado 29 fallos de este tipo. Considérese el siguiente ejemplo:
Facebook me trae este recuerdo Hace tres años hacia la ultima obra de teatro SUDACA 5AM de la q participe y q viajamos x todos lados y ganamos la comedia municipal de la plata …Y me premiaron como mejor actor….con unos compañeros increibles… con O. …con E. con P…fue mi ultima obra ojala alguna vez vuelva… a hacerl teatro…ojala alguna vez…. (Us.20, msj.10).
El tipo de anomalía más frecuente en este caso es la omisión del espacio en blanco después de los tres puntos suspensivos normales. También, como en el ejemplo dado, vemos la adición incorrecta de un cuarto punto suspensivo. Al igual que en el caso del alargamiento de las vocales en el caso de la onomatopeyas, el tipo de anomalía sugiere que posiblemente los mensajes establezcan una especie de continuidad suspensiva por la cual pueden graduar el “énfasis” del signo. Entonces, los usuarios crearían una nueva regla por la cual, agregando uno o más puntos suspensivos, el signo puede representar un valor adicional, algo así como un alargamiento del suspenso. También el mismo fenómeno de adición con función acumulativa se da en el empleo anómalo de los signos de exclamación e interrogación al final de frase.
Considérense los siguientes ejemplos:
Para los que creen que Macri, porque tiene plata, no va a robar!!!! es una practica familiar…. lo que se aprende en la cuna no se olvida…. (Us. 7, msj. 10).
…me faltaba ver la propaganda de SALVAT…listo baja la persiana… (Us.25, msj.7).
Esta posición inicial de los puntos suspensivos es incorrecta, puesto que han de colocarse “pegados a la palabra o el signo que los precede” (RAE y ASALE, 2010, p.395). Nótese además que en el segundo caso, en la mitad de la frase, hay otra incorrección en la omisión del espacio en blanco necesario luego de los tres puntos reglados. En total, el recurso de los puntos suspensivos es utilizado tres veces en el mismo mensaje. Sin embargo, su presencia en primera posición puede indicar “una necesidad expresiva de carácter subjetivo” que porta “información sobre la actitud del hablante en relación con el contenido del mensaje” (RAE y ASALE, 2010, p.395). La frase tiene un sentido irónico y representa una crítica a la propaganda de la editorial Salvat, que se hace patente con la última expresión “listo *baja la persiana”, expresión de registro coloquial dentro del dialecto rioplatense que significa que una situación o lugar puede cerrarse o clausurarse puesto que algún otro hecho (en este caso, lo deleznable de la promoción en cuestión desde el punto de vista del redactor) no habilita réplica o continuación. Además, el múltiple uso de puntos suspensivos y la posición inicial, puede estar representando la continuidad de un diálogo anterior, como si se tratara de una conversación interrumpida que en este mensaje volviera a retomarse.
La Ortografía señala que en el uso de este signo es fundamental el paralelismo entre la oralidad y la escritura, por ejemplo cuando los puntos suspensivos denotan un enunciado inacabado por parte del emisor, que puede representar “duda, temor, vacilación”, o “producir expectación”, o “dar énfasis en la pausa” (RAE Y ASALE, 2010, p.396).
Creemos que la abundancia del uso de signos suspensivos que encontramos en el corpus (y simultáneamente la abundancia de incorrección en su uso y de sus usos anormales creativos se deben a que este recurso ofrece posibilidades significativas amplias para representar ciertas dimensiones propias de la oralidad, sobre todo actitudes del hablante respecto del contenido de su enunciado, o modalidades, así como también rasgos de la oralidad como las interrupciones, los lapsus, y la continuidad ininterrumpida del aspecto dialogal en el intercambio cara a cara.
Mayúscula inicial
Hay una marcada tendencia a omitir el uso de la mayúscula inicial. Se encontraron 65 fallos de este tipo que conforman más del 50% de los errores dentro de este subsistema ortográfico. Esta tendencia puede tener diversas causas, que sería difícil determinar exhaustivamente a partir de esta cantidad limitada de datos, pero una explicación plausible puede ser que los usuarios tengan la intención, con esta omisión, de representar el carácter consecutivo del diálogo en la oralidad, donde los turnos de habla son más difusos que en la escritura. Por lo tanto, el signo que en la escritura se utiliza para indicar el inicio de una emisión, es omitido por los usuarios en Facebook, en muchos casos, para emular los diálogos orales.
Onomatopeyas anómalas
Hallamos 12 vocablos empleados para expresar emociones que contienen errores ortográficos intencionados. Por ejemplo:
Que los cumpla muy feliii!! (Us. 2, msj. 10)
Aquí interpretamos que hay una intención de representar la emoción de alegría mediante la repetición de la vocal cerrada. En términos de corrección, esto representa un fallo en la repetición de las vocales y en la omisión de la letra z al final. Pero en términos de adecuación, resulta un enunciado que es coherente con la situación comunicativa en tanto se trata de una felicitación por un cumpleaños. Desde el punto de vista de la pragmática, para que este acto de habla de felicitación no sea infortunado, debe acompañarse de cierta emoción concomitante (Austin, 1990). Como el usuario no dispone de la gestualidad para cumplir con esta regla implícita en el acto de habla, se sirve del recurso de la repetición de la /i/ con función emotiva.
El último caso es de un tipo muy común en el corpus, de alargamiento de vocales o consonantes como en el siguiente ejemplo:
– Bueno, ese último Guada es una mentira
– Shhhh (Us. 4, msj.4)
En estos casos, el alargamiento de la consonante en la interjección es incorrecto y tiene la función de representar la prolongación del sonido.
Se presentan también casos similares pero de alargamientos de signos de puntuación, como en el ejemplo siguiente:
Si alguien de géminis transmitiera una enfermedad, tendría gérminis
…
…..
………………….
cosas que se piensan a las 3 de la mañana (?) (Us. 4, msj. 6)
En el ejemplo, si bien el primer uso de los puntos suspensivos es normal, el alargamiento posterior es incorrecto. Interpretamos que se trata de representar una espera larga después de la ocurrencia, que podría representar la ausencia del efecto de risas esperable luego de un chiste. Esta interpretación se refuerza con el espíritu autocrítico del comentario final.
Abreviaturas
Con respecto a las abreviaturas se presentan casos problemáticos como el siguiente:
Flyer para Sauce B, sellito que armamos con los pi (Us. 3, msj. 4)
En este caso *“pi” es una abreviatura del vocablo coloquial argentino “pibes” obtenida por truncamiento, pero conlleva un error porque termina en una vocal. Sin embargo, desde el punto de vista de la adecuación, se trata de una abreviatura que es muy utilizada en un registro coloquial por jóvenes hablantes del rioplatense. En este contexto comunicativo, el uso de esta abreviatura de ortografía errónea, puede ser más adecuado que otra abreviatura menos usada, aunque correcta. Por otra parte, como es la única palabra utilizada en la línea, esta abreviatura debería evitarse desde el punto de vista de la corrección. Pero desde la perspectiva de su adecuación, interpretamos que su uso está asociado a cierta connotación emotiva, en tanto la frase hace alusión a la conformación de un sello discográfico en sociedad con un grupo de amigos del usuario. En concordancia con esta connotación emotiva está el uso del diminutivo “sellito” para referir dicha sociedad.
El género
En el corpus hay 10 casos en los que, cuando una palabra puede variar en género, en vez de utilizar el género no marcado, el usuario opta por otros signos que no determinen la selección genérica, por ejemplo:
VOS TAMBIÉN SOS ARGENTINX (Us. 2, msj. 2)
En estos casos, si bien el uso del género no marcado es el normado, o alguna elección de la polaridad genérica, interpretamos que hay una intención manifiesta del usuario en la elección del grafema /X/. Dicha elección tiene que ver con una elección de carácter político en torno a las luchas feministas, y así ocurre en todos los casos analizados.
Invención creativa de palabras.[12]
Encontramos 12 casos en los que los usuarios inventan o crean intencionadamente palabras de ortografía anómala. Obsérvese el siguiente ejemplo:
Niño M(i)auri, vaya levantándose que estamos cayendo unos cuantos a la plaza..parece que somos un montón… #22MYoMarcho (Us. 5, msj. 7)
La interposición de la letra /i/ entre paréntesis dentro del nombre de pila del actual presidente argentino (Mauricio Macri), hace alusión de apodo peyorativo “gato” (representando la onomatopeya del aullido felino). Este apodo se volvió usual en vocabulario de aquellos argentinos que critican a su gobierno en el marco de un registro de habla informal. De nuevo, en términos de corrección ortográfica se trata de un error, pero en términos de adecuación y aceptabilidad se trata de una enunciado creativo que se sirve de una economía de recursos (la superposición en el mismo lexema de los significantes “miau” y “Mauri”), y aplica reglas ortotipográficas de forma anómala (uso de paréntesis, aunque de forma incorrecta ya que los paréntesis están insertos en el interior del lexema). Creemos que el uso de este recurso creativo se explica porque en la red subyace una valorización positiva sobre los juegos de palabras y las creaciones innovadoras de vocablos y formas de expresión ingeniosas.
Un caso similar lo encontramos en este mensaje:
(Her) mano a mano (Us. 13. Msj. 1)
Aquí se funden la palabra “hermano” con la expresión “mano a mano”. Este comentario encabeza una fotografía en la que se ven a dos chicos de rasgos físicos similares jugando al fútbol. En este contexto semiótico, “mano a mano” refiere, en un registro de habla coloquial, a un tipo de juego entre dos personas en la que una se enfrenta a la otra; se inserta creativamente “(Her)” entre paréntesis utilizando de este modo un recurso económico y creativo como el que explicamos en el ejemplo anterior. La creación, en ambos casos, “M(i)auri y (Her)mano“, se basa en las relaciones sintagmáticas y asociativas definidas por Saussure (1961).
En la misma línea, obsérvese el siguiente uso:
Mientras lloramos a Micaela, el cura Grassi le redujeron dos años la condena. (In) Justicia que duele. (Us. 27. Msj.6)
La primera parte de este mensaje se refiere a un hecho de feminicidio en Argentina en marzo de 2017, el de Micaela García, crimen cuya noticia tuvo una amplia repercusión social y desencadenó protestas contra la violencia de género en todo el país y también repercutió en las redes sociales. La segunda parte refiere a un cura argentino que fue condenado por abuso sexual de menores y luego su condena fue reducida. En la última frase, encontramos el término creativo “(In) Justicia”, que implica un uso incorrecto del prefijo “In” entre paréntesis, ya que este prefijo no puede ser utilizado de manera autónoma en español. Sin embargo, la combinación del prefijo marcado y separado por los paréntesis, con respecto a la palabra “Justicia”, tiene un plus de significación respecto del uso normal “Injusticia”: la separación y marcación anómala del prefijo indicador de privación o negación, en este caso, tiene el efecto de enfatizar la actitud crítica del usuario frente a la decisión judicial de bajar la pena al acusado por abusos, a partir de que subrayar en la mala aplicación de la justicia en ese caso, lo cual deriva en la falta de justicia o bien directamente en la injusticia.
A fin de aclarar el argumento anterior, obsérvese el siguiente ejemplo:
Ostendeando (Us.23, msj.3)
Este comentario encabeza una foto de un grupo de personas de vacaciones en las playas de Ostende, un balneario turístico de la costa atlántica argentina perteneciente al Partido de Pinamar. El vocablo creado se compone de una base “Ostende” más la terminación “–ando” que corresponde a la declinación del gerundio, p.ej. “amar/amando”. El carácter anómalo de esta creación reside en el hecho de que no está permitido formar gerundios a partir de sustantivos, sino que se forman a partir de infinitivos. La palabra podría considerarse un sinónimo de la frase “de vacaciones en Ostende”. Su lectura e interpretación supone un esfuerzo mayor en el lector, en tanto debe recomponer el proceso creativo anómalo para decodificarla y entenderla. Estos costes de procesamiento deben de estar compensados, de algún modo, por la valorización positiva que estos tipos de creaciones anómalas tienen en la red.
Por último, limitaciones ligadas a la naturaleza del canal motivan el incumplimiento de ciertas reglas ortográficas como el punto final. Véase en el siguiente ejemplo:
La Papa Universal- Revista de Historietas versión radial.
Radio Estación Sur 91.7 (Us.31, msj.4)
En el ejemplo vemos que la publicación es un anuncio de un programa radial. Al final se informa el dial de la estación de radio; por eso el uso del punto final dificultaría la consecución de la misión del mensaje que es, en última instancia, que otros usuarios escuchen el programa promocionado. Un caso similar lo encontramos en Us.41, msj. 2.
3.7 Propuesta para la elaboración de métodos de enseñanza de la ortografía española
Van Waes, Leijten y Neuwirth (2006) destacan que los medios digitales crean nuevos géneros a gran velocidad. De este modo: “Many new forms (hipermedia, www) make new demands on writers and writing pedagogies” (p.3)[13]. Con el objetivo de atender estas demandas, en este apartado quisiéramos proponer algunas notas orientadoras para profesores y profesoras de escritura en español, que recojan los resultados del análisis realizado sobre los errores de ortografía en Facebook.
Ingresamos, entonces, en el terreno de la didáctica de la ortografía, que se ocupa de buscar “regularidades en la escritura de las palabras, con el fin de poder ofrecer a los usuarios pautas que los ayuden a resolver esas dudas y vacilaciones” (RAE, 2010, p.12). Es importante tener en cuenta que este tipo de didáctica, más que ofrecer reglas ortográficas generales, ofrece una serie de notas orientadoras, “generalizaciones inductivas hechas con fines didácticos a partir de reglas particulares que dictaminan cómo se escribe una palabra” (RAE, 2010, p.12).
En el apartado anterior hemos expuesto una serie de patrones comunes de los errores. A partir de esto, en el presente apartado ofrecemos una serie de notas orientadoras que se presentan en correlación directa con las regularidades de errores detectadas. Esperamos que estas sintéticas pautas puedan servir como herramientas para el trabajo de profesores y profesoras de escritura española en los distintos niveles de educación. En este sentido nos hacemos eco de la siguiente afirmación de la RAE (2010): “La ortografía (…) ocupa un lugar esencial en el sistema educativo, puesto que es indisociable de la adquisición de las destrezas básicas de la lectura y la escritura, indispensables en la formación elemental de todo ciudadano” (p.23).
El análisis ha mostrado que los subsistemas más afectados por la incorrección ortográfica en Facebook son, en orden descendente, la puntuación, los signos diacríticos (tildes y diéresis), y el uso de mayúsculas y minúsculas (Tabla VII). Estos tres subsistemas suman el 85% del total de fallos, por lo que una atención focalizada en estos puntos “débiles” de la ortografía en uso, sería aconsejable para una didáctica actual de la ortografía en español. En particular, los puntos más críticos dentro de cada subsistema son: 1) En puntuación, los signos de exclamación e interrogación, el punto final y los puntos suspensivos; 2) respecto de los signos diacríticos, la tilde, la tilde diacrítica y la tilde en palabras con hiato son los usos en los que se registran más fallos; 3) Sobre el uso de mayúsculas y minúsculas, la mayúscula inicial y la de los nombres propios son las reglas menos respetadas dentro de este subsistema.
El trabajo con los estudiantes a partir del análisis y corrección de ejemplos concretos de escritura en uso, por ejemplo, de publicaciones en Facebook o en otras redes sociales, puede resultar un recurso valioso para este tipo de pedagogía, ya que permitirá a los estudiantes contrastar los usos habituales y cotidianos del lenguaje, vinculados con registros informales, con el modelo estándar de escritura como norma ideal y culta de corrección. Consideramos que este contraste puede ser útil pero no en el sentido de devaluar, ejerciendo una mirada de reprobación sobre los usos actuales del lenguaje escrito en redes sociales sino, al contrario, mostrando a los estudiantes dos aspectos importantes. El primero, la posibilidad de corregir algunos usos ortográficos anómalos que pueden ocasionar problemas de ambigüedad e incomprensión entre los usuarios, entre otros inconvenientes comunicativos vinculados a la inestabilidad intrínseca de un sistema “anormal”. El segundo, y tal vez más importante, es la posibilidad de considerar la diferencia entre corrección ortográfica, por un lado, y adecuación comunicativa, por otro. Esto significa que una didáctica de la ortografía actual debe velar, no solo por la corrección ortográfica en sí, sino además por la adecuación del mensaje escrito en su contexto de enunciación. Y en este sentido, creemos haber dado cuenta en nuestro análisis de que muchos mensajes presentan una ortografía anómala y a la vez son adecuados y aceptables en el marco de la red social. Vimos cómo en muchas ocasiones, los usuarios infringen intencionadamente alguna regla de ortografía con fines creativos, para generar modos de significación alternativos. Por esta razón, la enseñanza de la ortografía debe atender a los distintos registros y “sistemas de escritura”, haciendo comprensible para los estudiantes la diferencia entre contextos de escritura estándar de otros, como las redes sociales, que se valen de reglas interdependientes respecto de la norma estándar pero, al mismo tiempo, propias y diferenciales.
En esta misma dirección Ghio (2001) destaca que:
Con ayuda del maestro, los aprendices podrían no solo tomar conciencia de sus conocimientos y habilidades lingüísticas, sino también sistematizar esos conocimientos y esas habilidades para ser capaces de reflexionar críticamente sobre ellas. Es importante que puedan reconocer las variedades lingüísticas y sus diferencias formales, pero también, las actitudes, los valores y prejuicios lingüísticos que pesan sobre algunas de ellas. (…)
La escuela debe promover y estimular a los alumnos a desarrollar la habilidad para usar la lengua estándar en las situaciones que ellos estimen convenientes o cuando sea necesario, y siendo conscientes de los inconvenientes o desventajas a los que se exponen si no desarrollan esa habilidad. Pero, al mismo tiempo habría que estimularlos a considerar que con sus propias prácticas, en sus interacciones cotidianas, los hablantes contribuyen a configurar y reconfigurar el orden social, es decir, tanto a reproducirlo como a transformarlo. (p.12)
Este tipo de didáctica de la ortografía, que logre integrar los criterios de corrección y adecuación de modo de hacerlos comprensibles para los estudiantes y de este modo, pueda brindarles herramientas lingüísticas facilitadoras para su pleno desenvolvimiento social, es una de las vías para que las instituciones que se ocupan de la educación de la lengua española, y en particular de su escritura, respondan (y en este sentido, sean “responsables”) ante los profundos cambios lingüísticos, sociales y culturales implicados en el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
Con estos lineamientos podremos seguir adaptando nuestra enseñanza a los nuevos y constantes desafíos que, como corolario, definen Martos y Campos (2012):
Ante estos nuevos escenarios culturales necesitamos superar la oposición impreso/digital, y favorecer un proceso amplio de inclusión cultural, que suponga el fomento de un lector polialfabetizado (A. Piscitelli), híbrido, incluso “anfibio” al modo en que Bajtin describe a Rabelais y a Cervantes, esto es, capaz de “pisar varios territorios”. Ello supone considerar una ecología integradora, que abarque todas las literacías significativas para la lectura, y que contemple lo mismo las grandes aportaciones de la cultura letrada, incluyendo el amor por el libro y la cultura escrita, y la aproximación escrita a todos los fenómenos de la modernidad, incluso a aquellos que serían hoy parte de subculturas marginales o excéntricas respecto a los núcleos científicos y artísticos, pero que en un futuro, según la mencionada teoría de los polisistemas de Even-Zohar, bien pueden cambiar de posición. (pp. 5-6)
- [Una unidad espacial-virtual desplegada en la pantalla de un ordenador.]↵
- De hecho, las políticas de seguridad de la empresa incluyen diversos mecanismos para denunciar los perfiles personales que no coincidan con la persona real. De esta forma, entre las normas comunitarias de Facebook encontramos la siguiente: “Al unirte a Facebook, aceptas usar tu nombre e identidad reales” (…) “Las personas se conectan en Facebook con sus identidades reales. Al respaldar sus opiniones y acciones con reputación y nombre reales, la comunidad es más responsable. Si descubrimos que tienes varios perfiles personales, podemos pedirte que cierres los otros perfiles. Asimismo, podemos eliminar los perfiles que se hagan pasar por otras personas” (Normas comunitarias, 2017).↵
- [La necesidad de pertenencia es el principal impulso para formar y mantener relaciones (Baumeister & Leary, 1995) y la mayor motivación para el uso de Facebook. Facebook permite a sus usuarios llenar sus necesidades de pertenencia, comunicándose y aprendiendo sobre los demás.]↵
- [La oportunidad de expresar estos aspectos propios motiva el uso más importante de Facebook como herramienta de confesión personal.]↵
- Esta doble secuencia de teclas implica un uso más costoso, en términos de la economía de movimientos ortotipográficos, que las teclas únicas para cada grafema, por ejemplo /p/, /f/, etc. Y, por lo tanto, significa una carga adicional para el sistema psicomotriz, lo cual podría significar un factor que explique la abundancia de fallos de acentuación. En todo caso, podremos comprender mejor esta cuestión a través del análisis del corpus.↵
- ¿Las redes sociales como Facebook son factores de dispersión, como aquellos otros sobre los cuales advierte la RAE y ASALE (2010)? ¿O la ortografía anómala de Facebook representa más bien un uso aislado que no influye en otros medios de comunicación externos, y por lo tanto que no tiene efectos negativos en relación a la unidad de la lengua? Estas son preguntas que guiarán nuestro análisis del corpus en los siguientes apartados. ↵
- El presente estudio, de forma análoga a la ortografía como disciplina, también adopta una perspectiva sincrónica, en tanto analiza el estado de lengua a partir de un corpus de emisiones realizadas en la época actual. ↵
- A partir de este criterio se clasificarán los errores literales, es decir, sobre el uso incorrecto de letras o grafemas. ↵
- Como señalábamos en el apartado 3.2, estas características distintivas de la oralidad son las que intentan compensarse a través de la escritura electrónica mediante un complejo sistema de signos visuales que no están incluidos en la normativa escrita estándar. ↵
- Extrajimos esta información de: ¿Cómo se usan los hashtags? (2017). ↵
- A fin de otorgar claridad a la exposición, utilizaremos la cursiva para señalar palabras en los ejemplos del corpus, y un asterisco para señalar las palabras de ortografía errónea en el texto principal. ↵
- Un uso creativo en este contexto puede definirse como una expresión lingüística que, aun pudiendo ser incorrecta desde el punto de vista ortográfico, es adecuada desde el punto de vista comunicativo, ya que se vale de la transgresión de una regla gramatical para representar una idea, objeto, hecho, fenómeno o relación, de manera no convencional. Estos usos creativos anómalos además tienen una serie de ventajas comunicativas, por ejemplo, la posibilidad del reconocimiento, de parte del interlocutor o lector, de la invención innovadora de un término, lo que redunda en una valoración positiva del emisor.↵
- [Muchas formas nuevas (hipermedia, www) imponen nuevas demandas a escritores y a las pedagogías de escritura.]↵