Gustavo R. Cruz
Este libro surge de investigaciones sensibles y pensantes acerca de las complejas luchas territoriales de los pueblos indígenas o indios, de ayer y de hoy, a lo largo de todo el continente. Sigue vigente la disputa entre propiedad comunitaria y propiedad privada. Estados nacionales, empresas, individuos por un lado. Comunidades, pueblos, naciones, organizaciones indias/indígenas por otro. Pero nada es homogéneo, nada es blanco-negro. La pluralidad y la especificidad geo-contextual de cada reivindicación de derechos indígenas exigen estudios pormenorizados.
En esta obra se presentan estudios focalizados en algunos problemas nodales de la historia de la relación entre el Estado-nación y los pueblos indios. Nuestro énfasis está puesto en la crítica a los ensayos estatales-nacionales (argentino sobre todo) por resolver lo que se llamó a inicios del siglo XX “el problema indio”, cuando todo indica que en realidad estamos ante “el problema del Estado-nación”. Tres ejes temáticos articulan los trabajos aquí reunidos: a) asedio a los indigenismos, b) mestizaje, feminización y olvidos y c) colonialismo lingüístico, epistémico-político.
Desde el año 2014 nos nucleamos en torno a un tema de investigación: la subjetivación política indígena en Argentina y Bolivia entre 1945 y 1994.[1] En ambos países surgían en 1945 gobiernos nacionalistas dirigidos por militares (Juan Domingo Perón en Argentina y Gualberto Villarroel en Bolivia). En diferentes contextos estatales-nacionales, ambos gobiernos impactaron en la politización india/indígena. Desde los años ochenta, con los procesos de transición a la democracia y, después, en los noventa, con la hegemonía del neoliberalismo, se reactualizaron las reivindicaciones culturales-políticas-económicas, algunas alentadas desde los Estados, que buscaron incorporar a los sujetos indígenas bajo una política del reconocimiento de la diferencia y del multiculturalismo, paradigma asumido por Bolivia y Argentina en sus respectivas reformas constitucionales de 1994. Fue entonces que nuevas generaciones de indígenas politizados retomaron los discursos políticos de los años sesenta-setenta en nuevos contextos. Con esto queremos poner de relieve que, antes que una “emergencia” del plural movimiento indígena en la región, se trata más bien de una re-emergencia, que remite a una larga historia, incluso anterior a la conformación de las Repúblicas.
Con esta delimitación temporal y espacial logramos nuclear trayectos de investigaciones distintas, pero confluyentes de algunas-os que veníamos trabajando el tema y de otras-otros que se iniciaban en los caminos de la investigación. Aunque para todas-os fue un momento inicial: el de constituirnos como equipo de trabajo, construyendo relaciones de sororidad y fraternidad, lo cual nos enseñó desde cómo bosquejar nuestros primeros escritos hasta cómo orientar la elaboración de proyectos individuales y colectivos, varios de los cuales lograron la acreditación académica de CONICET (cuatro becas doctorales y una beca posdoctoral). Luego de cinco años de trabajo ininterrumpido, estamos en condiciones de proponer el presente libro para la discusión, tanto social como académica, de nuestras conclusiones, siempre provisorias: hipótesis nuevas que fuimos esbozando, horizontes que se nos abren.
En este camino conocimos personas fundamentales en la enseñanza del oficio del conocimiento social, político y filosófico. Mencionaremos tres, siendo injustos con otras que también tuvieron incidencia entre nosotros. Pero estas tres, sin duda, tuvieron un impacto más colectivo. En primer lugar, la doctora Andrea I. Gigena, quien co-dirigió el equipo de investigación. Ella abrió camino para que muchas-os de quienes aquí publicamos se iniciaran en el camino de la investigación politológica. Sus estímulos y críticas de orden epistémico y metodológico dejaron una huella imborrable. Aunque no publique aquí, su voz se puede oír en varios de nuestros artículos. Entre sus diversos textos, nos inspiró su libro Procesos de subjetivación de campesinos e indígenas en las luchas por la tierra en el norte de Argentina (2013).
En segundo lugar, la filósofa y escritora feminista Francesca Gargallo, quien fue generosa ante nuestras invitaciones a exponer su pensamiento feminista nuestroamericano en diferentes ámbitos en ocasión de sus viajes a Argentina (reside en México) y a apoyar nuestros proyectos. Su libertad lúcida y su pasión por historizar el pensamiento en los surcos de Nuestra América o Abya Yala la transformó en nuestra interlocutora y maestra (al escribir esto, no podemos olvidar a nuestro maestro común en estos quehaceres: Horacio Cerutti Guldberg). Su libro Feminismos desde Abya Yala (2014), para mencionar una de sus tantas publicaciones, influyó profundamente entre nosotras-os. Aunque Francesca misma sea hoy crítica de esa obra, por lo cual decidió no continuar publicando sobre la temática de los feminismos indios.
Por último, la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui, una de las teóricas de mayor agudeza en la crítica del mestizaje y del colonialismo interno, no sólo de Bolivia, sino de todas las sociedades constituidas en la compleja historia colonial-republicana de nuestra región. Ella compartió su pensamiento generosamente en dos espacio-tiempo no formales, donde pudimos leer, preguntar y (en nuestras posibilidades) debatir su manuscrito titulado Un mundo ch’ixi es posible. Memoria, mercado y colonialismo[2]. Su noción de chi’ixi es fecunda para nuestras indagaciones teóricas-prácticas.
A estas tres mujeres lúcidas: ¡gracias!
El pensamiento crítico latinoamericano nos sirvió no sólo como cobijo teórico ante edificios académicos eurocéntricos. Se notará en los artículos que componen este libro un esfuerzo riguroso y honesto por nutrirse de teorías y autoras-es que asumen el desafío de interpretar y explicar problemas desde nuestra región. ¿Cómo llamarla? “Abya Yala” responden desde diversos pueblos, movimientos, organizaciones y naciones indias o indígenas. Ese nombre nos expresa bien. Desde otro lugar nos responden que el nombre adecuado, utópico y crítico, es “Nuestra América”. También nos comprende y agrada. “Latino”-américa es un nombre complejo, ambiguo, plagado de críticas. Arturo Roig lo criticó y no por ello lo dejó de utilizar. Seguimos esa senda, guiados por un criterio algo pragmático: señalar a los desprevenidos de que nuestro “marco teórico” es producido desde nuestra región. Es un nombre relativamente aceptado, aún adecuado para aunar esfuerzos y horizontes plurales, de ahí que resulte pertinente publicar nuestros avances en el marco de esta colección. También es importante señalar lo fundamental que fue el Seminario de Pensamiento Crítico Latinoamericano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por Carlos Asselborn, Oscar Pacheco y quien escribe. Casi la totalidad de los textos aquí publicados fueron expuestos en dicho marco, donde recibieron críticas, interrogaciones y estímulos que demandaron agudizar las argumentaciones. Nos alegra presentar una obra que ha tenido un lento proceso de maduración, aún considerando la juventud de muchas-os de sus autoras-es. Se trata de una maduración colectiva. Particular mención hacemos del trabajo de corrección y edición que realizó Agustina Fornero.
Una aclaración terminológica: ¿indios o indígenas? No es nada nueva la discusión sobre qué nombre es pertinente. En todo caso, llevan mucha razón aquellos pueblos y dirigentes que prefieren adoptar los nombres propios de sus pueblos, abandonando así nombres impuestos por el colonizador. Sin embargo, ambos términos siguen siendo utilizados. “Indígenas” lo prefieren las organizaciones estatales e internacionales, algunas organizaciones, pueblos y dirigentes de los pueblos “indígenas”. El indigenismo (o los indigenismos, como se argumentará en la obra) es la ideología que sustenta el nombre indígena: originario de algún lugar no-europeo, no-occidental. En cambio, el término indio es mucho más resistido y criticado, es un nombre políticamente incorrecto, pero así mismo es reivindicado por pueblos, organizaciones, intelectuales “indios”. El indianismo es una de las ideologías que reinterpretan y asumen el término indio como categoría política, que nombra a los sujetos racializados, pero que se rebela contra la dominación racial-cultural-económica. En este libro se utilizarán los dos nombres, indígena e indio, conscientes de las divergencias entre ambos. Este uso deja abierta la tensión entre ambas nominaciones y la disputa de significados e interpretaciones. Cada autora y autor tiene más cercanía con uno u otro.
Asedio a los indigenismos
El libro se inicia con el texto de Gustavo R. Cruz sobre “Indigenismos, blanquitud y nación”, donde se pretende mostrar la complejidad de los indigenismos latinoamericanos. El autor plantea las razones de la posición crítica que se asume ante los indigenismos. Se aborda someramente el indianismo de Fausto Reinaga para delimitar el problema de la cuestión racial vinculada al “problema nacional”. Luego se retoma la crítica de Bolívar Echeverría sobre el racismo de la blanquitud y el racismo de la blancura constitutivos de las naciones modernas. Se vincula ambas variantes racistas con los indigenismos. A modo de conclusión, se delimita una hipótesis sobre los indigenismos presentes en la Argentina, sosteniendo que existe un neoindigenismo multicultural, propio de un “racismo tolerante”, no escindido de un racismo virulento, que hunde su raíz en el darwinismo social del siglo XIX e inicios del XX.
Valeria Avalo aborda la cuestión del “Indigenismo en Tanco y Perón: recepciones del abogado kolla Eulogio Frites”. Analiza las formas en que operó el indigenismo estatal en la década del cuarenta en Argentina, focalizándose en la provincia de Jujuy. Utiliza como principal documento de investigación materiales publicados en el libro El derecho de los pueblos indígenas (2011) del abogado kolla Eulogio Frites, uno de los más importantes intelectuales y dirigentes indígenas en nuestro país. Avalo se centra en los vínculos que Frites tuvo con Juan Domingo Perón (1895-1974) y Miguel Aníbal Tanco (1888-1961) respecto a la lucha indígena. Se ocupa de analizar el discurso que Tanco pronunció en la Cámara de Senadores de la Nación en el año 1949, en referencia al Decreto N° 18.342 –dictado por Perón– de expropiación de tierras para adjudicarlas a los pueblos indios. Su hipótesis es que el indigenismo estatal consiste en la búsqueda de una solución al “problema del indio” en relación a la cuestión nacional a través de su incorporación subordinada al Estado-Nación.
En “Las Reformas Agrarias del indigenismo estatal en Bolivia (1953) y Perú (1969)”, Carolina Andrea Zarzuri nos aproxima a las diversas dinámicas y articulaciones que existieron entre el campesinado indio y los procesos de Reformas Agrarias producidas en Bolivia (1953) y en Perú (1969). La autora parte de la premisa de que las Reformas Agrarias son procesos que eliminan o disminuyen las áreas de autonomía productiva cultural y política de los pueblos indios. Dichas reformas constituyen un aspecto medular dentro de la estructura del indigenismo estatal dado que se presentan como políticas que contribuyen a imponer la matriz occidental capitalista sobre la matriz ancestral indígena de las comunidades. Muestra las semejanzas y diferencias en el despliegue de las Reformas Agrarias íntimamente ligadas a la puja entre matrices civilizatorias no-occidentales y los denominados “procesos de modernización” que se desarrollaron durante los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro en Bolivia y de Juan Velasco Alvarado en Perú. Sostiene que los indios son portadores de su propia acumulación política e histórica y poseen demandas y reivindicaciones que cuestionan radicalmente al indigenismo estatal. Bolivia y Perú son los Estados de mayor irradiación indigenista en América del Sur. Si bien no publicamos un estudio específico sobre el indigenismo mexicano, es menester nombrarlo pues fue uno de los más influyentes también en Sudamérica.
Mestizaje, feminización y olvidos
Agustina Fornero y Carolina Artaza, en “¿Infantilización o feminización indígena? Reflexiones conceptuales para pensar el mestizaje”, aportan una muy sugerente problematización de la dominación indígena entendida como infantilización, pues plantean que ese modo de ver desatiende las características sexistas y misóginas de la conquista y colonización de América Latina. Proponen como hipótesis de investigación que la colonización también ha producido sujetos feminizados. Ponen en diálogo los conceptos de infantilización y feminización, argumentando a favor de éste último, desde los aportes de Karina Ochoa y Francesca Gargallo. A partir de esto, se ocupan de los procesos de mestizaje para señalar de qué manera cada una de estas formas de dominación de la subjetividad han permitido “transformar a los indios en mestizos”, según lo plantea Marisol de la Cadena.
En “Mestizaje y olvidos”, Octavio Marino Pedoni realiza un ensayo filosófico que parte de la caracterización propuesta por Leopoldo Zea sobre América Latina como una “yuxtaposición de realidades”. La imagen de la yuxtaposición implica elementos que se encuentran contiguos sin algo que los separe. Se interroga sobre: ¿cómo se ordena esa yuxtaposición y desde qué se la ordena? ¿Qué se prioriza, qué se visibiliza y qué se oculta? Se ocupa en particular del mestizaje como paradigma del ordenamiento y de hacer comunidad. Inquiere sobre qué se oculta y olvida con los términos “indios”, “indígena” y “mestizo” en la yuxtaposición América Latina. Para ensayar respuestas a esta pregunta recurre al poeta Armando Tejada Gómez y al indianista Fausto Reinaga. Así, destaca la importancia de las historias y las memorias para subvertir los olvidos y las voces ocluidas bajo el paradigma del mestizaje en la yuxtaposición América Latina.
Colonialismo lingüístico, epistémico-político
En sus “Reflexiones para pensar el colonialismo lingüístico en relación al sistema escolar y a la Educación Intercultural Bilingüe en Argentina”, Evangelina Pérez procura delimitar los vínculos existentes entre el colonialismo y el sistema escolar, centrándose particularmente en la enseñanza y el uso de la lengua. Para ello, rescata algunas cuestiones históricas desde la formación de los Estados Nación, el surgimiento del sistema escolar, y la instauración de la política de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en Argentina. Muestra un modo particular del colonialismo, que es la imposición de lenguas hegemónicas, retomando algunas discusiones sobre el colonialismo lingüístico. Focaliza los modos en que el colonialismo opera en el sistema escolar y las lenguas “legítimas”. Esto le permite interrogarse si en la Argentina la EIB puede ser pensada como un intento de superar el colonialismo lingüístico.
En “Violencia epistémica en Abya Yala: la relación del euro y del latinocentrismo con el epistemicidio indígena”, Diego Toledo Bugarini problematiza una faceta a menudo soslayada en los análisis de la violencia: su costado epistémico. Su hipótesis propone pensar al eurocentrismo y, también, al latinocentrismo, como modalidades específicas de un mismo ejercicio de violencia epistémica que supone la subordinación de los saberes indígenas. Expone aquellos rasgos de la modernidad y del colonialismo que permiten entender la permanencia de aquella forma tan peculiar de violencia. Indaga la particularidad del eurocentrismo y el latinocentrismo así como sus implicancias en el epistemicidio indígena contemporáneo.
Por último, el dirigente omaguaca y antropólogo Gustavo Ontiveros expone sobre “Movilización política indígena en Jujuy”. Este material es posible de publicarse gracias al trabajo de recopilación y edición de Agustina Fornero y Valeria Avalo. Gustavo Ontiveros expuso sobre los conflictos entre el gobierno provincial de Jujuy y las comunidades indígenas, en el marco de la “Semana del Aborigen 2017: fortaleciendo en Córdoba la resistencia indígena, negra y popular”, organizado por el Instituto de Culturas Aborígenes (ICA) en Córdoba. Ontiveros realiza un análisis crítico de la situación política de la provincia norteña, argumentando que los Estados nacional y provincial continúan siendo coloniales. Publicamos su aporte debido a su relevancia para la discusión sobre el plural sujeto político indígena contemporáneo en Argentina.
- El Proyecto de Investigación “Pensamiento crítico latinoamericano: subjetivación política indígena en Argentina y Bolivia (1945-1994)” está acreditado académicamente y financiado por la Unidad Asociada a CONICET Área de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba, para los períodos 2014-2015 y 2016-2018.↵
- Recientemente publicado con el título Un mundo ch’ixi es posible: ensayos desde un presente en crisis. Buenos Aires: Tinta Limón, 2018.↵