Las primeras ideas de este libro surgieron en un aula de la Universidad de Buenos Aires, en 2015, durante la cursada de “Sociología de Medio Oriente”, una de las últimas materias en mi trayecto por la licenciatura de grado en Sociología. A sus docentes quiero agradecer, en primer lugar, por iniciarme en las primeras lecturas sobre el mundo islámico.
Por supuesto que agradezco también a la Universidad de Buenos Aires, la cual habito desde una edad muy temprana, desde mi formación secundaria. A cada uno de los docentes y compañeros que despertaron en mí distintas inquietudes relacionadas con las ciencias sociales, agradezco profundamente.
Asimismo, este libro es resultado de mi tesis de maestría en Comunicación y Cultura, enmarcada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Agradezco a cada uno de los docentes de dicho posgrado y, enfáticamente, a la Dra. Cora Gamarnik, Dra. Betina Guindi y Dra. Daniela Losiggio, juradas de la tesis: sin su evaluación, lectura y valiosos comentarios, este libro hubiera sido imposible.
A su vez, quiero agradecer profundamente a mi director de tesis, Dr. Ignacio Rullansky, quien desde una humildad fundamental para los que emprendemos la ardua tarea de la investigación en ciencias sociales, ha contribuido y facilitado diversos textos, ideas y comentarios para nutrir este trabajo. Sin sus ánimos y aliento hubiera sido aún más difícil la culminación de este trabajo. Agradezco también a los integrantes del Departamento de Medio Oriente, en el marco del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata, por leer borradores de este texto y hacerme atentos comentarios.
A mi co-directora, Mg. Marina Gutiérrez De Angelis, quien me ha facilitado muchos textos sobre nuevas perspectivas respecto al estudio de la imagen que no conocía cuando comencé la tibia escritura del texto. Su perspectiva es de gran importancia en este trabajo y sus pormenorizados y detallados comentarios han facilitado grandes evoluciones en la escritura del mismo.
Agradezco también a la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando emplazada en Madrid, España, por autorizarme a utilizar y reproducir, en el presente texto, una de las imágenes conservadas en sus colecciones de Francisco de Goya, titulada Lo mismo (1815), que integra la serie Desastres de la guerra. Particularmente, destaco la cordialidad de Alberto Urueña García, quién fue mi contacto con la institución.
A la memoria de Ana María Gómez Caurel, al deseo (“spinoziano” y freudiano) y a aquel ámbito en donde uno propicia su esclarecimiento: el psicoanálisis.