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1 Blogs, de la revolución a una muerte anunciada

Numerosa bibliografía da cuenta del proceso de incorporación de la digitalización y de la comunicación por redes a la vida cotidiana, mediada por la inclusión de la computadora en la vida diaria y, actualmente, de numerosos dispositivos que permiten el intercambio y procesamiento de la información en y a través de Internet, con las consiguientes transformaciones en el mapa de los sistemas y medios de comunicación social.

A los fines de este trabajo, no me detendré en las cuestiones estrictamente técnicas o de soporte, sino que intentaré reconstruir las principales modalidades que adoptaron la publicación y circulación de contenidos en Internet en la Argentina, ya que es en esa genealogía donde se ubican la aparición y el desarrollo de los blogs en tanto medios de comunicación, es decir, considerando el soporte sumado a las prácticas sociales de producción y de apropiación de esa tecnología (Verón 1992). El foco de este desarrollo estará puesto, además, en lo que denomino, de manera amplia, “publicaciones personales”.

Por publicaciones personales entiendo a todo tipo de publicaciones producidas de manera individual, grupal o colectiva, construidas con cualquier materia de la expresión y sobre cualquier temática (incluso cuando se trata de reproducción de contenidos creados por otros), hechas públicas a través de los distintos soportes que ofrecen las redes informáticas, pero que no asumen ninguna voz institucional ni son creadas como producto de una empresa de medios de comunicación, por más que en su circulación dependan del soporte de éstas y otras instituciones, sino que se enuncian desde un “yo” o un “nosotros” desligado de cualquier instancia institucional.

Sitúo este recorrido específicamente en la Argentina ya que, si bien estos procesos se ubican en el amplio contexto de una creciente globalización económica y cultural, que produce una visible homogeneización en los modos de incorporación de tecnologías, cuyos usos se adecuan a las tendencias hegemónicas, entiendo que también es necesario dar cuenta de las peculiaridades que implican las prácticas culturales locales en las que específicamente se insertan estas tecnologías y sus usos.

En este sentido, se puede decir con Appadurai que las interacciones globales producen una tensión entre la homogeneización y heterogeneización cultural y que “tan rápido como las fuerzas de las distintas metrópolis logran penetrar otras sociedades muy pronto son aclimatadas y nacionalizadas” (2001, 30).

Una historia cercana[1]

En la Argentina, las primeras publicaciones personales con soporte de computadoras conectadas pueden encontrarse en el Sistema de Boletines Electrónicos (BBS, del inglés Bulletin Board System). Este sistema requiere de un software que permite a los usuarios conectarse mediante un módem (a través de una línea telefónica o a través de Internet) y acceder a unas “carteleras electrónicas” en donde se pueden intercambiar mensajes, públicos y privados, acceder a servicios informativos e, incluso, descargar software y datos. Los BBS decayeron, aunque sin desaparecer, con el advenimiento de las conexiones comerciales a Internet, que facilitaron la incorporación de las computadoras hogareñas a la red, y a medida que se popularizaba el correo electrónico a través de Internet[2].

En un trabajo pionero sobre comunidades virtuales en la Argentina, Fejler (2000) da cuenta del funcionamiento de los BBS locales. El primero de ellos fue Century 21, que, creado en 1984, duró 10 años y llegó a tener entre 1.500 y 1.800 miembros. Como sucedió en general con el uso de Internet, los primeros en utilizar los BBS fueron fanáticos de la computadoras y de los mensajes a distancia. Century 21 tenía tres áreas principales: radioafición, comunicaciones, y módems. Además de ser un medio de comunicación para enviar y recibir mensajes, tanto públicos como privados, ofrecía información sobre páginas escritas por otras personas, como escritores y periodistas, y los usuarios colaboraban publicando cosas escritas por ellos.

En 1985 nació el BBS Reset, sobre informática y literatura y, en 1987, CBM Groups, que agrupaba a los aficionados de la computadora Commodore 64. Más adelante, en la década siguiente, Interlink fue otro BBS conformado alrededor de fanáticos de la computadora Macintosh, pero el acceso a este sistema era pago. Además, en 1987, se creó en la Argentina la primera filial latinoamericana de la red FidoNet. Desarrollado en Estados Unidos, fue el primer BBS que se conectó con Internet y brindaba dirección de correo electrónico para toda la red.

A propósito de su experiencia personal, Guillermo Bertossi, especialista en tecnología informática y uno de los primeros bloggers argentinos (entrevista personal, 10/04/2012), destaca que los BBS brindaban un espacio donde se establecían relaciones por afinidad, antes que por geografía. Habitante de un pueblo chico, Venado Tuerto, para Bertossi los BBS implicaban la posibilidad de intercambiar información con otros afectos a las tecnologías, salteando las barreras geográficas. “Eran como foros a los que vos te suscribías” (G. Bertossi).

Como se ve, los BBS anticiparon muchos de los usos que, mediante la utilización de otras aplicaciones, se popularizaron más tarde en Internet: los foros de discusión donde se debaten temas específicos, los newsgroups o listas de correo, para compartir información especializada, las publicaciones en páginas personales de fans o especialistas, que ponen a disposición de otros su conocimiento e, incluso, los weblogs en su función de “filtro”: recorrer fuentes de información y seleccionar “lo mejor” como una guía para los demás.

También –y en este sentido se desarrolla el trabajo de Fejler– a partir de este intercambio sobre temas de interés en común se desarrollaron comunidades virtuales, algunas de las cuales pasaron a instancias presenciales, promoviendo encuentros y reuniones. Por entonces, la cuestión de pertenecer a una comunidad ponía en primer plano la problemática de una identidad construida ad hoc para interactuar en ese ámbito[3].

La noción de comunidades virtuales tiene una definición clásica en Rheingold (1996). El autor las entiende como las conformaciones sociales que emergen cuando un grupo de personas (que pueden o no encontrarse cara a cara) intercambia conversaciones e ideas durante un tiempo prolongado, con la mediación de redes. Esto implica que la comunidad virtual necesita del soporte de una cierta infraestructura que permite las reuniones y la comunicación por vías que no son presenciales (Klang y Olsson 1999).

Los trabajos sobre comunidades virtuales desarrollados en esa etapa de las comunicaciones mediadas por computadoras (CMC) tendían a diferenciar este tipo de comunidades, a las que se caracterizaba por su labilidad, de las presenciales, que eran, en cambio, consideradas “auténticas”, aún cuando se partía de la idea de que es posible desarrollar en las comunidades virtuales “sentimientos humanos” como para formar una red de relaciones personales. Con el avance de las CMC y el uso cada vez más intensivo de los soportes digitales para las comunicaciones cotidianas, esta contraposición tendió a borrarse, ya que la dimensión virtual comenzó a entenderse como parte de la constitución de las redes sociales personales en continuidad o solapada con las instancias presenciales.

Las listas de correo electrónico son consideradas por Fejler como una segunda etapa del desarrollo de comunidades virtuales en la Argentina. Aunque se extendieron a partir de la apertura del acceso masivo a Internet vía la World Wide Web (WWW, Web de acá en adelante)[4] y las conexiones comerciales en 1995, ya a fines de la década de los ‘80 existían listas que nucleaban a personas que intercambiaban información y mensajes vía correo electrónico en torno a un tema de interés, como fue el caso de Argentina Café, que se conformó en 1989 con los argentinos relacionados con la actividad académica que residían en el exterior.

Antes del desarrollo de la WWW, el correo electrónico era la herramienta con soporte en Internet de uso más extendido, aunque principalmente entre expertos en tecnologías y académicos. También era utilizado en redes cerradas (sin conexión a Internet), sobre todo en ámbitos laborales. Sin embargo, con el avance de las conexiones a Internet, el uso laboral se amplió a:

…la búsqueda de información, el contacto con los profesores que tuviste, con algún vínculo exterior, con esa familia con la que no hablabas nunca y ahora se facilitaba. [En ese entonces, y comparado con hoy, el correo electrónico] era mucho menos social de juego, mucho menos social de contacto íntimo del día a día cotidiano. Fue migrando hacia eso (G. Bort, entrevista personal, 10/04/2012)[5].

Más adelante, y rápidamente, el mail fue utilizado como herramienta para compartir conocimientos, hallazgos en Internet y creaciones personales. Leandro Zanoni, pionero en el periodismo blogger en la Argentina, recuerda de su uso del correo electrónico, ya en la época de la Web:

Yo usaba el mail para expresarme periodísticamente cuando no tenía medio ni blog. Ni siquiera usaba el Word, lo escribía en el cuerpo del mail para que el otro no tuviera que tomarse el tiempo de abrir y demás. No llegaba a escribir notas largas, sino columnas de opinión. Se lo mandaba a 20 y me contestaban 15. Era un medio espectacular el mail en ese momento. […] Me daba feedback con gente que quizás conocías en el mundo offline, pero otro tipo de feedback, que no se daba en persona, con el nivel de intimidad que genera un mail, ni de privacidad (entrevista personal, 24/04/2012).

Por otro lado, para compartir archivos vía Internet o recuperar información disponible de algunos repositorios institucionales, se utilizaban como herramientas los comandos ftp mediante los cuales era posible conectarse a un servidor y transferir un archivo de un lugar a otro. Otra herramienta para recuperar información, de uso extendido en el país en esta etapa, fue Gopher:

Era básicamente como hoy cualquier computadora de Windows navega archivos, o sea, entrás a un directorio, hacés doble clic y te vas metiendo como una estructura de árbol de directorio, hasta llegar a un archivo. En algunos lugares, eso ya estaba con algún tipo de índice, con lo cual te facilitaba algún tipo de búsqueda, poder encontrar y poder transferir archivos de manera muy rápida (G. Bort).

Durante estos años previos a las conexiones comerciales y a la Web, en la Argentina la mayoría de las personas accedían a Internet a través de instituciones académicas de gestión estatal[6]. Los pioneros de la primera etapa fueron la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación, la Universidad de Buenos Aires (a través de su Centro de Comunicación Científica) y la Universidad Nacional de La Plata, que desarrollaron los servicios existentes durante ese período.

En conjunto, en esta etapa temprana, Internet tuvo dos usos inmediatos, que luego se masificarían con la expansión de las conexiones, las facilidades técnicas ofrecidas por la Web y mediante otro tipo de aplicaciones: la comunicación interpersonal (persona a persona o persona a grupo de personas) y la publicación e intercambio de contenidos, vía ficheros o documentos en los BBS o vía correos electrónicos. La búsqueda de información es un uso asociado a la existencia de estas publicaciones.

Es notable que, desde un primer momento, el nuevo soporte es utilizado como una vía para las publicaciones personales, aún cuando los accesos sólo eran posibles en marcos institucionales.

La llegada de la Web

El uso comercial de Internet en la Argentina comenzó el 26 de abril de 1995, cuando inició operaciones el primer proveedor de servicios de Internet (ISP, por Internet Service Provider) Startel, la empresa que conformaban con el 50% del paquete accionario cada una las compañías de telefonía, Telefónica y Telecom, que así tenían el monopolio del servicio. Inicialmente, los costos de conexión eran tan altos que sólo accedían al servicio de Internet las grandes empresas[7].

Startel publicitaba sus servicios como promesa de acceso a un “nuevo” mundo, de acuerdo a un aviso publicado en el diario La Nación que rezaba: “Internet es el fenómeno de comunicación e interacción humana de crecimiento más vertiginoso de todos los tiempos. Hoy la Red ya está en pleno funcionamiento. Sus usuarios son pioneros en un nuevo mundo. Y eligieron Startel para alcanzarlo”.

Esa misma pieza publicitaria habla de 50 organizaciones con presencia en Internet en la Argentina a través de este operador ISP, entre las que figuran grandes empresas (la mayor parte de telecomunicaciones), organismos del estado (Ministerio de Economía, Delegación del Gobierno de Santa Fe en Buenos Aires), universidades y el diario Los Andes de Mendoza.

Así, se da el ingreso de los medios de comunicación, en primera instancia de las empresas de prensa gráfica, a la publicación de contenidos en el nuevo soporte de redes: El diario La Nación lanza su sitio el 17 de diciembre de 1995 con el nombre La Nación Line. Unos meses antes, había inaugurado su sitio el periódico El Cronista Comercial. El diario Clarín lanzaría su sitio web el 10 de marzo de 1996[8], bajo el nombre de Clarín Digital.

En el caso de La Nación Line, se trataba de una página encabezada por el logo del diario, con un banner[9] de YPF y un resumen de noticias bajo el título “temas de hoy”. Era visitada por un poco más de 1.500 usuarios diarios y el staff estaba integrado por tres personas, según consigna el propio diario.

En el caso del sitio de Clarín, su primera versión online incluía todos los contenidos del diario, dos noticieros de Radio Mitre, fotos en 360° y un chat con los editores.

Respecto de los contenidos que estaban disponibles entonces en la red, G. Bort especifica:

La primera ola [de páginas web] fueron folletos institucionales de todas las empresas, acceso a algún tipo de información, papers, base de datos… o sea, alguna institución académica y los grandes proveedores de contenido, en la Argentina en ese momento La Nación y Clarín.

Pero también desde 1995 se registran páginas web personales, las primeras herramientas de publicación propias de la Web (López y Ciuffoli 2012). Publicar una página –personal o institucional– requería de espacio de un servidor (hosting) que era necesario pagar y de conocimientos avanzados sobre diseño y lenguaje html[10]:

Por esa época nació una herramienta de Microsoft, que en un momento se puso con el [navegador] Explorer que se llamaba Front Page, que te permitía hacer esto [diseñar páginas web… también] había otras herramientas. Para algo básico, estaba disponible (G. Bort).

Sin embargo, desde la aparición de las conexiones comerciales a Internet en la Argentina, existen sitios web que ofrecen espacio gratuito en sus servidores, y plataformas[11] que guían la creación de páginas, facilidades rápidamente aprovechadas por usuarios no institucionales y no necesariamente expertos, aunque sí avanzados. El caso más extendido globalmente en esos primeros años de la Web fue el de GeoCities[12].

G. Bort observa sobre estas plataformas que guiaban en el armado de las páginas web personales: “Obviamente era encasillado, pero en un minuto vos podías poner tres fotos de tu familia”. Algo que se repite en el desarrollo de las aplicaciones para Internet: a medida que las herramientas facilitan la publicación, posibilitando la multiplicación y diversificación de voces, los contenidos se vuelven más estandarizados, sobre todo desde el punto de vista de los formatos y diseños.

Para poder experimentar o crear de manera más libre era necesario un conocimiento experto de las herramientas y lenguajes compatibles con el soporte.

Como enfatiza L. Zanoni, las páginas personales son un antecedente directo de los weblogs. En la Argentina, los primeros en utilizar estos servicios fueron los usuarios más avanzados, por lo que muchos de los contenidos iniciales de las páginas personales se vincularon con temas tecnológicos:

[GeoCities] te daba la oportunidad de tener tu sitio de manera fácil. [Inicialmente eran] para un usuario más avanzado. Tenían su espacio y ahí empiezan a expresarse poniendo sitios técnicos, tutoriales… era cool en ese momento tener un GeoCities y vos tenías uno que era GabiSamela.geocities.com (L. Zanoni).

En este sentido, en la Argentina todavía poner un contenido en Internet “era como un curiosidad” (G. Bort): “No había negocio publicitario, no había masa crítica de usuarios, nadie tenía el comportamiento de ir a buscar esa información”.

En el caso de las páginas personales, publicar, entonces, respondía antes que nada a la necesidad propia de experimentar con el nuevo soporte, de expresarse y de poner a disposición pública conocimientos, experiencia y creaciones personales. Mostrarse, aún cuando era improbable ser visto. De todas maneras, la tendencia era a sumar las páginas propias en los espacios donde más usuarios circulaban, donde se establecía una “comunidad”, es decir, donde había una promesa de visibilidad y posibilidades de interacción.

En nuestro país, los portales, sitios que combinaban la publicación de contenidos de temáticas diversas con servicios web (canales de chat, foros, contenidos interactivos y multimedia) fueron los primeros en ofrecer plataformas para la publicación de páginas personales. Los casos más notorios fueron los de Ciudad Digital[13], UOL Argentina[14], El Sitio[15] y Terra Argentina[16]:

Pero fracasaban en sus servicios porque técnicamente no eran buenos. O quizás técnicamente estaban bien, pero la comunidad estaba en otro lado. En ese momento el lugar era Goecities […] porque tenía algo muy bueno, que no me acuerdo el nombre, algo de ring, de anillo, que lo que hacía era nuclear en un anillo los sitios de tus temas, entonces, por ejemplo, yo entraba al tuyo de literatura y abajo había como una flechita hacia la derecha y me llevaba a otro sitio de literatura que vos previamente habías puesto (L. Zanoni).

Con el crecimiento de GeoCities y, en general, de los usuarios de Internet, las temáticas de las páginas personales se diversifican. Además de las páginas con contenidos tecnológicos, aparecen las de los “fanáticos”: “El concepto ‘yo soy fan y me hago un sitio de lo que soy fan’: de Starwars, de Maradona, de comida o lo que sea, [eso] era GeoCities” (L. Zanoni). Esto se ve también en las páginas personales de los portales argentinos.

En el caso de El Sitio, las notas de prensa sobre su lanzamiento destacan la posibilidad del usuario de tener “su propio espacio, con fotos y su historia personal” en las páginas personales que funcionan como “una cédula de identidad en las pantallas del mundo”.

El Sitio promociona que allí también hay “páginas de famosos”. En este espacio, entonces, aparecen las vidas de unos y otros, famosos y no famosos, en una vidriera frente “al mundo”: la posibilidad de ser éstos tan visibles como aquéllos.

La idea de hacer público algo propio, incluso la propia vida y, a través de eso, mostrarse, quedar a disposición, se suma a la de compartir con afines gustos e intereses: “Empieza esta ola social. O sea, el embrión de Facebook, de poner disponible… no me pregunto tanto qué sentido tiene: está bueno, lo quiero hacer, ponerlo disponible, lo que hago, lo que no hago…” (G. Bort).

Para Fejler (2000), la tercera etapa de las comunidades virtuales, luego de los BBS y de las listas de correo electrónico, está dada por la aparición de comunidades nacidas en los sitios web comerciales, a través de foros de discusión, páginas personales y chats. Además de la ya mencionada Ciudad Digital, Fejler describe a los sitios Starmedia, que ofrece espacio y herramientas para que los usuarios creen sus propias páginas personales en la sección Starmedia Orbita, y Dynamo, página de entretenimiento y comunidades de Fibertel[17], que incluye chats, foros de discusión y creación gratuita de páginas personales.

Estos proyectos comerciales, como los portales mencionados más arriba, tratan de concentrar la navegación en una página y ofrecerle a los visitantes la posibilidad de hacerlo todo desde allí mismo, lo que, según Fejler, va en contra de “uno de los presupuestos esenciales iniciales y formativos de Internet, que es la descentralización” (2000, p. 263). Sin embargo, aunque los portales fracasarán como propuesta comercial en Internet, el fenómeno actual de las redes sociales, que tienden a concentrar toda la actividad de una persona en Internet en un único sitio, y la onmipresencia de Google como puerta de entrada a los contenidos de la red, muestran una permanente tensión entre la dispersión y descentralización que serían propias del soporte y los procesos de concentración económica que avanzan tanto en Internet como en el resto de los medios de comunicación y, en general, de las industrias culturales.

Con el crecimiento de las conexiones y el número de usuarios[18] (gracias al abaratamiento del servicio y el aumento de las velocidades de conexión), las páginas personales pasan a ser una fuente de contenido cada vez más común. Así, diversas notas publicadas en los diarios nacionales, en los que existen suplementos dedicados específicamente a la informática y las nuevas tecnologías, listan páginas “curiosas”, “absurdas” o “útiles”, e incluyen tutoriales que explican cómo publicar páginas personales en Internet: ya, en 1997, “no hace falta ser un experto en informática para construir una página propia”, según puede leerse en las notas de prensa.

Todavía, sin embargo, es necesaria la mediación técnica experta para publicar: las plataformas de las páginas personales, así como en general las plataformas de publicación que utilizan los distintos medios en Internet, no permiten la publicación automática, sino que es necesario que el sitio que funciona como servidor de esa página se actualice y “suba” la página a la red.

Hacia finales de siglo, las páginas personales son una presencia tan fuerte en la red que se vuelven tema de los propios portales en Internet, que las destacan, las recomiendan o las reseñan de diversas formas. Así, en 1998, Ciudad Digital / Ciudad Internet inaugura “Historias de ciudad”[19], una sección en la que se contaban historias de las personas que tenían página en Internet (tanto alojadas en ese portal como en la Web en general, pero siempre argentinas).

El relato estaba a cargo de un personaje imaginario que recorría la ciudad (la virtual y la física) y se encontraba con sus historias, que siempre partían de una página publicada en Internet. La entrevista con el/los autor/es de la página se reconstruía sin las preguntas del entrevistador, de manera que la historia era narrada como un relato en primera persona (del singular o del plural), precedido por una breve introducción donde el personaje ficcionalizaba, también en primera persona, el encuentro con el/los protagonista/s de la historia, y una conclusión en la que ese personaje partía dejando la historia atrás.

En palabras de Pablo Jamilis, editor jefe de Ciudad Digital ese momento:

“…un poco nos inspiramos en un programa de TV de (Fabián) Polosecki que se llamaba El otro lado[20]37. Martín (Enriquez), en un sitio que hacía con Marcos (Icardi) y Juan Llamosas[21] en el ’96, que se llamaba Churrasco, hacía unas entrevistas en primera persona o algo así y también trajo algo de eso como inspiración. Era la infancia de la Internet, y esos textos también los recuerdo como muy infantiles. A alguna gente de las primeras comunidades como el chat o los primeros gamers, creo que les gustaba un poco”. (Comunicación personal, 10/10/2013).

Fejler hace una mención especial a “Historias de Ciudad” y señala que, “como esa historia está siempre, de alguna manera, relacionada con el ciberespacio, logra generar un nucleamiento entre los que la leen”. (2000, p. 260)

Otro “fenómeno” que aparece con las páginas personales, y que la prensa comienza a tratar por estos años, es el de la transmisión en tiempo real de la vida cotidiana vía webcam[22]. En cuanto a los casos locales, la prensa da cuenta de la historia de una pareja que se conoció por chat y que fue la primera en transmitir su boda vía web desde la iglesia San Patricio en Belgrano y de las transmisiones en directo desde la casa de Anabella y Jessica Parmigiano “las primeras mujeres argentinas que instalaron una cámara web para que las observen”. En el artículo de M. Mazzini publicado en la revista Viva, Anabella Parmigiano cuenta que entró a Internet “el primer día que se habilitó en la Argentina […] pensé que si había gente con su página yo también podía tenerla […] Es una forma de expresarse, como escribir un libro” (1999, p.88).

Como se muestra en esta investigación, el rápido desarrollo de este tipo de herramientas para la publicación “personal” y los usos hasta aquí descriptos pueden ser ubicados como parte de lo que L. Arfuch entiende como expansión del espacio biográfico: en la trama cultural contemporánea, la vida, la experiencia “propia”, aparece como un núcleo esencial de tematización en las más diversas formas. Lo que sucede en la Web suma nuevas formas a las ya existentes (“entrevistas, conversaciones, perfiles, retratos, anecdotarios, testimonios, historias de vida, relatos de autoayuda, variantes del show – talk-show, reality show”) que expresan “una tonalidad particular de la subjetividad contemporánea” (2010, p.17). Una tonalidad que se compone de autenticidad, presencia, compulsión de realidad, visibilidad y sed de veracidad (Sibilia 2008, Arfuch 2010).

Los weblogs

El último año del siglo XX, los usuarios de Internet en el mundo se estimaban en 165 millones. A junio de ese año, un estudio de la consultora Prince & Cooke, publicado en el diario Clarín, indicaba que había 350.000 clientes de proveedores de Internet en la Argentina lo que, según los cálculos de esa empresa, se traducían en 920.000 usuarios de la red[23].

El perfil promedio de esos usuarios se ubica en los 30 años, con mayoría de hombres y universitarios, de clase media o media alta: las publicaciones no institucionales en Internet se corresponden, entonces, con este perfil promedio.

Es en ese momento que se desarrolla el concepto de “ir sacando al técnico del medio” y aparecen herramientas que automatizan la publicación en Internet “…con el concepto de tags [etiquetas], para hacerla más fácil, palabras clave, índices, una ventanita, poné tus mejores trescientas palabras acá, luego hacías clic, hacías un preview [previsualización] de cómo había quedado, acomodabas, publish y publicabas…” (G. Bort, entrevista personal).

La incorporación en los portales y en los sitios de medios de comunicación de este tipo de herramientas, que permitían la publicación automática a partir de completar campos en una plantilla, posibilitó la actualización permanente de los contenidos, la publicación en “tiempo real”. Ya en los inicios del año 2000, gran parte de las compañías informativas de Internet en la Argentina se lanza a ofrecer un servicio 7×24 (24 horas del día, los siete días de la semana). Aparece, así, la “noticia de último momento” y los medios en Internet encuentran una de sus especificidades: la cobertura en tiempo real de la información. Los diarios incorporan los resultados deportivos al instante y los periódios se apoyan en sus sitios online para cubrir noticias los días en los que el papel no sale a la calle.

Como fue señalado en un trabajo anterior, estas herramientas surgieron bajo el peso de la concentración y centralización de las empresas proveedoras de software y la racionalización de personal en el modelo flexible de las empresas “puntocom”[24]. Los sistemas de publicación automatizados permitieron una mayor productividad (medida en términos de cantidad de información publicada) y consolidaron la tendencia creciente hacia la estandarización y homogeneización del “arte” de los sitios (Samela y Villafañe 2004).

El mismo tipo de herramientas, sin embargo, facilitó el acceso a la publicación de un número cada vez mayor de internautas, cuando se trasladó al universo de las páginas personales. Los weblogs (o blogs, como se los conoce actualmente) expresan esta evolución: la posibilidad de crear y actualizar una página personal de manera sencilla y continua.

Por esa época, diversas herramientas experimentaban con la novedad de la publicación automática que sería la base de los weblogs[25]: un formulario con campos que se completan con textos y otros elementos (sin necesidad de usar lenguaje html) y que tomará su formato final de acuerdo a un diseño prefigurado. Los artículos publicados (o posts) se ordenan en la página web por orden cronológico inverso, es decir, el último post, el más reciente, se incorpora en la parte superior de la páginas.

En 1999 aparecen las primeras herramientas gratuitas de la Red para la edición y hospedaje de weblogs: Pitas, Live Journal, Blogger y GrokSoup (Formanchuk y Landi 2007, Alonge da Silva 2010). Todas ellas ofrecían servicios para crear y publicar páginas personales a través del uso de estos formularios, con una interfaz gráfica sencilla.

Además de representar una evolución de las páginas personales, como observa G. Bertossi (entrevista personal), los weblogs presentan un formato, modelado con el uso, que aprovecha de manera más radical las potencialidades específicas de la Web. A la posibilidad de actualización periódica, los blogs incorporan los enlaces hacia otros sitios (links) como parte de su lenguaje. En la mayor parte de los blogs, los links forman parte no sólo de los artículos publicados por el autor del blog y de los comentarios de lectores, sino que se integran al diseño general de la página en el llamado blogroll, una lista de enlaces a otros weblogs recomendados.

Al contrario del concepto del portal que busca retener al lector/usuario, el blogger se constituye como un guía hacia otros espacios en Internet, otros contenidos y otros blogs, y se integra sin dificultades a la estructura hipertextual propia de la Web:

Era un formato que no era como copiar una revista, sino un formato muy unido con la Web. Esa cosa de lo nuevo con los links, la comunidad, porque siempre tenía links a otros weblogs que te podrían llegar a interesar…” (G. Bertossi).

Otra característica novedosa de este formato fue que cada artículo incluía un campo de comentarios habilitado para los lectores. En general, el grupo de comentaristas más fijos de un blog tienden a ser otros bloggers: “porque si vos comentabas y no tenías tu blog, sos miembro de este grupo pero no compartís, no creás vos tus cosas” (G. Bertossi).

Como se constata en el corpus de análisis, se constituyen dos tipos de comentaristas de blogs: los fijos, muchos de los cuales son, además, bloggers, y los lectores que llegan al weblog casualmente, pero no forman parte de la comunidad habitual:

Con los comentarios nos pasaban cosas muy locas. Porque lo que pasaba con el blog era que había, además de los que nos leían siempre, tráfico que venía de los buscadores, que era otro tráfico totalmente distinto. De repente venía gente que buscaba ‘riñón’ en el buscador y caía en un blog donde hablábamos no se qué del riñón. Y de repente la gente empezaba a ofrecer riñones para la venta, y como había mucha gente que escribía sobre riñones en los comentarios, era un efecto de realimentación y multiplicación” (G. Bertossi).

Como me interesa sostener en esta tesis, la configuración discursiva de los blogs, con las especificidades hasta aquí señaladas, no está exclusivamente determinada por el soporte y sus dispositivos. Que los weblogs se constituyeran en un formato basado en la narración en primera persona, en la escritura hipertextual y en la interacción conversacional en los comentarios, no es algo que haya estado determinado por la herramienta de publicación, aunque ésta lo facilitara, sino por el tipo de apropiación que los usuarios fueron haciendo de esa herramienta, apropiación que estabilizó ciertos usos y no otros como propios, lo que a su vez redundó en el desarrollo de nuevas herramientas para facilitar aún más dichos usos.

De la misma forma, “un software no garantiza calidad, ni aporta valor agregado a los contenidos a priori” (Pardo Kuklinski 2005). Como, en otros términos, dice Bertossi, “no por tener la herramienta te vas a convertir en un autor. Y los (weblogs) que realmente tenían valor eran de gente que, si no lo expresaba de esa manera, lo iba a hacer de otra forma”.

Aunque estas reflexiones puedan parecer obvias, el entusiasmo que despertaron los blogs en el momento de su auge, tanto en las coberturas periodísticas como, en algunos casos, en la literatura especializada, se apoyaba en el supuesto de que el soporte determinaba de manera excluyente la configuración específica de estas publicaciones. Así, se entendía, los avances tecnológicos habían dado nacimiento a un nuevo medio.

El número de blogs en línea creció rápidamente y aparecieron en seguida los primeros usos periodísticos de la herramienta. Alonge da Silva (2010) consigna el 1 de abril de 1997 como fecha “fundacional” de los blogs periodísticos, cuando Dave Winer, programador estadounidense que desarrolló el primer blogging software, publicó la primera entrada de Scripting News, el weblog más antiguo registrado por la bibliografía, que continúa siendo actualizado hasta hoy.

La expansión del acceso y la creciente facilidad de publicación en Internet dieron inicio a la discusión sobre el desafío que los sitios de noticias en línea no institucionales, como los blogs periodísticos, los newsletters vía correo electrónico y, en general, los sitios periodísticos que no pertenecen a empresas de medios, representan para los medios tradicionales (entendidos estos últimos como las empresas de medios offline, incorporadas mediante sitios diversos a la Web) en tanto fuentes de información y consulta para el público en general. Este debate se dio tanto en la prensa como, un poco más tarde, en la bibliografía especializada, y continúa hasta hoy en el ámbito periodístico. Su primer antecedente puede rasatrearse en Estados Unidos, por el caso de la publicación online Drudge Report, del periodista estadounidense Matt Drudge, quien en 1998 difundió la primicia del affair Lewinsky-Clinton en Internet, anticipándose a los medios “tradicionales”.

En la Argentina, con el comienzo del siglo, las versiones en línea de la prensa gráfica tradicional empezaron a sumar formatos típicos de Internet a sus propuestas: galerías de fotos, videos, infografías animadas y herramientas de participación para los usuarios, entre ellos, la posibilidad de dejar comentarios al pie de las notas periodísticas. En este sentido, el aprovechamiento mayor de las potencialidades del soporte estuvo acicateado por la multiplicación de sitios específicos de Internet que experimentaban con esas herramientas.

Al mismo tiempo, L. Zanoni relaciona el crecimiento del número de blogs con dos cuestiones coyunturales. Por un lado, a nivel global, el boom de los blogs tiene correlación con el derrumbe de la burbuja financiera alrededor de Internet y la consecuente caída de las empresas “puntocom”: “Cae una Internet comercial y nace una Internet personal, íntima y en contraposición a Amazon o a los sitios de e-commerce, diciendo con orgullo en mi sitio no hay publicidad y no hago dinero con esto”[26].

Por otro lado, a nivel local, el auge de los blogs es vinculado por Zanoni con:

…el Argentinazo o como quieras llamarlo, porque cuando cae el gobierno de De la Rúa, [surge] aquella frase de ‘Clarín nos mea y dice que llueve’, y que ‘Clarín miente’ […] En ese contexto, los blogs toman cierto crédito o credibilidad, no masivamente, porque en ese momento no era masiva Internet, pero sí había una cosa de ‘la posta te la cuentan acá y en los medios mienten (L. Zanoni, entrevista personal).

También podría interpretarse en los mismos términos la aparición de los warblogs, o weblogs de guerra, durante la invasión estadounidense a Afganistán, en 2001, que se proponían como una fuente alternativa de información sobre el conflicto, frente a la censura impuesta por las grandes cadenas de televisión de los Estados Unidos.

Así, frente la crisis de credibilidad de los grandes medios masivos de comunicación, que tiene en la Argentina un desarrollo particular, las herramientas de publicación en Internet se presentan como apropiadas para la circulación de información y contenidos alternativos, que surgen sin mediación de empresas, desde la mirada de un sujeto que narra lo que acontece a su alrededor[27].

El surgimiento de una blogósfera local

En la Argentina, desde el año 2001[28] se publican blogs que rápidamente se encuentran y comienzan a enlazarse unos a otros. La afinidad principal de ese pequeño conjunto de bloggers es que la mayor parte de ellos están laboralmente vinculados a las tecnologías de la información y comunicación y están experimentando con la nueva herramienta. Así, lo que podríamos denominar como blogósfera local, se conforma a comienzos de siglo en su mayor parte con varones jóvenes dedicados a la tecnología. A pesar de que Internet es el soporte que más fácilmente permite el “salto” de las barreras geográficas en la comunicación, hablamos de blogósfera local ya que otros elementos de afinidad evidente en la conformación de estas agrupaciones son la cultura y el idioma.

Bertossi, quien junto con Marcelo Zanni (Chelo) puso en línea en 2001 el blog El ciprés en el patio[29], recuerda:

Había gente que se dedicaba a ver el límite de lo que se podía hacer con Internet, hacer cosas nuevas, hacer arte dentro del navegador y cosas así. [Encontré el sitio] Oscillate de Kottke[30] y lo empecé a seguir, y va poniendo cosas nuevas que son interesantes. Empecé a mirar y de repente, por algún motivo, me enteré de que eso se llamaba weblog […] En algún momento llegué a un blog y era argentino, no sé si era de Lucas Worcel, alias Korochi. Empecé a ver que alguien dejaba comentarios y que esos comentarios tenían links que eran sus propios weblogs. Cada uno generaba su contenido. Laboralmente, todos tenían relación con el tema tecnología.

En cuanto a su blog, en principio se trató de un ejercicio de exploración:

“Teníamos mucho de jugar con las herramientas. Por deformación profesional nos gustaba probar las herramientas que había para generar blogs. Yo probé todas […] como un coleccionista, para ver cómo funcionaban. Yo lo instalaba y a Chelo siempre le gustó escribir, así que era instalar algo para que Chelo escriba y yo también, así que empezamos a escribir ahí y jugábamos mucho con eso, con el diseño, con el formato. Hicimos cosas divertidas. […] Era divertido eso, o trabajar en un diseño nuevo, era un poco el contenido y también jugar con la forma. [Para poner en línea los blogs] teníamos el hosting, lo pagábamos… después empiezan a aparecer las herramientas, las gratuitas, Blogger y demás, pero no tenías tanta libertad para hacer distintas cosas” (G. Bertossi, entrevista personal).

Según Bertossi, las voces individuales de cada blog generaban “una voz grupal” que, en términos técnicos y simples, podía expresarse en un ranking de las cosas más linkeadas:

“En el MIT habían hecho eso, explorar todos los blogs y sacaban los links más populares, por la cantidad de blogs que los publicaban. En ese momento fue como bastante importante. Entrabas a esa lista y, en vez de entrar a todos los blogs, te enterabas de las cosas más importantes. Era como un filtro”.

En el año 2002, junto con Zanni, Worcel y otros bloggers locales, Bertossi participó del armado y puesta en línea de weblogs.com.ar, el primer directorio de blogs argentinos. La nota editorial del sitio definía un weblog como:

…un espacio personal de escritura en Internet […] diseñado para que, como en un diario, cada artículo (post) tenga fecha de publicación, de forma tal que el escritor (weblogger) y los lectores pueden seguir un camino de todo lo publicado y archivado[31].

En esta definición, lo personal y la escritura son los dos elementos que dan forma a este nuevo espacio de expresión, más allá de las posibilidades técnicas del formato que, como veremos más adelante, tiende a integrar lo específico de Internet como soporte: hipertexto, interactividad, actualización.

Por eso, los weblogs se escriben en primera persona del singular. Aún cuando más de una persona publique en el blog, cada post es firmado (generalmente con un apodo o nickname) por un autor en particular que asume esa primera persona. También sucede así en los blogs periodísticos y en aquellos que sólo publican links mostrando otros contenidos interesantes de la Web. El concepto, muchas veces explícito, es: “mirá lo que encontré”. Sólo cuando la herramienta de publicación es tomada por instituciones, corporaciones y empresas, el yo desaparece como enunciador.

Además del directorio, weblogs.com.ar desarrolló una herramienta para detectar actualizaciones en los blogs que lo componían: “Habíamos hecho un código para que detecte cuándo había cambiado cada sitio y los ponía en una lista con las actualizaciones” (G. Bertossi).

Una evolución posterior de este concepto es el RSS[32], con el que “te llega lo que vos querés y no tenés más el diseño, no ves más el diseño del sitio. Estas cosas que hacíamos con Chelo de jugar con el diseño nadie las hubiera visto si se unían a RSS” (G. Bertossi).

Weblogs.com.ar dio visibilidad a la blogósfera argentina, pero el emprendimiento duró poco tiempo:

Éramos 5 y dijimos, bueno, vamos a hacer una listita de todos los weblogs que hay en Argentina. Listo, una idea, y era útil. Eso creció, se hizo una versión más profesional, la gente se podía registrar y eso llevaba un trabajo. Tenías que revisar que lo que mandaran era del weblog y no algo de spam. Muchos de la lista eran sitios que ya no se actualizaban más, entonces había que sacarlos. Y en un momento hacía falta mucho laburo y no quedaba muy claro quién lo tenía que hacer, qué estamos aportando con eso, y no continuó (G. Bertossi).

Sobre la evolución de weblogs.com.ar, Bertossi cuenta:

En algún momento hubo como un asomo de llegar a convertir eso en algún emprendimiento. Hubo gente de Inglaterra que estuvo interesada. Pero la realidad es que algunos de los chicos lo convirtieron en su forma de vida, en su negocio, de distinta manera. Uno es [Mariano] Amartino[33], referente de los blogs y que vive de eso claramente, y otros más tangencialmente.

Entre otras agrupaciones de blogs surgidas desde entonces, se cuentan Dialógica[34] (2003) un portal de weblogs sobre educación, comunicación, periodismo, política y nuevas tecnologías que nucleaba experiencias con weblogs cooperativos y colaborativos, creado por un grupo de docentes de la Universidad Nacional de Rosario; Jujuyweblogs[35], inaugurado en septiembre de 2004 como la primera comunidad de webloggers de la provincia de Jujuy, que consistía en un blog colaborativo en donde podían postear todos los miembros de la comunidad donde se daba a conocer la actividad blogger en esa provincia, organizando reuniones y brindando ayuda a las personas que recién comenzaban (Formanchuk y Landi 2007) y Tucublogs, un agrupamiento de blogs tucumanos surgido en 2005 que se proponía producir “bajo el concepto de comunidad”.

En octubre de 2005, L. Zanoni y Darío Gallo crean 3.0 Periodismo argentino en blog[36], que llegó a agrupar, hacia fines de 2006, casi 100 blogs periodísticos. En agosto de 2009 surgió Bloggers en acción un portal de blogs “con contenido político nacional y popular”, que funcionaba como un metablog desde donde se accedía a las últimas publicaciones de los blogs miembros, que se caracterizan por su apoyo explícito al gobierno kirchnerista. Salvo esta última red de weblogs[37], el resto de las agrupaciones de bloggers, al igual que weblogs.com.ar, desaparecieron rápidamente.

En un primer momento, los blogs argentinos funcionaban como “agregadores” manuales de links sobre temas específicos, básicamente sobre novedades tecnológicas; como “anotadores” donde se soltaban reflexiones, chistes, ideas, frases ingeniosas; como medios periodísticos especializados temáticamente y como diarios personales (éxtimos antes que íntimos[38]). La mayor parte de ellos combinaban una mezcla de todas estas cosas:

Korochi [Worcel] para mí fue el primer tuitero porque escribía frases cortitas, chistes mínimos, que eran como tuits. Era un humor medio absurdo, simple, con juegos de palabras […] Unos amigos tenían uno de fútbol en el que escribían varios y hacían análisis y esas cosas de deportivas que en cierta forma [era como] una revista de barrio. Y hoy en día los que eran blogs de tecnología, los más famosos, son pequeños multimedios. (G. Bertossi, entrevista personal).

En cuanto al uso del blog como diario personal, Bertossi opina que:

“Era interesante, porque era como un Facebook pero de extraños. Vos seguías ciertos blogs de gente que contaba su vida, pero no era con nombre y apellido, y eso está bueno, porque el otro no necesariamente sabe que existís, como sí pasa en Facebook”.

Esta ambigüedad en la autoría permitió algunos experimentos artísticos y literarios en el nuevo formato.

Como ya se señaló, los blogs eran eminentemente textuales (hipertextuales). La palabra escrita era el modo de expresión predominante, aunque también se incluían, en menor medida, imágenes (fotos, dibujos). En cambio, eran casi inexistentes los contenidos audiovisuales: “En ese momento no estaba You Tube, a veces había que subir cosas a tu sitio, y te arriesgabas a tener alguna consecuencia legal o a que te reviente el ancho de banda del hosting y te lo bajen” (G. Bertossi).

El año de creación de weblogs.com.ar, una nota en Clarin.com da cuenta del “fenómeno” weblog “que crece en la Argentina”. Destaca que “se crean verdaderas comunidades en torno a un interés común”. Los weblogs son descriptos como “un sitio donde el autor hace breves comentarios acompañados de enlaces a otras páginas […] de diseño sobrio”. Así, se destaca esta función inicial de los weblogs como filtros, “selección humana del mejor material en Internet”.

A partir del crecimiento de los sistemas agregadores de links, de las múltiples herramientas de suscripciones y seguimientos de páginas y, actualmente, de los cada vez más afinados algoritmos que relevan, ordenan y recomiendan el contenido de la Web en buscadores y redes sociales, se volvió menos necesaria esta función de filtro primaria de la blogósfera. Sin embargo, muchos blogs de temáticas específicas siguen funcionando como guías especializadas dentro de Internet, algo que se corrobora en el corpus estudiado para este trabajo.

En esa misma nota de Clarin.com, que también destaca el “tono personal de escritura” de los weblogs, Lucas Worcel (Korochi), por entonces de 25 años, decía sobre su blog:

Al principio tenía la idea de publicar cosas de diseño, después empezó a ser más general […] Para mí, escribir tiene mucho de descarga. También me gusta la idea de compartir cosas que pueden interesar o divertir a alguien. Creo que además es un servicio muy útil para los que navegan la red. (Citado por Frías 2002, s/p).

En cualquiera de sus usos, periodístico, experimental, de diario personal o de columna de especialista, el weblog es siempre una página personal: aparece como la voz y la obra de una persona (a veces de más de una) que imbrica su vida, su experiencia, su modo de ver el mundo, en aquello que muestra y pone a disposición de los demás. El centro de un blog es el yo que narra (se narra) y se muestra en lo que muestra; el blog es, sobre todo, un medio de expresión, un lugar donde escribir es, también, “descarga”.

La gran explosión

En abril de 2003, el Suplemento de Informática del diario Clarín publicó un tutorial sobre cómo abrir un weblog, “tu espacio de opinión”. En esa nota, se caracteriza a los blogs como “un gran fenómeno” de Internet.

Fue en ese año que la empresa Google compró Blogger, que, en ese momento, sumaba unos 45.000 nuevos usuarios al mes. La invasión estadounidense a Irak, en marzo de 2003, había producido una explosión de páginas personales y se reeditaba, ampliado, el fenómeno de los llamados warblogs durante la incursión estadounidense en Afganistán.

Para ese entonces, las estimaciones periodísticas hablaban de unos 600 blogs argentinos[39] y comenzaba un crecimiento de tipo exponencial del número de páginas que se ponían en línea[40].

En 2004 se desarrolló la primera edición de un concurso que premiaba los mejores blogs de Internet, organizado por el Servicio de Radiodifusión Internacional de Alemania, Deutsche Welle, y el diccionario de idioma inglés Merriam-Webster informaba que ese año el término blog había encabezado la lista de los términos más buscados en su sitio web. Allí, se defina a un blog como “un sitio que alberga un diario personal en línea con reflexiones, comentarios o noticias”.

Además, se multiplicaron en esa época los directorios y motores de búsqueda específicos de blogs. Tanto esos directorios, que producían estadísticas sobre los weblogs que indexaban, como trabajos académicos publicados entonces que discutían modelos de medición de la blogósfera, definieron como “exponencial” el crecimiento de los blogs en línea durante el período que va de 2003 a, por lo menos, 2006.

En 2004, el directorio y buscador de blogs Technorati[41] informó más de 4 millones de blogs indexados, lo que implicaba, desde marzo de 2003, una duplicación del número de blogs en línea cada cuatro meses. En octubre de 2006, la cifra alcanzó los 57 millones y el informe de ese año ya discriminaba a los blogs indexados según el idioma de publicación: mientras que el 39% se publicaban en inglés y el 33% en japonés, sólo el 3% de los weblogs ingresados al índice de Technorati estaban escritos en español.

El tamaño de la blogósfera de habla hispana fue objeto de un trabajo de Merelo y Tricas (2005) quienes señalaban en ese momento que se había multiplicado “por veinte” desde los primeros estudios, hechos dos años antes. Los autores dieron cuenta de una “tendencia claramente exponencial, duplicándose cada 6 meses” el número de bitácoras en línea.

La herramienta de medición elaborada por Merelo y Tricas, que les permitía listar blogs en español, contaba en 2005 con 102.498 bitácoras en la lista. En 2009 aparecería el primer informe de medición del directorio de blogs en español Bitacoras.com, que a septiembre de 2011 tenía indexados 576.681 blogs. El 10% de ellos eran argentinos[42].

Lo cierto es que, así como “nacían” blogs sin cesar, muchos eran rápidamente abandonados o tenían muy poca actividad. En su informe de 2011, Technorati midió la actividad de los bloggers: el 74% había publicado un post en el último año. Sólo el 11% lo hacía todos los días. El promedio se ubicaba en un post cada tres meses.

El relevamiento de Bitacoras.com también medía la actividad en los blogs. En ese caso, el 11% había posteado en los últimos 6 meses, el 4% el último mes y sólo el 2,3% lo había hecho en la última semana. El informe concluía: “sólo un 7,63% de los blogs hispanos se actualiza con cierta frecuencia y sólo un 3,21% pueden considerarse realmente activos” (Bitacoras.com 2011).

Así y todo, el volumen de información publicada se volvió socialmente significativo: en el período que va desde 2004 a 2011, a pesar de las impugnaciones que surgieron sobre el modo de hacer periodismo en los blogs[43], lo que circulaba por la blogósfera parecía no poder ser ignorado y comenzó a ser fuente de consulta de otros medios de comunicación.

Por otra parte, surgió en este período de expansión del uso de los blogs la llamada “blogonovela”. Dos casos argentinos trascendieron el soporte y se trasladaron del blog al papel, la televisión y el teatro. En septiembre de 2003, Hernán Casciari, un argentino residente en Barcelona, comenzó a publicar ¡Más respeto, que soy tu madre!, que se constituyó en la primera blogonovela de autor argentino. El blog estaba alojado inicialmente en Blogspot y luego pasó a Bitacoras.com bajo el dominio http://mujergorda.bitacoras.com, donde se podía leer la novela completa, aunque rediseñada después de haber sido publicada en formato libro y sin los comentarios[44].

Mirta, la protagonista, escribe en la web su diario íntimo, como lo indicaba el prólogo de la versión de la blogonovela, hoy inaccesible:

Los casi doscientos capítulos que lo componen fueron escritos por Mirta casi por casualidad —o por desesperación— en una página personal de Internet, durante los últimos meses del año 2003, que fueron horribles, y los primeros meses de 2004, que no fueron mejores. Los redactó ella misma, ayudada en la parte técnica por su hijo mayor, el Nacho, y los publicó día tras día, sin más objetivo que distraerse de su depresión[45].

La blognovela de Casciari tenía componentes del folletín, por su estructura episódica, por entregas, pero, además, estaba escrita en primera persona y, avanzando en el relato y a partir de los cada vez más numerosos comentarios, apelaba directamente a sus lectores: “¡Estaba ansiosa por contarles! Ya tenemos el local y la semana que viene habilitamos”, decía Mirta, por ejemplo, en el capítulo 56.

Otro caso de transposición de blogs a otros soportes es el de Carolina Aguirre, creadora del weblog Bestiaria, un inventario de estereotipos de mujeres, textos que luego conformaron su primer libro editado por Aguilar. Aguirre publicó un segundo blog, Ciega a citas, una blogonovela narrada en tiempo real, que escribió bajo el seudónimo de Lucía González, una periodista soltera de 31 años que trataba de conseguir un novio para llevar a la boda de su hermana y ganarle una apuesta a su mamá.

El blog duró nueve meses, desde noviembre de 2007 hasta junio de 2008, el día de la boda, con dos millones y medio de visitas y 80.000 comentarios. En diversas entrevistas, Aguirre se refirió al esfuerzo de escribir “en vivo”, un rasgo característico de las ficciones en formato blog.

En octubre de 2008, Ciega a citas se transformó en libro, también bajo el sello Aguilar, y al año siguiente se adaptó para televisión. Otros dos casos de blogs que hicieron su paso al papel por esta época fueron la novela Hablalo con mi abogado, de Diego Gualda, y Crónicas argentinas, blog de crónicas de Juan Pablo Meneses.

Para Casciari, la blogonovela puede considerarse como un nuevo género literario:

“En términos argumentales es una historia de largo aliento escrita en capítulos inversos, atomizados, narrados en primera persona, con una trama que ocurre en tiempo real, en donde el protagonista es consciente del formato que utiliza y en el que la realidad afecta al devenir de los acontecimientos” (2005, s/p).

Es decir que no se trata simplemente de una novela que se publica en un formato nuevo, el weblog, sino de un género que posee reglas propias, de manera que la blogonovela no puede transponerse a otra estructura similar sin una adaptación previa.

La primera de las reglas del género enumeradas por Casciari es que la blogonovela está escrita en primera persona: “El único narrador debe, necesariamente, contar la historia con su propia voz, porque se trata de un género de literatura hiperrealista, muy cercano al epistolar, en el que no cabe la figura del narrador externo”. (ibíd., s/p)

Además, el protagonista se reconoce como gestor del formato, esto es, es consiente de estar publicando un weblog para contar la historia y “existe” fuera de la trama, lo que significa que “los lectores tienen el derecho de conversar con el personaje principal desde un sistema de comentarios y, éste, eventualmente, tiene la obligación de hacerse presente y responder” (ibíd., s/p). Además, el autor no aparece mencionado, no existe un “autor” y no hay elementos en el formato que indiquen que la historia no es real. El narrador coincide con el personaje y, se deduce, con el autor, lo que se apoya en la ambigüedad en la autoría que es propia del medio.

El fenómeno de las blogonovelas publicadas en formato libro llevó a que en 2006 se entregara el Premio Brookler para libros que surgieron de un blog. La ganadora fue Julie Powell, descrita por la prensa como “una escritora frustrada, próxima a los 30 años y agotada de su trabajo de oficina” que tuvo la idea de cocinar las 524 recetas del libro de cocina Mastering the Art of French Cooking (Dominar el arte de la cocina francesa) de Julia Child, de 1961. El blog fue un registro online de ese proceso, que incluía las meditaciones de la autora sobre la vida, el amor y la cocina.

Finalmente, gracias a su éxito online, el blog se convirtió en el libro Julie y Julia: 365 días, 524 recetas, 1 pequeña cocina de departamento y pasó al cine como Julie y Julia.

También en este período de expansión, que va de 2004 a 2011, se multiplicaron los blogs corporativos, utilizados como herramientas de comunicación interna, externa y de marketing por las empresas. El objetivo de “generar comunidad” alrededor de una compañía o una marca se mudaría, un poco más tarde, al ámbito de las redes sociales.

Además, apareció el breve pero intenso fenómeno de los fotologs (también llamados fotoblogs, blogs fotográficos o flogs). Organizados con el mismo criterio cronológico que los blogs, y con el mismo sistema de publicación, el centro de los fotologs era la publicación de fotos. Creado en 2003, el sitio Fotolog (www.fotolog.com, accedido: 23 de abril de 2018), que funciona como plataforma de publicación, alcanzó en 2006 a 3.500.000 usuarios en todo el mundo, de los cuales 450.000 eran argentinos, la mayoría adolescentes (el 75%, consigna la prensa). En 2007, la empresa Terra Argentina daba cuenta de más de 1.300.000 fotologs creados desde 2005.

El sitio combina el sistema para compartir fotos, la estructura de un blog y una red social, “de manera que si te gustan mis fotos, probablemente eso te lleve a visitar las fotos de mis amigos”, explicaban los fundadores del sitio en una nota de prensa durante una visita a la Argentina.

El blogroll, es decir, la lista de enlaces a sitios favoritos, a diferencia de lo que sucede en los blogs “tradicionales”, se actualizaba a medida que los “amigos” o “favoritos” publicaban fotos. Con el crecimiento de la red social Facebook, que había nadico como álbum de fotos compartido, los fotologs tienden a desaparecer.

La sencillez de publicación de los blogs habilitó, además, otro uso: el educativo. Surgieron así los llamados “edublogs”. De Haro (2007) los clasifica en blogs de alumno o colectivo de alumnos, realizado por uno o varios estudiantes sobre consignas o tareas de clase; de clase o de aula, creado por un profesor para sus alumnos, ya que se dirige directamente a ellos; temático, hecho por el profesor pero en el que no se dirige directamente a sus alumnos; generalista, hecho por el profesor pero con temas variados y que se acerca a un blog “tradicional”, aunque el centro del blog sea la enseñanza.

Web 2.0, periodismo digital y blogs

Hacia 2004, dos términos concentraban la discusión pública sobre “nuevos medios”: Web 2.0 y Periodismo Ciudadano[46]. Web 2.0 refiere al conjunto de aplicaciones Web que permiten la interoperabilidad (la habilidad de dos o más sistemas o componentes para intercambiar información y utilizar la información intercambiada) facilitando que se comparta información y la colaboración. Además, en el centro del diseño de estas herramientas se coloca al usuario (O’Reilly 2005).

Asociada a esta nueva “camada” de herramientas Web con facilidades colaborativas, aparece la discusión sobre un “periodismo ciudadano”, noción que cobra impulso a partir de dos publicaciones: We the Media, editado en 2004 por el periodista Dan Gillmor, autor del que se considera el primer blog de un periodista en un medio tradicional[47], y We Media. How audiences are shaping the future of news and information, de Shayne Bowman and Chris Willis, del American Press Institute, en 2003. Ambos libros entienden que las herramientas de la Web 2.0 potenciarán un tipo de periodismo participativo, desarrollado por ciudadanos comunes –no periodistas–, que recaban datos, los elaboran y los publican, democratizando así el espacio de la información.

La discusión sobre los posibles alcances de este tipo de periodismo no sólo hace foco en los blogs: el caso de Indymedia (Independent Media Center), movimiento en red de periodistas independientes que propiciaba la participación abierta y democrática en la publicación de informaciones sobre temas políticos y sociales, y que fue creada en 1999 durante las manifestaciones contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Seattle, es ubicado en la literatura académica como el origen del periodismo participativo en línea (Espiritusanto y Gonzalo Rodríguez 2011).

Otro referente del periodismo ciudadano online, que implica, sin embargo, otro modelo de participación, es el diario digital surcoreano Ohmynews.com, creado en 2001, que en su sección “Citizen Reporter” publica notas realizadas por los lectores, con el concepto de que “cualquier ciudadano puede ser reportero”. El 80% de sus artículos son contribuciones de sus lectores y sólo el 20% corresponde a su staff de periodistas (Calvo 2012).

En cualquier caso, el periodismo participativo o ciudadano antecede con creces a la aparición de la Web, sea esta considerada 1.0 o 2.0. Las publicaciones de activistas, militantes, movimientos, organizaciones no gubernamentales y, en general, los órganos de expresión de cualquier tipo de formación social (Williams 2009) podrían englobarse en esta categoría, independientemente del soporte que utilicen para la difusión de sus noticias (gráfico, radial, televisivo o informático) o de los géneros que desarrollen.

La novedad, en todo caso, está dada por la facilidad de acceso a la publicación y distribución de contenidos alternativos y al hecho de que estos contenidos aparezcan circulando en el mismo canal donde lo hacen las voces institucionales, lo que no implica que lo hagan en igualdad de condiciones (Samela y Villafañe 2004 y 2006).

Como desarrollaré más adelante en este capítulo y en otros capítulos de este trabajo, el debate sobre el periodismo ciudadano se apoya en la idea discutible de una democratización de la información a partir de la facilitación del acceso a la publicación mediante las redes de información y comunicación. Este argumento suele apoyarse en el supuesto tecnologista de que el avance de las tecnologías determina, de manera simple, los cambios sociales. Así, las nuevas tecnologías, al posibilitar intercambios horizontales, conducirían a la proliferación de conductas democráticas. De todas maneras, como señalamos para el caso de los blogs, es evidente que, frente a la crisis de representatividad de los medios masivos de comunicación, hay una búsqueda de fuentes alternativas de información y una rápida apropiación de las herramientas existentes para este tipo de uso.

Sí es cierto que, a partir del crecimiento exponencial del número de blogs y de la difusión de estos debates, los medios de comunicación online en la Argentina comienzan a incorporar herramientas para dar “voz” al público. Más allá de los comentarios en las notas y las encuestas interactivas, que ya estaban integrados a los sitios de medios, es en 2004 que Clarín lanza su plataforma de blogs, abierta al público en general. La Nación inauguraría una sección de blogs unos años más tarde, pero escritos por periodistas del staff y colaboradores (G. López, comunicación personal 31/01/2014)[48].

También los sitios locales de diarios y canales de televisión apelarán a que los lectores envíen sus fotos y videos de “los hechos” y que aporten sus historias al mainstream de las noticias. El sitio de TN, canal de noticias en televisión por cable del Grupo Clarín, interpelaba entonces al público con un “Ahora podés ser parte de TN” y a partir de 2006 comenzó a ofrecer cuatro secciones de blogs “del editor”: Apasionados, Mi lugar, Testigo directo (que publicaba fotos y notas enviadas por al audiencia) y Yo denuncio (Igarza 2008, 193).

L. Zanoni, que para 2004 había puesto en línea eBlog (www.eblog.com.ar), su blog sobre ciberculturas, medios y periodismo, ubica entre 2006 y 2009 los años de máxima circulación en el sitio, que llegó a contar 10.000 visitas diarias y comentarios en todos los posts:

Mucha gente usaba el espacio para comentar como si fuera su propio blog, como un canal de expresión, y tiraban notas y yo los invitaba a postearlas […] Pasó con muchos comentarios de bloggers y de personas, periodistas o no, que comentaban muy bien y yo lo publicaba como post, con firma y todo como si fuesen periodistas y después terminaron teniendo sus propios blogs y trabajando en medios (L. Zanoni).

Cuando en 2006 la Universidad de Palermo organiza las 1ª Jornadas Universitarias de Weblogs, donde se dan cita bloggers, periodistas, comunicadores, agencias de relaciones públicas, empresas y especialistas en nuevos medios y tecnologías, entre los conferencistas que publicita la universidad para la convocatoria se cuentan pioneros del blogging, como Julián Gallo, periodista digital y blogger y “celebrities” de los medios que tienen su blog: el periodista Luis Majul, la periodista de espectáculos Laura Ubfal y el filósofo mediático Alejandro Rozitchner se cuentan entre ellos.

Weblogs y redes sociales

En septiembre de 2006, la red social Facebook se abre para todos los mayores de 13 años. Hasta el momento, Facebook era una herramienta que permitía tener una página personal, “perfil”, crear grupos (armar una red de “amigos”) y publicar fotos y notas. El salto vino acompañado de la entrada de anunciantes en los perfiles y grupos y de la incorporación de nuevos servicios a la plataforma. Los más importantes: news feed y el mini feed, servicios a través de los cuales se crea automáticamente una micropublicación por cada acción que un usuario realiza en su perfil (mini feed), que a su vez se publica en la página principal de todos sus “amigos” (news feed) volviendo innecesario tener que entrar al perfil de cada contacto para conocer sus últimas publicaciones (López y Ciuffoli 2012).

De todas las redes sociales[49], Facebook era la que más usuarios tenía en la Argentina llegado el cierre del trabajo de investigación: 21 millones de los 1.000 millones de usuarios activos que componían el total de la red social en 2013[50]. Como observó L. Zanoni los blogs no desaparecieron, pero la “comunidad” y sus “conversaciones” se fueron trasladando a este nuevo espacio:

“Hoy [2012] yo tiro el mismo post en mi blog y en Facebook, y en Facebook se matan y en eBlog tengo dos comentarios. La gente se fue a comentar a Facebook. No es que bajen las visitas; (eBlog) sigue con buenas visitas, no por la regularidad de los posts o por la calidad, sino por el archivo que tiene. Al tener tantas visitas, Google lo ranquea” (entrevista personal).

De todas maneras, hasta ese momento, los blogs periodísticos y especializados continuaban siendo una herramienta de publicación prominente en la Web. La evolución de las herramientas de publicación habían permitido que esas páginas integraran cada vez más elementos y formatos, volviéndose sitios personales en algunos casos con diseños sofisticados, pero todavía de utilización sencilla.

Sin embargo, tendió a ser cada vez menor el número de blogs que sólo se utilizaba como diario personal en línea. Esa función es la que parece haberse mudado a las redes sociales, sobre todo Facebook, Instagram y Twitter.

Es posible, entonces, establecer otro período en la vida de los blogs: el que se desarrolla en paralelo al auge de las redes sociales y que llega hasta el momento en que se escribió este trabajo. En términos de L. Zanoni puede pensarse también como de “madurez de los blogs”. En el caso de eBlog:

Los primeros post son todos diferentes en el tono, en la forma de escribir, en la extensión, en la manera de poner la foto, la estética y la manera de narrar son diferentes. Yo no encontraba mi voz al principio, porque al ser periodista no escribía en primera persona, entonces decía ¿qué hago, pongo nosotros o pongo yo? ¿O pongo este medio? Opté por el nosotros porque quedaba románticamente muy bien.

Hoy, los bloggers que publican regularmente, encontraron su “tono”. Muchos de ellos devinieron emprendimientos, incluyendo publicidad y estableciéndose como “líderes de opinión” en temáticas específicas. Otros blogs continúan siendo publicaciones amateur que los propios bloggers difunden a través de las redes sociales: desde ellas traccionan visitas hacia sus bitácoras. Allí pueden escribir con menos limitaciones que en las redes sociales, donde los formatos son siempre estandarizados y se imponen más duramente sobre los contenidos.

Característicamente, las redes sociales no permiten la diletancia propia de los blogs sobre todo en formato y diseño. En un weblog, “un día el autor sólo dice ‘Hoy me levanté mal’ y otro día escribe 1.000 caracteres porque se le ocurrió algo”, ejemplifica L. Zanoni.

Para Bertossi, se trata del pasaje de medios de expresión más personales y descentralizados (blogs o sitios personales, “más libres o más controlados por uno”) a:

…poner todo tu contenido dentro de corsets. Todo muy estandarizado. De hecho MySpace, que era un éxito antes, también tenía esa cuestión caótica, que podías poner el fondo que querías y la identidad estaba más presente. Ahora tu identidad son las tres líneas que podés completar con qué música te gusta o la fotito que le ponés al perfil, y al mismo tiempo es información que está almacenada en el servidor de esta gente que se distribuye de la manera que ellos quieren”.

El fenómeno de la constricción a los espacios y las formas que imponen las plantillas de publicación cada vez más sencillas y que, a la vez, facilitan la interacción con otros, se relaciona con la cuestión de la visibilidad, tanto en las redes sociales como en el buscador Google. Como observa Gallo (2013, s/p.):

Hacemos todo lo que nos pide (Google) para que nuestros bits prosperen, hasta escribimos y diseñamos nuestros sitios en función de ser hallados por Google (SEO)[51], un sometimiento tan inevitable como inaceptable que empequeñece el lenguaje asimilándolo a una nomenclatura. ¿Querés que Google te encuentre mejor? Deberías…

De esta manera, tanto el “modelo google” de buscador como los criterios de visibilidad que se manejan en las redes sociales ­–que establecen la relevancia, y por lo tanto permanencia de los posts al tope de los “muros”, de acuerdo a una serie de criterios que incluyen, entre otros, la cantidad de “me gusta”, los comentarios que obtienen y su actualidad­– funcionan como un sistema de premios y castigos para quienes participan más o menos de la red, proporcionando contenidos.

Gallo (ibíd) lo describe en términos de obediencia:

Sin discutir escribimos como nos dice Google. Y también, con la misma indolencia, obedecemos a Facebook. Facebook, que nos penaliza con su alcance (mostrar a más o menos gente lo que publicamos) si no actualizamos diariamente nuestros pensamientos. Es increíble, Facebook nos pregunta “¿Qué estás pensando?” ¡Y le respondemos! Pero aún así nos penalizará si no lo hacemos todos los días o usamos una aplicación externa para publicar en sus páginas. La autocracia de Facebook nos rige con leyes que no podemos discutir, amenazándonos ante una transgresión con sus fallos inapelables.

Frente a esto, los blogs son resignificados por una parte de esta primera generación de bloggers argentinos como un espacio de libre expresión, aún cuando también sus formatos son, evidentemente, estandarizados. Aparecen como lo personal frente a lo estándar y homogéneo de las redes sociales:

Algo que tenían los blogs y que no tienen las redes sociales es que se usaba la escritura, o sea, vos por más que postearas una foto tenías que poner una introducción […] También yo me acuerdo que era impensable poner sólo un link a algo interesante […] En cambio en Facebook la gente pone el link y automáticamente se agrega la imagen, el extracto, y punto, es súper impersonal. O ponen fotos, todo el mundo se expresa así, con las fotos. A mí me resultaba como un ejercicio escribir (G. Bertossi).

El uso principal que los bloggers que mantienen sus sitios personales dan a Facebook es el de propaladora, porque poner las cosas dentro de Facebook tiene sus riesgos:

…más allá de que hay preocupaciones reales con lo que pasa con tu información, privacidad y demás… [lo digo] en el sentido de que mañana la muestran de otra manera, como pasó con los perfiles y con el timeline, y lo hicieron, y vos no tenés ni voz ni voto (G. Bertossi).

En el sitio personal se mantiene un control mayor sobre el contenido, al menos sobre el modo de su presentación en el espacio del blog, ya que todos los contenidos publicados quedan “a disposición” y entran en circulación dentro de Internet, desvinculándose de su lugar de origen rápidamente[52].

La otra red social de gran crecimiento en la Argentina es Twitter[53], que nació con la característica saliente de que cada tuit (artículo, post) sólo podía extenderse hasta un máximo de 140 caracteres. Para L. Zanoni, el éxito de Twitter en detrimento de los blogs es su poder de “retuiteo”, es decir de republicar algo publicado por otro de manera inmediata, expandiendo así su alcance:

Técnicamente [en un blog] no hay manera de que vos mandes el post con un click a una bolsa con 25.000 personas. [Twitter] tiene un poder de viralidad que es imposible de superar hoy. Tiro mucha info en Twitter que antes hubiera sido post y hoy no lo hago post y directamente va a Twitter. Para qué me voy a inventar dos párrafos de algo si lo que importa es una frase […] Hoy eBlog es un espacio más para reflexionar, para escribir más largo (L. Zanoni).

En cualquier caso, los blogs siguen siendo principalmente un espacio de expresión personal, donde el conocimiento y las experiencias cotidianas se imbrican en un relato que se desenvuelve en primera persona. El informe sobre el estado de la blogósfera de Technorati de 2009 aseguraba que la expresión personal y el compartir el conocimiento (expertise) era las motivaciones primarias de los bloggers. La temática del 45% de los blogs relevados para este informe es “meditaciones personales” (personal musings). La edición 2010 del mismo informe indagaba sobre por qué blogueban los bloggers. El 69% eligió la opción “para decir lo que pienso en áreas de interés” (In order to speak my mind in areas of interest) y el 66%, “para conocer y conectar con gente de ideas afines” (to meet and connet with like-minded people).

El informe sobre el estado de la blogósfera hispana de Bitacoras.com de 2011 sostenía que, “contrariamente a lo que se pueda pensar, en estos doce meses, el fenómeno blog ha continuado creciendo y las bitácoras se han consolidado como herramientas fundamentales de comunicación en Internet”. Con más de medio millón de blogs indexados por ese directorio, el 72% de los bloggers hispanos eran hombres y un 28% mujeres (aunque el crecimiento femenino fue de 6 puntos sobre 2010 y de casi 10 sobre 2009). En este informe, Bitacoras.com midió la utilización que los bloggers hacen de las redes sociales y registró un crecimiento importante de Facebook respecto de 2010. Más del 50% de los bloggers utilizaba, al mismo tiempo que su blog, esa red social.

El informe también analizaba tipos de blogs existentes y el interés que despertaban, de acuerdo a las temáticas más valoradas dentro del propio sitio. Los blogs personales representaban un 22,85% de la blogósfera hispana. Los seguían los de historia, arte y literatura (14,53%), y en tercer lugar los de noticias y actualidad (10,16%). Sin embargo, los que más interés despertaban, según el relevamiento, eran los de noticas (20,43%) seguidos por los de televisión (12,91%) y los de Internet (7,53%). “Destacamos el escaso interés que despiertan los blogs personales respecto a ediciones pasadas. Esto probablemente se deba al auge de redes sociales como Facebook o Twitter en las que los usuarios ya comparten este tipo de contenidos”, concluía el informe.

Así, de acuerdo al recorrido hasta acá propuesto, es posible identificar distintas etapas en la historia de las publicaciones personales en Internet, donde ubicamos a los blogs.

En primero lugar, se identificó una etapa temprana, previa al desarrollo de las conexiones comerciales (entre mediados de la década de 1980 y 1995), en la que, tanto en los sistemas BBS como en las listas de correos electrónicos, se prefiguraron características de las publicaciones personales que se expandirían y facilitarían en las etapas siguientes.

Un segundo momento, ubicado a partir del surgimiento de la Web y las conexiones comerciales y hasta la aparición de los blogs (1995–2001), se caracterizó por el desarrollo de las páginas personales, donde ya aparecía la construcción de un “sí mismo”, con sus gustos personales, sus saberes y su vida puestos “a disposición” en el espacio público virtual.

A partir de la crisis de 2001 y hasta 2009 –tercer momento–, los blogs reemplazan progresivamente a las páginas personales y se expanden como formato de publicación personal. Guías de navegación, diarios personales, páginas informativas generales o especializadas, los blogs se caracterizaron centralmente por la enunciación en primera persona, por lo que dieron lugar a géneros híbridos entre el discurso informativo y el relato autorreferencial. Esta etapa implicó también el crecimiento de la importancia social de las publicaciones personales, visible en su tematización y utilización como fuente por parte de otros medios informativos.

Por último, y hasta la actualidad, aun cuando las publicaciones personales en formato blog persisten, buena parte de la narrativa del “sí mismo” se produce en las plataformas de las redes sociales. Esta etapa requeriría una investigación específica, que pueda dar cuenta de las tensiones entre la personalización y los procesos de estandarización propios de estas plataformas, sugeridas en esta investigación.

Blogs: un estado del arte

Como hemos visto, pocos años después de su aparición, la rapidez con la que se creaban blogs generó una intensa atención mediática sobre ellos. Se generalizó un discurso que los entendía como posibilidad concreta de realización de las expectativas puestas en Internet como promesa de una nueva “polis” y de la horizontalización de las comunicaciones.

En el ámbito académico, la bibliografía más abundante sobre blogs en español se ubica dentro del campo de los estudios sobre opinión pública y periodismo. En general, los weblogs son analizados en el contexto de las transformaciones que se producen, tanto en la práctica periodística como en la esfera pública, con la generalización del uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.

En la Argentina, sin embargo, son pocos los autores que tomaron a los blogs como objeto de estudio de manera específica. Arabito (2003) los incluye como “un hito” del naciente “periodismo digital” en su análisis del modo de producción de la noticia “en el actual contexto mediático”. Así, en el caso de los weblogs, la definición de lo que es noticia “pasa por la jerarquía de filtrado que haga su creador”, a diferencia de lo que se sucede en un medio, donde está cristalizada por la institución.

Aunque “la gran mayoría de los Weblogs simplemente contienen opiniones sobre cualquier cosa, o comentarios personales, íntimos” que muchas veces son “una reflexión sobre la nada”, Arabito reconoce que una parte de ellos puede ser considerada periodística “en tanto sus contenidos se refieren temáticamente a algún sector de la actualidad, y son para algunos una nueva forma de informar en Internet”. El autor apunta la semejanza de las bitácoras con las columnas periodísticas porque introducen elementos de análisis y reflexión sobre ciertos temas y, a través de enlaces, relacionan esa información con otras, “presentes también en la red”.

Frascaroli (2006 y 2008) también se ocupa de los weblogs en relación con la dinámica periodística. Considera a la conversación como un elemento estructurador de los blogs, a los que caracteriza como “mezcla de diario íntimo con foro de debate y noticiero personal” (2006, 71). Por un lado, encuentra que el estilo de escritura, caracterizado por la concisión, se adecúa al estilo periodístico, pero advierte sobre la poca fiabilidad de los contenidos. Abre así el debate sobre la credibilidad, puesta en cuestión a partir de la dinámica entre la inmediatez que habilita la publicación en tiempo real, y el contraste de fuentes, que implica un trabajo que aplazaría las publicaciones. Asimismo, da cuenta de una “puja” entre bloggers y periodistas, ya que estos últimos ven a las bitácoras “como algo efímero” (2006, 73).

Frascaroli describe la incorporación de blogs por parte de los medios online como modo de neutralizar la oposición que pudieran representar para estas instituciones y de aprovechar los beneficios de la interactividad y la fidelización de la audiencia. Sin embargo, observa que los blogs están separados del contenido de los diarios a los que complementan y se distinguen claramente de las marcas e identidades de cada cabecera:

Algo sobre lo que tomó nota el diario Clarín en su sitio, suprimiendo primero el blog tras el incontrolable flujo de opiniones impropias, políticamente incorrectas o críticas, para situarlo luego bajo un paraguas de diseño diferenciador y limitar la libre participación instaurando un estricto código de conducta (2006, 74).

Registra, además, el testimonio de periodistas de Clarín, editores del suplemento Informática, quienes relacionan directamente a los weblogs con los BBS, y los consideran “de escaso valor periodístico” (2006, 75). En este sentido, se establece una diferencia entre los blogs escritos por periodistas y el resto de los blogs. Además, se vincula el boom de los blogs con “las desafortunadas prácticas de autocensura que observaron determinados medios informativos” durante los conflictos en Medio Oriente, a las que “…los bloggers opusieron el recurso del hiperrealismo testimonial y una supuesta objetividad informativa” (2006, 76).

En la misma línea que Arabito, a quien cita, Frascaroli establece como diferencia crucial entre el periodismo que se produce en los medios y el que se produce en los blogs, la existencia de rutinas productivas que determinan, en el medio tradicional, su agenda pública y privada, lo noticiable y el tipo de tratamiento que se le dará a la información.

Así, las conclusiones de Frascaroli (2006) ubicaban a los blogs fuera del campo periodístico. Su carácter de agregadores de enlaces, antes que de productores de contenidos, hacían que los weblogs funcionaran para el autor como una “brújula y filtro en la navegación por Internet”, pero “los weblogs no serían tan útiles si no hubiera sitios a los que enlazar. La necesidad de los blogs no tapa la importancia de los sitios generadores de noticias y otros tipos de contenidos”. De esta manera, Frascaroli no cree que los weblogs “vayan a reemplazar al modo tradicional de hacer periodismo”.

Más adelante, con la evolución del fenómeno del periodismo blogger, Frascaroli (2008) constatará la diversidad de las extensiones de los textos, ya no sólo entradas sintéticas con links, y volverá al tema de la credibilidad, pero esta vez tomando de Estalella (2005) la idea de que de la escritura hipertextual emerge una jerarquía que haría más visible lo más relevante y de Varela (2005) la noción de que existe un criterio social al que responde la credibilidad y que está mediado por el hipertexto: cuanto más enlaces certeros y confiables, mejores fuentes y más credibilidad.

El análisis de Frascaroli (2008) se sitúa nuevamente en una posición crítica de los weblogs, al citar el estudio de García Orosa y Capón (2004) quienes muestran que la posibilidad real de más cantidad de contenidos no implica una ampliación democrática de la información y que la existencia de información alternativa es una constante que, en realidad, aporta al sistema hegemónico al permitir la “ilusión de disidencia”. Así, si en el primer caso la crítica de Frascaroli hacia los blogs se formulaba porque no respondían a los criterios del periodismo tradicional, en este segundo artículo se apoya en que los weblogs no pueden escapar al discurso hegemónico que configura el campo informativo.

Igarza (2008) entiende a los blogs como un fenómeno de época, la “época digital”, en la que las nuevas generaciones de internautas son conscientes del aporte de la interactividad. El autor describe el fenómeno y sus consecuencias en relación a las formas tradicionales del periodismo, adscribiendo a la idea del protagonismo del periodismo ciudadano y el pasaje de un lector “pasivo” a uno “activo”. Sin embargo, los ejemplos que utiliza para mostrar la influencia del nuevo medio en los medios tradicionales provienen de sitios extranjeros (The Guardian, El País, Folha de San Paulo).

El estudio de García Orosa y Capón (2004) forma parte de una abundante bibliografía que se desarrolló en España sobre los blogs y su relación con el periodismo, pero se distingue del resto de los aportes porque, lejos del entusiasmo que caracteriza a buena parte de la literatura académica sobre el “fenómeno” en España, parte de una posición crítica apoyada en la noción de campo de Bourdieu (1995 y 2002).

Los autores advierten que se asoció la llegada de Internet con la emergencia de una nueva pluralidad que descentralizaría la información y que esa descentralización implicaría finalmente la imposibilidad de controlar sus flujos informativos:

Se dedujo de la estructura en red característica de internet consecuencias democratizadoras tanto para la información como para sus usuarios. Igualmente se consideró que la posibilidad de publicar y acceder a la noticia más rápidamente crearía un público y nuevas fuentes que se resistirían a la lógica de medios tradicionales” (García Orosa y Capón 2004, 117).

Esta posición, según los autores, se sostiene tanto desde el binomio liberalismo económico-libertad política de los individuos, para el cual una ampliación del mercado aportaría una mejor información y garantizaría que cualquier ciudadano pueda obtenerla, como desde una lectura de Internet y su estructura hipertextual “en clave postestrucutralista”. En este último caso, los autores señalan que:

…parte de los debates sobre las consecuencias políticas del hipertexto se relacionan con la agenda política de la crítica postestructuralista y del posmodernismo: disolución de estructuras autoritarias, de las relaciones jerárquicas, de las relaciones de poder entre centro y periferia (ibíd., 117).

En una revisión de estos argumentos, García Orosa y Capón concluyen que se sobreestima la innovación tecnológica como factor de ruptura y, partiendo de la noción de campo social de Bourdieu, afirman que el campo informativo no sólo obedece a la lógica del instrumento tecnológico sino “al complejo entramado en el mercado de productores, consumidores, prácticas y saberes institucionalizados” (ibíd., 117). Por eso es inocente pensar que el sistema de transmisión de información de por sí puede alterar el juego de intereses, jerarquías y prácticas de todo el campo.

Como Internet entró al campo informativo como subsistema, dicen estos autores, aunque goce de cierta autonomía relativa, ha incorporado tanto la agenda mediática como muchas de las prácticas de producción propias de ese campo. Así, el estudio que desarrollan García Orosa y Capón se centra en la cuestión de la construcción de la agenda temática de los blogs periodísticos y concluye que es la misma que para el resto de los medios y que, a menudo, los blogs se limitan a amplificar para un nuevo consumidor lo que se generó para el público de los medios tradicionales.

Estas conclusiones surgen del análisis de nueve blogs españoles durante un período “regular” de 2004 (es decir, sin noticias disruptivas o sobre situaciones de crisis), comparando su cobertura informativa con la agenda temática de los medios “tradicionales”. Aunque la conclusión general es que las bitácoras reproducen los grandes temas informativos siguiendo la lógica del campo, los autores observan, al mismo tiempo, algunas modificaciones en el tratamiento de la actualidad que ellas producen: 1) la inclusión de temas no tratados en medios de comunicación tradicionales; 2) la incorporación de las reflexiones sobre temas vitales personales del propio gestor de la bitácora y 3) la importancia de la información referida a la propia red.

Por último, aunque no se las puede considerar medios de comunicación independientes, los autores reconocen a las bitácoras como un exponente de las formas de comunidad interpretativa virtual que crea Internet, comunidad que juega un papel en la reinterpretación de la noticia con nuevos mediadores. Sin embargo, el papel de Internet en la configuración de un nuevo tipo de opinión pública y de consumidor de noticas “tendrá que ver con factores más allá de las características técnicas e informativas de la red” (ibíd.,126).

También Alonge da Silva (2010) estudia la relación entre periodismo “tradicional” y periodismo blogger, para concluir que, antes que de ruptura, hay que hablar de una continuidad entre ambas maneras de hacer periodismo y, en todo caso, de algunas modificaciones en el tratamiento informativo de la noticia que hacen los blogs, que el autor define con la metáfora del “degradé”.

Para investigar los valores-noticia que orientan la instauración de un posible nuevo formato noticioso periodístico en los blogs, Alonge da Silva estudia tres blogs sobre política de periodistas que también trabajan en grandes medios de Brasil. El estudio concluye que los blogs estudiados tienden a repetir los valores-noticia de selección comunes en el periodismo de los medios impresos (muerte, novedad, relevancia, proximidad), por lo tanto, Alonge da Silva afirma que la emergencia de los blogs representa un continuo con alteraciones “en degradé”, dadas por algunas diferencias en el tratamiento de la información, específicamente en lo que el autor llama “profundización”.

Esta profundización en el tratamiento de la información no está relacionada con la libertad de extensión posible en los blogs, sino más bien con el uso de hiperenlaces, que amplían el desarrollo de la información. Por eso, Alonge da Silva prefiere hablar de “reacomodamientos” antes que de “rupturas” al comparar el periodismo blogger con el modelo de periodismo tradicional. Estos reacomodamientos se vinculan con el uso de algunas herramientas que paulatinamente reconfiguran las interfaces “dentro de un híbrido que expresa la intersección entre la lógica del continuo y el degradé” (ibíd., 14)[54].

La hibridación está dada por la mezcla entre el hecho y el comentario del hecho, lo que resulta, según Alonge da Silva, más atrayente para los lectores, ya que son apelados como sujetos que quieren polemizar[55]. Así, se constituiría una comunidad de lectores o comunidad virtual que ubicaría a los blogs como potencializadores de la esfera pública (íbid., 15)[56].

En este contexto, es interesante el análisis de caso de L. A. Albornoz sobre el uso de los blogs por parte de la Asamblea Constituyente ecuatoriana 2007-2008. El estudio, que entiende la blogósfera como un “artefacto”, es decir, una práctica social mediada por la tecnología, muestra que los blogs de los asambleístas, que se concibieron por fuera de la dinámica propia de la web desde instancias gubernamentales, prometían ser un espacio de debate político a partir de las herramientas para practicarlo, promesa que terminó sin consolidarse.

Según el estudio “la construcción de este nuevo espacio público no pudo liberarse de su racionalidad administrativa y no se dio paso a una arena de deliberación sobre lo político previa a la toma de decisiones por parte de las instituciones” (2010, 65). De esta manera, el trabajo muestra en un caso concreto que la puesta en disponibilidad de los blogs como herramienta que facilita el debate y la discusión pública no determina que sean usados en ese sentido.

A pesar de estas miradas que tendieron a relativizar los elementos de ruptura que los blogs implicaban en la práctica del periodismo y en la constitución de la opinión pública, el punto de vista más extendido fue el que calificó al fenómeno de los blogs como “revolucionario” (VV.AA. 2005). Es el caso de Orihuela (2004), que entiende que las bitácoras revolucionaron el modo de generar contenidos en la web y que son espacios de “absoluta libertad”, sólo sujetos al “sistema de revisión por pares”.

Al mismo tiempo, los blogs impulsarían “un nuevo tipo de comunidades basadas en conocimiento”. En sus argumentos se vuelven invisibles las relaciones entre los blgos y las condiciones de concretas de producción y circulación de la información, configuradas en el sistema de medios y relacionadas con una hegemonía y unas relaciones sociales específicas.

En su número de octubre-diciembre de 2005, la revista Telos dedicó su cuaderno central a los blogs. La publicación se caracterizó por este entusiasmo inicial respecto de las potencialidades del soporte, expresado como un optimismo respecto de las transformaciones que prometía la herramienta que cae en un cierto determinismo tecnológico y no puede situar el objeto de análisis dentro de la problemática más amplia de la construcción de la hegemonía cultural y ubicarlo en el proceso social general. En cambio, se afirma que con la aparición de los sistemas de publicación personal se confunden los roles de productor y consumidor y emerge el “prosumidor”, y que con la ampliación de la participación y el impulso de las innovaciones de los usuarios, surge el consumo productivo de “un nuevo infociudadano” (Fumero 2005).

El proceso, por otra parte, es “imparable” (Fumero 2005, Varela 2005). Gracias a las herramientas de la web social, “los ciudadanos irrumpen en el espacio público para informar directamente o comentar informaciones” por lo que surge el “periodismo 3.0” (Varela 2005).

Siguiendo la línea del libro Extreme Democracy, una serie de artículos compilados por Jon Lebkowsky y Mitch Ratcliffe sobre “cómo las tecnologías emergentes están cambiando la política”, Varela describe a los “superusuarios”, ciberciudadanos consumidores intensivos de información multimedia y expertos en el uso de medios y herramientas sociales, como los líderes dentro de una nueva democracia basada en el activismo digital. Lo que subyace es una idea de individuos que se autorrealizan por fuera de cualquier determinación social y que con el uso de las nuevas tecnologías podrían crear no sólo un nuevo periodismo, sino también una nueva política, una nueva democracia y una nueva sociedad.

El dossier de Telos también incluye el ya mencionado artículo de Casciari (2005) sobre blogonovela que, aunque abre la discusión sobre las especificidades del género, no puede evitar participar de este entusiasmo generalizado por lo que las tecnologías prometen. La fuerza de la blogonovela, dice, tendrá que ver con una “revolución literaria formal” basada en un cambio del mercado editorial, “que comenzará a estar atento de los ‘éxitos’ on line para hacerse de nuevos valores literarios”, con el nacimiento de una nueva clase de lector “activo e hipertextual, mucho más participativo que el lector tradicional” y con el surgimiento de una nueva camada de escritores. Así, concluye:

Por primera vez en la historia de la literatura contemporánea, todos los narradores tienen hoy las mismas veintisiete letras del alfabeto, un idéntico escaparate para darse a conocer y un público potencial de millones de personas esperando leer algo que les cambie la vida o les entretenga la tarde. El éxito y el fracaso, por fin, tendrán que ver exclusivamente con el talento (s/p).

Esta idea de que el tipo de publicidad que se construye a partir del desarrollo de Internet se funda en relaciones horizontales entre iguales parecería la realización del tipo ideal de publicidad burguesa basada en un público ciudadano raciocinante (Habermas 1994). Tan es así que la jerarquía de las opiniones estaría dada exclusivamente en términos de “meritocracia”, como en la idea de Casciari citada o en el análisis de Estalella (2005) en el mismo dossier, quien afirma que la escritura referencial basada en los hiperenlaces de los blogs genera una arquitectura de la blogosfera “de la cual emerge una jerarquía de visibilidad que hace más visible aquello más relevante”[57].

Si para Habermas la publicidad burguesa, definida en términos de iguales que se reúnen en calidad de público, funciona como tipo ideal, ya que el ciudadano que constituye el público durante el siglo XIX es siempre un burgués, propietario y varón que sostiene sus intereses privados frente al Estado, los análisis de la blogósfera como espacio público naciente en la era digital dan la imagen de un espacio de participación concurrido por individuos “desnudos”, exentos de cualquier determinación social. Así, las tecnologías digitales otorgan a este individuo autorrealizado un poder nuevo: el de participación en un debate de “iguales” que dinamizará la esfera pública.

En el mismo sentido, hay para Arroyas Langa (2006) un proceso de “redefinición del espacio público” a partir del “ascenso del público” en el cual los blogs ocupan un papel fundamental porque transforman el periodismo al permitir la participación de los ciudadanos en la discusión pública, dan voz a sectores de la población excluidos del debate y, gracias a su posición independiente de las grandes empresas, funcionan como “vigilantes” del periodismo institucionalizado. Arroyas Langa entiende que la blogósfera multiplica los puntos de vista y favorece el intercambio crítico de comentarios, impulsando la implicación de los individuos en el proceso de construcción del sentido de realidad, quienes alcanzarían un “control absoluto” sobre la comunicación.

Finalmente, sin embargo, Arroyas Langa advierte que estas potencialidades revelan un riesgo: un mercado de comunicaciones fragmentado con la consecuente pérdida de un marco común para las experiencias sociales. Por eso, el autor aboga por la necesidad de filtros e intermediarios: “se precisa más que nunca una brújula: criterios y pautas, filtros que promuevan la reflexión y la deliberación necesarias para una auténtica democracia”. Si los blogs abren al mundo “los espacios cerrados individuales” e invitan al a participación, el periodismo debe modificar su función mediadora y reforzar su papel como observador crítico.

Unos años más tarde, con el avance de otras aplicaciones en Internet, el entusiasmo por los blogs decae, y la atención se mueve hacia las posibilidades de las redes sociales, especialmente Facebook y Twitter y hacia la problemática de la convergencia y el transmedia (Jenkins 2008). Así, de ser el elemento dinamizador de la esfera pública, los blogs pasan a ser considerados “irrelevantes a la hora de crear opinión pública”, como argumenta Pardo Kuklinski:

El ruido existente en la red como consecuencia de la multiplicación de contenidos generados por el usuario como por el preferential attachment (dada la elección entre dos nodos, se elegirá el nodo más conectado, Barabási, 2002[58]) convierte a la mayoría de blogs en casi invisibles (2009, 252).

El “fin de los blogs” también se relaciona, según Pardo Kuklinski, con la pérdida de la “filosofía blog” que caracterizó a estos medios en su etapa inicial (1999-2005): los blogs han sido “completamente absorbidos por los medios masivos” (ibíd., 256) y, por otra parte “han dejado de ser una moda, y en esta dinámica de obsolescencia planificada de aplicaciones Web 2.0, esto tampoco es buena noticia para dicho formato” (ibíd., 257).

De esta forma, las altas expectativas puestas en el nuevo medio en cuanto promesa de democratización de la esfera pública virtual, devinieron en decepción. El problema, desde nuestro punto de vista, es que dentro de este campo de análisis de los blogs quedaron interrogantes por formular, específicamente aquellos que se sitúan en la cuestión más amplia de la construcción de la hegemonía (Williams 2009).

¿Pueden los blogs considerarse emergentes? ¿O simplemente una novedad dentro de los límites de la hegemonía cultural en la que se inscribe el periodismo en general? ¿Qué aspectos o elementos que podrían considerarse de ruptura fueron incorporados, cuáles persisten en tensión con las prácticas dominantes? Al mismo tiempo, creemos de utilidad cruzar estas discusiones con las transformaciones en la construcción de la subjetividad en los tiempos contemporáneos, que se reconfigura junto con las nociones de lo público, lo privado y lo íntimo (Arfuch 2010, Sibilia 2004 y 2008).

Los blogs en la intersección entre tecnologías, cultura y sociedad

Además de las discusiones sobre la configuración de la esfera pública y las transformaciones en el campo periodístico, otros trabajos que toman a los blogs como objeto de estudio se interrogan sobre las potencialidades y límites del medio, ubicándolo dentro del campo más amplio de las relaciones entre tecnologías, cultura y sociedad.

Gobbi (2005) entiende a los blogs como la herramienta de publicación que mejor aprovechó la potencialidad de la Red para la producción colaborativa, tanto en el campo de los contenidos como en el desarrollo mismo de la herramienta de gestión de blogs, en la que participa la “innovación de usuario”: “El crecimiento y popularización de los blogs puede ser analizado así como parte de un modelo que estimula la innovación como un proceso socialmente distribuido”, afirma.

Desde la tradición de McLuhan y Ong, Piscitelli analiza a Internet en términos de la metamorofsis cognitiva que produce. Entiende que el procesamiento electrónico de la palabra hace ingresar a los hombres en “un nuevo mundo de distinciones y de operaciones cognitivas, generando un espacio psíquico inconmensurable con la cultura del libro” (2002, 120). Los weblogs son analizados de manera específica en Internet, la imprenta del siglo XXI (2005), donde Piscitelli los define como páginas web de actualización constante y con sello de autor, y los entiende como una poderosa herramienta de comunicación en red.

Frente a una red que “difícilmente se adapta a nuestras necesidades” (Piscitelli 2005, 6) por la imposibilidad recuperar datos de maneras más eficientes y de crear formatos y narrativas que usen Internet “de una forma mucho más inteligente y apropiada de lo que hemos podido o sabido hacer hasta ahora” (ibíd.,9), la “revolución de los weblogs” implica “un cambio brutal en su uso” y “una suerte de reapropiación por parte de los usuarios comunes y silvestres”.

Así, los weblogs son “ahora tecnológicamente más sofisticados que las páginas convencionales, ya que poseen una estructura sintáctica subyacente mucho más útil para la clasificación, segmentación y búsqueda.” (ibíd., 72).

Aunque advierte sobre la asimetría estructural de Internet, donde las visitas “generalistas” se concentran en pocos sitios y a los sitios pequeños se les vuelve imposible tener un peso significativo en la construcción o desvío de las tendencias, lo que implica que la web pierda su carácter democratizador (ibíd., 20), Piscitelli encuentra en los weblogs y otras herramientas de producción de conocimiento colectivo y en red, un recurso valioso para la educación.

Siguiendo a Rebeca Blood, encuentra en los blogs fuentes de serendipia[59]para sus lectores, es decir capacidad de invención / descubrimiento amplificada:

…exactamente lo que un lector de no-ficción valora siempre es que la guía de interpretaciones elegida provea información que desconocíamos, autores valiosos que ignorábamos, asociaciones que nunca se nos hubiesen ocurrido y sobre todo orientaciones de cómo y dónde saber más acerca de algo cuyo conocimiento nos moviliza y fascina. Es decir, un modo de alcanzar nuestros objetivos de transformación personales y colectivos. (ibíd., 58).

Los blogs también fueron interrogados desde la relación entre técnica y arte. Ubicados en el campo artístico, los blogs actualizaron el problema de la tensión entre la racionalidad inscripta en las tecnologías y la idea del arte como autocrítica inmanente, como exploración crítica de los límites del lenguaje o dominio de producción significante propia (Brea 2002).

Para Kozak (2008, 16) “cuando la creación de nuevas formas en el mundo se somete al automatismo de la aplicación […] la dimensión instrumental queda privilegiada”. En el terreno artístico, “cuando el trabajo con técnicas heredadas no se cuestiona, el resultado suele considerarse tradicional, conservador, o, incluso, anti-experimental; en cambio, cuando el arte exhibe en su trabajo técnico el propósito de cuestionar esas técnicas heredadas, el resultado es un arte experimental” (ibíd.,18). En el caso de los blogs “es claro que el programa predetermina las opciones (como todo programa pero forma mucho más evidente)” (ibíd., 21).

En su análisis de los blogs de artistas argentinos y latinoamericanos, también Pagola (2009) plantea las contradicciones del uso de este soporte en el campo del arte, dado que las características del servicio ofrecido por el proveedor determina en algún modo la apropiación posible. Sin embargo, ve potencialidades en el uso de las herramientas Web 2.0, y específicamente de los blogs dentro del campo artístico.

La autora documenta que los blogs son utilizados por artistas como un rápido y primer acceso a la web (“modo autor”), mientras que los artistas que ya habían experimentado con los soportes 1.0 optan por otras herramientas (wikis o plataformas de publicación) como una forma de simplificar la participación de colaboradores no expertos (“modo colaborador”).

En este sentido, los artistas pioneros del net.art en Latinoamérica se interesan “poco y nada” por los blogs debido a la simplicidad en el acceso, las limitaciones en el diseño y la programación, y/o su alta disponibilidad masiva, “a diferencia de los trabajosos procedimientos con el html de los inicios” (Pagola 2009, 8).

En el caso del “modo autor”, la alta renovación de contenidos propia de los blogs hace que la información de cada posteo sea generalmente circunstancial: por un lado, se encuentra siempre en proceso y, por el otro, aparece siempre muy contextualizada, en relación con la realidad extra-red. Es así que la mayoría de los blogs que la autora presenta en su artículo hacen uso de la posibilidad de revisión, a partir de la duda o la pregunta que habilita el comentario del lector. El blog es un lugar informal, provisorio, donde la información está en flujo y hay siempre una cierta deriva posible habilitada por el comentario del otro.

Pagola refiera a tres tipos de utilización de los blogs por parte de artistas: el modo realidad-virtualidad-realidad; el modo “alter-ego” y el modo info-activismo. En el primer caso, es lugar de publicación de proyectos que se originan y continúan en el espacio real. El blog otorga visibilidad, con una retroalimentación que difiere de la del “mundo real” tanto por el tipo de comentario que se produce mediado por el soporte como por la llegada a personas no que no conocen el referente “real” documentado. Además, se constituye una fuente de documentación por su posibilidad de archivo.

El segundo caso es el de uso del blog para la construcción de un “alter-ego”. Al entender a los blogs como algo menor, sencillo, con el que se experimenta lúdicamente, el artista lo mantiene como un espacio de exploración en la comunicación, separado muchas veces de su presencia formal o institucional, que sostiene mediante una página estática y con dominio propio.

En muchos casos, el artista mantiene varios blogs con distintas dinámicas o tipos de contenidos, y muchas de esas bifurcaciones se crean con la intención de experimentar con otra identidad, “alrededor de un interés o un personaje de ficción, o un avatar, constituyéndose en prácticas estéticas hipertextuales en sí” (ibíd., 8). En este uso, el blog “tiene la virtud de evitar que el artista se apegue a aquella parte de su subjetividad más auto-promocional y funcional al mundo del arte” (ibíd., 11): funciona como un “borrador público”, una prueba, donde el otro no siempre deja huellas.

De esta forma, Pagola señala una paradoja referida al proceso de escritura, dado en una dinámica “casi autista” que “se anima con la constatación de otro que lee, se identifica y aporta ideas”. Al mismo tiempo, como sucede en general en Internet, el emisor “se ampara originalmente en la sospecha de que nadie lo leerá, pero secretamente espera que el otro comente e interactúe” (ibíd., 9).

El uso de los blogs como “alter-egos” no implica que no haya una implicación personal en los contenidos: aún más, cuanto más anónimo (detrás de un avatar o varios nicknames), más íntimo lo publicado, constata la autora. En cambio, en los blogs de documentación o info-activismo las identidades reales son un requisito para la credibilidad, pero el autor “se repliega detrás de la calidad, el análisis desmitificador o la rapidez de la información posteada”.

El tercero de los usos, el de los info-activistas, refiere a la utilización de los blogs para comunicar lecturas de la realidad, bajo la forma de un hacer artístico, como texto crítico, o como repositorio documental de acciones.

Finalmente, la pregunta sobre si la Web 2.0 transformará al autor en productor, a la manera en que Kodak disolvió la creación en prácticas amateur en el caso de la fotografía, lleva a la cuestión del valor de las prácticas artísticas online. Para Pagola:

…parece difícil creer que una herramienta desarticule la economía de la producción y circulación de sentido, con su sólo existir. Su apropiación en términos de crítica, técnica y estrategias de comunicación se hace imprescindible; la responsabilidad del artista: hacer uso de la experiencia de autocrítcia implacable del arte contemporáneo (ibíd., 10).

Como en el caso de cualquier otra herramienta, dice, les compete a los artistas desmontar el uso programado para blogs, develar sus móviles corporativos y “explorar, ampliar, forzar, cuestionar sus límites comunicacionales y su eficacia; siempre dispuestos a abandonarlos cuando se tornen afirmativos y fácilmente digeribles” (ibíd., 11).

Finalmente, en lo que Flores Márquez entiende como un desplazamiento reciente en los estudios sobre blogs, la comprensión del bloguear como práctica de comunicación de múltiples dimensiones ha dado lugar a “preguntas sobre el énfasis biográfico, la relación con la identidad, la construcción y mantenimiento de relaciones, las dinámicas conversacionales, las prácticas de comunicación vía blogs en situaciones de crisis y más” (2010, 4). Ella misma estudia un conjunto de blogs mexicanos desde la perspectiva de la reflexividad que supone el bloguear autobiográfico, identificando temas recurrentes, motivaciones, el lugar de lo personal y el “pensar lo vivido” como práctica autorreferencial.

En esta línea, entre sus estudios sobre nuevas tecnologías, Arcila Calderón incluye la producción comunicativa de la identidad en los entornos virtuales. El autor parte de una noción de identidad como mecanismo de mediación comunicativa, por lo que las representaciones que se tienen de “uno mismo” y de “el-otro” influyen “en la elección que hacemos de los objetos del mundo de la referencia y la manera en que los comunicamos en función de la situación y la relación que establecemos, o pretendemos establecer, con nuestra alteridad” (2008, s/p).

Utilizando nociones de Erving Goffman[60], Arcila Calderón plantea que en el entorno digital aparecen prácticas sociales diferentes porque los actores tienen más facilidad de escoger sus “máscaras”. Desde esta perspectiva, desarrolla un estudio sobre la presentación del sí-mismo en blogs y redes sociales, analizando qué elementos se incluyen en los perfiles que un grupo de estudiantes elabora para sus blogs y en Facebook (Arcila Calderón 2010).

Para el caso de los blogs, el trabajo concluye que las categorías más recurrentes en la elaboración de los perfiles fueron las respuestas evasivas, vagas, genéricas o anecdóticas y los gustos. A pesar de que una de las hipótesis del trabajo es que a mayor presencia de “los otros”, en la comunidad virtual de referencia, mayor esfuerzo comunicativo de producción de la identidad, en el caso de los blogs “no es posible evidenciar ninguna relación entre esfuerzo en la presentación del sí-mismo y el número de comentarios recibidos en un blog”.

En la Argentina, Sandoval (2009) tomó como corpus de análisis la totalidad de los posts del blog (www.mequieromorir.com.ar, actualmente inactivo) para pensarlo también desde el modelo dramatúrgico de la interacción de Goffman. En este modelo, la identidad emerge en las representaciones que lleva a cabo un actor. Llevado al análisis del blog elegido, Sandoval entiende que el lector del blog sólo tiene acceso a un personaje construido a propósito para esa actuación. Sin embargo, concluye que la exposición de porciones de la vida (aún cuando sean estilizadas) puede interpretarse como la búsqueda “de un aquietamiento de la angustia que parece ser consustancial al vivir en la tardomodernidad”.

Como observa Alonge da Silva (2010), la mayor parte de los trabajos sobre blogs discuten proyecciones y previsiones que no están basadas en análisis exploratorios reales. El trabajo de Sandoval tiene el mérito, entonces, de trabajar sobre un corpus específico (un blog argentino), para pensarlo desde la dinámica social contemporánea[61]. Sin embargo, entiendo que el trabajo con las categorías de “actor” y “máscaras” o “fachadas” para pensar la construcción de la identidad de los blogs no puede superar una idea esencialista de la identidad, dado que el sí representado tiene como referencia un sí mismo que lo precede, el del actor que porta la fachada. En cambio, la subjetividad puesta en juego en los blogs puede pensarse como parte de la construcción constante del sí mismo en prácticas socialmente situadas.

Desde mi punto de vista, es el trabajo de Sibilia (2004 y 2008) el que delimita un nuevo campo de estudio para los blogs. Las formas de expresión y comunicación surgidas en Internet que presentan la característica de poner a disposición pública fragmentos de la vida privada, los blogs entre ellas, denotan para Sibilia una cierta reconfiguración de las subjetividades contemporáneas.

La comprensión de estas prácticas como pistas sobre las transformaciones en la producción de las subjetividades coloca al análisis de los blogs en el cruce entre tecnología, cultura y sociedad:

Son innumerables los indicios de que estamos viviendo una época limítrofe, un corte en la historia, un pasaje de cierto ‘régimen de poder’ a otro proyecto político, sociocultural y económico. Una transición de un mundo hacia otro: de aquella formación histórica anclada en el capitalismo industrial, que rigió desde fines del siglo XVIII hasta mediados del XX […] hacia otro tipo de organización social que empezó a delinearse en la en las últimas décadas (Sibilia 2008, 19).

Este cambio contextual obliga a interrogarse sobre la influencia de estas mutaciones en la creación de “modos de ser”, en la construcción de sí, en la conformación de cuerpos y subjetividades. Desde esta perspectiva, mi análisis buscará reinterpretar los blogs y su relación con las estructuras de la información y comunicación a partir de las tensiones que se producen al proliferar las narrativas del yo en el campo del discurso informativo, tensiones que deben leerse en el marco de las transformaciones mencionadas.


  1. Salvo indicación específica, los datos que componen este apartado surgen del relevamiento de artículos periodísticos de diarios nacionales sobre el desarrollo local de Internet entre 1995 y 2005, con especial atención a la aparición de aplicaciones para la publicación de contenido y sus usos personales. El relevamiento se realizó en el Archivo del diario Clarín (papel) y en los archivos online de Clarín y La Nación. Todos los artículos utilizados para esta reconstrucción histórica se listan por orden cronológico en la sección Bibliografía.
  2. El primer software de BBS fue creado en 1978 en los Estados Unidos. Los BBS constituyeron los primeros sistemas públicos de intercambio de ficheros, incluyendo los primeros programas shareware (el usuario puede utilizarlos de forma gratuita, pero con limitaciones en el tiempo o en algunas de las formas de uso o con restricciones en las capacidades finales) y los primeros virus informáticos. En la etapa inicial, dependían de un ordenador conectado a una línea de teléfono, por lo que los usuarios tenían que “hacer cola”, es decir, mientras el usuario anterior no desconectase y liberase la línea de teléfono, no podía conectarse el siguiente, ya que la mayoría de los BBS solo tenían una línea de teléfono. Más tarde, los BBS comenzaron a utilizar Internet como soporte de la conexión.
  3. “Lo más lindo de haberme metido en eso de los BBS a los 14 años es que, en plena adolescencia, cuando uno está especialmente inseguro, conectarte y ser quien vos quisieras ser, era increíble: creabas tu personalidad. El operador del BBS era el único que sabía quién eras realmente”. (Roxana Bassi, citada por Fejler, 2000, p.38).
  4. Sistema de distribución de documentos de hipertexto accesibles vía Internet, desarrollado por el científico inglés T. Berners-Lee en 1991 y abierto al uso gratuito en 1993. Al unir las tecnologías del hipertexto y de Internet, la Web posibilita la navegación de las páginas y documentos disponibles en la red, mediante una aplicación específica: el navegador. A diferencia de los sistemas de hipertexto existentes hasta ese momento, sólo requiere enlaces unidireccionales, lo que hace posible que una persona enlace a otro recurso sin necesidad de ninguna acción del propietario de ese recurso. Para una historia de este desarrollo técnico ver Weaving the Web: The Original Design and Ultimate Destiny of the World Wide Web by its Inventor, Bernes-Lee (2000). La características del hipertexto se desarrollan en el Capítulo 5.
  5. Guillermo Bort trabajó en los inicios de la empresa Startel, primer proveedor comercial de servicios de Internet, en el sector “nuevos negocios”.
  6. Antes de la apertura comercial de Internet en el año 1995, había en la Argentina aproximadamente 15.000 usuarios de redes, con acceso al correo electrónico y otros servicios de Internet, como Gopher. Al un año del inicio de las operaciones comerciales, en 1996, había 80.000 usuarios y 300 empresas subidas a la Web. Se calculaba para ese momento una computadora cada 20 habitantes.
  7. Según consigna la prensa de la época, el acceso a Internet se cotizaba a 25 dólares por mes, por 2 horas de conexión, y el excedente a 0,23 dólares por minuto. La tarifa plana, es decir, independiente del tiempo de uso de la conexión, era de 200 dólares por mes. A comienzos de 1996, Interactive ISP, controlado por la empresa de televisión por cable Multicanal, puso la tarifa plana a $50, lo que amplió las posibilidades de acceso. A medida que avanzó el tiempo se multiplicaron las empresas que proveían conexión. Un informe del diario La Nación lista más de 50 en 1997. Startel se terminó disolviendo y cada una de las telefónicas creó su propia empresa ISP.
  8. Según datos del propio diario, ese día recibió 110.957 consultas. La mayoría, de argentinos residentes en el exterior.
  9. Su traducción literal es “banderola”. Consiste en un formato publicitario específico de Internet. Se trata de una pieza que se incluye dentro de una página web y que enlaza hacia el sitio web del anunciante, que paga por su inclusión.
  10. HyperText Markup Language (lenguaje de marcas de hipertexto), es el lenguaje de marcas para la elaboración de páginas web. El lenguaje de marcas incorpora, junto con el texto de un documento, etiquetas o marcas que contienen información adicional acerca de su estructura o su presentación.
  11. En informática, una plataforma es un sistema que sirve como base para hacer funcionar determinados módulos de hardware o de software con los que es compatible.
  12. Según se consigna en la entrada Geocities de Wikipedia (Disponible en: http://en.wikipedia.org/wiki/GeoCities), en 1994 la compañía de hosting y desarrollo web estadounidense Beverly Hills comenzó con un directorio web propio, organizado temáticamente en seis “barrios”. Estos se nombraban como ciudades o regiones de acuerdo con su contenido (sitios relacionados con los computación, en “SiliconValley”; con el entretenimiento, en “Hollywood”, etc). Cámaras web que transmitían en directo se situaron en varios lugares reales para remarcar el concepto geográfico. A mediados de 1995, la compañía decidió ofrecer a los usuarios de su sitio web, conocidos como homesteaders, la posibilidad de desarrollar páginas web propias en los barrios de la compañía, asignando una calle y un número de casa. Más tarde, ese esquema se abandonó y se pasó a un esquema con el nombre del usuario como subdominio. Chats, boletines de noticias y otros elementos de comunidad virtual se añadieron rápidamente, ayudando al crecimiento del sitio web. En diciembre del mismo año, el sitio contaba con 14 barrios y llegaba a servir a seis millones de páginas al mes. Dado el éxito, la compañía decidió enfocarse en aumentar la cantidad de usuarios y expandir la comunidad virtual. El día 15 del mismo mes pasó a conocerse como GeoCities. Con el tiempo, varias compañías comenzaron a publicitar en el sitio. Pese a la negativa reacción de los usuarios frente al ingreso de la publicidad, la empresa siguió creciendo. Al llegar a junio de 1997, GeoCities era el cuarto sitio web más visitado en Internet. En octubre de ese año, alcanzó un millón de homesteaders. En enero del año 2000 fue comprada por Yahoo! La compra fue muy impopular y los usuarios comenzaron a abandonar el sitio en masa en protesta por el nuevo contrato impuesto por Yahoo! que indicaba que la compañía sería la propietaria de todos los derechos del contenido, incluyendo imágenes y sonidos. Rápidamente Yahoo! se retractó de su decisión. “Yahoo la compra [a GeoCities] básicamente para fulminarla”, opina L. Zanoni (entrevista personal).
  13. Ciudad Digital (luego Ciudad Internet y hoy Ciudad.com –www.ciudad.com.ar) era un sitio gestionado por la empresa proveedora de servicios web Prima, del Grupo Clarín. Lanzó su servicio de conexión a $30 en 1997.
  14. Universo Online, proveedor de servicios de Internet brasileño, tuvo una filial argentina y un portal de contenidos en español.
  15. Lanzado en 1997, El Sitio se dedicaba a entretenimientos, mundo del espectáculo y artes. Incluía encuestas, juegos y conferencias con moderador. La empresa estaba dirigida por Roberto Cibrián Campoy, asociado con Guillermo Liberman, vicepresidente de la empresa de cable VCC y Ricardo Verdaguer y Roberto Vivo, presidente y vice presidente de Impsat.
  16. Portal de Terra Networks S.A., fundada en 1999, la filial dedicada a contenidos de Internet del Grupo Telefónica de España.
  17. Empresa del entonces grupo Clablevisión, operadora de televisión por cable adquirida por el Grupo Clarín en 2006.
  18. Distintas estimaciones publicadas en artículos periodísticos consignan, en 1997, entre 36.600 y 50.000 usuarios de Internet en la Argentina.
  19. La sección se dio de baja en el año 2001 y hoy no es posible recuperar de Internet el archivo de las notas allí publicadas. Sin embargo, un entrevistado de esta sección conservó la entrevista en su sitio personal. Puede verse con su diseño original en: www.ganga.com.ar/historias.htm [Accedido: 30/03/2018].
  20. El programa de Fabián Polosecki estuvo en el aire entre 1993 y 1995 en el canal público de televisión, en ese momento ATC, y representó una innovación para los formatos tradicionales de la televisión masiva en la Argentina. Se trató de un programa periodístico que combinaba el registro documental de entrevistas con elementos de ficción, en una narrativa de tipo cinematográfica. El protagonista era un guionista de historieta (por lo que intervenían en el relato viñetas en blanco y negro de las imágenes del programa) que contaba historias de personajes marginales. La voz en off de Polosecki reconstruía en primera persona el acercamiento a los personajes entrevistados y sus historias.
  21. Todos ellos trabajaron en Ciudad Digital / Ciudad Internet.
  22. Para un análisis de las transmisiones vía Internet de la vida cotidiana, ver: Cotidianidades transmitidas en medios audiovisuales no tradicionales – Caso justin.tv-., tesis de maestría de Fernández Montoya Bermúdez (2011).
  23. Según las estadísticas de Internet Society, los internautas en la argentina eran 190.000 a fines de 1997, 300.000 en 1998, 510.000 en 1999 y 2.500.000 a diciembre del año 2000.
  24. Por estos años está en pleno auge la “burbuja puntocom”, período de crecimiento acelerado en los valores económicos de empresas vinculadas a Internet, que se dio entre 1997 y 2000. Después de alcanzar su nivel máximo, en marzo de 2000, el Índice Compuesto Nasdaq, de empresas de tecnología, inició una caída libre que lo llevó, ya en diciembre del mismo año, a una pérdida del 54% respecto de su pico de marzo y del 43% en el año. Para marzo de 2001, la caída llegaba al 60% y era la primera vez desde noviembre de 1998 que quedaba por debajo de los 2.000 puntos en dicho índice, según un artículo de The Wall Street Journal de la época (Samela y Villafañe 2006). Finalmente, muchas de esas empresas quebraron o dejaron de operar. En la Argentina, el final de la burbuja trajo aparejado despidos masivos de estas empresas (como en el caso de Ciudad Internet) y el cierre de portales (como en el caso de El Sitio).
  25. Jorn Barger es considerado el “padre del weblog”. De hecho, fue quien acuñó el término weblog para referirse a su página Robot Wisdom (de 1997). Aunque ésta fue creada como una página normal en html, y no a partir de una aplicación específica de publicación automática, respondía al criterio de actualizarse regularmente publicando enlaces hacia sitios de interés en la propia Web.
  26. También en esta época aparecen en Estados Unidos los sitios donde se agregan contenidos comunitariamente y su relevancia es decidida por los visitantes. Entre otros: The Vines, que publica relatos y cuentos y donde los escritores son los usuarios; Plastic, con historias de la Web; The Me Stream; Slashdot.org y everything2.com, con aportes de los usuarios. “Los sitios de escritores, como The Vines, entre otros, crecen rápidamente, “en especial debido al deseo reprimido de la gente de salpicar el mundo con su prosa”, interpreta una periodista de The New York Times. No encontré casos de sitios de este tipo producidos en la Argentina durante el período en análisis.
  27. Analizo este punto con detenimiento en el Capítulo 6.
  28. Aunque Formanchuk y Landi (2007) ubican la publicación del primer blog argentino (Korochi.com.ar, del diseñador gráfico Lucas Worcel) a mediados de 2000, la cronología que proponen no incluye otro blog hasta el año siguiene (pp. 42 y 43). Este registro coincide con los resultados de mi investigación en fuentes documentales y testimoniales, que ubica la expansión del uso de las herramientas para publicación de blogs durante los años 2001 y 2002. El blog de Worcel puede verse actualmente en http://korochi.com [Accedido: 23 de abril de 2018]. En una entrevista de 2002, en el sitio minid.net, Worcel definía a un weblog como una “herramienta para mantener un website actualizado y ordenado de manera súper sencilla”. Publicada en: http://minid.net/2002/12/14/entrevista-lucas-korochi-worcel [Accedido: 31 de enero de 2012, actualmente fuera de línea].
  29. El blog dejó de actualizarse en 2008 y actualmente está fuera de línea.
  30. Ingeniero estadounidense amigo de Steve Jobs y uno de los primeros empleados de la empresa Apple, fabricante de las computadoras Macintosh.
  31. www.weblogs.com.ar/cont/whatis.php [Accedido el 02/03/2004]. Actualmente fuera de línea y no disponible.
  32. Sigla de Really Simple Syndication, un formato XML (de eXtensible Markup Language, lenguaje de marcas utilizado para almacenar datos en forma legible) para sindicar o compartir contenido en la Web. Se usa para difundir información actualizada en forma periódica a usuarios que se suscriben a la fuente de contenidos. El formato permite distribuir contenidos sin necesidad de un navegador, utilizando un software diseñado para leer estos contenidos (agregador).
  33. Amartino estuvo a cargo, en 2003, de lo que fue el primer blog incluido en un diario online de habla hispana, en Clarín Digital (Orihuela 2004, Formanchuk y Landi 2007). Hoy su blog puede verse en: www.uberbin.net [Accedido: 23 de abril de 2018].
  34. www.dialogica.com.ar (Actualmente fuera de línea).
  35. www.jujuyweblogs.com.ar (Actualmente fuera de línea).
  36. www.3puntocero.com.ar (Acualmente fuera de línea). Un análisis específico de las características y alcances de esta agrupación de blogs puede verse en Formanchuk y Landi (2007).
  37. Actualmente, la dirección bloggersenaccion.blogspot.com.ar aparece como “solo para lectores invitados”, por lo que no es posible corroborar si continúa actualizándose.
  38. Sobre la noción de extimidad (Sibilia, 2008), ver Capítulo 2.
  39. En distintos informes de prensa se consignan entre 4 y 5,2 millones de usuarios argentinos de Internet. Aunque en 2002 se había registrado una caída en un 22% de la conexión mediante acceso telefónico con abono (como consecuencia de la crisis económica de 2001), el crecimiento del número de usuarios se sostuvo a partir de la aparición de los accesos gratuitos y de los cibercafés. Además, se expandió la banda ancha, principalmente en empresas, lo que permitía una mayor velocidad de conexión. El trabajo se volvió el lugar desde donde se conectaba a la red la mayor parte de sus usuarios, seguido por el hogar y los cibercafés.
  40. Un informe de The Pew Internet Project señalaba que los lectores de blogs en los Estados Unidos habían crecido un 58% entre febrero y noviembre de 2004, un porcentaje que se traducía en 32 millones de estadounidenses. Más de ocho millones de personas de esa nacionalidad habían creado durante ese período una bitácora basada en recursos de la Web, y uno de cada diez usuarios del mismo país ­–unos 14 millones de personas– había contribuido con sus comentarios a algún blog. No hay mediciones equivalentes para la Argentina ni para América latina de ese período.
  41. Inagurado en noviembre de 2002, ya no se encuentra en línea.
  42. Bitacoras.com era un directorio y red social en la que bloggers y lectores de blogs en español podían comunicarse entre sí, compartir y promocionar contenidos. El sistema recogía en tiempo real las actualizaciones de miles de blogs. Tenía un agregador social capaz de filtrar el volumen de contenidos que generaban los blogs que combinaba un sistema automático de detección de enlaces y un sistema de votos manuales de los usuarios. La base indexaba bitácoras de 16 países de habla hispana y de más de 15 plataformas de creación, gestión y alojamiento de diarios electrónicos. Más de la mitad de los bloggers registrados a 2011 eran españoles, siendo la Argentina el siguiente país más activo en número de autores del mundo hispano (10,1% de la base). El 52,7% eran españoles, el 8,6%, mexicanos y el 8%, chilenos.
  43. Este tema se analiza en el Capítulo 6.
  44. El blog, escrito por Hernán Casciari e ilustrado por Bernardo Erlich, fue editado en castellano por Plaza & Janés, en España, 2005, y Editorial Sudamericana, en la Argentina, en 2006. La novela fue traducida a varios idiomas. También fue llevada al teatro, protagonizada por el actor Antonio Gasalla. En noviembre de 2005, el blog fue elegido en el concurso de Deutsche Welle como “el mejor weblog del mundo”. La versión Web de la historia ya no está accesible. Casciari tuvo otros blogs: un símil diario íntimo de Letizia Ortiz (www.letizia-ortiz.blogspot.com.ar, en línea, pero ya “cerrado”) y una página con imágenes de su hija, acompañadas por fragmentos de tangos, www.nina2x4.blogspot.com, todavía online, aunque sin actualizar [Accedido: 23 de abril de 2018]. Hoy mantiene el blog Orsai, https://editorialorsai.com/blog/, dentro de un proyecto editorial más amplio que incluye una revista con ese nombre [Accedido: 23 de abril de 2018].
  45. http://mujergorda.bitacoras.com/cap/prologo.php [Accedido: 4 de febrero de 2012, actualmente fuera de línea].
  46. Durante 2004 se organizaron las primeras ediciones de las conferencias Web 2.0 y We Media en los Estados Unidos.
  47. Abierto en 1994, cuando Gillmor trabajaba en el San José Mercury News.
  48. Entre 2003 y 2004 los blogs se habían incorporado a los grandes portales de los diarios estadounidenses y europeos (Alonge da Silva 2010).
  49. Entre otras contemporáneas al lanzamiento de Facebook, pueden mencionarse Orkut, promovida en su momento por Google que después lanzó Google +, Badoo, MySpace, Hi5 y, poco después, Twitter.
  50. En marzo de 2013, entre los 10 países con más presencia en Facebook había tres con hispanoparlantes: Estados Unidos (163 millones de usuarios), México (casi 40 millones de usuarios) y Argentina (21 millones de usuarios) (Cuen 2013). Un artículo del diario La Nación consignó para octubre de 2017 2.000 millones de usuarios de Facebook en el mundo, siendo la red social de mayor uso entre los argentinos (Las redes sociales preferidas por los argentinos, según su edad. La Nación, 29 de octubre de 2017. Disponible en: www.lanacion.com.ar/2076890-las-redes-sociales-preferidas-por-los-argentinos-segun-su-edad).
  51. Search Engine Optimization, posicionamiento en motores de búsqueda.
  52. Sobre este punto volveré al discutir la noción de postproducción (Bourriaud 2007) en el Capítulo 4.
  53. En marzo de 2013, se estimaron 500 millones de usuarios de Twitter en el mundo. Entre los primeros 10 países con mayor cantidad de usuarios, hay cuatro con hispanoparlantes: Estados Unidos (22,9 millones de usuarios), México (11,7 millones de usuarios), Argentina (6,3 millones de usuarios) y España (5 millones de usuarios). (Cuen, 2013). Actualmente, el número de usuarios activos en el mundo de esta red social se estima en 320 millones/mes (Global Digital Report 2018. Disponible en: wearesocial.com/blog/2018/01/global-digital-report-2018).
  54. “…dentro de uma interseção híbrida expressa entre a lógica do continuum e o degradê” (traducción propia).
  55. Copetti Dalmaso (2011) revisa la contraposición entre géneros informativos y opinativos en periodismo, para concluir que en los blogs el texto opinativo aparece como expresión de la subjetividad.
  56. Colussi Ribeiro y Flores Cabello también estudian tres blogs de periodistas de grandes medios de Brasil para caracterizar la narrativa en los blogs periodísticos. El trabajo, sin embargo, se limita a una cuantificación del uso de enlaces y contenidos multimedia y concluye que la hipertextualidad es entendida como “el primer rasgo distintivo” de la narrativa de estos tres blogs, mientras que los recursos multimedia no son tan utilizados, por lo que “falta aún explorar el proceso de transmediación” (2012, 7).
  57. En su tesis doctoral, Estalella (2012) toma como objeto de estudio la esperanza que algunas personas depositan en la posibilidad de transformar la sociedad a través de la tecnología, específicamente a través de los blogs, investigando lo que llama el “bloguear apasionado”. Desde su punto de vista, más importante que la fundamentación o acierto que puedan tener esas narrativas de futuro, es que la esperanza se orienta hacia la des-estabilización de una ontología del presente que se presume clausurada “mediante la formulación de nuevas posibilidades futuras” (171).
  58. Albert Barabási realizó en 1999 una serie de análisis de páginas web que demostró que existe un núcleo organizado en el centro de la red compuesto tan solo por el 30% de los sitios existentes, pero que el resto de los sitios web es, en muchos casos, inaccesible. Al analizar la estructura de la web, Barabási constató que, además de los nodos y enlaces que constituyen el meollo de Internet, existen agrupamientos de nodos (clusters o racimos) y un pequeño número de nodos con una enorme cantidad de enlaces a otros nodos (los hubs o concentradores). Barabási se encontró con “la ausencia total de democracia, equidad y acceso igualitario a estos nodos. La topología de la web nos impide ver todo, a excepción de un puñado de los miles de millones de documentos que resultan indexables. De hecho, los nodos no se conectan entre sí al azar, sino que, contrariamente y en un ambiente de constante competencia, buscan a otros nodos más atractivos. Barabási propone la existencia de cierta fitness (aptitud, en el sentido evolucionista), lo que lo lleva a afirmar que la noción según la cual los ricos se vuelven más ricos es el mecanismo clave” (Piscitelli 2005, 14).
  59. El neologismo hace referencia a un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando una cosa distinta.
  60. Goffman desarrolla un enfoque dramatúrgico para pensar las interacciones sociales y la identidad. Ver: Goffman, E., 1981. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu.
  61. En la revisión bibliográfica que formó parte de mi investigación, sólo este artículo y el de Pagola (2009) y la tesina de Formanchuk y Landi (2007) estudian específicamente blogs argentinos.


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