Zalazar, Stefania Alejandra (UADER)[1]
Introducción
En 1951 las mujeres de todas las provincias argentinas pudieron votar por primera vez, así como también ser electas. Luego de décadas de luchas por el sufragio femenino, durante el peronismo tuvieron lugar dos hechos que las habilitaron a participar activamente. Por un lado, la aprobación de la Ley de Sufragio Femenino en 1947 (Ley 13.010). Por otro lado, la creación del Partido Peronista Femenino (PPF), que buscó su incorporación masiva en la estructura partidaria. Carolina Barry destaca que las mujeres militaron a partir del concepto de que no ingresarían al asalto de posiciones públicas, sino con el objetivo de aportar valores espirituales y morales al partido de los hombres. Según la autora, la mujer no fue convocada a la participación desde lo que tradicionalmente se conocía como accionar político, sino destinada a trazar un puente entre el hogar y el partido (Barry, 2009).
En relación con las investigaciones que han estudiado las luchas por los derechos políticos de las mujeres en Argentina en la primera mitad del siglo XX, cabe mencionar los estudios de Susana Bianchi (1996), Dora Barrancos (2014) y Adriana Valobra (2008, 2018). Durante el peronismo, la participación de las mujeres se canalizó principalmente a través del PPF. El hecho de que las mujeres encontraran su expresión a través de una estructura exclusivamente femenina es una cuestión que no ha pasado desapercibida y ha sido objeto de problematización. Las investigaciones clásicas de Estela Dos Santos (1983), Susana Bianchi (1996) y Susana Bianchi y Norma Sanchis (1988) contribuyeron al conocimiento sobre la conformación del PPF y la forma en la que el mismo se estructuró. Posteriormente, Carolina Barry realizó importantes aportes sobre la conformación del PPF (2009, 2018, 2021). La autora analizó los porcentajes de mujeres que lograron acceder a los escaños de representación durante las elecciones de 1951 y 1954 en las cuales las mujeres eligieron y fueron elegidas. Estos datos son fundamentales para poder entender la importancia y los cambios generados a partir del ingreso de las mujeres a la política.
Luego de las elecciones de 1951, la provincia de Entre Ríos, como el resto del país, asistió por primera vez a la transformación del escenario político, permitiendo el ingreso de las mujeres a la función parlamentaria. Como ha señalado Barry, si bien se han producido numerosos estudios sobre la elección de las primeras legisladoras nacionales, sabemos menos sobre la situación de las legislaturas provinciales (2021). De todas formas, contamos con algunos trabajos que han profundizado en las provincias. Por ejemplo, en los casos de La Pampa (Zink, 2005), Corrientes (Solís Carnicer, 2012) y Jujuy (Malica, 2021). Particularmente en lo que respecta al PPF en Entre Ríos, Patricia Lucero (2009) se centra en la reconstrucción de la historia y trayectoria de las primeras mujeres peronistas militantes. A través de entrevistas realizadas a varias integrantes fundadoras del partido, recupera sus voces, los trabajos que efectuaron y la relación que gestaron con Eva Perón. En un trabajo reciente, Carolina Barry analiza las cifras de las mujeres que fueron elegidas para integrar las legislaturas provinciales y las convenciones constituyentes entre las elecciones de 1951 y el derrocamiento del gobierno peronista, profundizando en los casos de tres nuevas provincias: los ex territorios nacionales de La Pampa, Chaco y Misiones (2021). Concluye que en esas provincias, la proporción de candidatas electas fue superior al de las antiguas provincias y que entre las elecciones de 1951 y 1954 el porcentaje de mujeres electas se incrementó significativamente. Sin embargo, como destaca la autora, son necesarias las investigaciones que desde el espacio regional se aboquen específicamente a la labor de las mujeres en la tarea legislativa.
Con ese fin, en el presente capítulo indagaremos, por un lado, en la incorporación de las mujeres a la política y su posterior inclusión en cargos electivos en la provincia de Entre Ríos y, por otro lado, en la actuación de las primeras legisladoras en la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores de la provincia. Para ello observaremos los proyectos que presentaron, las comisiones en que participaron y su actuación en los debates. A partir de ese estudio procuraremos responder cómo se manifestó la condición femenina en el discurso legislativo y si fue el género un condicionante en la participación legislativa y la formulación de leyes.
El capítulo se divide en cuatro apartados. En el primero trabajamos sobre la incorporación de las mujeres al PPF en Entre Ríos. En el segundo indagamos sobre la representación femenina en Entre Ríos en las elecciones de 1951 y en las de 1954. En tercer lugar, estudiamos la labor parlamentaria de las primeras legisladoras en la provincia. Por último, señalamos algunas cuestiones respecto a las consecuencias del golpe de Estado para las mujeres que ocupaban cargos en el parlamento. Para ello consultamos diarios locales (La Acción, El Diario y El Libertador de Paraná, y El Litoral de Santa Fe), los diarios de sesiones de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores y documentos de las elecciones provinciales de 1951 y 1954 que se encuentran en la Secretaría Electoral Nacional. Esa información es puesta en diálogo con documentación de archivos privados y entrevistas publicadas, así como otras realizadas por la autora.[2]
La incorporación de las mujeres al Partido Peronista Femenino en Entre Ríos
La creación del PPF fue producto de una doble circunstancia. Por un lado, el conflictivo escenario que presentaba el Partido Peronista en sus años iniciales, y por otra parte, el ascendente papel de Eva Perón, no ya en su rol de primera dama, sino en el de una dirigente política que construyó un poder inesperado para una mujer a mediados del siglo XX (Barry, 2008). Después de la creación del PPF en julio de 1949, Eva Perón, como presidenta del partido, llevó a cabo la elección de veintitrés mujeres para ser las representantes y organizadoras del mismo en las provincias y territorios. Conformar la estructura femenina fue uno de los temas más complejos, debido a que eran muy pocas las mujeres que tenían experiencia previa en la participación política (Barry, 2009). La misión de las delegadas era la de fundar un PPF en cada provincia y a partir de allí, comenzar a censar a las mujeres peronistas de todo el país. Al mismo tiempo debían organizar las primeras Unidades Básicas Femeninas en los barrios, para convertirse en los organismos celulares del partido.
Así, en la provincia de Entre Ríos se conformó el PPF permitiendo que muchas mujeres se incorporaran en la vida política. Como señala Barry, el PPF, proporcionó una vía de acceso exitosa para muchas mujeres en su incursión política masiva y fue determinante para el triunfo de Perón en las elecciones de 1951 (2009). La delegada responsable de organizar la provincia fue Juana Larrauri, una actriz y cantante afín al gobierno peronista que estuvo entre las mujeres que impulsaron la sanción de la ley de Sufragio Femenino, que sería parte de la conducción nacional del PPT y que fue senadora por la provincia de Entre Ríos. Dora Peletti, quien fue designada como subdelegada censista por la ciudad de San José de Feliciano, muestra la llegada a su localidad de la delegada:
Yo empecé cuando vino Juanita. Ella me dijo que iba a venir una señora María de Boeykens que se quedó por cuatro meses […] ella me dijo que buscara algunas compañeras y una casa para alquilar. Me nombraron subdelegada en el año [19]50. Juanita me dijo: Dora vos vas a quedar a cargo, buscá una secretaria y una prosecretaria (Peletti, 2019).
Entre 1949 y 1955 se inauguraron las Unidades Básicas Femeninas en la provincia, que según Zulema Santiago alcanzaron la cifra de 500 (Lucero, 2009). Estos locales, a los que solo podían concurrir mujeres, eran espacios de sociabilidad barrial, donde su principal atractivo eran los cursos gratuitos que allí se brindaban: cocina, corte y confección y economía doméstica, entre otros. Estas actividades muestran que la concepción con la que el peronismo pretendió incorporar a las mujeres en la política, tenía elementos de continuidad con los años previos (Pastoriza y Torre, 2002). En esa línea, Carolina Barry señala que los locales partidarios eran representados como una prolongación del espacio doméstico, en donde las actividades políticas de las mujeres quedaban desdibujadas por las acciones de tipo social y educativo que allí se realizaban. Por su parte, la estructuración separada por sexos llevó a resolver el tema de las candidaturas y ocupación de cargos electivos de manera diferente, en hombres y mujeres (Barry, 2008).
La particularidad de las elecciones recaía en el hecho de que las mujeres no solo iban a poder sufragar por primera vez, sino que además iban a integrar las listas electivas. A pesar de pertenecer a un mismo movimiento, el PPF, actuaba de manera independiente a la rama masculina y su presidenta bregaba para que las mujeres ocupasen un tercio de la representación en las listas (Barry, 2018). Aunque Eva Perón tuvo que resignarse a un número menor de candidatas, luego de arduas deliberaciones y presiones, quedaron para las mujeres veintitrés cargos a diputada nacional, seis a senadora nacional y tres cargos a delegadas territoriales correspondientes a los espacios subnacionales que aún no se encontraban conformados como provincia. Por su parte, en las provincias correspondieron a las mujeres la totalidad de noventa y siete cargos electivos (Barry, 2021). Luego de la definición de los cupos femeninos, Eva Perón se ocupó personalmente de elegir a las candidatas, evaluando a cada una de ellas y valiéndose de la sagacidad en el trabajo desempeñado. Las delegadas censistas de todo el país comenzaron a viajar en pequeñas comisiones a Buenos Aires para entrevistarse con la presidenta del PPF como potenciales candidatas. La mayoría de las elegidas para ocupar las candidaturas fueron delegadas, subdelegadas o secretarias del PPF (Barry, 2009).
La primera participación femenina dentro del sistema electoral, generó una gran expectativa en la sociedad entrerriana. Los diarios locales, dedicaron durante días amplias páginas para referir a lo que sería esa primera experiencia. El Diario, de carácter opositor al gobierno, recordaba a las mujeres que iban a emitir su voto por primera vez, las formas y las acciones que no debían desempeñar ese día. Además, reiteraba sugerencias respecto a la responsabilidad civil que implicaba el acto electoral. Ningún detalle fue descuidado en la redacción de El Diario: desde una descripción respecto a lo que era denominado en el acto comisional el “cuarto oscuro”, hasta la recomendación de llevar la boleta en el bolsillo (El Diario, 10/11/1951). En cambio, otro de los diarios locales, La Acción, vinculado a la Iglesia Católica y afín al peronismo, dedicó sus columnas a resaltar la significación de la incorporación de la mujer al sistema democrático en la doble función de elegir y ser elegida. Explicaba que la medida ponía al país a la altura de otros donde el sufragio femenino ya se había otorgado hacía mucho tiempo y que concedía a la mujer una gran importancia en el acto de sufragar y de desempeñar cargos en el Estado “a pesar de su inexperiencia política”:
La mujer argentina, nutrida de amor a los suyos y a su patria, enaltecida por sus sentimientos maternales, imbuida de gran responsabilidad moral, creyente y piadosa, convencida del flujo de la virtud en el rol superior que la sociedad le asigna, ha de colaborar –activa y eficazmente– en la tarea de elegir a los mejores […] por ello repetiremos la histórica frase ¡Quiera votar! (La Acción, 10/11/1951).
Por otra parte, el diario peronista El Libertador, días previos a los comicios, se dirigió a las mujeres refiriendo a la “propaganda solapada y desleal” en la cual circulaban versiones inexactas respecto a que quienes no estaban afiliadas al PPF no podían votar y a que las mujeres no tenían obligación de hacerlo. Ese mismo día publicó una nota titulada “El peronismo de Entre Ríos está orgulloso de la mujer”. En la misma se señalaba “la disposición de espíritu y valentía que ha demostrado la mujer peronista en Entre Ríos” y refería al trabajo incansable a toda hora y aún feriados y domingos. Para la prensa todas esas acciones eran reveladoras “de una perfecta madurez para el ejercicio activo de la ciudadanía” (El Libertador, 31/10/51). Además publicaba imágenes de los actos realizados por el PPF en diferentes localidades de la provincia.
Otra cuestión a señalar respecto a la expectativa en la sociedad entrerriana ante la primera participación femenina dentro del sistema electoral, tiene que ver con que en 1951 fue designada en el Ministerio de Educación la primera ministra mujer del país, Emma Bedogni de Basaldúa, en reemplazo del ministro de educación que había dejado su cargo para presentarse como candidato a vicegobernador para las elecciones del 11 de octubre.[3] Ese acontecimiento, en el marco de la campaña electoral, fue tomado por el oficialismo como “la culminación del movimiento revolucionario del feminismo, encabezado y hecho realidad por Eva Perón” (Petitti y Ferro Piérola, 2022).
Representación femenina en Entre Ríos: elecciones de 1951 y 1954
Como analizamos en un trabajo anterior, las mujeres tuvieron una gran participación política durante los años previos: integraron y organizaron actos electorales, afiliaron a otras mujeres, se convirtieron en oradoras en los actos proselitistas y trabajaron como fiscales de mesa, entre las principales actividades (Zalazar, 2022). La escena partidaria se alteró luego del 11 de noviembre de 1951, dando comienzo a una nueva etapa para las integrantes del PPF. A partir de entonces, las mujeres peronistas adquirieron un nuevo rol: el de legisladoras (Barry, 2009: 260).
Durante los primeros días del mes de octubre se dieron a conocer los candidatos a ocupar los cargos a diputados y senadores a nivel provincial y nacional por la provincia de Entre Ríos. Los seleccionados para la representación en el Senado de la nación fueron: el general Ramón Albariño quien se encontraba desempeñando el cargo de gobernador de Entre Ríos (1950-1952)[4] y la delegada del PPF por la provincia de Entre Ríos Juana Larrauri.[5] Para los cargos a diputados nacionales se postularon seis candidatos, de los cuales un lugar fue para una mujer: María Caviglia de Boeykens, nacida en la ciudad de Paraná en 1895. Se trata de la primera mujer que habló en el parlamento nacional. En 1945 había organizado en Paraná:
el centro Pro Voto Femenino y después el Centro Femenino Presidente Perón que ella presidia. El Centro tenía como fin la asistencia social y por todo ese trabajo en las elecciones del 11 de noviembre es elegida candidata a diputada nacional (Boeykens, 2020).
Para los cargos legislativos por la provincia de Entre Ríos, el peronismo postuló un candidato a senador por departamento y solo el de Paraná presentó una candidata mujer, Yolanda Vartorelli. Según su hijo, “Ella había sido reconocida por el trabajo que venía haciendo. Se había convertido en la secretaria de la señora Juanita, viajaban siempre a Buenos Aires a recibir las directivas de Evita” (Dato, 2019).
En lo referente a los candidatos a diputados provinciales, de los veintitrés cargos que presentó el peronismo, seis correspondieron a mujeres: Emilia De Felipe por Paraná, Carmen Villa por La Paz, Fortuna Facal por Diamante, Gregoria Cáceres por Concordia, Aurora Quiroga por Concepción del Uruguay y Teófila González por Gualeguaychú (La Acción, 10/10/1951). Cabe destacar que en las boletas electorales de 1951 los primeros lugares de la lista habían sido reservados para las mujeres, otorgándoles un lugar preferencial que aseguraba que ellas pudieran ingresar en la legislatura (Tabla 1).
El Partido Peronista fue la única fuerza política que incorporó mujeres en el Congreso nacional y en las legislaturas provinciales (Barry, 2021). Como muestra Valobra en la oposición la situación fue diferente. La UCR no presentó mujeres en sus listas nacionales, el socialismo presentó una candidata a diputada nacional en Córdoba y en Tucumán y el Partido Comunista presentó dos candidatas a diputadas en Córdoba y Tucumán y dos a senadoras en Buenos Aires y Santa Fe. Alcira de la Peña se postuló a la vicepresidencia de la nación (Valobra, 2010).
En abril de 1954 se realizaron nuevamente elecciones nacionales y se renovaron las legislaturas de todas las provincias. En total se eligieron 365 legisladores en todo el territorio nacional. El Partido Peronista obtuvo 309 bancas, de las cuales 93 fueron para las mujeres (Barry, 2021:12-13). Si se compara con las elecciones de 1951 se puede ver que el porcentaje de legisladoras electas se incrementó en el ámbito nacional (pasando de un 17% a un 25%) y sobre todo en las provincias, donde se duplicó (de 13% a 26%) (Barry, 2021).
Sin embargo en las elecciones de 1954 Entre Ríos mantuvo la proporción de mujeres en la Cámara de Diputados –seis lugares–. Los departamentos de Paraná, La Paz, Gualeguaychú y Concordia continuaron con las mismas representantes, mientras que Concepción del Uruguay cambió, pero se mantuvo una mujer, y Gualeguay incorporó la representación femenina en lugar de Diamante. En cambio la situación del Senado tuvo cambios favorables para el sector femenino, ya que se destinó una banca más en comparación al período anterior. A Yolanda Vartorelli, la única senadora electa por Entre Ríos en 1951, se sumó María Fara por la ciudad de Feliciano.
Tabla 1. Diputadas y senadoras provinciales (1951-1955)
Departamento | 1951 | 1954 |
Diputadas provinciales | ||
Concordia | Gregoria Cáceres | Gregoria Cáceres |
Paraná | Emilia De Felipe | Emilia De Felipe |
Diamante | Fortuna Facal | |
Gualeguaychú | Teófila González | Teófila González |
Concepción del Uruguay | Aurora Quiroga | Inés S. Artusi |
La Paz | Carmen Villa | Carmen Villa |
Gualeguay | Zulema Santiago | |
Senadoras provinciales | ||
Paraná | Yolanda Vartorelli | Yolanda Vartorelli |
Feliciano | María Fara |
Fuente: elaboración propia con base en documentación del tribunal electoral de la Secretaría Electoral Nacional.
Labor parlamentaria: el trabajo de las primeras legisladoras en Entre Ríos
Como ha sido señalado, las primeras representantes que tuvo Argentina tenían una trayectoria muy diferente a la de los hombres que compartían los mismos cargos que ellas (Valobra, 2018). La mayoría de las mujeres que había accedido a un cargo no tenía trayectoria política. Además, las mujeres se vieron en la tarea de compatibilizar sus roles, en una época en la que los modelos genéricos eran restrictivos y postulaban visiones dicotómicas con las nuevas tareas que iban a desarrollar (Valobra, 2018: 59).
La primera experiencia parlamentaria de las mujeres en Entre Ríos inició el 4 de junio de 1952. La Cámara de Diputados había quedado integrada por 31 representantes, de los cuales 21 pertenecían al Partido Peronista, 9 al Partido Radical y un solo integrante al Partido Demócrata. En cambio el Senado estaba constituido en su totalidad por miembros del partido oficialista.
Las legisladoras como parte del bloque peronista participaron en distintas comisiones y presidieron algunas de ellas. En este sentido nos interesa destacar que además de presidir la Comisión de Educación, la Mixta de Bibliotecas y la de Salud Pública y Asistencia Social en la Cámara de Diputados y la Comisión de Salud Pública en el Senado, entre 1951 y 1954, en el periodo legislativo siguiente (que inició en 1954 y se interrumpió por el golpe de Estado), también estuvieron al frente de la Comisión de Crédito Público y de Declaraciones Juradas en la Cámara de Diputados y de la Comisión de Peticiones y Milicias en el Senado (Tabla 2).
Tabla 2. Comisiones permanentes que integraron y/o presidieron las legisladoras (1951-1955)
1951-1954 | 1954-1955 | |
Cámara de Diputados | ||
Gregoria Cáceres | Crédito Público Legislación General | Crédito Público (p.) Legislación General |
Emilia De Felipe | Educación (p.) Juicio Político Jurado de Enjuiciamiento | Educación (p.) Juicio Político Jurado de Enjuiciamiento Declaraciones juradas (p.) |
Fortuna Facal | Mixta de Bibliotecas (p.) Peticiones, Poderes y Reglamento. Mixta de Bancos Agrícolas | |
Teófila González | Hacienda, Presupuesto y Cuentas Peticiones, Poderes y Reglamento | Hacienda, Presupuesto y Cuentas Peticiones, Poderes y Reglamento |
Aurora Quiroga | Salud Pública y Asistencia Social (p.) Legislación Agraria y Trabajo | |
Inés. S Artusi | Salud Pública y Asistencia social (p.) Mixta de Bancos Agrícolas | |
Carmen Villa | Asuntos Constitucionales Asuntos Municipales | Asuntos Constitucionales Asuntos Municipales |
Zulema Santiago | Legislación Agraria y de Trabajo Mixta de Bibliotecas | |
Senado | ||
Yolanda Vartorelli | Salud Pública (p.) Legislación y Negocios Constitucionales | Peticiones y Milicias (p.) Legislación y Negocios Constitucionales |
María Fara | Presupuesto y Cuentas |
Fuente: Elaboración propia con base en los diarios de sesiones del Senado y la Cámara de Diputados (1952-1955). Nota: (p.) presidencia de Comisión.
En el Senado provincial, Yolanda Vartorelli, integró la Comisión de Legislación y Negocios Constitucionales y presidió la comisión de Salud Pública. En 1954 presidió la Comisión de Peticiones y Milicias y siguió integrando la de Legislación y Negocios Constitucionales, pero ya no Salud Pública. Ese año se sumó María Fara quien integró la Comisión de Presupuesto y Cuentas. Por otra parte, Vartorelli fue la única mujer en ocupar un cargo directivo accediendo a la vicepresidencia segunda de la honorable Cámara de Senadores durante sus dos mandatos. Además llegó a presidir el Senado en una ocasión. En la Cámara de Diputados, las mujeres pudieron acceder a un cargo directivo en 1955 cuando la diputada Emilia De Felipe ocupó la vicepresidencia segunda. Mediante las fuentes consultadas, podemos observar las palabras de entusiasmo y agradecimiento de Yolanda Vartorelli, al ser elegida para ocupar el cargo a la vicepresidencia del Senado provincial por primera vez:
Como patriota, como peronista, como legisladora y como mujer quiero expresar con los más puros sentimientos de mi corazón, la profunda emoción que sentí, al ser yo, humildísimo soldado de Perón y de Eva Perón, quien tuviera el insigne honor de ser la primera mujer en la historia de nuestra querida provincia, quien ocupara la presidencia de este honorable Senado (Cámara de Senadores, 24/7/1953).
El análisis de los diarios de sesiones de la Cámara de Diputados muestra que durante 1952 las legisladoras de Entre Ríos, al igual que señala Valobra para el caso nacional, tuvieron la característica de actuar como un sub-bloque sexualmente diferenciado, pues suscribieron proyectos mayoritariamente juntas (2018). Durante el primer año de gestión, todas las legisladoras en conjunto presentaron tres proyectos. El primero de ellos era para cambiar el nombre de la Estación Federal de Ferrocarril Nacional “General Urquiza”, de la Ciudad de Concordia, por el nombre de “Presidente Perón”. El segundo, fue para modificar el nombre de la Escuela Nº 164 de Concordia por el de “Eva Perón.” El tercero fue para reformar un inciso de la Ley Nº 2963 de 1934 que instituía la Caja de Asistencia Social de la provincia. Este último destinaba fondos –y detallaba como serían distribuidos– para otorgar pensiones de amparo a la vejez indigente, a los inválidos y a las madres viudas sin recursos con hijos menores de catorce años (Cámara de Diputados, 8/10/1952). Si bien estos proyectos fueron aprobados favorablemente, posteriormente no volvieron a presentar proyectos de autoría propia ni en conjunto, y solo acompañaron los presentados en las comisiones que integraban.
Al poco tiempo de asumir su trabajo como legisladoras, las mujeres del PPF tuvieron que afrontar la pérdida de su líder Eva Perón. La función memorial de las legisladoras luego de su muerte, fue una estrategia para mantenerla viva y recuperar su presencia, transformando la identidad de la líder y la de ellas mismas (Valobra, 2018: 61). De esta forma, lograron construir su espacio de poder a través de su imagen. Los diarios de sesiones de la provincia de Entre Ríos registran una gran cantidad de homenajes que las legisladoras dedicaron a Eva Perón luego de su deceso y a lo largo de los años en que se desempeñaron como legisladoras. De hecho, son muy pocas las sesiones en las que las integrantes del PPF, no rindieron homenaje a su persona. La mayoría de los que llevaron a cabo las integrantes de la Cámara de Diputados, giró en torno a los trabajos que Eva Perón realizó en el área de acción social. Por su parte, los homenajes que realizó Yolanda Vartorelli en el Senado, estuvieron dirigidos a reconocer el trabajo político y los derechos civiles que las mujeres habían conseguido gracias a Eva Perón.
En agosto de 1952 Yolanda Vartorelli expresaba: “Evita se ha ido, ya no hay fronteras para el dolor, porque todos la lloramos por igual y en esta angustia colectiva, que brotará en el ocaso de un 26 de julio, sentimos todos la opresión de esta desoladora ausencia” (Cámara de Senadores, 5/8/1952). Otro ejemplo que podemos mencionar es el de la diputada Fortuna Facal cuando a fines de 1953 rendía su homenaje:
a la mujer más grande de la historia, a la que podrán discutir los necios, pero que jamás podrá ser negada, porque se ha hecho carne en el pueblo. Esa mujer sublime, desdeñó todos los halagos y guardó para sí la lucha, hasta dar lo mejor de sí: su preciosa vida (Cámara de Senadores, 29/12/1953).
Los homenajes continuaron a lo largo de todo el mandato. A mediados de 1955 la diputada Teófila González se expresaba:
en homenaje a la mujer más grande de todos los tiempos, nuestra jefa espiritual de la nación, señora Eva Perón. Vamos a rememorar, unidos aquí, momentos imborrables de su vida. Silencio y recogimiento, sombra y luto es la patria en el trance amargo de una pérdida irreparable. Eva Perón era nuestra abanderada, la abanderada de los humildes, de los descamisados, de los que abrazamos con fervor esta noble causa peronista con la convicción íntima de que en ella está el porvenir venturoso de esta tierra bendita (Cámara de Diputados, 26/7/1955).
A partir del segundo año que las mujeres desempeñaron su función como legisladoras, si bien sólo se abocaron al acompañamiento de los despachos de comisión y a la realización de homenajes, desarrollaron una participación activa en las discusiones dentro del recinto. Como señalamos previamente, las legisladoras fueron férreas defensoras del gobierno. Ello las llevó en reiteradas ocasiones a involucrarse en arduos debates con diferentes legisladores de las bancadas opositoras, donde muchas veces fue necesaria la intervención del presidente de la Cámara de Diputados. La mayoría de ellas, por lo general, tomaba la palabra en nombre de la comisión que integraban para defender los proyectos presentados el día de la sesión.
En agosto de 1954, la diputada Emilia De Felipe, presidenta de la Comisión de Educación, quien además había tenido una amplia experiencia en la docencia, participó de una extensa discusión respecto a un proyecto para incrementar el salario docente.[6] Específicamente, el debate se desarrolló con el diputado radical Emilio Poitevin, quien acusaba al peronismo de que el proyecto tenía fines electoralistas y defendía la buena situación económica que habían vivido los docentes durante los gobiernos radicales. La diputada se encargó de refutarlo de la siguiente manera:
Un señor diputado de la oposición ha dicho, refiriéndose a mi persona, que como soy legisladora no me interesa ya el problema de los maestros. Quiero decirle y voy a levantar mi voz en contra de mi costumbre para que lo entienda bien, que tres años de legisladora no han podido hacerme olvidar veinte años de magisterio […] Sin embargo voy a tratar exclusivamente el aspecto de la docencia –considerándome un documento vivo de esa época– los datos y aportes que han de rebatir las palabras del señor diputado Poitevin, las que solo significan para mí, herida en lo más íntimo de mi fibra de maestra, una literatura con gran despliegue retórico, pero falsa y barata. Discúlpenme si estoy en estos momentos exaltada, pero no puedo menos que contestar de esta manera ante esa agresión desmedida e insólita de un diputado de la oposición, que ha pretendido, con datos falsos, demostrar que un maestro podía beber no sé cuántos litros de yerba hecha liquido en el mate y que ahora no puede hacer lo mismo (Cámara de Diputados, 19/8/1954).
Sin embargo, también defendieron proyectos que no estaban relacionados con la educación o a las comisiones que presidían. Por ejemplo, la diputada del departamento de Gualeguaychú, Teófila Gonzáles, como miembro de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuentas, argumentó a favor de un proyecto que disponía el otorgamiento de un subsidio a la Unión de Centros Gremiales Agrarios de Entre Ríos, para estimular la agremiación agraria. También, la diputada de la ciudad de Concordia, Gregoria Cáceres, fue la oradora de un proyecto para la expropiación de los bienes afectados a la prestación de servicios eléctricos de Villa Federal, departamento que contaba con tres representantes.
Si bien, los diputados intentaban alivianar los debates argumentando que no querían “confrontar u ofender a una dama” o intentaban disminuirlos mediante halagos, ellas se mostraron como implacables defensoras del proyecto peronista. Incluso, se tomaron ciertas licencias a la hora de debatir, a la que los hombres no pudieron acceder para mantener una postura de cordialidad que para la época debían tener hacia la mujer. Como quedó expuesto previamente, confrontaciones como las que tuvo la diputada Emilia De Felipe con el diputado Emilio Poitevin, tuvieron lugar en reiteradas oportunidades. En la sesión del 20 de septiembre de 1952, al debatirse la edad de la obligatoriedad escolar, la diputada De Felipe interrumpió al diputado en numerosas ocasiones, ante lo cual Poitevin se expresaba como si se tratara de una discusión más del ámbito privado que del político: “Yo acepto todas las interrupciones si vienen del sector femenino (risas) y pido disculpas a la diputada si mal interpretó mi sonrisa” (Cámara de Diputados, 20/9/1952).
Cabe destacar, que este escenario no tuvo lugar dentro del Senado, ya que no existía una oposición. De todas formas la participación de Yolanda Vartorelli, la única mujer integrante del recinto hasta 1954, queda evidenciada en que fue quien estuvo a cargo de la presentación del proyecto del Segundo Plan Quinquenal (Cámara de Senadores, 28/12/1952). En sus exposiciones ella resaltó el gran trabajo y apoyo a sus compañeras diputadas y elogió la obra emprendida y materializada por su “jefa espiritual”, Eva Perón:
Es muy grato manifestar mi adhesión al proyecto de Ley presentado por mis compañeras de la honorable Cámara de Diputados […] Con la sanción de este beneficio, la provincia de Entre Ríos, interpretando el sentir de su pueblo y en su afán de colaborar con el gobierno nacional en materia de asistencia social, asegura al anciano y al desvalido protección y apoyo en su desamparo. La obra de Eva Perón se extiende a lo largo y a lo ancho de la Patria, en la selva santiagueña, en la olvidada Catamarca, frente a los valles riojanos, en Tucumán, en la Quebrada Humahuaqueña, en el Litoral. A fin de cuentas, en todas partes había ancianos y había niños y ninguno permanecía ajeno a ese manantial sin límite que fue la ternura de Evita. Levantó hogares de amor para sus niños, cerraron sus claustros, los viejos asilos, desaparecieron los uniformes que gritaban la injusticia de ser huérfano y de ser pobre y, junto a los niños, los ancianos, a quienes prodigó con infinita ternura su amor en el final de la marcha de sus vidas (Cámara de Senadores, 24/9/1952).
Como hemos visto al consultar los diarios de sesiones de la provincia de Entre Ríos, las mujeres en el desarrollo de la labor parlamentaria no circunscribieron su accionar únicamente a temas vinculados a educación, legislación social o el ámbito de la familia. Como señala Barry, la participación femenina, “estuvo ligada más a las necesidades coyunturales del gobierno que a temáticas puntuales.” (Barry, 2009: 287). La labor parlamentaria de estas mujeres generó toda una cadena de cambios dentro del espacio legislativo. Las legisladoras participaron, al igual que los hombres, de todas las reuniones y de los actos oficiales. De esta forma, llevaron adelante una gran cantidad de tareas, casi impensadas para las mujeres de la época. Aunque no buscaron romper con el rol tradicional de la mujer dentro de la sociedad (Barry, 2009), lograron imprimir un sello heterogéneo, en donde la legisladora representante del pueblo y la política, se fusionaba con la madre protectora del hogar y las buenas costumbres, que le permitieron desarrollar con éxito sus mandatos. Las nuevas legisladoras adoptaron una función particular, se convirtieron en las portavoces de la figura de Eva Perón y en una suerte de “juezas” de la lealtad de sus propios compañeros de bancada (2009: 288). Las mujeres peronistas fueron incondicionales al gobierno, al partido, al movimiento a Perón y a Eva Perón: “ellas habían nacido con el peronismo, eran su producto, y por ello a él respondían sin miramientos.” (Barry, 2009: 289). Pero además, las legisladoras, lograron quebrar ciertos posicionamientos hegemónicos, por los cuales los varones tenían el dominio del espacio público mediante el uso de la palabra y la justificación a través de una racionalidad legal. El ingreso de las mujeres en instituciones que históricamente habían estado reservada a los hombres, contribuyó a la transformación de la agenda política, materializando la importancia de la incorporación de las mujeres en los ámbitos de representación (Borner, Caminotti y Marx, 2007).
Las legisladoras luego del golpe de 1955
El desarrollo de la función de las primeras legisladoras, se vio interrumpido con el golpe de Estado de 1955. El Diario de Paraná y El Litoral de la vecina ciudad de Santa Fe, publicaron noticias de varios alzamientos en todo el país, pero no mencionaron los bombardeos ni el derrocamiento del gobierno constitucional (El Litoral, 17/9/1955; El Diario, 17/9/1955). El testimonio de Zulema Santiago, quien se encontraba desarrollando su función como legisladora al momento de los acontecimientos, resulta ilustrativo:
Yo estaba en Buenos Aires porque el 13 de septiembre llegó una invitación para ver al General personalmente. Fuimos todos los legisladores provinciales a la casa de gobierno. El 16 fue la revolución, éramos varias chicas de acá. Juanita me pidió que me quedara porque unos días después pensaba viajar a Paraná, así la acompañaba […] el 16 a las dos de la mañana, sonó el teléfono, levantó el tubo y era Delia Parodi que le dijo que en Arroyo Clé [departamento Tala], Entre Ríos, había un levantamiento y estaba muy peligrosa la cosa […] empezaron a custodiar todas las rutas y a detener a todos los que habían tenido cargos, Juanita tenía mucho miedo por mí. Esa noche salimos a dar una vuelta para ver lo que pasaba en la ciudad. Ay ¡lo que vimos! Los soldados muertos en las cunetas de las calles en Diagonal Norte, cerca de casa de gobierno una lucha campal (Santiago, 2009).
Luego de los sucesos de septiembre de 1955, el gobierno de la autoproclamada “Revolución Libertadora”, emprendió la tarea de desperonización del país. Desaparecieron todas las Unidades Básicas, se prohibió la utilización de la imagen de Juan Domingo Perón y de Eva Perón, se disolvió el Partido Peronista y el PPF, se prohibieron las marchas, los discursos y todo lo que hiciera referencia a su gobierno. Además, se estableció que todas las personas que habían desempeñado un cargo quedaban inhabilitadas para desempeñar cualquier tipo de función pública (Barry, 2009: 326). Los relatos del acervo oral con el que esta investigación se desarrolló dan cuenta de cómo algunas de las legisladoras debieron afrontar cargos e incluso permanecer detenidas, por haber desempeñado su función como legisladoras. Domingo Dato refirió a la prisión de su madre, la senadora Yolanda Vartorelli:
Yo recuerdo que iba todos los mediodías a llevarle comida a mamá en mi bicicleta, porque terminó presa por dos meses en la alcaldía, cerca de nuestra, casa por ser legisladora […] al año le llegó una carta en donde las fuerzas la exoneraban de sus cargos. Pero ella nunca se lo perdonó a los milicos, pero sobre todo, nunca dejo de defender al General Perón y a Evita hasta sus últimos días de vida (Dato, 2019).
Por su parte, la diputada Zulema Santiago, relató los acontecimientos que sucedieron cuando la detuvieron:
Un día viene la Junta Militar a Paraná. Un muchacho de la policía que me conocía mucho me dice que están deteniendo a todos los que fueron legisladores y cree que también estoy en la lista, que seguro iba a recibir una notificación. Me confirma que acababan de llevar a Emilia De Felipe. Le pregunté si podía llevar un abogado y me dijo que no. Al mediodía voy a casa, cuando voy llegando veo que mamá estaba asomando la cabeza y me dice que no entre que vaya a la policía de calle Sarmiento porque me esperaban. Allá marché, le digo al policía que estaba sentado: acá estoy, ¿Qué es lo que necesita? Me dice que me están esperando de la Junta Militar, que me necesitan para declarar […] A mí me sentaron en la galería y cada tanto salía un milico con el fusil para impresionarme. Cuando paso, me pusieron un ventilador de pie grandote atrás. Estaban el General de la Vega y dos policías a los costados. Mi papá me había recomendado que no me exasperara, porque me iban a decir de todo […] No pude cuando la tocaron a Evita, me paré y le pegué un manotazo a la mesa de vidrio y terminé diciéndole de todo. Se quedó mirándome, me pidió que me calmara y ordenó que me trajeran agua. Dijeron cosas irreproducibles. (Santiago, 2009).
Como señala Barry, luego del golpe militar de 1955, la representación femenina quedó reducida a menos de un 2% en los siguientes periodos. Sin embargo, cabe destacar que en el año 1973, una mujer accedió al cargo de vicepresidenta y con la muerte del presidente de la nación, María Estela Martínez de Perón, se convirtió en la primera mujer en el mundo en ocupar una jefatura de Estado (Barry, 2018: 26). En los diversos períodos democráticos, hasta 1987, sólo el 13% de los distritos tuvo representación femenina, situación que no logró revertirse hasta 1995, luego de sancionada la Ley de Cupo Femenino, que establecía que las listas deberían contar con un mínimo de 30% de mujeres como candidatas a los cargos a elegir (Barry, 2021).
Consideraciones finales
El ingreso de las mujeres a las legislaturas fue una de las acciones más significativas del gobierno de Juan Domingo Perón. La presencia femenina en un ámbito que desde sus orígenes había estado únicamente ocupado por hombres, hizo efectivo un nuevo paradigma, donde la mujer ejerció su participación política dentro de la estructura estatal. Si bien estas mujeres no pretendieron romper con el estereotipo imperante de la época, lograron desarrollar todo un abanico de tareas políticas, que ni siquiera las mujeres que bregaban por la ruptura de los cánones femeninos y la igualdad política, habían podido lograr.
Durante el primer año de gestión las legisladoras de Entre Ríos presentaron varios proyectos de forma conjunta, pero después de ese año se abocaron a acompañar los proyectos presentados por sus compañeros de bancada y dedicaron sus intervenciones a mantener viva, a través de los reiterados homenajes, la figura de su líder Eva Perón. La participación que las legisladoras tuvieron dentro del recinto deja ver que estas mujeres defendieron la causa peronista como objetivo central en su acción política. Como pudimos observar las legisladoras formaron parte, al igual que sus compañeros, de todas las comisiones de trabajo. Además, si bien en un primer momento las mujeres presidieron las Comisiones de Salud, Educación y Biblioteca, temas a los que se las ligaba por considerarse de índole femenino, en 1954 las legisladoras provinciales presidieron las Comisiones de Crédito Público, Declaraciones Juradas y Peticiones y Milicias.[7] Asimismo tuvieron lugares de gran importancia a la hora de los debates legislativos. En este trabajo, pudimos dar cuenta de la importancia que la voz femenina tuvo durante los períodos examinados como protagonistas de extensos debates frente a los diputados opositores.
Las primeras legisladoras desempeñaron un trabajo inefable para las mujeres de la época; lograron integrarse a una esfera que desde su creación, había sido exclusiva de los hombres. Participaron de los actos oficiales, tomaron la palabra dentro del recinto y presentaron proyectos de autoría propia. Si bien en relación con esto último, no lograron materializar una gran cantidad de proyectos como los varones, tuvieron ciertas licencias en sus argumentaciones, a las que ellos no pudieron acceder. Cabe señalar también que por primera vez una mujer accedió al cargo de vicepresidenta en el Senado provincial y de vicepresidenta segunda en la Cámara de Diputados.
Supieron amoldarse y trabajar a la par de sus compañeros, en la defensa de proyectos, en el trabajo de comisiones, como también en la argumentación en los debates políticos que se producían dentro del recinto. El hecho de realizar todas sus actividades, desde un único discurso que no pretendió ser disruptivo, hizo que su experiencia no generara rispideces con los arquetipos de la época y con los hombres que ejercían celosamente la política. Las militantes peronistas, a diferencia de las militantes feministas, pioneras en la lucha por los derechos políticos y civiles de las mujeres, ingresaron a la acción política mediante la continuidad de los roles femeninos establecidos. La participación política femenina apeló en sus discursos a los atributos arquetípicos imperantes del modelo tradicional: el asistencialismo, la ayuda social, la intuición y a la sensibilidad (asociadas a actitudes cariñosas y maternales) que las distinguía de los hombres que estaban marcados por la “vieja política.” Ahora bien, a lo largo de este trabajo pudimos observar que lo que se trasmitía a través del discurso oficial, incluso de las propias mujeres, en muchas ocasiones distó de las acciones que las legisladoras realizaron. Como hemos visto, ellas ejercieron la tarea política en diferentes aspectos. En este sentido, podemos afirmar que el género, más que un condicionante, fue el elemento central que marcó la política del PPF. Las mujeres lograron desempeñar todo tipo de actividades políticas a través de la ayuda social y no viceversa, logrando así que su acción política no entrara en conflicto con los cánones establecidos para la época.
Bibliografía
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Fuentes
Archivo de la Secretaría Electoral Nacional. Elecciones provinciales 1951-1954.
Cámara de Diputados de la provincia de Entre Ríos (varios años). Diarios de Sesiones. Paraná: imprenta de la provincia.
Cámara de Senadores de la provincia de Entre Ríos (varios años). Diarios de Sesiones. Paraná: imprenta de la provincia.
El Diario, Paraná (1951,1955), AGER.
El Libertador, Paraná (1951), AGER
El Litoral, Santa Fe (1955), Hemeroteca Digital.
La Acción, Paraná (1951), AGER.
Entrevistas
Boeykens, E. (2020). Entrevista realizada Stefania Zalazar a la nieta de la diputada nacional María Caviglia de Boeykens, enero de 2020, Paraná.
Dato, D. (2019). Entrevista realizada por Stefania Zalazar al hijo senadora Yolanda Vartorelli, enero de 2019, Paraná.
Peletti, D. (2019) Entrevista realizada por Stefania Zalazar a Dora Peletti, abril de 2019, Paraná.
Santiago, Z. (2009). Entrevista realizada por Patricia Lucero en la ciudad de Paraná. En Lucero, P. (2009). La vida por Perón y Evita: El partido Peronista Femenino de Entre Ríos 1949-1955. Paraná: Delta Impresora.
- Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). Actualmente está cursando el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Forma parte del área de investigación del Museo de la Ciudad de Paraná “César Blas Pérez Colman”.↵
- Agradecemos a Estela Boeykens, Domingo Dato y familia Mansaldi. ↵
- Cabe señalar también, que fue en el marco de la ampliación de los derechos políticos de las mujeres, que por primera vez una mujer, la profesora Erminda Benítez accedió al cargo de decana en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Litoral. Ello da cuenta en qué medida la ampliación de los derechos políticos, además del Estado, también habilitó espacios para las mujeres en la Universidad.↵
- Ramón Amancio Albariño (1891-1956), fue un militar y político entrerriano que participó como coronel del golpe de Estado de junio de 1943. Debido a la reforma constitucional de 1949, solo ejerció su cargo dos años.↵
- Entre Ríos, junto a Catamarca y Santa Fe fueron las provincias que menos senadoras incorporaron. Córdoba por su parte no sumó ninguna (Barry, 2021).↵
- Como señala Mirta Zink “en un contexto donde tempranamente se formaron docentes, donde la actividad escolar tenía tanta presencia y la escuela ocupaba un lugar destacado en la vida social, no es difícil imaginar por qué la mayoría de las primeras legisladoras fueron maestras convocadas individualmente por Eva.” (2005: 7).↵
- En este mismo sentido, de participación de las mujeres en temas que trascendían la asistencia, la educación y la salud, podemos mencionar los proyectos presentados por la diputada nacional María Caviglia de Boeykens para instalar secadoras de maíz en tres puertos entrerrianos y para la ampliación de las playas de maniobras en los puertos de Diamante y Bajada Grande.↵