En el año 2018 iniciamos esta serie de publicaciones con el libro Los inicios de la vida universitaria. Políticas, prácticas y estrategias para garantizar el derecho a la educación superior. A partir de allí, el equipo de investigación interinstitucional conformado por investigadoras docentes de la UNGS, UNSAM y UNQ continuó desarrollando y enriqueciendo el proyecto de investigación e intercambio que allí se presentaba.
A casi dos años de esa primera publicación, ya finalizando la investigación que nos reunió cinco años, y convocando también a colegas con quienes compartimos el mismo objeto de estudio, presentamos este segundo libro, que reúne trabajos presentados en el Segundo Coloquio “Los inicios de la vida universitaria. Aportes de la investigación”. Realizamos este encuentro a fines de 2019 en homenaje al Dr. Roberto N. Domecq, hacedor de sueños y de universidades, quien hace cincuenta años entendía a la universidad pública como derecho no solo individual sino también colectivo.
Para entender el vínculo de nuestras investigaciones actuales con la decisión de poner su nombre a este coloquio, vale la pena hacer una brevísima reseña de algunos de los aportes de Roberto Domecq a la universidad pública argentina.
En 1971 coordinó la comisión que creó la Universidad Nacional de la Patagonia. En ese momento, pensar en la creación de una universidad en la Patagonia y además imaginarla con una lógica y estructura de funcionamiento diferente a la tradicional por facultades y carreras no era sencillo. Roberto siempre pensó “para adelante”: el proyecto concebía una universidad organizada en torno a tres institutos que reunirían investigación, docencia y trabajo territorial –el Instituto del Mar, de la Meseta y de la Cordillera– porque, entendiendo a las universidades como uno de los actores fundamentales en la construcción social del territorio, su misión era la de colaborar en definir los problemas de la sociedad y generar y compartir, en sus tres funciones, un conocimiento capaz de resolver los problemas de las comunidades.
En agosto de 1973, asumió como rector de la Universidad Nacional del Comahue, que se había creado en 1972 tras una larga historia de luchas y reclamos. Fue su rector hasta fines de 1974, cuando tuvo que exiliarse junto con su familia.
Tiempo después regresó al país y, como suele decir de él nuestro colega y primer rector de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral Carlos Pérez Rasetti, “cabeza dura como pocos” aceptó en 1993 ser el rector organizador de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS).
Algunos de los principios sobre los cuales se creó la UNGS cobran especial vigencia y relevancia cada vez que vuelven a emerger voces que ponen en tela de juicio el sentido y la oportunidad de la creación de nuevas universidades, de más universidades; cobran relevancia porque aún hoy se pone en discusión la educación superior como derecho.
En sus acuerdos fundacionales, la UNGS hizo explícito que no se vincularía con el territorio, sino que sería parte de él; una universidad de la comunidad y de lxs estudiantes, una universidad no preocupada sino ocupada del aprendizaje de lxs estudiantes. Además debería constituirse en un espacio de encuentro de lxs actores de la comunidad; sería una universidad pública organizada en torno a los problemas de la sociedad a los que buscaría dar respuestas. Una universidad gratuita. Esta definición explícita de gratuidad hizo que por varios años su Estatuto no fuese homologado ya que la Ley de Educación Superior dejaba abierta la puerta al arancelamiento, y establecer la gratuidad de manera explícita en los estatutos fue lo que demoró varios años su aprobación.
Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo supimos de su preocupación por la endogamia de las instituciones universitarias, el riesgo de encapsularse, de que primasen los intereses y necesidades de la academia por sobre los intereses y derechos de las comunidades. Roberto creía que otra universidad es posible siempre que sus acciones estén guiadas por los criterios de relevancia y pertinencia para dar sentido al hacer cotidiano en las instituciones de educación superior.
A fines de 2009, casi por cumplir los 80 años, fue invitado a ser el posible rector normalizador, es decir, a coordinar un equipo nuevamente con la responsabilidad de crear una nueva universidad nacional: la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. Tanto creía en la posibilidad y en la potencia de la universidad como agente dinamizador y promotor de derechos y arraigo que, pese a la sorpresa de muchos de los que pensamos que no aceptaría, nos respondió: “¿Cómo no voy a hacerlo? La comunidad de Tierra del Fuego no puede no tener una universidad pública, gratuita que acompañe la construcción social del territorio en su desarrollo económico sustentable, un desarrollo socialmente inclusivo, democrático participativo y solidario”. Exactamente esto es lo que quedó plasmado en el Estatuto de la Universidad más austral del mundo, de la universidad que con su creación concretó que todas las provincias argentinas tuviesen al menos una universidad nacional pública y gratuita en su territorio. Tierra del Fuego era la única provincia que aún no la tenía.
En el marco de estos principios, con la firme convicción de que la educación superior es un derecho y no un privilegio, nuestro trabajo de investigación, así como los coloquios que hemos convocado, se conciben como espacios de diálogo y de encuentro. Reflejan, honran e intentan ampliar el debate, el trabajo colaborativo del equipo que ha constituido tres universidades: la UNSAM, la UNQ y la UNGS.
Tres universidades con un pasado común por el momento de creación, pero además compartimos la necesidad de no encapsularnos, de abrir el diálogo, de socializar nuestros hallazgos y dar sentido al trabajo colaborativo con la finalidad de desnaturalizar prácticas y discursos, de revisar lenguajes y códigos que construimos y circulamos en el ámbito universitario, de analizar cómo se construyen sentidos y políticas asumiendo nuestra responsabilidad en estos procesos, no como analistas externxs ni espectadorxs.
A lo largo de casi cinco años, con financiamiento púbico obtenido a fines de 2015, comenzamos un trabajo que nos permitió ir más allá de las miradas que ponían la explicación de las dificultades, para garantizar no solo el acceso, sino también la permanencia y la finalización de los estudios universitarios. Concepciones que clausuran seguir pensando, señalando, por ejemplo, que la imposibilidad de continuar los estudios se explica porque quienes no lo logran son los primeros de sus familias en acceder a la educación superior, o porque es complejo compatibilizar estudio y trabajo dando a estas variables un carácter explicativo que deja inamovibles las estructuras y las prácticas de una institución cuyo mandato fundacional claramente no fue inscripto en la lógica de la educación superior como derecho universal.
En estos años de trabajo, hemos intentado revisar categorías, incluso aquellas de las que partimos, para problematizarlas y así evitar naturalizar un fenómeno tan complejo invisibilizando aquello que queremos comprender y contribuir a transformar.
En el libro que compiló las presentaciones y conversaciones del primer coloquio, nos centramos en las políticas, prácticas y estrategias desarrolladas en las universidades para garantizar el derecho a la educación superior. En este segundo libro, si bien en el coloquio se trataron temas más amplios, queremos compartir los avances de investigaciones que ponen la mirada sobre prácticas y actores, sus ideas, percepciones y acciones en los inicios de la vida universitaria.
A lo largo de este proceso, para encontrar otras respuestas muchas veces tuvimos que cambiar nuestras preguntas. Sabemos mucho más acerca de lo que sucede en esta etapa que llamamos “de inicio de la vida universitaria”; el desafío hoy es transformar ese conocimiento en acción.
El libro que hoy presentamos comparte resultados de diferentes investigaciones. Estas se enlazan, permitiendo construir una trama que habilita a seguir pensando, a seguir trabajando.
El primer capítulo, “Reflexividad y transformación en las prácticas docentes universitarias”, escrito por Alejandra de Gatica, Laura Bort y Nahir de Gatica, da cuenta de la dimensión inherentemente artesanal de la enseñanza universitaria, en cuanto esta es una práctica social particular, y de la implementación de la investigación-acción participativa como un enfoque epistemológico y metodológico potente para fomentar, colectivamente, una enseñanza reflexiva. El artículo explora en detalle los devenires de una investigación participativa, donde se invita a lxs docentes a ser investigadores de sus propias prácticas y donde se generan espacios de reflexión colectiva. Expone las potencialidades y desventajas de este enfoque para transformar la enseñanza en el nivel superior y esboza cuestionamientos derivados del caso empírico para repensar la noción de reflexividad.
El segundo capítulo, “La tarea docente en los inicios de la vida universitaria: una aproximación al caso de la UNGS”, presentado por Graciela Krichesky, Ana Vernengo y María Belén Janjetic, enfoca las características del perfil de los docentes de las materias iniciales de la UNGS e intenta identificar cuáles son las dificultades y también las posibilidades autopercibidas por estos actores en relación con sus prácticas de enseñanza. Profundiza también sobre los rasgos específicos de las prácticas de enseñanza del período de ingreso a la universidad, y sobre cómo estas prácticas se configuran y responden –o no– a la formación disciplinar y pedagógica propia de cada docente.
Para cerrar esta primera parte del libro, el tercero de los capítulos, “Género profesional y estilos docentes: un modelo para pensar el desarrollo profesional docente en los inicios universitarios” de Fernando Bifano, plantea un acercamiento desde la perspectiva del trabajo del profesor de los inicios visto como un género profesional. En el contexto de una propuesta pedagógico-institucional para el tránsito de los inicios, Fernando Bifano analiza la fuerza de los recursos que la institución provee para prescribir y orientar la enseñanza y cómo son actualizados y reinterpretados de manera particular a partir de los diferentes rasgos de estilo que el docente despliega. Nos presenta un modelo dinámico que permite a lxs docentes la reflexión sobre su propia práctica y que a la institución le aporta insumos para la toma de decisiones con el propósito de brindar a lxs estudiantes mejores oportunidades de aprendizaje durante el tránsito de los inicios en los estudios superiores.
En la segunda parte del libro, agrupamos aquellas investigaciones que se posicionan desde la voz de lxs estudiantes.
El capítulo 4, “La experiencia universitaria de quienes no continúan”, escrito por Karina Benchimol, Paula Pogré y Nadina Poliak, problematiza la naturalización por parte de lxs estudiantes de la imposibilidad de continuar los estudios superiores y la “privatización de ese fracaso” pero, al mismo tiempo, desde la perspectiva de aquellos que asumen la no continuidad como responsabilidad individual, da cuenta de la valoración tanto en términos de aporte individual como social del “paso por las aulas universitarias”; el artículo invita, además, a replantear categorías como deserción, abandono y desgranamiento alertando sobre la performatividad del lenguaje.
En el quinto capítulo, “Los discursos de elección de carrera en la Universidad Nacional Arturo Jauretche: hacia la comprensión de las relaciones entre la socialización profesional y la afiliación a la vida universitaria”, plantea que comenzar una carrera universitaria es uno de los hitos más relevantes en la vida de un individuo contemporáneo. Esta decisión conlleva para los que reciban sus titulaciones un futuro profesional determinado que, en muchos casos, es para el resto de sus vidas. ¿Qué lleva a una persona a decidir estudiar una carrera universitaria entre las que hoy se ofrecen en la Universidad Nacional Arturo Jauretche? ¿Qué discursos enuncian los ingresantes de la UNAJ para dar cuenta de tal decisión? ¿Qué representaciones portan sobre la profesión por la que han optado? Gustavo Mórtola analiza los discursos de elección de carrera que enuncian los ingresantes a la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Finalmente, en el sexto capítulo, “Entre la admisión y la pertenencia: hacia la construcción de un nosotros en la universidad. Percepciones de estudiantes que transitan el ciclo introductorio en carreras de la UNQ”, Adriana Aguirre y Mariana Vespasiano comparten el análisis de las percepciones de estudiantes del ciclo introductorio de carreras de la UNQ acerca de sus experiencias de tránsito por la etapa inicial de sus estudios universitarios. Este análisis es fruto de la investigación cualitativa y exploratoria realizada en el contexto más amplio del trabajo de investigación colaborativa desarrollado en el Programa de Articulación entre Universidad y escuelas secundarias UNGS-UNQ-UNSAM.
Agradeciendo a todos los que han hecho posible la publicación de este segundo libro, compartimos estos avances y aportes de investigación con la intención de ampliar el debate, seguir produciendo colectivamente conocimiento y generar estrategias que permitan hacer efectivo el derecho a la educación superior.