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3 La trayectoria de Martín Kohan
dentro del sistema literario y cultural argentino de la posdictadura

Desde el estudiante universitario a su consagración como crítico y escritor

todo un sistema de coordenadas que hay que tener en la cabeza […] para participar en el juego.

          

(Bourdieu: 1997: 53)[1]

Recursos eficientes, control relativo y gestión del agente

Desde una perspectiva diacrónica, estudiamos algunos recursos que resultaron eficientes en el sistema literario y cultural argentino de posdictadura en el que ingresó Martín Kohan. Al egresar del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA)[2], institución preuniversitaria favorecedora del acceso de sus estudiantes a la formación superior (cuenta con un sexto año opcional equivalente a los cursos de ingreso universitarios),[3] Martín Kohan decidió estudiar Letras en la Facultad de Filosofía y Letras[4] de la Universidad de Buenos Aires (UBA)[5].

Vale decir que la trayectoria de ambos ámbitos, el CNBS y la UBA, fueron homologadas a la del país, hecho índice del valor simbólico de dichos espacios; por ejemplo, en Historia de la UBA (1967) de Tulio Halperin Donghi[6].

Sobre esta elección, Martín Kohan recordó sus años de estudiante en el CNBS: “cuando asistí a sus clases [las de la profesora de literatura de tercer año] dije yo quiero hacer esto […] fue muy claro para mí en cuanto a las posibilidades de carreras a elegir” (Kohan: 2017).

Esta decisión implicó su entrada en el sistema literario porteño, argentino, como un estudiante, puesto que “la literatura también está en el ámbito académico, que también es literario” (Kohan: 2008), señaló en una entrevista.[7] Con el adverbio empleado dos veces, “también” (Kohan: 2008), reafirmó que, en 1985, ingresó a una casa de altos de estudios que conforma un ámbito mayor: el sistema literario.

En efecto, proveniente de una élite meritocrática cultural al egresar del CNBS, entró en el sistema universitario y, por esta vía, en el literario en calidad de estudiante: esto es, ingresó en un ámbito específico del espacio social de producción cultural (Bourdieu: 1997): ámbito universitario que integra el sistema literario, en tanto la carrera de Letras tiene a la literatura entre sus objetos de estudio y es un sistema de relaciones en el que se asigna valor a los textos y los autores.

En afán de “disminuir” (Kohan: 2008)[8] una supuesta exclusividad del marco institucional académico, el agente sostuvo que “las personas que estamos en la universidad” (Kohan: 2008) también “estamos en revistas, librerías, editoriales” (Kohan: 2008), es decir, en “eso que vos llamás lo literario” (Kohan: 2008). Así, discutió con cierto imaginario del excluido que ve con “menosprecio” (Kohan: 2008) los lugares universitarios acusados de elitismo; enuncia esa división supuesta entre universidad-sociedad, carrera de Letras-ferias, librerías, mercado, etc., con la siguiente metáfora: una “especie de fosa repleta de cocodrilos que habría entre la academia y el afuera” (Kohan: 2008). Incluso, complejizando más esta apreciación, refirió que: “Yo estoy en el ámbito académico, en el literario no académico y en muchos ámbitos más: las reuniones de consorcio, de fútbol, es una cosa bastante múltiple” (Kohan: 2008)[9]; expresiones que concuerdan con la teoría de los “múltiples resortes de la acción” (Lahire: 2004: 50), enfoque que referimos en el Capítulo 1.

Pero, si bien el sistema está vinculado a los demás permanentemente, éste comporta un conjunto específico “de coordenadas comunes” (Bourdieu: 1997: 54), las cuales dibujan todo un “espacio de posibilidades” (Bourdieu: 1997: 53): problemas, relaciones, conceptos, referentes intelectuales, agentes faro, etc., “que hay que tener en la cabeza […] para participar en el juego” (Bourdieu: 1997: 53).

¿Qué capitales fueron relevantes, en el sentido de producir “capacidad diferenciada de relación” (Mozejko-Costa: 2002: 20), en este sistema al que ingresó Martín Kohan, en Buenos Aires, Argentina, en la pos-dictadura?

Entre ellos, distinguimos tres, a saber: I. Educación, II. Relaciones y III. Acceso al discurso.

Educación: conjunto de saberes adquiridos e institucionalizados

Con este bien, capital, propiedad, recurso eficiente nos referimos al conjunto de saberes adquiridos e institucionalizados.

El diploma del CNBS acreditó en el agente un alto grado-volumen de saberes eficientes en el ámbito académico como capitales interiorizados dada la formación de excelencia que se le reconoce en todas las disciplinas, entre estas, en la materia de Lengua y Literatura: dominar la palabra oral o escrita, conocer textos relevantes de literatura y otras disciplinas, resultaron eficaces para Kohan en el ejercicio de “un poder, una influencia en el juego” (Bourdieu: 1995a: 65); es decir, devinieron en símiles de “cartas maestras” (Bourdieu: 1995a: 65), siguiendo la metáfora lúdica, por pertinentes en una institución que profundiza y amplía algunos de tales saberes: la carrera de Letras de la UBA.

En relación con lo anterior, cursar la carrera de Letras (1985-1990) le permitió a Martín Kohan una apertura de su espacio de posibles discursivos que le resultó eficiente en la escritura de sus ensayos y ficciones años más tarde, por la vía de la especialización. En una entrevista publicada en la revista Cuaderno de Literatura (nº 35), dijo al respecto: “uno escribe desde sus saberes y desde su competencia […] escribo desde ciertas cosas que yo leí, como todo el mundo, y de algunas cosas que yo sé, como todo el mundo” (Kohan: 2014: 305).[10]

En los párrafos del inicio del documento que contiene el plan de estudio de la carrera de Letras (Resolución Nº 928/1985)[11] que cursó Martín Kohan, aprobado en Buenos Aires el 15 de octubre de 1985, figuran como objetivos pedagógicos que “el alumno reciba […] una firme base de conocimientos fundamentales” (Resolución Nº 928/1985) y, luego, se oriente “hacia áreas específicas para ingresar ya disponiendo de las visiones generales y los medios necesarios” (Resolución Nº 928/1985).

Conforme a ello, luego de un conjunto de nueve materias comunes del “Ciclo de grado”[12], el plan de estudio se dividió en tres orientaciones que formaron el “Ciclo de Orientación”: Lingüística, Letras Modernas y Letras Clásicas; y, a su vez, de las dos primeras se desagregaron áreas disciplinares específicas.[13]

En este encuadre de materias, plazos, regulaciones y prácticas institucionales universitarias, el joven estudiante Martín Kohan decidió seguir Letras Modernas y, dentro de este segmento del “Ciclo de Orientación”, eligió el área de Teoría Literaria, lugar epistémico-institucional en donde obtuvo un cargo docente cuando egresó años más tarde.[14]

La trayectoria del agente en el sistema literario universitario porteño amplió su espacio de posibles discursivos a partir de una reestructuración de su competencia relativa con saberes sobre: a) tradiciones-rupturas de literaturas argentinas, latinoamericanas y extranjeras, b) saberes gramaticales-lingüísticos y c) perspectivas teórico-críticas. Se trata de una modificación eficiente en la factura de sus discursos dado que, desde nuestra perspectiva teórico-metodológica, las opciones del agente en términos de formación discursiva, género, temas, etc., son legibles en el ámbito de sus posibles discursivos y no discursivos.

En el tramo final de la carrera universitaria, entre las áreas disponibles, Martín Kohan eligió seguir en Teoría Literaria, opción que favoreció en su competencia relativa la acentuación de uno de sus recursos, cartas, propiedades: el capital crítico.

Con Bourdieu, podemos considerar el saber del crítico como capital cultural: “El capital cultural es un haber devenido ser, una propiedad hecha cuerpo”, parte integrante de la “persona”, un “habitus” (Bourdieu citado por Chauviré y Fontaine: 2008: 20). Chauviré y Fontaine se refieren a este bien como “ser competente en tal o cual campo del saber, ser cultivado, tener buen dominio del lenguaje, de la retórica, conocer y reconocerse en el mundo social” (Chauviré y Fontaine: 2008: 19).

Martín Kohan, en una entrevista en la cual le consultamos sobre los nexos entre el trabajo del crítico y el del escritor, se refirió al saber del crítico con una alusión a Roland Barthes: “me sirvió mucho recuperar esta idea de Barthes de que un crítico le pregunta al texto ¿cómo está hecho? Si uno aprovecha ese saber sobre cómo se elaboró algo que te fascinó, bueno, resulta de lo más productivo.” (Kohan: 2017)[15]

En este sentido, subrayó que un crítico es, ante todo, un escritor, recuperando planteos de Barthes, en un posgrado internacional del año 2015.[16] Así, homologó al crítico con el escritor, enfatizando que un crítico trabaja con el lenguaje, produce efectos de verdad del “orden del lenguaje” (Barthes: 2013: 260), vinculados con la argumentación retórica.

Tras tomar posición sobre la noción de crítico, fijó su perspectiva sobre la escritura: la definió como una actividad en la cual el sujeto produce sentidos; “aunque uno planifique un montón […] algo pasa que no tenés previsto” (Kohan: 2015), dijo en dicho posgrado.

Años más tarde, coherentemente con este capital crítico incorporado, Martín Kohan señaló que un escritor de ficciones que es también crítico literario tiene una ventaja sobre el escritor a secas: “poder leer con conciencia técnica” (Kohan: 2015) y, luego, apropiarse “de eso que uno leyó” (Kohan: 2015). Por esto, tiempo después, destacó entre los escritores a Ricardo Piglia y David Viñas, quienes también fueron notables críticos literarios.

A partir del año 1986 accedió a dos diplomas de la carrera de Letras: se recibió de Profesor de Enseñanza Secundaria Normal y Especial en el año 1990 y de Licenciado en 1991. Con ello, adquirió dos bienes favorecedores del acceso a un trabajo profesional remunerado: desde entonces, se desempeñó como docente de nivel medio y superior. En una nota publicada en el blog de la editorial y librería argentina Eterna Cadencia y en Fuga de materiales (2013) precisó la fecha de inicio de su trabajo en la carrera de Letras cuando escribió: “trabajo en una universidad […] en un mismo y modesto cargo desde el año 1991” (Kohan: 2013: 108).

Relaciones eficientes en la reestructuración de la competencia

En este apartado, consideramos relaciones entre algunos agentes ya que ellas constituyen, en parte, las condiciones en las cuales actúa Martín Kohan, sabiendo que algunas de ellas le resultaron verdaderos recursos eficientes en la reestructuración de la competencia cual cartas maestras cuyas fuerzas varían “según el juego” (Bourdieu: 1995: 65).

Pierre Bourdieu advirtió que el acto de crédito de un escritor o una obra de arte, es decir, el aval o la moneda fiduciaria “que es el poder de consagración” (Bourdieu: 1995:341), debe buscarse en “la red de relaciones de intercambio a través de la cual se produce y circula a la vez” (Bourdieu: 1995: 341). Por esto, resulta notable la incidencia de ciertos agentes con poder instituyente y/o legitimante en el proceso de producción del valor del agente como crítico y escritor: Josefina Ludmer (1939-2016) y Beatriz Sarlo (1942).

Condiciones universitarias de posdictadura

Analía Gerbaudo, en “Las voces de un “archivo”: Notas a propósito de las clases de los críticos en la universidad de la posdictadura (1984-1986)”, se detuvo en dos agentes relevantes del periodo de posdictadura de la carrera de Letras de la UBA: Josefina Ludmer, quien tuvo a cargo el seminario “Algunos problemas de Teoría Literaria”, y David Viñas (1927-2011), encargado de las clases de “Literatura argentina I”. En los términos de Viñas, ambos estuvieron “exiliados” durante la dictadura: uno en el exterior y el otro, en el interior; David Viñas y Josefina Ludmer, respectivamente.[17]

En este periodo del retorno democrático, la carrera de Letras de la UBA protagonizó un renovador impulso convirtiéndose en “vanguardia teórica y literaria” (Gerbaudo: 2013: 3). Por entonces, “en nuestro campo y en esa fecha” (Gerbaudo: 2013: 3), Leonardo López advirtió una notable “reconstrucción” (López: 2012: 9) de lazos académicos con la teoría y la crítica internacional debilitados durante la dictadura.[18]

En esta dirección, como condiciones favorecedoras de “la calidad de las intervenciones institucionales” (Louis: 2015: 17) de fines de los años ochenta, Annick Louis señaló que quienes “volvieron a la universidad en los años 1984-1987” (Louis: 2015: 17) habían atravesado un largo proceso “de acumulación” (Louis: 2015: 17) de capitales culturales.

En la estela de Ludmer: institución de una comunidad disciplinaria

Para Josefina Ludmer

       

(Kohan: 2014: 12) [19]

Josefina Ludmer fue una destacada intelectual del periodo quien, entre 1984 y 1985, dictó cuatro seminarios de Teoría Literaria y Literatura Latinoamericana[20]; entre ellos, durante el segundo cuatrimestre del año 1985, el seminario “Algunos problemas de Teoría literaria” publicado por Paidós en Clases 1985. Algunos problemas de teoría literaria (2015).[21] Momento de transición democrática en el que “acaba de terminarse el Juicio a las Juntas” (Louis: 2015: 17), proceso histórico-político que se desarrolló entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985.

Durante la dictadura, Josefina Ludmer amplió su propia competencia, en parte accediendo a bibliografía desconocida en el país, por ejemplo, consiguió en Estados Unidos los libros de Michel Foucault cuando éste “no se leía todavía” (Ludmer: 2015) en Argentina al desempeñarse como profesora visitante en la Universidad de Princeton, la Universidad de Harvard y la Universidad de Berkeley, adquiriendo reconocimiento internacional eficiente en el escenario local años más tarde.

Al mismo tiempo, en Buenos Aires, Argentina, participó activamente en un proceso educativo clandestino conocido como la universidad de las catacumbas: “es lo que yo llamo los grupos de la dictadura, que me salvaron la vida […] En el páramo que era ese momento podías discutir y leer” (Ludmer: 2015). En este marco no institucional de formación, la profesora formó estudiantes en su propia casa: “tenía que abrir las ventanas porque me dejaban los ceniceros llenos” (Ludmer: 2015), refirió jocosamente. Más tarde, durante la transición democrática, tales agentes la escoltaron en las aulas universitarias: “cuando empecé en la Facultad, como ya tenía un equipo formado por mí, entré con el equipo” (Ludmer: 2015), refirió en una entrevista publicada en el diario Página 12, a propósito de un homenaje en conmemoración de los 30 años trascurridos desde el dictado de dichos seminarios que le realizaron las cátedras de Teoría y Análisis Literario I y Teoría Literaria III.[22]

Josefina Ludmer instituyó y fortaleció una comunidad disciplinaria en el área de Teoría Literaria a partir de mediados de la década del ochenta, poniendo en valor trayectos formativos previos, la cual era ínfima y estaba “constantemente perturbada por avatares políticos” (Ludmer: 2015), señaló en dicha entrevista.

En una clase trascripta en el libro Clases 1985, Josefina Ludmer señaló la incidencia de las condiciones políticas en la producción intelectual de los agentes del país: “entramos y salimos de la universidad, nos echan, nos echan, etc., y hemos dependido estos últimos años totalmente de la situación política” (Ludmer transcripta por Louis: 2015: 72). Coherentemente con esta lectura respecto de las condiciones académicas argentinas, tomó posición sobre la importancia de vincular el discurso con “la situación cultural y también política del país en general” (Ludmer transcripta por Louis: 2015: 72): “Creo que hay que incluirlo en la reflexión teórica” (Ludmer transcripta por Louis: 2015: 72).

Dos reconocidas profesoras titulares del área teórica de la carrera de Letras de la UBA, Ana María Zubieta[23] y Adriana Rodríguez Pérsico[24], subrayaron la incidencia de Josefina Ludmer en la distribución de los cargos docentes: “todo”, dijo Rodríguez Pérsico, “en realidad, por Josefina” (Rodríguez Pérsico: 2018: 2).[25] En esta área teórica, Martín Kohan fue integrado al acceder a un “modesto” (Kohan: 2013) cargo tras graduarse y, paulatinamente, reconocido, es decir, con el tiempo, obtuvo “consagración dentro” (Bourdieu: 1997: 68) del sistema de relaciones: actualmente es Jefe de Trabajos Prácticos en la cátedra Teoría y Análisis literario A y B a cargo de Nora Domínguez y profesor Adjunto en Teoría Literaria II que dicta Ana María Zubieta de la carrera de Letras de la UBA, asimismo enseña Teoría Literaria en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la Patagonia. Si bien Martín Kohan no perteneció a los grupos de la dictadura formados por Ludmer, en ese momento él cursaba el secundario, más tarde integró este colectivo al elegir como su directora de tesis doctoral a la reconocida nacional e internacionalmente[26] autora de El cuerpo del delito. Un manual (1999, 2017)[27]: Martín Kohan eligió a Josefina Ludmer como su directora, un agente faro por su competencia instituyente, con quien entabló un estrecho vínculo. Un indicador de esta relación puede leerse en el último libro crítico de Josefina Ludmer, Aquí América Latina (2010), en donde se presentó en proximidad al escritor de Los cautivos: “Me encuentro con Martín Kohan en un bar, él toma Coca Cola y yo chocolate. ¡Felicidad!” (Ludmer: 2010: 52).

Beatriz Sarlo: producción de valor

Beatriz Sarlo, desde el año 1983 hasta el año 2003, dictó las clases de la cátedra Literatura Argentina II en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y dirigió la revista Punto de vista desde el año 1981 hasta el año 2008, de cuyo consejo participó desde 1978.

Quienes intervinieron en la producción de la revista argentina Punto de vista desde 1978 se propusieron revisar críticamente la tradición marxista, en el afán por elaborar una nueva agenda cultural que enfrentara “durante la dictadura el desafío de generar un discurso disidente” (Patiño: 1997: 10). En este colectivo crítico de cuyo consejo asesor participaron Carlos Altamirano, María Teresa Gramuglio, Ricardo Piglia y Hugo Vezzetti, así como en la red de relaciones universitarias, Beatriz Sarlo, agente autorizado para valorar textos y/o desestimarlos, se destacó por liderar tomas de decisiones críticas y literarias con la orientación de lograr una puesta al día de la crítica y una redefinición de las líneas de la tradición literaria argentina (Patiño: 1997).

Asimismo, Sarlo obtuvo reconocimiento internacional como profesora universitaria e investigadora. Algunos indicadores de esto son los cursos que dictó en universidades de Estados Unidos, su participación en espacios de estudio en Estados Unidos, Inglaterra y Alemania —Wilson Center (Estados Unidos), Simon Bolívar Professor of Latin American Studies (Inglaterra) y Wissenshafftskolleng (Alemania)— y la traducción y circulación de sus textos por Brasil, Gran Bretaña, Estados Unidos e Italia.

Notoriedad social

Para mí ella es definitivamente un modelo.

             

(Kohan: 2010)[28]

                      

Me preocupa que bajo su mirada yo esté equivocado.

                

(Kohan: 2010)[29]

Beatriz Sarlo posee, además de reconocimiento, notoriedad como intelectual. Según Bourdieu, mientras la notoriedad de un sujeto indica su valor “fuera” (Bourdieu: 1997: 68) del sistema de relaciones considerado, el reconocimiento designa el “grado de consagración dentro del campo” (Bourdieu: 1997: 68).

Aquí, al operativizar dicha distinción, si el reconocimiento refiere el valor social de un agente dentro del sistema literario universitario, aunque conociendo los variados resortes de la acción (Lahire: 2005), la notoriedad involucra su percepción en los demás ámbitos por los cuales circula y se produce el valor literatura (circuitos de comercialización en librerías, ferias, entre otros, visibilización de lo literario en medios masivos de comunicación e inclusión de textos en espacios de formación como los diseños curriculares del nivel medio) así como por los otros sistema sociales no literarios. Se trata de una amplia red de relaciones cuyos agentes entramados van suscitando el efecto literatura, escritor, etc.

En este sentido, la notoriedad de Beatriz Sarlo es registrable en su toma de posición frecuente sobre temas abordados por agentes desde otras formaciones discursivas (política, histórica, etc.), en diversos géneros discursivos (notas de opinión, entrevistas mediáticas, etc.), a través del uso de otra carta, recurso, capital o propiedad: el acceso al discurso.

Al respecto, Martín Kohan, su joven alumno de veinte años en el año 1987, cuando “estaba empezando la carrera” (Kohan: 2010)[30] de Letras, señaló: “apareció para mí como un modelo de la posibilidad de una intervención en múltiples planos” (Kohan: 2010), y agregó: “cuando yo contestaba a la pregunta sobre qué pensaba acerca de la situación [política] actual, me preguntaba qué va a pensar Beatriz.” (Kohan: 2010)[31]

Operaciones de lectura: juicios y citas

Partiendo de que la obra de arte sólo existe como objeto simbólico provisto de valor si es conocida y está reconocida, es decir, si está socialmente instituida como obra de arte por unos espectadores dotados de la disposición y de la competencia estéticas necesarias para conocerla y reconocerla como tal, la ciencia de las obras tendrá como objeto no solo la producción material de la obra sino también la producción del valor de la obra o, de lo que viene a ser lo mismo, de la creencia en el valor de la obra.

    

(Bourdieu: 1995: 339)

En el sistema literario argentino, Sarlo controló y lideró recursos discursivos y no discursivos con incidencia instituyente en el valor social de obras y autores.

En este sentido, en el artículo “La fundación de una obra: Juan José Saer y las clases de Beatriz Sarlo en la Universidad de Buenos Aires (1984-1998)”, Analía Gerbaudo (2010) respondió al interrogante “¿Qué hace Sarlo desde su cátedra de “Literatura Argentina II” en la Universidad de Buenos Aires con la obra de Saer” (Gerbaudo: 2010: 81-82). Al respecto, mostró cómo “Saer es uno de los nombres cuya firma la investigadora ayudó a definir e instalar” (Gerbaudo: 2010: 82) en el sistema literario: “Saer era la bandera estética de la cátedra. Queríamos que los alumnos leyeran a Saer” (Sarlo citada por Gerbaudo: 2010: 83), refirió enunciando su opción estética. Sarlo eligió poner en valor y hacer ver el valor de la producción estética de Juan José Saer (1937-2005), pero también lo hizo con textos de Martín Kohan, cooperando decisivamente en la producción y percepción del valor simbólico de estos y en la notoriedad social del agente. En este sentido, escribió Gerbaudo que: “César Aira, Sergio Chejfec, Marcelo Cohen, Martín Kohan son hoy firmas que no eran tales cuando Sarlo los mencionaba por primera vez en sus programas o cuando los volvía objeto de estudio” (Gerbaudo: 2010: 92).

Algunas relevantes operaciones de lectura en donde Sarlo citó y visibilizó ficciones y textos críticos de Martín Kohan son:

El agente citado como crítico por Sarlo

Sarlo citó un extenso segmento del artículo “La apariencia celebrada” (2004) de Martín Kohan publicado en la revista Punto de vista (Nº 74)[32]. Dicha cita abarcó seis páginas de su libro Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión (2005). Aquí, Kohan leyó en clave crítica el film Los rubios (2003) de Agustina Garri, hija de padres asesinados durante la última dictadura argentina[33]; puntualmente, el agente cuestionó que la directora del film hubiese indagado en las razones de sus padres militantes para la acción pero no lo hizo en “la política de una época” (Kohan citado por Sarlo: 2005: 149) quedando estas “definitivamente mudas” (Kohan citado por Sarlo: 2005: 149). En efecto, Kohan leyó en esta película una búsqueda y un desencuentro: la autora no encontró a sus padres, porque no pudo leer, “le cuesta” (Kohan: 2004), el resorte político:

La indiferencia, incluso la hostilidad, frente al mundo de sus padres agudiza la distancia que el film mantiene con lo que se dice de ellos y con los sobrevivientes amigos que dan su testimonio. Carri no busca las “razones” de sus padres, ni mucho menos la traducción de esas “razones” por los testigos a quienes recurre; busca a sus padres en la abstracción de una vida irrecuperable, y por eso no puede concentrarse en los motivos que los llevaron a la militancia política y a la muerte (Kohan citado por Sarlo: 2005: 147-148, la cursiva es del original)

La indiferencia de la cineasta ante el mundo político de sus padres, es traducida por Kohan en términos de incomprensión o “malentendido” (Kohan citado por Sarlo: 2005: 148). En efecto, para Kohan, Carri solo advirtió la perspectiva política de sus padres cuando, con el procedimiento de la voz en off, refirió que le gustaría filmar a su pequeño sobrino diciendo que cuando sepa quienes mataron a sus padres, él va a matarlos (Kohan: 2004).

Esta recuperación extensa de una crítica de Kohan por Beatriz Sarlo ilumina cómo el agente ingresó en las valoraciones de la célebre investigadora y profesora.

El agente valorado como autor de ficciones por Sarlo

apoderarse de la pesadilla y no solo padecerla.

               

(Sarlo: 2005: 166)

Beatriz Sarlo destacó a Martín Kohan entre los escritores que “más” (Sarlo: 2007: 472) le interesaron junto a su preferido, Juan José Saer (1937-2005), y Sergio Chejfec (1956). Valoró novelas de los tres escritores por incluir un narrador que, más allá del decir testimonial, “piensa desde afuera de la experiencia” (Sarlo: 2005: 166, la cursiva es del original): Dos veces junio (2002) de Kohan, La grande (2002) de Saer y Los planetas (1999) de Chejfec. En otro artículo, Sarlo apreció la variación del punto de vista que estos escritores introdujeron entre los relatos que “vuelven hacia los años setenta” (Sarlo: 2007: 471-472), modificación narrativa que tiene como antecedente la novela Villa de Luis Guzmán del año 1995; Luis Guzmán (1944), escribió, “hizo girar la perspectiva del relato; pasó del reprimido y del intelectual, al represor y los pequeños miserables”. (Sarlo: 2007: 471-472)[34]

Con ello, al establecer una cercanía entre Kohan y Saer, Sarlo destacó al agente entre los numerosos narradores que abordaron el pasado reciente por los mismos rasgos que valoró la escritura saeriana: maestría en la variación de la perspectiva y preocupación por el trabajo formal. A su vez, con esta colocación de Kohan próximo a Saer, Sarlo produjo un efecto de distancia de Kohan respecto del mercado editorial, diferenciándolo de la figura del escritor como productor de mercancías a la cual fue asociado por algunos agentes como, por ejemplo, el escritor Guillermo Martínez (1962) en el ensayo “Un ejercicio de esgrima” del libro La fórmula de la inmortalidad (2005). Aquí, Martínez presentó a Kohan como un sujeto cuyas opciones temáticas serían acordes a una “industria cultural” (Martínez: 2005: 170) en la cual estaría inmerso: “cuando la novela histórica era un éxito de ventas” (Martínez: 2005: 170), el agente publicó dos novelas históricas, escribió Martínez, y “cuando se pusieron de moda las novelas sobre la dictadura, publicó su novela sobre la dictadura” (Martínez: 2005: 170), agregó con ánimo beligerante.

Con esta acción, Beatriz Sarlo ubicó al agente en un lugar destacado del canon: cercano al autor de Glosa (1986), cuyo espacio relevante en el sistema literario ayudó a instituir paulatinamente (Gerbaudo: 2010).[35]

Vale decir que la noción de canon remite a un conjunto de operaciones de selección de ciertas obras y determinados escritores según “cierta norma que fija […] las cualidades de admisibilidad” (Costa-Mozejko: 2007: 17), implícita o explícita; se trata de operaciones de selección realizadas, en mayor medida, por agentes sociales con facultades instituyentes y/o legitimantes como es el caso Beatriz Sarlo.

Legado de orientaciones y predisposiciones de Josefina Ludmer y Beatriz Sarlo

Josefina Ludmer y Beatriz Sarlo distinguieron al agente del conjunto de escritores que abordaron los mismos temas: el pasado fundacional, Ludmer, y el pasado reciente, Sarlo.[36]

Martín Kohan trabajó en su narrativa y en la crítica con figuras históricas y culturales del panteón nacional (San Martín, Cabral, Echeverría, el Che Guevara, Eva Duarte) mediante un procedimiento paródico y/o leyendo sus discursos constituyentes en perspectiva crítica. Este modo de proceder crítico respecto de figuras instituidas fue suscitado por Josefina Ludmer en el rol de directora de su tesis doctoral relativa a los procedimientos con los cuales fue narrado San Martín como el héroe de la Patria, entre los años 1994 y 2000. Este trabajo de investigación, a su vez, fue orientado por Hilda Sábato y Noé Jitrik quien lo guió en dos becas consecutivas otorgadas por la UBA. Finalmente, Kohan defendió su tesis doctoral ante un tribunal constituido por Carlos Altamirano, Oscar Terán y Cristina Iglesias en el año 2001.

Por su parte, Josefina Ludmer también destacó, visibilizó y subrayó el valor de las ficciones de Martín Kohan cuyas estrategias discursivas ella misma contribuyó a producir en tanto reconocible legado de orientaciones para ver, mirar, valorar más de ciertas maneras que de otras: entre los muchos escritores argentinos que abordaron temáticas históricas en los años 2000, ya que “Todo era historia y memoria nacional” (Ludmer: 2010: 54), la autora de Aquí América Latina advirtió que Kohan operó un uso desviado del género novela histórica, uso paródico o en mixtura con otros.

En esta cita puede leerse la distinción de Kohan realizada por Ludmer, junto a Pablo de Santis, Perla Suez y Patricia Sagastizábal, entre los muchos escritores que, durante los años noventa e inicios del 2000, trabajaron sobre el pasado fundacional argentino:

Los escritores y mujeres se vuelven a los diferentes pasados en forma de historia y de memoria y se encuadran en géneros literarios precisos, reconocibles y visibles. Escritores como Martín Kohan y Pablo de Santis (entre los 30 y 40 años en el 2000), usan géneros literarios estrictos como “novela histórica” o “thriller”, aunque en su interior incluyan otros géneros o parodien el género central. También están en este grupo juvenil las escritoras Perla Suez y Patricia Sagastizábal, que usan el testimonio y el Buildungsroman en sus escrituras de la memoria militante y la memoria judía (Ludmer: 2010: 88, la cursiva es del original)

De manera coherente con su lugar social, Martín Kohan optó por hacer un uso de su esmerada educación sobre historia y cultura argentina, recurso eficiente en el sistema de relaciones al que accedió mediante el estudio riguroso en el CNBS y a partir del cursado en la prestigiosa carrera de Letras de la UBA. Pero dicha gestión de sus saberes la realizó poniéndolos en coordenadas críticas, paródicas y/o irónicas.

En la producción de sus textos, dada su trayectoria y competencia relativa, el agente se apropió de textos canónicos de la Literatura Argentina (escritos de Jorge Luis Borges, José Hernández, Esteban Echeverría, Miguel Cané), relatos históricos fundantes de sentidos sobre la Nación y, al mismo tiempo, tomó distancia de estos discursos construyéndose como un sujeto con competencia para el desmontaje crítico y la producción de un desvío: identificó una elipsis en el cuento borgeano “Emma Zunz” sobre cuya base redactó el cuento “Erick Grieg” (1998) rotando la perspectiva narrativa usada por Borges; narró la pasión homosexual entre los gauchos del Martín Fierro de José Hernández en el cuento “El amor” (2014); produjo un nexo intertextual entre “El matadero” y “La cautiva” de Esteban Echeverría en la novela Los cautivos (2002); escribió su cuento “El matadero” (2013) remitiendo al clásico “texto de Echeverría desde el título mismo” (Giorgi: 2014: 140), pero, finalmente, modificó “sus lugares previos, lo desterritorializó” (Giorgi: 2014: 141), según Gabriel Giorgi en Formas comunes[37] y construyó la novela Ciencia Morales (2007) en un juego de aproximación y distancia con el clásico Juvenilia de Miguel Cané.

En su trayectoria, Martín Kohan actuó gestionando su recurso crítico incorporado en la carrera de Letras de la UBA cuyo volumen creció cuando, tras su graduación, siguió formándose en el área teórica como docente e investigador bajo la guía de quien lideró ese espacio: Ludmer. Así, el agente usó sus conocimientos sobre teoría y análisis crítico del discurso en sus textos, problematizando lo sacro, fijo, cristalizado o mitificado de nuestra literatura, historia y cultura. Esta predisposición u orientación de Martín Kohan a valorar la puesta en cuestión de los relatos constituyentes de ficciones identitarias o fundantes de sentidos en circulación fueron, en parte, suscitadas por la reconocida docente de Teoría Literaria. Dadas estas orientaciones adquiridas por el agente, fue invitado a participar en un grupo de investigación sobre los modos de construcción discursivos de las figuras históricas: “Héroes de papel”.[38]

En este sentido, en una entrevista, Kohan enfatizó: “La teoría sirve para problematizar, y no para resolver” (Kohan: 2015).[39]

A su vez, Beatriz Sarlo no resaltó menos que Ludmer al autor de Dos veces junio entre los escritores argentinos: lo visibilizó, valoró, citó, ubicó en el canon que ayudó a construir. Pero lo hizo en relación con otro tema, el pasado reciente, y por otras razones.

Kohan produjo novelas sobre el pasado próximo en el marco de los valores estéticos sostenidos por Sarlo[40]: por un lado, eligió no narrar desde la mirada de la víctima rotando la perspectiva —procedimiento que la directora de la revista Punto de vista había celebrado en la obra de Saer en estos términos: “en Nadie nunca nada se exaspera bellamente una forma de la escritura de Saer: cada movimiento es representado desde varias perspectivas” (Sarlo: 2007: 285)— y, por otro lado, optó por acentuar el lenguaje, los procedimientos discursivos, las palabras, diferenciándose de un tipo de literatura en clave testimonial, documental, realista. En efecto, Kohan tomó posición distante respecto de un tipo de literatura “de mensaje […] herramienta de expresión ideológica” (Kohan: 2017).[41] Estos dos rasgos habían sido celebrados por Beatriz Sarlo en la obra de Juan José Saer primero y apreciados en la de Martín Kohan más tarde. De aquí la coherencia de incluirlo en su selecto[42] canon regido por Saer.

El modo en que Sarlo apreció la literatura resultó una coordenada del sistema de relaciones favorecedora de ciertas opciones discursivas del agente constatable en sus enunciados: si Sarlo preguntó con admiración “¿cómo [Saer] logra lo que logra?” (Sarlo: 2007: 298), no lo hizo menos Kohan: “¿cómo lo hizo?” (Kohan: 2010: 810). Y sumó: escrutar “una forma” (Kohan: 2010: 810) o “el procedimiento” (Kohan: 2010: 810) es lo que suscita la obra de Juan José Saer “porque en ellos se advierte […] hasta qué punto la literatura es, antes que nada, cuestión de procedimientos” (Kohan: 2010: 810).

Por otra parte, ella fue su declarado modelo de intervención intelectual, esto es, su guía en el modo de tomar posición sobre la literatura, la política y la cultura en general.[43]

Acceso al discurso o probabilidad de ser escuchado

Con este capital eficiente nos referimos al “acceso a medios” (Costa-Mozejko: 2001: 100) de comunicación (libros, revistas, radios, televisión, charlas en ferias) en donde resulta posible “decir públicamente con […] probabilidad de ser escuchado” (Costa-Mozejko: 2001: 100). Este acceso diferencial al discurso se vincula con el poder que tiene un agente de producir otros discursos y generar diversas tomas de posición en un abanico que va desde la adhesión a la polémica explícita. Tal poder o capacidad diferenciada de relación se vincula con el capital simbólico del sujeto social, esto es, con “la forma que revisten las diversas especies de capital cuando son percibidas y reconocidas como legítimas” (Bourdieu citado por Costa: 2015: 24).

Para advertir cómo Kohan controló este bien, anotamos algunos indicios concretos como sus publicaciones en sitios de prestigio crítico y otros de notoriedad.

Los noventa

Hacia fines de los años noventa (dado que su primera novela, La pérdida de Laura (1993), pasó inadvertida para la crítica y el gran público), Martín Kohan aumentó su acceso al discurso en concomitancia con un creciente proceso de legitimación. Efectivamente, en 1998, fue incluido en una antología de escritores consagrados: su cuento “Muero contento” fue incorporado entre los relatos de autores canónicos como Jorge Luis Borges, Ricardo Piglia, Julio Cortázar, Rodolfo Walsh, Abelardo Castillo, Rodolfo Fogwill, Manuel Mujica Lainez, Juan José Saer, Roberto Fontanarrosa, Carlos Dámaso Martínez, entre otros, en el libro Cuentos de historia argentina compilado por Guillermo Saavedra. Esta antología a cargo de Saavedra, publicada por el sello editorial Alfaguara, le dio una ubicación de privilegio junto a escritores del canon literario argentino.

Además, el joven escritor quiso colocar sus ficciones en librerías: “poder circular y tener visibilidad” (Kohan citado por Ludmer: 2010: 53), sin pagar el precio de no ser leído como “literatura” (Kohan citado por Ludmer: 2010: 54) para lo cual ponderó la importancia de “la mediación de la crítica” (Kohan citado por Ludmer: 2010: 54).

Martín Kohan empezó a publicar sus textos en los años noventa “en editoriales […] chicas” (Kohan citado por Ludmer: 2010: 53), hasta que logró empezar a publicar en una editorial grande como lo es Sudamericana, aumentando su recurso de acceso al discurso; no obstante, su producción no estuvo exenta de pautas editoriales vinculadas a cálculos de mercados. Al respecto, él mismo señaló que su posibilidad de publicar en Sudamericana le “vino por el lado de la colección de narrativas históricas” (Kohan citado por Ludmer: 2010: 53), las narrativas más leídas y, por lo mismo, las mejor vendidas.

Los dos mil

En la primera parte de los años 2000, pueden notarse sus cada vez más frecuentes publicaciones de textos críticos en sitios prestigiosos como “La apariencia celebrada” en la revista Punto de vista (2004)[44] o “Historia y literatura: la verdad de la narración” (2000) y “La novela como intervención crítica: David Viñas” (2004) en los volúmenes de la Historia crítica de la Literatura Argentina.

En tanto participó de estos sitios críticos, empezó a publicar el corpus de ficciones que abordamos en esta tesis y otros textos. En efecto, a partir de la novela Dos veces junio (2002), Kohan eligió narrar el pasado reciente: la lucha revolucionaria de los años setenta, la dictadura y la guerra de Malvinas, temas que tramaron diversos debates durante la posdictadura.

Luego, siguió narrando esta temporalidad en las novelas Museo de la Revolución (2006), Ciencias Morales (2007) y Cuentas Pendientes (2010), las cuales fueron leídas y apreciadas por críticos literarios con poder legitimatorio como Beatriz Sarlo (2005, 2007) y Miguel Dalmaroni (2004).

Este proceso creciente de su percepción social como escritor aumentó más aún cuando ganó el premio Herralde de novela de la editorial española Anagrama por Ciencias Morales[45] en el año 2007, lo cual le dio visibilidad en las librerías argentinas e internacionales, además de obtener 18.000 euros.

En los años dos mil, Martín Kohan ganó reconocimiento en el sistema universitario (siendo sus textos con frecuencia trabajados en las cátedras universitarias, abordados en artículos de revistas especializadas y discutidos en congresos) y, también, paulatinamente pero sin cesar, adquirió notoriedad social; así lo indican tanto sus frecuentes intervenciones en diversos medios de comunicación (en los diarios de mayor alcance del país como Página 12, Clarín y La Nación[46], en programas de televisión culturales como Los siete locos y Otra trama o políticos y en radios) como sus constantes participaciones en conferencias, charlas, entrevistas, etc., muchas de ellas disponibles en soporte virtual.

El lugar del decir de Martín Kohan en los años dos mil

¿cuál es el lugar desde donde habla cada uno, haciendo comprensibles y explicables tales tomas de posición y las lecturas que se hacen de la historia?

          

(Costa-Mozejko: 2009: 35)

Dado que “Al hablar, como al mirar, lo que se ve depende de la perspectiva, del lugar desde donde se habla” (Costa-Mozejko: 2001: 89), nos importa captar la “singularidad” del agente social conforme “su punto de vista como posición” (Bourdieu: 1995: 71, la cursiva es del original) en el sistema literario y cultural de posdictadura a los fines de explicar algunas de las principales estrategias discursivas empleadas en la elaboración de su figura textual diferenciada en las novelas sobre el pasado reciente que componen nuestro corpus.[47]

Tras los trayectos investigativos efectuados, perfilamos elementos de la identidad social del escritor argentino Martín Kohan quien, en los años dos mil, se encontró en un claro proceso de legitimación dado su notable reconocimiento en el sistema literario y cultural argentino de posdictadura y la creciente notoriedad social (legible en diversos ámbitos como el futbolístico, el judío, el prestigioso CNBS o el cinematográfico[48]) en razón del dominio de capitales eficientes, es decir, “generadores de capacidad diferenciada de relación” (Costa-Mozejko: 2001: 99), y la aprehensión de ciertas predisposiciones para la acción que incorporó como marcas de aprendizajes durante su trayectoria.

Desde los años de la posdictadura argentina hasta los dos mil, gradualmente, el agente reestructuró su competencia distinguiéndose de otros según una creciente aprehensión de recursos culturales internalizados e institucionalizados; relaciones con agentes con poder instituyente, acceso al discurso o probabilidad de ser escuchado, orientaciones para ver, mirar, valorar más de ciertas maneras que de otras desde una trayectoria inicial de acceso a capitales culturales de prestigio y de escasos bienes económicos.

A continuación, haremos foco en el plano discursivo. En particular, estudiaremos ciertas estrategias discursivas que en el sistema literario y cultural argentino de la posdictadura fueron producidas por diversos agentes y que integraron el espacio de posibles discursivos de Martín Kohan ante las cuales él tomó posición según su lugar social y competencia o capacidad diferenciada de relación (poder).


  1. Esta cita ilumina la existencia de coordenadas en los sistemas en determinados periodos. No obstante la cita, queremos subrayar que los sistemas de relaciones existen independientemente del conocimiento que los agentes tengan o no de estos, sepan o no cuáles son sus coordenadas, los tengan o no “en la cabeza” (Bourdieu: 1997: 53), en términos de Bourdieu. Por ello, con este epígrafe, nos referimos a un modo de proceder en el estudio.
  2. En adelante, para referirnos a esta institución, usaremos la sigla oficial CNBS.
  3. Entrevista radial disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=6yqPxxxLpQg [consultado el 20 de enero de 2019].
  4. La Facultad de Filosofía y Letras forma parte de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se encuentra ubicada en el barrio porteño de Caballito, en la calle Puan al 480. Fue fundada a fines del siglo XIX; en 1896, fueron designadas sus primeras autoridades.
    Información disponible en este enlace: http://primerapagina93.blogspot.com/2008/08/la-facultad-de-filosofa-y-letras.html [consultado el 15 de septiembre de 2018].
  5. A partir de aquí, en general, usaremos la sigla UBA.
  6. Enlace disponible en este link: https://www.lanacion.com.ar/444403-halperin-donghi-recorre-la-historia-de-la-uba [Consultado el 15 de septiembre de 2018].
  7. Entrevista disponible: http://asesinostimidos.blogspot.com/2008/08/entrevista-martn-kohan.html [consultado el 14 de septiembre de 2018].
  8. Término usado por Kohan para presentar a la universidad como un sistema social en vínculo con los demás. Entrevista disponible en: http://asesinostimidos.blogspot.com/2008/08/entrevista-martn-kohan.html [consultado el 24 de septiembre de 2018].
  9. Sobre las pretendidas distancias entre el ámbito académico y el literario, Kohan señaló: “Yo no veo esa dicotomía, me parece que el corte más fuerte está en un imaginario de la exclusión del ámbito académico, yo no lo veo tanto como una definición que se haga desde la academia respecto de ese “afuera” […] Desde la universidad, no es un problema tajante, no nos sentimos recluidos o replegados respecto de ese “afuera”. Me parece que ese imaginario […] responde más bien a cierta imaginación del excluido: los que no pertenecen al ámbito académico y siempre están recelando lo que sienten como elitismo” (Kohan: 2008).
    Entrevista disponible: http://asesinostimidos.blogspot.com/2008/08/entrevista-martn-kohan.html [consultado el 21 de septiembre de 2018].
    Estas declaraciones de Martín Kohan son del año 2008, es decir, de un momento posterior al segmento de la trayectoria que aquí trabajamos. Durante la primera parte de la década del 2000, él accedió a una notoriedad creciente en el ámbito literario no universitario, hecho que explica su toma de posición renuente a considerar una disyuntiva entre universidad y otros espacios sociales vinculados con la literatura (ferias, librerías, etc.). La forma en que Martín Kohan ponderó la no dicotomía se vincula con su lugar social consagrado en y desde la universidad pero con significativa notoriedad fuera de ella; un indicador objetivo de esto es el premio Herralde de novela que ganó en el año 2007. No es indiferente en la consideración de su toma de posición discursiva por una lectura de la universidad como institución social y, por lo tanto, como parte de los demás fenómenos sociales, su trayectoria como docente en dicho espacio, dado que los valores, reglas y sentidos sostenidos por los agentes se relacionan con el control desigual de los recursos eficientes en los diferentes sistemas de relaciones, en este caso, los recursos que el agente controló dentro del sistema literario y de otros ámbitos, en el marco de su trayectoria.
    Por otro lado, Martín Kohan no sólo no es excluido de los otros espacios literarios (ferias, librerías, etc.) sino incluido en estos como lo es, también, en el sistema literario universitario.
  10. En la cita puede advertirse su auto-inscripción en un colectivo generalizado —“como todo el mundo” (Kohan: 2014: 305)— aun cuando, por la reconstrucción de su trayectoria, sabemos que lo que él efectivamente leyó, estudió, etc., integra el conjunto de los bienes escasos por el alto prestigio de los mismos derivado de relevantes instituciones educativas argentinas: en primer lugar, el CNBS y, en segundo término, la carrera de Letras de la UBA.

    Enlace disponible en: http://www.redalyc.org/html/4398/439843032019/ [consultado el 4 de octubre de 2018].

  11. Plan de estudio vigente (con modificaciones respecto del aprobado en 1985) presente en la página web de Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Disponible en: http://letras.filo.uba.ar/content/plan-de-estudios [consultado el 5 de octubre de 2018].
  12. Teoría y análisis literario, Gramática, Lingüística, una Literatura Argentina a elegir, una Literatura Latinoamericana a elegir, una Literatura Española a elegir, una Literatura Extranjera a elegir y dos cursos de Lenguas Clásicas.
    Disponible en: http://letras.filo.uba.ar/content/plan-de-estudios [consultado el 13 de octubre de 2018].
  13. Luego de un ciclo común, el plan de estudio de la carrera de Letras ofrecía a los estudiantes, como lo hace actualmente, tres orientaciones disciplinares: Lingüística (subdividida en áreas: área Sociolingüística y Etnolingüística, área de Psicolingüística y Neurolingüística y área de Lingüística formal), Letras Modernas (subdividida en áreas: área de Teoría Literaria, área de Literatura Española, área de Literatura Latinoamericana y Argentina y área de Literatura Extranjera) y Letras Clásicas.
    Datos disponibles en este enlace: http://letras.filo.uba.ar/content/plan-de-estudios [consultado el 5 de octubre de 2018].
  14. Dentro de los posibles teóricos que constituyen la disciplina de la que participó Kohan desde el final de su carrera de Letras hay diversas vertientes. ¿En cuál se ubica Kohan? En una entrevista televisiva con Juan José Sebreli y Marcelo Giofree, en el programa Aguasfiestas LVII. Los grandes temas en debate, respondió: “Yo enseño Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires desde hace 20 años y de alguna manera la absorción de elementos teóricos que me permiten pensar distintos objetos vienen por lados múltiples pero si tuviese que definir un eje o que acotar un lugar en donde yo me apoyo particularmente es efectivamente en la tradición de la Escuela de Frankfurt, sobre todo varias de las reflexiones estéticas de Adorno, y esa periferia de Benjamin, esa incomodad de Benjamin, que es tanto personal como también conceptual, categorial, también metodológica, esa situación tan peculiar de Benjamin respecto de ese mundo más armado del Instituto de Investigación Social o de esa posición más firme, más consolidada en todos los sentidos de Adorno, la combinación entre uno y otro, me resulta, me ha resultado en mi formación, particularmente productiva, y debo decir que algunos autores que he leído posteriormente los leo desde ahí” (Kohan: 2011).
    Enlace disponible en: https://youtu.be/GBSS7trvoz8 [consultado el 21 de octubre de 2018].
  15. En El susurro del lenguaje, Roland Barthes se refirió al crítico como un sujeto que cuenta con un saber hacer con y sobre el lenguaje o bien como alguien que es un especialista en Poética (Barthes: 2013).
    A estas consideraciones de Barthes se refirió Martín Kohan en la entrevista disponible en el Anexo y publicada en la revista ALFILO de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba.
    Disponible en este enlace: https://ffyh.unc.edu.ar/alfilo/tag/entrevista-a-martin-kohan/ [consultado el 13 de octubre de 2018].
  16. Enlace disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=wSxBZlz_6wM [Consultado el 14 de octubre de 2018].
  17. Trabajo que la docente de la Universidad Nacional del Litoral y la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), Analía Gerbaudo, presentó en las VI Jornadas Internacionales de Filología y Lingüística y Primeras de Crítica Genética “Las lenguas del archivo” en el año 2013.
    En este texto, Analía Gerbaudo, expuso el segmento de su investigación relativo a la trayectoria del agente como estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA al compartir parte de sus indagaciones centradas en “las clases de los críticos en la universidad pública de la pos-dictadura, es decir, en el periodo comprendido entre 1983 y 2003” (Gerbaudo: 2013: 1) interesada por lo que llamó fantasías de intervención de ciertos intelectuales vinculados a la literatura, la teoría y la crítica (Gerbaudo: 2013).
    Disponible en: http://jornadasfilosofíaylinguistica.fahce.unlp.edu.ar [Consultado el 8 de diciembre de 2018].
  18. Este texto del docente e investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Leonardo López, puede leerse aquí: file:///C:/Users/BGH/Downloads/Dialnet-LaInvestigacionComoExperiencia-4000358.pdf [Consultado el 25 de noviembre de 2018]
    Entre las condiciones favorecedoras para ello, notamos la decisiva participación de ciertos agentes que se recolocaron en el sistema académico literario de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en este periodo en el cual Enrique Pezzoni y Jorge Panesi fueron los “directores de la carrera de Letras” (Louis: 2015: 13).
  19. Martín Kohan le dedicó el libro crítico El país de la guerra (2014) a Josefina Ludmer.
  20. Al respecto, puede leerse esta entrevista publicada en el diario Página 12: https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-36446-2015-08-24.html [consultado el 25 de noviembre de 2018].
  21. Los contenidos programáticos de este seminario pueden consultarse en el siguiente link: https://drive.google.com/file/d/0B2rJdUhQW8qbYjlvaEdkTFUyc0k/view [Consultado el 25 de noviembre de 2018].
  22. De dicho homenaje participaron numerosos agentes legitimados en el sistema literario académico de la UBA pero también en el ámbito nacional e internacional, entre ellos: Nora Domínguez, Jorge Panesi (Prof. Teoría Literaria I, Cátedra C, UBA), Adriana Rodríguez Pérsico (Profesora Teoría Literaria I, Cátedras A y B, UBA), Analía Gerbaudo (Profesora Teoría Literaria Universidad Nacional del Litoral), Alan Pauls (Escritor, crìtico literario), Gabriela Nouzeilles (Profesora Princeton University), Claudia Kozak (Profesora Literatura del Siglo XX, UBA), Miguel Vitagliano (Profesor Teoría Literaria III, UBA), Leonor Arfuch (Profesora de Facultad de Ciencias Sociales, UBA), Amelia Barona (Crítica literaria), Graciela Montaldo (Columbia University), Alvaro Fernández Bravo (Universidad de San Andrés), Cristina Fangmann (Teoría Literaria I, Cátedra A y B, UBA).
    Este acto festivo es un indicio concreto del valor que la firma Ludmer tiene desde los ochenta hasta 2016.
    Enlace disponible en el siguiente link: https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-36446-2015-08-24.html [consultado el 18 de noviembre de 2018].
  23. Profesora Titular de Teoría Literaria II en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de la UBA desde el año 1998.
    Datos disponibles en: http://www.filo.uba.ar/contenidos/novedades/cont/listado/CV_Zubieta [Consultado el 12 de diciembre de 2018].
  24. Se desempeñó como profesora Titular de Teoría y Análisis Literario A-B en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA desde el año 2000 hasta el año 2016.
    Datos disponibles en: https://drive.google.com/file/d/1xtX_mmCWMzWUux9X5LWAJ2kTztSeU2rb/view [Consultado el 12 de diciembre de 2018].
  25. Dichas entrevistas pueden leerse en los siguientes enlaces:
    a) Entrevista a Ana María Zubieta disponible en: https://drive.google.com/file/d/1S7Gd25Lqx0e4oNI3_8r-SkHmxDoRi3Kh/view [Consultado el 25 de noviembre de 2018].
    b) Entrevista a Adriana Rodríguez Pérsico disponible en este link: https://drive.google.com/file/d/1xtX_mmCWMzWUux9X5LWAJ2kTztSeU2rb/view[Consultado el 25 de noviembre de 2018]. En esta última, la entrevistada menciona a Martín Kohan, específicamente su integración en los equipos de trabajo liderados por Josefina Ludmer.
  26. Desde 1991 hasta 2005 fue profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Yale en Estados Unidos en donde llegó al máximo grado de reconocimiento académico: Profesora Emérita. Varios de sus libros fueron traducidos a diferentes idiomas como el inglés y el portugués.
  27. En el año 2017, a un año de su muerte, el libro El cuerpo del delito. Un manual fue reeditado con un prólogo de Alans Pauls junto a Onetti, los procesos de construcción del relato con un prólogo de Martín Kohan por la editorial Eterna Cadencia.
    Datos disponibles en:
    https://www.eternacadencia.com.ar/blog/editorial/catalogo/item/un-ensayo-de-ludmer-a-un-ano-de-su-muerte.html [Consultado el 2 de noviembre de 2019].
  28. Entrevista a Kohan disponible en: https://www.taringa.net/posts/noticias/7104823/Martin-Kohan-v-s-Beatriz-Sarlo.html [Consultado el 15 de diciembre de 2018].
  29. Cita tomada del enlace referido: https://www.taringa.net/posts/noticias/7104823/Martin-Kohan-v-s-Beatriz-Sarlo.html [Consultado el 15 de diciembre de 2018].
  30. Cita tomada del enlace ya referido: https://www.taringa.net/posts/noticias/7104823/Martin-Kohan-v-s-Beatriz-Sarlo.html [Consultado el 15 de diciembre de 2018]
    Además del vínculo institucional, merece señalarse la cercanía creciente del agente con la célebre crítica y profesora cuando éste se casó con Sylvia Saítta, discípula de Beatriz Sarlo quien hoy ocupa el espacio que ella dejó tras su retiro en el año 2003; en efecto, actualmente Saítta se desempeña como Investigadora Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) y como profesora Titular Regular de las materias Literatura Argentina II y Problemas de Literatura Argentina en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Nos hemos referido a esta relación en el Congreso Internacional Orbis Tertius del año 2012 mediante un trabajo titulado “Lecturas críticas del corpus Kohan: entre institucionalizaciones y operaciones desclasificatorias” (Vega: 2012) disponible en este enlace: http://citclot.fahce.unlp.edu.ar/viii-congreso/actas-2012/Vega%20Redin-%20Maria%20Angelica.pdf [Consultado el 18 de diciembre de 2018].
  31. En el capítulo 2 nos referimos a la predisposición u orientación a valorar lo “alto” por parte del agente que éste heredó de su ámbito familiar, así como la propensión a lo destacado según los valores puestos en circulación en el CNBS formador de élites meritocráticas al que él asistió: en este sentido, resulta coherente con sus predisposiciones que el agente haya tomado a Beatriz Sarlo como modelo de intervención intelectual y elegido a Josefina Ludmer como formadora y guía académica.
    Disponible en este enlace ya citado: https://www.taringa.net/posts/noticias/7104823/Martin-Kohan-v-s-Beatriz-Sarlo.html [Consultado el 15 de diciembre de 2018].
  32. Artículo crítico del agente disponible en este enlace que conduce a la revista (en este mismo número escribió otro texto Beatriz Sarlo): http://www.ahira.com.ar/ejemplares/78/ [Consultado el 18 de diciembre de 2018].
  33. Film disponible en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=AtQnnnuzo5I [Consultado el 18 de diciembre de 2018].
  34. Más tarde, Beatriz Sarlo escribió una crítica titulada “Lo blando y lo podrido” sobre la novela Cuentas pendientes (2010) en donde destacó la destreza de Martín Kohan para el cambio de perspectiva (Sarlo: 2012).
  35. En el “Coloquio Internacional Juan José Saer” que se desarrolló en Santa Fe en el año 2017, en la conferencia de cierre, Sarlo situó a Saer “en la cima del canon literario post Borges” (Sarlo: 2017).
    Enlace disponible en: http://www.telam.com.ar/notas/201705/188840-beatriz-sarlo-situo-a-juan-jose-saer-en-la-cima-del-canon-literario-post-borges.html [Consultado el 2 de febrero de 2019].
  36. En cambio, la docente e investigadora argentina Elsa Drucaroff, en el libro Los prisioneros de la torre. Política, relatos y jóvenes en la postdictadura (2011), colocó a Martín Kohan en una larga lista de escritores que conformaron lo que llamó la “Primera generación de posdictadura” (Drucaroff: 2011: 178). Aquí, ubicó a algunos escritores y escritoras de su interés que publicaron al menos una obra en papel entre los años 1990 y el año 2007 (recordemos que la primera publicación de Martín Kohan fue la novela La pérdida de Laura en el año 1993). La extensa lista compuesta por Drucaroff consta de algunos autores poco visibles junto a otros más destacados, a saber: “Beatriz Actis (1961), Osvaldo Aguirre (1964), Sergio Aguirre (1961), Laura Alcoba (1968), Alejandro Alonso (1970), Germán Amatto (1969), Federico Andahazi (1963), Ignacio Apolo (1969), Pablo Baler (1967), Ariel Bermani (1967), Eduardo Berti (1964), Marcelo Birmajer (1966), Pía Bouzas (1968), José María Brindisi (1969), Leopoldo Brizuela (1963), Gabriela Cabezón Cámara (1968), Gabriel Cabrejas (1961), Susana Campos 1966), Gonzalo Carranza (1965), Fabían Casas (1965), Jorge Consiglio (1962), Esther Cross (1961), Marcelo Damiani (1969), Pablo de Santis (1963), Sergio Delgado (1961), Marisa Do Brito Barrote (1970), Hernán Domínguez Nimo (1969), Juan Bautista Duizeide (1964), Mariano Dupont (1965), Carlos Martín Eguía (1964), Mauricio Espil (1971), Claudia Feld (1968), Carlos E. Feiling (1961), Gustavo Ferreyra (1963), Marcelo Figueras (1962), Mariano Fiszman (1967), Juan Forn (1959), Rodrigo Fresán (1963), Sergio Gaiteri (1970), Hernán Galdamés (1962), Carlos Gamerro (1962), Fernanda García Curten (1968), Fernanda García Lao (1966), Roberto Gárriz (1965), Jorge Hardmeier (1969), Marcos Herrera (1966), Moira Irigoyen (1965), Aníbal Jarkowski (1960), Paola Kaufmann (1969), Betina Keizman (1966), Martín Kohan (1967), Alejandra Laurencich (1963), Gabriela Liffschitz 81963), Alejandro López (1968), Pedro Mairal (1970), Guillermo Martínez (1962), Eduardo Muslip (1965), Diego Muzzio (1969), Gustavo Nielsen (1962), Diego Paszkowski, Gisel Pica (1969), Claudia Piñeiro (1960), Ingrid Proietto (1970), Andrea Rabith (1967), Pablo Ramos (1966), Patricia Ratto (1962), Martín Rejtman (1961), Pedro Rey (1967), Daniel Riera (1970), Cristian Rodríguez (1965), Javier Rombouts (1964), Luis Sagasti (1963), Carlos Schilling (1965), Enrique Solinas (1969), Anna-Kazumi Stahl (1964), Patricia Suárez (1969), Cecilia Szperling (1969), Franco Vaccarini 81963), Paula Varsavsky (1963), Beatriz Vignoli (1965), Miguel Vitagliano (1961), Esteban Zabaljauregui (1966), Claudio Zeiger (1964)” (Drucaroff: 2011: 211-213). Esta generación de posdictadura es la primera porque a ella le sigue una segunda y la precede una generación de militantes (Drucaroff: 2011). A esta primera generación, colectivo en el que integró al agente, la distinguió recortando una década para el nacimiento de sus escritores, los nacidos entre 1960 y 1970 (Kohan nació en 1967), dado que “se trata de aquellos cuya conciencia ciudadana tendió a producirse o frente a la Guerra de Malvinas, o frente al comienzo de la democracia, en 1983.” (Drucaroff: 2011: 178).
  37. “El matadero” de Martín Kohan puede leerse on-line en la Revista Emisférica siguiendo este enlace: http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/e-misferica-101/kohann [Consultado el 7 de enero de 2019].
  38. En los agradecimientos de la versión de la tesis publicada por la editorial Adriana Hidalgo Editora, escribió Kohan: “a los colegas de la Red “Héroes de papel”: Norah Giraldi, Alicia Chibán, Carlos Demasi, Ricardo Costa, Teresa Mozejko y Lelia Area” (Kohan: 2005: 317).
    Una publicación de Kohan junto a los integrantes de este colectivo de investigación puede encontrarse en el siguiente enlace de la Revista Iberoamericana (Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana), año 2005, número 215, dedicado a “Héroes de papel: avatares de una construcción imaginaria en América Latina” disponible en este enlace: https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/125829 [Consultado el 19 de enero de 2019].
  39. Entrevista disponible en este enlace: https://www.laizquierdadiario.com/Martin-Kohan-La-teoria-sirve-para-problematizar-no-para-resolver [Consultado el 5 de febrero de 2019].
  40. Nosotros ¿rescatamos? los criterios que Sarlo esgrimió para destacar a Kohan del gran conjunto de escritores que abordaron el pasado reciente y no al conjunto de los criterios por ella empleados en sus operaciones críticas.
  41. Entrevista disponible en el Anexo de la tesis y en este enlace web: https://ffyh.unc.edu.ar/alfilo [Consultado el 7 de diciembre de 2018].
  42. Sobre este punto, en “Beatriz Sarlo, sus textos para Punto de vista y un lector por-venir” (2017), Analía Gerbaudo subrayó el carácter selecto del canon formado por Sarlo cuyo criterio es la inclusión de “escritores que resisten una rápida asimilación” (Gerbaudo: 2017), entre otros. Al mismo tiempo, la investigadora refirió que entre sus preferencias se encuentran textos de Arlt, Pauls, Chejfec, Fogwill, Borges, Sarmiento y Saer.
    Trabajo disponible en este enlace: file:///C:/Users/BGH/Downloads/2203-6520-1-SM%20(1).pdf[Consultado el 7 de febrero de 2019].
  43. Sobre política fueron muchas las declaraciones, posicionamientos, desarrollos argumentales enunciados por ambos agentes intelectuales en diferentes géneros discursivos y soportes (notas en radios, en televisión, etc.).
  44. Ya nos referimos puntualmente a este artículo disponible en el siguiente enlace: http://www.ahira.com.ar/ejemplares/78/ [Consultado el 18 de diciembre de 2018].
  45. Novela que presentó en esta convocatoria bajo el seudónimo de Miguel Cané y que fue llevada al cine en el año 2010 por el director argentino Diego Lerman con el título La mirada invisible. Disponible en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=s5g7s9zcf2s [consultado el 19 de enero de 2019].
  46. Actualmente, Kohan es un columnista permanente del diario Perfil en donde aborda temáticas de actualidad con perspectiva crítica.
  47. Según la hipótesis teórica que nos orienta, presentada en el Capítulo 1, las estrategias discursivas empleadas por un sujeto social resultan legibles como marcas en el enunciado y comprensibles por el lugar de producción de dicho sujeto (Costa-Mozejko: 2001, 2002, 2007, 2009, 2011, 2015, 2017).
  48. Que la revista reconocida internacionalmente como la Biblia del Fútbol, El Gráfico, le haya hecho una nota ponderando su identidad futbolista junto a su atributo de escritor, que la página web de la Amia lo haya destacado como uno de los judíos más famosos del mundo, que un cineasta lo haya convocado para actuar en un film interpretando a un personaje que comparte con él algunos de sus principales atributos tales como su rol crítico y su creciente capital simbólico y que el prestigioso CNBS lo haya mencionado entre sus célebres egresados son algunos de los indicadores concretos de su cada vez mayor notoriedad social por fuera del sistema literario, en el cual fue ganando reconocimiento, en los años dos mil, a los cuales nos referimos en el Capítulo precedente.


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