Esta sí que es Argentina.
(Prodan: 1985)
Martín Kohan narró singularmente el pasado reciente en las novelas Dos veces junio, Museo de la Revolución, Ciencias Morales y Cuentas Pendientes (2010): la última dictadura en Argentina, las luchas que le antecedieron y la guerra de Malvinas. Para estudiar dicha singularidad, consideramos imprescindible considerar desde qué lugar social produjo tales prácticas discursivas. Para ello, el enfoque teórico-metodológico elaborado por Teresa Mozejko y Ricardo Costa (2001, 2002, 2007, 2011, 2015), el cual articula saberes del análisis del discurso y la sociología, nos resultó especialmente iluminador. Conforme a este, nos orientó esta nodal hipótesis teórica: las estrategias discursivas de un sujeto son visibles a través de marcas en el enunciado y explicables desde su lugar social de producción.
Bajo este postulado, nos preguntamos: a. ¿desde qué lugar social Martín Kohan elaboró su figura textual con ciertos rasgos distintivos en el corpus?, y b. ¿mediante qué estrategias lo hizo dentro del sistema literario y cultural argentino de la posdictadura?
Tras el recorrido investigativo, sostenemos que, luego de un notable proceso de legitimación social que significó una ampliación de sus recursos eficientes en el sistema literario y cultural argentino de la posdictadura en el cual a. conoció las temáticas del sistema; b. las leyó con los saberes del crítico; c. se relacionó con otros agentes con poder instituyente y consagratorio; d. amplió su espacio de posibles; e. aumentó su acceso al discurso y f. en el marco de su trayectoria de acceso a bienes culturales, Martín Kohan construyó a su enunciador con rasgos distintivos en las novelas del corpus.
Ello lo hizo con estas estrategias discursivas que nos parecen fundamentales:
- enunciación implícita desde la alteridad respecto de los actores que guían la perspectiva e ironía sobre los valores heroico-militares;
- ponderación de la dimensión discursiva;
- incorporación de otros textos y discursos de los cuales se desvía críticamente e
- inscripción en una tradición prestigiosa de la cual se diferencia.
Por lo tanto, Martín Kohan narró un tema frecuentado en el sistema literario y cultural, el pasado reciente, pero produjo diferencias.
Hacia el proceso de producción del discurso
Según Bourdieu, importa captar la “singularidad […] originalidad” del agente social conforme “su punto de vista como posición” (Bourdieu: 1995: 71, la cursiva es del original). Para esto, tiene que poder verse “donde ellos están inmersos” (Bourdieu: 1995: 71). En “Los Güemes de la historia, o modos de hacer historia”, Ricardo Costa y Teresa Mozejko escriben que “Al hablar, como al mirar, lo que se ve depende de la perspectiva del lugar desde donde se habla” (Costa-Mozejko: 2001: 89).
En “Los intelectuales y el poder” (1989), Gilles Deleuze, en diálogo con Michel Foucault, subrayó el carácter relacional del sujeto al remarcar su inserción en un “sistema de conexión en un conjunto” (Foucault-Deleuze: 1989: 77), cuya acción[1] constituye una “acción de práctica en relaciones de conexión de redes” (Foucault-Deleuze: 1989: 77). Y, más adelante, su interlocutor enfatizó la participación del intelectual en un sistema social que lo constituye como tal, porque “los intelectuales, forman parte de ese sistema de poder” (Foucault-Deleuze: 1989: 78).[2]
¿Cómo inciden las condiciones que constituyen los sistemas en los que participa el sujeto cuya práctica abordamos? Si “[la acción] no podría concebírsela como el simple condicionamiento producido por las estructuras sociales” (Boudon: 1993: 29-30), entonces hablamos de condiciones que favorecen una acción u opción por una alternativa entre los posibles y abandonamos la noción de determinación[3], y con Erving Goffman entendemos que el sujeto está dotado de “cierta capacidad de manejar, usar, los márgenes de autonomía” (Costa-Mozejko: 2011: 18)[4].
Teresa Mozejko y Ricardo Costa refieren que el agente social actúa entre la regla y la estrategia, en un abanico que va desde el apego a la norma hasta su ruptura, pasando por diversos ajustes y discusiones, tendiendo a una “ampliación de su horizonte de posibilidades objetivas” (Costa-Mozejko: 2011: 23).
Por lo tanto, los textos del corpus son trabajados como opciones realizadas por un sujeto social entre la regla y la estrategia, en el marco de sus condiciones objetivas constituidas por un doble espacio de posibles: uno discursivo y uno no discursivo, condiciones “existentes a nivel del sistema de relaciones en el que está inserto” (Costa-Mozejko: 2007: 11)[5], en el marco de su trayectoria, según la gestión de su competencia.
Teresa Mozejko y Ricardo Costa, recuperando aportes de Michel Foucault, indicaron la relevancia de insertar el discurso en alguna de estas dimensiones:
- eficacia táctica: el efecto de saber-poder del discurso no depende solo de su fuerza interna sino, también, del lugar desde donde este es receptado e
- integración estratégica: la red de fuerza en la que es producido (Mozejko-Costa: 2009).[6]
A tal efecto, aquí trabajamos este segundo plano: cambiamos el enfoque desde el discurso como un producto a su consideración como un proceso de opciones, alternativas, decisiones discursivas efectuadas por un agente social desde su lugar de producción.[7]
Junto a los autores, al considerar el discurso como una práctica, atribuimos “mayor eficacia explicativa […] a la capacidad diferenciada de relación” (Costa-Mozejko: 2009: 53) del agente que a los principios enunciados por este, los cuales, a su vez, constituyen tomas de posición coherentes con su lugar.
Estado de la cuestión
Aunque las ficciones y ensayos de Martín Kohan fueron un verdadero polo de interés crítico en los años dos mil, el relevamiento bibliográfico nos reveló la inexistencia de trabajos dedicados al abordaje de su singular decir en vínculo con su particular lugar social. Analía Gerbaudo, Pampa Arán y Teresa Mozejko han señalado o dejado entrever el interés que supondría un abordaje de estas características, es decir, un estudio atento a los mecanismos de producción de los valores literarios y las firmas del canon (Gerbaudo: 2010) e interesado en los trayectos disímiles de los escritores en el sistema literario y cultural (Arán: 2003). En términos de Teresa Mozejko, estaba abierta la posibilidad de estudiar cómo las estrategias discursivas de Martín Kohan inciden “en su posicionamiento dentro del sistema de relaciones en el que se inscribe” (Mozejko: 2017).[8]
No vayas a la escuela porque San Martín te espera
“No vayas a la escuela porque San Martín te espera” es un verso de la canción “Mañana en el Abasto” del legendario músico de rock Luca Prodan. Martín Kohan cita este verso de Prodan en la “Introducción” a su tesis doctoral sobre cómo fue narrado San Martín, el héroe de la patria (Kohan: 2005). Si leemos los versos, podemos observar que el consejo de no ir a la escuela lo profiere un yo poético que se aleja de “la gente que me da asco” descendiendo del “suelo” (Prodan: 1987):
y yo estoy en el subsuelo, y yo estoy en el subsuelo
y yo me alejo más del cielo
y yo me alejo más del suelo, también (Prodan: 1987)
El yo toma distancia e insta a su enunciatario al movimiento hacia el subsuelo: lo no visible, por un lado, y lo que se desplaza, por otro, movimiento por lo bajo referido con la imagen del subterráneo —“Subte Línea B y yo me alejo más del cielo” (Prodan: 1987). Hay en esta canción algunos elementos de otra, “La rubia tarada”, en donde el yo también refirió “el asco que da tu sociedad/ por el pelo de hoy ¿cuánto gastaste?” (Prodan: 1985) que lo condujo a irse en busca de “gente despierta” (Prodan: 1985).
Luca Prodan cantó una Argentina querida por el yo, la que encuentra en el bar, en la esquina o en el boliche de la esquina, aunando ambos espacios por la carencia de signos de puntuación y de preposición:
Basta! Me voy, rumbo a la puerta
Y después al boliche a la esquina
a tomar una ginebra con gente despierta
esta sí que es Argentina (Prodan: 1985)
Y si el pronombre demostrativo y el monosílabo que afirma en el último verso la Argentina que se quiere, “esta sí”, es evidente que es porque hay otra desestimada, una a la que el yo dice no. El yo encuentra los valores argentinos queridos en el bar o en la esquina, y en consonancia con los versos de “Mañana en el Abasto”, no en la escuela en dónde quién está expectante es San Martín, es decir, los discursos, valores y sentidos contenidos en esta figura heroica: la del padre militar de la Patria.[9] Al incluir el consejo roquero de no ir a la escuela, esto es, evitar el encuentro con San Martín, Martín —a secas y no “San”— Kohan criticó la circulación de los valores, reglas, discursos y sentidos militares en la formación argentina.
En este trabajo indagamos cómo, es decir, mediante qué estrategias discursivas, y por qué, esto es, desde qué lugar social, Martín Kohan compone, cual Luca Prodan, una auto-ficción discursiva de sí en oposición a dichos valores, discursos, afectos y sentidos heroico-militares, es decir, como distancia crítica de la militarización de la cultura y sus subjetividades, desde una tradición prestigiosa de la cual se diferencia, ponderando la dimensión discursiva de las prácticas e incorporando texto/discursos de los cuales se desvía.[10]
Organización de los capítulos
Por último, consideramos pertinente organizar el trabajo de la siguiente manera: en el capítulo 1, presentamos la perspectiva teórico-metodológica que nos orientó (Costa-Mozejko: 2000, 2001, 2002, 2007, 2009, 2011, 2015, 2017), en el capítulo 2, abordamos la trayectoria inicial de Martín Kohan, en el capítulo 3, continuamos con el estudio de su trayectoria hasta los años de producción de las novelas del corpus, en el capítulo 4, trabajamos modos de decir predominantes y variaciones de su espacio de posibles y su toma de posición y, en el capítulo 5, nos detenemos en los rasgos discursivos diferenciales de su figura textual en atención a algunos rasgos distintivos de sus textos.
- Específicamente, se refiere a la acción teórica como “acción de teoría” (Foucault-Deleuze: 1989: 77).↵
- Atento a una lectura de la politización de los sujetos intelectuales, Foucault ponderó dos cuestiones: por un lado, su posición en la sociedad, su lugar en el sistema de producción —explotado, rechazado, “maldito”— y, por otro, su discurso como “descubridor de relaciones políticas allí donde estas no eran percibidas” (Foucault-Deleuze: 1989: 78). En esta conversación, Foucault crítica la noción tradicional del intelectual instándolo a un rol social diferente de “decir la muda verdad de todos” (Foucault-Deleuze: 1989: 78) porque las masas saben lo que sucede solo que “existe un sistema […] que prohíbe ese discurso” (Foucault-Deleuze: 1989: 78): luchar junto a los que luchan y no retirado para dar luz.↵
- Boudon señaló que existe una racionalidad de la acción en cuanto los individuos tienen razones para actuar dadas determinadas condiciones objetivas favorecedoras (Boudon: 1981).↵
- Teresa Mozejko y Ricardo Costa recuperan el estudio de Erving Goffman durante el año 1961 en un hospital de Washington quien advirtió un rol activo en los sujetos internados (Goffman: 1972).↵
- Aspiramos al estudio del sistema social sin “otorgarle una existencia real en cuanto tal, lo que significaría convertir la construcción del sistema en una inscripción no mediada de lo real” (Costa: 2015: 20) lo cual descarta todo principio de inmediatez y subraya la incidencia del lugar desde el cual se produce la investigación; constituye un principio de realismo la constatación de la imposibilidad de abarcar mediante el saber la totalidad de la “realidad infinita”, según Weber citado por Costa (2015). ↵
- Foucault escribió que a los discursos “hay que interrogarlos en dos niveles: su productividad táctica (qué efectos recíprocos de poder y saber aseguran) y su integración estratégica (cuál coyuntura y cuál relación de fuerzas vuelve necesaria su utilización en tal o cual episodio de los diversos enfrentamientos que se producen)” (Foucault: 1995: 124). Pese al adjetivo “necesaria” de la cita que podría sugerir una relación de determinación, Foucault está poniendo el acento en la dimensión estratégica de los discursos en contraste con lo que llamó el modelo jurídico-represivo del poder: “el modelo estratégico y no el modelo del derecho” (Foucault: 1995: 124).↵
- Los discursos son considerados manifestaciones de poder relativo según el lugar social ocupado por el agente y, al mismo tiempo, “herramientas de poder en la producción de efectos de saber-poder. La denominación misma de “discursos sociales” resulta curiosa. En efecto, ¿hay algún discurso que no sea social, es decir, producido por un agente —individual o colectivo— en el marco de una red de relaciones?” (Costa-Mozejko: 2009: 39).↵
- Artículo “Usos de los esquemas narrativos como opciones significativas de un agente” (2017). Disponible en el siguiente enlace: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7074553 [Consultado el 30 de noviembre de 2022].↵
- Martín Kohan señala como causa explicativa probable de la “desconfianza hacia los más consistentes ritos patrios” (Kohan: 2005: 11) el “desajuste de su pertenencia nacional” (Kohan: 2005: 11) habida cuenta la peculiar mixtura de Luca Prodan entre lo escocés, italiano, inglés en el ensayo “Un héroe de nuestro tiempo” (Kohan: 2005).↵
- Martín Kohan decidió, por ejemplo, que el conscripto de Dos veces junio (2002) no sólo vaya a la escuela y, por lo tanto, se encuentre con San Martín —es decir, con los valores patrios militares que cifra su figura—, sino, incluso, el personaje va a la escuela militar, la misma a la que fue el héroe argentino, la escuela que enseña para la guerra. La escuela militar entre sus máximas tiene la obediencia debida en contraste con el llamado rockero a desobedecer las expectativas de quien está expectante; en esta desobediencia se cifraría la posibilidad de ser “gente despierta” (Prodan: 1985) y/o se cifra la crítica a la militarización de la cultura y sus subjetividades.↵