A las autoridades de la Universidad Abierta Interamericana, por habilitar la posibilidad de concretar este trabajo.
A los alumnos de los cursos de Diseño Arquitectónico II de la Facultad de Arquitectura de la sede Rosario de la UAI, cuyos trabajos y actuaciones viabilizaron estas reflexiones.
A Carla Stangaferro, por su coparticipación en este proyecto.
Por nuestra condición de arquitectos y docentes no podemos evitar el desafío de realizar una fascinante tarea: intentar mover la piedra del conocimiento, sabiendo que por ello recibiremos la irremediable condena de estar inmersos en un magma de dudas, pero amarrados firmemente a precarias convicciones. De manera irónica, esta tarea que nos impulsa a soñar también nos obliga a una permanente vigilia.
Los autores