Aldo Ameigeiras
Realizar el prólogo de este libro de Belén Aenlle resultado de su Tesis de Maestría en Políticas Sociales en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA es para mí una grata tarea. He podido ver de cerca el esfuerzo y el compromiso que ha desarrollado la autora en su trabajo de Tesis llevando a cabo un exhaustivo relevamiento de información, de consulta bibliográfica, de construcción de su contexto conceptual, de trabajo de campo y de elaboración que se ha visto coronado en esta obra que sin duda ha de contribuir al conocimiento de la problemática en cuestión.
Una problemática compleja la que se presenta en torno de los pobres y la pobreza que de hecho nos enfrenta siempre ante las terribles consecuencias de la desigualdad y la injusticia social. Una diversidad de artículos con perspectivas y enfoques diferentes que han explicitado el desafío de conocer dicha problemática generando aportes que contribuyen a conocer tanto sus causas como sus características y consecuencias. El trabajo de Belén Aenlle se suma a los aportes señalados, pero con la particularidad de poner bajo el análisis las representaciones que sobre pobres y pobreza poseen los agentes de la política social en la Argentina. Un análisis que asume dicho tema muchas veces invisibilizado o encubierto, considerando su gravitación en el imaginario que poseen los planificadores y agentes de la política social y sus implicancias en la implementación de las políticas sociales.
El trabajo lleva a cabo un relevamiento minucioso en el cual transita por distintas instancias, desde los cambios históricos vinculados con la forma de conocer la pobreza, pasando por el conocimiento de sus características, hasta arribar a considerar los tipos de representaciones presentes en los agentes de la política social y sus implicancias en la formulación e implementación de políticas.
Nos encontramos así con interrogantes que enfrenta la autora que no solo ponen en cuestión la incidencia de dichas representaciones sino que avanzan también en cuanto a plantear cuestionamientos sobre sus implicancias. De esta manera, plantea la existencia de representaciones que tienen a reforzar la desigualdad como a su vez por otro lado la existencia de representaciones que tienden a la transformación social. Perspectivas acerca de la forma en que tanto políticas como programas implican representaciones que sustentan apreciaciones sobre la sociedad y la pobreza, como sobre los pobres y la situación en que se encuentran, pero también sobre las posibles alternativas para encontrar respuestas y soluciones a los problemas.
En continuidad con lo señalado es interesante también tener en cuenta la gravitación de dichas representaciones en la formación de estereotipos como también sentimientos que han de incidir en las apreciaciones de la vida cotidiana y que de una u otra forma se hacen presentes en el momento de la implementación de las políticas sociales.
Belén Aenlle plantea en coincidencia con otros autores la manera en que actúan los supuestos y motivaciones en los comportamientos de los sujetos de las políticas. Planteos que no hacen más que revalidar, de distintas formas que los supuestos subyacentes inciden en las modalidades de clasificación y etiquetamientos de los hechos y situaciones.
El trabajo nos presenta la complejidad teórica y conceptual de la problemática pero sustentada en la consideración de distintas experiencias programáticas que se llevan a cabo a nivel nacional, provincial y local. Nos referimos en particular a los programas “Familias por la inclusión social”, “El trabajo dignifica”, y el programa “Entre todos”, que nos permiten observar la manera en que se presenta la problemática a través de casos en particular.
Es allí en donde se puede observar cómo tanto políticas como programas “se construyen y reconstruyen en las interacciones de múltiples actores”.
De esta manera, no solo es analizada la documentación pertinente de los programas y políticas sino también y fundamentalmente entrevistas exploratorias y en profundidad llevadas a cabo precisamente con los agentes planificadores e implementadores de los programas en cuestión. Una instancia en la cual la autora ha logrado constatar que en relación a la problemática de la pobreza están en juego tanto representaciones como lógicas diversas. Aparecen así las representaciones institucionales tradicionales y esencialistas que “refuerzan las desigualdades sociales y tienden a naturalizarlas” frente a representaciones institucionales transformadoras que tienden a considerar la relevancia de la igualdad social. Mientras en el primer tipo de representaciones se produce una invisibilización de las identidades, en el otro se lleva a cabo la visibilización de las relaciones sociales. Pero aún más plantea que existe un cierto predominio de aquellas representaciones que refuerzan la desigualdad, lo cual explicita que no solo no son “uniformes los agentes del Estado”, sino que tampoco el estado constituye un espacio homogéneo.
De esta manera, nos encontramos con la firme presencia de visiones tradicionales centradas en la lógica de la “focopolítica”, más allá de visiones transformadoras que enfatizan la presencia de “políticas sociales universales”. Visiones, representaciones y prácticas presentes en los agentes de las política social que emergen de una u otra forma en la investigación realizada por Belén Aenlle y que acrecientan el interés por abordar este texto y recorrer junto a la autora el desafío de responder a los interrogantes que se presentan.