Del taller de la investigación, el proceso de investigación como artesanía intelectual
La temática de investigación surge desde preguntas personales y profesionales, desde la propia historia de vida y desde las múltiples lecturas, observaciones, conversaciones, en diversos ámbitos, donde suele aparecer la persona en situación de pobreza como un “otro”, no pocas veces, estigmatizado. Uno de los momentos significativos y de alguna manera nodal para este trabajo, fue una conversación escuchada en un ámbito académico, en el que, en el receso de una clase, dos profesionales vinculadas a la Política Social, luego de haber expuesto los conceptos en boga en la temática, y de alguna manera lo que es correcto decir, en la conversación más informal, mostraron o expresaron, sus miradas personales con respecto a las personas pobres, a los “beneficiarios” de los programas sociales. A partir de ese momento se profundizaron los interrogantes que guiaron la investigación, interrogantes sobre las representaciones y los espacios o los campos, sobre las representaciones de los agentes del Estado. Comenzó un proceso de planteos y replanteos, de avances y de retrocesos en el arduo camino que significa investigar. Un proceso en el marco del cual comprendimos finalmente aquellas reflexiones de Mills (2000) sobre lo que implican las Ciencias Sociales como práctica de un oficio, un oficio en el que la investigación se explicita como una verdadera “artesanía intelectual”, concepto en el que el autor hace referencia a la investigación como unidad entre vida personal y vida profesional, y al enriquecimiento de la relación de estas esferas, así mismo sugiere el aprender a usar la experiencia de vida en el trabajo intelectual, examinándola e interpretándola sin cesar, nutriéndola con registro de conversaciones, observaciones, etc. Sostenemos entonces no solo que la motivación del trabajo sino todo el proceso de investigación fue en lo personal un ejercicio de “artesanía intelectual”, y de ahí el nombre de este anexo. Al respecto nos parece imprescindible dejar constancia de los principales aspectos que han nutrido nuestro trabajo de investigación, explicitando en forma breve las peculiaridades que ha tenido la misma a nivel del despliegue metodológico.
En primer lugar, llevamos a cabo un amplio relevamiento bibliográfico, de manera de abordar adecuadamente la problemática a partir de los distintos enfoques, como de las investigaciones, los debates que manifiestan un campo permanentemente polémico. En lo que se refiere al tema puntualmente explicitado en nuestro trabajo si bien nos encontramos con un área escasamente desarrollada hasta el presente, pudimos detectar y abordar algunos planteos y estudios que nos permitieron profundizar la problemática que nos ocupa a la vez que contar con interlocutores válidos para nuestro análisis. Posteriormente entrevistamos a “informantes clave”, en este caso especialistas en Política Social. Lo hicimos en una perspectiva amplia, abierta, receptiva de sus miradas e intereses y a la vez acercando algunos de los interrogantes que nos preocupan. Nos interesó recibir sugerencias, orientaciones bibliográficas, etc., y principalmente acercarnos a sus comprensiones, al grado de interés y a la viabilidad que podía tener el estudio de las representaciones de pobres y pobreza de los agentes de la Política Social. El encuentro con estos informantes nos permitió ampliar nuestra mirada sobre la problemática a la vez que relevar puntos de vista y opiniones, identificando posturas diversas y también algunas tensiones, en las que se conjugaban el peso de las estructuras y del aparato del Estado y por lo tanto la no significación de las representaciones de los agentes y las que sí consideraban la importancia de los agentes y sus representaciones. La sistematización de las mismas y la clasificación de los temas más relevantes fueron importantes para nuestro trabajo de campo.
Como marco y espacio institucional de los agentes seleccionamos tres experiencias programáticas, el criterio central fue que se hubieran diseñado y comenzado a implementar después del 2003, y que representaran tres ámbitos diferentes, nación, provincia y municipio. A nivel nacional seleccionamos el Programa Familias y a nivel provincial “El Trabajo Dignifica” (provincia de Buenos Aires), ambos relacionados a dos líneas importantes de las políticas sociales post 2003, el fortalecimiento familiar y el trabajo; a nivel municipal, tomamos la ciudad de Chascomús, como ciudad de dimensiones medias en la provincia de Buenos Aires, seleccionando el programa “Entre Todos”, con objetivos alimentarios y de “erradicación de la mendicidad”, ya que este a diferencia de los demás programas municipales, posee algunos lineamientos diseñados por agentes locales. Observando que los programas que se implementan en la ciudad son, en su mayoría, programas diseñados en nación o provincia y que se “bajan” a nivel local. En estos tres programas analizamos documentación, folletería, publicaciones, discursos de autoridades, etc.
Al intentar identificar a los agentes de la Política Social en los diferentes ámbitos, Nación, Provincia y en menor medida en lo municipal, fundamentalmente a los que participan en el diseño de los programas, nos encontramos con la primera dificultad de la investigación. Como sabemos, nunca figuran en los programas los nombres de las personas que los diseñaron, no ponemos en cuestión si esto debiera o no ser así, pero sí nos llamó la atención que acercándonos a los ámbitos institucionales y preguntando por estas personas, se nos hizo muy dificultoso acceder a sus nombres. Los planificadores parecen ser anónimos, y recién después de múltiples acercamientos a estos ámbitos institucionales y por contactos personales con informantes clave, es que pudimos identificarlos y pactar las entrevistas. Esto se convirtió desde el principio no solo en un problema para el desarrollo del trabajo sino también en un dato para la investigación. Cuando Danani (1997) habla de tomar la falta de información o de la no información como parte del problema de investigación, sostiene que ante la resistencia para obtener la información solicitada para su correspondiente investigación sobre el Fondo del Conurbano Bonaerense, la primera y más simple explicación sería que esta no es entregaba debido a que hay algo que ocultar. Esta autora continúa diciendo que, abriendo la discusión, y lo que se sugería de manera menos sistemática era lo que se ocultaba o pretendía ocultar, y que ahí estaba el núcleo de la cuestión. En nuestro trabajo ante la dificultad que encontramos para llegar a los diseñadores de los programas, la primera de las hipótesis emergentes fue la de que no era importante o no era considerada como tal la función de estos actores. Pareciera entonces que hablar y especificar quiénes intervienen en el diseño de los programas, personaliza más las responsabilidades y deja traslucir que sí es importante la intervención de estas personas, que los programas se diseñan en la interacción de diversos actores, entrando en juego diversas representaciones, locales e internacionales. Las entrevistas exploratorias y en profundidad a los agentes fueron diseñadas teniendo en cuenta las orientaciones de algunos autores, entre ellos, Taylor y Bogdan (1986).
En la puesta en marcha de estas entrevistas comenzaron a aparecer algunas dificultades, encontramos la resistencia de los entrevistados para hablar de lo que podríamos denominar, si así pudiera fragmentarse, su vida personal o no profesional. Teniendo la experiencia de realizar, en el marco de otros trabajos, entrevistas a personas en situación de pobreza, comprobamos que estos hablan con muchísima facilidad sobre su vida personal y cotidiana, incluso más de lo que el entrevistador pregunta. Resulta entonces otro dato a tener en cuenta, esta resistencia encontrada en los planificadores, lo que en general nos dificultó el acceso al “mundo de la vida”, a sus experiencias vitales, etc. Como ya dijimos en el cuerpo del trabajo, realizamos quince entrevistas a planificadores, seis a nivel nacional, siete a nivel provincial (prov. de Buenos Aires) y dos a nivel municipal (Chascomús), y siete a implementadores de los mismos programas en los municipios de Quilmes, Trenque Lauquen y Chascomús.
Dados los interrogantes y los objetivos de la investigación en las entrevistas, que fueron iguales tanto para planificadores como para implementadores, se planteamos datos y orientaciones temáticas vinculadas con: trayectoria, formación, función, trabajo específico, características del programa en el que se trabaja, necesidad y contribuciones del mismo, relación con los “beneficiarios”, comprensión de las causas y “reducción” de la pobreza, modificación en sus visiones personales de pobreza a lo largo de su vida y trayectoria profesional, estereotipos sociales en relación a la pobreza, visiones prevalecientes en sus ámbitos de trabajo, etc.
Clasificamos las entrevistas de los planificadores asignándole una letra de acuerdo a los ámbitos en que esas personas trabajan Nación (N), Provincia (P) y Municipio (M) y numerándolas, dentro también de cada ámbito y en cuanto a los implementadores, no diferenciamos en la asignación de una clasificación su ámbito correspondiente si no que todos fueron identificados con la letra I y un número. Todas las entrevistas fueron desgravadas textualmente y clasificadas de acuerdo a dos grandes categorías, la descripción y comprensión de cada agente sobre los pobres y la pobreza y las acciones o intervenciones que realizan, sueñan, cuestionan, etc., construyendo una matriz de datos. Las entrevistas fueron analizadas de acuerdo al esquema de Taylor y Bogdan (1986) el cual implicó tener en cuenta temas, subtemas, frases y palabras. Cuando hablamos de descripción y comprensiones, nos referimos a las características o enunciados que definen, nombran, describen, y son atribuidas a las personas pobres y a la pobreza. Las acciones o intervenciones están referidas a lo que hacen, no hacen, deberían hacer, las personas pobres, los planificadores/implementadores y los programas y en el caso de la pobreza, qué se hace o no y quiénes son los responsables de esto. A partir entonces del análisis de esta matriz construimos una tipología donde diferenciamos representaciones institucionales transformadoras, institucionales tradicionales y esencialistas, que desarrollamos en el trabajo, y desde donde intentamos responder a nuestros cuestionamientos iniciales, en estrecha vinculación con nuestro bagaje conceptual y los planteos desarrollados en el contexto de la investigación.
Clasificación de entrevistas
Clasificación de entrevistas |
Programa |
|
1 |
N1 |
Familias |
2 |
N2 |
Familias |
3 |
N3 |
Familias |
4 |
N4 |
Familias |
5 |
N5 |
Familias |
6 |
N6 |
Familias |
7 |
I3 |
Familias |
8 |
I6 |
Familias |
9 |
I7 |
Familias |
10 |
P1 |
El trabajo dignifica |
11 |
P2 |
El trabajo dignifica |
12 |
P3 |
El trabajo dignifica |
13 |
P4 |
El trabajo dignifica |
14 |
P5 |
El trabajo dignifica |
15 |
P6 |
El trabajo dignifica |
16 |
P7 |
El trabajo dignifica |
17 |
I1 |
El trabajo dignifica |
18 |
I5 |
El trabajo dignifica |
19 |
M1 |
Entre todos |
20 |
M2 |
Entre todos |
21 |
I2 |
Entre todos |
22 |
I4 |
Entre todos |