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6 Vínculos con las familias a la distancia

Experiencias en tránsito y retorno migratorio

No hay inmigración a un lugar sin que haya habido primero emigración desde otro lugar; no hay presencia en alguna parte que no suponga ausencia en otra. Es la condición propia del ser humano, debido a su finitud: no podemos estar presentes al mismo tiempo en dos lugares distintos, aunque sí podemos ir de uno a otro, el espacio puede ser recorrido y permite así una multipresencia sucesiva en el tiempo. De igual modo, no podemos ser y haber sido al mismo tiempo; el pasado, que es el haber-sido, no puede volver nunca a ser el presente y volver a ser-en-el-presente, pues la irreversibilidad del tiempo no lo permite.

                                      

(Sayad, 2000, como se citó en Gil Araujo, 2010, p. 14-15)

6.1. Introducción

El epígrafe escrito por Abdelmalek Sayad, uno de los más lúcidos migrantólogos, representa un punto de partida para comenzar a pensar el significado que adquiere, para las migrantes travestis/trans sudamericanas, la consolidación de los proyectos migratorios. Tal consolidación reviste el carácter paradojal de una inestabilidad permanente. La migración del universo de estudio es polimórfica, se encuentra sujeta a vaivenes circulares y puede derivar en el retorno a las sociedades emisoras o continuar hacia a otros horizontes migratorios. Transitoriedad y regreso representan una dualidad que recorre los diferentes proyectos migratorios de las entrevistadas.

El capítulo aborda diversos aspectos de los proyectos migratorios de las travestis/trans sudamericanas una vez que estas han alcanzado el afianzamiento de la migración. Debido a que la consolidación se presenta de manera inestable, resulta pertinente describir el desarrollo de los proyectos migratorios en tránsito e intercontinentales hacia Europa y las experiencias de retorno temporal en las sociedades emisoras. Luego de consolidar el proyecto migratorio, consolidación siempre sujeta a provisionalidad, las entrevistadas, en algunas ocasiones, deciden migrar a “terceros países”. De esta manera, la migración a otros países posiciona al AMBA como un escenario de transitoriedad hacia destinos europeos. La descripción de estas experiencias ilustra que los destinos migratorios son temporales y la consolidación en estos resulta solapada y fragmentada. Es pertinente recordar que, tanto las experiencias ligadas al retorno como aquellas que refieren al tránsito hacia otros países, se ubican en el tercer tiempo migratorio, tal como se adelantó en la introducción de la tesis.

Por otra parte, las migrantes travestis/trans sudamericanas, una vez que arriban al AMBA y comienzan a diseñar sus proyectos migratorios, mediante diversas TIC (tecnologías de información y comunicación), establecen vínculos con las familias de origen a la distancia. En efecto, estas comienzan a asimilar el proceso de construcción identitaria de las migrantes de un modo progresivo. En las sociedades emisoras, las familias de origen son hostiles e incomprensivas hacia las identidades de género de las migrantes, pero esas familias se encuentran en un contexto social de hostilidad más amplio, pues los entornos y la sociedad civil mediante sus instituciones y presiones discriminatorias cotidianas también las afectan.

En este caso el capítulo describe las características que asumen los vínculos entre las migrantes travestis/trans y sus familias de origen, luego de que ellas efectúen la migración. De esta manera, aspectos como la comunicación por vías digitalizadas, el uso de redes sociales mediante las cuales exponen determinados aspectos de sus biografías y el envío de remesas suelen presentarse en los proyectos migratorios de las entrevistadas. También, se exploran las experiencias de retorno temporal hacia las sociedades emisoras atendiendo las actitudes que asumen las familias de origen ante estos retornos y en relación con sus identidades de género. Algunas migrantes consideran que realizarán experiencias de regreso a futuro, por eso es que también se abordan las expectativas y las preparaciones que supone el viaje.

Además, se avanza en el análisis del regreso al AMBA luego de realizar esos retornos temporales, ya que estos permiten la exposición de un capital simbólico frente a sus amistades y conocidas. Por último, se mencionan algunas experiencias de retorno permanente, considerando tal categoría como inestable y sujeta a cambios futuros. La previsión de los flujos y estructura de los proyectos migratorios de las entrevistadas no permite establecer categorías rígidas y estáticas. En este desarrollo, el análisis se centra en el tercer tiempo de los proyectos migratorios, en el que la transitoriedad hacia otros países y los retornos a las sociedades emisoras son sus principales características.

Aunque los interrogantes de la investigación fueron mencionados en el capítulo metodológico, cabe recordar que aquí se posee el objetivo de responder qué transformaciones se producen en el vínculo entre las migrantes y las familias una vez que se ha consolidado la migración, qué lugar ocupan las tecnologías de comunicación, a qué lógicas responde la migración hacia terceros países y cuáles son sus principales motivos y particularidades de los retornos temporales de las migrantes travestis/trans sudamericanas.

6.2. Consolidación del proyecto migratorio

La consolidación de los proyectos migratorios en el AMBA puede poseer diversos significados para las entrevistadas. Las distintas experiencias subjetivas que las migrantes desarrollan en el marco del AMBA se estructuran en función del habitus migratorio y este representa un sistema abierto (Bourdieu y Wacquant, 2008 [1992]) que permite especificidades y transformaciones en las prácticas, puesto que se encuentra interceptado por la historia. De este modo, se sostiene que las consolidaciones migratorias, siempre inestables, responden a una serie de disposiciones adquiridas que moldean las subjetividades y se expresan de acuerdo con concepciones propias que pueden diferenciarse según cada una de las entrevistadas. Por consiguiente, se observa que, en los proyectos migratorios de las travestis/trans sudamericanas, existen ciertas regularidades empíricas. La mayoría migra por las malas condiciones que atraviesan en sus países de origen, constituyen redes con otras travestis/trans, ejercen la prostitución/trabajo sexual y establecen consolidaciones en sus proyectos migratorios que pueden englobarse en situaciones sutilmente diferenciadas.

El término consolidación, que adquiere distintas formas o sentidos, contiene el carácter paradojal de ser inestable. Sayad (2010a) entiende que la migración contempla una volatilidad que no puede reducirse a la demanda de trabajo de los países receptores; por el contrario, deben tenerse en cuenta las características de las sociedades emisoras. La migración es un hecho social total que involucra un conjunto de factores. El migrante es el resultado de la tensión entre emigración e inmigración que se expresa en un cuerpo fragmentado, indeterminado que contempla sentimientos y emociones entrelazadas entre la nostalgia que provoca el distanciamiento del contexto de origen y la extrañeza del ámbito de recepción, en la que sus subjetividades son desconocidas, diferentes y, en algunos, casos indeseables.

La paradoja de la migración implica contemplar una tensión entre provisionalidad y permanencia, y la consolidación de los proyectos migratorios no es más que la expresión de una dualidad entre presencia y ausencia (Sayad, 2010a). Debido a que la ausencia de las migrantes en sus contextos de origen implica una forma de estar presente, se establecen comunicaciones periódicas a la distancia. Envían remesas y la presencia en la sociedad receptora envuelve la ausencia de pertenecer parcialmente y estar a prueba de manera permanente (Bauman, 2012). El estar establecida de manera definitiva o provisional en el destino migratorio refleja dos costados de un mismo proceso. Sayad (2010a: 72) afirma al respecto:

Presencia “provisional” que se prolonga de modo indefinido hasta convertirse en definitiva, o presencia “definitiva” vivida como si fuera indefinidamente provisional: esta contradicción que, en cierto modo, es lo propio de la inmigración, no sólo imprime su sello en todo lo que se puede decir o decidir sobre los inmigrantes, sino que, de alguna manera, determina también el conjunto de los comportamientos que encontramos, de modo más amplio, en todos los ámbitos de la existencia de los inmigrantes.

En otros trabajos Sayad (2010b) establece que los estudios sobre la migración deben contemplar las condiciones de la emigración, es decir, comprender lo ocurrido en las sociedades emisoras, sus aristas y condiciones objetivas, ya que contemplan las circunstancias de la emigración y, a la vez, las situaciones de la inmigración, es decir, la sociedad receptora, sus instituciones, la hospitalidad y la hostilidad que se brinda. En estas intersecciones se encuentran las migrantes travestis/trans que deben constituir proyectos migratorios atravesados por condicionamientos objetivos y expectativas subjetivas. Tal entretejimiento ilustra sus experiencias enraizadas en un habitus migratorio que incrusta, en sus subjetividades, esas condiciones estructurales, aunque permite ciertas diferencias y heterogeneidades.

Durante el trabajo de campo, algunas entrevistadas manifestaron haber migrado por unos meses y luego regresaron a sus sociedades de origen. Estos vaivenes evidencian la difícil adaptación en el AMBA. Los temores, inseguridades y los vínculos que mantienen en sus países de origen provocan que la migración se consolide, en algunos casos, luego de un largo proceso que se encuentra mediado por deseos de retorno. A pesar de que las migrantes reconocen que las sociedades emisoras suelen ser ambientes de hostilidad, las emociones y sentimientos que las atraviesan conjugan recuerdos y vivencias que resultan conocidas y permeables. El AMBA, en cambio, se presenta de manera extraña, los circuitos vinculares son limitados y, si bien consideran que se trata de un entorno con mayor apertura, no están exentas de experimentar situaciones indeseadas como discriminación, criminalización y violencia. Las migrantes travestis/trans sudamericanas son extrañas y sus transgresiones representan para la sociedad receptora la incomodidad de lo diferente; por eso, hostilidad y exotismo se conjugan y resignifican a lo largo de los proyectos migratorios.

Una de las mayores complejidades que se presenta al abordar distintos aspectos sobre los proyectos migratorios de las migrantes travestis/trans sudamericanas es que las herramientas conceptuales que han proporcionado los estudios migratorios han sido aplicados a investigaciones sobre procesos de desplazamientos de personas cisgénero, con lo cual su utilización exige considerar resguardos con el fin de emplearlos de manera reflexiva. De este modo, existe una perspectiva teórica denominada estudios de circularidad migratoria (López Sala y Godenau, 2015; Vega et al., 2016) que, si bien ha sido empleada para estudiar la migración de trabajadores temporales en Europa, puede, con los resguardos necesarios que reviste el caso, observarse una lógica similar en el universo de estudio presentado aquí. Al respecto, estos autores sostienen:

Se trata de una movilidad distintiva en cuya dimensión espacial prima la bilateralidad, los vínculos entre dos espacios o países (origen-destino). Otros criterios comunes son la temporalidad (los migrantes no se asientan de forma permanente), la continuidad (los flujos migratorios se perpetúan en el tiempo), y la repetición (los migrantes realizan movimientos iterativos en un tiempo relativamente corto) (Sala y Godenau, 2015: 16).

En cierta medida, los proyectos migratorios de las entrevistadas se constituyen con cierta circularidad, puesto que las entrevistadas han afirmado que se instalaban en la sociedad receptora durante algunos meses y luego regresaban a sus países de origen para volver a migrar hacia el AMBA después de una breve estancia. Los propósitos de esos tránsitos previos les permitirán conocer diferentes aspectos de la sociedad receptora y ensayar sentimientos y experiencias en el destino migratorio. Por lo general, son instancias que transitan con cierta soledad y, ante la debilidad de las cadenas migratorias, se dificulta el proceso de integración social. Si bien la hostilidad y la discriminación que experimentan tanto en las sociedades emisoras como en las receptoras puede ser un factor de tal volatilidad, es posible afirmar que existe cierta planificación en estas experiencias. Una lectura apresurada indicaría que la falta de adaptación explica los vaivenes y la circularidad, pero, en lo fáctico, esto puede relativizarse en la medida en que ellas poseen un nivel de planificación de estos procesos. En algunos casos, migran debido a cadenas migratorias de travestis/trans que han consolidado proyectos migratorios con cierta solidez, y el ir y volver representa una forma de comenzar a transitar experiencias corporales e identitarias de transición de manera progresiva.

En ocasiones, esa circularidad puede observarse cuando realizan experiencias hacia Europa de manera temporal, lo que, si bien ilustra la transitoriedad de los proyectos migratorios, también expresa las características pendulares del estar presente y ausente en dos sociedades diferentes. Tal circularidad se presenta cuando las entrevistadas afirmaron que, durante un período de tiempo considerable, sus vidas oscilaron entre el AMBA y las sociedades emisoras. En definitiva, de acuerdo a la premisa que establece la provisionalidad de la consolidación de los proyectos migratorios, pueden diferenciarse tres instancias: la circularidad, el tránsito y el retorno. En la migración de este universo de estudio, la bilateralidad mediante estancias breves en el destino emisor, la no permanencia en un destino determinado y la continuidad de los desplazamientos en el tiempo se observan de manera regular.

En este orden de ideas, el informe sobre personas trans en situación de encierro de la agrupación OTRANS (2019) sostiene que, al migrar, se encuentran con ambientes que pueden resultar aún más hostiles. Es necesario problematizar esta afirmación porque las entrevistadas, por lo general, realizan una evaluación positiva de sus proyectos migratorios en el AMBA. Si bien han padecido criminalizaciones, discriminaciones y violencias, la mayoría de las migrantes poseen expectativas positivas a futuro. Luego de haber desplegado distintas estrategias de inversión económica y simbólica, se encuentran en mejores condiciones respecto de cómo vivían en sus sociedades de origen. En algunos casos, podría afirmarse que lo que se experimenta es una modificación en las discriminaciones y violencias, al estar presente la condición migratoria, pero difícilmente esto se traduzca en una mayor hostilidad. Es necesario asumir la complejidad de estos proyectos migratorios para comprender porque la consolidación resulta inestable, ya que a pesar de la evaluación positiva de las entrevistadas, la hostilidad en el AMBA adquiere diferentes sentidos.

En la consolidación de los proyectos migratorios de las travestis/trans sudamericanas, pueden observarse tres situaciones diferentes:

  1. Las migrantes realizan una evaluación positiva y consideran que el AMBA representa un ambiente poco hostil que proporciona expectativas y en el que pueden proyectar a futuro. El retorno a sus contextos de origen suele realizarse mediante estancias breves y moderadas, no superiores a cuatro meses.
  2. El AMBA representa un territorio de transitoriedad, con lo cual, el proyecto migratorio continuará en Europa, en países como España, Italia o Francia. El retorno no se vislumbra como posibilidad; por el contrario, las sociedades emisoras son rechazadas.
  3. De manera puntual, puede plantearse un proyecto de retorno permanente. Estas migrantes travestis/trans consideran que pueden realizar una inversión en sus países de origen como alternativa a la prostitución/trabajo sexual. Además, piensan que, de esta manera, pueden ayudar a sus familias de origen. Ellas entienden que la elevación de capital económico, cultural, social y erótico les permite optimizar su posición en el espacio social para mejorar su aceptación social. Son escasos los casos que consideran esta opción.

La construcción teórico-metodológica para tratar este apartado fue elaborada mediante la categoría tipo de consolidación de los proyectos migratorios y las propiedades son las siguientes: establecidos, transitorios y regresivos; mientras que las dimensiones refieren a las variaciones mencionadas con anterioridad que pueden oscilar en diversas intenciones que consisten en vivir en el AMBA, transitar hacia Europa en búsqueda de mejores condiciones o regresar a sus países de origen con el fin de exponer sus capitales, como indicadores de “éxito migratorio”.

Tabla n.° 12: Categoría tipo de consolidación de los proyectos migratorios según propiedades y dimensiones

Categorías

Propiedades

Dimensiones

Tipo de consolidación de los proyectos migratorios

Establecidos

Consolidación persistente, retornos esporádicos y transitorios. Bilateralidad.

Transitorios

Proyección hacia Europa, el AMBA como “trampolín”.

Regresivos

Retorno permanente, regreso a las sociedades de origen.

Fuente: elaboración propia.

Habiendo especificado la construcción de esta categoría en función de lo que sostiene la teoría fundamentada, se remarca que los atributos de la consolidación de los proyectos migratorios pueden conjugar las propiedades antes descriptas e, incluso, desbordarlas. De este modo, se han construido las situaciones de mayor regularidad de acuerdo con lo que han proporcionado las entrevistadas. Para avanzar en el análisis, se presenta un apartado en el que se describen las transformaciones que asumen los vínculos entre las migrantes y las familias de origen una vez que se ha producido el afianzamiento de la migración.

6.3. Vínculos con las familias a la distancia

Una vez que han migrado y comenzado a construir sus proyectos migratorios en el AMBA, las travestis/trans sudamericanas suelen mantener algún tipo de comunicación con sus familias de origen. Dado que las familias de origen representan uno de los principales elementos que contribuyen al desplazamiento debido a la discriminación y al rechazo hacia la identidad de género travesti/trans, luego de un tiempo, el vínculo comienza de manera gradual a reconstituirse. Por lo general, las entrevistadas sostienen que continúan comunicándose con sus familias de origen y estas atraviesan un proceso de tolerancia sobre las identidades de género de sus hijas. En algunos casos, tanto las familias de origen como las entrevistadas consideran que es necesario replantear el vínculo. En efecto, las migrantes utilizan un conjunto de TIC (tecnologías de información y comunicación) que les permiten mantenerse comunicadas con ellas.

La categoría construida para avanzar en el análisis es tipo de vínculos con las familias de origen a la distancia y posee tres propiedades: periódico, esporádico o nulo. Las dimensiones refieren al contenido de esas conversaciones que, por lo general, oscilan entre los distintos aspectos del proyecto migratorio, y los medios para comunicarse mediante la telefonía móvil, y a la frecuencia con la que se comunican. Algunas afirman que se comunican de manera periódica; otras, al menos una vez por mes, y, en menor medida, hay quienes no poseen comunicación alguna. Las migrantes utilizan WhatsApp y hacen uso de la comunicación escrita, verbalizada, y también mediante videollamadas, es decir, la simultaneidad entre audio y video.

Tabla n.° 13: Categoría tipo de vínculos con las familias a la distancia según propiedades y dimensiones

Categorías

Propiedades

Dimensiones

Tipo de vínculos con las familias de origen a la distancia

Cercano

Alta frecuencia, comunicación periódica y conocimiento de las transformaciones biográficas

Distante

Frecuencia esporádica, comunicación por formalidades o sucesos puntuales

Nulo

Ausencia de vínculo. Indiferencia. Conocimiento de situaciones familiares por medio de terceras personas.

Fuente: elaboración propia.

Más allá de las distintas acepciones y sociedades de la información, del conocimiento o de las redes, lo fundamental es que tales denominaciones dan cuenta de una etapa atravesada por el incremento de las tecnologías de información y de comunicación. Las redes sociales permiten el mantenimiento de los vínculos interpersonales a la distancia, puesto que “la red representa el descompromiso, una matriz que conecta y desconecta a la vez. En las redes ambas actividades están habilitadas al mismo tiempo, es decir que conectarse y desconectarse son elecciones igualmente legítimas” (Cornejo y Tapia, 2011: 225).

Algunos trabajos sobre la migración de retorno se han centrado en abordar la influencia del avance de las TIC en esos procesos (Cavalcanti, 2004; Martínez et al., 2011; Retis, 2014). Estas producciones dan cuenta del uso de los ya obsoletos locutorios y cibercafés, pero también señalan el empleo del correo electrónico y de la telefonía móvil como principal instrumento de comunicación en mayor consonancia con el contexto actual. De este modo, se observa que las distancias geográficas quedan relativizadas; por eso, Cavalcanti (2004: 2) sostiene:

Con eso se establece la ‘ilusión’ de participar de la vida de allí, que no sólo es una ‘ilusión’, sino una realidad en tanto a las posibilidades que les brindan los medios de comunicación y que hacen de la ausencia una experiencia particular y única de este tiempo.

De esta manera, el autor relativiza el significado de la ausencia en tanto falta propuesta por Sayad (2010b) porque la ausencia ahora implica presencia virtualizada y la distancia se diluye. Presencia y ausencia se confunden y son parte de las sociedades de origen y de la receptora. El uso de las redes sociales permite mostrar a la distancia expresiones de género líquidas y ambivalentes que pueden adquirir diferentes sentidos y delimitar lo que puede ser visto y ocultado. En palabras de Preciado (2020: 2):

[…] el cuerpo orgánico se oculta para poder existir tras una serie indefinida de mediaciones semio-técnicas, una serie de prótesis cibernéticas que le sirven de máscara: la máscara de la dirección de correo electrónico, la máscara de la cuenta Facebook, la máscara de Instagram.

En concreto, las redes sociales pueden contribuir al enmascaramiento de los aspectos arduos y relativizar la ausencia que supone la falta del emigrado en los contextos de origen (Sayad, 2010b). Esa falta se diluye porque el desconocimiento y la distancia entre la sociedad emisora y la receptora se acortan. Las migrantes están al tanto de lo que sucede en sus entornos y sus familiares son espectadores de la edificación de los proyectos migratorios a la distancia.

Las familias de origen poseen conocimiento sobre las transformaciones que llevan a cabo sus hijas en relación con sus identidades de género. Algunas conocen al detalle diferentes aspectos de sus biografías; otras se enteran de manera progresiva. Más allá de las particularidades, los familiares son conscientes de los procesos de construcción identitaria de las entrevistadas en el destino receptor, con excepción de unos pocos casos que han eliminado todo tipo de vínculo con las familias. De este modo, una entrevistada relata algunas características del vínculo con su familia.

Es constante. Eso depende del vínculo con la familia, como es lo que tu conversas, como estas en contacto porque yo siempre hablo con mi familia por Facebook o estoy llamando, estoy avisando que es lo que voy a hacer, que no voy a hacer (Agustina, peruana, 26 años).

En otros casos, el contacto es esporádico, debido a que perduran rispideces en los vínculos, incluso hostilidades que contribuyen a su ruptura total.

Hablamos una vez por mes por cosas importantes. Sí, como ella todavía no acepta que yo sea así, para ella tuvo un hijo. Yo no le tengo rencor por nada, hasta le dije que vaya a las reuniones de madres de chicas trans, pero ella sigue, y mi hermanito es muy abierto. El niño es tan puro que no le importa lo que piensan los demás (Roxana, colombiana, 20 años).

Al finalizar la entrevista, hubo otros aspectos que la entrevistada relató respecto del vínculo entablado con la madre. Ella ratificó que se comunicaban solo para “cosas importantes” porque Roxana logró, mediante acciones legales, que su progenitora le otorgara una mensualidad que utilizaba para poder realizar cursos terciarios en el país. En este caso, puede observarse que el vínculo posee una frecuencia establecida, pero esporádica y se vincula a cuestiones económicas.[1] La entrevista permite matizar que la recomposición del vínculo con las familias de origen es algo que ocurre de manera general.

En otros casos, acorde con la propiedad que caracteriza al vínculo con las familias de origen a la distancia como nulo, algunas entrevistadas relataron que la hostilidad y la falta de comprensión de sus progenitores persistieron en el tiempo, tal como lo relató una migrante peruana.

Tuve contacto al principio, pero solo me pedían dinero así que los bloqueé y los bloquee y los bloquee y no les di importancia. A mí misma, porque yo quiero que me quieran, pero ellos solo me buscan por el dinero. Yo me siento mal cuando me piden dinero y les explico que no tengo, así que para no estar mal los bloqueo (Maia, peruana, 21 años).

Para algunas de ellas, que las familias de origen se interesen de manera exclusiva en el envío de remesas representa una ofensa, por lo que suelen decidir cortar el vínculo. Esta mercantilización de los vínculos viene acompañada de resentimientos sobre el trato que recibieron en su niñez y adolescencia. En estos casos, la indiferencia, es decir, la ausencia de vínculo, muestra una actitud clara de las familias ante las disidencias de las migrantes. Por ejemplo, en distintas conversaciones, Anabela[2] aseguraba que su padre ya no le importaba porque él la consideraba una deshonra para la familia y, por lo tanto, no tenían contacto alguno. Estas solicitudes insistentes de remesas pueden interpretarse como reclamos de tributos (Carrijo, 2011) por el daño producido al no asumir una identidad de género normativa, aspecto que se profundiza en los apartados sucesivos.

En los fragmentos de entrevistas anteriormente citados, pueden verse las variaciones de la categoría tipo de vínculos con las familias a la distancia. Algunas le comunican a la familias el transcurso de sus vidas; otras, simplemente, de manera eventual, como en el caso de Roxana, que recibe una mensualidad de su madre para poder estudiar y, por último, se observan situaciones como la de Maia, que decidió no comunicarse más con su familia de origen, debido a que solo se contactaban con ella para solicitarle envío de remesas.

Dado que la mayoría posee redes sociales, cuando se las interpeló respecto de si sus familias tienen conocimiento sobre sus transformaciones, afirmaron que:

No es muy difícil que te vean por fotos, no sé; cómo me verán, no sé, pero lo que sí sé es que mi mamá va a estar contenta porque siempre quiere que vaya (Paula, brasileña, 25 años).

 

Normal, como te dije, mi mamá me vio ya a los diecisiete. Me vio, fui a mi casa, estuve en mi casa, y mis hermanitos me vieron. Mi hermana tiene quince ahora; ya sabe que soy chica trans. Mi hermano tiene diez también sabe. La única que está un poco confundida es mi hermanita de siete, pero ellos ya saben. Lo toman normal por cada vez que me ven por cámara. Hago video llamadas, y… lo ven como algo normal (María, peruana, 25 años).

Las videollamadas representan uno de los recursos más utilizados por las travestis/trans para comunicarse con sus familias. De manera previa a esas interacciones virtualizadas, ellas se preparan y, en algunas oportunidades, intervienen sus amistades en esas interacciones. En efecto, María relató que su familia de origen conoció su nueva identidad y reaccionó de manera favorable. Luego, el vínculo continuó a la distancia mediante los dispositivos ya mencionados.

De esta manera, los perfiles que ellas construyen en las redes sociales representan algo más profundo que simples dispositivos para realizar intercambios digitalizados. Mediante el uso de las redes sociales, ellas constituyen representaciones y ficciones sobre sus vidas y las características que han asumido sus proyectos migratorios. Como establecen Bourdieu y Bourdieu (2010: 55), en relación con el uso de la fotografía, “lo que la hija emigrada enviaba a su familia no era la fotografía de su marido sino el símbolo de su éxito social”. Más allá de que los autores establecen esta afirmación en relación con el campesinado polaco, en la población migrante travesti/trans sudamericana se presentan similares características; en definitiva, en las fotos y videollamadas, las migrantes buscan mostrar indicadores de “éxito migratorio” (Díaz y Valverde Díaz, 2014) seleccionando que exponer y que ocultar.

En este orden de ideas, es pertinente señalar que, en algunas ocasiones, se establece una duplicidad de los perfiles en las redes sociales. De esta manera, en uno de ellos construyen un perfil orientado a captar clientes y maridos en el marco de la prostitución/trabajo sexual y, en el otro, se muestran desligándose de cualquier vínculo con esta actividad. De hecho, en algunas oportunidades, les dicen a las familias de origen que trabajan en peluquerías o centros de estética para no reconocer que se dedican a la prostitución/trabajo sexual, ya que eso constituye un factor que puede contribuir en el deterioro del vínculo. En efecto, Illouz (2007) sostiene que estos dispositivos permiten establecer la multiplicad del yo que, en tanto autorrepresentación ontológica, puede adquirir diversos sentidos. En suma, Cavalacanti y Parella (2013) han hecho hincapié en la multiplicidad de identidades que se constituyen en el contexto de las migraciones transnacionales porque la multilocalidad incide en la subjetividad, la fragmenta y la presenta bajo diferentes ficciones.

En las teorizaciones sobre el retorno migratorio, se considera que el desarrollo de las redes de comunicación y de información incide en el regreso porque les permite a los migrantes estar mejor preparados al momento de regresar (Cavalcanti, 2004; Martínez et. al, 2011; Retis, 2014). Así, puede producirse cierta anticipación, preparación y gestión del retorno, con el fin de cumplir con las expectativas las familias de origen. Para concluir, es pertinente destacar que la migración permite que las familias de origen y las travestis/trans sudamericanas revisen el vínculo, con el fin de recomponerlo. Si bien se han señalado estas complejidades, es poco lo que se conoce sobre los retornos de migrantes travestis/trans sudamericanas. A continuación, se abordan algunos elementos del envío de remesas que permiten avanzar en las características de los vínculos a la distancia.

6.3.1. Envío de remesas

Los estudios migratorios han abordado en profundidad la cuestión de las remesas en migraciones de personas cisgénero. Los envíos de divisas inciden de diversas formas tanto para los países emisores como para los receptores. Según Waller Meyer (2000: 1), “las remesas son recursos monetarios que los emigrantes obtienen trabajando en el extranjero y luego envían a su país natal…”. Cortina et al. (2005: 1) refuerzan esta definición afirmando que “las remesas son una fuente importante de ingreso para las familias que las reciben, y se han convertido en un elemento significativo para los países en vías de desarrollo”. Por eso, representa un tema de relevancia para los estudios migratorios y, en este caso, es un factor que contribuye a la recomposición de los vínculos.

Altamirano (2006) ha profundizado en las consecuencias que poseen las remesas en la macroeconomía y microeconomía. Algunos aspectos de los efectos microeconómicos pueden resultar pertinentes al análisis. La posición socioeconómica de las familias de origen es variable, pero la mayoría destina las remesas al consumo y, en ocasiones, permite que algunos de los hermanos o los sobrinos de las migrantes estudien en la universidad. Se trata de comenzar a delinear el significado subjetivo del envío de remesas y no los efectos que produce en la macroeconomía de las sociedades emisoras.

Es usual que las migrantes travestis/trans sudamericanas se transformen en el sustento económico de las familias de origen a la distancia (García García y Oñate Martínez, 2008). En algunos casos, a pesar de que el contacto es frecuente, el envío de remesas no constituye un elemento esencial. Es pertinente señalar esto porque, en algunas investigaciones que se indicarán más adelante, se hizo especial énfasis en la devoción de las travestis/trans hacia las familias de origen mediante el envío de remesas y se lo calificó como la principal fuente de recomposición del vínculo. De este modo, la siguiente entrevistada permite matizar esto.

Con mi familia tengo buena relación. Si mi mamá estuviera viva, tal vez, tendría que mandar, pero no mando dinero. Nunca me piden (Florencia, peruana, 57 años).

La aclaración de Florencia fue oportuna porque estableció que el deceso de su madre se vincula a la no necesidad de enviar remesas. Esto puede interpretarse, por un lado, como indicador del apego que existe entre ellas y las madres progenitoras (Vogel, 2009), pero, por el otro, que la aceptación de parte de las familias de origen y el respeto hacia ellas posee otros asideros, porque la entrevistada expresó tener una buena relación no atribuible a factores económicos. El análisis de este caso se profundiza más adelante porque la migrante constituyó experiencias de retorno temporal que evaluó como satisfactorias.

Al interpelar a las entrevistadas sobre las razones del envío de remesas, se obtuvieron las siguientes respuestas.

El poder ayudar a la familia el poder juntar cien dólares y mandarlos a Perú, que no es una cantidad muy grande, pero te permite comer una semana, es por eso que me vine, o por si mi madre necesita algún medicamento (Dana, peruana, 26 años).

Yo tengo muchos gastos propios en sí; ayudó a mi familia en los términos que pueda. Tampoco me martirizó pensando que tengo que dar una cuota fija todas las semanas o todos los meses, no. Trató de yo vivir bien, primero; como te digo, yo trabajé desde los catorce años, siempre traté de aportar en mi casa, ayudar a mis hermanos, así que siempre fue para mi casa, para mi casa. Nunca era para mí; si yo hubiese pensado en mi antes, quizá yo no estaría acá, estaría en Europa, Asia, Estados Unidos, que sé yo (Graciela, peruana, 43 años).

En algunos casos, el reunir recursos económicos que provienen de la prostitución/trabajo sexual resulta esencial para recomponer el vínculo. A menudo, esta estrategia económica demuestra que, al migrar, han tomado la decisión correcta pudiendo reafirmar sus identidades de género. Al respecto Vogel (2009: 369), afirma que “[…] change of status and social inclusion can occur to some degree in the context of migration. By supporting their mamas financially, transformistas contribute to the economic viability of the often matrifocal household – sometimes even resulting in its social ascent”.

En síntesis, el incremento de capital económico de las migrantes es importante para lograr la aceptación de sus familias de origen, aunque también intervienen otros factores de carácter simbólico, porque, como se aborda en un apartado específico, algunas familias evalúan el éxito migratorio de las entrevistadas teniendo en cuenta aspectos que rebalsan el incremento de ingresos.

Por otra parte, Graciela reconoció que el esfuerzo realizado para contribuir con su familia no debía desgastarla de manera psicológica. Destacó el no sentirse obligada a hacerlo, aunque si comprometida, y consideraba que el enviar remesas había limitado sus posibilidades de transitar otros destinos migratorios. Respecto de la regularidad de esos envíos, las travestis/trans pueden enviar remesas semanales, quincenales o mensuales mediante agencias que ofrecen esos servicios o realizar aportes indirectos mediante obsequios de bienes que los concretizan cuando efectúan retornos temporales. Con fundamento en Sayad (2010b), los hijos en la sociedad receptora, mediante el envío de remesas, se transforman en protectores de sus padres a la distancia. El autor entiende que se produce un intercambio, ya que los padres muestran a sus hijos e hijas como exitosos en el entorno social cuando estos regresan. En definitiva, es posible determinar que se constituye un intercambio porque el envío de remesas contribuye al reconocimiento del proyecto migratorio de las migrantes travestis/trans e, indirectamente, sus identidades de género comienzan a adquirir otros sentidos en sus entornos.

Además, el universo de estudio debe realizar una serie de esfuerzos en la sociedad receptora para demostrar que la migración no ha resultado en vano. Si bien la llegada representa un hecho traumático, en donde las representaciones sociales sobre el AMBA se desvanecen o entran en conflicto, el envío de remesas representa una evidencia de que el proyecto migratorio continúa en un curso estable y satisfactorio, puesto que:

Este desencanto debe ser ocultado a los familiares en origen, porque de lo contrario, no podría mantenerse el proyecto migratorio, donde el emigrado es visto como la persona exitosa, quien obtiene dinero, lo envía regularmente mediante remesas, y en sus viajes de vacaciones, repleto de regalos, da cuenta de dicho éxito (Kleidermacher, 2015: 189).

Además de representar un indicador de “éxito migratorio”, la literatura académica ha aportado múltiples complejidades al envío de remesas (Carling, 2007). Sin embargo, en el caso abordado en esta investigación, también expresa la precariedad que atraviesan las biografías de las travestis/trans sudamericanas. La mayoría de ellas no posee ningún medio bancarizado para utilizar sus recursos económicos. En ocasiones, el dinero ganado de la semana termina siendo sustraído por clientes, fisuras, policías e, incluso, vecinos, ya que en los hoteles o las pensiones en los que viven suelen ser comunes los robos de dinero y pertenencias.[3] Por eso, el envío de remesas también evidencia la operatividad de deshacerse de un dinero que puede contribuir a vivir situaciones de inseguridad. A fin de cuentas, la acción de enviar remesas es el resultado de aspectos vinculados con la racionalidad y con la planificación junto al no poseer otras alternativas como consecuencia de las situaciones de vulnerabilidad en las que se encuentran. Al respecto, Zelizer (2013: 96) dice que “los inmigrantes diferencian cuidadosamente entre el dinero que envían a sus familiares, el dinero que donan a su iglesia, y el dinero con el que pagan los impuestos en su país de origen”. De este modo, es pertinente afirmar que el significado del envío de remesas desborda marcos teóricos rígidos e ilustra una compleja trama entre condiciones objetivas arduas e intenciones de colaborar con las familias de origen intentando que los vínculos se recompongan o, al menos, mejoren.

En las entrevistas, se profundizó sobre los motivos del envío de remesas; es decir, se buscó comprender qué significado le atribuían las entrevistadas.

Claro, pero aparte porque me nacía. Los peruanos son muy familieros. Queremos mucho a nuestros padres, nuestras madres, más nosotras las chicas trans. Somos más apegadas a nuestras madres, ante todo, por más que nuestras madres, hay casos donde las madres les piden, les piden, les piden a las chicas, y las chicas como sea y como sea le consiguen lo que pide la madre (Ailin, peruana, 26 años).

El arraigo familiar muestra una contradicción inherente cuando se produce la migración. Rechazo y apego conforman un espiral recursivo tenso e ilustrativo del vínculo entre las entrevistadas y sus familias de origen. En este caso, se observa que la entrevistada utiliza la tercera persona, es decir, enuncia que a otras migrantes les sucede, con recurrencia, que las madres progenitoras les solicitan dinero y ellas se lo retribuyen a cualquier costo. De alguna manera, en este caso, el apego de ellas representa un deseo de reconocimiento y, en las familias de origen, permite afrontar una diversidad de situaciones de vulnerabilidad y pobreza que en algunos casos se presentan.

Por último, tal como se abordó en el capítulo 4 en relación con el lazo madrina-hija, en el envío de remesas se hace presente la noción de ajuda, que la antropóloga Piscitelli (2011) ha pensado en relación con los intercambios que interceptan el dinero, el cariño y el amor en los vínculos. De esta manera, resulta conveniente matizar la mercantilización de los vínculos de las migrantes travestis/trans sudamericanas con sus familias de origen. Es imprescindible no caer en fórmulas simplistas o moralizantes sobre el papel que asumen los vínculos entre las entrevistadas y sus familias. Las migrantes envían remesas como resultado de los recursos económicos que provienen del ejercicio de la prostitución/trabajo sexual y, de esta manera, contribuyen con sus progenitores a la distancia. Si bien la noción de ajuda contempla sistemas de apoyos materiales y afectivos en los que hay reciprocidad, en el caso de las migrantes, las familias de origen brindan asistencia de manera posterior a la migración en las experiencias de retorno temporal.[4]

Según Carrijo (2011, 2012), el empoderamiento de las migrantes travestis/trans migrantes a través del envío de remesas puede implicar características que tensionan la ajuda. En otras palabras, podrían caracterizarse como tributos que las entrevistadas les aportan a las familias de origen para recomponer el sufrimiento provocado en el seno familiar como consecuencia del haber asumido sus identidades de género. En las experiencias de retorno temporal, las familias de origen suelen proporcionarles medios materiales para que ellas se alojen, preparen las viviendas y, en algunos casos, solventen los costos relacionados al viaje. A fin de cuentas, tributos y ajudas se encuentran enraizados en los vínculos, siempre sujetos a intercambios y reciprocidades que conjugan amor, cariño, intereses materiales e imposiciones. En los vínculos con sus familias de origen y con las madrinas, hay un nexo económico y de lealtades. En ambos hay una relación de dominación en la que las travestis/trans terminan cediendo a la demanda de la autoridad. En ambos vínculos ceden valor a cambio de asistencia, protección y aceptación. Son estrategias y tácticas que desarrollan las entrevistadas ante determinadas condiciones objetivas destinadas a mejorar sus vínculos.

Hasta aquí se han descripto algunas características de los vínculos que las migrantes travestis/trans sudamericanas tienen con sus familias de origen, atendiendo los medios para establecer la comunicación, el contenido, la frecuencia y el envío de remesas como factor que contribuyen en la recomposición de los vínculos. De todas maneras, como fue explicado en el apartado destinado a la consolidación de los proyectos migratorios, su inestabilidad deriva en casos de migración en tránsito y experiencias de retorno. En el siguiente apartado se describen proyectos migratorios transitorios que continúan hacia Europa.

6.4. Migración en tránsito: el AMBA ¿trampolín hacia Europa?

La migración en tránsito define los desplazamientos de “aquellas personas que para llegar a su destino final atraviesan terceros países” (Gallegos y Velasco, 2009: 95). Entonces, migración en tránsito para este escrito hace referencia a dos dimensiones: la migración de las travestis/tras sudamericanas por distintos países del continente y aquellas que transitaron hacia Europa, o bien poseen expectativas de continuar el proyecto migratorio en ese continente. A su vez, aquellas travestis/trans que se desplazaron regionalmente atravesaron distintos países de Sudamérica antes de arribar al AMBA, mientras que aquellas que migraron a Europa bajo distintas modalidades lo hicieron luego de su tránsito por el AMBA. No se desconoce que pueden existir excepciones que alteren estos tránsitos.

En este orden de ideas, es importante que el lector no confunda este tipo de migración con la categoría mencionada en el capítulo 4 (inicios de la migración), ya que, en este caso, la migración hacia países europeos ocurre luego de migrar al AMBA, mientras que anteriormente se hizo referencia a los desplazamientos internos y regionales como indicadores de la construcción de los aún incipientes proyectos migratorios. Solo en algunas ocasiones, las migrantes primero experimentaron la migración hacia Europa y luego migraron al AMBA, debido a que fueron deportadas. De cualquier forma, lo importante es comprender el significado de la migración hacia Europa para el universo de estudio.

Desde una óptica teórico-metodológica, la categoría construida en función de la aplicación de la teoría fundamentada es tipo de migración en tránsito y las propiedades indican desplazamientos, por lo general, posteriores a la migración al AMBA hacia distintos países de Europa como España, Francia e Italia. Las dimensiones se vinculan a la búsqueda de entornos menos hostiles, a la prosperidad e incremento de capitales económicos, a las posibilidades de entablar vínculos afectivos y a la duración de estos, que pueden ser desde algunos meses hasta años.

Tabla n.° 14: Categoría tipo de migración en tránsito según propiedades y dimensiones

Categorías

Propiedades

Dimensiones

Tipo de migración en tránsito

Desplazamientos hacia Francia

Búsqueda de escenarios menos hostiles.

Mercados sexuales más redituables.

Posibilidades de entablar vínculos afectivos.

Duración (meses a años).

Desplazamientos hacia España

Desplazamientos hacia Italia

Fuente: elaboración propia.

Por otra parte, las travestis/trans sudamericanas suelen migrar hacia Europa en búsqueda de horizontes posibles, aunque lejanos, en donde hay promesas económicas y culturales prósperas (Kulick, 1998; Pelúcio, 2009; Vartabedian, 2012, 2014). Esa lejanía no se relaciona solo a la distancia; también se vincula a que poseen conocimiento respecto de la política migratoria europea basada en un enfoque securitario y comprenden que difiere a la del AMBA.[5] Algunas de ellas poseen experiencias migratorias temporales que, lejos de tratarse de estancias vacacionales, representan viajes a Europa por períodos que varían entre los cuarenta y cinco días y los cuatro meses. Destacan que el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual suele ser más rentable, aunque, en países como Francia, la criminalización y la penalización sobre los clientes, según indican ellas, ha provocado la caída de la demanda. Por lo general, poseen representaciones sociales sobre este contexto que ubican a Europa dentro de un contexto cultural propicio y favorable para vivir sus identidades. También se encuentran presente las expectativas de entablar vínculos con varones, es decir, ir por la conquista del marido europeo (Teixeira, 2011).

Ante las expectativas de migrar hacia Europa, algunas entrevistadas consideraron la República Argentina como un escenario transitorio. En otros casos, pretendían migrar a Europa directamente, pero, luego de algunos intentos fallidos producto de estafas y engaños, terminaron migrando al AMBA. A las entrevistadas se les preguntó si pensaban continuar migrando hacia Europa o si lo habían intentado alguna vez en sus trayectorias biográficas.

Generalmente, por un cambio de vida, primordialmente. Porque, a ver, nunca quise venir a vivir directo a aquí en Argentina. Mi proyecto siempre estuvo en irme directo a Europa, porque en Europa por lo menos yo tenía familiares directos. Entonces, siempre fue mi sueño irme directo a Europa (Sandra, peruana, 43 años).

Para Sandra, el AMBA representó una segunda alternativa ante los intentos fallidos de efectuar la migración a Europa. En buena medida, ella quería disponer de la documentación necesaria para poder incorporarse al trabajo formal en ese continente. De esta manera, el AMBA estuvo lejos de ser un “trampolín hacia Europa”; solo se trató de la única alternativa ante las malas condiciones que afrontaba en su país de origen. Este es un caso ilustrativo que contradice los proyectos migratorios en tránsito que se constituyen en el AMBA, ya que consolidó la migración en este contexto y realizó algunos retornos temporales en el Perú, pero nunca volvió a considerar la posibilidad de volver a migrar hacia Europa. Otra entrevistada relata la siguiente experiencia:

Viajé a Europa, Italia, me dijeron que era otro mundo, que me iba a comprar un edificio de diez pisos y viajé, pero no era así como decían. Lo único que había era prostitución. Y el único que tenía dinero era la que robaba. ¿Sabes cuándo me dediqué a la prostitución? Cuando viajé a Europa. Era la otra cara de la moneda. Si yo hubiera sabido cómo era Europa, nunca lo hubiera hecho. Me recibió una amiga, estábamos en un pequeño cuarto donde de noche te tiraban un colchón y para mí era el infierno (Florencia, peruana, 57 años).

Para Florencia, Europa fue una decepción, factor que se encuentra presente en algunas trayectorias de las travestis/trans brasileñas (Pelúcio, 2009) y se contrapone con la mirada romántica sobre los destinos europeos (García García y Oñate Martínez, 2008). Ella considera que la República Argentina es un ambiente más propicio para vivir su identidad de género y trabajar en comparación con Italia. La migrante fue deportada luego de dos años debido a una intervención policial por el asesinato de una de sus convivientes que falleció a manos de su pareja. Florencia representa una excepción a la regla, puesto que primero migró hacia Europa y luego del fracaso de ese proyecto se desplazó desde Perú hacia el AMBA. Después de una estancia corta retornó porque en su contexto de origen tenía la posibilidad de trabajar en una peluquería y consideraba que la prostitución/trabajo sexual no era una alternativa. Luego de un tiempo, relató que extrañaba la vida europea cuyas características encontraba en el AMBA y por eso, después de unos meses, decidió volver a migrar para radicarse de manera definitiva en nuestro país. Estos vaivenes ilustran las dificultades y provisionalidad de los proyectos migratorios de las travestis/trans sudamericanas.

Con base en los relatos de las entrevistadas, se ha podido constatar que las representaciones sociales sobre los destinos migratorios provocan un desajuste entre las expectativas que se generan antes de migrar y las consideraciones que se elaboran una vez que se efectúa el proyecto migratorio. Según Kleidermacher (2015), es común que las personas migrantes perciban discrepancias entre las expectativas que poseían antes de migrar y lo que efectivamente implica vivir en la sociedad receptora. La entrevistada fue enfática y reconoce que el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual fue una consecuencia del haber migrado, afirmando además que desconocía que sus oportunidades se verían restringidas a esa actividad. El desencanto, la hostilidad y la pérdida de expectativas provoca que las esperanzas depositadas en el viejo continente se desvanezcan.

De todas maneras, Florencia destaca haber vivido una experiencia biográfica significativa en Europa, sobre todo, desde el punto de vista de las prácticas sexuales. Comentó que los varones le decían piropos y que los italianos eran abiertos, tenían sexo con ella y sus esposas sin ningún tipo de problema. Esto ilustra los matices que pueden encontrarse en la migración de las travestis/trans sudamericanas hacia Europa, por lo que es necesario evitar lecturas que las posicionen como víctimas o personas desfallecientes (Sayad, 2010b) rastreando también aspectos que les han permitido desarrollar experiencias enriquecedoras. La figura del migrante como víctima oculta la agencia de las entrevistadas que han desplegado diferentes estrategias individuales y colectivas con el fin de vivir en mejores condiciones. En otros casos, la migración en tránsito toma la forma de estancias temporales.

No, allá, nos roban todo [en referencia a Perú], y la cantidad de la plata que tenía, y le dije: “¿Qué hago?” porque no podía cancelarle al albañil, así que le dije lo que podíamos hacer, así que justamente como tenía un ahorro en Perú que le di a mi hermana, le dije: “Mirá que necesito la plata y hago algo con eso”, así que con esa plata me fui a Francia. Estuve trabajando cuatro meses allá (Ariadna, peruana, 34 años).

Ariadna encontró una excusa para solicitarle un dinero a su hermana con la idea de conocer otros entornos. Habiendo consolidado su proyecto migratorio en el AMBA, ella llevó a cabo estancias temporales en Francia (superiores a los tres meses) y en diversas instancias en las que experimentó algunas características de la sociedad europea. La prostitución/trabajo sexual fue la principal. La migrante posee una amistad que vive allí desde hace algunos años, quien constituye su principal capital social, puesto que le brinda asistencia y le proporciona hospedaje. Cuando se la interrogó respecto de si Europa era redituable económicamente respondió lo siguiente:

Sí, se pagaba en euros, pero igual allá llegás, tenés una plaza, pagás allá. Igual ni haces mucha plata porque las chicas se regalan por cualquier cosa 10, 20, 30 euros (Ariadna, peruana, 34 años).

En concreto, son pocas las migrantes travestis/trans sudamericanas que consideran que Europa permite avanzar en sus proyectos migratorios. Existen algunos casos satisfactorios, y también representaciones y expectativas sobre las posibilidades que brinda ese continente. Pero, por lo general, no están dispuestas a continuar la migración hacia esos países. Algunas de ellas consideran que desde el punto de vista económico no resulta redituable porque el viaje y la estadía implican una importante inversión. Además, y de manera puntual, durante la entrevista, Ariadna relató que el endurecimiento de las legislaciones que penalizan al cliente en Francia provoca que la demanda, desde su perspectiva, disminuya de manera considerable. Esto causa que las entrevistadas que ejercían la prostitución/trabajo sexual tuvieran que aceptar peores condiciones retributivas.

Las migrantes antes de efectuar el desplazamiento poseen referencias de amistades que han regresado luego de un tiempo y han llevado a cabo distintas intervenciones corporales, factor que las motiva a migrar.

No, que era como vos, que era un hombrecito, pero era gay. Entonces hablábamos y un día desapareció y vino después de dos años, pero vino con tetas. Yo sí sabía que era travesti porque me daba cuenta por la voz; entonces le digo: “Tanto tiempo desapareciste, estás re cambiadísima. ¿Qué hiciste le digo?, ¿qué te hiciste? La verdad te soy sincera, estás re guapa, muy linda estás”. “Ah, gracias —me dice—, trabajé en Europa, me fui a Italia, en ese tiempo había plata, y se fue, hasta que un día me lavó la cabeza. Mira tú estás en la farmacia hace quince años y que te has hecho, no te has hecho nada, yo estuve en Europa dos años y mirá lo que me he hecho. ¿Por qué no te vienes a Europa? —me dijo—. Mirá, si vos querés te saco un pasaje, pero te va a costar 500 dólares, pero vete a la Argentina primero, quédate un tiempito en Argentina y después yo te llevo a Europa” (Claudia, peruana, 46 años).

En relación con este fragmento, Pelúcio (2009) refiere a que, en los retornos temporales, sentimientos como la envidia y altanería se exponen con el fin de demostrarle tanto a amistades como familiares indicadores de “éxito migratorio”. En este caso, la migrante expresa que su amiga realizó una comparación respecto de la desigual composición de capital erótico de ambas. Una de las características vinculadas al retorno que será problematizada más adelante se vincula a la antítesis del migrante que retorna ante el éxito y aquel que lo hace producto del fracaso (Rivera Sánchez, 2009; Parella, 2013). Sin embargo, los fundamentos sobre el significado del éxito o del fracaso varían de acuerdo con los diferentes grupos migratorios. En el caso de las migrantes travesti/trans sudamericanas, las familias de origen no perciben que los proyectos migratorios de sus hijas impliquen inversiones económicas. Para las entrevistadas, la construcción de capital erótico es un indicador de prestigio y en ese relato se vislumbra con claridad porque el éxito migratorio, en distintas oportunidades, lo miden de acuerdo con las características que se vinculan con la belleza física y los modos de presentar el cuerpo.[6] Además, se profundizó en las características que iba a asumir el proyecto migratorio de la entrevistada en Europa.

—¿Y por qué te habrá dicho que primero deberías venir a la Argentina?

—Porque todas las que habían ido de Perú venían a la Argentina y de acá se iban para allá, porque de Perú a Italia es muy difícil ir, y acá me dan documentación falsa y era más fácil.

—¿Y te decía que te hospedaras acá?

—No, me dijo que me venga a la Argentina, que esté un tiempo trabajando en Argentina en la calle y luego me llevaba a Europa (Claudia, peruana, 46 años).

En la concepción de la entrevistada y en algunas migrantes travestis/trans sudamericanas, la República Argentina es un país de tránsito, un “trampolín” hacia Europa. Si bien tal viaje nunca se concretó y Claudia consolidó su proyecto migratorio en el AMBA, esto da cuenta del modo de proceder de algunas travestis/trans sudamericanas. Como fue señalado en el capítulo 3, la fuerza de las representaciones sociales constituye al destino migratorio de diversas maneras. En el caso de esta entrevistada, la migración a Europa no se concretó. La entrevistada consolidó la migración en el AMBA y realizó experiencias de retorno temporal a su contexto de origen. El interrogante necesario es el siguiente: ¿por qué se quedaron?, ¿qué aspectos y condiciones del AMBA retiene a las entrevistadas? Una posible hipótesis emergente consiste en determinar que las migrantes travestis/trans sudamericanas experimentaron en el destino migratorio legislaciones que reconocen sus derechos, representaciones sociales respecto de la existencia de códigos culturales de mayor respeto y apertura, y, durante el período 2002-2015, crecimiento económico acelerado y sostenido (con excepción del año 2009), que la mayoría de las entrevistadas recuerda por la gran cantidad de clientes que poseía. La política migratoria actual europea, las deportaciones y las dificultades para acceder a remuneraciones que resulten redituables desmotivaron a las entrevistadas a continuar los tránsitos.

En algunos casos se observó que las migrantes fueron engañadas por personas que les prometían otorgarle la documentación necesaria para migrar y trabajo formal. Por eso, Sandra, la entrevistada citada con anterioridad, clarifica los motivos de porque no pudo continuar con las expectativas de migrar a Europa.

Hice dos intentos que me hicieron invertir dinero en pagar contratos de trabajo y todo eso, y que bueno, en aquel tiempo se pedía para trabajar en España y todo eso. Bueno, los perdí y, en ningún momento…, me estafaron dos veces y no volví a intentarlo (Sandra, peruana, 43 años).

La entrevistada terminó migrando hacia el AMBA porque era la única opción viable ante la imposibilidad de dirigirse hacia Europa. De este modo, las representaciones sociales sobre la República Argentina y las amistades que tenía en el país le permitieron constituir las cadenas y expectativas necesarias para efectuar la migración. A diferencia de Florencia, que experimentó un retorno forzado desde Italia al Perú, Sandra no pudo concretar su viaje a Europa. Los caminos migratorios se cruzan en el AMBA y este destino, más allá de sus limitaciones y complejidades, parece contener a las migrantes. El marco jurídico, por los derechos asociados a la identidad de género; por los derechos vinculados a las migraciones; las posibilidades de estudiar y acceder a tratamientos hormonales; el cambio de género mediante la adquisición del DNI; entablar sociabilidades, afectividades y, años atrás crecimiento económico retienen a las migrantes más allá de las expectativas siempre tentadoras e inestables que brinda el contexto europeo.

Más allá de estos casos, en conversaciones con otras migrantes travestis/trans fue posible comprender que, para ellas, continuar con el proyecto migratorio hacia Europa representaba un desafío. Por eso, algunas experimentaron ese proceso mediante estancias temporales y otras simplemente pretendían instalarse definitivamente. Pudo constatarse que algunas entrevistadas que mencionaron la intención de radicarse en Europa lo hicieron de manera efectiva y, en la actualidad, se encuentran desarrollando sus vidas en esos contextos. Es preciso señalar que la política migratoria europea anclada en un paradigma securitario y el endurecimiento de la legislación sobre la prostitución/trabajo sexual representan factores que son tenidos en cuenta por las potenciales migrantes como elementos que afectan las expectativas y la decisión de migrar.

Cabe recordar que se está describiendo la fase en que las travestis/trans sudamericanas han consolidado sus proyectos migratorios en el AMBA, lo que significa que han desarrollado también un proyecto biográfico con cierta estabilidad. Algunas de ellas, apenas llegan, comienzan a ejercer la prostitución/trabajo sexual. Otras, luego de unos días, reciben los consejos de amistades y madrinas sobre cómo prepararse para luego comenzar a familiarizarse con la calle. En cambio, en las trayectorias que se encuentran atravesadas por la intervención de alguna organización política, la llegada implica participar de alguna reunión, presentarse y narrar la situación de las personas travestis/trans en las sociedades emisoras, para luego instalarse en alguna vivienda de la organización o mediante contactos que les proporcionan. En estos casos, como se mencionó, la consolidación de los proyectos migratorios gira en torno a conseguir trabajos formales, que suelen ser de baja calificación, y estudiar en la universidad pública. Además, se destaca que, en algunos casos, la migración en el AMBA se encuentra afianzada y el proyecto de continuar el tránsito o retornar a las sociedades emisoras no se encuentra presente.

Por último, puede concluirse que las expectativas de dirigirse a Europa contemplan claroscuros. Algunas lo observan como posibilidad y, de hecho, lo realizan de manera satisfactoria, y otras, en cambio, se han desilusionado o ni siquiera lo han logrado hacer. El siguiente apartado aborda experiencias de regreso y retornos que las travestís/trans sudamericanas realizan a sus sociedades emisoras como expresión de la inestabilidad que asume la consolidación de los proyectos migratorios en el AMBA.

6.5. Experiencias de regreso, retornos temporales y actitud de las familias

Como punto de partida se considera las denominaciones experiencias de regreso y retornos temporales se diferencian en que las primeras suelen ser por períodos de tiempo breves, inferiores a treinta días, mientras que los retornos temporales suponen estancias de mayor duración, que han alcanzado los cuatro meses. Esta distinción no es pertinente para el análisis cualitativo que se pretende hacer aquí porque en ambos casos las entrevistadas se vinculan con sus familias de origen luego de un tiempo y de manera posterior a la migración al AMBA. La principal particularidad de las experiencias de regreso de las migrantes travestis/trans sudamericanas, en relación con otras poblaciones migrantes cisgénero, consiste en que en ellas la identidad y expresión de género representa el eje estructurador de esas vivencias. La literatura que ha escrito sobre este tema ha tomado como referencia el capital económico para explicar la recomposición de los vínculos entre las travestis/trans y sus familias. En efecto, los capitales les permiten posicionarse de mejor manera en el espacio social, pero la aceptación, tolerancia y rechazo hacia la identidad de género es algo que reviste mayor profundidad. Aquí solo se pretende aproximarse a ello a partir de las experiencias que relatan las entrevistadas.

En este apartado se describen las experiencias de retorno temporal de las migrantes hacia sus contextos de origen, observado qué representa para ellas este proceso ante las actitudes que asumen las familias de origen y los entornos en sus regresos. Es importante destacar que estudiar las actitudes de las familias ante el regreso implicaría un desplazamiento de la unidad de análisis de las travestis/trans a sus familias/entornos. Por eso, la intención radica en comprender las transformaciones que experimentan los vínculos entre las familias de origen y las migrantes desde la perspectiva de las entrevistadas.

Las razones para migrar de las travestis/trans sudamericanas en diferentes contextos responden, entre otros factores, al incremento de capitales (económicos, sociales, culturales y simbólicos), aunque también a cuestiones de mayor profundidad, como pueden ser aquellas prácticas de la vida cotidiana que resultan peligrosas para ellas en las sociedades emisoras. Como fue mencionado en el capítulo tres, la pluralidad de motivos y actores que intervienen en la decisión de migrar constituye una de las particularidades de esta población. Una de las características de los proyectos migratorios de esta población reside en su provisionalidad, inestabilidad y circularidad (Howe et. al. 2008) que puede hacerse visible en la volatilidad de la consolidación, en la migración hacia “terceros países” y en el retorno.

Este apartado recupera algunos de los aportes antropológicos elaborados sobre el retorno de travestis/trans brasileñas y colombianas que migraron hacia Europa. A diferencia de algunas producciones, que han señalado retornos forzados de migrantes travestis/trans que se encontraban en Europa y fueron deportadas (Pelúcio, 2009; López Murcia, 2015), en estos casos se tratan de retornos voluntarios[7], que suceden, por lo general, luego de unos años de haber migrado. Cabe destacar, que en estos retornos temporales se producen encuentros “cara a cara” que provocan mayores niveles de compromiso en las interacciones, en relación con aquellas que se producen de manera virtualizada mediante los dispositivos descriptos con anterioridad. No obstante, estas instancias no representan las únicas posibilidades de vincularse. En algunos casos es la familia la que realiza una estadía transitoria en el AMBA a modo de visita y conocimiento del contexto. En estos casos se produce una gestión del recibimiento que posee algunas similitudes respecto de los retornos[8].

Las experiencias de retornos temporales constituyen las categorías menos exploradas dentro las escasas investigaciones que pueden encontrarse sobre el tema. En efecto, el apartado se centra tanto en las experiencias que se efectuaron, como en aquellas que pueden efectuarse a futuro, centrándose en las expectativas que las entrevistadas poseen de esas experiencias. Si las familias de origen constituyeron, en la mayoría de los casos, el primer elemento expulsivo de las sociedades emisoras, debido la incomprensión de la identidad de género que las travestis/trans asumieron e intentaron expresar, en estos retornos temporales vuelve a estar en juego la misma cuestión: el cimbronazo que provoca una identidad de género que socava los pilares de la hetero-cis-normatividad.

Desde una perspectiva conceptual, en otros trabajos (Perez Ripossio, 2019b) fue señalado que el retorno migratorio de las travestis/trans sudamericanas se relaciona con dos dimensiones: el espacio y el tiempo. El retorno es un elemento que constituye al migrante como tal (Sayad, 2010c) y en el caso del universo de estudio aquí planteado, representa la ilusión de poder demostrar que las disputas por reivindicar la identidad de género han valido la pena. El padecimiento que vivenciaron en sus países de origen se disuelve, parcialmente, ante el distanciamiento, pero regresa cuando efectuado el proyecto migratorio la ausencia se hace presente y los vínculos familiares vuelven a ser atravesados por el cimbronazo que provoca la presencia de la identidad travesti/trans. El retorno para las familias suele ser un hecho incómodo que provoca incertidumbre porque revive un pasado que intenta ser modificado, resignificado, por eso se presenta una tensión constante que oscila entre la aceptación y el rechazo. La migración es dolor y ese dolor se encuentra historizado, es temporal, por lo que se vivencia como necesario, es el precio que hubo que pagar, la necesidad para superar las pruebas y reivindicar la identidad de género como legítima.

Por otra parte, como fue señalado en el capítulo destinado a la construcción del marco teórico, la literatura sobre el retorno ocupa un lugar relevante en los procesos migratorios, aunque ha representado uno de los aspectos menos abordado (Palomares et al., 2007). Se han construido tipologías y clasificaciones sobre el retorno migratorio con el fin de explicar de manera general tales desplazamientos (Gmelch, 1980; King, 2000; Díaz, J., Díaz, V y Recaño, 2014, entre otras). Además, algunas conceptualizaciones analizan las razones y tensiones que suponen el regreso. Por ejemplo, Durand (2006) establece que el retorno voluntario suele ocurrir luego de varios años de vivir en el destino migratorio y se vincula al deseo de radicarse en la sociedad de origen. Sin embargo, estos valiosos aportes fueron pensados con el objetivo de comprender el retorno de migrantes cisgénero, con lo cual algunos de sus pilares resultan problemáticos a la hora de aplicarlos a la población travesti/trans migrante y su empleo debe considerar los resguardos y correspondientes adaptaciones.

En esas producciones las razones del retorno suelen vincularse al desempleo en el país receptor, la enfermedad ante la falta de seguro, el fallecimiento de un familiar, la jubilación que posibilita no permanecer en el destino migratorio y el uso del capital social cuando la migración responde a redes grupales (Tovar Cuevas y Paredes, 2013). Sin embargo, los aportes de Cavalcanti y Parella (2013: 15) sostienen que:

[…] se han observado otras formas de retorno en que el proyecto acontece más como una “vuelta a casa transitoria”, que está inmersa en la dinámica de circularidad y de las relaciones transnacionales actuales en las que se entrelazan las sociedades de origen y de asentamiento.

Esta circularidad transitoria que se observa en los enfoques transnacionales sobre procesos migratorios vinculados al retorno, representa un asidero teórico para pensar las experiencias de regreso de las travestis/trans sudamericanas. De este modo, se observa una perspectiva pendular y polimórfica que puede aplicarse al caso estudiado considerando las diferencias y particularidades del universo de estudio. Como fue mencionado, el enfoque transnacional aplicado a la cuestión del retorno temporal de las travestis/trans sudamericanas representa la perspectiva de mayor utilidad, puesto que:

[…] en el pasado los estudios sobre el retorno se dedicaron principalmente a observar este fenómeno como una migración de regreso, en que ésta era vista como definitiva y unilineal, en la actualidad el creciente reforzamiento de los lazos que unen a los migrantes con sus lugares de origen y de destino viene exigiendo nuevas formas de conceptualización del mismo (Cavalcanti y Parella, 2013: 10).

Las perspectivas proporcionadas mediante el diseño de tipologías rígidas son superadas por las experiencias de regreso del universo de estudio, en donde la dialéctica entre presencia y ausencia se diluye. Por eso, los autores citados sostienen la hipótesis de los “dos mundos” y “dos tiempos” que se entrelazan imbrican conjugan transitoriedad y rebalsan las concepciones del retorno concebidas de manera estática. En un reconocido trabajo, Cassarino (2004), sintetiza las principales explicaciones sobre el retorno basándose en perspectivas y enfoques teóricos que han proporcionado caracterizaciones respecto del mismo. De este modo, sostiene que el retorno no representa la finalización de un ciclo, por el contrario se trata de una instancia que indica la circularidad e inestabilidad.

Uno de los pilares de este enfoque sostiene que el envío de remesas expresa los fuertes vínculos que los y las migrantes sostienen con sus familias y entornos. Esto podría observarse cuando las entrevistadas afirmaban que a pesar de todo, el arraigo con sus familias de origen continuaba siendo potente. Aunque en algunos casos las migrantes no se relacionan con sus familias luego de efectuada la migración, la mayoría mantienen […] “vínculos con los países de origen y protagonizan procesos de retorno o bien migraciones pendulares con retornos transitorios, contribuyendo así al desarrollo de los contextos de origen y destino”. Cavalcanti y Parella (2013: 16). Esta perspectiva sostiene además que los migrantes desarrollan múltiples identidades y hacen hincapié en la dureza de los vínculos familiares. En esta tesis, se retoma esta perspectiva, pero se asume una postura crítica, puesto que las dobles identidades es un factor que las entrevistadas han experimentado antes de migrar y en el regreso se adoptan posturas socialmente aceptadas, pero la identidad de género continúa su curso y no se han observado reversibilidades. En definitiva, el transnacionalismo puede ser una perspectiva útil, aunque las travestis/trans no sean migrantes transnacionales. El enviar remesas, realizar comunicaciones periódicas con las familias de origen y realizar experiencias de regreso, son elementos pertinentes, pero por sí mismos no califican a los procesos migratorios como transnacionales.

Lo que pretende señalarse es que el enfoque transnacional puede ser útil para pensar aspectos del retorno ligado a los proyectos migratorios de las entrevistadas, pero esto no significa que las travestis/trans sudamericanas sean migrantes transnacionales, y un factor a tener en cuenta reside en la tensión de los vínculos con las familias de origen. En el análisis de las migraciones de personas cisgénero “Es evidente que la emigración implica la separación física del núcleo familiar, pero ello no necesariamente significa la ruptura de las relaciones familiares de dependencia afectiva” (Parella, 2007: 159). En concreto, las migraciones de las travestis/trans sudamericanas escapan a las lógicas de las familias transnacionales porque para lograr construir sus identidades de género deben generar una ruptura afectiva con sus familiares que luego de un tiempo puede llegar a recomponerse en procesos de negociación y encuentro en los que priman ciertas tolerancias.

Además, tal enfoque le otorga suma importancia al capital social del que se dispone en los países de origen y en el caso de las migrantes travestis/trans sudamericanas el mismo se ve trastocado, es inestable y se encuentra sujeto a procesos de reconstrucción complejos. La típica antinomia entre retornos exitosos y fracasados debe problematizarse, por eso tal como lo plantea Rivera Sánchez (2013: 57) “[…] se propone entender el contexto de retorno y en éste el papel de los retornados, como agentes sociales que median entre las condiciones estructurales y las condiciones subjetivas/objetivas que se entretejen en la experiencia, para diseñar estrategias de reinserción”. Esas estrategias de reinserción parcial son uno de los ejes del apartado, porque las entrevistadas despliegan diferentes tácticas para alcanzar la aceptación de sus familias de origen.

En este orden de ideas, la manera de plantear la cuestión del retorno migratorio de las travestis/trans sudamericanas posee un desafío teórico metodológico, por un lado la comprensión, a partir del relato de las entrevistadas, de la actitud de las familias y los sentimientos que vivencias ellas, y por el otro, teorizar sobre dicha experiencias con escasas herramientas conceptuales. Además, como sostiene Portes (2005), la denominación transmigrante, en alusión al enfoque transnacional puede derivar en un abuso terminológico, ya que “enviar alguna remesa ocasional o visitar el país de origen sin duda califican dentro de lo que se etiqueta como transnacionalismo” (Portes, 2005: 5), pero el autor aclara que se trata de elementos puntuales que por sí mismos no bastan para definir los procesos migratorios como transnacionales. A pesar de estas dificultades, los asideros conceptuales de académicos que han elaborado investigaciones sobre procesos de retorno permiten constituir algunos lineamientos como los mencionados con anterioridad. En suma, los aportes propios de la teoría sustantiva abocados en la investigación de los procesos migratorios de personas travestis/trans son retomados porque de manera solapada han realizado alguno señalamientos pertinentes.

La categoría construida de manera teórica y metodológica en función de los fundamentos proporcionados por la teoría fundamentada es tipo de experiencias de retorno y posee tres subcategorías positivas, neutrales y negativas. Las propiedades son aceptación, tolerancia y hostilidad. Las dimensiones son para la subcategoría positivas: vivienda, alimentos, reuniones familiares y esparcimiento, para tolerancia: las dimensiones son identidad encausada, control de la información personal y escasa demostración de afectos. En el caso de hostilidad, violencia física, verbal, escasa comunicación y distanciamiento. Si bien las actitudes de las familias ante las experiencias de regreso de las travestis/trans son importantes, en este caso se analizan en función de la información provista por las entrevistadas, centrándose en las experiencias y sentires subjetivos de las migrantes.

Tabla n.° 15: categoría tipo de experiencias de retorno según sus subcategorías, propiedades y dimensiones

Categorías

Subcategorías

Propiedades

Dimensiones

Tipo de experiencias de regreso

Positivas

Aceptación

Vivienda, reuniones, esparcimientos

Neutrales

Tolerancia

Identidad encausada, control de la información personal y escasa demostración de afectos

Negativas

Hostilidad

Violencia física, verbal. Escasa comunicación y distanciamiento

Fuente: elaboración propia.

Las razones del retorno revisten una complejidad difícilmente perceptible en las entrevistas. Algunas investigadoras que han intentado abordar esta cuestión establecen que rara vez se debe a motivos económicos ya sea porque al migrar disminuyeron o porque pretenden incrementarlos luego del regreso (López Murcia, 2015). Las entrevistadas ante interrogantes directos sobre las razones del retorno mencionan que tenían el deseo de hacerlo o debido a que extrañaban a sus familias o lo consideraban una instancia de esparcimiento. Los múltiples significados se construyen en los grupos migratorios de manera diferenciada porque: “El retorno es una idea que siempre está sujeta a relecturas según el género, las generaciones y el grado de éxito que haya tenido del proyecto migratorio familiar y personal” (Pedone, 2013: 36).

Por lo general los escritos que abordan los proyectos de regreso de las travestis/trans asocian la aceptación de sus familias al incremento de capital económico (García García y Oñate Martínez, 2008; Teixeira, 2008; Vogel, 2009; Carrijo, 2011; Vartabedian, 2012; De Montalvon, 2013). El sesgo economicista que han tenido algunas investigaciones al concluir que la mejora del vínculo con las familias de origen se debe a una cuestión económica representa una de las conclusiones más extendidas. Para este escrito, ese capital económico produce una reconversión de los vínculos con los familiares, pero no puede reducirse a ello. Al respecto Vartabedian sostiene (2012: 284) “El dinero empodera a las travestis frente a su familia y les permite reconstituir las relaciones dañadas en el pasado así como acentuar las fisuras”. Esta afirmación ha sido verificada por esta investigación, pero es necesario matizarla y problematizarla de acuerdo a los relatos de las entrevistadas con el fin de identificar diferencias y enriquecer el análisis.

Otras autorías, con respecto al retorno de travestis/trans han mencionado, al menos, la existencia de otros elementos que desbordan los aspectos económicos. Por ejemplo, con respecto a las nativas que han migrado hacia Europa Álvarez señala (2017: 65) “[…] las travestis porteñas despliegan la posesión de capital simbólico y económico. El cosmopolitanismo se muestra tanto en el acento (porteño) y la actuación desenfadada como en la vestimenta y el cuerpo”. También Pelúcio (2009), reconoce otros factores, por ejemplo sostiene que las travestis/trans brasileñas provocan la envidia de sus familiares y antiguas amistades que se han quedado en las sociedades de origen haciendo eco de sus progresos. De esta manera, la autora proporciona elementos que permiten pensar los efectos que suministra el incremento de capital económico ampliando las fronteras de los vínculos con las familias de origen y entornos a factores que se relacionan al reconocimiento y la legitimidad.

Por otra parte, en alguna medida, se ha hecho énfasis en las consecuencias positivas que ha tenido el incremento del capital erótico. Sin emplear este término, algunas producciones han hecho énfasis en que las características transformadas y embellecidas de los cuerpos proporcionan elementos que contribuyen al empoderamiento. Sin embargo, es necesario realizar una incorporación crítica de dicho concepto. De esta manera, Green (2008, 2013) ha señalado que la difundida concepción de Hakim (2012) sobre el capital erótico posee limitaciones porque el análisis sobre la composición y ejercicio de capitales debe abordarse sin dejar de lado que los mismos se encuentran inmersos en campos específicos que posibilitan y también constriñen. En definitiva, el capital erótico puede emplearse como medio para alcanzar el empoderamiento aunque no debe ignorarse que el mismo no depende solo del esfuerzo personal, también se encuentra atravesado por las intersecciones entre la edad, la etnia y la clase social, por lo que no puede ejercerse y cultivarse de manera libre en todas las personas. Además, Illouz y Kaplan (2020) consideran que ese capital erótico (o sexual en el caso de estas autoras) en el caso de las personas que ejercen la prostitución/trabajo sexual representa una plusvalía del propio cuerpo que difiere del ejercicio de la sexualidad de personas que no ejercen dicha actividad y por lo tanto, debe ser diferenciado.

El capital erótico genera efectos profundos en los otros, fascina y permite conquistar una diversidad de logros, es un capital convertible, permitiendo además que las entrevistadas establezcan estrategias matrimoniales con varones que poseen mayor capital económico y cultural. Si la condición travesti/trans arrasa con el capital económico, social y cultural (Álvarez Broz, 2017), el capital erótico adquirido en la trayectoria biográfica y en los proyectos migratorios permitirá convertirse en otros capitales y en las experiencias de retorno temporal vuelve presentarse como uno de los factores que podrían conducir a mayores niveles de aceptación. Tal capital no se adquiere como algo dado, es parte de una construcción colectiva que las migrantes travestis/trans sudamericanas realizan mediante diferentes procedimientos, que aprenden en el tiempo y en el que intervienen personas influyentes en sus proyectos migratorios como, por ejemplo, las madrinas. En el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual desarrollan performances de seducción y aplican técnicas estéticas, de indumentaria y preparación con el fin de constituir una imagen corporal exuberante y bella.

Antes de presentar la evidencia empírica en función de los aportes realizados por las entrevistadas es pertinente realizar una reflexión del lugar de las familias de origen en los proyectos migratorios de las entrevistadas. Por lo general, las familias de los migrantes cisgénero y heterosexuales contribuyen con sus proyectos migratorios bajo diferentes medios materiales y simbólicos. Aunque puede haber excepciones, los familiares son quienes aportan las cadenas migratorias y favorecen los procesos de integración social. Ese lugar de acogida y resguardo que proporcionan los lazos de parentesco, ante las posibles discriminaciones y violencias, tanto en la sociedad receptora con en la emisora, en el caso de las migrantes travestis/trans sudamericanas, no se observa y luego de efectuar la migración se habilita un proceso de reflexión sobre los vínculos con las familias de origen, en donde el retorno migratorio representa un de sus principales elementos. Esa reflexión posee dos costados: los familiares intentan proporcionar mayores niveles de aceptación acostumbrándose a las diferencias y las travestis/trans son conscientes de las controversias y disrupciones que implica la identidad de género travesti/trans. Ambas partes deberán esforzarse para recomponer el vínculo y dejar atrás resentimientos pasados.

La guía de pautas contuvo los siguientes interrogantes: ¿Regresaste a tu (país de origen)? ¿Por qué motivos? ¿Cómo fue el recibimiento de tu familia? ¿Percibiste cambios? ¿Y la personas fuera de tu ámbito familiar?

Las familias de origen suelen sentirse atónitas ante la presencia de ellas y deben desandar una serie de prácticas y representaciones que poseían con anterioridad, puesto que:

Al principio no saben bien cómo tratarme, a veces se le escapa mi nombre de hombre, pero no pasa nada (Marta, peruana, 28 años).

Además, las redes de comunicación digitalizadas les permiten a las migrantes construir representaciones, establecer preparaciones y de alguna manera anticiparse a las posibles actitudes de las familias de origen. En algunos casos no han retornado, pero las expectativas que poseen sobre el mismo son igualmente reveladoras. Al respecto, una migrante ecuatoriana sostiene lo siguiente:

Yo ya me dejé de ver, yo ya no quiero volver así. Capaz regrese pero distinta, o sea más, más operada, más distinta, igual lo que he gastado, lo que he invertido, me ha servido para conocer más, me meto hormonas, me he hecho operaciones. cuando tengas eso ya vas a ser una mujer y aunque digas tu nombre, aunque digas Catalina, vas a seguir siendo hombre, hasta que yo no lo tenga, entonces yo por eso, si vuelvo a mí país, ya te dije, voy a cambiar, me hice una cirugía y nada más (Catalina, ecuatoriana, 31 años).

Estas expectativas vinculadas al retorno se encuentran en relación estrecha con la “preparación” que en tanto categoría emergente es decisiva en las experiencias de regreso. Catalina hizo énfasis en la necesariedad de realizar la cirugía de readecuación genital para concluir con su transformación. En el retorno está en juego la identidad de género, y si bien la misma refiere a una profunda transformación de la subjetividad de acuerdo a diferentes indicadores mencionados en el marco teórico, las intervenciones quirúrgicas y la readecuación genital, adquieren para algunas entrevistadas un significado central[9]. Así, la readecuación genital es necesaria para completar la transformación y pareciera ser que tal transformación subjetiva contribuye a readecuar la mirada que su familia de origen tiene sobre ella. Cabe destacar que más allá de las concepciones de las entrevistadas, para este escrito la identidad no puede esencializarse, es un constante devenir, un proceso cambiante que marca diferencias que no pueden ser jerarquizadas, por el contrario son entendidas de diferentes maneras (Hall, 1999; Álvarez Broz, 2017).

Catalina establece que es necesaria la realización de intervenciones corporales para poder retornar. Esa necesariedad posee el significado de demostrar que hubo un proceso de transformación genuino que legitima el hecho de haber migrado. En definitiva, da cuenta de que la aceptación de las personas travestis/trans en el retorno se vincula con la posibilidad de realizar una trasformación profunda de su corporalidad. Según Vogel[10] (2009) además de la recomposición económica que pueden experimentar las familias producto de la apropiación de capital económico, las travestis/trans muestran una figura hiperfemenina, es decir, altamente embellecida mediante diversos procedimientos que lejos de contribuir a constituir un nuevo hogar, construyen una nueva identidad: femenina, bella, exitosa, europea, y la distancia ayuda a mantenerla (Vogel, 2009: 369). En este caso, no se trata de una identidad nacional y cultural europea, pero debe recordarse que para ellas y mediante sus representaciones sociales la República Argentina representa un ámbito sociocultural similar al europeo.

A continuación, se abordan las diversas propiedades que remiten a las experiencias de las entrevistadas en relación al regreso a sus sociedades emisoras y la actitud de sus familias de origen y entornos ante ello.

6.5.1. Hostilidad

En el polo opuesto a la aceptación, la propiedad “hostilidad” refiere a una actitud de rechazo de parte de las familias o entornos, ante su regreso, vinculado a no respetar sus identidades de género. En algunas ocasiones, la actitud de las familias de origen permanece indiferente y una vez efectuada la migración con el fin de constituir una identidad de género, las migrantes travestis/trans sudamericanas no vuelven a vincularse con ellas. Este es un comportamiento que se considera hostil, pero que por sus características solo puede mencionarse aunque no desarrollarse en función de las experiencias de los retornos temporales.

Las entrevistadas describen experiencias que contemplan matices que se engloban bajo la propiedad “hostilidad”, pero a pesar de ello poseen en común diferentes formas de rechazo.

-¿Y ahí con tu familia te reencontrarse?                                                                                                                             

-Con mi familia es un proceso difícil, mi mamá está siendo acompañada con un psicólogo porque tuvo una resistencia y ahora ya lo está aceptando, mi papa todavía se está resistiendo. Mi mamá es muy depresiva (Aylén, brasilera, 25 años).

El proyecto migratorio de Aylén es diferente respecto de la mayoría de las entrevistadas. Además de haber migrado mediante una red constituida por la organización a la que pertenece MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra), ella entiende que el capital cultural construido en el país le permitió lograr mayores niveles de aceptación[11]. Más allá de que no se trate aun de un capital cultural institucionalizado, porque aún no ha obtenido el título de médica, posee algunos saberes útiles para desarrollarlos en el contexto de su organización. El capital social, que implica la pertenencia a un grupo organizado e influyente, mediante un conjunto de relaciones, le permitió efectuar la migración mediante redes, sistemas de apoyos, ayudas materiales y afectivas. Sin embargo, al regresar, la cohesión grupal se desestabilizó debido a la llegada de una subjetividad trasgresora que ha dejado atrás una identidad de género normativa.

Ella relata que esta organización necesita comenzar a trazar un camino en el que se discuta la diversidad de género y sexual y considera que la actitud de la organización hacia ella es ambigua aunque también piensa que se trata de una situación entendible. Más allá del papel de la organización ante su regreso, la entrevistada profundiza sobre la actitud de su familia de origen que aún no lo acepta.

Tengo dos hermanos, uno más grande de treinta y pico -ese no lo recibió bien… -No, no lo recibió bien y tuve un momento que nos peleamos en mi casa, y bueno…quedé muy incómoda en mi casa, hasta que el día que estaba para venir a la Argentina mi mamá compró unos zapatos y me los da como símbolo de aceptación. Yo le lleve un documental, y los ponía en la noche sobre procesos de la familia trans, y mi mamá en el medio de la película se fue al cuarto enojada. Mi papá no hablaba y me daba mucho miedo. Porque ellos son viejos y les cuesta un montón deconstruirse -claro -por eso mi provincia tardo mucho en abrir su mente. Ella es una de las que empezó a militar en la época de la dictadura, ella era monja y construyó el movimiento. Ella pudo deconstruir muchas cosas y comenzó a expresarlo (Aylén, Brasilera, 25 años).

La madre de la entrevistada atravesó un proceso de confusión y malestar. Ella intentó brindarles información mediante un documental sobre personas travestis/trans como estrategia para alcanzar la comprensión y aceptación de sus familiares. La migrante indicó que su padre permaneció indiferente, de hecho durante su estadía no le dirigía la palabra. De parte de su hermano hubo agresiones físicas como indicador de una actitud hostil ante el desafío de la hetero-cis-normatividad que suponía su presencia. También, se observa como la indumentaria y el calzado expresan elementos que permiten identificar roles y expresiones de género. Los zapatos que le obsequió la madre, en congruencia con su expresión de género, representaron para ella un símbolo de aceptación. Según Zambrini (2008) la indumentaria (incluye el calzado) implican elementos que producen un cuerpo que permite construir determinados roles de género. En este caso es posible observar que la actitud de las familias de origen puede ir modificándose conforme avanza la estadía, incluso estas cuestiones sutiles como obsequios pueden representar indicadores de mayores niveles de tolerancia. De todas maneras, más allá de los matices identificados, la experiencia de Aylén se encuentra atravesada por la hostilidad y la violencia física.

Otra entrevistada relata otra experiencia de regreso en la que pueden observarse dimensiones vinculadas a la hostilidad.

-Si primero cuando yo fui, fui normal cabello medio largo pero para ese momento cuando yo estuve acá mis hermanos ya estaban al tanto ya escuchaban lo que yo había estado, lo que yo hacía acá. Y hablaban que no venga acá que la vamos a agarrar a piñas ¿porque ha ido allá a hacer esas cosas así?

-Y bueno vos después cuando volviste ¿Qué pasó? Porque ellos ya sabían…

-No yo le hable a mi mamá, si yo voy a ir, que no me vayan a golpear ellos si voy ahí es para hacer mi vida y es como si estuviera acá quiero mi cuarto y el que quiera visitar visítame y yo me quedo en mi cuarto o prefiero jugar vóley e ir al boliche y porque no esperaba que mis hermanos me digan eso (Melanie, peruana, 27 años).

En este fragmento se percibe la preparación que suponen estos retornos temporales. Melanie antes de iniciar el retorno se comunicó con su madre para gestionar las condiciones del regreso, quién comenzó a dar los primeros pasos en su transición, una vez que se instaló en el AMBA. La migrante negoció las condiciones de su estadía, solicitó una habitación individual aclarándole a su madre que debía ser respetada. En este caso estuvo presente la potencial violencia física de los hermanos que pretendían golpearla producto de que ella iba a expresar socialmente su identidad de género en la sociedad emisora. De todas maneras, la agencia de la migrante y su capacidad para dejar en claro cómo serían las condiciones de su regreso, provocó que el contexto familiar se flexibilice y le permita, al menos, instalarse en su hogar.

Otras entrevistadas no habían efectuado el retorno pero pensaban hacerlo y se profundizó en sus expectativas, algunas de ellas declararon sentir ansiedad y temor, puesto que:

Mi mamá… me va a dar una, discúlpame la palabra, me va a dar una puta gritada. Sí, mi mamá se molestó mucho de esto. Yo hablo con mi mamá todos los días.

-¿Por qué?

-Porque hice tantas cosas acá… (Agustina, peruana, 26 años).

Algunos elementos de la historia de Agustina fueron mencionados en el capítulo anterior. Ella estuvo presa por casi dos años y sabe que su madre está molesta por lo sucedido, con lo cual esbozó que sus expectativas relacionadas al regreso podían ser negativas, aunque al hablar todos los días con ella, sentía ganas de volver a tener contacto con su familia de origen. Una de las características vinculadas a las expectativas de las migrantes travestis/trans en torno al regreso se relaciona a sensaciones de ansiedad, en donde la espera adquiere un carácter en el que se construyen una serie de representaciones de aquello que puede llegar a suceder.

En otros casos, las entrevistadas señalan situaciones de hostilidad que se vinculan al presentarse en el espacio público durante horas de importante circulación. Una migrante relató haber vivido situaciones de hostilidad, puesto que:

Las dos veces que he ido, he tenido pequeños enfrentamientos donde expuse a mi esposo a situaciones de violencia con las personas de allá. Porque por la misma burla, de que me veían caminar con él o estando mi cuñada y mi hermano caminábamos, a conocer la plaza. La gente allá es tan descarada, tan descarada, que te miran directamente y escupen a veces a un costado por el desprecio que te hacen. Entonces, mi esposo no le gustó y se agarró de querer pelear y tuvimos que frenarlo. Porque él claro, estaba defendiéndome porque yo soy su esposa, porque lo que hizo esa persona no es de un ser humano coherente y consciente (Sandra, peruana, 43 años).

Si bien la relación de Sandra con su familia de origen se recompuso, a partir de una estrategia matrimonial que será abordada más adelante, cuando se la interrogó sobre la sociedad peruana en sentido amplio, relató agresiones de transeúntes cuando se desplazaba junto a su pareja. Ella los califica como “pequeños enfrentamientos” cuando en verdad responden a la transgresión de normas morales, de género y sexuales que reciben sanciones contundentes. Además, no es casual que indique que la hostilidad de las personas se haya producido mediante el acto de escupir. Según Elías (1939) tal acto se ha valorizado de manera diferente en el tiempo, aunque en el contexto contemporáneo simboliza desprecio, desagrado y falta de respeto. De alguna manera, este tipo de situaciones para las entrevistadas representan situaciones de decepción porque observan características hostiles del entorno, a pesar de sus regresos luego de un período de tiempo considerable y las diferentes modificaciones corporales que llevaron a cabo.

Con fundamento en Rodriguez et al. (2015) las agresiones en el espacio público hacia estas personas representan un indicador de transfobia. Si se asume que la construcción de códigos morales y hegemónicos (Benhabib, 2005; Cohen, 2009) establecen conductas normalizadas y patologizan las diferencias, la identidad de género travesti/trans representa una provocación al régimen heterocispatriarcal. Este tipo de agresiones suelen ser comunes, de hecho uno de los aspectos que señalan las migrantes travestis/trans sobre las razones de su migración reside el hecho de poder transitar en la vía pública sin ser violentadas (Carrijo, 2011).

6.5.2. Tolerancia

La tolerancia es una propiedad que contempla un desafió teórico en la medida en que puede conducir a equívocos debido a sus múltiples acepciones. Meccia (2016) entiende que tolerancia expresa un estado latente de aceptación a regañadientes, como consecuencia de las sanciones jurídicas que pueden acarrear las discriminaciones. La tolerancia se diferencia de la hostilidad en la medida en que las familias de origen de las travestis/trans sudamericanas empiezan a entender el proceso que han atravesado ellas y mantienen vínculos de diálogo y encuentros cuando se produce el retorno. A diferencia de la aceptación, que implica que las familias de origen comprenden las dificultades de construir una identidad de género travesti/trans y del tránsito migratorio y deciden integrarlas a la vida familiar, la tolerancia es en apariencia de aceptación (Zizek, 2008) con el fin de sostener del status quo (Marcuse, 1977) de las normas del género. De este modo, se continúa considerando que la identidad de género travesti/trans es problemática para el entorno, aunque se observan algunos esfuerzos por comenzar a considerarla. Por eso, Pecheny (2001:6) sostiene que tal concepto:

Implica el respeto de la libertad del otro, de sus maneras de pensar y de vivir, ella significa al mismo tiempo admitir la presencia del otro a regañadientes, la necesidad de soportarlo o dejarlo sencillamente subsistir. La tolerancia no equivale pues a la aceptación ni al reconocimiento social.

La cuestión de las formas y sentidos que adquiere la tolerancia son elementos constitutivos de la condición del migrante y si bien ha sido pensado para la sociedad receptora y vinculada a la cuestión de la hospitalidad, puede aplicarse a los retornos temporales de las travestis/trans sudamericanas. Según Derrida (2004, citado en Pechaszadeh, 2012: 43):

La tolerancia es ante todo un acto de caridad. Caridad cristiana, por consiguiente, incluso si puede parecer que judíos o musulmanes se apropian de ese lenguaje. La tolerancia está siempre del lado de “la razón del más fuerte”; es una marca suplementaria de soberanía; es la cara amable de la soberanía que dice, desde sus alturas, al otro: yo te dejo vivir, tú no eres insoportable, yo te abro un lugar en mi casa, pero no lo olvides: yo estoy en mi casa […]. 

En congruencia con estas interpretaciones teóricas, una entrevistada relata su experiencia de retorno que se encontró enmarcada en vínculos que oscilaron entre el rechazo y la tolerancia.

No pero igual cuando están tomados me dicen ¿No? O sea están escaviados: “sabes que puedes hacer todo lo que vos quieras pero acá en la casa respeta en el sentido de que por ahí no vayan a decir yo me encontré con tu hermano, tu hermano estuvo borracho por allá eh regalado” así, no se eso, es lo que ellos no quieren. Entonces yo les digo: “no todo bien”. “Porque el único gil que te falte el respeto avísame si es mi amigo tú tienes que avisarme” me dicen o hacerte respetar. Y ellos me dan consejos igual como son mayores yo les hago caso ¿viste? Vengo borracha, vengo borracha y me meto en mi cuarto y a dormir (Melanie, peruana, 27 años).

En relación con lo aportado por la entrevistada, los hermanos le exigen el sostenimiento de una identidad discreta y desviada (Pecheny, 2002; Becker, 2009), o en otros términos una identidad encausada, con el fin de conservar el orden familiar. De este modo, expresar una identidad encausada implica controlar cierta información personal con el fin de pasar desapercibida. Con independencia de que una persona travesti/trans tenga menos posibilidades de lograr esto que otras poblaciones ubicadas en el colectivo LGTBIQ+ lo que se busca es regular sus comportamientos para que se adapten a lo establecidos por códigos morales hegemónicos (Benhabib, 2005; Cohen 2009). En definitiva, fiel a la cita de Derrida (2004) la entrevistada puede expresarse con libertad, pero debe recordar cuales son las normas del entorno y de las familias de origen. A diferencia del secreto, que puede resultar un elemento constitutivo de algunas identidades sexuales disidentes (Pecheny, 2002), encausar la identidad de género, ante las dificultades para enmascararla, implica expresarla de acuerdo a las normas sociales aprobadas, es decir, comportamientos construidos en función de códigos morales y hegemónicos (Benhabib, 2005).

Los hermanos de la migrante, cuando afirman que golpearán a quienes la agredan, consideran utilizar una estrategia de despliegue de la fuerza con el fin de mantener el honor familiar. De alguna manera, se apela al mantenimiento de cierto secretismo y encausamiento al interior de la familia. Por eso, la entrevistada advierte también el control de una personalidad potencialmente escandalosa, se oculta, si bebe de más prefiere no cruzarse con su entorno, o al menos, que no lo noten. Esto se hace evidente cuando relata que los hermanos le indican que es libre siempre y cuando los demás perciban aspectos que pueden ser sancionados por los demás. La tolerancia que experimenta la entrevistada es clara, se trata de poder expresarse con libertad siempre y cuando no moleste. Y esa molestia es el resultado de la diferencia, sobre todo cuando se considera que puede ser indeseable.

Según Becker (2009) uno de los aspectos de la carrera moral del desviado consiste en mostrarles a los demás que su desviación puede ser justificada. De este modo, se observa que las migrantes travestis/trans tienen un comportamiento activo que contribuye a facilitar la aceptación. Por ejemplo, Aylén había llevado un documental, Melanie les había dado señales a sus hermanos y familia de origen respecto de sus transformaciones. En la constitución del vínculo con la familia de origen, las resistencias y reflexiones propias de los familiares son pertinentes, pero también del esfuerzo que las entrevistadas hacen para recomponer el vínculo. En otras palabras, pareciera ser que varias de ellas no tienen una actitud de resignación ante la hostilidad, están dispuestas a superar las pruebas frente a sus familias de origen porque entienden que la aceptación es necesaria en sus vidas, aunque no determinante.

De acuerdo a lo que afirma Becker (2009), las migrantes travestis/trans sudamericanas son desviadas puras, ya que rompen las reglas y son percibidas como tales. Pero el modelo propuesto por el autor no es estático y puede modificarse en el tiempo. La entrevistada de ser una desviada pura deviene luego del retorno en una desviada que puede expresar socialmente su identidad de género de manera encausada (Pecheny, 2002)[12], es decir, dentro de los límites estipulados por la institución familiar. Como base en Foucault (2014) la sexualidad representa un dispositivo y las familias de origen poseen un lugar primordial en su regulación. Sin embargo, sin perder de vista la agencia que desarrollan las migrantes, ellas al ser parte de un grupo desviado logran sortear los inconvenientes que esto acarrea, puesto que mediante esa pertenencia […] “cuentan con un enorme acervo de tradiciones sobre esos temas, y el nuevo recluta lo incorpora rápidamente” (Becker, 2009: 57) y con el fin de presentarse en determinadas situaciones sociales en mejores condiciones.

Por otra parte, la historia de Melanie permite observar las mutaciones que asumen las actitudes de las familias en el tiempo. La entrevistada poseía algunas expectativas sobre su regreso que se asociaban a la potencialidad de vivir situaciones de hostilidad, por lo que desarrolló determinadas estrategias para lograr que de manera progresiva que su familia de origen comience a aceptarla.

-Y eso me decía mi amigo, de a poco, entonces yo fui llegue estando normal. Después otro año fui con la cola hecha, al otro año ya me ponía corpiño y me maquillaba delante de ellos cuando salía al boliche.

-Claro ¿Te veían?

-Si me veían ya tenía hechas las tetas y ya las cosas pasó a paso… Yo lo hacía obvio ya me maquillaba delante de ellos y cuando me iba a bailar ya salía con vestido (Melanie, peruana, 27 años).

Durante el transcurso de esta entrevista Melanie fue describiendo de manera progresiva algunas características de sus retornos temporales. Hubo un paralelismo entre las fases de su transición y las fases vinculadas a la actitud de su familia ante su presencia. Autores como Ekins (1998 citado en Fernández, 2004) han construido clasificaciones sobre las posibles fases de la transición de género. Si bien las mismas se han cuestionado por esencializar un proceso complejo, es posible observar que la migrante desarrolló su expresión de género por etapas en el contexto de sus sociedades de origen. Dado que la migración le permitió comenzar a vivir su identidad de género con mayor libertad, pudo llevar a cabo transformaciones graduales que expuso en su entorno con cautela. Se observa entonces una gestión de la aceptación familiar mediada por transformaciones corporales graduales que le permitieron a la familia de origen realizar un proceso de asimilación. En cada retorno temporal iba modificando parte de su cuerpo y la manera de presentarlo con el fin de que su identidad de género sea asimilada de manera progresiva.

En otros casos los relatos que denotan tolerancia de parte de las familias, se traducen en comportamientos híbridos ante la presencia de ellas. No asumen conductas que expresen algún tipo de agresión explícita, pero tampoco puede afirmarse que hayan sido integradas a la vida familiar, al menos en esas instancias.

-Cuando yo me fui de mi casa no termine en buenos términos, pero el transcurso de los años van cerrando las heridas, ya las cosas cambiaron un poco y no hay problema –

-¿Cuánto tiempo estuviste en 2011?

-Habré estado 10 días. Yo fui por un mes, pero mi casa, supongamos que este es lima y este es hotel, la casa de mi mama estaba fuera de capital, que te puedo decir. Cuando yo estaba viviendo sola mi mama venía a visitarme a mí, llevaba una buena relación con mi madre, como te digo el tiempo sana las heridas (Claudia, peruana, 46 años).

El relato de Claudia demuestra que las experiencias de regreso no pueden reducirse a la aceptación o el rechazo de las familias como propiedades estáticas. Las familias de origen transitan un proceso que por lo general se modifica en el tiempo. Los padres y hermanos/as viven un duelo cuando ellas transforman sus identidades de género y lo gestionan emocionalmente de acuerdo a los recursos que poseen. La entrevistada afirma que el tiempo es un factor que repara el vínculo. La dimensión temporal, en los proyectos migratorios, representa un aspecto central. Ellas abandonan los contextos de origen y la hostilidad de las familias de origen queda en un pasado al que no hay regreso. El malestar que le ocasionó a las familias de origen que ellas asuman y expresen la identidad de género travesti/trans comienza a diluirse porque en el presente, en los contextos de origen, están ausentes, ya no molestan, la presencia del cuerpo travesti/trans y las disrupciones que eso provoca no afectan la vida familiar.

Claudia demuestra como a pesar del paso del tiempo su relato denota insipidez, ella expresa: “que te puedo decir” haciendo alusión a la escasa demostración de afectos que experimentó al retornar. En términos de Sayad (2010c), cuando el migrante regresa a su hogar parece transformarse en un extraño, es un invitado en su propia casa, un extranjero. La entrevistada no profundizó en algunos aspectos, a pesar de que se le solicitó, pero dejo en claro que estuvo diez días y fuera de la vivienda familiar. Más allá de que se desconoce la situación habitacional de su familia de origen y las posibilidades para hospedarla, tuvo un trato distante que lejos se encontró de relatos contextualizados en la aceptación, tal como se plantean a continuación.

6.5.3. Aceptación

La aceptación de las familias de origen y los entornos no debe entenderse como una propiedad estática ni exenta de conflictos o tensiones. Consiste en un proceso complejo y relacional entre las migrantes travestis/trans sudamericanas y sus familias que implica un esfuerzo de las partes. De parte de las migrantes, involucra dejar atrás actitudes que pueden provocar resentimiento, de parte de las familias de origen comprender las disidencias que supone la identidad de género travesti/trans. La aceptación no es concebida como algo positivo o negativo por este escrito, por el contrario, son las entrevistadas quienes realizan una valoración positiva. Además, para las entrevistadas la aprobación de sus familias y entornos adquiere múltiples significados, algunos de ellos se abordan en esta sección.

Más allá de que el conflicto se encuentre presente, aun cuando se observan mayores niveles de aceptación, esta categoría refiere a que las migrantes travestis/trans pueden relacionarse con sus familias de origen siendo integradas a la vida privada de las mismas y, a la vez, contar con cierto reconocimiento del entorno de manera más amplia, sobre todo de vecinos y amistades[13]. Esta categoría engloba experiencias satisfactorias, debido a que el universo de estudio relata reuniones con familiares y amigos, esparcimientos en ámbitos públicos y cierta libertad de expresión y ejercicio de la sexualidad.

Las migrantes travestis/trans sudamericanas cuando retornan de manera temporal a sus países de origen perciben que el contexto social se ha modificado. Cuando en las entrevistas comparan los contextos de origen con el AMBA, además de una diferencia espacial se observa una distancia temporal. En otras palabras, algunas entrevistadas relatan la hostilidad de los contextos de origen cuando ellas migraron, lo que supone descripciones de las sociedades emisoras de años atrás, incluso décadas. Al regresar, pueden experimentar las transformaciones culturales, políticas, económicas y sociales que han ocurrido en esos países. Inclusive en algunos de ellos el poder legislativo está comenzando a debatir leyes que reconocen la identidad de género.

Como se mencionó con anterioridad, como regla general, las entrevistadas consideran que el tiempo es un factor que contribuye a la aceptación. “El tiempo sana las heridas” relató una de las entrevistadas en el contexto de una conversación, luego de finalizar la entrevista y al hacer referencia a la aceptación de sus familias de origen. De manera complementaria, García García y Oñate Martínez (2008) sostienen que la distancia les proporciona a las mismas la posibilidad de procesar su identidad de género hasta tal punto que acabarán por aceptarlas. La espacialidad y la temporalidad se conjugan e inciden en la actitud de las familias de origen hacia ellas.

Cuando se presentó la construcción de la categoría analizada en este apartado, se afirmó que la aceptación familiar no podía reducirse al envío de remesas o a la demostración de una subjetividad con elevado capital erótico. En síntesis, existen otros factores que exceden al capital económico y erótico.

E incluso me lo dijo mi cuñada en una oportunidad, “tu papá está muy contento, muy contento, orgulloso con vos, porque me dice que él daba sus esperanzas a su hija…”, mi hermana, “…daba sus esperanzas y ponía sus esperanzas entre su hija de que iba a encontrar una pareja que iba a estar bien y que los iba a guiar y que los iba a apoyar”. Porque esa es una costumbre de los padres, viene de décadas, comportamientos de aquellas generaciones antiguas. “Porque yo siempre quiero lo mejor para mi hija, siempre esperando que el hijo que, va a ser para la familia que le va a dar una protección distinta”. Mi cuñada me lo dijo, “no que tu papá muy contento con tu esposo, ni siquiera tu hermana ha encontrado un esposo profesional. “Tu hermana habiendo tenido la oportunidad por ser mujer, ser también profesional, porque tu hermana también estudió, se encontró un campesino, y tu papá que no se lleva bien con él, que más allá de ser por él, trabaja de vez en cuando ahí en el campo y cuando no hay en el campo no trabaja. Entonces como para tu papá, él es una carga. Más allá de su hija, de sus nietos, también, de su yerno. Vio lo tuyo y quedó capaz asombrado, porque vos trajiste tu esposo, a una persona profesional que él se sintió a gusto con quien pudo dialogar” (Sandra, peruana, 43 años).

En las estrategias matrimoniales de las migrantes travestis/trans sudamericanas se han observado modos de intercambios que entrelazan el dinero, el amor y el poder (Pelúcio, 2011; Teixeira, 2011). Si la tradición hizo énfasis en la construcción de capital económico como principal fuente de aceptación, los datos construidos por esta investigación permiten matizar esas conclusiones. En el caso de Sandra, el capital social resultó fundamental para afianzar una experiencia de retornó que consideró positiva. Ella conoció a su marido ejerciendo la prostitución/trabajo sexual y según indicó, él era un cliente con el que compartía diferentes salidas y momentos, por lo que excedía ese papel. En términos de Teixeira (2011) se trataba de una marido fino, es decir, alejado del consumo de drogas, con buena posición económica y modales acorde con las exigencias sociales.

En algunas ocasiones, se logró registrar que las migrantes travestis/trans sudamericanas realizan estos retornos temporales acompañadas de sus maridos. Esta decisión implica incurrir en una serie de riesgos, porque no sólo se expondrán ellas a la potencial hostilidad de los entornos, sino que además los propios maridos pueden experimentar el rechazo. En definitiva, la exposición en el espacio público acompañadas de ellos, tal como expresaba Sandra con anterioridad, representa una provocación para las sociedades emisoras. Sin embargo, las características de este marido fino, para la familia de la entrevistada, representó un indicador de éxito del proyecto migratorio.

La entrevistada sostuvo que familia de origen la ha aceptado por diversos motivos, pero hace especial énfasis en que la actitud de sus parientes se asocia al hecho de que haya logrado entablar un vínculo sexo afectivo sólido. El haber elaborado una estrategia matrimonial efectiva, ocasionó mayores niveles de aceptación vinculado al hecho cultural del reconocimiento de las feminidades, producto del mandato de contraer matrimonio con varones de estatus que posean niveles socioeconómicos elevados. Además, profundiza en la valorización recibida por las características socioeconómicas de su marido. Según indica Sandra, su hermana le narró que su padre se siente a gusto con su pareja porque él es profesional (contador público) y pueden establecer conversaciones, en contraposición con su hermana que siendo mujer cisgénero y con elevado capital cultural institucionalizado ha contraído matrimonio con un varón de escaso valor social que trabaja de manera irregular y carece de calificación.

En este caso es necesario recuperar la importancia del capital social y la potencialidad del mismo para convertirse en otros capitales. Además, el capital simbólico en tanto obtención de reconocimiento resulta una dimensión esencial. En estos casos, es probable que el capital económico de las migrantes incida en la actitud de las familias de origen. Pero la aceptación respecto de sus identidades de género, siempre sujeta a tensiones, excede factores económicos y se vincula también a otros capitales. Bourdieu (2001) definió las estrategias matrimoniales como aquellas destinadas al mantenimiento de la reproducción social y del patrimonio familiar. Sin embargo, tal estrategia le permitió a la entrevistada comenzar a reproducir sus condiciones de vida en mejores condiciones y obtener capital simbólico debido a la trascendencia que tuvo para su familia de origen, el hecho de que haya conseguido pareja. En resumen, esa estrategia le permitió alcanzar status y reconocimiento.

Además, Sandra relató que su madre, en su lecho de muerte, habló con su padre y le manifestó que la acepte como expresión de su último deseo antes de morir. La migrante considera que este factor fue de vital importancia para lograr la aceptación de su familia. De este modo, la multiplicidad de factores que intervienen en la actitud de las familias de origen es diversa. Puede observarse un aspecto asociado a la afectividad y a posiciones diversas dentro de las familias que pone en tensión la aceptación como resultado de un único factor. La afectividad y el mandato familiar del cuidado y acompañamiento de los hijos parecen interpelar a los padres, más allá de las hostilidades y rispideces que aún perduran.

Por otra parte, si anteriormente se hizo referencia a la potencialidad del capital erótico en el logro de la aceptación social de los entornos, las entrevistadas han relatado algunas de las formas posibles en las que esto puede observarse. Es decir, se ha proporcionado que las razones de mayor aceptación o potencial aceptación, en las sociedades emisoras, se deben a la percepción del alto capital erótico que han constituido.

He tenido primos que cuando me vieron me hicieron propuestas sexuales (Gisela, peruana, 31 años).

Y ahora es distinto hasta mis ex compañeros también me dicen: estas muy linda que no sé qué ¿Cuándo volvés a Perú? Y ahora me llaman ¿entendés? Los mismos que me cargaban, me insultaban me han pedido disculpas y me han dicho no quería ofenderte pero fue en ese momento porque éramos muy chicos… puede ser o sea que me pidieron perdón pero bueno todo queda en la memoria (Valentina, peruana, 31 años).

– ¿Y vos porque crees que cuando volviste después, te aceptaron más?

-y porque por ahí me extrañaron o se dieron cuenta de que por ahí las palabras que me dijo mi papa, y me dijo discúlpame por lo que te dije, y aunque te hayas ido nosotros te queremos mucho más, ellos no querían que me regresara

-¿Y vos como te presentaste ante ellos, ya eras trans?

-Claro, ya era mujer, cuando me fui de mi pueblo yo era gay, cuando regrese ya era una chica trans, ya tenía tetas, ya tenía cuerpo, tenía cabello largo y mi papa me dijo: “te felicitó porque conseguiste lo que querías y te vez muy bien”. Y me lo decía ya no para ofenderme, por ahí para reparar lo que me había dicho antes y después mi papa me pidió personas, mis hermanas también, aunque ellas no me habían hecho nada, sólo llevarme al psicólogo (Ariadna, peruana, 31 años).

Gisela al retornar experimentó que su familia de origen la aceptaba, tanto sus padres como otros familiares. A ella le sorprendió que sus primos se sintieran atraídos sexualmente ante su presencia. Además aseguró que era diferente a las peruanas y al ser bella y alta se veía beneficiada en todo sentido. También fueron descriptas diversas intervenciones quirúrgicas realizadas que impactaron en la manera de presentar y expresar su identidad de género.

Valentina había padecido acoso escolar durante su infancia y adolescencia. De hecho, fue el contexto en el que atravesó su transición y una de las principales razones para migrar al AMBA. Sin embargo, sus antiguos compañeros de escuela en la actualidad se comunican con ella mediante redes sociales y le preguntan por su regreso, depositando expectativas en las transformaciones corporales que ha llevado a cabo como indicadores del incremento de su capital erótico.

Ariadna en un sentido similar percibió la manera en que las transformaciones corporales incidieron en la aceptación de sus familias. De hecho el padre la felicitó afirmando que su apariencia era satisfactoria. Esta valoración indicaba que la expresión de género que ella intentaba trasmitir se encontraba en concordancia con su identidad de género. En este caso vuelve a percibirse la disculpa como un modo de reconstituir el vínculo. Es evidente que cuando ellas, al lograr presentar una expresión de género acorde con las expectativas sociales, logran mayores niveles de aceptación. Es decir, existe un reclamo de coherencia en la identidad de género, cuanto más femeninas y bellas sean, mayores niveles de aceptación alcanzan.

El capital erótico (Hakin, 2012) fue mencionado y desarrollado de acuerdo a sus características en el marco teórico y en capítulos presentados con anterioridad. En esta línea de interpretación, el sociólogo Green (2008) permite pensar que los campos y entornos en donde se juega el capital erótico pueden adquirir diferentes significados. También se constituyen desigualdades que expresan el grado de conversión de capitales. En este caso, para la entrevistada dichos capitales vehiculizan una mejor posición en el espacio social. Aunque los teóricos del capital erótico han revalorizado la capacidad de los sujetos, ha sido elaborado desde una mirada binaria, aunque no siempre heteronormativa. Dicho de otra manera, algunas producciones han presentado su importancia en personas cuya orientación sexual no es normativa, pero su aplicación en migrantes travestis/trans aún es limitado.

El capital erótico representa una fuente de empoderamiento para las migrantes travestis/trans tanto en el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual como en los retornos temporales debido al reconocimiento que les permite alcanzar. De todas formas, resulta necesario incorporar el concepto de capital erótico de manera crítica, puesto que deducirse que la adquisición de ese capital es el resultado de la voluntad individual y que las entrevistadas se encuentran en las mismas condiciones para poder desarrollarlo. Como se observó en el capítulo anterior, las diferentes nacionalidades de ellas pueden ser exotizadas o devaluadas en función de la valoración del capital erótico que se realiza. Valoración que se encuentra condicionada históricamente e imbricada en una estructura intercultural que en la sociedad receptora revaloriza un “crisol de razas” europeo en tanto formación de alteridad legítima (Segato, 2007). Además, el capital erótico no refiere de manera exclusiva al aspecto físico, también sus indicadores demuestran las capacidades de seducción y las habilidades sexuales, que si bien las entrevistadas no mencionan de manera directa, se encuentran en juego tanto en las sociedades receptoras como en las emisoras y se destaca que son caracterizadas como personas propicias para el ejercicio de la sexualidad y exploración por parte de sus parejas. El regresas a sus entornos exponiendo un alto capital erótico, le permite a las migrantes posicionarse de manera favorable ante sus familias.

En otro orden de ideas, Vogel (2009), por ejemplo, considera que las migrantes travestis/trans[14] sudamericanas al llegar a las sociedades emisoras, el ascenso económico alcanzado les permite reencausar sus roles dentro de las familias de origen. Lo que señala esta investigadora es que hay distintos tipos de capitales que se ejercen y se ponen en juego, en este caso el económico y el erótico. Le otorga importancia a las transformaciones corporales y a la manera de presentar el cuerpo de manera hiperfeminizante que es asimilado por el entorno de manera positiva contribuyendo a la mejora del vínculo. La cuestión de las disculpas como un modo de intentar recomponer un pasado en el que existieron distintos agravios suele presentarse tanto de parte de amistades como de familiares.

Algunas entrevistadas dieron elementos que permiten afirmar que la aceptación de los entornos conjuga diferentes elementos.

-¿A la gente de afuera la tratan bien?

-A los de afuera los tratan bien porque a la gente le conviene

-¿Por que ven que venís con dinero?

-Claro, porque te ven con dinero y en ese tiempo la Ropa peruana y la ropa argentina era muy marcada, las modas ¿Me entiendes? Ya sabían que eras de afuera, y como los peruanos son chiquitos, yo me veía alta (Luna, peruana, 36 años).

El relato de Luna conjuga factores de aprobación ligados al capital económico y erótico. Ella señala que el incremento de recursos económicos resulta un asidero esencial del reconocimiento es su entorno de origen. En ese momento, hace 15/16 años atrás establece que la indumentaria adquirida en el AMBA expresaba un rasgo de distinción y prestigio (Bourdieu, 1998 [1979]; Zambrini, 2010; Carrijo, 2011). La entrevistada al mostrar diferencias en la indumentaria establecía diferencias vinculadas a la presencia y al capital erótico que expresaban también desigualdades de capital económico. Si bien tal asociación no debe resultar mecánica, observando el relato de la entrevistada puede entenderse que ambos capitales (erótico y económico) se conjugan en una trama compleja que pondera las subjetividades de acuerdo aspectos ligados a la apariencia y a las tenencias materiales. Con fundamento en Álvarez (2017) la exposición de indicadores de “éxito migratorio” mediante capitales que les otorgan reconocimiento y distinción, son fundamentales y en los retornos temporales de algunas entrevistadas se conjuga el capital erótico con el económico.

Por otra parte, de manera previa fue citada una entrevistada brasileña que relató la hostilidad de su familia de origen ante su regreso, al verla transformada por primera vez. Sin embargo, en el fragmento citado a continuación puede observarse la actitud los dirigentes de la organización a la que pertenece (MST), cuando la migrante hubo retornado. En este caso, puede observarse que la actitud ante el regreso excede a las familias e interviene también el entorno cercano.

Claro que para ellos también era todo nuevo pero todo el tiempo estuve muy acompañada. Y la asociación de Brasil fue un choque muy fuerte de los dirigentes porque no lo esperaban. Para la organización entonces fue muy turbio porque yo estaba con mucho miedo. Yo iba a encontrar primero a mi organización, y encontré a los compañeros de la organización y nada estaba compañero, y tenía que ser de esta manera y bueno el movimiento lo recibió muy bien, diciendo quédate tranquila es algo nuevo para nosotros (Aylén, brasileña, 25 años).

La organización a la que pertenecía Aylén desconocía la transformación que ella estaba realizando. La migración de la entrevistada fue efectuada con el apoyo de la organización con el fin de que estudie medicina y luego regrese a colaborar en su comunidad. La migrante vivió una experiencia de espera y ansiedad que se traducía en las expectativas que poseía respecto de cómo iba a procesar la organización su transición. Cuando regresó, los dirigentes se encontraron frente a una encrucijada, desconcertados, desorientados y, a la vez, interpelados por la presencia de una subjetividad travesti/trans desconocida para la organización. La discriminación y expulsión no podía representar una opción, pero la aceptación plena despojada de conflictos solo podía representar una ilusión. Lo cierto es que los dirigentes de la organización, entre una mezcla de asombro y desconcierto entendieron que debían respetarla.

Por último, algunas migrantes consideran que la aceptación de sus familias se trata de algo natural y entienden que el lazo de parentesco explica por sí mismo tal actitud.

-Por eso te digo -Saben todo, feliz contentos –O sea ahora lo aceptan más -Mucho más –

-¿Por qué será?

-¿Por qué será? porque soy su hijo, hijo entiendes es madre acepta a su hijo a donde vaya por más que no tenga una mano no tenga un pie, sea invalido, sea feo o hermoso la madre es madre y siempre va a llorar por su hijo (Carolina, peruana, 19 años).

Eh al principio no… a ver mi familia es mi familia, si la familia es de sangre ante todo te va a querer, bueno yo lo pienso así porque mi familia. Soy la hija de mi mamá o el hijo antes pero el amor no cambia, el amor de madre no cambia. Si una es chica trans, gay y lo que sea no va a cambiar nunca, que le va a doler si como le dolió, como le dolió a mis hermanas, era el único hombre entre comillas de la casa porque todos, todas somos mujeres y al yo decirles que era chico gay antes sufrieron muchísimo y más cuando les dije que quería ser mujer (Mariela, colombiana, 28 años).

La respuesta de Carolina sobre la aceptación de su madre respecto de su identidad y expresión de género permite establecer que para la entrevistada el vínculo maternal no se altera ante los estigmas de los que pueden ser portadores sus hijos. De este modo, establece una analogía de su subjetividad con personas que poseen alguna discapacidad o deficiencia corporal. De este modo, Goffman (2015), mediante la descripción de los sabios da cuenta de grupos de personas que no comparten el atributo del sujeto estigmatizado, pero que por su sensibilidad y conocimiento comprenden y no patologizan al diferente. Sin reiterar en profundidad conceptos del autor, vuelve a presentarse la identidad de género travesti/trans mediante el estigma, ya que la entrevistada comparó su condición con la discapacidad. En resumen, si los sabios poseen una comprensión especial ligada al conocimiento e intelecto, las familias de origen deben obedecer a un mandato inmutable que posee el destino final de amar a sus hijos. Las concepciones de las entrevistadas deben problematizarse porque si tal mandato fuera automático, el rechazo que experimentaron en sus biografías no debería haberse presentado.

Las entrevistadas refirieron a un amor natural de los progenitores como si se tratara de algo dado, inmutable, es decir, pretenden sostener que la identidad y expresión social del género en tanto rasgos construidos como desviados (Becker, 2009) no terminan por constituirse como tales, pues sus madres las aceptan a pesar de todo. Sin embargo, tal aceptación se produce a la distancia porque las familias temen padecer discriminaciones indirectas en el contexto hostil de las sociedades emisoras. En el fragmento de Mariela se observa que la comprensión queda circunscripta a una cuestión de mandato relacionado al parentesco por los lazos de sangre. Por eso, la entrevistada considera que su familia posee una especie de obligación de reconocerla más allá de su identidad de género. Relata que el amor maternal se encuentra atravesado por una esencia invariable que radica en una comprensión natural. Carrijo (2011) sostiene que la recomposición de los lazos familiares, cuando las travestis/trans retornan no puede reducirse a una cuestión económica. Para Mariela, el amor maternal es inmutable, se trata de un mandato que conjuga lo natural con lo cultural que provoca, a fin de cuentas, que terminen por aceptarla. Es pertinente que la entrevistada identifique el dolor que experimentó su familia de origen al conocer su identidad de género. Si bien puede representar la complejidad que implica para las familias enfrentarse a ello, también ilustra sentimientos de culpa por parte de las migrantes que consideran que deben retribuirles a sus familias como consecuencia del daño que les ocasionaron.

Mariela, retornó a Colombia mientras se desarrollaba el trabajo de campo de esta investigación. Al regresar, relató que cuando regresa a Colombia su familia la trata como a una mujer. Ella decía que su madre y hermanas sentían que habían perdido a su hermano y tenían el deseo de tener un hijo varón, pero que con el tiempo acabaron por aceptarla. En estas experiencias de campo, enmarcadas en la observación participante, se percibió el impacto que posee en el entorno del país receptor el haber realizado una experiencia de regreso temporal. Mariela narró historias sobre el trato recibido de su madre y hermanas y les enseñó fotos y videos tanto a sus amigos como al autor de esta tesis en las que podía observarse su inserción en la vida familiar, desbordada por la supuesta alegría de reencontrarse.

Con respecto a las dimensiones de la propiedad aceptación, en los casos citados las familias de origen las reciben en sus viviendas y les proveen lo necesario para reproducir sus condiciones de vida durante ese tiempo. En esos encuentros ellas suelen viajar con obsequios que representan remesas indirectas y participan de diferentes actividades de esparcimiento. Los regalos y el envío de remesas son retribuciones económicas que representan indicadores de “éxito migratorio” y sentimientos de culpa que son parcialmente resueltos mediante este tipo de contribuciones.

En otras oportunidades (Perez Ripossio, 2020b) se señaló, que las experiencias de retorno, para las travestis/trans, representan instancias complejas en donde se juegan sentimientos encontrados, ansiedad, felicidad, indiferencia y tristeza. En el dolor del proyecto de retorno hay también una posibilidad y esa posibilidad radica en la realización de una identidad de género de manera plena, que más allá de que represente una situación ideal se traza como horizonte. Además, esa posibilidad reside en lograr una reflexión y aceptación respecto de la actitud de sus familias sobre su condición identitaria. La discriminación, la violencia y la falta de comprensión de las familias de origen motivo, entre otros factores, el desplazamiento de las entrevistadas. Al atravesar el arduo proceso de traspasar las fronteras identitarias realizando un viraje biográfico que conjuga la migración con la identidad de género, en el regreso a sus entornos se juega la reversión del rechazo social, en particular de las familias de origen y entornos. Cuando las travestis/trans vuelven hacia su destino migratorio, lo hacen entendiendo que han superado una prueba importante y más aún, han dejado un ejemplo que pueden tomar como referencia otras travestis/trans que aún no han migrado, pero que poseen esas expectativas. Migrar puede implicar empoderarse frente a familias y sociedades que fueron excluyentes y hostiles.

Tal como lo entiende Sayad (2010b: 267) los vínculos con las familias pueden recomponerse “pero no puede volver nunca al tiempo de la partida, volver a ser tal como éramos en el momento de la partida, ni tampoco reencontrar, tal y como los dejamos, los lugares y las personas”. En conclusión, la migración es un proceso arduo, atravesado por violencias, criminalizaciones y discriminaciones. Representa una ruptura permitiendo la realización personal y colectiva en un entorno que es construido como menos hostil y que permite vivir una identidad de género al igual que alcanzar otros logros. Se trata de un proceso envuelto en contradicciones, es un viraje biográfico incierto que conjuga logros, condicionantes y hostilidades. No se trata de un escenario más o menos hostil respecto de las sociedades emisoras, es diferente y se expresa en la reconfiguración de las discriminaciones y las posibilidades de vivir en mejores condiciones.

Ahora bien, con anterioridad se determinó que el retorno migratorio desde un enfoque transnacional no representa el cierre de un ciclo, por el contrario reviste la circularidad de los proyectos migratorios, con lo cual es necesario avanzar en el análisis de lo que ocurre luego de concluidos los retornos.

6.6. Regreso del retorno y evaluación del proyecto migratorio

Las experiencias de retorno no pueden considerarse instancias estáticas y finalizadoras del ciclo migratorio (Cassarino, 2004). Por el contrario, se sostuvo que tales desplazamientos son pendulares y circulares por lo que queda explorar que ocurre cuando las migrantes travestis/trans regresan de sus sociedades de origen. Regresar al AMBA luego de haber transitado sus países de origen implica mostrar un capital simbólico a sus amistades, conocidas y compañeras de militancia. Si el retorno implica exponerse de manera exitosa y triunfante en la sociedad de origen (Cavalcanti, 2004), el regreso al destino migratorio implica poder hacer eco del reconocimiento de tal éxito con el fin de adquirir reconocimiento de pares.

Como se mencionó con anterioridades, en el caso de Mariela, las migrantes, durante los retornos temporales, suelen generar una importante cantidad de fotos y videos en las que se muestran acompañadas de sus familias y realizando distintas actividades de esparcimiento. “Para cada invitado, la fotografía es como un trofeo, indicio de movilidad social y fuente de prestigio” (Bourdieu, 2003 [1965]: 61). En línea con los aportes del sociólogo francés con algunas entrevistadas se estableció una comunicación posterior al retorno vía WhatsApp y se les solicitó que relataran las experiencias de retorno a las sociedades emisoras, puesto que las entrevistas se habían realizado de manera anterior a esas instancias. Algunas de ellas subieron fotos y videos a sus redes sociales que ilustraban el trato que pretendían demostrar que había recibido. Además esas imágenes y videos, en ocasiones, fueron socializados en el contexto de reuniones en las organizaciones en las que se realizó observación participante, como así también en eventos informales entre amistades y conocidas.

Las mismas daban cuenta de la integración con sus familias, festejos de cumpleaños, y eventos familiares en donde aparecían abrazadas a sus hermanas y padres/madres en lugares públicos y semi-públicos, por ejemplo, plazas, centros comerciales y de esparcimiento. La fotografía para ellas adquiere un status fundamental […] “ya que proporciona el medio de eternizar y solemnizar esos momentos culminantes de la vida social donde el grupo reafirma su unidad” (Bourdieu y Bourdieu, 2010: 52). Exponer la aceptación de sus familias implica constituir capital simbólico, de ahí que funcionen como trofeos que deben ser expuestos en el contexto de diferentes sociabilidades. Es probable que en algunos casos estas experiencias de regreso no sean demostradas con el fin de ganar notoriedad, pero en otras, es evidente la actitud de querer comunicárselo al resto con el fin de obtener reconocimiento y aceptación social en el contexto de la sociedad receptora.

En este orden de ideas, se estableció comunicación con algunas de las entrevistadas cuando había retornado a sus países de origen y se encontraban en ellos. Por lo general, afirmaban que estaban a gusto mediante la enunciación de frases como: “Los padres son los padres ¿No? ¿Cómo voy a sentirme? Bien”. En los relatos sobre el retorno, las migrantes travestis/trans sudamericanas, construyen una realidad de aceptación plena, en donde todos los conflictos han quedado diluidos como consecuencia de un factor temporal. Es insoslayable que la dimensión temporal influye en el cambio de actitud hacia las familias, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos retornan como mínimo luego de un año de haber permanecido en el AMBA. Sin embargo, es notaria la producción de una realidad respecto del trato familias que evade cualquier tensión con el fin de exponerse como personas triunfantes.

A pesar de las hostilidades que experimentan en la sociedad receptora, en acuerdo con Varatbedian (2012), la migración es un atajo que empodera a las migrantes travestis/trans y permite mejorar su imagen frente a las familias de origen. Para las entrevistadas el volver al AMBA implica un aspecto de prestigio debido a que experimentan cierta calma en la medida en que superan una prueba significativa. Como fue señalado, Butler (2006) establece que las pruebas son factores que se encuentre presente en las trayectorias biográfica de estas personas y uno de los momentos en los que se testea la percepción de la identidad de género por parte de sus familias de origen es cuando retornan a las sociedades emisoras. El mostrarle a sus pares que sus familias de origen las reconocen como travestis/trans y aceptan sus identidades de género constituye un indicador de legitimidad fundamental en el proceso de verse sometidas a prueba. A fin de cuentas, como sostiene Bauman (2012: 117), en el marco de la sociedad receptora, a lo mejor que pueden aspirar los migrantes es ser “[…] <un amigo a prueba> y en permanente verificación, una persona observada y bajo la presión de ser alguien más que él, avergonzado de su culpabilidad por no ser lo que debe ser”. Por eso, la noción de prueba es permanente y supera a la diagnosis a la que algunas travestis/trans se ven sometidas, ya que para la sociedad receptora, son también migrantes y la manera que las conciben en sus sociedades de origen impacta en el contexto local.

La tradición abocada en los procesos migratorios exploró de manera limitada las experiencias de regreso e ignoró que los efectos de tales experiencias no se circunscriben de manera exclusiva a lo sucedido en las sociedades de origen. Dado que la migración es el resultado de una dialéctica entre emigración e inmigración, el retorno impacta también en la sociedad receptora. Por eso, cuando las migrantes travestis/trans sudamericanas regresan de sus contextos de origen luego de unos meses, el “éxito migratorio” que habían mostrado en esas sociedades mediante el despliegue y la demostración de un conjunto de capitales, impacta de manera positiva en la sociedad receptora porque ahora sus compañeras, amistades, maridos y demás vínculos observan mediante fotos y videos que son travestis/trans aceptadas por sus familias de origen y eso representa un indicador de éxito ligado al reconocimiento de la identidad de género. No obstante, algunos retornos temporales no son exitosos, más allá de los esfuerzos de las entrevistadas por demostrarles a sus familias de origen que han superado las pruebas necesarias para alcanzar la aceptación. Esto podría explicar que algunas experiencias de retorno son relatadas en la sociedad receptora de manera solapada y no se profundiza demasiado en sus principales aspectos. De alguna manera, se oculta la manera en que el rechazo se perpetúa en el tiempo.

Por otra parte, con la intención de concluir el apartado, es pertinente observar la evaluación que realizaban las entrevistadas de los proyectos migratorios se las interrogó con el fin de detectar que balance habían realizado en el tiempo. Las migrantes no realizan una evaluación racional de sus proyectos migratorios, por el contrario consideran las disparidades y matices con los que se han encontrado. En esta instancia, se intenta comprender y avanzar qué ocurre luego de regresar de las sociedades emisoras para continuar con el proyecto migratorio en el AMBA. Por eso, a continuación se introduce un fragmento de entrevista en el que se realiza un balance del proyecto migratorio que sintetiza aspectos que se encuentran en otras entrevistadas, aunque no expuestos con tanta nitidez.

-Y ahí yo te digo… Argentina al menos me devolvió, como decirte, tantas cosas que padecí, al estar privada de mi libertad, era insólito que yo ni siquiera en mi país lo estuve, pero bueno, la prostitución era insólita también, pero bueno. Entonces eran cosas tan negativas, que al final de cuenta, por lo menos, me dio un respiro con que esta persona, con mi esposo que hoy en día, me alivió mi camino. Y hoy en día bueno, sigo con ese apoyo. Y él hoy en día, las cosas se ponen mal y si él me suelta quizá no voy a estar parada en una esquina, no voy a estar como sin terminar allá, mi vida sería de otra manera, no lo sé. Pero ya no voy a terminar mal. Porque yo ya estoy informada, asesorada, hice círculos sociales, hice vínculos con otras compañeras, entonces ya tengo un sustento fuerte. Una base que ya formé, digamos. No es aquél tiempo de que mi amiga me trajo y yo no conocía a nadie, a ninguna referente, a ninguna organización ni nada. Ya hoy en día tengo otra construcción de vida. Me formé de otra manera y ahora conozco más, logré empoderándome, con organizaciones (Sandra, peruana, 43 años).

Sandra representa una biografía modelo debido que ilustra la construcción de los proyectos migratorios que suponen atravesar diversas instancias arduas. En sus palabras pueden encontrarse diversos aspectos de los proyectos migratorios que se encuentran en otras unicidades de análisis. Condicionamientos, agencias, expectativas, desencantos y experiencias se conjugan al trazar caminos migratorios que contemplan matices en los que puede vislumbrarse empoderamiento, discriminación y hostilidad. Esto es pertinente porque a pesar de las vivencias negativas que experimentaron se conjugan con posibilidades económicas, sociales, culturales y simbólicas impensadas antes de efectuar los proyectos migratorios. La migración representa esas contradicciones y se percibe que posibilita y constriñe, pero a fin de cuentas, ha valido la pena.

Por último, se plantean algunos casos puntuales de migrantes travestis/trans sudamericanas que retornaron de manera establecida a sus sociedades de origen.

6.7. Adiós al AMBA: retorno establecido

En el apartado anterior fue señalado que las migrantes travestis/trans sudamericanas que consideran constituir un proyecto de retorno permanente representan excepciones. No obstante, la relevancia cualitativa de estos casos radica en considerar que puede afianzarse el proyecto migratorio mediante el regreso y de acuerdo a un conjunto de capitales incrementados en relación con aquellos que se disponía al momento de migrar. Según Carrijo (2011) para las travestis/trans el retorno permanente resulta complejo aunque la provisionalidad de los proyectos migratorios provoca que pueda presentarse. Además al aproximarse a un enfoque transnacional, tal como lo plantea Cavalcanti (2013: 31) “El imaginario de retornar, como retorno físico y definitivo o retornar a lo que fue y se mantiene como un presente existente, es un imposible en el contexto de un campo social transnacional […]”. Los retornos desde la perspectiva transnacional se encuentran sujetos a revisión y se considera que no pueden interpretarse como estáticos.

Los procesos migratorios son constituidos y pensados por la sociedad receptora de diferentes maneras. En el capítulo anterior fueron retomadas las interpretaciones de Pacceca (2006) para determinar los criterios dicotómicos y clasificatorios que en la historia Argentina han tenido impacto sobre la manera de concebir las migraciones europeas y sudamericanas. En términos de (Sayad, 2010b: 273):

[…] por un lado, existen los inmigrantes a los que conviene insertar o integrar, aquellos que serían los buenos inmigrantes, aquellos que sólo pedirían esta medida y aprobarían, encantados, una iniciativa de lo más beneficiosa para ellos, tal y como se suele argumentar, y por otro lado, los inmigrantes un tanto díscolos que no desearían beneficiarse de esta ventaja, pero a los que convendría ayudar, de una forma u otra, para que volvieran a su país de origen, se reinsertaran en su sociedad y en su economía y, a ser posible, en un nivel superior, en la medida en que, desde la óptica de la lógica nacional y de sus preferencias implícitas, casi naturales, dichos inmigrantes se encuentran peor situados y apreciados que los primeros, cuya facilidad de adaptación, capacidad de asimilación y mejor asimilabilidad son, por el contrario, dignas de alabanzas.

Es ilustrativo como para el Estado, en tanto actor fundamental en la gestión de la diversidad cultural (Cohen, 2009) haya “buenos” y “malos” migrantes. En el caso del universo de estudio, las migrantes travestis/trans sudamericanas representan una migración indeseable, por eso sus subjetividades son avasalladas, criminalizadas y violentadas. Tampoco existe ningún plan de retorno articulado por las sociedades receptoras y emisoras que en algunas oportunidades puede implicar decisiones de carácter político de mayor amplitud. Las migrantes no pueden quedar del lado de las “buenas migrantes” que en la República Argentina han estado asociadas a las migraciones europeas, blancas y civilizadas (Pacceca, 2006) aglutinadas en el ya mencionado “crisol de razas”. Por eso, es probable que retornar a las sociedades emisoras sea un aspecto que se constituya como posible, en la medida en que se considera que luego de un proyecto construido como exitoso puede producirse una reinserción en mejores condiciones. En conclusión, existe una representación social de las migrantes retornadas que las posiciona como exitosas.

Algunas entrevistadas relataron proyectos de retornos establecidos, aunque se encontraban en elaboración, pudieron elaborar algunos detalles respecto de cómo sería ese regreso.

Regresar a mi país ya teniendo un lugar propio donde vivir…antes de venirme para acá con mi plata me hice un terreno que fui haciendo de a poco con madera, es donde viven mis abuelitos ahora, entonces con eso fui armando de a poco (Nora, peruana, 33 años).

El caso de Nora es diferente al de mayoría de las migrantes travestis/trans sudamericanas. Ella pretendía comprar una inmueble en el Perú y radicarse de manera definitiva en ese entorno. Al respecto Teixeira (2008) ha observado, en el caso de las travestis/trans brasileñas que migran a Italia, el proyecto de retorno mediante la construcción de una vivienda propia es asociado a la mejora de las condiciones de vida a partir de la migración. Se trata de una expectativa que ilustra la realización personal luego de la migración. En concordancia con esta interpretación, es probable que estos proyectos de retornos se vinculen a la mejora del patrimonio como indicador de capital económico, pero también representan indicadores de “éxito migratorio” vinculados a logros y superación de pruebas que justifican el tránsito geográfico e identitario que acaban por otorgar prestigio, debido al conjunto de instancias que suponen.

Otras entrevistadas han elaborado proyectos de retorno de manera efectiva, tal como lo plantea una migrante colombiana.

Yo amo mi país, y por más de que haya estado todo lo que estuve acá, mi corazón no tiene espacio para otro, lo que decidí fue venirme acá para hacer mi transición acá y después volver a mi país (Roxana, colombiana, 20 años).

La nostalgia es la principal característica que se observa en el fragmento de la entrevistada. Y la nostalgia no representa un estado psicológico, porque como afirma Sayad (2010) este término proviene del griego y significa regreso y dolor cuando se está ausente en la patria. Tal retorno es retrospectivo, una vuelta sobre sí mismo a un espacio atravesado por la afectividad y la hostilidad que cruza también un tiempo pasado que no puede revivirse y sin embargo, está allí latente y deseoso de hacerse manifiesto.

Roxana desarrolló una estrategia de reproducción educativa en el AMBA, realizó cursos de diseño gráfico y luego retorno a su país de origen. De este modo, se acordó que iba a entablarse una comunicación vía WhatsApp cuando ya hubiera efectuado su retorno y con el fin de reconstruir esa experiencia. Ella describió algunas características de manera solapada de ese proceso, relató que estaba teniendo una buena relación con su madre y que se encontraba conforme con el trato recibido. Si bien no es posible predecir si efectivamente el proyecto de retorno permanente de esta migrante acabará por consolidarse, es un caso que representa excepcionalidades de relevancia cualitativa. En suma, Durand (2006) afirma que es preferible referir a establecidos y no a retornados de manera permanente, para evitar caer en una definición estática, ya que la migración siempre reviste inestabilidad y dinamismo, con lo cual es posible afirmar que en algunas ocasiones, las migrantes se establecen las sociedades de origen, aunque es probable que vuelvan a migrar en el futuro.

Otras entrevistadas regresaron a su país con la intención de radicarse de manera establecida al momento en que esta tesis se encontraba en proceso de escritura. De todas maneras, se trató de experiencias puntuales. La mayoría de las migrantes travesti/trans sudamericanas entrevistadas y con quienes se entablaron conversaciones no consideran el establecerse en sus sociedades de origen como una alternativa, puesto que continúan considerando que sus entornos son hostiles. En acuerdo con Rivera Sánchez (2013), el retorno representa una instancia en la vida de los migrantes, pero asumir con fijeza categorías tales como retorno permanente puede resultar impreciso. Se trata, en todo caso, de desplazamientos pendulares que ilustran experiencias de vida y recrean proyectos económicos, afectivos y de realización identitaria.

6.8. Comentarios finales

Distintas investigaciones, incluyendo la expuesta aquí, consideran que las familias de origen representan uno de los principales elementos expulsivos, hostiles y discriminatorios hacia las identidades de género de las travestis/trans. Sin embargo, cabe destacar que las mismas se encuentran inmersas en un contexto hostil y padecen discriminaciones indirectas de otros familiares, amistades y vecinos, en definitiva de la sociedad civil. Dicho de otra manera, es necesario no observar a las familias de origen de manera estática y problematizar sus conductas que de manera general resultan hostiles. Además, como pudo observarse en otros capítulos su posición no es monolítica y, en ocasiones, las familias aceptan la identidad de género de las entrevistadas o contribuyen para que migren.

La inestabilidad, la transitoriedad y la migración a “terceros países” forman parte de algunos proyectos migratorios de las travestis/trans sudamericanas, que en algunos casos suelen considerar al AMBA como un “trampolín” que posibilita concretar la llegada a Europa. Es posible concluir que tanto las representaciones sociales como las cadenas migratorias inciden en las posibilidades de llevar a cabo estos proyectos migratorios. De todas maneras, las entrevistadas poseen informaciones o han realizado experiencias que les permiten considerar que el “viejo continente” es un entorno envuelto en contradicciones que puede resultar prometedor, aunque también una verdadera decepción.

La transformación de vínculos con las familias de origen a la distancia y las experiencias de retorno temporal implican la recomposición del capital social perdido ante la necesidad de alejarse de los entornos por parte de las entrevistadas con el fin de realizar sus identidades de género. En estas instancias, y en algunos casos, las migrantes travestis/trans sudamericanas pueden establecer redes que atenúan sus condiciones de vulnerabilidad en el país receptor, y no consideran la posibilidad de reintegrarse en sus sociedades de origen. En definitiva, algunos proyectos migratorios se consolidan en el AMBA y las entrevistadas no poseen como expectativas migrar hacia terceros países o retornar. Incluso hubo casos que consideraban la posibilidad de continuar la migración hacia Europa, pero el marco legislativo, la apertura cultural, el crecimiento económico y las políticas de control migratorio europeo terminaron por contener a las migrantes en el AMBA.

La migración permite una escalada en los vínculos con las familias. Esto significa que el ascenso en términos sociales, que en algunos casos provoca la migración, les permite a las entrevistadas alcanzar mayores niveles de aceptación. El rechazo y la indiferencia se transforman en tolerancia y la tolerancia puede devenir en aceptación. Además, de la mera aceptación debería considerarse la comprensión como una propiedad posible, aunque improbable. Esto podría significar que la aceptación de las familias y el entorno se complementa con el ejercicio de la ciudadanía y la integración social mediante el trabajo formal y la no discriminación, aunque estos factores no se han presentado en el relato de las entrevistadas. Por eso, se trata de una categoría ideal, pero útil para pensar el trato y la hospitalidad que las migrantes reciben tanto en las sociedades emisoras como en el destino migratorio.

No se desconoce la complejidad de la identidad de género ni se la reduce a los indicadores que refieren a su expresión, pero para las migrantes acumular y ejercer capitales representa una estrategia para que sus familias de origen y entornos comiencen, al menos, a preguntarse por la legitimidad de sus procesos identitarios. Los retornos de las entrevistadas revisten una complejidad que cruza la experimentación subjetiva de sus entornos y la incomodidad de sus familias en consonancia con factores objetivos que se encuentran arraigados en las sociedades emisoras de manera tal que pueden observarse situaciones que conjugan mayores niveles de tolerancia respecto de los familiares, pero persistencia de las hostilidades propias de la sociedad civil. Aunque la actitud de las familias suele ser un factor primordial y de aquí se desprende la posibilidad de establecerse en sus sociedades de origen habiendo consumado estrategias de reproducción social sólidas, o bien, hacerlo de manera transitoria incrementando su reconocimiento y legitimidad en el AMBA, no representa un límite para que las entrevistadas continúen con sus proyectos biográficos.

Stang (2018b) en una investigación reciente sobre migración de personas del LGTBIQ+ sudamericanas hacia Santiago de Chile entiende que en el retorno se juegan aspectos vinculados al giro biográfico de estas personas en relación con los puntos de viraje que señala Meccia (2016). De este modo “Los giros biográficos, en cambio, señalan una fecha, marcan un tiempo, introducen una discontinuidad, se inscriben en el relato estabilizando un significado” (Stang, 2018b: 107). La migración y el construir una identidad de género representan, para las entrevistadas, un giro biográfico y el retorno implica la resignificación del presente mediante la perseverancia y la no resignación respecto de la actitud de las familias de origen, siempre sujeta a conflictos y a vaivenes en los que prima la aceptación, la tolerancia y el rechazo.

En conclusión, si la hipótesis de trabajo inicial estableció que esta población migra como consecuencia de la hostilidad que experimenta en las sociedades emisoras y con la expectativa de encontrar escenarios más propicios para realizar sus identidades de género, la misma vuelve a observarse en la medida en que la sociedad receptora puede presentarse de manera hostil, con lo cual, es lógico que decidan continuar la migración o retornar a sus países en mejores condiciones. Por eso, la migración, para las entrevistadas, puede evaluarse de manera positiva, o bien, interpretarse que ha dado lugar a una reconfiguración de las discriminaciones, violencias y criminalizaciones, tal como fue planteado en el capítulo anterior. La migración no finaliza en el tercer tiempo, por lo que pueden constituirse otras instancias no observados en esta investigación.


  1. Es importante destacar que el vínculo de Roxana y su madre fue transformándose en el tiempo. De hecho, se pudo constatarse que retornó a Colombia y, al menos, en su relato afirmó sentirse cómoda en el ámbito familiar.
  2. Como ya se afirmó en otras instancias, entrevistada y colaboradora en la realización de la investigación.
  3. Pudo ser registrado durante el trabajo de campo como algo que sucede de manera recurrente.
  4. En estas producciones, las familias de las travestis/trans aportaban ayudas para que pudieran concretar la migración. Pero, en este caso, la ajuda se constituye de manera posterior.
  5. La deportación es uno de los riesgos a los que se enfrentan. Si bien en el 2019 Argentina deportó a 1500 migrantes (115 % de aumento respectó del año 2018), en países como España las cifras se multiplican por diez.
  6. En diversas oportunidades se sostuvo que no son los únicos indicadores de capital erótico; sin embargo, al abordar esta población, los mencionados resultan decisivos.
  7. Esto no significa la ausencia de condicionamientos, pero se diferencian de los retornos por deportación cuyo sentido difiere de los presentados en la tesis.
  8. No hubo suficiente evidencia empírica para demostrar eso de manera concluyente. En algunas conversaciones se relató que los familiares visitaban a la travestis/trans en sus casas y se alojaban en ellas durante unos días.
  9. En el capítulo 3 fue afirmado que la mayoría de las entrevistadas no considera las intervenciones quirúrgicas como primordiales para readecuar la imagen, como motivo para migrar. Sin embargo, algunas de ellas entienden que es fundamental a la hora de retornar.
  10. La autora utiliza el término “transformistas” y la investigación se basa en migrantes venezolanas que han migrado hacia Europa.
  11. Reitero que se trata del caso de la migrante que estudia Medicina en la Universidad de Buenos Aires.
  12. Pecheny refiere a sexualidades discretas, pero en este caso se hace referencia al encausamiento, debido al lugar que ocupa el “secreto”.
  13. Una propiedad analítica que también fue pesada aunque no incluida en la codificación fue “comprensión” que respondería a la integración social de las travestis/trans en las sociedades de origen pero no hubo evidencia empírica para poder fundamentar esto.
  14. La autora utiliza el término transformistas pero en este caso pude conducir a equívocos.


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