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2 La disortografía en universitarios

Estudio descriptivo de la actitud y opinión de los docentes[1]

Patricia Dimángano y Adriana Delgrosso

Introducción

El sistema ortográfico tiene suma importancia dentro de un idioma por su carácter de normalizador y fijador de la lengua. El dominio de las convenciones ortográficas facilita la comunicación eficaz porque elimina las ambigüedades semánticas, léxicas y sintácticas favoreciendo una mejor comprensión entre lectores y escritores. El dominio de la ortografía es una habilidad muy apreciada en la comunicación: un bajo nivel ortográfico implica un bajo nivel de formación y cultura de un individuo y, como tal, es un indicador que va asociado a la valoración de su vida académica, profesional y laboral (Backhoff et al., 2008).

La ortografía no solo es un conjunto de normas; para Salgado (1997) es un subsistema inserto en el sistema de escritura que, por un lado, favorece la comprensión al incidir directamente en el proceso de lectura y, por otro, al proceso de construcción de la lengua escrita, dado que la reflexión ortográfica influye en el momento de la revisión y el control de la producción de un texto. Además del conocimiento ortográfico mecánico empleado en la redacción del texto, el alumno controlará el uso del sistema ortográfico de la escritura cuando tome distancia de su producción y se enfrente a la revisión del mismo al releerlo, reflexionar y evaluarlo.

La enseñanza de todos los aspectos ortográficos no debe pensarse como unidades aisladas, sino dinámicas e interconectadas, por tanto deben limitarse al área de Lengua (y menos a una hora a la semana), sino a todas las producciones escritas de los alumnos (Díaz Perea & Manjón Cabeza Cruz, 2010; Gómez Camacho, 2005).

Al ser la palabra escrita, sobre todo, una imagen visual, cualquier alteración de su ortografía es rechazada por las personas alfabetizadas, que aceptan la arbitrariedad de la ortografía por su validez colectiva de la lengua escrita, sostiene Carratalá (en Backhoff et al., 2008).

Díaz (2008) cita algunas investigaciones en el dominio ortográfico del español, entre las que incluye a Vaca, 1983, 1997; Camps et. al., 1990; Matteoda & Vázquez, 1990, 1992; Salgado, 1997 & Gomes de Morais, 1998, las que muestran que el aprendizaje de la convencionalidad ortográfica, por la complejidad que involucra, constituye un problema cognitivo para quien aprende y un desafío pedagógico para quienes enseñan. Escribir es un proceso de expresión de ideas y de organización de pensamiento, pero también es establecer relaciones entre unidades sonoras y símbolos escritos, lo que involucra habilidades cognitivas y metacognitivas.

Las investigaciones relacionadas con la ortografía del español se han hecho con muestras pequeñas y no representativas de un país. La muestra más amplia fue la utilizada por Mesanza, en 1990, y constituida por 1106 estudiantes provenientes de 34 escuelas de Madrid y otras provincias españolas; y la menor, por Bolet, realizada en 1999 con 20 alumnos de la Universidad Central de Venezuela (Backhoff et al., 2008).

Díaz Perea (2008) indagó sobre la ortografía, tanto como un problema generalizado (que llega hasta niveles universitarios) como sobre los planteamientos didácticos y las prácticas evaluadoras en el ámbito ortográfico, para ver la necesidad de cambios en el marco escolar a partir de una entrevista semiestructurada, de una hora de duración, a 96 profesores de 24 centros de Toledo, que imparten Lengua Castellana en la etapa de Educación Primaria. La entrevista abarcaba distintos contenidos pedagógicos para el área de Lengua Castellana, dentro de los cuales había un apartado específico sobre ortografía. Las preguntas eran abiertas e iban dirigidas a conocer las prácticas docentes relativas a la didáctica de la ortografía. El estudio aborda las concepciones de los docentes y los planteamientos metodológicos empleados en la enseñanza de la ortografía. Los resultados muestran que, además de una elevada preocupación por las faltas ortográficas, queda patente la escasez de propuestas comunicativas en la Didáctica de la Lengua, en la etapa de Educación Primaria, en la provincia de Toledo. A pesar de saber que la adquisición de la ortografía es un proceso de construcción, donde los errores son la vía de acceso al conocimiento del alumno, los planteamientos didácticos actuales en el ámbito ortográfico siguen basándose en la presentación de normas, la ejercitación descontextualizada y la sanción de las faltas. En contraposición, se aboga por el análisis de los errores, fomentando la reflexión y revisión autónoma por parte del alumnado, con la guía y ayuda del profesor.

Para Gómez Camacho (2005) un porcentaje muy alto de alumnos universitarios presenta dudas y errores ortográficos en textos que deben escribir, la mayoría porque no se les ha enseñado a escribir correctamente o porque no le da importancia a la ortografía. La enseñanza de la ortografía es mayor en los primeros años de primaria y disminuye a medida que se incrementa la edad de los estudiantes. Este autor considera, en relación con la didáctica de la ortografía para universitarios, que los alumnos deben desear escribir bien, ser lectores para verse influidos por la ortografía de los textos y tener una pronunciación precisa. Aconseja que quien posea dificultades ortográficas debería diseñar un vocabulario ortográfico personal con aquellas palabras donde se cometen las faltas para consultar en el momento que lo necesite, determinando el origen del error. Para él, quienes no presentan dificultad en la comunicación oral y en la comprensión lectora deberían escribir sin faltas de ortografía aunque es normal que todos los hablantes presenten dudas ortográficas.

Entendiendo la ortografía como un subproceso en la producción de textos, es necesario incluir la enseñanza ortográfica como una instancia de reflexión sistemática durante los procesos de revisión de los escritos en contextos comunicativos. Lo fundamental es devolverle la responsabilidad al alumno, que es el que escribe, dotarle de herramientas cognitivas y materiales para resolver los problemas ortográficos que vayan surgiendo y fomentar su reflexión (Díaz Perea & Manjón Cabeza Cruz, 2010).

Tanto para Salgado como para Smith y Dahl hay que eliminar la práctica ampliamente extendida de corregir encima, cambiándola por rodear con un círculo la palabra o partes que se considere deben ser corregidas y anotar las sugerencias de cambios. Según Cassany, se debe entender la corrección como una técnica didáctica que puede ser voluntaria, variada y participativa, que debe favorecer la autonomía emocional y cognitiva como escritores, adaptando las técnicas a las características de cada alumno (Díaz Perea & Manjón Cabeza Cruz, 2010).

El criterio general para la consignación del error ortográfico es que la palabra debe violentar una o varias normas ortográficas recogidas en el diccionario de la RAE (Backhoff et al., 2008).

Díaz Perea & Manjón Cabeza Cruz (2010) establecen 3 categorías de errores según el nivel afectado: de ortografía lexical, gramatical y textual. Un error se considera de ortografía lexical cuando el nivel afectado es la palabra. Incluyen en él las alternativas gráficas, la acentuación, las omisiones, adiciones e inversiones. Cuando el nivel afectado es la frase, los errores son de ortografía gramatical: mayúsculas, segmentación, signos de puntuación y signos gráficos. Los errores de ortografía textual incluyen, a nivel del texto, la no concordancia de género y número, palabras que faltan o sobran y la caligrafía.

Material y métodos

Con el fin de reflexionar acerca del lenguaje y la ortografía que poseen los estudiantes universitarios y caracterizar la opinión y actitud de los docentes acerca de la misma desde su propia experiencia ortográfica, se llevó a cabo un estudio descriptivo, transversal, cuantitativo y cualitativo. Participaron 29 profesores universitarios de una universidad privada argentina con sede en Rosario y San Nicolás. Lo hicieron en el marco de un Taller de Capacitación Científico Técnico en 2014.

Los datos se recogieron a través de un cuestionario anónimo cerrado y del debate propuesto a partir de las consignas del mismo y de la reflexión surgida luego de la presentación de un video con las opiniones del Dr. Luis Pedro Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras desde octubre de 2001 hasta mayo de 2013.

El procedimiento se llevó a cabo en dos momentos y maneras:

En un primer momento, luego de la introducción del tema, se solicita a los profesores respondan las tres primeras consignas del cuestionario anónimo referidas a su propia experiencia con los errores de ortografía y a su opinión personal respecto del rol del docente en relación con los errores de ortografía de los alumnos que los presentan.

En un segundo momento, se reproduce el video donde el Dr Luis Pedro Barcia (2009) expresa conceptos referidos al lenguaje y la ortografía en adolescentes y estudiantes universitarios, a partir del cual dan respuesta al último ítem del cuestionario. Finalmente, se les propone el análisis y la reflexión acerca de su opinión y actitud frente a la presencia de errores en la producción de los alumnos a la luz de los conceptos vertidos en el video.

Resultados

De los 29 profesores que asistieron a los claustros, dos no comprendieron que la primera consigna estaba referida a su propia experiencia respecto de su ortografía. De los 27 restantes, el 56% reconoció haber tenido errores en su ortografía, con similar distribución entre los que refirieron Algunos y los que respondieron Sí (gráfico 1).

Gráfico 1. Distribución de 27 profesores en relación con la presencia-ausencia de errores ortográficos en su trayectoria escolar. San Nicolás, 2014

La totalidad de ellos implementó medidas para superarlos, por lo tanto la mayoría refiere no poseerlos en la actualidad y 4 presentar solo algunos pocos.

En relación con la actitud que toman ante los errores de ortografía que poseen los alumnos, la mayoría indicó que los corrige y solo uno que no lo hace a todos los alumnos.

Un 73% (21/29) le indica a los alumnos la presencia de ellos y se los hace corregir y el 17% (5/29) solo lo hace algunas veces. De los 3 profesores restantes (10%), uno que indicó No, aclaró que solo los remarcaba y otro que no lo hacía porque no encontraba el espacio de tiempo para llevar a cabo esa tarea (gráfico 2).

Gráfico 2. Distribución de los 29 profesores en relación con la actitud de indicar la presencia de errores ortográficos en la producción de sus alumnos. San Nicolás, 2014

Ante el ítem referido a si descuenta puntos de la nota final ante la presencia de errores, el 45% refirió no hacerlo; el 27%, sí; el 14%, a veces y dependiendo de la cantidad. Un 14% de los participantes no respondió a la consigna (gráfico 3).

Gráfico 3. Distribución de los 29 profesores en relación con la actitud de descontar puntaje ante la presencia de errores ortográficos en la producción de sus alumnos. San Nicolás, 2014

Ante la pregunta referida a sus creencias respecto de su incumbencia a la hora de corregir errores en los alumnos, la mayoría respondió afirmativamente (72%). Solo dos profesores respondieron contundentemente que No (7%) y de los otros dos (7%), uno refirió “No tenerlo claro” y el otro pareciera haber respondido en relación con otro ítem. Un 14% omitió responder la consigna (gráfico 4).

Gráfico 4. Distribución de los 29 profesores en relación con su incumbencia ante la corrección de errores ortográficos en la producción de sus alumnos. San Nicolás, 2014

Luego de observar el video de Barcia, la mayoría de los profesores indicó que coincidía con más de uno de los conceptos, incluso con los 3. Se recogieron en total 58 respuestas en 26 profesores presentes.

La mayor frecuencia relativa (41%) la obtuvo el concepto 2: “La lengua es un instrumento de penetración, de dominio, de proyección en cualquier ámbito” (gráfico 5). Le sigue con un 33% la creencia de que “La primera responsable de la simplificación y empobrecimiento de la lengua es la escuela porque ha convertido la lengua en una materia que un profesor da algunas horas a la semana” (concepto 3). Y con un 26%, el concepto de que “El empobrecimiento en el uso de la lengua y la mala ortografía son descalificadoras en la concepción burguesa de la vida común” (gráfico 5).

Gráfico 5. Distribución de las 58 respuestas obtenidas luego de la presentación del video. San Nicolás, 2014

Conclusiones

En la discusión final, los profesores mostraron gran entusiasmo por la temática abordada. Las experiencias previas de los profesores que refirieron poseer errores en su ortografía dan cuenta de algunas estrategias mecánicas como la repetición de las palabras con errores y el aprendizaje de las reglas ortográficas pero también de otras, ya que tanto la familia como los docentes les estimulaban el uso del diccionario y la práctica de la lectura.

Dado que casi la totalidad de los encuestados cree que es de su incumbencia el tema de la disortografía de los alumnos, se trabajó la necesidad de despertar en ellos la importancia de poseer una correcta ortografía. Si bien la instancia académica en la que se desempeñan los estudiantes no les permite un trabajo constante sobre la escritura, tal como se lleva a cabo en las anteriores al ingreso universitario, los profesores coinciden mayoritariamente en la importancia de la formación integral del alumno, y, tal como Cassany, entienden que se debe favorecer la autonomía emocional y cognitiva de los sujetos como escritores (Díaz Perea & Manjón Cabeza Cruz, 2010). Díaz Perea (2008) aboga por el análisis de los errores, fomentando la reflexión y revisión autónoma por parte del alumnado, con la guía y ayuda del profesor.

La pregunta referida a la indicación de la presencia de errores, que obtuvo un 73% de respuesta afirmativa, confirma lo que sostienen tanto Salgado como Smith y Dahl de que se debe eliminar la práctica de corregir encima, cambiándola por rodear con un círculo la palabra o partes que se considere deben ser corregidas y anotar las sugerencias de cambios. En este sentido, uno de los profesores refirió que “los señala, los hace notar en los casos muy frecuentes y demasiado graves y que dialoga el tema con frecuencia”.

Según Díaz Perea (2008), los planteamientos didácticos actuales en el ámbito ortográfico siguen basándose en la presentación de normas, la ejercitación descontextualizada y la sanción de las faltas. En este trabajo, las opiniones de los docentes no diferían en número respecto de quienes afirmaban no descontar puntos en la nota final y los que sí lo hacían.

En relación con los conceptos vertidos en el video, si bien los porcentajes son similares, el de menor frecuencia es aquel que se refiere específicamente a los errores ortográficos, además del uso de la lengua. A pesar de esto, en la discusión final muchos profesores estimaron imposible que un futuro profesional relacionado con la educación los posea.

En síntesis, el trabajo resultó enriquecedor y disparador de las dudas y cuestionamientos que los participantes poseían individualmente respecto de la actitud a tomar frente a la disortografía de algunos alumnos, reconociendo en los otros docentes la misma preocupación por el sujeto que se forma en una disciplina específica pero que, sobre todo, se debe seguir formando en otros muchos aspectos aún en el ámbito universitario. Independientemente de la carrera donde se desempeñe, el claustro docente de la universidad se muestra comprometido con el alumno en relación a su formación integral. La actitud de corregir errores y/o hacerlos notar en los docentes resulta independiente de haberlos cometido.

Referencias bibliográficas

Backhoff Escudero, E.; Peón Zapata, M.; Andrade Muñoz, E. & Rivera López, S. (2008). La ortografía de los estudiantes de Educación Básica en México. México: Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Disponible en: https://goo.gl/eTfWH6

Barcia, L. P. (2009). Jungla TV. Programa 10, 18 de septiembre de 2009 (7:41). Disponible en: https://goo.gl/nUGBda

Díaz Perea, M. (2008). “Preocupaciones docentes y enfoque didáctico de la enseñanza de la ortografía”. Docencia e Investigación. Revista de la Escuela Universitaria de Magisterio de Toledo, Año 33, N° 18. Disponible en: https://goo.gl/mKRsXj

Díaz Perea, M. y Manjón Cabeza Cruz, A. (2010). “Enseñanza y procesos de mejora en el aprendizaje ortográfico”. Revista Docencia e Investigación, N° 20, 87-124. Disponible en: https://goo.gl/JHcQQx

Gómez Camacho, A. (2005). “Enseñar ortografía a universitarios andaluces”. Escuela Abierta. Revista de Investigación Educativa, N° 8. Disponible en: https://goo.gl/A58gKP

Salgado, H. (1997). Aprendizaje ortográfico en la didáctica de la escritura. Buenos Aires: Aique.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Ortografía de la lengua española, Madrid: Espasa.


  1. Trabajo presentado en el II Encuentro de Investigadores. Eje temático: Docencia y Gestión Universitaria. II Congreso de la Red de Cooperación entre Instituciones de Enseñanza Superior ACINNET. Universidad Autónoma de Encarnación, Paraguay, 5 y 6 de mayo de 2016. Publicado en Revista UIIPS, V. 4, N° 4 (2016). Disponible en: https://goo.gl/Lx9jJj


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