En primer lugar, quiero agradecer al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas por haberme dado la oportunidad de trabajar como becaria doctoral y haber financiado esta investigación.
Gracias a la Universidad de Buenos Aires, donde llevé a cabo mis estudios de Licenciatura, Maestría y Doctorado, por haberme formado en las aulas, en los cafés y en los pasillos como profesional y como persona.
Muy especialmente agradezco a mis queridxs directorxs, Débora D´Antonio y Mario Pecheny, por sus atentas lecturas, aportes y sugerencias. En todo momento me aconsejaron con una enorme generosidad.
Agradezco a Anahí Farji Neer y a Maximiliano Marentes, colegas y amigxs con quienes hemos debatido sobre el amor romántico, han oficiado más de una vez como informantes clave y me han acompañado en parte del trabajo de campo. Las reflexiones que hemos generado como sujetxs sufrientes y deseantes del amor, y nuestra visión sociológica han sido una fuente de inspiración en la escritura de esta investigación.
A mis compañerxs del Ubacyt “Perspectivas teórico-metodológicas sobre política, género, sexualidad y salud en América Latina: tensiones y sinergias en la construcción de una tradición de investigación”. Por las atentas lecturas y sugerencias que mejoraron, ampliamente, el enfoque de esta investigación y por dotarle de compañerismo al trabajo solitario de la becaria.
A mis compañerxs del Programa Contra la Violencia de Género de la Universidad Nacional de San Martín, dirigido por Vanesa Vázquez Laba. Ante lo arduo del trabajo cotidiano encuentro allí un espacio de compañerismo, de reflexión y militancia.
También les agradezco a mis amigxs y colegxs de México, en especial a la querida “Manada”, a Leonardo Olivos Santoyo por su paciencia, cariño y atención y a Oliva López. Al resto de les integrantes del Programa de Investigación Feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Los seminarios y lecturas allí desarrollados nutrieron mi abordaje teórico y metodológico.
Gracias a mis compañerxs de ruta y de lucha, y a mi familia.
Por último, y principalmente, gracias a mis entrevistadxs y a lxs responsables de los espacios observados por compartir con una desconocida su tiempo, sus sentires y darme su confianza. En un contexto en el cual nos dicen que las Ciencias Sociales no sirven, los relatos de sus experiencias me dan la pauta de que la Sociología continúa siendo una herramienta potente para debatir y reflexionar sobre la íntima relación entre neoliberalismo, cultura y las prácticas íntimas de lxs sujetxs.