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Anexos

Reconstrucción de las trayectorias estudiadas. Breve síntesis de los casos más relevantes 

I. Mayores lesbianas

1) Estela, 69 años. Procedente de Tucumán. Vive en Buenos Aires desde los años 1970. A finales de los años 1980 se mudó al Partido de Tres de Febrero con una pareja que ya no conserva. Allí compró una casa que habitó con otras dos parejas. Actualmente está soltera pero comparte un comercio en la misma localidad con su última ex pareja. No ha tenido hijos pero dice sentir como propios a aquellos que crio: su ahijado y el hijo de una ex pareja. Se define como gay y dice haber participado de la “movida” lésbica de los años 1970. (Entrevistas realizadas en 2010, 2014 y 2015)

2) Paulina, 92 años. Hija de inmigrantes italianos. Vivió toda su vida en el sur del Gran Buenos Aires. Nunca armó una pareja heterosexual, aunque fingió tenerla en varias oportunidades. Acalló su sentir hasta que su madre falleció. Luego de eso decidió salir con sus “amigas”: ir al teatro, viajar, tomar el té. En ningún momento pudo comentárselo a algún miembro de su familia. Su “secreto”, como gustaba decir, falleció con ella en 2011. (Entrevistas realizadas en 2009 y 2010).

3) Alejandra, 62 años. Vive en la Capital Federal. Argumenta no haber tenido mayores problemas discriminatorios. Lo adjudica al haberse rodeado de entornos amenos (grupos de teatros e intelectuales de izquierda). Pensó ser madre soltera por medio de técnicas de reproducción asistida, pero lo desechó. Años más tarde retomó su idea pero esta vez en pareja. Es la única entrevistada que ha sido madre en el seno de una pareja homoparental. Trabaja como docente de teatro. (Entrevistas realizadas en 2014 y 2015).

4) Lidia, 83 años. Vive en la Capital Federal. Descubrió su “sentir” a sus 60 años, luego de haber contraído matrimonio y ser madre de tres hijos. Participó en algunos grupos de intelectuales feministas y lesbianas hasta que sus hijos le pidieron que mermara su participación pública y que renunciara a usar el mismo apellido. (Entrevistas realizadas en 2011 y 2012).   

5) Alcira, 61 años. Vive en la ciudad de Rosario donde atiende su propio comercio. Tiene una hija de un matrimonio heterosexual pasado. Descubrió su sentir a sus 40 años. A pesar de descreer en las parejas, lamenta no haber podido formar una estable en el tiempo con una persona del mismo sexo. Actualmente vive sola. Cree que su hija sospecha de su “condición” y que lo acepta. (Entrevistas realizadas en 2010 y 2011).

6) Soledad, 59 años. Vive en la ciudad de Córdoba donde atiende un negocio de ropa. Tiene un hijo fruto de una pareja heterosexual. Años después del nacimiento de su hijo, sintió atracción por una mujer con quien formó una pareja durante un largo período, lo cual la llevó a mudarse a Buenos Aires transitoriamente. Con el final de esa relación volvió a su Córdoba natal. (Entrevistas realizadas en 2009 y 2011).

7) Cristina, 69 años. Vive en la localidad de Burzaco. Trabajó toda su vida como profesora en colegios secundarios. Cree que la presión social la llevó a tener un hijo de un matrimonio que duró aproximadamente tres décadas. Según ella nunca tuvo una pareja lésbica, aunque en realidad mantuvo una relación de casi 10 años con una mujer que a su vez también mantenía otra relación heterosexual. No quiso asumirse públicamente por temor a afectar la salud mental de su hijo (Entrevistas realizadas en 2013 y 2014).

8) Ana María, 64 años. Originaria de Catamarca, vive en Buenos Aires desde que se mudó para estudiar Abogacía. Allí sintió la primera atracción por una mujer, aunque luego se casó en lo que considera un matrimonio “armonioso” y tuvo dos hijos. Luego de su separación se mudó al barrio de Lanús, donde actualmente reside sola. Suele tener “compañía”, pero “nada serio”. No quiere decir ni hacer nada que “levante sospecha” y “cagarle la vida” a sus hijos (Entrevista realiza en 2011).

9) Mabel, 65 años. Vive en la ciudad de Córdoba donde atiende su propio kiosco. Durante su juventud alternó noviazgos heterosexuales y homosexuales, aunque luego se casó y tuvo dos hijos. Actualmente no está en pareja y prefiere no hacerlo. No le gustaría correr el riesgo de que sus hijos tomaran a mal su “condición” y le prohibieran ver a sus nietos. Su “secreto” prefiere compartirlo con gente de la “movida” (Entrevistas realizada en 2012).

10) Eva, 61 años. Vive en la ciudad de Santa Fe donde trabaja como docente. A pesar de que su sentir lo experimento entre los 25 y 30 años, es madre de dos hijos producto de un matrimonio heterosexual. En sus ratos libres participa de grupos de teatro donde ha conocido algunas mujeres. En esos grupos se siente contenida y más libre. Entiende que la ciudad de Santa Fe es más conservadora que Rosario o Buenos Aires, por lo que prefiere silenciar su sentir. No le gustaría que los rumores llegaran a sus hijos o a su trabajo (Entrevistas realizadas en 2011).

11) Mónica, 74 años. Vive en Buenos Aires. Es jubilada. Dice haber sentido atracción por mujeres en su juventud, pero no estar segura de su deseo y en consecuencia creer que era un juego. Se casó y tuvo dos hijos. Cuando ellos fueron mayores sintió que podía independizarse y dejar de vivir su vida lésbica como “algo nublado”. Por tal motivo, si bien había conocido mujeres, ella considera que recién a sus 40 años tuvo su primera experiencia con una mujer. (Entrevistas realizada en 2014)

12) Dora, 79 años. Procedente de una familia conservadora de Tucumán entiende que aquel era un contexto muy represivo para poder asumirse. Si bien sintió deseo por mujeres en su adolescencia, también pensó que se trataba de un juego. A pesar de formar una pareja heterosexual, su deseo lésbico continuó, aunque ella reconoce vivirlo con culpa. Ahogada de esa relación, decidió separarse. Actualmente está jubilada y vive en Buenos Aires. Tiene un hijo al que dice ver muy poco (Entrevistas realizadas en 2014).

13) Sandra, 60 años. Vive en la Ciudad de Buenos Aires. Es docente en colegios secundarios. Asegura que en su trabajo nunca tuvo problema porque “depende de cómo uno se presenta”. Tiene un hijo adolescente fruto de un matrimonio pasado. Descubrió su sentir cerca de los 40 años. No tuvo problema en conversar sobre su sexualidad con su hijo, pero es el único de su entorno familiar que lo sabe. Tuvo dos parejas estables de larga duración con las cuales convivió (Entrevistas realizadas en 2009 y 2011)

14) Silvia, 60 años. Oriunda de Entre Ríos, vive en Buenos Aires desde los 30 años cuando sintió que su orientación sexual la “ahogaba”. Actualmente reside en Lanús donde trabaja en una cadena de supermercados. Allí conoció a su actual pareja, con quien se casó en 2013. No tiene hijos pero dice sentir y criar como propio al de su esposa (quien es 20 años menor). Sostiene que en su trabajo no sufrió grandes discriminaciones debido a su carácter fuerte y a que está rodeada de gente joven (entrevistas realizadas en 2013).

15) Alicia, 60 años. Vive en la ciudad de Rosario. Estudio Psicología en Buenos Aires donde dice haber descubierto su sexualidad de la mano del activismo feminista. Trabaja en consultorio y en una universidad privada, por lo que cree que la podrían echar si supiera sobre su vida sexual. A pesar de haber mantenido relaciones heterosexuales no tiene hijos. Actualmente tampoco tiene pareja del mismo sexo (entrevistas realizadas en 2010 y 2011)

16) Claudia, 67 años. Oriunda de Lomas de Zamora se exilió a Brasil con el golpe de Estado de 1976. Con el regreso de la democracia retornó a la Argentina. No obstante, sintió que continuaba la opresión y decidió trasladarse a Uruguay con su madre (quien falleció en 2014). Vive y trabaja actualmente en Montevideo. Militante en los años 1970 de nuestro país, siente que las organizaciones de izquierda donde participó siempre rechazaron la homosexualidad, por lo que debió mantener un romance con un compañero. No tuvo hijos y tampoco tiene pareja (Entrevistas realizadas en 2013).

17) Susana, 63 años. Vive en la zona sur de la ciudad de Rosario, donde atiende una panadería de la cual es propietaria. Estuvo casada y tuvo dos hijos. Ella argumenta que su “despertar lésbico” estuvo atado a dos sucesos: por un lado una infidelidad de su ex esposo y por otro lado su propia abuelidad. El desencanto hacia los hombres y el hecho de que sus hijos “ya sean grandes” entiende que le dio el “empujón que necesitaba”. Sus hijos lo saben y lo aceptan. Aún no lo ha conversado con sus nietos “porque son chicos y no entenderían”. No está en pareja actualmente (Entrevistas realizadas en 2009 y 2010).

18) Norma, 74 años. Vive en el Ciudad de Buenos Aires junto a su pareja Ramona junto a quien está hace 40 años. Lograron casarse poco antes de la Ley de Matrimonio Igualitario por medio de un amparo. Viviendo en Colombia fue donde conoció a su actual pareja. Dice haberse sentido lesbiana una vez en Colombia. Es parte de una cooperativa de vivienda. También participa en grupos que preservan la memoria del barrio de Parque Chas. Es presidenta del Centro Puerta Abierta (Entrevistas realizadas en 2010).

19) Ramona, 74 años. Vive en el Ciudad de Buenos Aires junto a Norma, su pareja desde hace 40 años. Estuvo casada y tuvo un hijo, quien siempre aceptó la sexualidad de su madre. En un viaje a Colombia conoció a Norma y su deseo lésbico. Recuerda que “me fui de Argentina siendo heterosexual, porque me habían educado así”. Acompaña todos los emprendimientos de su pareja, pero prefiere tener “un perfil más bajo” (Entrevistas realizadas en 2010).

20) Gloria, 66 años. Vive en la ciudad de Córdoba. Trabaja en un comercio, del cual por temor no quiso precisar detalles. Estuvo en pareja con un hombre y tuvo un hijo al cual tampoco le ha contado sobre su sentir. Actualmente no está en pareja. Prefiere rodearse de “amistades”. Dice sentirse muy preocupada por “no ser descubierta” (Entrevistas realizadas en 2012).

21) Beatriz, 73 años. Vive en la ciudad de Santa Fe. Se encuentra jubilada de un trabajo en un banco que la acompaño toda su vida laboral. Estuvo casada y enviudó. Argumenta que la muerte frena proyectos y que el “duelo te marca. Hay un antes y un después”. Tuvo una hija “que no sabe, pero sospecha” de su sexualidad. Actualmente no está en pareja. Dice no tener problemas con su vejez y que se integra fácilmente. Le gusta rodearse de gente joven porque le hace sentirse útil. Nunca participó del activismo porque la hacen sentir “un muñeco de cera”.  (Entrevistas realizadas en 2009).

22) Laura, 67 años. Vive en la ciudad de Tandil. Estuvo en pareja heterosexual durante muchos años, pero sin llegar a casarse. Tiene dos hijas mujeres. Trabaja en un comercio de productos regionales propiedad de un familiar suyo porque siente que lo peor que lo podría pasar es “depender de los hijos, porque el viejo molesta”. No tiene una pareja en la actualidad, aunque ha mantenido varias a lo largo de su vida. Dice disfrutar de su soledad, aunque a veces se aburre. A pesar de su edad, argumenta no sentirse vieja porque aún no tiene dolores físicos.

 “no soy vieja porque nada me duele”. A su vez, la vejez le resulta estéticamente feo y la percibe como una etapa de la vida llena de pérdidas (Entrevistas realizadas en 2014).

II. Mayores travestis

1) Romina, 47 años. Vive en la ciudad de Santa Fe, aunque en su juventud viajó a Buenos Aires “a probar suerte” y para huir de su familia. Siempre ejerció la prostitución como único modo de subsistencia. En ese sentido, dice que lo peor fue trabajar en la calle. Desde hace algunos años ha podido comenzar a trabajar desde su casa, lo cual ve como un avance, ya que “trabajar en la calle te mata”. Respecto a los estudios alcanzados, sólo cursó la primaria. (Entrevistas realizadas en 2011)

2) Noelia, 50 años. Oriunda de la ciudad de Santa Fe donde actualmente vive y ejerce la prostitución en la calle. Vivió en la ciudad de Rosario y en Buenos Aires a donde migró en su juventud buscando otras posibilidades económicas y personales. Dejó su hogar familiar en la adolescencia, aunque años más tarde se reconciliaría con su madre. Cuando comenzó con su transformación identitaria, debió abandonar el secundario, el cual retomó en un colegio para adultos (Entrevistas realizadas en 2010 y 2011).

3) Alejandra, 40 años. Vive en la ciudad de Santa Fe. Descubrió su identidad en la adolescencia. Si bien logró terminar el secundario, nunca consiguió buenos trabajos. Se desempeñó trabajando como costurera para una modista, aunque dice haberse sentido explotada. Actualmente trabaja como modista por su propia cuenta. Fue una de las primeras travestis en recibir el nuevo documento con su identidad de género (Entrevistas realizadas en 2011)

4) Inés, 48 años. Vivió siempre en la Santa Fe. Descubrió su identidad a los 14 años y ejerce la prostitución como fuente de ingreso desde aquella época. Intentó trabajar de otras cosas, pero la única opción que encontró fue en una peluquería donde “me negreaban a más no poder”. Participa del activismo travesti en su ciudad. (Entrevistas realizadas en 2011)

5) Marcela, 46 años. Originaria de Salta, vive en la ciudad de Buenos Aires. Descubrió su identidad a los 13 años, motivo por el que fue expulsada de su casa.  Es activista por los derechos de las travestis. La prostitución fue siempre su fuente de ingreso principal. (Entrevistas realizadas en 2011)

6) Alexia, 35 años. Vive en la ciudad de Santa Fe. Se ha recibido de profesora de matemáticas pero como antes no existía la Ley de Identidad de Género y su título estaba con su nombre de varón, debió trabajar en talleres textiles clandestinos y en la prostitución, de la cual trata de huir alternando otros trabajos, pero sigue siendo su ingreso principal. Desea realizar una operación de “adecuación genital para sentirme de lleno mujer” (Entrevistas realizadas en 2011)

7) Catalina, 24 años. Originaria del Chaco, vive en la ciudad de Rosario desde que abandonó su hogar y sus estudios. Hasta los 16 años dice haber sido gay y que su familia lo aceptaba, pero cuando descubrió su identidad no lo aceptaron. Ejerció la prostitución, pero desde hace algunos años tiene un kiosco junto a su pareja (entrevistas realizadas en 2013).

8) Marina, 23 años. Oriunda de Córdoba, vive en la localidad de Avellaneda. Se autodefine como una “prostituta VIP” debido a los altos costos de sus servicios sexuales. También trabaja como modelo para sitios web eróticos. Abandonó su hogar a los 17 años, aunque argumenta que por voluntad propia (entrevistas realizadas en 2013).

9) Cecilia, 26 años. Originaria de la localidad santafesina de Hughes, vive en la ciudad de Rosario desde los 17 años, cuando decidió que “no aguantaba más la vida de pueblo”. Ejerce la prostitución. Actualmente está cursando el último año del secundario en un colegio para adultos, sin embargo le resulta incompatible con los horarios en los que trabaja (entrevistas realizadas en 2013).

10) Melina, 31 años. Originaria de Salta. Debió abandonar su hogar a los 14 años cuando descubrió su “verdadera identidad”. Habitó en Buenos Aires y actualmente reside en la ciudad de Rosario. Ejerce la prostitución. No estudia, aunque lamenta no haberlo hecho antes. (Entrevistas realizadas en 2013).

11) Jesica, 39 años. Oriunda de un pueblo santafesino que no quiso precisar. Vive en la ciudad de Santa Fe. Fue expulsada de su hogar a los 15 años. Es activista de la diversidad sexual. Alterna el trabajo de una empresa textil con el de la prostitución, del cual trata de alejarse paulatinamente (entrevista realizada en 2014).

12) Carla, 30 años. Vive en la ciudad de Rosario. Aunque a su familia le costó, ella siente que aceptaron su identidad. Ejerció la prostitución, pero desde algunos años abrió una peluquería junto al apoyo de su pareja. Está terminando el colegio. Planea operarse para sentirse una “mujer completa” (entrevistas realizadas en 2011 y 2012).

13) Anabella, 42 años. Vive en una villa de emergencia del sur de la ciudad de Rosario. Argumenta que en el “barrio siempre me aceptaron”. No conoció otro trabajo más allá de la prostitución, el cual ejerce desde la adolescencia. Sólo cursó la escuela primaria (entrevistas realizadas en 2014).

14) Carmela, 48 años. Vive en la ciudad de Rosario. Primero realizó un curso de vida como un varón heterosexual. Se casó y tuvo hijos. Luego descubrió su orientación sexual como gay. Al corto tiempo logró asumir su identidad de género como travesti. Es docente de nivel medio (entrevista realizada en 2010)

15) Claudia, 40 años. Originaria de Santiago del Estero, vive en una villa de emergencia de Lomas de Zamora. Su fuente de ingreso principal es la prostitución, aunque alterna la venta ambulante en la calle y en el transporte público. Anteriormente también participó del activismo travesti. (entrevista realizada en 2010)

16) Mariana, 49 años. Oriunda de Jujuy, fue expulsada de su hogar a los 15 años. Recayó en el barrio de Constitución en la ciudad de Buenos Aires. Su único trabajo conocido fue la prostitución. Durante la crisis del 2001, junto a sus amigas travestis viajaba a Europa a ejercer la prostitución porque sentía que ese era un modo de “hacer una diferencia económica”. Actualmente vive en el barrio porteño de Flores (Entrevista realizada en 2012).

17) Belén, 47 años. A finales de la década de 1980 abandonó su Santiago del Estero natal y se instaló en la ciudad de Buenos Aires. Allí comenzó a ejercer la prostitución en la Ruta Panamericana. El llegar sola a Buenos Aires fue suplido por otras travestis mayores que a cambio de un canon la cuidaban. Actualmente sigue subsistiendo de la prostitución pero desde su hogar (Entrevista realizada en 2011)

18) Micaela, 27 años. Vive en la ciudad de Paraná. Trabaja en una peluquería, pero su ingreso principal proviene de la prostitución, la cual realiza en la ciudad de Paraná y en la ciudad de Santa Fe. Su familia vive en Santa Fe, pero dice no tener mucho contacto con ellos ya que “no aceptan quien soy y el camino que elegí” (Entrevista realizada en 2010).

19) Clara, 32 años. Vive en la ciudad de La Plata. Es originaria de Azul (Provincia de Buenos Aires), pero recuerda que “el clima de campo era demasiado hostil” hacia ella. Insultos e intento de abusos sexuales, la empujaron a decidir marcharse a los 16 años. Debió ejercer la prostitución durante muchos años. Actualmente atiende un comercio (entrevista realizada en 2012)

20) Aldana, 44 años. Vive en la ciudad de Rosario, aunque es originaria de Pergamino, lugar que abandonó a los 17 años. Si bien en esa época no había comenzado su adecuación corporal, “algo ya se notaba” y comenzaron las agresiones que la obligaron a irse. Una vez en Rosario emprendió el camino de su construcción corporal-identitaria. Si bien debió ejercer la prostitución, actualmente trabaja en una fábrica que “aunque esté ‘en negro’, es mejor que estar en la calle” (entrevista realizada en 2014).

III. Mayores homosexuales-gays

1) Marcelo, 45 años. Oriundo de Misiones, vive en Buenos Aires desde los años 1990. En tanto activista de la diversidad sexual, su opinión ha sido valiosa como informante clave. Puso de manifiesto las características que adquiere el viejísmo en la comunidad. Sostuvo que es hay cosas más útiles en la actualidad como los proyectos de ley, antes que abocarse a las problemáticas de los viejos. También puso de relieve la problemática de los “crímenes de odio”, como así también los límites que tienen los mayores para ejercer su identidad a raíz de los contextos históricos en que fueron socializados (entrevistas realizadas en 2009 y 2012).

2) Guillermo, 60 años.  Vive en la ciudad de Rosario. Asume con tono de broma su propia vejez. Sostiene que aún se siente útil, aunque cree que ya debería sentir que no sirve. Cree que los viejos tienen una homofobia interiorizada, motivo por el cual viven con culpa su sexualidad. Piensa que la vejez mezclada con orientación sexual como agravante de los problemas. Es docente universitario y también ha trabajado en la obra social del ejército (entrevistas realizadas en 2009, 2010 y 2012).

3) Raúl, 67 años. Vive en Sarandí, donde trabaja como remisero. Piensa que ser viejo y gay es una carga adicional en la discriminación que ya experimenta como mayor. Por tal motivo prefiere guardarlo en silencio. No tiene hijos, pero cree que sus hermanos y sobrinos saben de su orientación sexual, “aunque el tema nunca se hable”. Actualmente no está en pareja (Entrevistas realizadas en 2010)

4) Luis, 64 años. Vive en la Ciudad de Buenos Aires. Fue uno de los pocos entrevistados que nunca quiso su nombre real debido a que no quería “ensuciar” su prestigio como médico. Ha estado casado y tuvo dos hijos. Si bien argumenta que algo le inquietaba desde chico, descubrió su orientación sexual una vez divorciado. Piensa que sus hijos lo saben y lo aceptan. Piensa que en la comunidad LGBT hay una exaltada adoración por lo juvenil, por lo cual se siente excluido. (Entrevistas realizadas en 2010)

5) Alejandro, 58 años. Vive en la ciudad de Córdoba, donde trabaja como periodista. Piensa que el mercado ha generado una imagen de la homosexualidad que sólo coincide con los jóvenes y los marginan a ellos. Ha mantenido relaciones heterosexuales “aunque nada serio”. Actualmente está en pareja con un hombre de su edad desde hace 3 años (entrevistas realizadas en 2012).

6) Armando, 67 años. Vive en la ciudad de Salta. Es odontólogo jubilado 67 años. Dice sentirse solo y que le gustaría tener un “compañero, amigo o pareja” pero fundamentalmente alguien en quien confiar y de alguna manera sentirse protegido. Esto piensa que en Salta “es imposible por los prejuicios que hay”. De hecho sostiene que su última pareja fue en 1997 por corto tiempo y que “no logró funcionar por los prejuicios”. Se define como una persona común “nada de plumas, no me gusta eso”. Vivió en Buenos Aires 5 años en pareja (de 1977 a 1981) “en pleno proceso, lo que hacía todo más difícil”. Hoy quisiera volver a Buenos Aires pero los recursos económicos se lo impiden, además de que “los amigos del pasado ya no están” producto de fallecimientos. Sostiene que ha intentado conocer gente por internet, pero que allí “sólo quieren sexo por cámara” y eso ya no le interesa. Agrega haberse sentido atraído por las personas mayores desde siempre (entrevista realizada en 2010).

7) Emilio, 59 años. Vive en Adrogué, donde trabaja en un comercio mayorista. Está casado, tiene una hija y ya es abuelo. Mantiene una “doble vida” con relaciones homosexuales esporádicas. Dice sentir culpa cada vez que conoce a un hombre. Su primera experiencia gay fue a los 20 años. Nunca estableció una pareja del mismo sexo (entrevistas realizadas en 2011 y 2012)

8) “El Polaquito”, 64 años. Otro de los entrevistados que prefirió no dar su nombre. Vive en la ciudad de Rosario. Nunca armó una pareja heterosexual, ni homosexual. Dice que para él no es un impedimento la edad a la hora de conocer una persona, pero piensa que los jóvenes desprecian a los viejos. Fue profesor de literatura. Actualmente está jubilado. Estuvo al cuidado de su madre hasta ella falleció en 2009 (Entrevistas realizadas en 2009 y 2010).

9) Hugo, 69 años. Vive en la ciudad de Rosario. Trabaja como podólogo. Nunca estableció una pareja hasta que hace pocos años conoció a un muchacho joven y se sintió “por primera vez enamorado”. Tampoco tuvo pareja heterosexual. Asiste a una iglesia evangelista. Convive con la idea de que comete un pecado. Trata de mostrarse “muy varonil” así nadie puede sospechar. (Entrevistas realizadas en 2009 y 2010).

10) Juan, 63 años. Vive en la ciudad de Córdoba. Es dueño de una ferretería. Estuvo casado con una mujer de la cual se divorció en 2005, matrimonio que duró 15 años. No tuvieron hijos. Piensa que las persecuciones de antaño llevaron a que la vida gay se desarrolle exclusivamente en la noche. Se reconoce “viviendo dentro del armario”. Extraña sus años de juventud (entrevistas realizadas en 2012)

11) Arturo, 63 años. Vive en la ciudad de Paraná. Era trabajador de correo hasta que se jubiló por una discapacidad. Nunca realizó su salida del closet, aunque piensa que por su timbre de voz “la gente se da cuenta. De todos modos, si alguien me pregunta, lo niego”. Desde el 2000, está en pareja con un hombre menor que él. Se reconoce celoso porque entiende que su pareja se rodea de gente joven a la que “el puto viejo les parece patético”. (Entrevista realizada en 2012).

12) Miguel, 61 años. Oriundo de un pueblo de Santa Fe, vive en Rosario desde su juventud. Se reconoce homosexual desde joven, por eso en la adolescencia en su pueblo cuando con sus amigos iba a debutar sexualmente a un cabaret, él le pagaba a la prostituta para que dijera que habían mantenido relaciones. Es propietario de un hotel familiar. Está en pareja con alguien 20 años menor que él. Aunque viven en el mismo edificio nunca quisieron compartir departamento para evitar comentarios. Siente que con el paso del tiempo hubo mayor libertad, pero también más problemas (entrevistas realizadas en 2009 y 2010).

13) Marcos, 67 años. Vivió en la ciudad de Rosario hasta su fallecimiento. Tenía una peluquería en el centro de la ciudad. Su salida del armario fue gracias a sus sobrinos, quienes según él, siempre lo acompañaron. No obstante, sus hermanos sí lo rechazaron. Por eso su “segunda familia” era el grupo de amigos homosexuales. No tenía problemas en asumirse como viejo, pero si lamentaba el avance del mercado gay. Sentía que se estaba volviendo a un gueto (entrevistas realizadas en 2009 y 2010).

14) Mario, 65 años. Vive en la ciudad de Buenos Aires. Es abogado, pero en este momento se encuentra jubilado. Estuvo casado pero se divorció. Luego de ese suceso se animó a experimentar su homosexualidad. Tiene 3 hijos y 4 nietos. Sus hijos saben de su orientación sexual y lo respetan. Siente que la sociedad en general la que no valora a los mayores y que, siendo viejo, le cuesta adaptarse a las nuevas tecnologías como medios de levante. (Entrevistas realizadas en 2012)

15) Alberto, 66 años. Vive en la ciudad de Córdoba. Trabaja en una panadería propiedad de su familia. No tiene hijos, ni se ha casado, por lo cual imagina que sus allegados sospechan de su sexualidad.  Reconoce que haber llevado una “doble vida” no fue fácil pero al menos no ha corrido ningún riesgo. Ha sido víctima de chantajes y robos por parte de taxi boys (entrevistas realizadas en 2012).

16) Esteban, 71 años. Vive en la ciudad de Buenos Aires. Es médico. Estuvo casado y tuvo dos hijos. A lo largo de toda su vida mantuvo una “doble vida” pero llegó un momento que sentía culpa por su ex esposa. Nunca armó una pareja del mismo sexo. Siente que eso no es real. Ha sido víctima de chantajes y robos por parte de taxi boys (Entrevistas realizadas en 2009)

17) Oscar, 75 años. Vive en la ciudad de Buenos Aires. Nunca se ha casado, ni tuvo hijos. Vive solo en un departamento del barrio de Belgrano. Nadie sabe su “secreto”. Piensa que es innecesaria la salida del armario. Dice no estar dentro de ningún armario. Hasta hace poco tiempo solía frecuentar cines porno para conocer a alguien, pero dice sentirse muy grande para eso. Actualmente utiliza el chat, pero reconoce con nostalgia que “no es lo mismo que antes” (entrevistas realizadas en 2011).

18) Alfredo, 68 años. Vive en la ciudad de Córdoba donde trabaja como encargado de un edificio. Siente que no es necesario compartir su secreto con su familia porque sería generarles un problema. Es uno de los entrevistados que más padece la metamorfosis de los espacios de ocio y esparcimiento: Extraña los viejos bares cafés donde podía conversar largas horas con alguien y también siente que el juego de miradas callejero ha disminuido. Recuerda con pesar el advenimiento del VIH. Siente que fue un punto que cambió los modos de ser del colectivo gay (entrevistas realizadas en 2010).

19) Rolando, 73 años. Vive en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Congreso. Era empleado en una automotriz. Está jubilado. Nunca tuvo pareja del mismo sexo. Solamente encuentros sexuales pasajeros. Se siente muy culpable por lo que “le tocó”, en referencia a su orientación sexual. Dice que no lo elegiría, en caso de poder hacerlo (Entrevistas realizadas en 2011).

20) Jaime, 72 años. Vive en la ciudad de Rosario y está en pareja con Roberto hace más de 30 años. Viven juntos pero les cuesta asumir públicamente su sexualidad. Argumentan que en el edificio se “portan bien” para que nadie sospeche. Además entienden que ellos son mayores y que no quedaría bien que estuvieran en la calle de la mano o abrazados. Por otro lado, hace algunos años quedó cuadripléjico. Sienten que desde ese momento la relación se afianzó aún más (entrevistas realizada en 2010)

21) Roberto, 56 años. Vive en la ciudad de Rosario junto a Jaime, su pareja desde hace tres décadas. Su relación se inició con el juego de miradas callejero. Así se conocieron. Él dice que no tendría problema en asumirse públicamente, pero sabe que a su pareja no le gusta y por respeto no lo hace. Es profesor de historia en secundarios. (entrevistas realizada en 2010)

22) Manuel, 74 años. Vive en la ciudad de Córdoba. Ha sido docente de arte pero hoy está jubilado. Continúa dando clases de teatro de manera particular. Estuvo en pareja con un muchacho más joven que él, pero en la actualidad está solo. Ve a las generaciones jóvenes como unas “mariquitas sufridas”. Siente que no es necesaria tanta exposición y que antes se podía estar más tranquilo. (entrevistas realizadas en 2012).

23) Carlos, 73 años. Vive en la ciudad de Buenos Aires. Es jubilado y actualmente no está en pareja. Rechaza el avance del mercado gay. Siente que se están aislando paulatinamente. Además sostiene que “tanto exhibicionismo” lleva a que la sociedad, en lugar de integrar, rechace. Tampoco ve con buenos ojos las salidas del armario. Recuerda como un momento clave la aparición del SIDA ya que pare él rompió la normalidad de la vida social y sexual de su época (entrevistas realizadas en 2012 y 2013).

24) Claudio, 67 años. Vive en la ciudad de Córdoba. Está casado y tiene 3 hijos. Trabaja como taxista lo cual le permite “continuar con el yire”. Para él la movida nocturna cambió mucho y la extraña. Lo que antes era seguro, ahora lo ve muy fluctuante y eso le genera incertidumbre. No se termina de asumir como homosexual. Lo ve como algo pasajero; como un gusto que puede volver a cambiar (entrevistas realizadas en 2012)

25) Ernesto, 65 años. Vive en la ciudad de Córdoba. Es profesor universitario. Actualmente está en pareja. Tiene asumida su orientación sexual. Para él esta época es más “histérica”. Antes, la menor cantidad de posibilidades, hacía todo más sencillo. Él extraña esa sencillez y la vida nocturna. Hoy ve muy violenta a la sociedad. Conoce casos de violencia sobre amigos suyos y por eso prefiere andar con precaución (entrevistas realizadas en 2012)

26) Ramón, 70 años. Vive en Mar del Plata. Era profesor de música pero se jubiló y se fue a vivir a la costa argentina. Reconoce que antes la situación política del país dificultaba la vida de un gay, pero señala que no tenían tantos temores como en la actualidad como por ejemplo a las enfermedades venéreas. Estuvo casado durante poco tiempo pero no tuvo hijos. (entrevistas realizadas en 2011)

27) Adrián, 62 años. Vive en Buenos Aires. Atiende un kiosco de diarios en el centro porteño eso, argumenta, le permitió conocer “toda la noche”. Estuvo casado y tiene un hijo. Pero prefiere no comentar su vida privada para preservar a su familia. Actualmente está en pareja con un hombre de su misma edad. (entrevistas realizadas en 2011)

28) Héctor, 60 años. Vive en Buenos Aires. Trabaja en una zapatería en el barrio de Caballito. Nunca se casó, ni tuvo hijos. Hace 15 años está en pareja. Argumenta que no le importa el qué dirán. Cree que su familia lo aceptan y se siente aceptado por la familia de su pareja (entrevistas realizadas en 2010)

29) José, 65 años. Vive en La Matanza, donde atiende un comercio. Hace énfasis en que se reconoce como “puto” o “trolo”. Le interesa diferenciarse de la “vida gay”. Tampoco se siente integrante de este mundo, pero no a raíz de su edad, sino de su clase social e ingresos económicos. Para él eso sólo representa a un pequeño grupo. Tuvo un hijo de una pareja heterosexual (entrevistas realizadas en 2010)

30) Osvaldo, 67 años. Vive en La Matanza. Trabaja en una empresa de fletes. Para él la mayor diferencia que existe en la actualidad en el mundo gay es por razones económicas, algo que para él no existía en el pasado. Nunca estuvo en pareja del mismo sexo pero confiesa que le gustaría, sobre todo a su edad, ya que dice sentirse muy solo. (entrevistas realizadas en 2011)

31) Abel, 62 años. Vive en Rosario. Tiene una relación con alguien de 30 años. Dice que la edad no representa un problema y que siempre se sintió atraído por las personas más jóvenes. Le gustaría convivir o casarse, pero siente que ya está grande para ese tipo de proyectos. (entrevistas realizadas en 2010)




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