Jean François Le Coq
En este inicio de la década de 2020, el futuro del mundo es incierto. ¿Más que nunca? No. Pero dos eventos recientes, uno sanitario de ámbito internacional, la crisis de covid-19 de 2020-2021, y otro geopolítico, la invasión de Ucrania por Rusia en 2022, han mostrado que lo improbable o imprevisible puede suceder. De hecho, más allá de estos dos eventos específicos, son muchos los eventos, procesos o acontecimientos que generan incertidumbres sobre el futuro del planeta. Estos son de diversa índole y muy entramados entre sí. Son geopolíticos, políticos y sociales, ambientales y energéticos, sanitarios, tecnológicos e institucionales. Los equilibrios geopolíticos mundiales están cambiando: la competencia entre Estados Unidos y China por la hegemonía económica y política mundial crece, la invasión de Ucrania por Rusia ha reactivado una bipolaridad internacional, ha hecho más visible la dependencia de las energías fósiles y el espectro de crisis energética, ha subrayado la importancia de los mercados internacionales de alimentos para abastecer el planeta. La crisis sanitaria del covid-19 en 2020-2021 ha sido otro evento disruptivo de dimensiones que ha mostrado la fragilidad de las cadenas de abastecimiento internacional de todos los sectores y la dependencia del comercio mundial para los procesos productivos y que ha también acelerado la transición digital. Asimismo, en los últimos años, se han visto cambios drásticos o crisis políticas en múltiples países del mundo. Con la afirmación de bloques autoritarios a escala mundial, los modelos democráticos y sus instituciones son cuestionados. Esto se combina con niveles altos de desigualdades sociales, que generan tensiones sociales múltiples. Al nivel económico, el aumento rápido de la inflación en el periodo poscovid-19 y las políticas actuales para morigerar la inflación y el nivel alto de deudas de los Estados generan muchos riesgos de recesión económica o de crisis financiera mundial. Con la perspectiva de una fragmentación geopolítica (¿y de los mercados?), la continuidad de un modelo de crecimiento mundial basado en la apertura comercial mundial y la globalización y el uso intensivo de recursos naturales genera nuevos cuestionamientos y desafíos.
A nivel tecnológico, nuevas perspectivas se vislumbran con la intensificación de la transición digital y los progresos de la inteligencia artificial, que pueden afectar los procesos productivos y constituyen una oportunidad y un riesgo mayor de ruptura en los mercados del trabajo humano, o en la distribución internacional de la riqueza. Así también los efectos de la crisis ambiental y climática se han vuelto más visibles con el aumento y la intensidad de los eventos climáticos extremos que afectan el planeta en sus diversas localidades, como consecuencia de la depredación de los recursos naturales y de las pérdidas de biodiversidad. Todos estos grandes procesos pueden afectar los ya frágiles equilibrios económicos, empeorando la distribución de riqueza.
En este momento particular, en un mundo lleno de incertidumbre, donde prevalecen múltiples y complejas relaciones entre las dimensiones social, política, económica y ambiental, parece necesario reflexionar, como el navegador perdido en altamar que mira las estrellas o una brújula, dónde estamos y adónde podríamos ir. Y si el futuro no se puede predecir, y nunca se podrá, ¿se puede de todos modos explorar alternativas de futuros y pensar qué situación futura podría prevalecer? La exploración de estos futuros posibles, de los escenarios, constituye insumos para la toma de decisiones y para la acción, y promueve la ocurrencia de un futuro deseado o la posibilidad de mitigar el riesgo de que sucedan escenarios no deseables, para nosotros y para las generaciones futuras.
Esta es la contribución principal de este libro: proveer una imagen sintética de la situación agroalimentaria en América Latina y el Caribe, a partir del análisis de los factores que inciden en este foco de cuestión (primera parte), e identificar futuros posibles, escenarios futuros, que podrían suceder de darse un conjunto de procesos a partir de la interacción entre estas variables (parte 2).
Este libro tiene tres propósitos principales. El primero es el de dar visibilidad al tratamiento de la cuestión agroalimentaria. De hecho, la agricultura y los sistemas alimentarios son cruciales para la alimentación, la lucha contra el hambre y la malnutrición, la salud humana, y por ende la paz social. Lo son también para enfrentar los desafíos ambientales, como la deforestación, la reducción de biodiversidad, y la emisión de gases invernaderos, responsable del proceso de cambio climático. La agricultura es también uno de los sectores más afectados por los cambios políticos, económicos, energéticos y ambientales. La agricultura de América Latina y el Caribe tiene una posición estratégica en estas cuestiones. La de la primera es uno de los principales abastecedores mundiales de alimentos y commodities agrícolas. Además, su devenir puede afectar dinámicas ambientales, tal como la deforestación de la Amazonia, y, aunque la región tiene una gran disparidad interna, es representativa de problemáticas mundiales, como del problema de la seguridad alimentaria, los conflictos socioambientales, los cambios políticos abruptos, la inseguridad, y los altos niveles de desigualdad.
El segundo propósito tiene que ver con el proceso de construcción del contenido de este libro. Esta obra es el producto de un análisis rigoroso de una compilación de una amplia gama de estadísticas e informaciones, en general dispersas entre varias administraciones e instituciones nacionales, regionales o internacionales. Los datos analizados son los más recientes disponibles y cubren tendencias sobre las últimas dos décadas. El libro es también el producto de una reflexión colectiva y estructurada, usando el método de escenarios y las herramientas de la prospectiva. Ha sido generado en un trabajo colectivo de investigadores de la Red Desarrollo Rural y Políticas Públicas en América Latina (Red PP-AL), del que participaron colegas de varios países de la región.
El tercer propósito, y probablemente el principal interés de este libro, es el de vislumbrar cuatro escenarios contrastantes y originales para el futuro agroalimentario para América Latina y el Caribe, que pueden generar atracción o rechazo, pero que son todos de cierta manera posibles en el mundo incierto actual. Estos escenarios son construcciones intelectuales; el futuro nunca es exactamente lo que se imaginó. ¡Los escenarios presentados no son pronósticos! Pero su virtud es la de permitir aclarar y precisar estados que podrían suceder, y así generar debates en los espacios de discusión sobre modelos de desarrollo agrícola y sobre las políticas para fomentarlos o acompañarlos en sus transiciones. Por esencia, son escenarios polémicos. Se espera que sirvan para el debate entre actores del desarrollo, actores de la sociedad civil y de las organizaciones y movimientos agrícolas o de consumidores, entre personal técnico y equipos de gestión de la administración pública del sector agrícola, ambiental o de salud, de los países o de instancias regionales, de los actores de la cooperación regional, entre otros. Se espera, por ende, que generen toma de conciencia (positiva o negativa), decisiones (a corto, mediano y largo plazo), y por ende motiven acciones concretas de estos actores para que se concrete un “verdadero” futuro que quieran ver ocurrir para ellos y ellas, para sus hijos e hijas, y para las generaciones futuras en América Latina y el Caribe.
Río de Janeiro, abril de 2023