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Agradecimientos

Mi profundo reconocimiento para los profesionales,[1] que me acompañaron durante el proceso y posibilitaron las aplicaciones del método autoevaluativo en las escuelas públicas de los tres niveles educativos: Andrés Peregalli, Claudia Castro, Verónica Minassian, Susana Shoaie, Adriana Sznajder, Federico Sedano Acosta y Andrés Climent. Destaco también las intervenciones de otros profesionales en diferentes momentos o para distintas temáticas: Carola Arrué, Graciela Cardarelli, Edgardo Consoli, Ana Lía Kornblit, Hilda Paiuk y María del Carmen Tamargo, así como otros profesionales que a lo largo de la década 2007 a 2017, contribuyeron, directa o indirectamente, al perfeccionamiento del método y a la excelencia de sus aplicaciones en las escuelas provinciales.

Agradezco a las autoridades y principales interlocutores de UNICEF Argentina, por el apoyo entusiasta que brindaron al desarrollo del método, así como a promover sus aplicaciones, sobre todo mediante la atribución de fondos de cooperación, que por un lado permitió las numerosas reediciones de los materiales impresos y su distribución en las provincias; por otro lado esos fondos de cooperación también permitieron conformar los equipos técnicos provinciales que en cada caso hicieron posible la implementación de los operativos de aplicación del método en las escuelas públicas de cada provincia.

Destaco el apoyo incondicional recibido por parte de los directivos e integrantes de CEADEL, centro al que pertenezco desde su creación, hace ya más de treinta años.

Por último, pero no menos importante, agradezco a las autoridades y a los diversos funcionarios provinciales, así como a los agentes educativos en cuyas escuelas se realizaron autoevaluaciones, que tanto han contribuido a los valiosos aprendizajes que fueron plasmados en las sucesivas ediciones del método.


  1. Doy por sentada la orientación hacia la equidad de género y uso el tradicional masculino genérico para no dificultar la lectura fluida y comprensiva. Fundo esta decisión, por un lado, en el hecho de que los lingüistas no se han puesto de acuerdo acerca del uso del “o/a” o de la “@” para denotar lo femenino/masculino y, por otro, en las recomendaciones al respecto del Prof. Ignacio Bosque, de la Real Academia Española, en su artículo “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” (véase en www.rae.es).


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