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Introducción

La capacidad de crear y comprender símbolos es una competencia genuinamente humana. El lenguaje oral y escrito, los números, carteles, mapas, gestos, señales de tránsito, fotos y las múltiples representaciones proyectadas por dispositivos tecnológicos son solo algunos de los tantísimos ejemplos de símbolos que usamos cotidiana y permanentemente. Desde el nacimiento, estamos sumergidos en un complejo entramado de símbolos y un aspecto central del desarrollo es la progresiva apropiación de las diversas herramientas simbólicas presentes en la cultura, lo que forma parte del proceso de alfabetización del sujeto.

Dentro de la gran diversidad de símbolos, los objetos simbólicos se caracterizan por tener una naturaleza doble: son objetos físicos y simultáneamente representaciones de otra cosa. Por ejemplo, un mapa es un trozo de papel y a la vez representa un espacio. Si pensamos en la vida cotidiana de un niño[1], en su entorno familiar y extrafamiliar, resulta evidente que este tipo de objetos se emplea de manera constante. Podemos pensar en el uso de fotos para evocar recuerdos, de libros ilustrados para enseñar palabras y de muñecos para enseñar partes del cuerpo, entre tantos otros. Así, estas herramientas median las interacciones que los niños entablan con pares y adultos, y con frecuencia son empleadas como recursos didácticos. Ahora bien, la mera presencia de estas herramientas en el entorno del niño no significa que su apropiación sea simple o directa: se trata de un proceso complejo que tiene lugar en el seno de las interacciones con personas significativas de su entorno, en que se entrelazan aspectos evolutivos, culturales y educativos.

Considerando la abrumadora diversidad de objetos simbólicos presentes en la cultura, en la actualidad cobran especial relevancia las imágenes digitales e interactivas presentadas en dispositivos tecnológicos táctiles, como tablets o smartphones, con los que habitualmente los niños interactúan. Este tipo de imágenes tiene una característica peculiar que las distingue de otros objetos simbólicos: son interactivas. Es decir, responden instantáneamente y en función de las intervenciones del usuario. Por tanto, no es posible extender a ellas resultados referidos a la comprensión y uso infantil de otros objetos simbólicos, como imágenes impresas u objetos tridimensionales.

A pesar de las fuertes controversias que ha generado el uso de pantallas y de las clásicas recomendaciones sobre limitar su empleo en etapas iniciales del desarrollo, su implementación fue un hecho. En el mercado son numerosas las aplicaciones digitales e interactivas publicitadas para que niños jueguen y aprendan. En la Argentina, diversas políticas educativas desde hace años promueven el uso de dispositivos tecnológicos como herramientas para el aprendizaje, incluso desde el nivel inicial. Sin embargo, a edades tempranas, no se cuenta con resultados concluyentes sobre diversos aspectos relativos a la comprensión simbólica y al uso de las imágenes proyectadas por estos dispositivos. El hecho de que los niños pequeños manipulen estos dispositivos no es sinónimo de que comprendan y puedan aprender de las imágenes proyectadas. Un requisito para el aprendizaje es que los niños comprendan simbólicamente sus imágenes.

En este marco, este libro sintetiza los aportes de una investigación cuyo objetivo general fue investigar el acceso a la comprensión simbólica y el uso de una imagen digital, tridimensional (3D) e interactiva, presentada en una tablet, por parte de niños pequeños. Este libro retoma las controversias actuales en torno al uso, comprensión e interacción infantil con estas herramientas, de modo que constituye un aporte desde la psicología del desarrollo simbólico. Cabe destacar además que desde el año 2020 la pandemia por COVID-19 aumentó exponencialmente el uso de tecnologías, por lo que este trabajo no solo reviste interés académico, sino que contribuye al debate en torno a la implementación de dispositivos tecnológicos en contextos educativos, tanto formales como informales.

Estructura del libro

El presente libro se organiza en siete capítulos. En los primeros tres, se expone la teoría y los antecedentes en que se sustenta la investigación. El capítulo 1 aborda de manera general la categoría de símbolos y las diferentes posiciones sobre el rol del contexto sociocultural en el desarrollo simbólico infantil. Se analizan las representaciones externas, sus características y relevancia como herramientas culturales, cognitivas y educativas. En el capítulo 2 se presenta un modelo teórico para el estudio del desarrollo de la comprensión y uso de objetos simbólicos, desde el cual se describen los factores intervinientes en este proceso y se presentan los antecedentes directos de este libro. En el capítulo 3 se definen las imágenes digitales e interactivas como un caso particular de objeto simbólico. Se describen los debates e interrogantes actuales en torno a su comprensión simbólica, a la interacción entre adultos y niños cuando una actividad es mediatizada por estas herramientas y al uso de dispositivos tecnológicos en la infancia, y finaliza con las preguntas que dieron origen al presente trabajo.

En el capítulo 4 se expone el enfoque metodológico adoptado. Se comienza por definiciones generales sobre metodología, método, técnicas y diseño para dar lugar al conjunto de decisiones teórico-metodológicas tomadas en este trabajo en torno a los participantes, procedimientos, técnicas de recolección y análisis de la información. En los capítulos 5, 6 y 7 se presentan los estudios realizados. En el capítulo 5 se indaga el acceso a la comprensión simbólica de una imagen digital, tridimensional (3D) e interactiva presentada en una tablet por parte de niños pequeños. Particularmente, se estudia el impacto de la edad del niño, la instrucción proporcionada por el adulto y la manipulación previa de la imagen por parte del niño en el acceso a su comprensión simbólica. En el capítulo 6 se describe y analiza la interacción entre adultos y niños con un juego digital e interactivo, presentado en una tablet, que implica la solución de un problema. Asimismo, indagamos la tenencia y los hábitos de uso de tecnologías en los hogares de los participantes y analizamos, desde una perspectiva multidimensional, la variación de la interacción en función de la experiencia previa con estas herramientas. El capítulo 7 indaga la tenencia, los hábitos y las percepciones de uso de dispositivos tecnológicos en padres, madres o adultos responsables de niños pequeños.

A modo de cierre, las consideraciones finales integran los resultados de los estudios realizados. Se proponen lineamientos para futuras investigaciones y se reflexiona sobre sus implicancias educativas.


  1. En el presente escrito se asume la importancia de la distinción lingüística de género. Sin embargo, a los fines expositivos y para facilitar la lectura, en adelante referiremos a niños y adultos.


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