5.1 Contexto general sobre políticas de comunicación y medios públicos
Chile cuenta con la Ley General de Telecomunicaciones (N°18.168/1982) con sus respectivas modificaciones, como normativa central en materia de regulación de servicios de comunicación audiovisual y de telecomunicaciones.
En materia de radio y televisión se complementa con la Ley N°18.838 de 1989 por la cual se instrumenta la creación del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y se regulan los servicios de televisión. Las concesiones para prestar servicios de radio y televisión se otorgan exclusivamente a personas jurídicas mediante concursos públicos, a partir de solicitudes de los interesados y una vez que el gobierno determina que hay disponibilidad de espectro en esa localidad. La selección de los interesados en ocupar la frecuencia toma en cuenta las mejores condiciones técnicas y de calidad del servicio proyectado, pero no los aspectos comunicacionales (Art. 13 Ley 18.168 y Art. 19, Decreto 126).
El diseño institucional chileno en materia de telecomunicaciones y medios de comunicación audiovisual incluye un organismo gubernamental que define las políticas nacionales pero también administra y regula el uso del espectro radioeléctrico (el Ministerio de Transporte y Comunicaciones a través de la Subsecretaría de Telecomunicaciones – SUBTEL) y un órgano regulador con autonomía para la regulación de los servicios de televisión (CNTV).
Distintas disposiciones presentes en normativas legales dan cuenta de algunas reglas mínimas para el funcionamiento del sistema de medios. El artículo noveno inc. 3 de la Ley 19.733[1] condiciona el acceso de capitales extranjeros a la propiedad de emisoras de radiodifusión a un tratamiento equivalente de capitales chilenos en el país de origen de la inversión. Por su parte, el artículo 15, inc. 11, de la Ley 18.838 impide que el titular de una concesión de televisión pueda obtener otra similar en la misma zona de servicio, con la excepción de Televisión Nacional de Chile (TVN). No existe un texto legal que represente un marco normativo integral para el sector, por lo que es frecuente que algunas controversias o violaciones a las disposiciones, cuando son tratadas, recaigan ex post en la Fiscalía Nacional Económica y el Tribunal de Defensa de la Competencia, que, como es esperable no necesariamente consideran las particularidades del sector de la comunicación y el resguardo del pluralismo (Anguita, 2019).
En relación a la introducción de la Televisión Digital Terrestre (TDT) en el país, una de las principales políticas de comunicación de los años que estudia esta tesis, en septiembre de 2009 la entonces presidenta Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) define mediante Decreto 136/2009 la adopción de la norma ISDB-T para la digitalización de la TV abierta. Casi un año antes, a finales de 2008 el Gobierno de Chile había ingresado al Congreso un proyecto de ley al respecto, cuyo tratamiento legislativo tomaría cinco años.
El extenso proceso de debate y sanción de la Ley 20.750 de Introducción de la Televisión Digital Terrestre, promulgada en mayo de 2014 por la recién asumida presidenta Michelle Bachelet, atravesó íntegramente el primer gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-) y mantuvo en pugna durante más de 5 años a los empresarios del sector, la clase política, y organizaciones de la sociedad civil que buscaron introducir en la agenda de discusión una perspectiva de derechos a un tema que fue la mayor parte del tiempo abordado desde sus aspectos tecnológicos y económicos.
El proyecto de ley obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados en abril de 2011 y pasó al Senado. El texto aprobado en Diputados en 2011, donde el proyecto estuvo cerca de dos años en trámite, privilegiaba a los grandes operadores en lo que respecta a la renovación y otorgamiento de concesiones, sin plazo de caducidad.
A lo largo de 2011 y 2012 organizaciones de la sociedad civil, entre ellas el Observatorio FUCATEL, Mesa de Ciudadanía y TV Digital[2], pudieron participar de audiencias en las que acercaron propuestas de cambios al proyecto de ley, en particular en cuestiones como el otorgamiento y duración de las concesiones y la necesidad de asignar espectro para medios sin fines de lucro.
El texto de la norma aprobada indica que “las concesiones de radiodifusión televisiva con medios propios durarán veinte años y las concesiones de radiodifusión televisiva con medios de terceros durarán cinco años” (art 15); el plazo de explotación de veinte años se renueva automáticamente por ese mismo período de tiempo. Todo esto introduce un sesgo que favorece ampliamente a los operadores ya instalados y con mayor espalda económica por sobre los pequeños medios del sector comunitario, que enfrentan con más dificultades las inversiones en infraestructura. La falta de interés en fomentar la TV comunitaria queda también en evidencia en el rechazo al pedido de la sociedad civil de entregar en forma automática una concesión a los canales comunitarios ya existentes. Sólo los grandes canales comerciales recibieron concesiones en TDT sin concursar.
Los grandes operadores privados obtuvieron sin que mediara concurso, vía Decreto Supremo, una nueva concesión para que comiencen a emitir en digital, mientras que los canales regionales, locales, comunitarios, recién podrían concursar cuando los grandes operadores hayan finalizado su transmisión paralela en analógico y digital (simulcasting), lo que llevaría entre 3 y 5 años (Sáez Baeza, 2011).
No obstante, la normativa garantiza una reserva de espectro del 40% para canales regionales, locales, comunitarios culturales, educativos e infantiles, aunque se trata del 40% restante una vez que los actuales operadores hagan la migración. En este punto resultaba esencial el Plan de Distribución de Espectro, para conocer cuál es el espectro disponible:
El 40% del total de las concesiones asignables para la televisión digital, entendiéndose por tales aquellas que queden disponibles luego de que se haya llevado a cabo la transición a que hace referencia el artículo primero transitorio de la ley que permite la introducción de la televisión digital, serán destinadas a señales de radiodifusión televisiva digital de libre recepción regionales, locales y locales comunitarias, o para aquellas de carácter nacionales o regionales que el Consejo, por resolución, califique como culturales o educativas (art. 50)
Finalmente a comienzos de 2018 el CNTV adjudicó las primeras cuatro concesiones de TDT de cobertura local a canales comunitarios. Hacia mediados de 2019 ya se habían sustanciado 88 concursos con 36 adjudicaciones, aspecto en el que se destacaba el ingreso de radios y universidades que comenzarán a prestar servicios de TV abierta (Observacom, 2019a). Por otra parte el CNTV instruyó en 2020 a los cableoperadores a que incluyan en sus grillas a los canales regionales, locales y comunitarios, tal es una de las previsiones de la ley 20.750 de TV digital. El procedimiento sin embargo no es automático: los canales deben postular en función de la zona en la que operan, luego SUBTEL debe pronunciarse sobre la factibilidad técnica de las empresas de TV paga para que incorporen esos canales.
Un aspecto relevante de la ley en materia de definiciones es su consideración del espectro como bien nacional:
El espectro radioeléctrico es un bien nacional, cuyo dominio pertenece a la Nación toda. En consecuencia: a) ninguna persona natural o jurídica puede atribuirse o pretender el dominio de todo o una parte del espectro radioeléctrico, b) las concesiones que se otorguen a personas naturales o jurídicas son, por esencia, temporales y c) los beneficiados con una concesión podrán pagar al Estado el justiprecio por el uso y goce de la misma en conformidad a esta ley (art. 47)
Con todo, algunos expertos marcan las omisiones de la ley, entre ellas: el acceso al espectro por parte de pueblos originarios[3], el reconocimiento de las televisoras comunitarias ya existentes, el acceso a contenidos por parte de personas con discapacidad visual, la promoción de empresas medianas y pequeñas desarrolladoras de contenidos y software en formato convergente y el desarrollo de la producción audiovisual independiente (Sáez Baeza, 2013)
Luego de cinco años de discusión en ambas cámaras la ley fue aprobada el 15 de octubre de 2013, pero tras ello, fue objeto de un veto presidencial en varios de sus artículos. Previo al veto, 36 diputados del oficialismo (UDI) interpusieron reservas de constitucionalidad contra cuatro artículos: uno referido a la obligación de los canales de emitir campañas de interés o utilidad pública realizadas por la Secretaría General de Gobierno; otro que prohibía nuevas concesiones a quienes ya contaran con una, excepto TVN que puede tener dos; un tercer punto referido a la obligación de los cableoperadores de transportar al menos cuatro canales locales (must-carry) y finalmente la definición de “pluralismo”. Sobre esto último el texto de la ley obligaba a los canales a “promover” el pluralismo entendido como la “diversidad social, cultural, étnica, política, religiosa, de género, de orientación sexual e identidad de género”.
El Tribunal Constitucional dio lugar a las modificaciones en la definición de pluralismo, que los concesionarios no deberán “promover” como decía el texto original de la ley, sino “respetar, pero rechazó las demás objeciones. Un mes más tarde, el 15 de noviembre de 2013 Piñera presenta un veto argumentando, entre otras cuestiones, que no se puede imponer a los canales una definición de pluralismo porque eso implicaría entrometerse con la línea editorial de los medios de comunicación. En marzo de 2014 concluyó la votación referente al veto presidencial con amplio rechazo a las objeciones de Piñera, lo que dio paso finalmente a la promulgación de la ley en mayo de 2014.
En 2015 la SUBTEL fijo el apagón analógico para 2020, pero en mayo de 2019 a pedido de la Asociación Nacional de Televisión (ANATEL) cámara que nuclea a todas las grandes televisoras chilenas, el gobierno accedió a postergar el apagón por 4 años. Sin embargo obligó a las empresas a presentar sus planes de migración digital y se establecieron obligaciones de cobertura escalonada por año hasta llegar al 100% del territorio en 2024. Uno de los principales puntos de tensión entre los licenciatarios nucleados en ANATEL y el CNTV es el financiamiento de la infraestructura de recepción de la señal (“kits digitales”) que se reparten entre poblaciones de escasos recursos y zonas más apartadas de los principales centros urbanos. Aunque son los licenciatarios los responsables por la inversión en este equipamiento, hacia 2019, CNTV evaluaba la posibilidad de asumir algunos costos conjuntamente, en el entendimiento de la profunda crisis que atraviesa la industria de la televisión (Observacom, 2019b)
En lo que respecta a la televisión pública, la Constitución Política de Chile de 1980 reconoce al Estado la facultad de crear y mantener una estación televisiva propia cuyas actividades, al igual que las de los otros medios de comunicación, están protegidos por garantías constitucionales sobre libertad de opinión e información, sin censura previa, pero sujetas a las responsabilidades de responder por los abusos que pudieran cometerse en el ejercicio de tal libertad.
Toda persona natural o jurídica tiene el derecho de fundar, editar y mantener diarios, revistas y periódicos, en las condiciones que señale la ley. El Estado, aquellas universidades y demás personas o entidades que la ley determine, podrán establecer, operar y mantener estaciones de televisión. Habrá un Consejo Nacional de Televisión, autónomo y con personalidad jurídica, encargado de velar por el correcto funcionamiento de este medio de comunicación (art 15 de la Constitución Política de Chile)
Sobre la segunda mitad de su primer mandato, Michelle Bachelet ingresa al Senado un proyecto de ley para reformular el funcionamiento de TVN. El proyecto nunca recibió tratamiento y en su lugar, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) se sancionó la Ley 20.694/2013, también conocida como “ley corta” de TVN cuyo único objetivo fue ampliar el giro comercial de la empresa para que pueda competir en igualdad de condiciones con otros prestadores del rubro. Se trata de un texto de artículo único que modifica la Ley 19.132/1992 de creación de TVN:
Reemplázase el artículo 2º por el siguiente: “Artículo 2º.- Su objeto es establecer, operar y explotar servicios de televisión y de producción, emisión y transmisión de contenidos audiovisuales y radiodifusión, cualquiera sea su formato, plataforma audiovisual o medio. En general, podrá realizar todas las actividades propias de una concesionaria de servicios de telecomunicaciones, de televisión, de radiodifusión sonora, de servicios intermedios de telecomunicaciones y de servicios audiovisuales, con iguales derechos, obligaciones y limitaciones”[4]. (Artículo único Ley 20.694)
Al respecto el Observatorio de Medios FUCATEL manifestó su acuerdo con el contenido en general de la “ley corta”, pero objetó que ésta iba en detrimento del tratamiento de la ley TVN (“ley larga”) que solo consiguió la aprobación de la Cámara de Diputados y que contiene definiciones que buscaban precisar la función de canal público (FUCATEL, 2013). La “ley corta” va en un sentido contrario: lejos de enfatizar las funciones públicas de la emisora se ocupa de acentuar su carácter comercial, ampliando las actividades en las que está habilitada a participar.
La ley de introducción de la Televisión Digital Terrestre favorece a TVN con una segunda concesión (art. 15, inc. 11) que deberá destinar a la transmisión de sus contenidos regionales y la transmisión de contenidos de terceros. A finales de 2019 TVN lideraba el proceso de digitalización y brindaba cobertura en 16 capitales regionales, que representa el 85% de cobertura. El resto de los canales privados cubrían con su señal digital en torno a 10 capitales cada uno (Observacom, 2019a).
Dentro de su Plataforma de Gobierno para un segundo mandato, Michelle Bachelet llevó la promesa de introducir reformas de fondo a la televisión pública. En el documento puede leerse:
Se enviará un proyecto al Congreso para realizar un conjunto de modificaciones en materia de TV pública orientados al cumplimiento de su misión pública. Una medida de alto impacto es la incorporación de financiamiento público de manera sistemática[5].
En el nuevo escenario de TV Digital, el canal público debiera desarrollar al menos dos frecuencias abiertas y gratuitas adicionales. Una, la del canal 24 horas, actualmente solo en plataformas de pago, y otra para un canal educativo-cultural (Programa de Gobierno de Michelle Bachelet 2014-2018).
Bachelet logró reintroducir la discusión por una “ley larga” de TVN que había quedado pendiente y con media sanción desde fines de su primer mandato. Desde mediados de 2016 el proyecto comenzó a debatirse en la Comisión de Transporte y Telecomunicaciones del Senado, y hacia agosto de 2017 era tratada por la Comisión de Hacienda. El texto introduce la noción de misión pública para el canal, diferenciándolo finalmente al menos en su definición, de los licenciatarios comerciales, a la vez que indicaba la creación de un canal cultural público que sería gestionado por TVN. El texto original enviado por el Ejecutivo era ambicioso en el alcance de las modificaciones, afectando incluso el órgano de gobierno interno: buscaba aumentar el número de miembros del directorio quienes deberían ser propuestos por el Ministerio de Educación; introducía nuevos requisitos para directivos y fijaba que su designación continuara a cargo del Senado, pero en sesión de acceso público[6]. Además introducía la creación de un Consejo Consultivo que abría espacio a la representación de la sociedad civil en el marco de un organismo de fiscalización y control.
El debate en torno a TVN incluyó audiencias con diversos actores sociales: Sindicatos de TVN; ex directivos; Chile Actores; Asociación de Guionistas y Directores; académicos de la Universidad Católica y la Universidad de Chile; la Red de Televisoras Universitarias (UESTV) y el Observatorio de Medios FUCATEL. Sin embargo, el estado de emergencia financiera del canal obligó a acelerar los procesos de debate y muchas previsiones del proyecto fueron cedidas a cambio de la aprobación de una capitalización de emergencia.
Igualmente la inyección de fondos también sufrió reducciones en medio de la negociación para conseguir los votos necesarios: originalmente el Ejecutivo había solicitado destinar USD 70 millones para que TVN pudiera enfrentar la inversión de capital que implica la digitalización, y otros USD 25 millones para financiar una señal cultural. Los números finales de la capitalización fueron USD 47 millones para actualización tecnológica y USD 18 millones para la señal de contenidos culturales, educativos, científicos e infantiles.
La propuesta de “financiamiento sistemático” inscripta en la Plataforma de Gobierno de la presidenta quedó reducida a una inyección de capital por única vez con fines específicos, que tampoco servía para mitigar el impacto de la crisis más urgente de la empresa. Al respecto la ley autoriza a TVN a contraer deudas que puedan comprometer el aval del Estado, posibilidad que le estaba vedada hasta ese momento. Ante el sistema financiero TVN era una empresa más, por lo que el acceso al crédito le resultaba más costoso.
En síntesis, acabó primando la necesidad de rescatar financieramente a TVN por sobre el debate más amplio en torno a su rol y funciones como medio público, y las múltiples transformaciones propuestas para reestructurar la emisora en sus formas de organización y gobierno. La ambiciosa ley destinada a reemplazar a la 19.132 de creación de TVN acabó en la Ley 21.085 promulgada en marzo de 2018, compuesta de una treintena de artículos cuyo mayor logro en términos conceptuales fue haber introducido por primera vez la noción de misión pública en una norma legal referida al canal. La parte referida a la capitalización integra las disposiciones transitorias, donde puede leerse:
Autorízase al Ministro de Hacienda para que, mediante uno o más decretos expedidos bajo la fórmula “Por orden del Presidente de la República”, efectúe, durante un plazo máximo de hasta seis meses contado desde la vigencia de esta ley, un aporte extraordinario de capital a Televisión Nacional de Chile, por un monto total de hasta cuarenta y siete millones de dólares de los Estados Unidos de América (US$47.000.000), o su equivalente en otras monedas extranjeras o en moneda nacional, en una o más transferencias, los que se financiarán con activos financieros disponibles en el Tesoro Público. Dicho aporte extraordinario de capital estará destinado a financiar exclusivamente los proyectos de inversión que se identifiquen y sólo podrá ser entregado una vez que la empresa informe al Ministerio de Hacienda el presupuesto de inversiones.
Asimismo, autorízase al Ministro de Hacienda para que, mediante uno o más decretos expedidos bajo la fórmula “Por orden del Presidente de la República”, efectúe, dentro del plazo de doce meses contado desde que el Directorio de Televisión Nacional de Chile apruebe la implementación de la señal a que hace referencia el artículo 35 de la ley N° 19.132 y comunique al Ministerio de Hacienda el presupuesto de la nueva señal[7], un aporte extraordinario de capital a Televisión Nacional de Chile, por un monto total de hasta dieciocho millones de dólares de los Estados Unidos de América (US$18.000.000), o su equivalente en otras monedas extranjeras o en moneda nacional, en una o más transferencias, que se financiarán con activos financieros disponibles en el Tesoro Público, para financiar su implementación y puesta en marcha. (Art. 5, Disposiciones Transitorias, Ley 21.085/2018)
Para Marcelo Díaz Díaz, exministro Secretario de Gobierno (2015-2016) “era evidente que la ley de capitalización no iba a resolver el problema; el ambiente no era el más apropiado y convertía al gobierno en solidario de la situación patrimonial de TVN cuando en realidad el problema de TVN es un problema de diseño, de redefinición de su rol y su misión en un contexto televisivo en crisis tanto nacional como global”. El proyecto de ley original era amplio en sus ambiciones y según afirma Díaz buscaba cambiar el modelo de un canal de TV pública a “una empresa multimedial”. La urgencia por hacerse de los fondos de la capitalización y la lógica de la negociación parlamentaria redujo las ambiciones originales y terminó por aprobarse un texto que resigna no sólo toda pretensión de rediseño, sino incluso acepta una considerable baja en el monto de la capitalización.
Sobre el segundo gobierno de Michelle Bachelet, afirma Elisabeth Gerber, exasesora parlamentaria y Presidenta de la Fundación Chile 21, no es sorprendente que “no se hayan promovido reformas estructurales, ni propuestas que avanzaran sobre los intereses de los grandes medios” (2017, s/p). Las ambiciones originales plasmadas en su Plan de Gobierno para el segundo mandato, que incluían entre otras cuestiones, la discusión de una reforma de la Constitución Política de Chile, colisionó con el desgaste veloz de un gobierno que al poco tiempo de haber asumido ya había perdido el manejo de la agenda pública (Gerber, 2017: 207, 208)
Finalmente, aunque se tiende a concentrar el debate sobre la TV Pública en TVN, existen otros proyectos que se inscriben en el ámbito público. Desde mediados de 2014 el Consorcio de Universidades Estatales anunció el lanzamiento de UES TV. Desde entonces la propuesta distribuye contenido informativo, cultural, académico y científico desde el sitio https://www.uestv.cl/ y en canal 14.3 de la TDT para Santiago de Chile.
5.2 Principales políticas públicas sobre inclusión digital 2009-2019
En 2009 el candidato presidencial Sebastián Piñera había generado expectativas durante la campaña electoral prometiendo que Chile seguiría en la senda de la “revolución digital”, hacia la “sociedad del conocimiento” (Programa de Gobierno Sebastián Piñera 2010-2014). Para esto más tarde se planteó una Agenda Digital que se sumaba a las agendas digitales previas propuestas en los tres gobiernos previos de la Concertación.
En el Día Mundial de las Telecomunicaciones, Piñera anunció la Agenda Digital 2013-2020, que se concentraba en cinco ejes: desarrollar la conectividad e inclusión digital; educar y capacitar en materia digital; potenciar la innovación y el emprendimiento; crear servicios y aplicaciones; incentivar el desarrollo digital de las empresas y las personas. En términos generales las políticas de inclusión digital que componen la agenda se muestran segmentadas y parcializadas, y no tienen al acceso universal como principio ordenador. Las acciones se realizan y ejecutan en general a demanda de los beneficiarios quienes a su vez deben cumplir requisitos para ser elegibles para el otorgamiento de distintos beneficios: conectividad, dispositivos o capacitación.
En materia de conectividad, la Agenda Digital incluye el plan Fibra Óptica Austral, un proyecto concursable subsidiado por el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones para el desarrollo de infraestructura física en zonas submarinas (2980 kilómetros de tendido) y terrestres (100 kilómetros de tendido), que beneficiaría a unas 10 regiones del sur del país. Los proyectos fueron adjudicados en octubre de 2017 y según informa SUBTEL en su sitio oficial, en 2018 iniciaron las obras de ingeniería que se encontrarían en torno al 30% de su ejecución al momento del cierre de esta tesis[8]. En mayo de 2019 el presidente Sebastián Piñera anunció el plan Fibra Óptica Nacional (FON) proyecto para desplegar cerca de 10.000 kilómetros de fibra óptica en 13 regiones, incluyendo 202 nodos ubicados en 186 distritos.
En relación a la prestación de acceso a wifi público, la Agenda incluye la iniciativa Red Wifi ChileGob también a cargo de SUBTEL, para la instalación de infraestructura de conectividad en zonas públicas de cabeceras comunales en todas las regiones del país. “Las ubicaciones de las Zonas WiFi Chilegob están definidas en sectores de alta concurrencia de población o de significancia social y/o cultural”, señala el proyecto que a finales de 2018 se encontraba en un 95% de avance, según datos oficiales[9].
Una de las grandes áreas de la Agenda se vincula con las Competencias Digitales. Allí se incluyen las políticas orientadas a distribuir dispositivos, generar pisos tecnológicos en las escuelas y brindar capacitación a estudiantes y docentes. En relación a los dispositivos, se crea el Proyecto Tablet en Educación Inicial, cuyo “objetivo es promover y mejorar el desarrollo del aprendizaje de matemáticas, enfocado en estudiantes de NT1, NT2 y 1° básico[10] de establecimientos municipales, a través de la provisión de una estrategia metodológico-didáctica que utiliza tablets, recursos educativos digitales y concretos, y conocimientos prácticos entregados a través de capacitaciones y acompañamiento docente”. El Ministerio de Educación a cargo del programa, informa que entre 2014 y 2016 entregó tablets a 2133 establecimientos educativos y desde 2016 hasta 2019 realizó capacitaciones en igual número de escuelas.
Por su parte el proyecto Me Conecto para Aprender busca “acortar la brecha de acceso y uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y apoyar los procesos de aprendizaje, a través de la entrega de un computador portátil (que incluye Banda Ancha Móvil por un año) a cada estudiante que curse 7º año de enseñanza básica, de todos los establecimientos públicos del país”. Hasta 2018, período al que corresponden los últimos datos disponibles, el Ministerio de Educación había entregado 270.946 computadoras[11].
En la actualidad, a mediados de 2020, el Ministerio de Educación tiene vigente el proyecto Conectividad para la Educación 2030 que, según datos del Ministerio de Educación beneficiará a unos 7500 establecimientos educativos con una población aproximada de 2,9 millones de estudiantes y docentes. El objetivo es dotar de conexión a internet a escuelas, especialmente aquellas que no poseen acceso y se encuentran en zonas de bajo interés comercial, aisladas o rurales. A estos efectos SUBTEL identificó 70 zonas de conexión en todo el país y llamó a concurso público para que las prestadoras de servicios de conexión presenten sus propuestas: “Las empresas de telecomunicaciones deben presentar sus propuestas para cada Zona que sea de su interés, la que deberá considerar la provisión del Servicio de Conectividad en todos los establecimientos educacionales pertenecientes a dicha Zona” (Conectividad para la Educación 2030). Por otra parte SUBTEL fija un conjunto de “criterios de elegibilidad” y elabora un listado de establecimientos “invitados” a participar del programa que deben luego aceptar o no ser beneficiarios (Resolución 3107/2020 del Ministerio de Educación)[12].
Como se observa las políticas de inclusión digital en el período recortado se diseñan y ejecutan desde el Ministerio de Educación y SUBTEL, en la mayoría de los casos de forma coordinada. Se trata en general de políticas focalizadas que identifican zonas y poblaciones con carencias puntuales en esta materia, y activa allí mecanismos de demanda de los beneficios estatales disponibles, mediando el cumplimiento de requisitos para ser elegible.
5.3 Contexto televisivo y sistema de medios
5.3.1 El sistema de televisión abierta “nacional”
La industria de la televisión abierta en Chile exhibe entre sus particularidades un elevado número de actores en relación al tamaño del mercado, una larga historia de televisoras universitarias ahora finalmente extintas, entradas y salidas frecuentes de capitales extranjeros y la presencia de siete estaciones “nacionales” que compiten por la audiencia; cuatro de las cuales se turnan el primer lugar.
Chile sostuvo hasta hace pocos años un rasgo distintivo gracias a la existencia de televisoras abiertas y masivas en manos de universidades públicas y privadas. La actual Chilevisión (Canal 11), supo ser propiedad de la Universidad de Chile. En los últimos tiempos pasó por las manos de Venevisión; el Grupo Claxson, y finalmente el empresario local Sebastián Piñera, quien tras asumir como Presidente en 2010 lo vendió a Warner Media-Turner. Ese mismo año, Canal 13 de la Universidad Católica vendió el 67% al grupo chileno Luksic y conservó el 33% de las acciones, participación que acabó resignando en 2017. Finalmente, TV+ (ex UCV) perteneció a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso hasta 2016 cuando lo vendió al Grupo GCO Entretención, holding que representa en otras áreas a Disney en Chile. Con estos pases se cerró la experiencia de televisión universitaria en el país, –que había comenzado con aquellos canales pioneros entre 1959-1960–, y el sistema adoptó definitivamente un perfil privado comercial con fuerte presencia de capital extranjero. Como sintetiza el exdirector ejecutivo de TVN entre 2010 y 2014, Mauro Valdés Raczynski “nuestro privatizado escenario audiovisual, del que han desaparecido los canales con misión[13], sitúa a la televisión pública chilena como aquella que es capaz de hacer la diferencia” (Memoria Anual TVN, 2011). En este punto es preciso marcar que antes del desprendimiento formal de las emisoras por parte de las universidades, desde hace al menos 30 años ya operaban con lógica comercial y eran explotadas con participación de capitales privados.
A mediados de 2020 el sistema se compone de cuatro principales emisoras: las privadas Canal 13 (Grupo Luksic), Chilevisión (Warner Media-Turner) y Mega (Grupo Bethia y Discovery Communications), junto a la pública TVN (Estado Nacional). A estas se suman otras tres señales de menor alcance: La Red y Telecanal, ambas vinculadas a Albavisión, del empresario mexicano Ángel “el fantasma” González[14], y TV+ (exUCV) del Grupo GCO Entretención.
A excepción de Mega, líder de audiencia, todos los canales exhiben rojos financieros acumulados por encima de los 50 millones de dólares en los últimos cinco años (2015-2019), lo que ha generado cambios en la propiedad, ingreso de capitales extranjeros e inyecciones de capital desde el Estado en el caso del canal público (Julio et al., 2019). La crisis de la televisión abierta se explica en la combinación de altos costos, baja generalizada en el nivel de audiencia y principalmente de inversión publicitaria. Mientras en 2010 la televisión abierta concentraba el 48,2% de la inversión publicitaria en el país (US$ 607 millones), en 2018 bajó a 40,6% (US$ 493 millones); en los mismos años la publicidad en medios online pasó de 4,1% a 11,8%, según datos de la Asociación Chilena de Agencias de Publicidad (ACHAP). Por su parte la televisión de paga subió su participación de 3,9% a 6,3% (ACHAP, 2018[15]).
Según un estudio sobre concentración en el mercado de medios, televisión paga y telecomunicaciones realizado por el CNTV, los cuatro principales grupos mediáticos del mercado chileno concentran el 91% de la audiencia y un 87% de la inversión publicitaria (CNTV, 2016). Como señala el mismo informe del ente oficial, aunque los niveles de concentración de la propiedad, la audiencia y los recursos publicitarios se han mantenido altos en los últimos 15 años, se trata de un mercado dinámico en términos de su atractivo para inversores extranjeros que, gracias a leyes que les son favorables, pueden reemplazar a capitales locales. Como concluyen Becerra y Mastrini (2017) en su estudio sobre concentración infocomunicacional en América Latina, “Chile es uno de los países con más altos niveles de concentración en la región. Ello se debe a que al tradicional duopolio en prensa, con dos grupos que dominan el sector desde la recuperación del régimen constitucional en 1989 (El Mercurio y Copesa) se añaden los altos niveles de concentración de la televisión abierta y de pago (2017: 155). Por su parte, Reporteros Sin Fronteras también advierte que la concentración de medios en Chile es uno de los principales escollos para la subsistencia de medios comunitarios, el pluralismo y, más ampliamente, el debate democrático (Reporteros Sin Fronteras, 2019).
La Relatoría Especial de Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) también se ocupa del tema en su “Informe Especial 2016 sobre la situación de libertad de expresión en Chile”. Luego de una visita al país en la que mantuvo reuniones con organizaciones de la sociedad civil a propósito de la alta concentración de la propiedad, la consolidación de la propiedad cruzada y el dominio del capital extranjero en radio, la Relatoría recomendó en su informe “aprobar normas complementarias a las que se tienen por objeto la defensa de la competencia, en especial, aquellas normas que establecen procedimientos claros y transparentes para la asignación y renovación equitativa de frecuencias para los medios públicos, comerciales y comunitarios; establecer límites razonables a la acaparación de medios audiovisuales que requieren licencia o asignación de espectro y una progresiva adecuación de aquellos que superen los límites que se establezcan; y reglas de transporte para asegurar la transmisión en la televisión para abonados de los medios públicos, comerciales y comunitarios” (RELE, 2017: 52)
Un estudio de la Universidad de Chile publicado a mediados de 2020 muestra las deficiencias en materia de pluralismo en informativos y programas periodísticos de la televisión abierta chilena. El estudio analiza el pluralismo interno y externo a partir de seis dimensiones: diversidad, editorialidad, concentración, propiedad, percepción y alcance, que fueron operacionalizadas en escalas a las que se asignaron puntajes entre 26 a 130 puntos.
De acuerdo con los resultados preliminares en el caso de los noticieros, Mega (54,36 puntos) presenta escaso pluralismo. En el otro extremo, el canal público (TVN) cuenta un alto grado de pluralismo (81 puntos). Por su parte, CHV (73) también obtuvo un alto grado de pluralismo y Canal 13 (69,01), un nivel de pluralismo medio.
En cuanto a los programas de opinión y debate político, el valor más bajo lo obtuvo La Red (58,6 puntos), bajo pluralismo; TVN (74) obtuvo pluralismo alto, y Canal 13 (68), pluralismo medio.
El informe sostiene que “si bien TVN destaca por sobre los demás canales en términos del puntaje final, no se diferencia demasiado del resto de los canales (comerciales) en los datos relacionados con el análisis de pantalla en los programas específicos analizados”. También agrega que “C13 y TVN tienden a tener una programación más diversa que CHV. Pero en términos de los géneros analizados, la diversidad de temas y fuentes en noticieros como en programas de opinión y debate político es entre escasa y poca en todos los canales” (Sáez Baeza, 2020).
Muchas de las personas entrevistadas para esta investigación han coincidido en la necesidad de rescatar y sostener una televisión pública en Chile, en particular en el marco del sistema televisivo altamente concentrado en manos privadas que hemos descrito.
Para Francisco Vidal Salinas, ex Ministro Secretario General de Gobierno (2007-2019) y expresidente del Directorio de TVN (2006-2007) es fundamental la existencia del canal público en un mapa de medios concentrado como el chileno: “si desaparece TVN, la televisión abierta en Chile está en manos de grupos económicos, transnacional uno y dos nacionales, con todo lo que esto significa”. Esto arrastra el riesgo cierto de que se imponga de forma total la lógica de la rentabilidad como único motor para el funcionamiento de la televisión. Al respecto, recuerda el exministro que cuando el Grupo Media 23 SpA adquirió el canal de la Universidad de Valparaíso (TV+, ex UCV), inauguró su gestión eliminando el área de noticias de la emisora, a la que consideraba poco lucrativa.
En un sentido similar, Marcela Abusleme, gerenta de noticias de TVN (2019-) apunta que TVN “es un bastión muy importante. En Chile hoy los medios están todos en manos de privados (…) entonces creo que la posibilidad de mantener un canal que, insisto la independencia no es real, siempre hay presiones de todos lados, pero que al menos es diverso, es muy importante. Tú en este canal podes encontrar todas las opciones: se discute la ley del aborto, tenes la pro, la contra, tenes todos los colores, yo no creo que eso lo tengas en Canal 13”.
Para Jaime De Aguirre Höffa, histórico ejecutivo de televisión de Chile que tuvo su último paso por TVN como director ejecutivo entre 2017 y 2018, “no sé qué sería de la televisión chilena, si no existiera TVN. Televisión Nacional en los últimos 25 años ha impuesto estándares periodísticos, estándares culturales, estándares de entretención, en temas de diversidad; la apertura a nuevos temas. Eso no lo hacían ni lo hubieran hecho jamás los otros canales si no existe esta actitud de liderazgo que ha tenido TVN. TVN inventó el concepto de la cultura entretenida en la televisión chilena y hoy en día eso es un commodity en todos los canales”.
Enzo Yacometti, exgerente de Gestión del canal (1998-2015) destaca la vocación de “influencia y liderazgo” de TVN. “TVN se transforma de alguna manera en un referente y como era tan potente, los otros canales no podían soslayarlo”, por lo cual cumplía en algún sentido el rol de patrón de medida de todo el sistema, que elevaba el nivel y exigencia del resto de los actores para no quedar rezagados en relación a la oferta del canal público.
Para Matías Chaparro, sociólogo y exgerente de Estudios (2010-2015) “TVN era el canal referente, el canal que operaba como estándar para la evaluación del resto de los canales, es decir el canal que por lejos tenía el nivel de innovación más alto. Cuando había innovación significativa en un género, eso lo hacía TVN; programar series nacionales en la tarde se hizo primero en TVN; los programas más innovadores de la prensa, de concurso eran inventos de TVN, entonces TVN era visto como el referente, el punto de comparación para la evaluación de los demás canales y eso quiere decir que en general en cada uno de los atributos que uno evaluara TVN siempre rankeaba alto: era el más entretenido, el más familiar, el más cercano, cualquier adjetivo que uno quiera usar para poder evaluar un canal y capturar cuáles son las percepciones de la audiencia sobre un canal”.
En la visión de Marcelo Bravo Canepa, gerente de programación entre 2011 y 2014, “TVN era un decano de avanzada. Capaz no ganaba tanto con la pantalla principal, pero sí con sus negocios derivados: tenía una página web; una OTT que la conectaba con el mundo; señal internacional que vendía a cableoperadores del mundo, todo antes de que lo hicieran los demás canales. Eso porque TVN tenía muy buena gente, que entendía mucho del negocio”. Además, los entrevistados coinciden en marcar el nivel de excelencia de la plana de directores ejecutivos a cargo de la gestión del canal, en contraposición a la conformación siempre irregular de los sucesivos directorios integrados habitualmente por políticos, con perfiles profesionales muy variados y escaso compromiso con la televisora.
Antonio Leal Labrín, integrante del Directorio del canal entre 2014 y 2018, añade la importancia de TVN a nivel regional ante la creciente concentración, en especial en el mundo de la prensa gráfica, y la pérdida de contenidos regionales: “El Mercurio compró toda una línea de diarios en todo Chile, y ese diario dejó de ser local, es un diario nacional con dos páginas locales”, en este punto cobran relevancia las filiales regionales de TVN, el único canal nacional con sedes físicas en las regiones que produce noticias locales.
Según el estudio “Indicadores de transparencia y gobierno abierto: análisis de la información pública de las televisiones nacionales chilenas” (2019) TVN sobresale sobre sus competidores también en materia de transparencia. El estudio aplicó a las emisoras 64 indicadores sobre distintos aspectos referido al acceso a información de interés público en distintas áreas y concluyó que existe una “diferencia sustancial entre el operador público y los privados en todos los ámbitos analizados, promoviendo estos últimos datos insuficientes y deficitarios en la dimensión institucional y en la económica” (2019).
Gráfico 10: evolución rating de la TV abierta de Chile (4 canales)[16]
Fuente: elaboración propia con datos de Ibope Chile
La TV abierta con base en Santiago de Chile perdió en su conjunto 7 puntos de rating los últimos 10 años, pasando de 30,8 a 23,8, entre los siete canales de aire. En el período apenas un canal, Mega, no perdió audiencia y logró incrementarla +1,3%, una cifra marginal teniendo en cuenta los altos costos que representó a la emisora posicionarse como líder del mercado. Por su parte los otros tres canales grandes reportan pérdidas en relación al primer año de análisis: Canal 13 (-11%); Chilevisión (-23,9%) y TVN (-43,4%).
Como se observa la televisora pública es la que más audiencia perdió en la década, duplicando el promedio de caída que se ubica en -22%. Hasta 2010 la TVN mantuvo un histórico primer lugar en las preferencias de la audiencia, desde la recuperación de la Democracia, sostenido principalmente en una programación informativa con cierta legitimidad, y un área dramática robusta que le permitió poner en pantalla gran número de series y telenovelas de origen nacional que se posicionaban cada año entre las más vistas. A partir de 2011 la televisora estatal pierde el primer lugar a manos de los fortalecidos canales privados CHV y Mega, pero su informativo principal “24 horas” conservó, al menos ese año, el liderazgo en la sintonía como muestra de una de las fortalezas de la emisora, la relativa legitimidad de sus contenidos informativos.
El cómodo y amplio liderazgo histórico de TVN se acaba finalmente desde la segunda mitad de los 2000s cuando el canal comienza a sentir la presión competitiva de un mercado televisivo en mutación, y llega a 2010 superando apenas por 0,3 décimas a su competidor más cercano. Desde entonces todo es descenso para la emisora y se abre un período de alternancia en el liderazgo hasta que, a partir de 2014, Mega se consolida como claro líder del mercado.
Canal 13, la emisora de Andrónico Luksic, empresario local con negocios dentro y fuera de los medios, que abarca la minería y el sector financiero, logra su pico en 2012 y 2013 luego que en 2011 contratara cerca de una docena de altos ejecutivos de TVN de todas las áreas que se llevaron con ellos su expertise de años y acceso a conocimiento privilegiado, al canal de la competencia. Este fue el inicio de un ciclo de conductas predatorias de los demás licenciatarios sobre el actor estatal. Volveremos sobre este punto más adelante.
Entre 2014 y 2015 se observa con claridad un cruce de liderazgos entre al ascenso de Mega y la caída de TVN que se había iniciado, aunque con menor intensidad, los años previos. En 2015 el canal de Bethia, empresa también con intereses dentro y fuera del negocio de los medios; dueña entre otros de la firma de retail Falabella, duplicaba al otrora líder TVN. En los últimos dos años que estudia esta tesis, Mega continúa al frente pero cada vez por menos diferencia frente a sus rivales y en un escenario en que casi todos los canales pierden audiencia año a año.
No considero a los fines de este análisis a los otros tres canales cuyos contenidos tienen por distintas vías alcance nacional, TV+ (ex UCV); La Red y Telecanal, por tratarse de emisoras mucho más pequeñas que obtienen cifras de audiencia marginales entre 0,5 y 1 punto cada una para 2019. A diferencia de la tendencia que se observa en Argentina donde la suma de la audiencia de las señales de TV paga supera a la TV abierta, en Chile a 2019, los siete canales de aire mantienen el 63,1% del share, frente al lejano, aunque creciente 36,9% de la televisión por suscripción.
Gráfico 11: inversión publicitaria nominal en millones de USD
Fuente: elaboración propia con datos de la Asociación Chilena de Publicidad
Como se observa en el gráfico, la inversión total nominal medida en dólares estadounidenses sumando todos los rubros, muestra una tendencia hacia la baja desde el año 2013. La TV abierta captura la mayor parte de la inversión publicitaria en el país. Según datos de ACHAP, este medio concentraba el 35,4% de la inversión en 2018[17] contra 42% en 2010, una tendencia decreciente que se constata en cada uno de los informes anuales de la Asociación. Una caída más pronunciada se observa en el mercado de diarios y revistas mientras que la TV de pago y vía pública muestran cifras moderadas de crecimiento. Por su parte el segmento online es el de mayor incremento en toda la serie, pasando de 32 millones de pesos chilenos en 2009 a 242 millones en 2017.
5.3.2 Características de la oferta de contenidos
Tabla 8: promedio oferta de contenidos por macro-géneros por año en tres canales privados de aire (Mega, CHV y C13)
Fuente: elaboración propia con datos de CNTV
Para elaborar esta tabla se tomaron los informes anuales de oferta y consumo de televisión que publica el CNTV. Al respecto deben marcarse dos limitaciones: la primera es la falta de continuidad y cambios en las denominaciones de los géneros televisivos entre informes por lo que se optó por agruparlos en cuatro macro-géneros y un rubro “otros”, y por otro la discontinuidad de las mediciones a partir del informe 2017, desde entonces más abocados a cuantificar la oferta por tipo de programa, lo que hizo imposible considerar los últimos tres años de la serie.
En materia de contenidos los pilares de la televisión abierta privada chilena son el entretenimiento, los ciclos periodísticos e informativos y la ficción, con aportes marginales en cultura y educación, y escaso margen para la experimentación en “otros” géneros y formatos. Aunque la tabla exhibe promedios anuales de los tres principales canales privados, la oferta leída en macro-géneros entre cada uno de ellos es homogénea, aunque Mega contribuye con la mayor cuota de producción de contenidos de ficción.
A propósito de Mega y los contenidos de la televisión privada comercial en el país, debe señalarse como un hecho relevante que la emisora fue la puerta de entrada a América Latina de las telenovelas de origen turco, que desde 2014 capturaron el mercado regional en general con buenos niveles de audiencia, siendo programadas en algunos casos en horarios prime en detrimento de las producciones locales (Obitel, 2015 a 2019).
5.4 Conectividad y acceso a servicios infocomunicacionales
La telefonía móvil era la forma más extendida de acceso a internet según datos de SUBTEL para marzo de 2020[18]. Chile contaba con una penetración de 127,8% en telefonía móvil sobre el total de la población, con 25 millones de líneas activas incluyendo clientes corporativos y particulares. Hasta 2018 la cantidad de abonados con líneas prepagas superaba a quienes tenían abonos. En 2020 la tendencia se invierte: 11,6 millones de clientes acceden en modalidad prepago y 13,4 millones con contrato, una relación de 45% prepagos y 55% con contrato; en 2010 la relación era 30/70 en favor de las líneas prepagas. El mercado de la telefonía móvil operaba de forma oligopólica con tres actores, Claro, Entel y Movistar, que se repartían de forma más o menos equitativa casi el 80% de los abonados.
A marzo de 2020 había 3,5 millones de conexiones a banda ancha fija, lo que representa más del 60% de los hogares. Desde 2015 la adopción del servicio crece de forma lenta: ese año había 2,7 millones de conexiones. La fibra óptica representa el 30% de las conexiones, seguida del cablemódem con 52,3%. Se trata de un mercado altamente concentrado, con posición de dominio en manos de Movistar. El 43% de las conexiones se concentran en el rango de 100 Mbps a 1Gbps; 38,8% entre 10 y 100 Mbps y el 18,2% restante por debajo de los 10 Mbps.
Existían además 3,2 millones de conexiones a TV paga en modalidad por vínculo físico y satelital, -4,6% que en igual período del año anterior. Este es un mercado algo más competitivo donde cuatro oferentes se reparten el 86% de los suscriptores: VTR (34%); DirecTV (21,7%); Telefónica (18,9%) y Claro (11,5%).
Chile exhibe indicadores de adopción de tecnologías de la información que lo ubican por encima de la media de América Latina, a la par de Uruguay (CEPAL, 2017). No obstante, las cifras de penetración de servicios no necesariamente habla de inclusión digital ni uso significativo de esas tecnologías. Por otra parte, según la última Encuesta de Accesos y Usos de Internet de SUBTEL (2017), casi el 30% de los hogares que no tienen conexión a banda ancha fija indican que no acceden porque el costo del servicio de internet es muy elevado. Esta cifra sube al 44,3% entre los hogares que tienen hijos en edad escolar. Por su parte un 5,3% de los hogares que no tienen el servicio señalan como razón que no hay o desconoce si hay oferta de servicios de internet en la zona.
5.5 Panorama de los servicios de televisión distribuida por internet
5.5.1 Aspectos regulatorios: el enfoque tributario
Al igual que otros países de la región, Argentina, Uruguay y Colombia entre ellos, Chile también alcanzó a los servicios digitales como las plataformas audiovisuales en internet, a través de la imposición de tributos generales. En el marco de la Ley de Modernización Tributaria que comenzó a tramitarse en agosto de 2018 y fue sancionada en 2020 quedan alcanzados con el 19% del IVA “servicios remunerados realizados por prestadores domiciliados o residentes en el extranjero”: servicios de intermediación; suministro o entrega de contenido de entretenimiento digital (video, música, juegos); puesta a disposición de software, almacenamiento, plataformas o infraestructura informática; y la publicidad (Ley 21.210/2020). El impuesto comenzó a regir a mediados de 2020 y para entonces las principales plataformas globales, Facebook, Netflix, Spotify, Amazon y Google, ya se habían registrado en el Servicio de Impuestos Internos (SII) para poder comenzar a tributar, según las indicaciones de la Ley (Observacom, 2020b).
La propuesta original del proyecto del Presidente Sebastián Piñera, incorporaba un impuesto especial del 10% para las plataformas digitales, pero este punto generó reparos desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de la que el país es miembro desde 2009, que recomendó eliminar dicho impuesto y, en cambio, aplicar la tasa del IVA del 19%.
Por su parte, en su informe “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2019. Políticas tributarias para la movilización de recursos en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que, ante la falta de consenso internacional sobre la implementación del impuesto a la renta a las plataformas digitales, sugiere que los países de América Latina adopten las recomendaciones de la OCDE y modifiquen sus legislaciones nacionales para que los proveedores de servicios digitales extranjeros paguen el IVA en cada país (CEPAL, 2019).
Al momento de la escritura de esta tesis a mitad de 2020, al igual que en el caso argentino, Chile limitaba su abordaje a la política tributaria, sin una agenda de temas más amplia que incluya una perspectiva de derechos de las audiencias; regulación de la publicidad; cuotas de contenido local; prominencia del contenido local en los catálogos, entre otras disposiciones que fueron abordadas, por ejemplo, en la reforma a la Directiva Europea en la materia aprobada en 2018 (Baladron y Rivero, 2018).
5.5.2 Principales actores e indicadores del mercado de video a demanda
Tabla 9: principales plataformas VoD disponibles en Chile en 2019
|
Plataformas |
TOTAL |
VoD vinculados a canales de televisión abierta |
Canal 13 |
9 |
– Loop13: VoD de programación histórica de Canal 13. http://www.13.cl/loop | ||
– Señal en vivo y VoD de la programación actual de la señal abierta. http://www.13.cl/programas | ||
– Canal 13i: producción propia en vivo y VoD de producción propia actual e histórica. Disponible solo fuera de Chile. | ||
– Canales de YouTube general y de programación del recuerdo (REC TV). | ||
CHV | ||
– Señal en vivo y VoD de programación actual. http://www. chilevision.cl/ | ||
– VoD de programación actual. https://www.youtube.com/user/ chvtevedeverdad/ | ||
Mega | ||
– Señal en vivo y programación actual. http://www.mega.cl/home/ | ||
– Programación actual desde fuera de Chile. https://www.youtube. com/user/programasmega | ||
TVN | ||
– TVN Play: dos señales en vivo y programación histórica de TVN. Disponible solo fuera de Chile. https://www.tvnplay.com/ | ||
– Señal en vivo y VoD de la programación actual de la señal abierta. https://www.tvn.cl | ||
– Canales en YouTube segmentados por Telenovelas y series, noticias, general y música. | ||
VoD vinculados a señales de TV paga |
HBO Go, Fox Play |
2 |
VoD vinculados a empresas de telecomunicaciones y TV Paga |
Claro Video, VTR Play, Movistar Play, DirecTV Go |
4 |
VoD “nativos” sin vínculos con canales de televisión |
Netflix, Amazon Prime Video, Apple TV, YouTube Originals. Plataforma audiovisual del Consejo Nacional de Televisión: contenidos desarrollados con el apoyo del CNTV. https://www.cntv.cl/videoteca/
|
5 |
TOTAL GENERAL |
20 |
Fuente: Obitel Chile 2019
Según datos de la IX Encuesta Nacional de Televisión (última publicada al cierre de esta tesis) un 61% de las personas siguen viendo TV en familia, especialmente quienes tienen televisión por cable e hijos menores de 13 años (CNTV, 2017: 23). La preferencia de contenidos para ver en familia era por aquellos canales de televisión abierta nacionales (70%) y en menor medida los canales de TV paga (52%). No obstante, la misma encuesta señala que el 42,9% de la población del estrato socioeconómico más alto (ABC1) estaba suscripta a algún servicio de televisión por internet, mientras que la cifra caía a 8,5% y 2,7% en los estratos más bajos, los grupos D y E, respectivamente. Con todo CNTV estimaba que para 2017 el 13,9% de los hogares tenían acceso a algún servicio de suscripción de video a demanda, aunque como muestran los números anteriores hay una profunda desigualdad en el acceso según el nivel socioeconómico.
Según datos de la consulta OVUM para noviembre de 2019, había en Chile 1.878.878 suscriptores a servicios de video a demanda, un negocio que generaba ganancias por USD 117 millones, una cifra creciente pero aún lejos de los USD 1.185 millones que generaba el negocio de la televisión por suscripción en el país[19]. Los cuatro canales grandes de televisión abierta distribuyen sus contenidos a través de internet. En todos los casos buscan colocar en el centro a sus propios sitios web institucionales desde donde es posible acceder a la señal en vivo y algunos contenidos recientes y de archivo, en modalidad a demanda. Canal 13, TVN y Mega han desarrollado además espacios para distribuir contenidos fuera del país mediante el pago de una suscripción. En el caso de Mega, lo hace a través de YouTube Membership un servicio del agregador de videos para clientes corporativos que le permite a la emisora ofrecer series y telenovelas al público chileno en el exterior.
La demanda online, no obstante, de momento pareciera concentrarse en contenidos producidos en los Estados Unidos: según datos de Parrot Analytics, los contenidos originales bajo demanda más solicitados por los chilenos en septiembre de 2020 fueron Grey’s Anatomy con 1,5 millones de “expresiones de demanda”, seguido por The Boys (1,4M), The Mandalorian (1,4M) y The Walking Dead (1,2M), sin contenidos nacionales entre los más solicitados.
El mercado chileno de televisión ostenta la particularidad de ser pionero en la región en su intento de crear una plataforma en internet conjunta para distribuir contenidos de todos los canales. A finales de 2013, Mega, Canal 13, Chilevisión y la pública TVN iniciaron conversaciones en este sentido, pero la Fiscalía Nacional Económica de ese país decidió iniciar una investigación y hacia 2014 presentó ante el Tribunal de Defensa de la Competencia un pedido de pronunciamiento acerca de la conformidad con la libre competencia del proyecto de creación de esta plataforma. Finalmente el proyecto no se concretó, pero según las fuentes consultadas para esta tesis los canales desistieron de la iniciativa sin dar mayor pelea ya que las objeciones de la Fiscalía habrían sido fácilmente rebatibles. Según distintos entrevistados los ejecutivos de entonces tenían otras prioridades y no querían embarcarse en un proyecto que desde su origen pudiera generar fricción con las autoridades.
Para Matías Chaparro “en general los canales de televisión chilenos se resistieron a liberar sus contenidos en YouTube, y la historia mostró que estaban equivocados en disponibilizar sus contenidos a través de sus propias páginas web esperando que la gente llegara ahí a verlos. No montaron sistemas tipo Hulu de agregación de contenido bajo formato OTT de varios canales”. En relación al proyecto conjunto que efectivamente existió, Chaparro entiende que, aunque hubo algunos reparos por parte de la Fiscalía no es correcto pensar que el proyecto fue frenado porque estaba reñido con la libre competencia. Los canales tenían otras prioridades y “tiraron la toalla muy rápido”. En la misma línea opina Constanza Junge Storaker, gerenta digital de Mega, otro de los canales involucrados en aquél proyecto al estilo Hulu, aparentemente frenado por la Fiscalía.
En los últimos años Mega ha convocado nuevamente a los demás canales grandes público y privados para avanzar con el proyecto de plataforma conjunta, pero según relata Junge Storaker esta vez la crisis en la que se encuentra cada uno de ellos les impide incorporarse a proyectos expansivos de este tipo. Para la ejecutiva la creación de una plataforma conjunta entre todos los canales donde cada uno pueda monetizar en función de las reproducciones que obtienen sus contenidos, es la forma de funcionamiento natural en internet. “Es ilógico que no lo hagamos, es como si en la época de la televisión tradicional las personas hubieran tenido que comprar un televisor distinto para ver cada canal, lo lógico es que estemos todos juntos allí en la misma plataforma y que cada uno se lleve lo que le toca”, afirma.
Las estrategias de integración y formación de alianzas entre diferentes actores ya tenían antecedentes y continuaron ocurriendo en los últimos años como vías para ganar visibilidad (y competitividad) en un mercado digital concentrado. Algunas cadenas europeas públicas y privadas han unido fuerzas para crear plataformas para distribuir contenidos en internet de forma conjunta en los últimos años. En Francia, las tres cadenas más populares –France TV, M6 y TFI– han creado Salto, un servicio de streaming que combina programas de las tres emisoras. En Alemania, ProSiebenSat.1 creó Maxdome como su plataforma de VoD y ha invitado a otras cadenas públicas y privadas a sumarse al servicio. En Reino Unido las tres cadenas líderes –BBC, ITV y Channel 4– firmaron un acuerdo de cinco años para invertir 150 millones de dólares en Freeview, para proveer televisión en vivo y a demanda.
Tal como ocurrió en Chile, hasta hace algunos años los acuerdos de este estilo eran prohibidos por la ley u objetados por las autoridades de defensa de la competencia. En la actualidad el claro dominio de empresas extranjeras como Netflix y Amazon evidencia la fragilidad de cualquier estrategia que plantee una disputa en solitario, y permite ver con más claridad la necesidad de acuerdos entre los actores locales de los sistemas mediáticos, para fortalecer su posición.
En cuanto a las grandes plataformas globales que en los últimos años han producido contenido original en los principales mercados de América Latina, a mediados de 2020 todavía no exhibían series originales chilenas. Netflix adquirió a la productora de los hermanos Larraín su película Nadie sabe que estoy aquí, que se estrenó como una Netflix original ante la imposibilidad de hacerlo en cines en el marco de la pandemia del Covid-19, mientras que Amazon Prime distribuye El Presidente, una coproducción entre Chile y Argentina exclusiva para esa plataforma. Desde el sector público se destacan la videoteca de CNTV que sirve como ventana de exhibición en internet para las series, telefilms y documentales que financia el Consejo, y Onda Media, una plataforma de video a demanda del Ministerio de Cultura que exhibe gratis series y películas nacionales dentro del territorio chileno, por el momento sin opción de acceso desde el exterior.
5.6 Aspectos Internos
5.6.1 Breve reseña histórica de TVN
Es importante reconocer, para establecer una diferencia con el caso argentino, que la televisión abierta chilena fue desarrollada por universidades más que por emprendedores privados o el propio Estado. Catalán explica este hecho en referencia a factores políticos:
El crecimiento de los enfrentamientos políticos entre diferentes partidos por el control del gobierno había hecho que el estado apareciera como menos neutral y eliminó la alternativa de la propiedad estatal. De todas las instituciones de la sociedad chilena, las universidades eran consideradas libres de manipulación política y explotación comercial. De esta manera, por exclusión en lugar de por una política específica, la televisión fue asignada a las universidades (Catalán, 1988: 47).
Otro factor de tipo económico era que algunas industrias e instituciones estaban autorizadas a importar bienes a bajos impuestos. Las Universidades se encontraban entre ellas, y pudieron enfrentar la importación de equipamiento tecnológico necesario para experimentar en televisión y entrenar a las personas capaces de conducir sus futuras estaciones de televisión (Hurtado, 1989; Portales, 1987:83)
La relación entre gobierno y televisión inició su vínculo hacia fines de la década de 1960, sobre el final del gobierno de Eduardo Frei (1964-1970). Hacia 1965 el Consejo de Rectores de las universidades chilenas hicieron una presentación al gobierno acerca de la necesidad de introducir un estatuto regulatorio para la televisión. En respuesta a la solicitud, Frei conformó una comisión especial para estudiar en la materia que además años más tarde sentaría las bases para la fundación de una nueva estación, la estatal Televisión Nacional de Chile, creada en 1969.
Atento a las posibilidades sociales y políticas de la televisión, el gobierno de Frei comenzó tempranamente a pensar en la posibilidad de establecer su propia estación. Rápidamente, esto condujo a cierta hostilidad del gobierno con los canales universitarios a los que prohibió extender su área de cobertura más allá de Santiago.
En línea con su interés de desarrollar una red nacional, el gobierno inauguró la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL) a cargo de instalar la infraestructura necesaria para una red de telecomunicaciones de alcance nacional (Paredes, 1998). La red sería además capaz de transportar señales de televisión. En enero de 1969, cuando la red estuvo lista para operar, el gobierno fundó Televisión Nacional de Chile Ltda. (TVN Ltda.). En septiembre de ese año TVN comenzó a emitir su señal en las regiones centrales del país y hacia agosto de 1970, un mes antes de las elecciones presidenciales, la señal alcanzaba las principales ciudades de todo el país. La empresa nace y comienza a operar en un vacío legal, ya que el Decreto 7.039 que por entonces regulaba al sector preveía la creación de estaciones comerciales y educativas, pero no estatales, y menos emisoras estatales encuadradas como “sociedad comercial de responsabilidad limitada”, tal la denominación de origen de TVN. En cualquier caso la empresa existía de facto y funcionaba con la estructura de una sociedad comercial, aun cuando no existía un marco regulatorio que la hubiera creado.
El contexto político provee algunas pistas para entender la necesidad del gobierno de contar con un emisor propio de alcance nacional. La competitiva situación política de 1970 y la posibilidad cierta de que el partido Demócrata Cristiano que había llevado a Frei al poder perdiera las elecciones, precipitó la creación de TVN. Los resultados adversos al oficialismo en las urnas influenciaron la forma en que la primera Ley de Televisión 17.377 fue discutida y aprobada en 1970, pocos días antes de que Salvador Allende asumiera la presidencia en octubre de ese año.
El trámite legislativo iniciado antes de las elecciones y concluido una vez electo Allende alteró al balance de poder en la designación de directores de CNTV, originalmente favorable al presidente en favor del Congreso, donde el partido Demócrata Cristiano aún tenía mayoría. La ley finalmente reconoció a los canales de las universidades de Chile y Católica con licencias nacionales y la Universidad de Valparaíso que conservó su licencia para esa ciudad. TVN formalizó su situación con una licencia nacional, y la posibilidad de permitir el ingreso de licenciatarios privados no fue contemplado en la norma legal.
El triunfo de Allende también fue un parteaguas en la forma de designación de los directores de TVN. Si en el proyecto original se otorgaba mayores potestades al Presidente de la Nación para definir a los directores de la emisora, en la versión sancionada el Poder Ejecutivo Nacional podía designar apenas un director, distribuyendo el resto entre el Congreso y CNTV, que a su vez se encontraba bajo fuerte influencia del Congreso.
El gobierno de Allende ejerció una fuerte injerencia sobre TVN, especialmente en los informativos. El Presidente del Directorio apuntado por el mandatario, Augusto Olivares, era uno de sus más cercanos colaboradores, se encontraba con él en La Moneda el día del Golpe Militar y se suicidó un par de horas antes que su jefe político, un hecho trágico que, entre otras cuestiones, habla de la proximidad entre la estación y el poder político desde su origen (Davis, 1985; Orellana, 1998). La influencia del gobierno sobre el canal fue fuerte pero no absoluta, no solo por las previsiones de la Ley 17.377 que favorecía al Congreso en el gobierno interno del canal, sino también porque casi la totalidad de los empleados habían sido contratados por el gobierno anterior (Hurtado, 1989: 318, 380).
Durante el gobierno socialista el canal de la Universidad Católica canalizó la voz de la oposición siendo favorecido por la publicidad privada y altos niveles de audiencia en sus franjas informativas. TVN y el canal de la Universidad de Chile, alineados con el Gobierno eran pantalla de pauta estatal y quedaban relegados en la audiencia en los segmentos noticiosos (Navasal, 1973; Fuenzalida, 1983)
Tras el Golpe que derrocó a Allende el control del Gobierno sobre TVN fue directo. El Decreto-ley 113 de la Dictadura introdujo modificaciones a la Ley 17.377 e institucionalizó el control sobre el canal, sobre el CNTV y también sobre las emisoras universitarias a través de la figura de “rectores delegados”, que actuaban como interventores. El Directorio del canal fue disuelto, al igual que el de CNTV, y todo el poder se concentró en manos del Director General designado por el gobierno. La Junta Militar emitió otro Decreto-ley 386, mediante el cual la relación entre el poder central y el canal se realizaría a través del Ministerio Secretaría General de Gobierno (órgano vocero del Presidente de la Nación), situación que persiste hasta la actualidad, en reemplazo del Ministerio de Educación como establecía la modificada Ley 17.377.
En 1975 el Decreto–ley 1.086 estableció el Fondo de la Televisión Chilena a cargo de CNTV y atribuyó un 35% de forma directa a TVN y el restante 65% a financiar programas de “interés nacional” a propuesta de los canales. La legislación era discriminatoria en favor de TVN que estaba bajo absoluto control militar, y desfinanció a los canales universitarios que por primera vez debieron competir por fondos estatales para financiar sus programas.
Sobre el final de la Dictadura Militar se sancionó una nueva ley de televisión, la Ley 18.838 que, entre otras disposiciones, abrió la puerta a los licenciatarios privados por primera vez y no preveía ningún tipo de financiamiento público para los canales, aunque mantenía un fondo para apoyar programas de “interés cultural y nacional” a cargo de CNTV. Ciertas complejidades referidas a la conversión de TVN en una Compañía Pública Limitada persuadieron a la Junta de excluir a TVN de la nueva ley, por lo que esta estación no se vio afectada por la reforma.
Sancionada la nueva ley la apertura al sector privado comenzó velozmente. Por entonces TVN poseía tres licencias, de las cuales utilizaba una para Santiago y el resto del país. Tan pronto la nueva ley permitió el ingreso de privados TVN vendió sus frecuencias remanentes a empresarios cercanos al gobierno militar saliente: la frecuencia 9 (de alcance nacional) quedó en manos de Ricardo Claro, asesor de asuntos externos de la Dictadura, que creó a partir de la frecuencia el actual canal líder, Mega. La otra frecuencia 4, de alcance en la región Metropolitana de Santiago, fue vendida a un empresario local que creó el actual canal La Red (El Mercurio, 1989). La venta de las frecuencias concretadas en apenas semanas justo antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias de diciembre de 1989, remite a la ansiedad del gobierno por realizar cambios estructurales en el sistema de medios momentos antes de dejar el poder, tal como ocurrió con la creación de TVN Ltda. en 1969 (Sierra, 2011: 148)
Las plataformas de los dos candidatos que disputaban la presidencia en las elecciones de 1989 contenían definiciones sobre TVN. En el caso de Patricio Aylwin, electo presidente ese año, afirmaba en su Plataforma de Gobierno: “proponemos mantener TVN y los canales universitarios. Crearemos los mecanismos legales para convertir a TVN en un ente autónomo del Gobierno, transformándola en una red nacional que pueda servir a los intereses de los chilenos” (Programa de la Concentración, 1989: 10)
El gobierno de Aylwin recibió un canal en una profunda crisis de legitimidad luego de años de uso propagandístico durante la Dictadura, pero también en una situación financiera insostenible: la estación tenía deudas por USD 25,5 millones. El saneamiento y la inyección de dinero público requería el apoyo de la oposición de derecha, con la que se acordó que el Tesoro transfiriera a TVN USD 8,2 millones (Ley 19.033). El Acuerdo entre gobierno y oposición para rescatar a TVN incluyó condiciones referidas a cualquier reforma legal futura sobre el canal, entre ellas el no control directo del gobierno y la conformación de un Directorio plural que no sea controlado por ninguna facción política.
En agosto de 1990 Aylwin envía al Congreso un proyecto de ley que dos años más tarde se convertiría en la Ley 19.132 de Creación de Televisión Nacional de Chile, vigente, con modificaciones, hasta el momento en que se escribe esta tesis a mediados de 2020. Para Gumucio la normativa es producto de negociaciones previas que se producen en un período excepcional, con senadores designados y la estación pública al borde de la quiebra. Como resultado de ese contexto emerge luego un texto legal que no expresa ni orienta respecto de las funciones de servicio público, es decir: “el canal donde se puede encontrar la programación que el sistema comercial no suele ofertar y donde se expresan los sectores silenciados por los canales comerciales” (2011: 79).
Según la normativa el canal es una empresa autónoma a la que no son aplicables las reglas que son válidas para otras empresas del Estado, por lo que se rige por las mismas normas financieras y tributarias que rigen para las sociedades anónimas abiertas. Sus empleados no son afectados por las normas aplicables a los trabajadores del Estado y se consideran como trabajadores del sector privado. La emisora debe financiarse en el mercado publicitario no pudiendo realizar ningún trato preferencial al Estado, al que deberá vender espacios publicitarios a precios de mercado.
Desde mediados de la década de 1990 TVN se impuso como uno de los canales más vistos de Chile junto al de la Universidad Católica, con cuotas de share de audiencia por encima del 28%. La competencia por una única forma de financiamiento en el mercado publicitario condujo a comportamientos que tendieron a la homogeneización de la oferta (McQuail, 1992) programática del canal en relación a sus competidores. Volveremos sobre este punto en el apartado sobre el origen de los contenidos de TVN, donde marcamos algunos aportes diferenciales de la emisora al sistema televisivo, al menos en el recorte temporal que estudia esta tesis.
El apogeo del canal desde mitad de los noventa, saneado en lo económico, exitoso en su adopción por parte de las audiencias, instaló una cierta retórica sobre “el modelo chileno” de televisión pública. El modelo se caracterizaba por dos aspectos centrales: la forma en que se designaban los directores de la empresa y la forma en que la empresa obtenía su financiamiento. La forma de designación de los directores sería garantía de un Directorio “plural, representativo y estable” (Navarrete y Portales, 1994: 63, 66). La historia reciente del canal muestra sin embargo que ambos pilares del “modelo” sucumbieron a las inconductas de distintos funcionarios y los cambios en la industria audiovisual. Volveremos sobre este punto más adelante.
Los límites de “el modelo” pudieron verse rápidamente. En marzo de 1993 el programa de investigación Informe Especial (aún al aire en 2020) consiguió una entrevista con un exmiembro de un grupo de tareas vinculado al asesinado de un integrante del gabinete de Allende frente a la embajada de Chile en Washington. La emisión de la entrevista podía comprometer a Pinochet, por entonces Comandante en Jefe de la Armada. En este contexto el Director Ejecutivo del Canal invitó a funcionarios del Ministerio de Defensa a una exhibición privada del informe para discutir posibles consecuencias de su emisión. Fue el propio Presidente Patricio Aylwin quien decidió posponer la emisión, lo que generó reacciones de los propios trabajadores del canal y repercusiones en la prensa. Situaciones de tensión entre la conducción del canal y el poder político se sucedieron esporádicamente durante al menos la primera mitad de la década de 1990 generando episodios de tensión entre el gobierno interno de TVN y el gobierno central (Sierra, 2001). Gumucio señala que, aunque la emisora tuvo un desarrollo bastante pluralista en términos informativos, luego de recuperada la Democracia tardó 30 años en exhibir material documental sobre el Golpe de Estado de 1973. Esto lleva a la autora a pensar que canal “obedecía a reglas de un pluralismo vigilado” (2011: 77).
En 1997 el Directorio del canal aprueba las Orientaciones Programáticas, una serie de indicaciones éticas orientadas a mejorar la comprensión de la política editorial del canal y evitar o mitigar los recurrentes conflictos. Según reconstruye Sierra a partir de una serie de entrevistas con funcionarios del canal en ese entonces, las orientaciones programáticas tuvieron una recepción mixta porque si bien servía al propósito de orientar la tarea y reducir potenciales conflictos, la vaguedad de su redacción y amplio margen de interpretación condujo a episodios de censura previa por parte de productores y comentaristas para evitar problemas con el Directorio (Sierra, 2001: 217).
Sobre fines de la década de 1990 y a instancias de decisiones del entonces Director Ejecutivo René Cortázar las tensiones entre TVN y el sistema político entraron en un período de tregua. El mecanismo utilizado por Cortázar fue otorgar una distribución del tiempo de pantalla exactamente equitativo para representantes de los principales partidos políticos, sin importar la relevancia de los personajes, el interés o aporte de sus ideas, otros criterios de noticiabilidad, ni mucho menos la introducción de voces por fuera del entonces vital sistema bipartidista. El loteo de los minutos de aire en mitades iguales apaciguó los ánimos entre parlamentarios y funcionarios del gobierno central, pero también fue motivo no solo de un gran cantidad de exclusiones en la agenda del canal, sino también otra razón para la censura previa y el formateo de programas conforme a la consigna de no irritar a los partidos políticos. En cierta forma el canal adoptó la filosofía aun presente en el discurso de los funcionarios a los que entrevisté, de que esa equidad imperfecta es mejor que la discriminación arbitraria en el acceso, pero como contrapartida el canal retrata una versión emprobrecida de la diversidad y los cambios en la sociedad chilena. Esta limitación sería un aspecto crítico en los años venideros, en particular el período que abarca esta tesis, donde la crisis del “modelo” se hace evidente.
La primera década de los 2000 transcurrió sin sobresaltos para TVN. A nivel artístico puso al aire algunas de las ficciones más exitosas de la historia televisiva de Chile; en 2009 creó el canal de noticias para la televisión de pago 24Horas, una marca que continúa siendo líder y relevante entre las audiencias hasta el momento en que se escribe esta tesis.
El 6 de noviembre de 2008, la presidenta Michelle Bachelet envió al parlamento un proyecto para fortalecer el rol de TVN como televisión pública en Chile y permitir una modernización. El proyecto conocido como “ley larga” de TVN jamás fue tratado, y en su lugar recién en 2013 se aprobó la Ley 20.694 que amplió los alcances del negocio de la empresa al rubro de las telecomunicaciones y la radio. Hacia 2018 se sanciona la Ley 21.085 que modifica la Ley 19.132 de creación de TVN introduciendo obligaciones de misión pública ausentes en el texto original de la ley de 1992, y capitalizando al canal para que pueda enfrentar los desafíos de la migración digital, conforme lo establecido en la ley de Televisión Digital Terrestre, sancionada en 2014.
Si resulta indicador de algo en los últimos 17 años el canal ha mantenido prácticamente inalterada su identidad visual, pese a las turbulencias internas de la última década. Esto resulta relevante a los fines de la consolidación de una imagen de marca reconocible por las audiencias y vinculada a ciertos atributos positivos, aspecto crítico en la expansión de los servicios de radiodifusión al mucho más vasto ecosistema digital, donde ya no compiten únicamente con otras televisoras sino con una cantidad y variedad de oferentes que aportan mayor complejidad para un posicionamiento significativo de los canales tradicionales.
En la actualidad TVN es una red de televisión que tiene, aparte de su señal principal de aire, una señal de noticias a la que se accede en plataformas de TV paga (24horas), 9 centros regionales, una señal internacional (TV Chile), dos plataformas de internet tvn.cl y 24horas.cl y una plataforma de video a demanda accesible por suscripción fuera de Chile, (TVNPlay) Llega a más del 95% del país con su señal de aire a través de 238 antenas terrestres en todo el territorio.
5.6.2 Diseño organizativo actual (2019)
A diciembre de 2010 la emisora tenía 33 posiciones ejecutivas con una planta de 1400 trabajadores, mientras que a finales de 2019 había 23 posiciones ejecutivas para una planta de 806 empleados. Es decir, las posiciones jerárquicas se redujeron de forma proporcional a la reducción general de la planta de trabajadores: en ambos extremos de la serie hay 0,02 ejecutivos por cada trabajador.
En los últimos 10 años la planta de trabajadores se redujo más del 42%, se eliminaron áreas completas, otras se fusionaron y el canal concentró sus recursos en la Gerencia de Prensa, adoptando un perfil informativo. Desde el año 2019, TVN, que supo ser el mayor productor de contenidos de ficción de Chile, ya no cuenta con un área específica para la producción de este tipo de contenidos que, cuando se producen, se tercerizan en productoras independientes.
Figura 2: organigrama de TVN en agosto de 2013
Fuente: web.archive.org
Figura 3: organigrama de TVN en agosto de 2020
Fuente: https://www.tvn.cl/corporativo/leydetransparencia
Los organigramas formales que se exponen en las figuran anteriores muestran con claridad la adecuación de la estructura del canal a partir de la crisis que comienza a vivir desde 2014. En los siete años que separan una estructura organizativa de la otra la planta de trabajadores se redujo un 42%, se eliminaron 10 posiciones ejecutivas, se discontinuó la producción de contenidos de ficción con recursos internos y se incrementaron las co-producciones con productoras independientes. La sede del canal de 60 mil metros cuadrados y 10 estudios de televisión, se concentra hoy en producir y distribuir contenidos informativos, área a la que destina la mayor parte de sus recursos. Volveremos sobre este punto más adelante.
5.6.3 Financiamiento y estados contables
Según la definición de la Ley 19.132 de creación de TVN, la estación “en sus actividades financieras estará sujeta a las mismas normas financieras y tributarias que rigen para las sociedades anónimas abiertas […] No se aplicarán a la Corporación las normas de régimen y administración económica que rigen para las empresas del Estado” (art. 24) salvo en lo referido a su relación con el Ministerio de Haciendo que tiene potestad, entre otras, para traspasar en todo o en parte las utilidades del canal a rentas generales de la Nación.
“Este es un canal público de mentira. Es público en su misión, pero en su ejercicio es un canal comercial más, porque si no es comercial, quiebra”, sintetiza Francisco Vidal Salinas, exministro Secretario General de Gobierno (2006-2007) y expresidente del Directorio (2007-2009). Su forma de financiamiento marca una tensión difícil de resolver con la demanda de misión pública introducida en la ley de reforma de TVN 21.085/2018, en cuya tramitación, se valoraba como un atributo positivo que aseguraba su independencia, en contraste con otros canales estatales de la región. Al respecto, Elisabeth Gerber entiende que “si muchos medios estatales de la región funcionan como órganos de publicidad de los gobiernos de turno, TVN es un órgano más de expresión del mercado que lo financia”.
Para María Elena Wood Montt, empleada del canal desde 1983 y Directora de Programación entre 2009 y 2011, “hay una trampa en el modelo de financiamiento del canal. Yo defendía mucho ese modelo porque vi que funcionaba, pero funciona en la medida que tú tienes un liderazgo que te permite tener la billetera llena. Pero en la actual composición de la industria, habiendo perdido las universidades los canales y teniendo estos competidores privados que pueden perder 300 o 400 millones de dólares y no les importa, ese modelo no funciona”.
El financiamiento en el mercado publicitario es una particularidad de TVN, por lo que en este apartado nos detendremos en algunos aspectos referidos al tema que, en parte, explican la fuerte crisis en que se encuentra la emisora a mediados de 2020.
Gráfico 12: financiamiento de TVN por origen de los recursos (%) 2009-2019
Fuente: elaboración propia en base a estados contables de TVN
Temporalmente concurrente con la pérdida del liderazgo en materia de audiencia y una lenta pero sostenida contracción del mercado publicitario chileno, se observa a partir de 2014 un desplome de la publicidad como fuente casi única de ingresos. El 30% perdido en financiamiento por vía de la publicidad en la última década contrasta con el incremento del rubro “otros ingresos” que, de acuerdo a los estados contables de la empresa, corresponde principalmente a la venta de la señal internacional y la prestación de servicios de producción a terceros. No obstante desde 2016 y 2017 TVN “ha conseguido financiamiento mediante la suscripción de contratos de venta de inmuebles con opción a compra por un monto total de UF[20] 888.247” (Estado Contable TVN, 2017). A partir de ese año la empresa suscribió al menos ocho contratos de alquiler con opción a compra con distintos bancos sobre propiedades en Viña del Mar, Talcahuano, La Serena, Temuco, e incluso un lote de su sede central en Santiago de Chile. Los negocios inmobiliarios se extienden al arriendo de oficinas a Fox dentro de su sede central, así como estudios actualmente ociosos y prestación servicios a distintas empresas del rubro audiovisual y de la publicidad.
Gráfico 13: evolución de los ingresos totales de TVN en dólares 2009-2019
Fuente: elaboración propia en base a estados contables de TVN
La caída de los ingresos publicitarios no consigue contrapeso en los “otros ingresos”[21] si se mide el total de ingresos en dólares[22]. Entre 2009 y 2019 la empresa perdió en valores absolutos -68,2% de sus ingresos, un nivel de caída que no admite comparación con las de otros canales y que solo permitió a la emisora continuar funcionando por la vía de descapitalizarse mediante la venta o arriendo de activos; la utilización de dinero depositado en cuentas a largo plazo, y, principalmente, a través de una fuerte reducción de su planta de trabajadores. Sobre este último punto volveremos más adelante.
Gráfico 14: estado de resultados (ganancia/pérdida) en dólares 2009-2019
Fuente: elaboración propia en base a estados contables de TVN
En los estados contables de 2009 a 2013, reflejo de una empresa todavía con sus finanzas sanas, se incluía cada año la leyenda de forma “Televisión Nacional de Chile no tiene otros riesgos, salvo los propios de una empresa que participa en una economía abierta, dentro de un mercado altamente competitivo, como es el de los medios de comunicación que posee un gran desarrollo tecnológico y un alto grado de innovación”. En esa formalidad se sintetiza buena parte de los elementos que comenzaron a fallar a partir de 2014 y condujeron al canal a una crisis inédita de la que, a mediados de 2020 cuando se escribe esta tesis, no se recupera.
El financiamiento casi exclusivo en el mercado publicitario y la obtención de utilidades eran pilares motivo de orgullo para el canal: “TVN se ha convertido en un modelo de televisión pública único en el mundo. TVN es un canal con misión que se autofinancia, lo que protege su autonomía y lidera una industria altamente competitiva. Posee un gobierno corporativo que garantiza su independencia, objetividad y pluralismo (…) Aunque nuestras responsabilidades van más allá de la última línea[23], este año presentamos utilidades históricas ascendientes a USD 13,6 millones e ingresos totales por USD 175,1 millones”, afirmaba el expresidente del Directorio Leónidas Montes Lira (2010-2012) (Memoria Institucional, 2010).
Entre 2009 y 2013 los sucesivos presidentes del Directorio –Mario Papi, Leónidas Montes, Carlos Cepeda y Mikel Uriarte- destacaron mediante cartas publicadas en la Memoria Institucional de cada año la obtención de utilidades (menguantes) como garantía de la independencia y la salud de la empresa.
Según dispone la Ley 19.132 en su artículo 26 “las utilidades anuales que obtenga Televisión Nacional de Chile se traspasarán, a más tardar el día 30 de junio del año siguiente, a rentas generales de la Nación, salvo que su Directorio, con el voto favorable de no menos de cinco de sus miembros, acuerde retener todo o parte de ellas como reserva de capital. Este acuerdo estará sujeto a la autorización previa y por escrito del Ministerio de Hacienda”. Existió un “acuerdo de caballeros” entre Hacienda y el canal, que le permitió a la emisora retener sus utilidades casi todos los años en que las hubo. Los años analizados no fueron la excepción y según se desprende de los estados contables, Hacienda permitió al canal retener al canal la totalidad de las utilidades. No obstante, en 2009 el Ministerio resolvió destinar a beneficio fiscal CLP 514.383.000, parte de las utilidades netas del año anterior. Lo mismo ocurrió en 2012 cuando Hacienda retuvo CLP 4.021.406, parte de las utilidades correspondientes al ejercicio 2011. Es decir, hasta ese momento el canal no solo era superavitario y autosustentable, sino que además representaba una fuente de ingresos para el Tesoro Nacional.
Una vez sumergido en su crisis financiera la relación se invirtió y fue el canal el que comenzó a necesitar la inyección de fondos del Estado, algo prohibido por ley. Esto hizo necesario implementar mecanismos más creativos para ingresar fondos públicos a la emisora.
En marzo de 2017, el Servicio de Impuestos Internos (SII) autorizó a la Tesorería General de la República la devolución parcial de los impuestos cargados a la empresa correspondientes al año anterior, por un importe de CLP 3.996.692. A este tipo de políticas de devolución de impuestos, se sumaría una ley para capitalizar al canal de cara al proceso de digitalización y la creación de una señal cultural; otra norma que le permitió ampliar las actividades económicas de la empresa y una reforma legal que autorizó al Estado a ser aval de la emisora en la toma de deuda en el mercado financiero. Volveremos sobre estos últimos puntos en el apartado sobre relacionamiento con el gobierno central.
Como se observa en el gráfico anterior, a partir de 2014 la emisora ingresa abruptamente en un ciclo de acumulación de pérdidas que continúa hasta el momento en que se escribe esta tesis a mediados de 2020. “El año 2015 es probablemente el año más difícil en la historia de TVN. Un año de desconexión con nuestra audiencia que afectó directamente los ingresos y generó pérdidas nunca antes vistas en este canal. Las causas pueden haber sido múltiples. Un entorno cada vez más competitivo en la oferta de contenidos y fuertes cambios en los intereses y preferencias de nuestra sociedad que no fueron oportunamente percibidos por nuestro canal. La reducción de la inversión publicitaria en televisión abierta y su migración a plataformas online afectó también nuestro desempeño”. Así analiza el expresidente del Directorio Ricardo Solari Saavedra (2014-2018) la situación del Canal a 2015 en la Memoria institucional de ese año. En el mismo documento, el funcionario admite que algunos de los intentos por recuperar la atención de las audiencias fueron fallidos pero valora la vocación de la empresa de arriesgarse a “contraprogramar”, es decir admitir el cambio de escenario y no responder a la competencia con propuestas equivalentes, sino experimentar caminos alternativos, aunque sin los resultados esperados.
Gráfico 15: participación en el total de inversión publicitaria en TV abierta, TVN y canales privados
Fuente: elaboración propia en base a estados contables de TVN
Este gráfico permite ver la pérdida de participación de TVN en el mercado publicitario de la TV abierta chilena. Si en 2009 el canal capturaba casi un tercio de la inversión, hacia el final del período la incidencia se había reducido a menos de la mitad, con un punto de quiebre en 2015 cuando pierde más de 10% en relación al año anterior. Aunque el dato de la participación del TVN en la distribución de la publicidad privada para 2019 no está disponible, la Presidenta del Directorio Ana Holuigue reconoce que no fue este un año de crecimiento:
A la caída en la inversión publicitaria que hemos venido observando hace ya un tiempo a nivel de toda la industria, se sumó la drástica disminución de los ingresos que enfrentamos a partir de la crisis social iniciada el 18 de octubre, afectando los meses en los cuales se genera la mayor inversión publicitaria. En el caso de nuestro canal, la caída de los ingresos sólo agravó la compleja crisis financiera y de liquidez que arrastra TVN desde el año 2014, la que fue salvada el 2019 mediante los recursos aprobados en forma extraordinaria en el Presupuesto de la Nación (Memoria Anual TVN, 2019).
A esto se suma la también menguante pauta oficial de la que el canal tampoco fue un destinatario privilegiado.
Gráfico 16: contratación de publicidad oficial directa del Gobierno central a TVN, en dólares
Fuente: elaboración propia con datos del Observatorio del Gasto Fiscal en Chile
Según un estudio del Observatorio del Gasto Fiscal de Chile, el 65% del gasto se realiza de manera directa a medios de comunicación mientras que el restante 35% se canaliza a través de agencias lo que dificulta aún más “rastrearlo” y conocer quiénes son los destinatarios finales de ese dinero público. El Observatorio marca limitaciones para analizar el gasto público en publicidad debido a la falta o insuficiencia de datos, así como su dificultad de acceso. El informe encuentra que entre los medios que se pueden identificar el 10% corresponde a compras directas a empresas relacionadas con El Mercurio y 4% a Copesa, las dos empresas que se dividen el mercado de diarios y revistas a nivel nacional.
Los datos del Observatorio muestran también que los principales canales de televisión abierta (Mega, TVN, Canal 13, Chilevisión, Telecanal, La Red y TV+) concentrarían alrededor del 47% de la inversión publicitaria del gobierno central. Sin embargo, no es posible reconocer con precisión la cifra dada la posibilidad cierta de contrataciones indirectas a través de agencias. En el caso de TVN, el canal recibe de forma directa una cifra marginal del total de la inversión del gobierno, que no supera el 2%. Aunque, como hemos dicho, esta cifra podría ser mayor si además recibe asignaciones a través de intermediarios. En cualquier caso, como se observa en el gráfico anterior, la pauta oficial en el canal siguió una lógica muy similar a la pauta privada y se desplomó a partir de 2014-2015 cuando el canal pasó del primer al cuarto lugar de la audiencia, lo que, por otra parte, ofrece indicios sobre el criterio de distribución utilizado por el gobierno.
Ante este contexto analiza Carmen Gloria López Moure, exdirectora ejecutiva (2014-2016) para TVN era inviable seguir compitiendo en la misma cancha que Luksic o Geller[24], por la forma en que iban a escalar los costos, por lo que, lo razonable hubiera sido ya en ese momento (2014-2015) redimensionar la estructura y perfil programático hacia un proyecto más chico y alternativo, en que el canal no pretendiera competir de igual a igual con las mismas armas. Sin embargo, recuerda López Moure, ante el entendimiento de que la crisis se trataba de una fase, y dado el historial de liderazgo del canal, se dispuso a competir vis a vis con sus contrapartes comerciales: “a teleserie, teleserie, a estelar, estelar, a matinal, súper matinal. Nunca se pensó ‘voy a ver cómo me va en una cancha diferente’”. La rigidez operativa para leer con claridad la profundidad de los cambios en el escenario e introducir ajustes en su estrategia, condujeron al canal a complicaciones financieras en el corto plazo.
La crisis de audiencia fue percibida originalmente como un “ciclo” e inicialmente no hubo una estrategia clara para cambiar drásticamente el rumbo del canal. Para López Moure los directivos estaban convencidos de que se trataba de un momento, entonces ante la disyuntiva de achicar el canal y sus ambiciones o seguir pensando como un canal grande con pretensiones de liderazgo, “hicimos una cosa muy chilena, que fue no hacer ninguna de las dos cosas completas, sino a medias”. Entonces, ya con números financieros en rojo y el rating en caída, el canal se lanza a producir dos grandes teleseries, La Poseída (2015) y Matriarcas (2015), que, su propia realizadora califica como demasiado caras para la realidad del canal de ese momento y sin impacto en la audiencia. El canal no se resignaba a perder su título de jugador de grandes ligas e insistía en medio de la debacle en “ir a pelear con el mismo producto codo a codo”, a la competencia, que para entonces lo doblaba en audiencia. A su vez, recuerda López Moure, la Gerencia Comercial presionaba para que el canal no se llenara de “latas” ni adoptara un perfil excesivamente cultural, para poder “salir a vender”. En el diagnóstico de la exfuncionaria, se trataba de una emisora sobrepoblada para el proyecto del momento, con costos muy altos, contratos por transmisiones deportivas caras que no redituaban proporcionalmente, y escasa creatividad interna.
Resulta evidente en este punto una crisis en el modelo de autofinanciamiento del canal que abre la puerta a otras opciones, entre ellas el modelo de financiamiento estatal regular y el de financiamiento mixto. Sobre la posibilidad de un modelo de financiación mixto que combine partidas del Tesoro Nacional para los segmentos de la programación que atienden al mandato de misión pública de la parrilla, con pauta privada, Enzo Yacometti, exgerente de Gestión (1998-2015) entiende que es difícil “servir a dos amos”. “Creo que un amo va a terminar dominando al otro y lo más probable es que sea el de la plata segura”. Esto, analiza, impondría una lógica de flujo de dinero seguro que junto con disminuir los incentivos para competir pondría en riesgo la independencia editorial. Además, Yacometti advierte otro conflicto en un sistema mixto de financiamiento: la competencia desleal. En definitiva, afirma el exfuncionario, el canal “está en una industria competitiva donde los demás actores pueden decir, ‘usted está haciendo dumping, tiene un subsidio que yo no tengo y está compitiendo por la misma audiencia’”.
Finalmente, en relación al financiamiento de TVN es importante destacar un dato que se desprende de la VIII Encuesta Nacional de Televisión de CNTV realizada en 2013. Ante la pregunta ¿Sabía usted que TVN, el canal público, no recibe dinero del Estado sino que se financia con publicidad al igual que el resto de los canales? El 72,4% reconoció no saberlo. El desconocimiento sobre el modelo de financiamiento que rige al canal desde 1992 era mayor entre los segmentos de menor nivel socioeconómico. (CNTV, 2014: 61). El alto nivel de desconocimiento de un aspecto elemental y distintivo del modelo de funcionamiento de TVN marca un punto de partida que complica la generación de apoyos amplios entre la ciudadanía cuando ese modelo de financiamiento (que se desconoce) ha hecho crisis y se requiere, ahora sí, el rescate estatal.
5.6.4 Origen de los contenidos
En términos generales TVN se ha caracterizado al menos hasta el año 2013 por una fuerte impronta de producción de contenidos con recursos propios de manera interna, incluso aquellos de ficción. También, como veremos en este apartado ha servido de pantalla para un importante número de ciclos producidos con fondos de fomento público tanto de producción propia o de productores independientes, que contaron con el aval de la emisora para concursar.
Formalmente guían sus políticas de contenidos las “Orientaciones Programáticas y editoriales de Televisión Nacional de Chile”, un documento de casi 200 páginas creado en 1997 y actualizado por última vez en 2009. El documento funciona como un manual de autorregulación editorial que da indicaciones y conductas éticas deseables para poder responder a las más diversas situaciones: conflictos de intereses, regalos e invitaciones, relaciones con otros medios de prensa, presiones de terceros, entre muchos otros. También ofrece orientaciones sobre el tratamiento de contenidos específicos como la representación de las minorías, las mujeres, la sexualidad, religión, “farándula”, cobertura de manifestaciones y disturbios, utilización adecuada del recurso de la cámara oculta, e incluso sobre cómo abordar noticias referidas al propio canal (Orientaciones Programáticas, 2009).
Los pilares programáticos de la emisora son el “matinal”, un programa diario de variedades de cuatro horas de duración que, en sus épocas doradas hasta 2012[25], era el matinal más visto de Chile y funcionaba como locomotora de la emisora elevando los pisos de audiencia desde la primera franja de la mañana. En segundo lugar, los informativos, generalmente distribuidos en tres ediciones diarias: al mediodía; antes de la telenovela del prime-time y a la medianoche. Por otro lado, el área dramática hasta 2013-2014 ubicó a TVN como el mayor productor de ficción de Chile y sus telenovelas ocupaban año tras año el ranking de las más vistas, teniendo además un efecto virtuoso dentro de la programación, ya que al estar distribuidas en la franja de la siesta, la tarde-noche antes del noticiero central y en prime-time lograban altísimos pisos de audiencia que eran aprovechados por sus continuadores en la grilla. A esto se suman los contenidos de entretención donde destacan ciclos también de producción propia de entrevistas, juegos y realities. El canal es además un tradicional emisor de grandes eventos, por lo que en su pantalla son habituales las transmisiones deportivas y los grandes festivales musicales de verano, incluyendo el Festival Internacional de Viña del Mar que hasta 2019 co-produjo junto a Chilevisión o Canal 13. Este punto merece una digresión porque es llamativo que TVN no se resigne a ser un canal pequeño y más modesto en términos de propuesta artística. Aún luego de un lustro de pérdidas, inyecciones millonarias por parte del Estado y recorte de personal por encima del 42% de su planta, persiste en jugar el juego de los grandes. En 2019 la emisora se permitió aumentar sus gastos administrativos 2,5% en relación al año anterior, por la producción del mencionado Festival de Viña del Mar y la Copa América.
En relación a los contenidos la Ley 19.132 apenas señala en su artículo segundo que la empresa a través de su programación y la de sus filiales, debe velar por la “efectiva realización de su misión pública que incluye promover y difundir los valores democráticos, los derechos humanos, la cultura, la educación, la participación ciudadana, la identidad nacional y las identidades regionales o locales, la multiculturalidad, el respeto al medio ambiente, la tolerancia y la diversidad” (art 2). Por su parte el artículo 3 aclara que la programación estará sujeta a la fiscalización de el CNTV y al criterio de “correcto funcionamiento”[26] que definen el artículo primero de la Ley 18.838, que crea dicho Consejo. A su vez, agrega que “el pluralismo y la objetividad deberán manifestarse en toda su programación; muy especialmente en los noticieros y programas de análisis o debates políticos” (art. 3).
Es importante aclarar en este punto que la noción de misión pública no formaba parte del texto original de la Ley 19.132, si no que fue incorporado en 2018 mediante la Ley 21.085 también conocida como “ley corta” de TVN, en la que, entre otras cosas, se capitaliza al canal para enfrentar las inversiones necesarias para la transición a la Televisión Digital Terrestre y se indica la creación de una segunda señal para contenidos culturales y científicos administrada por TVN.
Tabla 10: promedio oferta de contenidos de TVN por macro-géneros
Fuente: elaboración propia con datos de CNTV
En comparación a la oferta de contenidos de la televisión comercial privada, TVN muestra algunas similitudes y distinciones. El principal punto de contacto es la ficción, rubro que ocupa en torno al 25% de las horas emitidas tanto en la televisión pública como en los canales privados. TVN hace la diferencia al adoptar un perfil más informativo con 30% frente a 26% de los privados y menos orientado a los programas de entretención y variedades, 35,5% frente a 43,7% en el caso de los privados. Aunque es difícil reconocer las características de los programas que integran cada rubro, el canal público logra distinguirse de los privados, siendo que debe competir con ellos en igualdad de condiciones por el mismo mercado publicitario. Como se observa en la tabla, entre 2013 y 2016 la participación de la ficción se incrementa 10% pero ya no se trata de producciones propias. Tras la salida del área dramática en 2013 el canal comienza un proceso de extranjerización de este rubro con telenovelas turcas y brasileñas de temática bíblica.
Como ya hemos señalado antes, se suman a los aspectos diferenciales de TVN un mayor nivel de pluralismo en sus informativos, según marca un reciente informe de la Universidad Chile (Sáez Baeza, 2020) y mayores niveles de transparencia en la información sobre la gestión que pone al acceso público a través de su sitio corporativo (López-López, Fernández Medina, et al., 2019).
Gráfico 17: oferta de contenidos nacionales o extranjeros (%) sobre total de horas emitidas
Fuente: elaboración propia con datos de CNTV
Otro indicador que permite sostener que TVN funciona como un canal con elementos diferenciadores respecto de sus competidores privados, es la mayor emisión de contenidos de origen nacional. El gráfico anterior fue elaborado en base a los promedios de cantidad de horas emitidas por los canales privados y público entre 2009 y 2019, excepto 2014, 2016 y 2017, cuyos datos no se encuentran disponibles en los informes oficiales de CNTV para esos períodos. En todos los años para los que hay información oficial disponible, TVN supera ampliamente a los privados en contenido nacional con cifras cercanas o por encima al 80% del total de horas programadas.
Gráfico 18: programación cultural sobre el total de horas emitidas, por canal (%)
Fuente: elaboración propia con datos de CNTV
La programación cultural es un indicador que también permite observar el aporte distintivo del canal a la oferta de contenidos del sistema televisivo en su conjunto, aunque como se observa el último año de la serie, seguido muy de cerca por los privados Mega y Canal 13. Según se desprende de los datos del gráfico anterior, en toda la década que analiza esta tesis, el porcentaje de horas de contenidos culturales emitidos por TVN supera, en ocasiones muy ampliamente, a los ofertados por su contraparte privada. Es cierto que la información que aquí se presenta no considera otra variable que también mide CNTV en sus informes: la jerarquía que ese tipo de contenidos tienen dentro de la grilla de programación, habitualmente confinados a horarios marginales y los fines de semana. Aunque la marginación de los ciclos culturales es parte de las políticas de programación de todos los canales, la mayor oferta de horas no es un dato menor a la luz de las actuales formas de distribución de contenidos multiplataforma, que pueden ser consumidos de forma asincrónica en internet.
Un aspecto en el que TVN no consigue marcar la diferencia respecto de su competencia es en contenidos infantiles. Según datos de CNTV, entre 2009 y 2018, el canal dedicó en promedio 3,1% de sus horas de aire a ciclos infantiles, contra 4,2% de los licenciatarios privados. Una limitación de este dato es que no permite reconocer las características de los programas ni su jerarquía en la grilla, pero sí al menos da una idea sobre los públicos a los que el canal busca convocar con su propuesta artística.
A su vez he podido constatar, tanto a través del análisis de las cifras de CNTV como en las entrevistas que mantuve con algunos funcionarios del canal, el desacople que existe no solo entre la oferta y la demanda de contenidos educativos y culturales, sino además entre la demanda declamada por este tipo de contenidos y su consumo efectivo. Volveremos sobre este punto más adelante en el testimonio de uno de los entrevistados.
Gráfico 19: emisión de contenidos producidos con fomento público de el CNTV (%)
Fuente: elaboración propia con datos de CNTV
En materia de contenidos diversos en sus temáticas y realizados por productores locales independientes, se destaca además el rol de TVN como pantalla para la mayor parte de los ciclos que cuentan con apoyo del fondo de fomento del CNTV.
El Consejo Nacional de Televisión tiene entre sus múltiples atribuciones y funciones “promover, financiar o subsidiar la producción, transmisión o difusión de programas de alto nivel cultural o de interés nacional o regional” (Art. 12, inc. b, Ley 18.838). A estos fines el Ente substancia concursos públicos de los que pueden participar licenciatarios de televisión abierta y productores independientes. Cuando los fondos son asignados a productores independientes, estos deben en un plazo de 60 días luego de la resolución acreditar que la transmisión del programa está garantizada por algún licenciatario de televisión abierta.
TVN en su carácter de concesionario público no tiene ninguna ventaja o privilegio sobre los privados en los casos en que presenta proyectos propios a concurso, y compite en igualdad de condiciones, sometiéndose cada vez a un comité integrado por unas 50 personas que evalúan aspectos financieros y artísticos de los proyectos.
Como se observa en el gráfico anterior el canal público ha sido al menos entre 2011 y 2015, años para los que hay información comparable disponible, la principal pantalla de exhibición de los contenidos con fomento público. Es interesante marcar que la alta participación de la emisora en la difusión de estos contenidos se da en los años en que aún lideraba el mercado televisivo local con gran potencia en la producción de ficción propia. Esto permite refutar en parte la idea de alguno de los entrevistados, según la cual TVN estaría más dispuesta a servir de pantalla para los contenidos de CNTV por necesidad. Distinta es la situación a partir de 2015 cuando el canal ingresa en el actual período de crisis, pero no disponemos datos para este último tramo.
Gráfico 20: evolución rating de la TVN y Mega 2010-2019
Fuente: elaboración propia con datos de Ibope Chile
Este gráfico deja ver con claridad un proceso de pérdida de audiencia que alcanza su mayor expresión en 2015 cuando la competencia dobla en audiencia a TVN por primera vez, pero que se inicia varios años antes en una caída gradual al menos entre 2010 y 2013.
La crisis de audiencia se explica en la concurrencia de una serie de hechos entre los que se destaca la salida del área dramática con el consecuente golpe que esto significó para los informativos al dañarse el “tren programático”, o piso de audiencia habitualmente alto que las teleseries dejaban a los noticieros. A esto se suma malas decisiones de programación posteriores ya iniciada la crisis y dificultades de la conducción política y ejecutiva para leer las transformaciones globales en ciernes sobre la industria audiovisual.
Algunos de los entrevistados advierten una correlación entre la crisis del canal y dos hitos fundamentales que ocurren en la mitad y sobre el final del primer gobierno de Sebastián Piñera (marzo 2010 a marzo 2014). El primero de ellos ocurre en 2011 cuando una docena de altos ejecutivos de TVN de todas sus áreas abandonaron la televisora pública para pasar a ocupar idénticos cargos en Canal 13. Varios entrevistados coinciden que el movimiento requirió que el Canal de Luksic inflara artificialmente los salarios para generar ofertas difícilmente rechazables y hacerse de parte clave del capital humano de TVN, que pasaron a colaborar en el relanzamiento de la emisora privada. La oferta económica de la que fue capaz Canal 13 no pudo ser equiparada por TVN que vio con impotencia la partida de sus principales ejecutivos y cabezas de equipos. El segundo hito, al que la mayor parte de los entrevistados atribuyen centralidad en la debacle del canal es el desmantelamiento casi completo del área dramática, a mediados de 2013. Luego de frustrarse la renovación de su contrato y en medio de filtraciones a la prensa y escándalo mediático, la histórica gerenta del área dramática de TVN María Eugenia Rencoret dejó la emisora junto a unos 70 colaboradores, entre ellos guionistas, técnicos y actores. A los pocos meses la ex usina de producción de ficción de TVN estaba funcionando en Mega, que por entonces ya comenzaba a liderar el prime-time gracias a la programación de telenovelas turcas.
Según datos de Obitel Chile, de las 100 ficciones chilenas más exitosas hasta 2016 el 44% pertenecían a TVN. Para ese año el canal había cedido completamente su liderazgo en el rubro y ya no era un actor relevante en producción de ficciones (Obitel, 2017)
Los efectos en TVN se hicieron sentir a mediados del año siguiente, cuando el canal agotó el stock de contenidos de ficción que dejó su ex área dramática y no acertó con sus nuevas propuestas. En 2014, el nuevo presidente del Directorio, Ricardo Solari, lo reconoce con claridad: “pese a que durante el primer semestre TVN lideró la audiencia, ésta fue esquiva durante la segunda parte del año” (Memoria Anual TVN, 2014). Es precisamente en el segundo semestre de 2014, –cuando las ficciones que apalancaban el tren programático desde la franja de la tarde dejando altos pisos de rating a los ciclos que las sucedían se habían mudado a la competencia–, cuando el desplome de TVN se hace indisimulable.
El hecho tiene además componentes políticos en los que también coinciden los entrevistados y son relevantes a los fines de entender el nivel de interferencia del poder político y el uso de la emisora para librar contiendas que le son ajenas, en contextos electorales. En efecto, la pérdida del área dramática se da en 2013, año de elecciones presidenciales, por lo que la versión más recurrente es que el entonces presidente del Directorio, designado por el saliente presidente Piñera, Mikel Uriarte habría utilizado el canal para exponer presuntas faltas éticas y desmanejos de fondos públicos en el canal durante el primer gobierno de la expresidenta y entonces candidata presidencial Michelle Bachelet. El contrato por entonces vigente de la cabeza del área dramática había sido negociado años antes por el exdirector ejecutivo Daniel Fernández, hombre vinculado a la Concertación y además pareja de la ejecutiva en cuestión. Según los testimonios que pude recoger Uriarte habría bloqueado internamente la renovación y filtrado a la prensa el contrato vigente, exponiendo la cifra millonaria que percibía la ejecutiva, quien rápidamente presentó su renuncia y se mudó junto a su equipo a la competencia.
El hecho tuvo tal impacto dentro y fuera de la emisora que el entonces presidente del Directorio a fines de ese año dio su interpretación de los hechos en su carta publicada en la Memoria Anual de 2013:
Es preciso reconocer que el 2013 fue también un año en que TVN, debido a la exacerbada competencia principalmente económica, sufrió la pérdida de distintos colaboradores. TVN asume estos hechos como un reconocimiento a su liderazgo y a su capacidad inagotable de creación de nuestra gente. Así hemos apostado por promover y desarrollar nuestros propios talentos que además valoren nuestro modelo. Nos enorgullece reconocer que TVN es un semillero de creatividad. Así ha sido y asumimos que así seguirá siendo; tenemos claro que ninguna figura por muy importante que sea, supera a un equipo bien motivado (Carta de Mikel Uriarte, Presidente del Directorio en la Memoria Anual TVN, 2013)
De esta forma se explicaba oficialmente el desmantelamiento casi completo del área más lucrativa del canal. Se trata en el discurso del entonces Presidente del Directorio de un reconocimiento de la competencia al valor de los recursos del canal, pero no a posibles errores de conducción interna.
Según recuerda Matías Chaparro a cargo del área de Estudios del canal, los estudios habituales permitían advertir la existencia de una crisis, aun incluso antes que la propia organización percibiera aquellos síntomas como parte de una crisis. “Los resultados de esos estudios mostraban la crisis; la pérdida de protagonismo de los programas; la pérdida de relevancia de la marca; la poca significancia de los programas, de la oferta de contenidos en general, los mismos estudios iban reflejando el declive del posicionamiento del canal en su conjunto (…) creo que lo que define la crisis de TVN es su carácter generalizado. Nunca existió un indicador que dijera que la crisis fuera más fuerte en un grupo específico que en otro, o un target demográfico donde tu dijeras ‘sabes que, tengamos cuidado con esto porque aquí tenemos una crisis’, bajaban los niveles de audiencia en todos los segmentos, ricos, pobres, viejos, jóvenes, hombres, mujeres (…)”.
Sin embargo, el conocimiento que la empresa producía en relación a la evolución de su propia crisis no era insumo para la toma de decisiones para enfrentarla. Mientras que los productores y gerentes eran más proclives a incorporar los hallazgos de los estudios en sus procesos de toma de decisión, esto se diluía a nivel de los directores. “A mayor jerarquía menos sensibles los procesos de decisión a los estudios. Es decir a nivel estratégico los procesos de decisión que definían las estrategias del canal eran poco sensibles a la incorporación de estudios como input”, agrega Chaparro. Para el ex funcionario esto se debe a la falta de conocimiento por parte de los directivos sobre el trabajo creativo, lo que los hacía menos interesados en temáticas de la esfera de las percepciones, los significados o los imaginarios de las audiencias.
Para Eliana Rozas, exgerenta de Asuntos Corporativos y Extensión (2011-2016), la pregunta central en relación a TVN hoy es “cuál es la diferencia que aporta”. Para la exejecutiva el buen rendimiento del canal en materia de audiencia ocultó la pregunta siempre latente sobre su diferencial. En este sentido la emisora se encuentra en una trampa porque al estar obligado a competir acaba por homogeneizarse con el resto de los canales. Los cambios en el sistema de medios hacen que, el TVN que en otras épocas de liderazgo se animaba a ser rupturista y explorar caminos distintos a los de la competencia, en medio de la crisis adopta un perfil más conservador y se asimila a la competencia, lo que tensiona aún más la pregunta sobre su razón de ser.
Rozas analiza que mientras a TVN le iba bien en audiencia la demanda por un diferencial no era tan marcada. A partir de 2010 esa demanda emerge con más fuerzas, especialmente desde la prensa comercial. A su vez, la valoración positiva de TVN, analiza Rozas, tenía que ver con el salto de calidad que había logrado hacer el canal en relación a su propia historia: “se valoró tanto la diferencia que hizo la TVN de la democracia respecto de la TVN de la dictadura que no se vio qué diferencia había con el resto de los canales. Se comparó al TVN de la democracia con su pasado, pero no con sus coetáneos competidores”.
Para Matías Chaparro “a la gente[27] lo que le interesaba de TVN no es que fuera distinto a otros canales, sino que fuera más cercano que los otros canales, había ciertos atributos significativos como la cercanía en donde se producía una demanda específica. Pero esta idea desde mi punto de vista muy elitista de que el canal público ofrece algo distinto que el resto de los canales, es una idea que a nivel masivo yo nunca percibí”. Para el sociólogo existe una demanda vinculada a cierta corrección política por ciertos contenidos, que luego no se traduce en un consumo efectivo, por lo que el entrenamiento en investigación cualitativa resultaba clave para identificar “demandas reales”. “La gente siempre va a pedir más cultura, más contenidos para los niños. Eso es el punto de partida de la conversación, pero no constituye en sí mismo un dato (…) La gente evalúa bien o mal a TVN no en función del nivel de originalidad que ofertara en sus contenidos, evalúa bien en la medida en que los sentía cercano, conectado con sus necesidades, que satisfacía sus necesidades o demandas de compañía, de entretención, que mostrara información que le permitiera entender lo que pasaba en el mundo”.
Las demandas de las élites políticas, según Chaparro, retomaban los aspectos de la corrección política en relación la dimensión cultural e infantil de los contenidos, y la necesidad de la neutralidad política. Estas demandas, afirma el investigador, recorrían todo el espectro político por igual de izquierda a derecha. En efecto, los contenidos culturales, educativos e infantiles son los tres más demandados, según las últimas encuestas nacionales de televisión que realiza CNTV cada tres años, lo que no tiene un correlato en el consumo, que lidera los contenidos de entretención y ficciones (CNTV, 2011, 2014 y 2017).
Al margen de las demandas de corrección política por más contenidos calificados para niños, su escasa presencia en la grilla del canal representa también un problema al momento de enfrentar una crisis que no es solo económica, sino también de legitimidad y que inquiere por su razón de ser: “si el canal hoy tuviera un componente cultural importante la situación sería mucho más fácil para él en términos de negociación”, afirma Leónidas Montes Lira, Presidente del Directorio entre 2010 y 2012. No haber conservado franjas de programación cultural aunque fueran deficitarias, en algún punto minó parte de su legitimidad y diferencial, lo que debilita su posición en las negociaciones que enfrenta para conseguir apoyo estatal y de parte de la sociedad. Aunque como hemos visto antes el canal lidera en la oferta de contenido cultural, en los últimos años es seguido muy de cerca por los privados Mega y Canal 13.
Durante su gestión como directora de programación, Carmen Gloria López Moure (2014-2016) afirma que se preocupaba por impulsar una programación diferenciada porque creía que de esa forma podía obtener mejores resultados, por un lado, pero además porque entendía que “va a llegar un punto donde va a haber que justificar esta operación. Donde vamos a tener que decir ‘este canal no puede desaparecer porque mira todo lo que hace que los demás no hacen’. Esa lista siento que se ha acortado mucho y si se sigue acortando, TVN va a desaparecer sin mayor trauma. La única manera de sobrevivir es alargar la lista, es que se sienten todos los días en el directorio y digan ‘qué pierde este país si no estamos nosotros’”.
5.6.5 Los recursos humanos
Según lo establece el artículo segundo de la Ley 19.132 de 1992 que crea la empresa Televisión Nacional de Chile (continuadora de la empresa de mismo nombre creada por la Ley 17.377 de 1970), la emisora es administrada por un directorio compuesto por 7 miembros, 6 de ellos designados por el Senado a propuesta del Presidente de la República los que permanecen por un período de 8 años, renovándose por mitades cada cuatro años, y uno de ellos de libre designación del Presidente de la República, quien se desempeña como Presidente del Directorio, y permanece en dicho cargo hasta 30 días luego de terminado el ejercicio de quien lo designó. Uno de los directores actúa como Vicepresidente del Directorio, quien reemplaza al Presidente en caso que se encuentre imposibilitado para cumplir su función. El directorio tiene potestades para establecer políticas de personal, aprobar y modificar presupuestos anuales y modificar la estructura de la empresa creando oficinas o filiales (Art 16, Ley 19.132). El manejo interno de la emisora lo delega en un Director Ejecutivo cuyo nombramiento y remoción requiere el voto favorable de una mayoría de cinco miembros del directorio. Este hecho le otorga al Director Ejecutivo una vez nombrado cierto grado de autonomía por la dificultad para conseguir los votos necesarios para su remoción en un cuerpo habitualmente particionado en mitades iguales entre las dos principales fuerzas políticas con representación en el Senado. En cierta forma la autonomía del Director Ejecutivo actúa como un obstáculo que dificulta la intervención directa del poder político en la vida interna del canal, en particular su línea editorial. Sin embargo, lo que no se obtiene por vías directas se logra, como demuestra la experiencia, por otros medios no necesariamente sutiles, dificultando la gestión de los directores ejecutivos cuyas renuncias y recambios son frecuentes en todo el período analizado.
A su vez, la conformación puramente política del Directorio deviene en situaciones como la renuncia conjunta de todos los directores de la oposición a fin de 2017, aduciendo diferencias con la Presidencia entonces a cargo de Ricardo Solari, hombre de la Concertación (actual Nueva Mayoría). María José Gómez, Jorge Atton, Lucas Palacios nombrados en representación de la oposición en 2016 renunciaron en el verano de 2018 una vez electo el presidente Sebastián Piñera para un segundo mandato. Aunque los directivos dieron sus argumentos para abandonar la emisora, varios de los entrevistados coinciden en que fue un movimiento que los dejaba disponibles para asumir distintos cargos en el nuevo gobierno que asumiría en marzo de 2018. Lo cierto es que el directorio estuvo paralizado por la ausencia total de representantes de la oposición entre diciembre de 2017 y mayo de 2018, en medio de una crisis que requería la toma permanente de decisiones.
Tabla 11: estabilidad en los cargos directivos y gerenciales de TVN (2009-2019)
Fuente: elaboración propia con datos de Informes de gestión, estados contables y entrevistas
En los primeros 16 años que transcurrieron desde su creación en 1992 hasta 2009 la empresa tuvo 7 presidentes de Directorio distintos, mientras que en los últimos 10 años que estudia esta tesis, se alternaron en ese cargo 8 personas distintas. Los últimos 10 años coinciden con los de la crisis de la emisora que genera de forma regular lo que varios de mis entrevistados denominan “guerrillas internas”, que terminan en la salida anticipada de presidentes de directorio y directores ejecutivos. En la tabla anterior cada cambio de color representa un recambio en la persona a cargo del puesto. A su vez dentro de un mismo año se producen cambios (/) que en ocasiones dejan puestos clave vacantes durante meses. En marzo de 2019 cuando realicé el trabajo de campo en Santiago de Chile el canal no tenía director ejecutivo ni gerente de programación desde fines del año anterior. Ese mismo mes se realizaron ambas designaciones, pero a comienzos de 2020 el gerente de Programación Jaime Boetsch Larraín (2019-2020) había renunciado a menos de un año de asumir el cargo.
En todo el período analizado solo un presidente de Directorio, Ricardo Solari Saavedra (2014-2018) designado por Michelle Bachelet logró completar su mandato. En el caso de los directores ejecutivos la permanencia máxima fue la de Mauro Valdés Raczynski (2010-2013), con 3 años y medio en el cargo. El recambio habitual de figuras clave en la conducción del canal impidió estabilizar proyectos orientados a reencauzar a la emisora y reconectarla con la audiencia. Por el contrario, al frente de la Gerencia de Programación, por ejemplo, se alternan desde 2010 figuras experimentadas en televisión pero con miradas y planes casi antagónicos para la estación pública, que condujo al desperfilamiento y ausencia de una propuesta artística clara.
La sucesión de responsables de la programación en cortos períodos de tiempo acabó por desperfilar la identidad del canal. Según recuerda Carmen Gloria López, Valdés Raczynski desde la Dirección Ejecutiva, realizó algunos intentos de rescatar la segunda franja e introducir diversidad: María Elena Wood Montt (2009-2011) fortaleció la programación cultural y de documentales, sello que se perdió en la grilla más comercial que introdujo su sucesor, Marcelo Bravo Canepa (2011-2014) que viró nuevamente hacia una propuesta más comercial. Para Carmen Gloria López la propuesta de programación del período de Wood tuvo mayor diversidad programática, mientras que en el período de Bravo Canepa se impuso la lógica de la rentabilidad y la intención de hacer ciclos competitivos, aunque según la realizadora en ese período no se logró ni rentabilidad ni competitividad. Según López Moure, para entonces la crisis ya era sistémica y nada funcionaba: “ser diferencial no funcionaba, ser iguales a los comerciales no funcionaba (…) la marca estaba gastada, el canal dejó de apostar y la televisión en general se fue quedando con el público menos sofisticado, menos exigente, con los segmentos socioeconómicos más bajos y más envejecidos”.
Bravo Canepa entiende los cuestionamientos hacia su gestión de impronta fuertemente comercial en especial desde sectores de la cultura que, según relata, lo criticaron duramente. “El mundo de la cultura siempre ha sentido que los programas por ahí no estaban en la línea editorial, pero yo traté para bien o mal que TVN fuera competitivo”. Canepa reconoce un desafío adicional en su tarea por las características de programar pensando en la necesidad de autofinanciamiento y “cumplir con una línea editorial de mandato público que a lo mejor no estaba escrito en ninguna parte pero simbólicamente existe”[28]. Sin embargo, la crisis que vivía el canal rebasaba al canal mismo. Canepa advierte que no se trataba de TVN sino más ampliamente de una industria audiovisual en mutación que afectaba a todos los jugadores: “TVN puede tener el mejor directorio, el mejor director ejecutivo, el mejor director de programación, pero está complicado para todos. TVN tiene hace tres o cuatro años una crisis de gestión, pero hoy en día la crisis es global, es mundial, ni siquiera es de audiencia, sino de viabilidad”.
El área donde se observa mayor estabilidad es la Gerencia de Noticias (Prensa), a cargo de los informativos de la señal de aire, la señal de pago 24horas y el sitio web 24horas.cl. 24 horas es la señal informativa de mayor audiencia en la televisión de pago y el sitio 24horas.cl se encuentra entre los sitios de mayor tráfico del país. Los noticieros de la señal abierta por su parte, sufren la merma generalizada de la audiencia pero se observa que los productos noticiosos que no dependen del tren programático de la lastimada emisora lineal, tienen buena receptividad entre la audiencia, lo que quizás sea indicio de cierta legitimidad de la división informativa de la empresa.
La vitalidad del área informativa en medio de una estructura televisiva en vías de descomposición habla quizás de uno de los últimos bastiones de la televisión lineal abierta, junto a la trasmisión de eventos en vivo de interés general.
Sobre la prevalencia de la televisión tradicional como espacio de consumo de noticias, Alejandra Philliphi, subdirectora del Departamento de Estudios y Relaciones Internacionales de CNTV (2013-), señala que ante hechos sociales significativos la gente continúa mirando televisión abierta, y aunque en las redes haya mucha actividad entorno a un tema, CNTV continúa recibiendo denuncias por problemas en la cobertura de la televisión, que sigue siendo percibida por un espacio significativo. “No me deja de llamar la atención esa capacidad de convocar cuando tiene que informar y ahí genera inmediatamente la posibilidad de saber que tú estás acá, que estás en tu tierra. Me puedo pasar todo el fin de semana viendo series en Netflix pero cuando quiero saber, anclarme y situarme, voy a la televisión”.
No obstante lo anterior, el área informativa de TVN no permaneció inmune al deterioro general del canal. A Alberto Luengo, Gerente de Prensa entre 2014 a 2018 le tocó liderar la división informativa en el inicio de la debacle de la audiencia: “mi llegada fue muy dramática porque cuando yo llegué el noticiero central era número uno y a los dos meses pasó a ser cuarto, entonces yo decía ‘qué botón toqué para echarlo todo a perder’. Lo que pasó fue una tormenta perfecta que no tuvo nada que ver con el noticiero, nada”. Tenía que ver, coinciden los entrevistados, con el quiebre de un tren programático virtuoso que iniciaba con alto encendido con el matinal de la mañana y se mantenía a lo largo del día gracias a las teleseries. Para el momento en que Luengo ingresa al canal estos dos pilares estaban dañados y ya no cumplían su función de traccionar audiencia a los noticieros. Con el tiempo, los informativos de la señal de aire adquirieron un tono más amarillista con mayor presencia de noticias policiales: “hicimos de todo, cuando el barco se hunde haces de todo para salvarlo (…) hubo un giro hacia el sensacionalismo hacia el último tercio de mis cuatro años en que ya veíamos que nada nos resultaba, el canal se estaba hundiendo, a punto de quebrar”. Ante esto el exdirector de prensa intentó reconectar con audiencias femeninas de los segmentos C3 y D, con menor nivel educativo, a través de “historias simples, claras (…) las notas políticas, económicas, internacionales son complejas, la gente no las entiende, y si bien no las eliminamos dimos más espacio a notas policiales, a historias humanas sin trascendencia pero que conectaban con la audiencia, eso nos permitió mejorar un poquito los números”. Sin embargo, dice Luengo, la señal de noticias 24 horas, también a su cargo, “nunca cedió a la tentación populista y aun así se ha convertido en número uno porque sus audiencias son distintas”.
La Ley 19.132 no incluye entre los requisitos para ser director ningún tipo de formación ni antecedentes profesionales vinculados a los medios de comunicación. Una mirada a los currículums de las personas que han presidido e integrado el directorio en los años que estudia esta tesis permite ver la presencia de perfiles muy disímiles: profesionales de la educación, filósofos, comunicólogos, politólogos, economistas, empresarios agrícolas, ingenieros agrónomos. Muchos de ellos con algunas experiencias previas en medios de comunicación o como funcionarios del CNTV.
Este punto abre un interrogante relevante referido a si es necesario que quienes forman parte de un directorio conozcan sobre la industria de la televisión o si un directorio con otros perfiles profesionales puede beneficiarse de esa diversidad. Podría sostenerse la idea de que es deseable que el directorio de una televisora pública contenga a personas con experiencias y formaciones distintas. El punto problemático se genera sin embargo en el diálogo entre una plana ejecutiva a cargo de la operatoria del canal a menudo altamente especializada y su dificultad para dialogar con interlocutores que desconocen los pormenores de una industria en crisis y mutación, y que por otra parte, deben tomar decisiones estratégicas para la supervivencia de la emisora.
Antonio Leal defiende que el Directorio del canal no esté conformado por profesionales de la televisión: “no soy partidario de un directorio de expertos en televisión porque entrarían a reemplazar a la plana ejecutiva”. Por su parte, Víctor Carrasco, exjefe de guionistas de TVN (1994-2011) ironiza sobre un expresidente del Directorio que “todo lo que sabía de televisión era prenderla y apagarla”, lo que marca una distancia entre ser experto y tener algún conocimiento general sobre el funcionamiento de la industria audiovisual.
El mismo Antonio Leal reconoce que el desconocimiento sobre la industria precipitó decisiones con consecuencias graves para el canal como el desmantelamiento del área dramática. Según relata, la mayor preocupación del entonces presidente del directorio, Mikel Uriarte, era entregar el canal saneado económicamente, y eliminar contrataciones abultadas como la de la responsable de las telenovelas. Según Leal, el presidente del directorio no advirtió que, aunque efectivamente el área dramática costaba 600 millones de pesos por año, producía 3500 millones, y era el motor que, con tres productos al aire en simultáneo, mantenía alto el encendido de la señal desde el horario de la siesta hasta la noche.
Un ex miembro del directorio entrevistado en off para esta tesis, señala que el desconocimiento sobre la industria televisiva por parte de los directores los llevaba a ser fáciles de “bypassear” y a llevar una agenda de preocupaciones superficiales como la tendencia política de un personaje en una teleserie. Para este entrevistado muchos directores, en general algunos presidentes, no solo no entendían nada de televisión ni les interesaba, sino que además veían su paso por el canal como un peldaño para obtener publicidad y lograr crecimiento en su carrera política u otros fines. Esto explicaría, según afirma, la vocación por generar controversias, salir en los medios y tener visibilidad pública. Aunque puede ser espacio de tránsito para políticos con ambiciones, también acoge a personas con amplia trayectoria en la política. Como define Elisabeth Gerber exasesora parlamentaria y presidenta de la Fundación Chile 21, el directorio de TVN es de alguna forma “donde van a morir los elefantes”.
Otro entrevistado que pidió no ser identificado relata la ocasión en que presentó ante el Directorio presidido por Mikel Uriarte (2012-2014) un proyecto elaborado junto a una consultora privada, para generar un esquema de trabajo multiplataforma para la producción de contenidos informativos. El proyecto requería el visto bueno del Directorio y la asignación de recursos económicos y humanos. Según indica esta fuente “cuando fuimos al Directorio, Mikel se me acerca y me dice ‘yo te apruebo los recursos pero si me aseguran que yo voy a estar para poner la primera piedra’”. El proyecto de innovación se topó con las expectativas del jefe político del canal y finalmente no fue concretado, entre otros motivos, porque efectivamente no era posible implementarlo a tiempo para que el entonces presidente lo sumara como un logro de su gestión.
Muchos de los entrevistados coinciden en caracterizar al Directorio del canal como un espacio “cuoteado” en que las principales fuerzas políticas se reparten los asientos, lo que tiene impacto en la pantalla a través de un loteo del tiempo de aire en partes iguales que hace las veces de “pluralismo”. Según Valerio Fuenzalida, investigador de la Universidad Católica de Chile y asesor en estudios de recepción y audiencia de TVN entre 1990 y 2003, el canal tiene un sistema de medición que compara la presencia en pantalla de representantes de partidos políticos contra su participación en el Congreso. Si un partido tiene 15% de presencia en el Congreso no debería tener una cifra muy distinta en la pantalla, ilustra Fuenzalida. “Se trata de un sistema que convence a los políticos profesionales, pero es muy resistido por políticos que no son de la vida partidaria o que son extrapartidarios, o por grupos emergentes que demandan presencia en la pantalla”. María Pía Matta, expresidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) lo define como “un acuerdo de élites que tratan de mantener un equilibrio”.
Esta situación a su vez genera que los espacios informativos organicen el debate político de forma que dejan por fuera una amplia agenda de demandas y problemáticas que no son prioritarias para la política, pero sí para la ciudadanía. “Las prioridades que aparecen en las encuestas de opinión pública no son prioridades de los partidos políticos. Eso en mi opinión debe estar en televisión, una televisión informativa tiene que acoger esos problemas, eso es acercar la política a la gente y eso hace que la gente piense y delibere ‘aquí (por TVN) los problemas míos aparecen y no solo las agendas que van fijando los parlamentarios’”, analiza Fuenzalida.
Algunos de los entrevistados apuntan al Directorio como responsable de generar un clima interno hostil en el que se dificulta el trabajo creativo, esencial en un canal de televisión. Enzo Yacometti señala que desde comienzos de 2010, tras el ascenso de la derecha al poder luego de 20 años de gobiernos de la Concertación, “se degradó la calidad de los directores y por lo tanto de la discusión y de la visión, y se cayó en una cuestión mucho más pequeña”, con preocupaciones que tenían que ver con los contenidos, con especial interés en conocer de antemano las temáticas del ciclo de investigación Informe Central. Para el ejecutivo la crisis de audiencia que sufre el canal desde 2014 “nace de esta crisis de gobernanza porque al final del día si todo el equipo ejecutivo incluido Programación está constantemente siendo asediado por el Directorio, cuestionado por el Directorio”, se limitan las posibilidades de atender las demandas de las audiencias.
Algunos de los entrevistados que pasaron por cargos ejecutivos, coinciden en marcar los constantes pedidos de informe por parte del Directorio que iban en detrimento de la dedicación a la gestión de los problemas del canal. En este punto es interesante observar que la ley 19.132 prevé este tipo de conductas y otorga a los directores el derecho a ser informados por los directores ejecutivos, aunque “este derecho debe ser ejercido de manera de no entorpecer la gestión social” (Art. 7, Ley 19.132/1992).
Al obstruccionismo se suma un clima hostil en que sobrevolaba la amenaza de castigo para quienes cometieran errores. Para Yacometti “en cualquier empresa creativa esto es un pecado mortal, si en el fondo uno se va a equivocar, la verdad es que las audiencias son muy difíciles de entender. Uno apunta a no equivocarse, pero si uno se va a equivocar y te van a cortar la cabeza entonces nadie hace nada”. Carmen Gloria López Moure describe al frente interno del canal “como una especie de lava efervescente que quería como tragarte”, en un clima de desconfianza generalizada que permeaba a toda la organización desde la cúpula. Para Leónidas Montes Lira, el canal no escapa a las generales de la ley, y “cuando hay roces en el gobierno corporativo eso permea hacia el canal, porque la visión de largo plazo se comienza a desperfilar”. Fuenzalida advierte que este tipo de peleas se han repetido en Televisión Nacional en años anteriores, incluso previo al recorte de esta tesis, y “han sido absolutamente destructoras (…) producen inseguridad, nerviosismo, baja la cohesión y el ánimo creativo, porque todo este conflicto va permeando hacia el interior”.
Retomando la discusión sobre la formación y experiencia profesional de las personas con cargos de conducción, los interrogantes que pesan sobre los miembros del directorio, son extensivas a los cargos ejecutivos.
En relación a la contratación de personas sin experiencia en televisión para hacerse cargo de la gestión del canal, el expresidente del Directorio Leónidas Montes (2010-2012) ensaya una explicación: “la percepción que había en el directorio era que la industria de la televisión era, y todavía sigue siendo, muy endogámica. Entonces existía la idea, que yo compartía, de que era bueno traer a alguien externo porque de alguna manera quienes somos liberales creemos en la competencia. Había mucho chronic capitalism dentro del canal; gente que se conocía y se daba mucho en esa época que los mismos ejecutivos de un canal se iban a otro y se levantaba una cofradía, o como decimos los economistas una captura de un grupo, entonces creíamos que era bueno traer nuevos aires”. Con este argumento explica la contratación de Mauro Valdés Raczynski para el cargo de Director Ejecutivo (2010-2013), quien venía de desempeñarse como responsable de relaciones públicas en una empresa minera, sin ningún tipo de relación con la industria audiovisual.
Tras la salida de la productora audiovisual María Elena Wood Montt de la Gerencia de Programación en 2012, Valdés Raczynski nombra a Marcelo Bravo Canepa, que contaba con experiencia como gerente de marketing de Mega Visión y venía de ser gerente de marketing del supermercado Unimarc.
Por su parte, Wood Montt, reconocida productora chilena, es cuestionada por alguno de los entrevistados no por su capacidad como generadora de contenidos, sino por su falta de capacidad para dirigir equipos. Saber hacer televisión es distinto a saber hacer que otros hagan televisión. En definitiva el rol de la persona a cargo de toda una grilla de programación no es hacer los programas, sino coordinar estratégicamente a los equipos de personas que lo hacen.
Carmen Gloria López Moure relativiza la necesidad de conocer sobre la industria para conducir un canal. “Creo que está sobrevalorado entender de televisión en general, se aprende más o menos rápido. La historia ha demostrado que gallos que no tenían un conocimiento de televisión como Daniel Fernández[29] pudieron manejar el canal de acuerdo a los estándares que se le exigía en ese minuto para ganar plata”. Sin embargo, marca una distinción que parece esencial: “a mí no me tocó toparme con gente que no supiera de televisión, me tocó darme con mucha gente que yo sentía que no tenía una visión de televisión pública. Que no había estudiado el tema de la televisión pública”.
Gráfico 21: evolución de la planta de trabajadores por año y tipo de contrato
Fuente: elaboración propia con datos de Transparencia Activa tvn.cl
Según la definición de la Ley 19.132 los trabajadores de TVN se regirán exclusivamente por el Código de Trabajo y “no les será aplicable norma alguna que afecte a los trabajadores del Estado o de sus empresas. Para todos los efectos legales, se consideran como trabajadores del sector privado” (art. 29). Además, indica el artículo 30 que el ingreso a planta así como la “provisión de cargos de jefatura o ejecutivos sólo podrá hacerse por concurso público y la selección de los postulantes se efectuará mediante procedimientos técnicos, imparciales e idóneos, que aseguren una apreciación objetiva de sus aptitudes y méritos”.
A finales de 2019 el 95,5% de los empleados son de planta permanente y apenas un 4,5% trabaja en modalidad eventual. Como se observa en el gráfico anterior ambos tipos de contratación sufrieron reducciones muy significativas en particular a partir del año 2015 cuando se hizo evidente que la crisis iniciada el año anterior no sería transitoria. A diciembre de 2019 el canal había reducido su planta en -42,6% en comparación a 2011. Esta había sido una de las vías principales para intentar reducir el rojo financiero de la empresa aunque con impacto relativo en el corto plazo por el alto costo que representan los despidos en materia de indemnizaciones.
Semejante reducción en la planta de empleados anticipa un nuevo proyecto de canal público. Para Rodrigo Sepúlveda, jefe del área dramática durante 2019, “estamos viviendo un momento sumamente importante sin vuelta atrás. No veo el cierre de los canales pero sí su jibarización completa. Y yo creo que la televisión como la conocimos ya nunca podrá volver a ser lo mismo, y en parte estoy de acuerdo. Encuentro que los canales como este tenían un problema de producción casi soviético”. Para López Moure, el canal solo puede subsistir en un modelo similar al de Channel 4 (Reino Unido) con una estructura interna muy reducida y externalización de la mayor parte de la producción. Esto ayudaría, para la productora, a reducir el riesgo, que en todo caso recae en su mayor parte en la casa productora, y en no tener que incorporar de forma estable nuevo personal para encarar proyectos ambiciosos, que, una vez culminados quedan como recursos ociosos dentro de la estructura interna.
Gráfico 22: distribución de la planta de empleados por sector (diciembre de 2019)
Fuente: elaboración propia con datos de Transparencia Activa tvn.cl
Referíamos antes en este capítulo al área de prensa como aquella que en la actualidad sostiene cierta relevancia de la marca TVN a través de su división 24horas[30]. Esta importancia tiene su correlato en la asignación de recursos humanos: casi el 40% de los empleados del canal a finales de 2019 pertenecían a la Gerencia de Prensa. Al margen de algunos programas de entretenimiento y variedades que se producen o co-producen utilizando algunos recursos técnicos y humanos del canal, el grueso de la producción de la estación tiene que ver con los contenidos informativos. De hecho la Gerencia de Ficción, otrora nave insignia de TVN, directamente dejó de existir en 2019.
Uno de los aspectos diferenciales de TVN en relación a sus competidores privados es la presencia de filiales propias en al menos 9 regiones del país. Hasta el año 2012 la extensión de la red federal era una prioridad para la empresa y seguía un Plan Maestro de Infraestructura Regional “que aspira a modernizar los nueve centros regionales” (Memoria Anual TVN, 2012). Las filiales regionales (Antofagasta, Copiapó, Calama, La Serena, Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción, Temuco y Punta Arena) son pequeñas operaciones en que TVN posee sedes de distinta envergadura, con 10 empleados o menos en cada una que producen un informativo local o regional que se descuelga de la señal principal. Estas filiales, aunque continúan operativas, no escaparon a los recortes de personal que fueron regla para toda la empresa.
Teniendo en cuenta que dentro del canal existen tres sindicatos y que la tasa de afiliación es del 85%, los despidos masivos desde 2014 se hicieron sin demasiada conflictividad. Como indica Rodrigo Cid Santos, periodista del canal desde 2004 y representante de los trabajadores en el Directorio (2018-), “despedir y contratar es una facultad de la propia Administración por eso no se puede hacer mucho, y los sindicatos han hecho esfuerzos para mantener el contrato colectivo vigente, para no perder en condiciones e impedir la externalización de funciones”. Sobre este punto, Cid Santos advierte que los sindicatos buscan que la ecuación económica sea viable para mantener al personal propio del canal, buscando “que no sea tanta la diferencia entre contratar a un trabajador de la planta o contratar a un trabajador externo”. La situación financiera límite, la acumulación de pérdidas, el endeudamiento, la reducción de liquidez y consiguiente riesgo cierto de cesación de pagos a proveedores y sueldos, pone a los Sindicatos en una posición de entendimiento y algún sentido de colaboración con una gestión con la que comparten preocupaciones.
El aspecto sindical aparece como problemático en relación a las resistencias a flexibilizar y conceder algunas conquistas laborales en pos de una supuesta eficiencia productiva demandada por la convergencia digital.
Para Marcela Abusleme, gerenta de prensa desde 2019 quien ocupó igual cargo antes en Mega “hay camarógrafos que llevan 20 años en el canal y no hacen más que grabar, entregar la imagen y listo, eso se tiene que terminar, la tele no funciona así. Hoy en día tú necesitas un tipo que sea capaz de escribir, grabar, armar, porque es otro modelo de costos (…) No puedo tener cuatro personas haciendo lo mismo. Cuando llegué acá había tres equipos que salían a cubrir la misma nota, uno del 24 horas, otro del noticiero de la abierta y otro del .cl (sitio web 24horas.cl). Eso se acabó, sale uno solo y me despacha para las tres plataformas”. Para la productora ese tipo de cambios eran necesarios, fueron implementados aunque “muy resistidos” por los sindicatos. “Yo siento que hoy en día el camarógrafo, el productor, el periodista, es uno solo. Entonces yo armé un equipo de realizadores que son tipos que hacen cámara, son periodistas y arman sus notas, trabajan solos, y no pude poner más gente porque el sindicato me lo prohibió, entonces tenés limitantes”.
Para sortear estas “limitantes” Abusleme adoptó una estrategia de negociación bilateral con quienes percibía más dispuestos o flexibles para adoptar sus propuestas con menos resistencia, al margen de las representaciones colectivas: “hay un camarógrafo que es buenísimo, que está viejo, pero tiene puesta la camiseta y me dijo que nunca le habían subido el sueldo, entonces yo le dije ‘te subo el sueldo pero si te pones a editar y te pasas para el otro equipo’, y lo pensó porque se le iban a echar encima todos los otros, pero lo hizo. Hay gente que está dispuesta al cambio”.
La concurrencia de tareas antes distribuidas en distintas personas en un mismo perfil, el “realizador”, se plantea como una forma de hacer un uso más eficiente de los recursos humanos, pero al mismo tiempo que genera eficiencia genera ociosidad ¿qué se hace con los recursos que se quedan sin tareas? ¿se prescinde de ellos? ¿se los destina a generar más contenido? La vía elegida por TVN, y con baja conflictividad sindical, fue el despido masivo de empleados. De hecho, al momento de la entrevista en marzo de 2019, la gerenta tenía nuevos despidos en carpeta que no podía ejecutar por falta de recursos para cubrir las indemnizaciones.
Abusleme percibe cierta apropiación de los empleados sobre el canal: “aquí hay algunos que llevan 18 o 20 años, entonces se siente el poder del sindicato como yo no había visto nunca (en otro canal). Es súper complejo porque tiene una estructura antigua. Entonces por ejemplo el beneficio que ganaron hace 20 años atrás como un bono por ir más allá del aeropuerto cuando el aeropuerto quedaba fuera de Santiago, hoy en día se mantiene y tú dices ‘hay que anular esta cuestión’. Hay una cosa de no querer soltar un solo beneficio, por lo que ha terminado siendo un canal poco competitivo”. Los derechos de los trabajadores son así escollos a ser removidos no solo por disonantes con lo que ocurre en sus pares privados, sino que además desentonan con las nuevas demandas y situaciones productivas en la industria audiovisual más ampliamente y conspiran contra las posibilidades del canal de ser competitivo.
La conflictividad con cierta rigidez sobre los derechos conquistados por los trabajadores a través del tiempo y la férrea defensa de las atribuciones que competen a cada perfil profesional es cuestionada a veces con sorna por prácticamente todos los ejecutivos a los que he entrevistado sin distinción de pertenencia política o alineamientos ideológicos. Quienes asumen responsabilidades de gestión más temprano que tarde acaban percibiendo la rigidez sindical como un problema que entorpece la producción y adopción de innovaciones.
Rodrigo Sepúlveda ilustra la problemática de esta forma: “para hacer una toma con dos actores en un parque en una producción privada vamos catorce personas, y cuando vas con TVN para hacer la misma escena salen cuatro Van (por el vehículo) con siete personas en cada una. O sea es así de dramático”. A esto se suma la estricta distribución de cargos, roles y funciones que caben a las distintas áreas y que son intransferibles. Una rigidez, que según relata Sepúlveda conduce a situaciones hilarantes pero también aumentan innecesariamente el número de personas que deberían involucrarse y consecuentemente también los costos: “si haces una escena en una piscina y el actor se va a bañar, la toalla la tiene que llevar vestuario, pero si el actor solo va a tomar sol, la toalla la lleva utilería, por lo que en ocasiones no la lleva ninguno de los dos”.
5.6.6 Relacionamiento con el gobierno central
Según indica el artículo 32 de la Ley 19.132 “Televisión Nacional de Chile se relacionará con el Presidente de la República a través del Ministerio Secretaría General de Gobierno”, una modalidad de vinculación con el gobierno central igual al que tiene el CNTV. A su vez, el nombramiento de los Directores de la televisora se hará efectivo “mediante decreto supremo expedido a través del Ministerio Secretaría General de Gobierno (art 4). El Ministerio actúa como organismo de comunicación del Gobierno de Chile y la principal función de su titular es servir como vocero del Poder Ejecutivo frente a la opinión pública.
Salvo esta disposición genérica y las referidas a la forma en que se designan a los integrantes del directorio de la que dimos cuenta en el apartado anterior, y aquellas vinculadas a la rendición de cuentas ante el Ministerio de Hacienda, no existen otras disposiciones sobre la forma en que el canal debe vincularse con el poder central. Sin embargo en los hechos la articulación entre los gobiernos de turno y la emisora son cercanos y en ocasiones, por el diseño mismo del gobierno interno del canal, los intentos del gobierno de interferir sobre la pantalla de la emisora llegan a generar conflictos más o menos visibles.
No obstante, la vinculación entre TVN con los distintos poderes políticos tanto ejecutivo como legislativo es, especialmente en los últimos años, un camino de doble vía. Ya no se trata solamente de intentos de los políticos por interferir en la vida y las decisiones del canal, sino, a partir de la profunda crisis que vive la emisora desde 2014 es el propio canal el que busca y necesita acercamientos con el sector político para conseguir regulaciones favorables que atiendan sus urgencias financieras. Como reconoce el expresidente del Directorio Ricardo Solari, el proceso de discusiones previo a la sanción de la ley de capitalización de TVN (Ley 21.085/2018) requirió un intenso trabajo de comunicación con los parlamentarios:
El año 2017 estuvo marcado, en gran parte, por el esfuerzo y el trabajo colectivo de todo el Directorio por sacar adelante la tramitación del Proyecto de Ley que modificaba la Ley de TVN y que suponía la inyección de USD$65.000.000.- (sesenta y cinco millones de dólares), a través de una capitalización extraordinaria que hará el propio dueño del canal, el Estado de Chile. Esos recursos permitirán adecuar la empresa competitivamente a la realidad actual de la industria, implementar la red de televisión digital terrestre (TDT) y la señal 2, destinada a la transmisión de contenidos culturales y educativos.
Hago énfasis en que fue un año marcado por este trabajo colectivo, ya que fueron muchas horas dedicadas a traspasarle al mundo político los mensajes de que la televisión pública cumple un rol fundamental dentro de nuestra sociedad, al dar información oportuna, independiente y pluralista, y de la importancia que tiene Televisión Nacional de Chile como la red de transmisión más importante del país. No fue un camino fácil. Hubo que construir, en conjunto con la Administración, un relato que permitiera asegurar la sustentación futura del canal[31] una vez efectuada la capitalización, mediante la ejecución de un plan estratégico de largo plazo, que permitirá reposicionar a TVN como uno de los principales canales de televisión del mercado nacional (Memoria Anual TVN, 2017)
Las acciones de comunicación desde el canal hacia los parlamentarios se hacían de manera conjunta entre la presidencia del Directorio, y la Dirección Ejecutiva, entonces a cargo de Jaime de Aguirre Höffa. Al respecto el exfuncionario recuerda que “durante 2017 me dediqué a convencer a todo el legislativo de distintas instancias, de la necesidad que por primera vez en un cuarto de siglo capitalizar el canal y darle una cantidad de dinero que le permitiera volverse nuevamente competitivo, adecuarse tecnológicamente y cumplir con un mandato de la ley que es la digitalización. Fue apelar a la conciencia del dueño del canal, el Estado de Chile, a interpelarlo en el sentido de descubrir cuál es su verdadera vocación para tener un canal. No hay ningún medio de comunicación que pueda sostenerse sin la voluntad de su dueño”.
Las gestiones de las autoridades del canal ante el poder político rindieron sus frutos, siempre en el marco de las limitaciones que impone la Ley 19.132 que en un contexto de crisis financiera y hasta de liquidez, actúa como un corsé que limita las posibilidades de intervención del Estado.
En este sentido, como hemos señalado antes, en 2017 el Servicio de Impuestos Internos (SII) autorizó a la Tesorería General de la República la devolución parcial de los impuestos cargados a la empresa correspondientes al año anterior por un importe de CLP 3.996.692. A esto se suma la “ley corta” de capitalización de 2018 que asigna fondos a la emisora por única vez aunque y con destino específico para la inversión en reconversión tecnológica y financiamiento de una segunda señal cultural, como hemos desarrollado en el apartado sobre aspectos regulatorios.
Otra vía utilizada por el gobierno para inyectar fondos en el canal fue a través de partidas extraordinarias dentro de la Ley de Presupuesto.
Con fecha 28 de diciembre de 2018 fue publicada la Ley de Presupuestos 2019 (Ley N°21.125), la cual contiene la glosa 01 de la Partida 50, Tesoro Público que señala lo siguiente: “Autorízase al Ministro de Hacienda para que, mediante uno o más decretos expedidos bajo la fórmula “Por orden del Presidente de la República”, efectúe, durante un plazo máximo de hasta veinticuatro meses contados desde la publicación de la presente Ley, un aporte extraordinario de capital a Televisión Nacional de Chile, por un monto total de hasta $25.000.000.- de dólares, moneda de los Estados Unidos de América, o su equivalente en otras monedas extranjeras o en moneda nacional, en una o más transferencias, las que se financiarán con activos financieros disponibles en el Tesoro Público (Estados Contables TVN, 2018).
El dinero comprometido por el Presupuesto Nacional 2019 comenzó a ingresar al canal desde marzo de ese año. A diciembre de 2019 el Ministerio de Hacienda había realizado cinco transferencias extraordinarias (Decretos 79, 148, 219, 349 y 503) por un importe total de USD 19.588.527. Esto permitió a la emisora mejorar la situación de liquidez y enfrentar las obligaciones operativas de corto plazo durante ese año.
Por otro lado, en enero de 2020 el gobierno decidió otorgar el aval del Estado a la toma de deuda por M$70.000.000 (setenta mil millones de pesos chilenos) “lo que permitirá reprogramar los pasivos actuales de la empresa” (Estado Contable TVN, 2019: 56). En marzo del mismo año TVN ya había solicitado un primer crédito al Banco BCI por CLP 48.500.000 que a mediados de 2020 cuando se escribe esta tesis aún se encontraba en proceso de cierre sin efectivizarse dada la “volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros a nivel mundial” provocados por la pandemia del COVID-19.
En el sentido inverso, son numerosos los testimonios que retratan intentos del poder central de intervenir en la gestión del canal y su línea editorial. Según coinciden algunos de mis entrevistados, la cobertura amplia que el canal hizo de las protestas estudiantiles de 2011 coronó el encono del poder ejecutivo entonces a cargo de Sebastián Piñera (2010-2014) y la presidencia del directorio, en contra de la dirección ejecutiva de la emisora. Según describe Antonio Leal entonces Director en representación de la oposición, se desató “una guerra abierta y eso debilitó mucho al canal, porque había una pugna de poder interna que debilitaba la gestión de Mauro Valdés Raczynski, que era un hombre de ellos”. El gobierno de Sebastián Piñera leyó las manifestaciones de 2011 como ataques directos a su gobierno en vez de hacia el sistema educativo consolidado por décadas.
Este hecho político reflejado en una pantalla presidida por un hombre por él designado, Mikel Uriarte, y con la dirección ejecutiva de otro también designado con los votos del oficialismo, Valdés Raczynski, descolocaba al PEN en su impotencia por no poder penetrar en la agenda informativa de la emisora. Se trataba además de un momento en que TVN era líder de audiencia en casi todas las franjas. Como indica en off un entrevistado “desde arriba siempre tienen la expectativa de poner a alguien a quien puedan manejar”, la imposibilidad de hacerlo genera frustración y acciones en consecuencia. Esas acciones tienen que ver con una política de obstruccionismo, a la que ya hemos referido antes en este capítulo.
Aunque el presidente del directorio no puede ejercer la gestión del canal, cuenta con herramientas suficientes para obstaculizarla, obstruirla y producir situaciones de parálisis. Según pude reconstruir, entre 2012 y 2014, la presidencia del directorio, ante la imposibilidad de controlar (o remover) al Director Ejecutivo, adoptó una política obstruccionista: incrementó el número de cotizaciones necesarias antes de realizar compras, aumentó la cantidad de acciones que requerían autorización de ese cuerpo, se rebajaron los montos de dinero que podían administrar los ejecutivos sin pasar por el directorio, lo que ralentizaba de forma general la toma de decisiones: “un canal como cualquier empresa tiene cierta dinámica, hay oportunidades que había que tomar y nos dábamos 50 vueltas porque el directorio no está disponible todos los días (…) y de repente había la oportunidad de contratar a alguien y no se podía porque el directorio lo tenía que aprobar”, recuerda Enzo Yacometti.
La guerra entre la presidencia del directorio y la dirección ejecutiva tuvo un nuevo episodio años más tarde con otros protagonistas, también durante una presidencia de Sebastián Piñera. Se trató de la filtración de los contratos del entonces Director Ejecutivo Jaime de Aguirre Höffa presuntamente por parte del Presidente del Directorio Francisco Orrego (2018). La filtración de contratos y documentos reservados es violatorio de la Ley de creación de TVN por lo que se encargó una auditoría para atribuir responsabilidades. Según relata Antonio Leal, Director por la oposición, “la auditoría externa que él (Francisco Orrego) había propuesto, llegó a la conclusión de que él mismo había filtrado todo y que había cometido violaciones al artículo 19 de la Ley 19.132 y a otros preceptos legales de regulación de la televisión chilena, irregularidades graves que ameritan cárcel”. Tras las conclusiones de la auditoría Orrego renunció al directorio junto con De Aguirre.
Varias de las fuentes coinciden en señalar que la salida de Jaime de Aguirre Höffa se produjo por presión directa del presidente Sebastián Piñera en 2018, algo que también reflejó la prensa chilena en esos días (Cooperativa.cl, 2018). En la mirada de De Aguirre la presidencia del Directorio actúa como correa de transmisión de decisiones del Poder Ejecutivo en articulación con la prensa comercial. “El presidente del directorio Francisco Orrego filtró toda mi contratación (a la prensa), no solamente el sueldo sino las condiciones y no solo aquello, sino que sugirió públicamente que habían sido obtenidas de manera irregular. Por miramiento al gobierno, cosa de la que ahora me arrepiento, no le hice una querella criminal por abuso de autoridad por incriminaciones injustas”. Sobre las acusaciones referidas al sueldo que percibía de Aguirre afirma que el sueldo de director ejecutivo de TVN es el más bajo de sus competidores: “En Canal 13 ganaba 60% más (…) porque no se compran en las farmacias los directores ejecutivos de los canales”.
El canal debe por su forma de financiación competir en el mercado por los talentos, no solo aquellos que coloca en pantalla, sino los que conducen la empresa. Para esto debe ofrecer salarios igualmente competitivos. Esta lógica de la competencia por los recursos necesarios en el mercado colisiona no solo con su propia crisis financiera que lo limita en su posición negociadora sino con el mismo sentido de lo público. Como afirma Cid Santos “hay que entender el sentido de lo público. Yo creo que este no es un canal para venir a hacerse millonario”.
Esto da lugar a un cuestionamiento sobre el dinero que un canal público debiera pagar a sus funcionarios y personalidades en pantalla. Sin embargo, como dijimos, el canal compite no solo por el mercado publicitario sino además en el mercado de los talentos, se trate de ‘rostros’ o altos ejecutivos a los que, de no ofrecerles sueldos competitivos las posibilidades de atraerlos y retenerlos disminuyen. Como afirma Wood Montt “si lo echas a competir al mercado necesitamos un star system, y eso sale plata”. Díaz Díaz agrega que “mientras la función de TVN sea autofinanciarse porque el Estado no le va a entregar plata porque la ley no lo permite, entonces difícilmente tú vas a poder hacer grandes rebajas en las remuneraciones de los más altos ejecutivos”.
Las desavenencias habituales entre un directorio que en general se neutralizaba a sí mismo porque en las decisiones más sensibles en general obtenían empates por su misma conformación, colocaba al presidente del directorio en un rol agresivo de obstruccionismo, declarando guerras internas con efectos sobre la gestión. Además, las idas y vueltas entre el representante del PEN y la plana ejecutiva expuestas permanentemente por la prensa privada generaron, según Consuelo Saavedra, periodista y representante de los trabajadores en el directorio (2017-2018) “más desafección por Televisión Nacional por todos los problemas de gobernanza corporativa que tenía”.
Una de las externalidades positivas de la composición del directorio sobre la independencia periodística del canal, es que al estar “cuoteado” con criterio político, afirma López Moure, los directores se “neutralizan entre ellos”. Se trata de un juego de suma cero en que las partes se ven a sí mismas igual e injustamente tratadas en los segmentos informativos del canal, por lo que el empate actúa como malla de contención contra la intervención política directa en la línea editorial. En todo caso la interferencia política debe tomar caminos más sinuosos, no necesariamente elegantes o disimulados, pero sí menos directos. Cid Santos advierte la crisis del modelo de gobierno pero admite sus ventajas: “lo que yo creo que termina matando a la televisión pública es cuando es capturada por un sector político. Por eso en ese sentido el sistema de gobernanza de esta empresa es interesante porque para remover al director ejecutivo se necesitan cinco votos, tienes que construir una mayoría, para que justamente el gobierno de turno no cambie a la plana ejecutiva y ponga gente de su confianza”. De Aguirre Höffa en la misma línea entiende que el diseño de gobierno corporativo no gusta al “establishment político” porque limita sus posibilidades de gestionar el canal, pero al mismo tiempo le da estabilidad y evita recambios permanentes en el elenco de gestión que sería perjudicial para los planes de negocio y de desarrollo a mediano y largo plazo.
Leónidas Montes Lira que presidió el directorio entre 2010 y 2012, fue el primer presidente designado por Sebastián Piñera. Según relata, la composición política del directorio no fue un problema para él, sino más bien una fuente de riqueza por la diversidad de opiniones: “no me produjeron grandes problemas, porque nuestro directorio no era político, no estábamos muy preocupados por los noticiarios (…) había un real compromiso porque al canal le fuera bien”. Pese a la caracterización de “no político” para un cuerpo integrado por políticos de carrera, si el relato de Montes es exacto se verificaría la idea de que el modelo de gobierno funciona más o menos bien según las características y motivaciones de las personas que en cada coyuntura ocupan los cargos de dirección.
El modelo de gobierno de alguna manera fue pensado para proteger el pluralismo interno del canal. Lo que se advierte son distorsiones cuando las personas que ocasionalmente ocupan ciertos puestos violentan la institucionalidad para ejercer desde sus cargos atribuciones que no corresponden. Para Marcelo Díaz Díaz exministro Secretario General de Gobierno (2015-2016) “todos quieren influir en TVN pero no lo logran y a esto lo digo habiendo estado en el gobierno y en la oposición (…) pero también es cierto que el modelo de directorio cuoteado es un modelo que está agotado, que no responde a las necesidades de la sociedad chilena”.
Yacometti también valora este diseño de gobierno interno, porque una vez que el directorio nombra a un ejecutivo no lo puede remover a menos que consiga una mayoría especial de cinco votos, cosa que no se verifica en la historia reciente del canal. Esto les otorga a los ejecutivos, en lo formal, cierta autonomía y estabilidad, pero no elimina las intenciones del sector político por interferir si lo considera necesario, por lo que en general se adoptan vías que, respetuosas de las formalidades de la ley, cumplan el cometido de remover a un ejecutivo indeseado. El obstruccionismo, el maltrato, la exposición de contratos a la prensa (hecho prohibido por ley) se incorporan aquí como prácticas comunes para desgastar y expulsar a quienes por ley son autónomos de permanecer y actuar según su criterio.
“Cuando llega al gobierno Piñera, entra una camada de gente que si bien podía venir del mundo político, del Senado, no tenían experiencia en gestión del Estado. Uno de los grandes problemas del primer gobierno de Piñera, o la crítica que se le hizo es que puso a puros gerentes. Él mismo decía ‘este es el gobierno de los mejores’, y eran todos Phd, gente muy exitosa, con muchos pergaminos, pero cuando tú entras en un ministerio, no es una empresa”, define Yacometti sobre la colisión entre el perfil de los funcionarios de Piñera y las particularidades de una empresa que, aun con sus peculiaridades, es pública.
Para Eliana Rozas, el problema en la relación entre el poder político y el canal no se hacía tan evidente en los contenidos, sino que era una cuestión más institucional. Para la académica de la Universidad Católica y exfuncionaria del Canal, había una incomprensión entre los políticos sobre cómo relacionarse con el Directorio: “desde la perspectiva de los gobiernos hay una incomprensión de qué es TVN. A mí me tocó hablar con un Parlamentario del gobierno de Piñera que me dijo ‘bueno, pero ahora nos toca a nosotros’”. La incomprensión del rol que cabe a los políticos en la conducción del canal, vinculado a las expectativas de poder oficiar de gerentes tensiona con un modelo que no está pensado para permitirlo. “Entonces se produce una frustración cuando alguien supone ‘ahora nos toca a nosotros’ y se enfrenta a que no es tan simple. Eso es frustrante”, agrega.
Para Yacometti los funcionarios del primer gobierno de Piñera (2010-2014) llegaron al canal con la intención de introducir los cambios que creían necesarios, pero “empezaron a chocar con el diseño, no podían hacer las cosas que ellos creían que podían hacer porque la verdad es que el Presidente del Directorio de TVN aparte de tener una dieta un poquito más grande que los directores habituales, es un director más. Maneja la agenda de lo que se discute pero es un voto más, ni es voto doble. Es el Director Ejecutivo el que gestiona el canal completo bajo los lineamientos del Directorio, y eso a los gallos les cuenta entender porque ellos llegaron ahí para gerentear y se dieron cuenta de que no podían gerentear, y estaba bien que así fuera porque si empezaba a gerentear el amigo del Presidente que nombraron ahí entonces el canal podía terminar en cualquier parte, entonces el sistema funcionó. Pero como todo sistema, al final del día depende de las personas, y que las personas estén dispuestas a dar las batallas correctas, y ahí se empezó a generar ya en el 2010 el punto de inflexión desde el punto de vista de la gobernanza”.
Como hemos mencionado antes, el inicio de la crisis de TVN es concurrente temporalmente con el ascenso de la derecha chilena al poder, lo que lógicamente no es signo de causalidad. Sin embargo, varios de los entrevistados señalan esta correlación entre la “descomposición de la Concertación” y la crisis de la emisora pública. Crisis por otra parte, que alcanzó niveles de gravedad muy por encima de los problemas que son comunes a todos los canales de televisión en Chile.
Un aspecto adicional que aparece en los testimonios que pude recoger es el factor ideológico, y una posible desafección de la derecha por lo público. “El gobierno de Sebastián Piñera impulsa, y está bien y es legítimo que así sea, la iniciativa privada, y considera que el Estado debe estar solo donde sea estrictamente necesario (…) Piñera es un empresario y la gente que trabaja con él son gente de derecha con una visión del mundo más favorable a lo privado. Además, sostener un canal, encima autónomo con la posibilidad y la vocación periodística de fiscalizar no es cómodo para ningún gobierno. Finalmente, los empresarios (de los medios comerciales) verían con beneplácito que TVN se retirara de la competencia por los recursos publicitarios y por lo tanto prefieren que el Estado le ponga plata y sea un canal chico restringido a un par de temáticas, y que salga de la competencia”. Se observa en este punto cierta coincidencia entre aspectos ideológicos de los funcionarios de los gobiernos de Piñera con los intereses de los actores comerciales de la televisión.
En relación a las presiones directas del poder político sobre la línea editorial, los segmentos informativos revisten especial interés. Marcela Abusleme asegura que parte de su tarea como Gerenta de Prensa es “manejar las cuotas de poder de alguna manera para mantenerlos a todos tranquilos”. La gestión de potenciales conflictos que genera la partición del Directorio en representaciones políticas, limita los márgenes de acción para enfrentar otros desafíos de la gestión como la reestructuración del área, su modernización y producción de contenidos. Al respecto, agrega, “la independencia en estricto rigor en el periodismo no existe, no es real, el que diga lo contrario está mintiendo. Pero (en los canales privados donde trabajó) no había una cosa así de tanto dueño, aquí como que todos son dueños, entonces eso significa que son muchos más llamados, son multiplicados por mil”.
Díaz Díaz asegura que “los ministros no tienen ninguna capacidad para influir en TVN y su línea editorial. “Tienes derecho a reclamar, pero censura previa… yo nunca he visto que TVN se dejara censurar de manera previa”. Consuelo Saavedra asegura que en la generalidad de los casos esto efectivamente es así, y que “existen muchísimos más ejemplos de independencia periodística en TVN que de intervención”, aunque luego claro, existe un gran número de “historias donde se cayó un reportaje, lo atrasaron, hubo que pelear para que saliera, pero tampoco es muy distinto a la tensión que tienen otros colegas en otros medios de comunicación”. Negar la existencia de llamadas y presiones es algo “escolar, naive”, asegura Ricardo Solari, lo importante es cómo se responde y resiste a esas presiones sin trasladarlas al equipo, asegura Alberto Luengo quien fue Gerente de Prensa entre 2014 y 2018.
“De alguna manera los políticos se creen dueños del canal y eso se da mucho sobre todo en las regiones, donde hay que ir a cubrir sus actividades si no se molestan. Te pasan la cuenta después a la hora de la votación de la capitalización, por ejemplo”, señala Rodrigo Cid Santos. Para el periodista y representante de los trabajadores en el Directorio, el “cortafuegos” entre la presión política y los periodistas es el Jefe de Prensa y su capacidad para contener las demandas sobre la línea editorial del medio.
TVN produce informativos locales en nueve regiones donde trabajan cerca de unas 100 personas. Para Leal “el noticiero de TVN regional es lo único regional que va quedando en las regiones, y por eso los parlamentarios lo apoyan tanto. A todos los parlamentarios de todos los partidos lo único que les preocupa de TVN son los noticieros regionales, porque es donde ellos aparecen. Te lo digo por mi propia experiencia cuando era Diputado. Me interesaba que TVN me fuera a entrevistar porque el noticiero de TVN lo ve todo el mundo, porque es el noticiero regional que existe”, en un contexto en que las radios y los diarios son adquiridos por grandes grupos empresarios y reducen los espacios para la información local.
Según Matías Chaparro, el canal tiende a ser percibido como más vinculado al gobierno de turno: “TVN tendía a ser visto como un canal más vinculado al oficialismo entendiendo un oficialismo vinculado a la Concertación. Es decir, desde el año 1990 hasta el 2013, el canal era visto como más alineado con una visión del mundo más progresista, más de centro izquierda”. Pese a que los estudios mostraban esta situación, ningún Directorio incorporó en su agenda la cuestión para intentar “cambiar las percepciones de la población sobre la vinculación del canal con el Gobierno de turno. La idea es poder situar a TVN en una esfera más de lo público, más vincular al concepto abstracto de Estado que con el concepto contingente de gobierno, eso podría ser una estrategia planteada por TVN durante muchos años, a lo mejor en un año no lograban nada, pero en cinco o diez años sí. Con una estrategia sistemática se puede lograr que en cierto momento ya deje de ser percibido como un canal de gobierno”.
Para Fuenzalida, la posibilidad de capturar políticamente las distintas dependencias del Estado “es parte del ADN de los políticos. Todos los políticos piensan de esa manera y de todos los signos políticos. Para ellos es una anomalía que TVN tenga un estatuto de autonomía”. Para el investigador, la situación ideal para cualquier gobierno sería la de tomar el canal “como se apropia de un ministerio. Esa es la imagen de ellos. La política es poder y si aquí me sacan una parte en que yo no puedo ejercer poder, quiere decir que políticamente es todo anómalo”. No obstante, Fuenzalida piensa en una articulación particular entre política y medios públicos: “creo que hay que construir una autonomía del poder político, pero hay que ser interdependiente del poder político democrático, porque finalmente es la política lo que te da una gobernanza democrática. Entonces tú no puedes vivir en una abstracción. Cómo construyes autonomía e interdependencia, yo creo que ese es el problema real. Ser autónomo absolutamente, es vivir en el vacío. Cómo construyes autonomía del poder económico que te financia, llámese publicidad o dinero del Estado”, se pregunta.
5.6.7 Relacionamiento con los actores privados de televisión
La relación de TVN con el resto de los canales privados durante el período que comprende esta tesis tiene como rasgo saliente la conducta predatoria de algunos de ellos sobre los talentos de la emisora pública. La estrategia adoptada por los canales privados para hacerse de recursos provenientes de TVN implicó una distorsión de los costos del sistema televisivo en su conjunto que, según reconstruyen los entrevistados, es una de las razones que conducen a su crisis de sostenibilidad actual en 2020.
En particular desde 2011 se hizo evidente la conducta predatoria de los demás competidores de TVN. Como hemos señalado antes, la punta de lanza fue la sangría de talentos de la plana mayor ejecutiva que migraron al canal de Andrónico Luksic. En este hito Rodrigo Sepúlveda, exdirector del área dramática (2017-2019) ubica el inicio de la crisis de TVN: “se llevaron el área ejecutiva a Canal 13, y por lo tanto los ejecutivos que se quedaron creo que hasta el día de hoy, no son los mejores”. Como he mencionado y confirmaron distintas fuentes, Canal 13 ofreció a los ejecutivos el doble de lo que ganaban en TVN y logró llevarse 13 de ellos, para preparar el relanzamiento del canal, que al poco tiempo saldría a competir más agresivamente. Con la ida de los 13 ejecutivos Luksic se llevó algo más que personas, se llevó información confidencial, conocimiento de planes estratégicos, información financiera, detalles de contrataciones y parte del ADN de la emisora pública que los había formado.
Leónidas Montes, presidente del directorio en ese momento (2010-2012), señala que “era imposible para un canal público competir con un canal privado cuyo controlador principal era Andrónico Luksic[32]”. Para el exfuncionario los sueldos que TVN pagaba eran competitivos y no había nada que pudieran hacer para frenar “esa grúa” que se llevaba el talento humano del canal. No obstante, matiza Montes, la salida de los principales ejecutivos no impidió que se mantuviera el “animal spirit, ese espíritu republicano por así decirlo que dio tiraje a la chimenea y permitió la fueran surgiendo nuevas figuras”.
Según reconstruye Mauro Valdés Raczynski, exdirector ejecutivo (2010-2014), personas de la Dirección de Gestión del canal actuaron desde adentro como piezas clave en la migración de más de una docena de altos ejecutivos del canal hacia Canal 13, proveyendo a la competencia con información como los listados de sueldos que permitieron a Luksic hacer ofertas tan irresistibles como distorsivas. Sin embargo, esta es una afirmación que no pude verificar con otras fuentes. Para Valdés Raczynski “todo esto redunda en una explosión de costos de la industria que es perfectamente trazable. La explosión de costos, que desde 2010 venía subiendo lentamente, desde 2012 pega una escalada, que, junto a la caída de la torta publicitaria deja a todos los canales de televisión abierta en rojo excepto Mega, que tiene hoy día[33] una utilidad totalmente marginal y desproporcionada en relación a su éxito”.
Como hemos señalado, el segundo gran momento de conducta predatoria del sistema comercial sobre el canal público lo protagonizó Mega, que desmanteló íntegramente el área dramática de TVN. Al respecto, Sepúlveda señala que en este hecho, “Mega de algún modo se llevó el ADN del canal”. La estrategia de Carlos Geller, controlador de la emisora privada, al capturar el área dramática de TVN, junto a los principales rostros del país, le permitió pasar a liderar en las principales franjas horarias, pero los costos para lograrlo fueron tan desproporcionados, que, como señala uno de los entrevistados anteriores, aún obtiene utilidades marginales en relación al tamaño de la inversión que realizó.
Para Enzo Yacometti, el traslado del área dramática con sus ejecutivos, técnicos, guionistas, actores, entre otros, supuso un desembolso millonario: “mucha gente llevaba mucho tiempo en TVN y no quería perder sus indemnizaciones; Mega tuvo que poner mucha plata y hoy día le pasa la cuenta porque lograron dominar el primer año con alto rating, estaban solos y con eso podían financiarlo, pero hoy día la competencia está un poquito más activa, ya no ganan todos los horarios ni por tanta diferencia, además los avisadores empiezan a diversificar. A los avisadores tampoco les gusta que haya un dominante porque entonces ese te fija el precio”.
El mercado publicitario de alguna manera desanima la existencia de un liderazgo tan amplio, aunque también es cierto que parte de ese mercado está conformado por empresas que pertenecen a los mismos grupos que son dueños de los medios. En este sentido, analiza Antonio Leal que “el porcentaje de publicidad de cada canal comienza a depender no solo del rating, sino de la dependencia que los avisadores tienen con la propiedad de los canales”. En este punto ilustra casos como el de Falabella que privilegia Mega (ambas integran el Grupo Bethia), o de Andrónico Luksic dueño del Banco de Chile, entidad que financia a las empresas de retail y por lo tanto, entiende Leal, “hay una influencia en el direccionamiento de la publicidad, que daña a TVN, que tiene el Estado detrás”.
Carmen Gloria López Moure, primera directora ejecutiva mujer del canal (2014-2016), afirma que el cambio de estrategia de Canal 13 desde 2011, “descoloca todo el mercado. Entra un tipo con mucho dinero y eleva todos los costos”. Esta inflación artificial en la estructura de costos del sistema de medios genera dificultades en el ya precario equilibrio interno en la producción de TVN. Según la realizadora, a partir de este hecho, “los programas que sí eran rentables y que de alguna manera permitían que el canal hiciera series históricas y tuviera algunos productos deficitarios porque ganaba mucho más en los otros”, también aumentan sus costos, porque subió el valor comercial de todos los activos, incluyendo los contratos de los “rostros”. Por lo cual deja de haber productos claramente superavitarios con los que financiar contenidos de menor atractivo comercial, como programas culturales o documentales.
Para Antonio Leal Labrín “la crisis económica ha sido generalizada y esta crisis económica se produce entre otras cosas porque esos núcleos empresariales que se hicieron cargo de los canales, vieron siempre a Televisión Nacional como el gran canal al cual había que restarle audiencia para poder construir audiencia propia. Y esto significó una competencia desleal desde el punto de vista de inflacionar los costos de la televisión artificialmente pagando más de lo que pagaba TVN para llevarse rostros y ejecutivos, y para crear una dificultad financiera a TVN, que no tenía posibilidades automáticas de recapitalización de parte del Estado”. Para Leal la “política expansiva” de los canales privados comerciales se hizo “a costas de TVN”.
Eliana Rozas, docente de la Universidad Católica de Chile y exgerenta de Asuntos Corporativos y Extensión del Canal (2011-2016) “TVN jugaba en las grandes ligas, y hoy día resulta que todos juegan en las grandes ligas, y que tenemos un mercado local pequeño (…) eso hace que el modelo de televisión pública tal como fue concebido está un poco desfasado, pero no solo por motivos políticos o de gobernanza sino también por la lógica del negocio”.
5.7 Políticas de distribución en internet
5.7.1 Breve prehistoria de TVN en internet
En 1997 TVN registró su marca tvn.cl, la misma que utiliza hasta el momento en que se escribe esta tesis. Algunos años más tarde, en 2001, creó su dominio 24horas.cl que destinó exclusivamente a la división informativa. En ambos casos las marcas se sostuvieron en el tiempo, a diferencia del caso argentino que, como hemos visto, cambió de denominación en línea en numerosas ocasiones entre 2001 y 2008.
A finales de 1998 la empresa pone en línea su primer sitio web corporativo. Inicialmente se trató de un sitio estático con información institucional, la programación y datos de contacto, con escasas actualizaciones. A comienzos de 2001 tvn.cl incorpora la posibilidad de ver su señal en vivo en streaming, prestación que nunca fue discontinuada. Hacia 2002 ya incorporaba foros de opinión y chats que permitían a los usuarios conversar entre sí sobre los programas del canal. En 2004 a través de la sección “videos destacados” introduce la posibilidad de acceso a demanda de una selección por entonces acotada de contenidos. La oferta a demanda desde el sitio oficial se incrementa con los años y hacia 2008 ya ofrece la posibilidad de acceder a contenidos especiales para dispositivos móviles desde la sección “TVN en tu móvil”. A partir de 2010 el sitio web adopta una apariencia que llamativamente no difiere sustancialmente del sitio actual a mediados de 2020. Hasta entonces, en el período 1997-2010 ensayó distintas formas de presentar sus contenidos y eran notables los cambios estéticos, en los últimos 10 años el canal pareciera haber estabilizado su identidad web, lo que no implica estatismo pero sí la introducción gradual de cambios que aparecen vinculados a una estrategia de identidad más integral y no tanto al funcionamiento independiente de disciplinas tácticas como las tendencias en diseño que puedan haber primado en cada momento.
En 2007 Daniel Fernández y Enzo Yacometti por entonces Director Ejecutivo y Gerente de Gestión, respectivamente, firman lo que fue anunciado como el primer acuerdo entre un canal de televisión abierta chileno con YouTube. En efecto, TVN fue pionero en ingresar a esta plataforma, el resto de los canales privados o en manos de universidades lo hicieron recién a partir de 2011.
La empresa creó en simultáneo dos canales en la plataforma: uno para contenidos de entretenimiento y otro para informativos. /24horas, el canal de la división noticias debutó en octubre de 2008 con un video sobre la fortuna secreta de Augusto Pinochet[34]. Casi en simultáneo comenzó a operar el canal principal /TVN que publicaba fragmentos de realities y programas de variedades. La ficción en cambio, debió esperar y recién en 2017 se subió el primer capítulo de una teleserie de la emisora a YouTube. Volveremos sobre este punto más adelante.
5.7.2 Aspectos organizativos de los servicios online
A partir del 2008 el canal destina un pequeño grupo de personas a cargo de lo que entonces se llamaba área de “nuevos medios”, que tenía a su cargo el sitio web oficial de la emisora tvn.cl. Daniel Corro fue el primer productor ejecutivo de la flamante unidad de negocios tvn.cl (2008-2011) y más tarde Productor General de Plataformas Digitales (2011-2015). Entre otras tareas, la función de Corro era coordinar acciones con el Productor Ejecutivo Digital de la división informativa. Existían entonces dos figuras en la estructura del canal a cargo de los contenidos en plataformas digitales: una a cargo de los contenidos de entretenimiento y ficción, y otra, de los informativos. Esta distinción operativa se mantiene hasta mediados de 2020, momento en que se escribe esta tesis.
Hacia 2011 se organiza formalmente un área digital dentro del canal y se la dota de los recursos humanos necesarios: se adquiere un CMS (Content Management System); se contrata un servicio de hosting inicialmente a una empresa local y se asigna un equipo reducido de unas cinco personas para la administración del sitio, que por entonces ofrecía servicios a demanda de tipo catch up TV y el streaming de la señal en vivo.
Con los años el área a cargo de la distribución de contenidos de entretenimiento y ficción adquiere mayor independencia y rango de gerencia. A finales de 2019 la división estaba dotada de unas 40 personas de distintos perfiles profesionales, en particular redactores, diseñadores gráficos y multimedia, y analistas de métricas. Por su parte la Gerencia de Prensa conserva en todo el período su autonomía sobre sus productos digitales y es la responsable de producir, seleccionar y distribuir contenidos a través de las secciones destinadas a noticias en tvn.cl y mantener el sitio 24horas.cl que se nutre de contenidos de la señal de TV paga y los noticieros de la TV abierta.
5.7.3 Rutinas productivas y procesos de trabajo
Hacia 2011, mientras el área de nuevos negocios del canal avanzaba en acuerdos con empresas fabricantes de dispositivos como LG o Samsung para generar aplicaciones para SmarTVs, Daniel Corro, como Productor General de Plataformas Digitales cumplía el rol de enlace entre el mundo del negocio y el de los productores ejecutivos. La tarea por entonces era convencer y pensar internamente cómo generar nuevos negocios a partir de los contenidos de la televisión tradicional. “En esa época no se le ocurría a un productor ejecutivo pensar la parte digital de su programa, eso era otro mundo (…) la tarea era proponer desarrollos digitales y mantener ambos mundos alineados conceptualmente. Porque había habido un par de experiencias donde el proceso corría en paralelo y lo digital no tenía nada que ver con el programa televisivo”.
Las primeras ideas en materia de productos digitales tuvieron que ver con explotar una de las promesas de internet y su potencial para el diálogo horizontal: la interactividad. El desafío era entonces cómo hacer que la gente participe más en un programa, especialmente en los géneros como el magazine y el entretenimiento en general. En este marco se desarrollaron proyectos como Calle 7 (2009-2010), un programa de destrezas que tenía un programa en internet que se emitía en simultáneo con el vivo de la TV abierta. La emisión en streaming sumaba conversación social mediante un chat en el sitio del canal, primero, y mediante la integración con Twitter más tarde.
En este contexto surge en el canal un espacio que se denominó Equipo 360 integrado por representantes de distintas áreas de la televisora donde se pensaban proyectos transmedia vinculados a la ficción. “Teníamos reuniones con la producción, con los guionistas que nos contaban de qué iba la historia, cómo eran los personajes, y nosotros empezábamos a trabajar aspectos que podían estar alrededor de la trama”, desde el entorno digital. De este grupo de trabajo surgió la primera experiencia transmedia, vinculada a la teleserie La familia de al lado (2010-2011), emitida en televisión abierta. En primer lugar los guionistas de la serie creaban contenidos para perfiles de los personajes de la ficción en Facebook, desde donde éstos interactuaban entre ellos y con la audiencia. En paralelo se sumó La Ventana de Borja, un subproducto exclusivo para la web, inspirado en La Ventana Indiscreta de Alfred Hitchcock, en la que un vecino relataba mirando a cámara lo que veía que sucedía en la casa de al lado. A su vez, todas las telenovelas del canal tenían un espacio dentro del sitio web tvn.cl donde podían verse los capítulos, resúmenes, fichas de los personajes y permitía a los usuarios la descarga de fotos.
Tras la experiencia de La familia de al lado, la telenovela siguiente en ese horario fue Témpano (2011) que contó con dos subproductos para la web, una webserie y un webcomic, ambos producidos por la mesa interdisciplinaria 360. La webserie vinculada a esta telenovela se llamó Bajo Cero, podía verse exclusivamente en internet y a nivel narrativo funcionaba como una precuela de la telenovela principal. Finalizada Témpano, la telenovela Aquí mando yo (2011-2012) activó previo a su estreno un concurso de baile en internet en que se convocaba a la audiencia a subir videos haciendo la coreografía del tema principal de la ficción; fue la primera vez que se interpelaba a las audiencias en su rol de “prosumidor”.
Luego de estas experiencias las estrategias transmediales comenzaron a espaciarse, pasaron a ser una estrategia de marketing más que de expansión narrativa y finalmente acabaron por extinguirse. Este momento coincide con el inicio de la etapa de crisis del canal, el equipo 360 que había conducido este período de experimentación en buena medida a instancias de propuestas de los propios guionistas es disuelto, y las políticas digitales adoptan un giro conservador.
Ya hacia 2012, junto a Lotus, la productora del festival Lollapalooza en Chile, el canal realizó la transmisión integral de la edición del evento exclusivamente en línea. “Nosotros (el área digital) fuimos cabeza de trasmisión, cosa que no habíamos hecho nunca antes, y después la televisión se colgó de lo que habíamos hecho en streaming (…) conceptualmente era la primera vez que la televisión se colgaba del streaming y no al revés”. A partir de este hito se realizaron numerosos recitales en el canal exclusivos para la web, en un ciclo que se denominó Lima, filmado en el patio de TVN y del que participaron notables músicos chilenos.
El entonces director ejecutivo Mauro Valdés Raczynski ponderaba que el portal 24horas.cl era de los cinco más visitados del país y que el streaming del festival Lollapalooza y la Cumbre del Rock Chileno “generaron cientos de miles de visitas” (Memoria Anual TVN, 2013). Hacia 2014, según datos del canal los portales tvn.cl y 24horas.cl se ubicaban en el segundo lugar entre los sitios pertenecientes a canales de televisión. Incluso en 2019, ya sumergido en la crisis que este capítulo describe, “24horas.cl fue el segundo portal de noticias más leído de Chile en relación a visitantes únicos. Por su parte, nuestro sitio tvn.cl, creció respecto del año anterior, con más de 28 millones de usuarios” (Memoria Anual TVN, 2019). Si estos últimos datos son correctos, aportan a la idea que venimos sosteniendo respecto de que TVN continúa siendo un proveedor de referencia en materia informativa capaz de mantener cierto liderazgo en espacios que no dependen de la dañada pantalla lineal. También debe considerarse en el aumento de visitantes que señalan, el mayor consumo informativo generado desde mediados de octubre de 2019 a partir de la crisis social que vivió el país.
Pese a la consolidación de las experiencias en formatos digitales, la percepción de Corro es que los directorios del canal nunca lograron ver este aspecto como estratégico. “A menos a nivel del alto mando ejecutivo las metas estaban puestas muy en el corto plazo, en qué estaba pasando con la pantalla, con el rating, en cómo logramos superar la crisis, porque ‘de ahí (la pantalla tradicional) es de donde estamos comiendo todos, esto de lo digital es una cuestión muy secundaria que nunca le va a dar de comer a nadie’”, recrea Corro.
Desde 2018 la Gerencia Digital a cargo de José Kusunoki (2018-) hace una administración de los contenidos por diferentes plataformas según el cálculo sobre el potencial alcance que un determinado contenido puede obtener en determinada ventana: “hay cosas que tenemos en tvn.cl, hay cosas que están completamente en Facebook, otras completamente en Periscope con Twitter, depende de donde nosotros veamos mayor impacto”. El desafío es hacer una selección de contenidos con mejores oportunidades de impacto en internet para poder hacer un seguimiento de desempeños sin que la operatoria “se vuelva inadministrable”. El equipo, aunque cercano a 40 personas no podría administrar todas las plataformas si no hicieran una selección y curaduría de los contenidos y las plataformas por las que los ponen a la circular.
La presencia en múltiples plataformas que habilitan la conversación social abre el interrogante sobre la moderación de las intervenciones de los usuarios y las dificultades de implementar políticas eficaces contra, por ejemplo, los discursos de odio. En un entorno de escasez de recursos humanos, Kusunoki afirma que “más que un tema de moderación, es un tema de no amplificación”, por lo que el canal no cuenta con recursos disponibles para remover o moderar comunidades en sus redes sociales. A mediados de 2020 TVN sumaba 2,7 millones de usuarios en Facebook, 3,1 millones de seguidores en Twitter, 2,4 millones de suscriptores en YouTube y 903.000 seguidores en Instagram, cifras que en casi todos los casos duplicaban o triplicaban las comunidades de la TV Pública de Argentina en redes sociales digitales. Estos datos que plantean desafíos a la administración de comunidades tan numerosas, son equiparables a los números que exhiben los demás canales privados comerciales chilenos.
También vinculado al involucramiento de los usuarios, Kusunoki entiende que la participación y en particular “la lógica del prosumidor” han evolucionado a tal punto que no requieren la convocatoria: “el usuario genera contenidos, mira lo que ocurre con los memes, con los tuits, con los posts de Facebook”, se trata en todos los casos de contenido generado efectivamente por los usuarios, aunque quizás no en la línea de lo que imaginaba originalmente la noción de prosumer, que colocaba a las audiencias en un nuevo rol de productores de contenidos audiovisuales, analiza el funcionario. Se trata de una resignificación de la noción de prosumidor como generador de contenidos no necesariamente audiovisuales pero sí vinculados al contenido televisivo.
Para Kusonoki la prioridad, y quizás también las posibilidades, en este momento, se limitan a distribuir los contenidos existentes que provee la televisión lineal, por todas las ventanas posibles. El involucramiento de las audiencias en su rol de productores de contenido o la creación de contenido transmedia cae por fuera de su hoja de ruta: “yo creo que no es conveniente meternos por ejemplo en una lógica transmedia cuando todavía no tenemos del todo claro cómo llegar a la gente, cómo lo ve, dónde lo ve, e incluso lo que es una gran caja negra para toda la industria que es tener un conocimiento completo de quién es el que te está viendo, quién es tu público”. Ante esto, se pregunta: “¿cómo involucras a alguien que todavía no terminas de conocer?”.
Esta discusión lleva a pensar en la dificultad para armonizar métricas en el entorno digital. La irrupción de otros mecanismos de distribución y nuevas formas de medición coloca a los canales ante la necesidad de aprender nuevamente sobre métricas, más allá del tradicional rating de la pantalla lineal. Para Kusunoki las métricas y su adecuada lectura son esenciales en el entorno digital: “no puedes mejorar lo que no mides”, afirma. A su vez, en relación a la dispersión de mediciones propias de las plataformas y otras realizadas por consultoras, todas ellas con metodologías y objetos de análisis distintos, el ejecutivo entiende que ante la proliferación anárquica de mediciones de ofertas y consumos digitales, “una métrica solo sirve en la medida en que todas las partes interesadas leen lo mismo”.
Sin embargo admite que para canales con necesidad de autofinanciamiento como TVN, la estabilización de un sistema de mediciones en internet reviste interés a los fines comerciales. Para el funcionario el alcance y la monetización siguen estando en el centro de los debates cuando se piensa la distribución de contenidos en línea. El desafío es gestar proyectos digitales con atractivo comercial. Para Kusonoki, ambas cuestiones están vinculadas y son interdependientes: “Si un producto no hace el suficiente ruido tampoco es vendible (…) el punto de partida es que sea autosustentable, pero la otra parte es que los anunciantes van a venir cuando el proyecto tenga un cierto alcance”.
En relación a la comercialización de los productos digitales, desde enero de 2019, el área comercial cedió a la Gerencia Digital la potestad de manejar la publicidad programática. La Gerencia Comercial continúa, no obstante, a cargo de la venta de auspicios y productos digitales a agencias y anunciantes de forma tradicional. En relación al lugar que ocupan los proyectos digitales dentro de la empresa, Kusonoki advierte que es posible que aún falte mayor calado y profundidad en las discusión a distintos niveles directivos, sin embargo, a diferencia de períodos anteriores en que los productores web debían “convencer” a los productores ejecutivos sobre la conveniencia de concebir sus programas pensando en derivaciones hacia internet, advierte que “el gran salto de los últimos cinco años, es que ya no puede no ser parte de la conversación ni de la agenda, ni de las piezas que van a formar un producto televisivo”.
En términos organizativos el canal sostiene dos áreas digitales diferenciadas que administran dos tipos de contenidos complementarios en su relación con las audiencias: informativo y entretenimiento. Ambos tipos de contenidos se complementan en función del tipo de audiencias que convocan y sus hábitos de consumo: “cuando tú tienes un producto breaking news tienes un producto con muy poco engagement pero muy reactivo en función de la volatilidad de la audiencia y de los hechos informativos. Pero tú tienes además otro producto de entretenimiento o ficción de mucho engagement, con un público cautivo, más estable que consume capítulos completos”, analiza.
La falta de producción de ficciones originales desde 2019 y los acuerdos de coproducción con productoras que en ocasiones consiguen reservarse la gestión de los productos digitales para sí mismas, genera también dificultades para mantener activas las otras ventanas de distribución. Ante esto “estamos capitalizando un poco la escasez. Entonces ya que no hay material adicional para teleseries, estamos recurriendo al material histórico, y progresivamente vamos subiendo teleseries y otros contenidos” del archivo.
5.7.4 Soluciones tecnológicas
Luego de la firma del acuerdo entre TVN y YouTube en 2007, desde el área de nuevos medios a cargo de Corro proponen sumar a esa plataforma contenidos artísticos de ficción, pero la iniciativa nunca prosperó y se topó con las reservas que generaba en la plana ejecutiva lo incierto del modelo de monetización en esa plataforma: los ejecutivos entendían que era necesario subir los contenidos de ficción en modo oculto para protegerlos y evitar que otros usuarios lo hicieran, pero “había desconocimiento por parte de los ejecutivos del tema legal con YouTube. No estaban seguros si se podía generar ingresos o no en base a eso, y en caso de generar ingresos cómo entraba eso en el sistema de ingresos del canal. Era una situación “medio borrosa”. La distribución de contenidos de TVN en YouTube se limitó entonces a los informativos y entretención, la ficción hizo su desembarco en esta plataforma muchos años después, en 2017.
Los aspectos estratégicos referidos al ingreso de la televisora a internet recayeron tempranamente en la Gerencia de Nuevos Negocios. En este punto la realización de negocios de la televisora pública en internet colisionaba con su ley refundacional 19.132 que limitó hasta su modificación en 2013, la actividad comercial del canal a la televisión abierta. Esto ralentizó el lanzamiento de algunos proyectos en internet hasta el momento en que se amplía el giro comercial del canal (Ley 20.694/2013) y se despejan dudas sobre su legitimidad para obtener recursos económicos por fuera de la televisión lineal.
Otro elemento de peso era que, hacia comienzos de la segunda década de los 2000, en YouTube ya estaban las audiencias pero no los auspiciantes, y el área comercial del canal había tomado a su cargo la venta de los productos que se generaban desde la unidad de negocios digitales con ejecutivos que se dedicaban específicamente a esa tarea. Esta modalidad de manejar la propia estrategia de publicidad en vez de dejarla a la merced de la cantidad de reproducciones en YouTube o acuerdos con la plataforma para implementar algunas de las múltiples formas de emplazamiento publicitario, parecía ser entonces más rentable.
“Si el objetivo hubiera sido simplemente tener más alcance, que debería ser parte del rol público llegar a la mayor cantidad de población”, entonces la vía de YouTube como ventana de distribución hubiera sido más razonable, pero “acá estaba cruzado con el tema del negocio”. Entonces la distribución de contenidos en internet era para la empresa una nueva unidad de negocio que debía ayudar a la misión del autofinanciamiento y “ahí es donde se entrampaba”, analiza Corro. El mandato de autofinanciamiento del canal colisionaba con la posibilidad de ofrecer acceso más amplio y gratuito a los contenidos, y a su vez los nuevos negocios en plataformas distintas a la televisiva no estuvieron habilitados por la ley hasta 2013, cuando se amplió el giro comercial de la empresa.
Hasta mediados de 2020 cuando se escribe esta tesis, la creación de una plataforma de VoD propia no era una prioridad para el Gerencia de Plataformas Digitales y el OTT internacional ya existente, TVNPlay, no se daba de baja, pero tampoco era un proyecto prioritario. Para Kusonoki, quien manifiesta sus reparos sobre la creación de OTT propias, “estamos en el tránsito de un estadio de volumen a uno de calidad y de segmentación, entonces yo creo que un OTT, más aún en un ecosistema tan agresivo para los OTT tiene sentido cuando seas capaz de producir calidad, no es una cuestión de volumen”. El desafío de pasar del volumen a la calidad, analiza, es la única vía para construir marca en el entorno digital. La actual coyuntura crítica para el canal no aparecía como un contexto adecuado para tomar riesgos o estrategias expansivas en el ecosistema digital. Este hecho resulta paradójico y doblemente problemático porque en vistas de la pérdida de relevancia de la televisión en su formato lineal, la crisis económica obliga al canal a ser conservador en sus iniciativas lo que coloca un corsé a la proyección digital de la emisora, cuya crisis sistémica captura y condiciona toda posibilidad de crecimiento y experimentación online.
5.8 A modo de conclusión parcial
A modo de conclusión parcial del caso Chile, en este apartado en primer lugar daremos cuenta de los aspectos externos domésticos. Entendemos como “externos domésticos” aquellos que actúan como condicionantes que operan por fuera del canal de televisión pero repercuten en sus márgenes de acción y condiciones de producción. En este sentido el canal se rige por una ley de 1992, sancionada luego del regreso de la democracia, que pese a modificaciones menores, comienza a dar señales de inadecuación al nuevo escenario tecnológico y del mercado televisivo nacional. Se trata en concreto de un marco normativo que establece, entre otros, un sistema de gobierno interno que es fiel reflejo de la representación política bipartidista en el Senado, pero que se encuentra en crisis en la medida que no representa los cambios en la sociedad chilena de las últimas dos décadas. A su vez, el modelo de financiamiento tendrá aquí un lugar central, por tratarse TVN de un caso peculiar de canal público con mandato legal de autofinanciamiento en el mercado publicitario; prescripción que también ha hecho crisis en la última década a raíz de profundas transformaciones en el mercado televisivo del país.
A nivel interno, el canal que supo ser líder de audiencia desde el regreso de la democracia (1990) pero a partir de 2010 ha perdido conexión con los públicos, fue arrasado por sus competidores privados que en sucesivas prácticas predatorias lo vaciaron de sus principales directivos y talentos. La crisis de financiamiento, gobierno y propuesta artística de TVN se inscribe no obstante en una crisis mayor que afecta a todos los canales de TV abierta del país y de la que daremos cuenta en este apartado.
Aunque distintas normativas legales regulan en Chile los servicios de comunicación audiovisual, no existe un marco normativo integral para el sector, por lo que es frecuente que algunas controversias o violaciones a las disposiciones recaigan ex post en las autoridades de defensa de la competencia. Una de las principales iniciativas regulatorias que atraviesan los años que estudia esta tesis fue la Ley de Introducción de la Televisión Digital Terrestre, que mantuvo en pugna durante cinco años a los empresarios del sector, la clase política y organizaciones de la sociedad civil que de forma tardía pudieron participar del debate y acercar sus propuestas, parcialmente retomadas en el texto legal sancionado. La ley deja en manos de los licenciatarios el despliegue de infraestructura de transmisión, así como la entrega de decodificadores de la señal digital para las poblaciones de menores recursos. La crisis que vive el sector de medios, vinculado a las altas inversiones de capital necesarias para dar cumplimiento a los requerimientos de la digitalización, demandó el auxilio del Estado que postergó el apagón analógico hasta 2024 y asumirá algunos de los costos de la distribución de los kits para la recepción de la señal digital.
En materia de políticas de inclusión digital, Chile sigue desde el retorno de la democracia una tradición de “agendas digitales” que, hasta el momento en que se escribe esta tesis, han tenido todos los gobiernos tanto de la ex Concertación (actual Nueva Mayoría) como de la derecha. Las principales políticas se orientan al tendido de infraestructura de conectividad en zonas aisladas especialmente del sur del país, la creación de puntos de Wifi público gratuito en distintos municipios y la introducción de TIC en las escuelas a través de distintos programas que atienden a estudiantes de los primeros y últimos años de la educación primaria en escuelas públicas.
En cuanto a la conectividad, el plan Fibra Óptica Austral, se encuentra actualmente en ejecución y prevé un tendido de fibra en el sur del país de algo más de 3000 kilómetros entre tramos marítimos y terrestres. El proyecto Me Conecto para Aprender, hasta 2018 había entregado cerca de 300 mil notebooks a estudiantes del último año de escuelas primarias. Al momento de cierre de esta tesis en 2020 se encontraba en proceso de licitación el programa Conectividad para la Educación 2030, que aspiraba a dotar con banda ancha a unas 7500 escuelas beneficiando a 2,9 millones de estudiantes y docentes. Un rasgo saliente de las políticas de inclusión digital de Chile es su carácter focalizado. En ningún caso el acceso universal aparece como principio ordenador, sino más bien la identificación de necesidades y carencias puntuales que son atendidas con programas concretos coordinados por SUBTEL o el Ministerio de Educación, quienes concesionan obras en los operadores de telecomunicaciones incumbentes interesados en participar. A esto se suma en algunos casos una lógica de funcionamiento a demanda, en donde los potenciales beneficiarios solicitan dispositivos o conectividad y el organismo estatal a cargo evalúa si cumplen con los criterios de elegibilidad. También en un sentido inverso pueden los organismos estatales identificar zonas, establecimientos o poblaciones con carencias e “invitarlos” a participar del programa para ser beneficiarios de algún proyecto de inclusión digital puntual.
En materia de televisión pública, TVN se rige por una ley de 1992 (19.132) actualizada en 2013 y 2018, primero en el sentido de ampliar su giro comercial hacia otras actividades y luego para inyectar fondos extraordinarios de capitalización para que la estación pudiera enfrentar la digitalización. La ley de 1992 ha dado forma a un canal peculiar que funcionó sin mayores sobresaltos los primeros 20 años luego de recuperada la democracia en 1990. Sin embargo, en la última década resulta evidente la necesidad de un nuevo marco regulatorio para la emisora. En esta línea se inscribió el proyecto de “ley larga” presentado por Michelle Bachelet durante su primer mandato para introducir cambios profundos en el canal, especialmente en su forma de gobierno interno y dotarlo de un mayor sentido de canal público. El proyecto nunca logró tratamiento y en su lugar, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, se aprobó una “ley corta”, que se limitaba a autorizar a la empresa para incursionar en nuevos negocios por fuera de la plataforma televisiva. En campaña para un segundo mandato en 2014 Bachelet insistió con la necesidad de realizar cambios de fondo y prometió “financiamiento público de manera sistemática” para TVN y la creación de una segunda señal temática cultural.
La lógica de la negociación parlamentaria y las urgencias financieras que para entonces vivía la estación redujeron las ambiciones de la ley que, en lo conceptual, apenas logró introducir la noción de misión pública, hasta ahora ausente del mandato sobre el canal, y la inyección de fondos estatales por única vez con destino específico a inversiones de reconversión tecnológica y la creación de una señal cultural. El estado financiero límite de TVN hacia 2018, al que ya nos referiremos, acabó por imponerse y forzó a resignar no solo toda pretensión vinculada a su rediseño sino incluso a aceptar una considerable baja en los montos originales solicitados para capitalizar al canal.
Con la única excepción del canal líder de audiencia, Mega, que obtiene utilidades marginales en relación a sus costos de operación, el resto de los grandes emisores chilenos exhiben rojos financieros acumulados por encima de 50 millones de dólares desde 2015. La crisis de la televisión abierta se explica en la combinación de altos costos (en parte inflados artificialmente por maniobras predatorias realizadas en 2011 y 2013 por los actores privados para capturar recursos de TVN), baja generalizada de la audiencia y de la inversión publicitaria. En este contexto crítico el canal más dañado es Televisión Nacional que desde 2010 perdió el 43% de su audiencia, el 68% de sus ingresos y acumula pérdidas millonarias desde 2015, debiendo en estos últimos años despedir al 42% de sus trabajadores.
Durante los últimos 25 años TVN se había constituido como un referente en el mercado televisivo chileno, un punto de comparación y estándar contra el que se comparaba el desempeño y la calidad del sistema en su conjunto. Su liderazgo en materia de audiencia se combinaba como una gran influencia sobre sus competidores que lo percibían como el canal que imponía los estándares periodísticos, de innovación y creatividad. Era un lugar aspiracional para trabajar para cualquier profesional de la industria televisiva en el país, por lo que logró armarse de planas ejecutivas y creativas altamente calificadas. El éxito del canal, su salud financiera, altos ratings, su carácter público y peculiar mandato de autofinanciamiento, instaló el relato sobre “el modelo” de televisión pública chileno, que era orgullo de muchos de sus altos funcionarios. A partir de 2010 la combinación de una serie de factores quiebra los pilares que sostenían el modelo y el canal ingresa en un prolongado período de crisis sistémica que afecta sus finanzas, su imagen de marca, su posibilidad de convocar audiencias masivas, e inquiere sobre la necesidad de refundar completamente la emisora.
La crisis de audiencia que comienza en 2010 pero se acentúa en 2014 se explica en la concurrencia de una serie de hechos entre los que se destaca la salida de una docena de altos ejecutivos que fueron contratados por la competencia en 2011; el desmantelamiento del área dramática a manos de Mega en 2013 con el consecuente golpe que esto significó para los informativos que se servían de altos pisos de audiencia que heredaban de las ficciones. A esto se suma malas decisiones de programación posteriores ya iniciada la crisis y dificultades de la conducción política y ejecutiva para leer las transformaciones locales y globales en ciernes sobre la industria audiovisual.
Uno de los aspectos salientes de su “modelo” es la forma del gobierno interno y la conformación política de su Directorio cuyos miembros son apuntados por el Presidente de la Nación con acuerdo del Senado. Esta partición del Directorio tiene su correlato en la fragmentación de la pantalla de forma equitativa entre las fuerzas políticas con representación mayoritaria en el Senado, lo que, según los testimonios que pude recoger para esta tesis es entendido como una forma de pluralismo interno. Esta formación que funcionó en el período de la transición democrática y mientras el sistema bipartidista expresaba a la mayor parte de la sociedad resulta hoy inadecuado en la medida que genera una gran cantidad de exclusiones y ofrece una versión empobrecida del Chile actual, y no da cuenta de su diversidad y transformaciones.
El denostado modelo de gobierno funciona a su vez como malla de contención que impide la injerencia directa del Poder Ejecutivo en la línea editorial de la emisora. Aunque el Presidente del Directorio representa al Presidente de la Nación, la propia conformación partidista del Directorio conduce a frecuentes empates que impiden alcanzar consensos en temas espinosos como la remoción de un ejecutivo que no es de agrado del gobierno de turno. Ante esta imposibilidad legal, se adoptan caminos más sinuosos que apelan al desgaste y el obstruccionismo de la gestión del canal que deviene en guerrillas internas frecuentemente expuestas por la prensa, por lo que la emisora aparece con frecuencia en la agenda pública desde sus aspectos más conflictivos y controversiales, referidos a las desavenencias entre el poder político y la plana ejecutiva, que goza de relativa autonomía.
Aunque el presidente del Directorio, que actúa habitualmente como correa de transmisión de los intereses del poder ejecutivo que lo nombra de forma directa, no puede ejercer roles de gestión, cuenta con herramientas suficientes para obstaculizarla, obstruirla y producir situaciones de parálisis u hostilidad general en el clima interno. En este sentido, el problema de la relación entre el poder político y el canal es más problemático a nivel institucional y su manifestación en el gobierno interno, que sobre los contenidos en pantalla.
Por su parte, la crisis del modelo de autofinanciamiento se refleja en la caída dramática de los ingresos, su caída en la participación en la torta publicitaria y el inicio de un ciclo de rojos financieros en 2015 que llevó a la emisora a acumular pérdidas de decenas de miles de dólares. El canal que hasta 2012 no solo tenía utilidades sino que podía entregar parte de ellas al Tesoro Nacional, a 2017 pasa a beneficiarse de la devolución de impuestos; requiere con urgencia la sanción de una ley de capitalización para enfrentar gastos de renovación tecnológica en 2018, y depende de partidas extraordinarias que el gobierno incluye en la Ley de Presupuesto Nacional 2019 para evitar que el canal deje de cumplir sus obligaciones de corto plazo. En simultáneo ingresa en el negocio inmobiliario arrendando numerosas propiedades en varias regiones a distintos bancos, y, tras obtener el aval del Estado acude al mercado financiero para solicitar créditos que le permitan reprogramar sus pasivos. Una carrera frenética por salvar una estación que de un año a otro se sumió en una crisis de la que aún no está claro cómo ni cuándo, ni bajo que nueva forma va a salir.
Llamativamente y pese a tratarse de un canal público que se financia(ba) casi totalmente en el mercado publicitario (los ingresos por publicidad representan en la actualidad algo más del 60%), lo que lo llevaba a homogeneizar su oferta artística para poder competir con los actores privados, la emisora muestra numerosos aportes diferenciales. En el período estudiado por esta tesis, TVN es el canal que ofrece más contenido informativo, menos variedades (35,5% contra 43,7% de los privados); mayor cantidad de contenidos nacionales que los privados y mayor cantidad de contenidos culturales. También, por amplia diferencia, era la pantalla privilegiada para la exhibición de series de ficción realizadas con fondo de fomento público del CNTV.
La crisis del canal tuvo un impacto no solo en sus ingresos y el rating sino también en la propuesta artística, que, en los sucesivos intentos por reflotar y relanzar la emisora acabó por desperfilarla por completo. Así, desde 2014 TVN adoptó por momentos un perfil cultural en la búsqueda por dar con un proyecto diferencial, y en otros, retomó la senda del entretenimiento comercial en un intento por recuperar la competitividad perdida. Esto acompañado con el recambio frecuente de figuras clave en la conducción ejecutiva y de programación, y la renovación de las personas a cargo de la presidencia del Directorio que en casi ningún caso lograron completar sus mandatos legales de cuatro años y algunos de ellos dejaron el canal en medio de escándalos públicos.
El frente interno aparece conflictivo en vistas a las permanentes fricciones entre la conducción política y la plana ejecutiva y gerencial, pero no así a nivel de los trabajadores del canal. Los empleados de TVN, a los que por ley se les aplica el mismo tratamiento que a los de una sociedad anónima abierta, han visto peligrar sus puestos de trabajo en los últimos cinco años y fueron testigos del despido del 42% de sus compañeros. Sin embargo, pese a las altas tasas de sindicalización entre los tres sindicados con presencia en el canal, el nivel de conflictividad no fue significativo. Por el contrario, en este punto los trabajadores parecieran haber mostrado una actitud de comprensión y colaboración con la situación límite en la cual se llevaban adelante los recortes. La resistencia en todo caso se activa ante la tentativa de avanzar sobre derechos conquistados o ante propuestas de producción que requieren concesiones por parte de los sindicatos para flexibilizar la delimitación de los perfiles profesionales plasmados en los convenios de trabajo. Aunque el despido masivo fue comprendido como un hecho inevitable, ese mismo contexto no favorece la apertura de discusiones de fondo sobre convenios de trabajo que datan de la década de 1970 y que se encuentran desactualizados a la luz de las nuevas formas y necesidades de la producción audiovisual actual, pero es a su vez una malla de protección en un contexto de retracción absoluta de la empresa.
Asumido que la crisis iniciada en 2014 no sería transitoria y luego de probar distintas alternativas para rescatar al canal, TVN parece haberse refugiado en una de sus fortalezas históricas, la división informativa. Casi el 40% de la planta de trabajadores de la estación pertenece a la Gerencia de Prensa que está a cargo de las tres ediciones del noticiero del canal de aire; el portal de noticias 24horas.cl, uno de los sitios informativos más visitados, y la señal de TV pago 24horas, la más vista en el rubro informativo. Los productos informativos de TVN que no dependen del dañado tren programático de la señal abierta todavía logran convocar audiencias significativas lo que da cuenta de que la marca tiene cierta legitimidad en el rubro de los contenidos noticiosos.
Según la IX Encuesta Nacional de Televisión, el 21% de los encuestados asociaba a TVN como el canal que “informa al país” como primera mención, siendo el que mayor cantidad de menciones obtenía en este rubro (CNTV, 2018: 40). Sin embargo en 2014, la VIII Encuesta Nacional de Televisión mostraba que el 50,6% habían asociado a TVN con ese atributo, lo que marca igualmente una fuerte caída entre una encuesta nacional y otra (CNTV, 2015: 58).
A su función informativa se suma la relevancia de TVN en las regiones. La empresa cuenta con 9 sedes regionales que producen informativos locales, que se cuentan entre los muy escasos contenidos televisivos locales en un contexto de creciente concentración de la prensa y la radio a nivel nacional.
En relación a la distribución de contenidos en internet, TVN fue el primer canal chileno y uno de los primeros de la región en suscribir un acuerdo con YouTube en 2007 para distribuir en esa plataforma contenidos informativos y de entretención. Antes de eso, en el año 2001 había iniciado la transmisión de su señal lineal a través de streaming en su sitio web. Las marcas tvn.cl (1997), 24horas.cl (2001) y los canales de YouTube /TVN y /24horas (2007) son las mismas denominaciones que utiliza hasta la actualidad. También de forma pionera en 2008 comenzó a experimentar con contenidos adaptados a teléfonos móviles y hacia 2011 fue punta de lanza en el mercado con proyectos transmedia de algunas de sus producciones de ficción. Aunque varias de estas iniciativas tempranas fueron luego discontinuadas, tuvieron influencia en la competencia que siguió un camino similar, y mostró la vocación de TVN por la experimentación, el liderazgo y la innovación.
En la actualidad, el canal aún envuelto en una situación crítica, destina casi el 5% de su planta de empleados a la Gerencia de Medios Digitales que administra las distintas plataformas donde distribuyen contenidos de entretención y las redes sociales. A nivel de los altos mandos, al menos desde lo discursivo, pareciera haber una comprensión sobre el lugar estratégico de la distribución online y la necesidad de pensar el aspecto digital desde la concepción misma de cualquier producto televisivo.
El ingreso del canal a internet no se realiza en clave de facilitar el acceso universal a contenidos públicos sino desde la óptica de la generación de nuevos negocios. En este sentido el cálculo siempre estuvo orientado en habitar plataformas en la medida que fuera clara la forma de monetización. Pero al mismo tiempo, la expansión a negocios en internet colisionaba con la propia ley fundacional de TVN de 1992 que limitaba su giro comercial a la plataforma televisiva, por lo que debió esperar a 2013 para que una modificación a esa ley despejara el panorama quedando completamente habilitada a obtener ingresos por plataformas y mediante negocios distintos al televisivo.
- Se trata de la Ley sobre las libertades de opinión e información y ejercicio del periodismo, sancionada en 2001. En el Título III de las formalidades de funcionamiento de los medios de comunicación social, puede leerse que “las concesiones para radiodifusión sonora de libre recepción solicitadas por personas jurídicas con participación de capital extranjero superior al diez por ciento, sólo podrán otorgarse si se acredita, previamente, que en su país de origen se otorga a los chilenos derechos y obligaciones similares a las condiciones de que gozarán estos solicitantes en Chile”.↵
- La Mesa de Ciudadanía y TV Digital es una organización ciudadana creada en 2009 que reúne a más de 20 ONGs, sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil. Se crea en el contexto de las discusiones por la implantación de la TDT en Chile y aboga por la democratización de las comunicaciones, el acceso de nuevos actores al mercado televisivo, la mejora en la calidad de los contenidos, entre otras reivindicaciones.↵
- Quedaron excluidos del texto de la ley aunque tienen la posibilidad de postular a concesiones destinadas a canales comunitarios.↵
- Énfasis agregado por el autor.↵
- Énfasis agregado por el autor.↵
- La sesión del Senado en la que se designan a los directores de TVN tiene carácter de reservada.↵
- Refiere a la creación de una segunda señal operada por TVN, con perfil cultural e infantil.↵
- Datos de avance de la obra en el sitio web del proyecto Fibra Óptica Austral https://foa.subtel.gob.cl/.↵
- Datos de avance del proyecto Wifi ChileGob en el sitio oficial http://www.wifigob.cl/.↵
- Primer Nivel Transición (NT1): Niños y niñas de 4 a 5 años de edad. Segundo Nivel de Transición (NT2): Niños y niñas de 5 a 6 años de edad. ↵
- Los datos de avance de cada uno de los programas se encuentran disponibles en el sitio oficial de la Agenda Digital 2020 agendadigital.cl.↵
- Resolución del Ministerio de Educación de Chile que establece los requisitos y procedimientos para el proyecto “Conectividad para la Educación 2030” https://bit.ly/3t7WjtF.↵
- En referencia a la pérdida de control accionario primero y retirada completa más tarde de las universidades en la propiedad de canales de televisión.↵
- A finales de 2017 el CNTV inició cargos contra las empresas que estarían controladas por González González a través de testaferros violando los artículos 15 y 18 de la Ley Nº 18.838 que prohíbe a un mismo grupo empresario contar con más de un canal en la misma localidad. https://bit.ly/2RksWY4.↵
- El último informe disponible de ACHAP corresponde a 2018. El informe 2019 debió ser publicado a mediados de 2020, pero al cierre de esta tesis no estaba disponible.↵
- Comprendemos en esta tesis las limitaciones que implica realizar análisis en base a las variaciones del rating, en vistas de las transformaciones profundas en el visionado asincrónico y multiplataforma que el indicador en cuestión no refleja. Sin embargo, continúa siendo el único indicador que permite realizar comparaciones entre canales de un mismo mercado y analizar la evolución de un mismo actor a través del tiempo. Es, por otra parte, un dato de referencia para la industria de publicidad que todavía destina cuotas superiores al 40% de la inversión total a la televisión abierta.↵
- Como hemos dicho, ACHAP publica sus informes con hasta un año de demora por lo que al momento de escritura de esta tesis, mediados de 2020, los datos más actuales disponibles corresponden al año 2018.↵
- Los datos de Chile son de las series estadísticas que publica SUBTEL y corresponden a marzo de 2020. Disponibles en http://subtel.gob.cl/estudios-y-estadisticas.↵
- Son datos de la consultora OVUM (2019) Chile: Mobile, Broadband, TV, and OTT Video Report.↵
- UF: Unidad de Fomento: es una unidad de cuenta usada en Chile, reajustable de acuerdo con la inflación. Cada UF tiene su equivalente en pesos chilenos. Al momento de la escritura de esta tesis a mitad de 2020, 1 UF equivalía a CLP 28.600.↵
- Como he señalado antes el rubro “otros ingresos” está conformado principalmente por la venta de la señal internacional y la prestación de servicios de producción a terceros.↵
- Se considera para el cálculo el tipo de cambio expresado en cada uno de los estados contables que expresan la situación de la empresa al 31 de diciembre de cada año.↵
- Con “última línea” refiere al resultado final del ejercicio contable.↵
- Empresarios controlantes de Canal 13 y Mega, respectivamente, que, como hemos dicho participan del negocio de los medios de comunicación pero sus intereses se expanden hacia múltiples actividades económicas y financieras.↵
- El histórico matinal de TVN “Buenos Días a Todos” se encuentra al aire desde 1992 y continúa hasta mediados de 2020, cuando se escribe esta tesis. Vivió un extenso período de liderazgo hasta 2012 cuando se vio afectado por el fallecimiento de cinco miembros de su equipo, entre ellos el conductor principal y uno de los animadores más populares de Chile, Felipe Camiroaga, en un accidente aéreo.↵
- Se entiende por “correcto funcionamiento, el permanente respeto, a través de su programación, a los valores morales y culturales propios de la Nación; a la dignidad de las personas; a la protección de la familia; al pluralismo; a la democracia; a la paz; a la protección del medio ambiente, y a la formación espiritual e intelectual de la niñez y la juventud dentro de dicho marco valórico” (artículo 1 de la Ley 18.838 de creación de CNTV).↵
- El sociólogo y exgerente del área de Estudios de TVN se refiere a “la gente” en varias ocasiones en estos párrafos para hacer referencia a los grupos muestrales que participaban de los distintos análisis de recepción que TVN realizaba o encargaba a distintas consultoras.↵
- En efecto, para el momento en que este funcionario ocupa el rol de Gerente de Noticias el mandato de misión pública no existía en ningún texto legal referido a la estación. Este principio fue incorporado cuatro años después en la Ley 21.085/2018.↵
- Daniel Fernández Koprich, Ingeniero con experiencia en empresas mineras, fue director ejecutivo del canal entre 2004 y 2010. Consultado por una entrevista para esta tesis Fernández Koprich respondió que “no hablo sobre mis trabajo anteriores, salvo durante y en el contexto de mis cursos en la Universidad”, una forma curiosa y discrecional de selección de interlocutores que omite que, en este caso, su “trabajo anterior” fue como funcionario público al frente de un canal del Estado chileno, sobre el que pesan, naturalmente, mayores exigencias en términos de transparencia y rendición de cuentas.↵
- 24Horas es la marca insignia de las distintas unidades de negocio a cargo de la Gerencia de Prensa: las tres ediciones de los noticieros del canal de aire, la señal de noticias de TV paga y el portal informativo llevan todos la denominación “24Horas”.↵
- Énfasis agregado por el autor.↵
- El entrevistado enfatiza el nombre del dueño del Canal por el poderío económico al que está asociada en Chile la familia Luksic, cuyos negocios incluyen a la televisión pero se extienden a sectores como la minería, manufactura, servicios financieros, bebidas y alimentos, energía, transporte, servicios portuarios y turismo.↵
- La entrevista se realiza en marzo de 2019.↵
- Primer video de TVN en YouTube 08/10/2007 https://www.youtube.com/watch?v=jCe125-ArCk.↵