En primer lugar a quien fue mi Directora de Tesis, Claudia Figari, por su dedicación y compromiso en este largo camino que inicie junto a ella hace ya muchos años. El aprendizaje ha sido enorme. De todo, quiero mencionar en este breve apartado su inmensa vocación para el trabajo colectivo.
A mis compañeros del CEIL CONICET, Hernán Palermo, Nuria Giniger, Julia Soul, Dana Hirsh, Marcelo Hernández, Cecilia Rossi, Cynthia Rivero, Matías Frisco y Sara Cufré. Sin sus aportes y el arduo trabajo colectivo que hemos emprendido, esta tesis no hubiera sido posible.
A mis compañeros de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Diego Bacigalupi, Cristian Busto, Natalia Suarez, Sebastián Carrano, Alejandro Mastellone, Moira López Mcloughlin, Johanna Maldovan y Nicolás Dzembrowski.
Al compañero Claudio Hontakly con quien compartimos la pasión por la Historia Argentina. Agradezco su confianza en un campo de estudio que lo pienso más con el corazón que con la razón.
A Maximiliano Lagarrigue por su sincera amistad. La inmensa cantidad de horas dialogadas sobre Foucault y el neoliberalismo seguramente están plasmadas en esta tesis. Asimismo, a Mariana Dovio y a Gina Paola Rodriguez con quienes hemos compartido también eternos diálogos además de una gran amistad.
A Nora Goren por su confianza. A Susana Murillo, Juan Montes Cató, Diego Szlechter y a Damián Pierbattisti por sus comentarios.
A Matías Perla y Leonardo Kordon con quienes he transitado el sentido crítico de la vida. Como así también a Fernando Carlés. Y a Romina Berger por su atenta escucha.
A mi familia. Mi madre Olga, mi padre Carlos y mi hermana María Mónica por sus enseñanzas, y por su apoyo permanente e incondicional. A Evo Alvarez por su compañía. A Fernando Weinschenk. A Eva, Olaf, Álvaro, Ángela y Violeta. Y a la memoria de Elsa Dolores Newman.
A mi gran amor, Luciana. Por su paciencia y por bancarse los momentos de “alienación”. Nos hemos demostrado que “la vida es un gran baile y el mundo es un salón”. Con ella soy yo.
Por último a Salvador, mi hijo, que es lo más hermoso que me pasó en esta vida.