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5 El poder suave japonés y sus competidores asiáticos

Dircea Arroyo Buganza

Introducción

El presente capítulo busca explicar la historia, construcción y el nacimiento de la política japonesa conocida como Cool Japan, presentando de manera general su evolución y sus principales cambios, además de entender que el Estado japonés desde mediados del siglo XIX se ha interesado por tener una imagen positiva para el resto de los actores en el Sistema Internacional.

Japón es un Estado que ha sabido adaptarse al Sistema Internacional. Gracias a ello logró ser aceptado por las potencias a principios del siglo XX. Aunado a lo anterior, cuando perdió en la Segunda Guerra, consiguió cambiar la percepción que se tenía de él durante el conflicto. De esta manera Japón es un actor que se ha ocupado por transformar la imagen que tiene hacia el exterior y ha sabido darle importancia a la percepción que los otros tienen de él.

Al ser un actor que ha buscado adecuarse al Sistema Internacional, se ha dado cuenta de sus reglas. Durante la Renovación Meiji entendió el comportamiento de las potencias europeas y buscó el poder de la misma manera que estos actores determinaron las reglas en el Sistema Internacional.

Lo anterior fue importante para el gobierno japonés pues adoptó la noción de poder occidental. Este concepto puede ser entendido desde diferentes perspectivas, pero se puede afirmar que la más relevante es la que le da al actor la habilidad de influenciar a otros para que hagan lo que este desea.

Además de aplicar el poder a través del imperialismo, el gobierno japonés, sin estar consciente, mantuvo como herramienta la diplomacia cultural. Esto le ha permitido transmitir sus valores, su cultura y, para efectos de este artículo, influenciar a otros actores del Sistema Internacional[1]. Esto le ha concedido la oportunidad de modificar su imagen y percepción en diferentes momentos de su historia.

El concepto de “percepción” en relaciones internacionales se puede entender como percepción de enemigos o de amenaza[2]. Pero en realidad puede ser también analizado desde una perspectiva positiva, es decir, como aliado. Este concepto va ligado con la imagen del país. Es decir que cada Estado en el Sistema Internacional tiene una imagen mediante la cual es percibido por el resto del sistema[3]. En el caso japonés, la imagen de este actor se ha ido transformando conforme a las necesidades y retos que ha tenido que enfrentar.

Por lo anterior, la imagen del Estado se encuentra ligada a lo que se conoce de este en el mismo sistema. Es decir, si tiene capacidades militares, políticas, sociales o en el caso japonés, capacidades culturales.

El concepto de “cultura” en las teorías de relaciones internacionales no tuvo mucho peso hasta Joseph Nye. Nye, en su artículo sobre el soft power o poder blando[4], teoriza sobre el concepto de poder, que reduce a la habilidad que tiene un actor para influenciar o controlar a otros para lograr un objetivo. La innovación que presenta es el cambio de enfoque, según el cual la capacidad militar traducida en poder está perdiendo peso en el Sistema Internacional. Asimismo, otros aspectos están adquiriendo una mayor relevancia, como las comunicaciones, la interdependencia y la cultura.

De acuerdo con Nye, es a través de la atracción cultural (poder suave) que un Estado puede lograr el mismo efecto sin llegar a medios coercitivos. Es decir que puede afectar a otros sin usar la fuerza o la coacción. De esta manera, en otro de sus artículos, “La diplomacia pública y el poder suave”, aborda cómo los Estados pueden atraer a otros para que busquen lo mismo[5].

Nye centra su explicación tras el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Sistema Internacional se transformó de manera drástica. Esto tuvo como consecuencia una permutación en la interpretación clásica del poder, pues le permitió que existiera un poder no militar y no necesariamente tangible[6]. De esta manera, Nye realizó una división dentro del concepto de poder. Entendió que el hard power es la manera de alcanzar los objetivos de manera coercitiva o violenta, y el soft power es la habilidad de conseguir los objetivos pero sin el uso de amenazas o violencia.

El caso japonés es relevante ya que desde el siglo XIX creó una diplomacia enfocada en cambiar la percepción y la imagen que se tenía del Estado en el Sistema Internacional, y así parte de su interés nacional se centró en mostrar que era un país civilizado igual que el resto de las potencias occidentales.

A lo anterior se le denominará diplomacia suave, en el entendido de que se encontrará centrada en un cambio de imagen y percepción a través de periódicos, personas, conferencias, lo cual tiene como objetivo que se perciba a Japón como una nación civilizada. Después de la Segunda Guerra Mundial se mantiene esta estrategia suave por parte del gobierno japonés, que se muestra como un país totalmente reconstruido y, por último, esta política se transforma en diplomacia cultural, con la cual busca influenciar al sudeste asiático a través de medios que no habían sido convencionales hasta el momento. Lo anterior permitirá que este Estado, sin tener un plan o una estrategia en un primer momento, pueda por medio de su cultura persuadir a otros actores para cumplir un objetivo político o económico. Y, así, cambiar su imagen en el Sistema Internacional.

Lo anterior llevará con el tiempo al gobierno japonés a crear la estrategia del Cool Japan, que es una política suave al exterior, para persuadir a otros actores en el Sistema Internacional. Ha sido tan efectiva esta acción para el gobierno japonés que Corea del Sur también la ha implementado en el sureste de Asia. De la misma manera, esto ha llevado a China a implementar su propia interpretación del poder suave, no solamente en Asia sino también en África. 

Estos tres países se han dedicado a explotar una política suave desde diferentes perspectivas, que se presentarán en el capítulo de manera general, lo que a su vez ha creado una competencia entre ellos. Algunos autores han aseverado que, debido a la competencia, el poder suave japonés podría estar en decrecimiento. Este apartado cerrará explicando que, a pesar de lo anterior, en este momento y en los próximos años, Japón mantendrá su posicionamiento con respecto a la diplomacia cultural. Esto por los años que tienen de experiencia, su adaptabilidad y la construcción de su imagen en el Sistema Internacional.

Nacimiento e historia de la diplomacia suave japonesa

Japón siempre ha sido un Estado que se ha preocupado por la diplomacia cultural, interesado en mostrarle al mundo una imagen positiva. Desde 1905, cuando venció a Rusia en la guerra, el gobierno japonés realizó una fuerte campaña para persuadir al Sistema Internacional de que merecía un lugar al lado del resto de las potencias.

Durante el siglo XIX, Rusia fue un Estado que tuvo interacciones con países en Asia. Debido a esto, buscó mantener una supremacía sobre las razas no rusas de la zona; tanto a chinos como japoneses se les consideró como amarillos. Las sociedades europeas del momento consideraban a todas las razas no blancas como inferiores[7]. El imperialismo europeo y el darwinismo social fueron las bases para la conquista de África y Asia.

Al ver la situación por la cual pasaba China, Japón tuvo que realizar cambios al interior para poder ser aceptado como un país civilizado. A este proceso de modernización se le conoce como la Restauración Meiji[8]. Los cambios políticos y económicos le permitieron al Imperio japonés acercarse al resto de las potencias. Sin embargo, esto no fue lo único que tuvo que hacer. En el Sistema Internacional, Rusia comenzó una campaña denominada el “peligro amarillo”, mediante la cual buscó aislar a Japón de este espacio de interacción con otros Estados. Además, era una advertencia para que el resto de las potencias no permitieran la idea de asiáticos armados de manera moderna, pues esto tendría como resultado una lucha contra las potencias europeas, y asimismo, evitar interacciones con Estados que se consideraban inferiores y de los cuales no se esperaba que tuvieran ningún tipo de capacidad militar.

Para contrarrestar esta imagen en las potencias occidentales, el gobierno japonés tuvo la estrategia de que se difundiera en diferentes diarios, una imagen positiva de Japón. La cabeza de esta diplomacia fue Uchida Yasuya, en 1898[9]. En 1900 el gobierno japonés escribió tanto en periódicos norteamericanos como europeos con el objetivo de eliminar la idea del peligro amarillo. Convencieron al mundo de que la guerra, tanto con China como con Rusia, había sido inevitable. De manera conjunta trabajaron la imagen de que se habían comportado como el resto de las potencias europeas. Y, por lo tanto, que eran iguales a los Estados que conformaban parte del Sistema Internacional.

Aunado a lo anterior, el gobierno japonés decidió enviar a dos personas al exterior. Kaneko Kentarō fue el portavoz en Estados Unidos y Suyematsu Kenchō fue el representante en Europa.

El barón Kaneko tuvo la misión en Estados Unidos de promover un mejor entendimiento del gobierno japonés por parte de los Estados Unidos. Estuvo en contacto con varias universidades norteamericanas en donde a través de cartas, podía ayudar a cambiar la idea de Japón o, en su defecto, modificar la percepción que se tenía del gobierno ruso del momento. Por ejemplo, en 1905 le envió una carta a un profesor en Boston en donde buscaba informar sobre “[…] la crueldad y el barbarismo de los rusos y la idea de los asiáticos sufriendo […]”[10]. En una carta posterior agradece por las felicitaciones que envió el profesor Norton de Boston, en las que hace referencia a que espera que la victoria de Japón sobre Rusia sea buena, no solamente para el gobierno japonés, sino también para el mundo civilizado.

Buscando contrarrestar la idea del peligro amarillo, Kaneko escribió un artículo en el que hizo referencia a Japón como una nación independiente y progresiva. De la misma manera, en otro artículo, titulado: “La oportunidad de oro de Japón”, explicó cómo el Imperio japonés siempre buscó introducir las potencias occidentales en Asia. Además, en este texto habla de cómo el Estado japonés se comporta de la misma manera que el resto de los países civilizados y que la referencia que hacen de ellos como peligrosa, en realidad es un reconocimiento de que el lugar de Japón es junto al resto de las grandes potencias[11].

Kaneko presenta a Japón como una civilización influenciada tanto por Occidente como por Oriente, lo que le ha permitido una asimilación de ambas culturas, y en el artículo “La posición de Japón en el este lejano” reafirma la idea del Imperio japonés como una potencia occidental[12].

Kaneko y Suyematsu tenían como objetivo principal crear una imagen positiva de Japón en el resto de las potencias occidentales. Además de tener políticos dedicados a participar en el cambio de la opinión pública, también existieron 366 personajes, como Okakura Kakuzō[13]. Él se dedicó a cambiar las percepciones a través de libros como El libro del té y El despertar de Japón, en donde busca explicar el Imperio japonés desde una perspectiva oriental y no occidental[14].

En El libro del té hace referencia a la Restauración Meiji. Releva cómo la guerra con China le permitió a Japón convertirse en una potencia, y así acercar a este actor al Occidente. Okakura menciona que este Estado es la nueva potencia asiática y habla de la nueva relación que se está forjando con el resto de las potencias. Del mismo modo a través del arte, busca explicar la estética del arte japonés y acercarlo a una comprensión en Occidente, por ello presenta un Estado que es parecido al resto de las potencias que se encuentran en el Sistema Internacional.

En El despertar de Japón, el autor realiza una explicación de cómo el desarrollo de Japón no es algo repentino, sino que surge desde el periodo Edo y busca separar el desarrollo de la Restauración Meiji como algo exclusivo de la interacción y adopción de políticas de Occidente[15].

De esta forma, en esta primera etapa logró mostrarse al mundo no solamente como una nación civilizada sino también como un Estado militar con una tradición cultural importante. Esto le permitió ser reconocido como una potencia a pesar de no ser constituido por la raza blanca.

Asimismo, esta construcción le permitió de manera posterior, en la década de los treinta del siglo XX, negociar con otros Estados que los juegos olímpicos se llevaran a cabo en Tokio en 1940[16]. El gobierno japonés pensó en usar este momento para mostrarle al mundo el poderío militar de que disponían. Desafortunadamente la Segunda Guerra estalló y los juegos olímpicos fueron cancelados.

A pesar de lo anterior, en Tokio se llevó a cabo una celebración en 1940 por el XXVI centenario de la fundación del Imperio japonés. Esto fue importante pues se cubrió la noticia en los periódicos norteamericanos, en donde se retrataban no solamente las cuestiones navales y militares, sino que también se habló de tradiciones, del monte Fuji, etcétera. Al hacer referencia a símbolos y tradiciones japonesas, sin buscarlo, el gobierno japonés envió la imagen al exterior de un país fuerte, militarizado, con ciertas costumbres que lo vuelven atractivo para el resto de los países que conforman el Sistema Internacional.

Tras perder la Segunda Guerra Mundial, Japón tuvo no solamente que resurgir de las cenizas, sino que también se vio en la complicada situación de cambiar sus relaciones con el resto del mundo. Antes de tal conflicto, este Estado era como el resto de las potencias del Sistema Internacional, imperialista y militarista; buscaba el dominio de otros para poder crear lo que llamaron su esfera de coprosperidad. 

El Estado japonés cambió de ser un Estado imperialista como el resto de las potencias mundiales a un país enfocado en la paz. Al perder lo que se conoce como el hard power se tuvo que repensar en cómo sería su política exterior. De esta manera se enfrentó al gran problema de cómo cambiar sus relaciones con los otros Estados y cómo cambiar la imagen que tenían los otros de él.

Japón ha trabajado para modificar su imagen en el Sistema Internacional; de igual manera, para transformar la percepción de un país militar e imperialista en uno enfocado a la paz. Para ello, el gobierno tuvo que crear diferentes estrategias, una de ellas fue el Festival de Cine del sudeste de Asia en 1954.

La figura clave para esto fue Nagata Masaichi, quien inició con la idea de “vender a Japón primero”[17]. Tomó la tecnología de Occidente para mejorar las películas que se producían, teniendo por objetivo que escucharan los extranjeros lo que él tenía que decir. A través de la promoción del cine japonés buscó cambiar la percepción del Estado japonés en el resto del mundo.

La idea de vender a Japón nace de la creación de la Corporación de Promoción Cinematográfica (MPPC, por sus siglas en inglés). A través del desarrollo del cine, se pensaba en incrementar también el desarrollo económico nacional japonés. Para lograr lo anterior, se establecieron relaciones cercanas con el Ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI) y el Ministerio de Asuntos del Exterios (MOFA). Esto le permitió a la industria del cine recibir ciertos subsidios.

En 1953 Nagata trabajó la idea de crear la Federación de Cine del sudeste de Asia (FPA) para que de esta manera cada año se llevara a cabo una competencia. Argumentaba que existía una identidad común entre todos los asiáticos. De esta manera, el 8 de mayo de 1854 se realizó en Tokio el primer festival de cine del sudeste de Asia[18]. La idea de este director cinematográfico fue importante pues ayudó a ir transformando la idea del imperialismo japonés, a la creación de lazos fraternales entre Japón y el resto de los países del sudeste asiático.

Siguiendo con esta diplomacia suave, Japón tuvo la oportunidad de mostrarle al mundo el nuevo Estado en las Olimpiadas de 1964. La imagen que buscó proyectar fue la de un país pacífico, reconstruido y próspero. Japón, a través del cambio de imagen (made in Japan), ya no se asociaba con productos de mala calidad sino más bien de alta calidad, que se percibían como bienes necesarios, de lujo, que se hacían de manera cuidadosa[19]. Junto con esto se mostraron innovaciones tecnológicas como el Shinkansen (el tren bala), además de que los juegos olímpicos fueron transmitidos a color. 

La estrategia de presentar otro Japón, totalmente reconstruido, fue un rito de paso que le permitió al Estado japonés cambiar la imagen de un país destruido por la guerra y las bombas atómicas por otro completamente diferente. Después de este evento es como si el mundo hubiera olvidado lo que sucedió en la Segunda Guerra Mundial, lo que le permitió a Japón volver a su lugar con el resto de las potencias.

En la década de los ochenta del siglo XX, la visión sobre Japón fue de orden y eficacia. Los productos japoneses lideraban ciertas manufacturas desde la década de los setenta, y compañías como Sony y Panasonic habían superado ciertos productos norteamericanos.

En 1985 nació un producto que ayudaría de manera posterior a cambiar la imagen de Japón ante el mundo: Nintendo. Dentro de los juegos más conocidos se encuentran Super Mario y la Leyenda de Zelda. Estos juegos crearon un mundo de fantasía que llegó a millones de niños en todo el mundo. Posteriormente, se fueron sumando a esta experiencia anime Pokémon, Sailor Moon, Evangelion, etc.[20]. Estos productos ayudaron en 2000 a percibir a Japón como una tierra de fantasía, de magia, de exotismo.

En la década de los noventa del siglo pasado no existía una política por parte del gobierno japonés para crear contenido de exportación. La idea nació después de que se publicara el artículo “Japan’s Gross National Cool”, de Douglas McGray, en 2002[21]. Lo interesante del artículo es que planteaba que Japón podía ser una potencia internacional de exportación en cuestión cultural. Este esparcimiento de cultura se refería a cuestiones musicales, moda, sumo, pero lo más interesante es que mencionó también al anime y a diferentes productos culturales.

A partir del año 2000 Japón sufrió una transformación: se convirtió en un país que comenzó a influenciar a otros con su cultura. La expansión comenzó en zonas de Asia y Europa.

En 2008 la compañía de Sanrio decidió ampliar el mercado de Hello Kitty[22]. Durante la década de los ochenta los objetos con la figura de esta gatita tenían como principal mercado a niñas, pero a partir de este momento Tsuji Shintarō, fundador de la compañía, decidió volverlo un artículo internacional por medio de la expansión del mercado a mujeres adultas y personas que se sintieran identificados con lo lindo del producto. Este es reconocido mundialmente y se ha utilizado en un sinfín de productos, desde lápices, gomas, ropa, maquillaje, aviones, etcétera.

La diplomacia cultural japonesa: Cool Japan 

La política del Cool Japan nace tras la crisis financiera de 2008, que afectó de manera severa a los sectores más importantes de Japón (manufacturas, electrónicos). Esta estrategia surge en 2012 como una campaña comercial que buscaba enfrentar los problemas nacionales y solucionarlos con la demanda internacional. En ella han participado diferentes ministerios, como la Agencia de Cultura, el Ministerio de Asuntos del Exterior (MOFA), el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI), el Ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI) y el Ministerio de Gestión Pública.

Uno de los principales ministerios que se han mantenido activos desde 2011 con diferentes acciones para la expansión del Cool Japan es el METI. Esta agencia determinó que valdría la pena implementar esas acciones en las economías emergentes, entre otros mercados. Con esto, se buscaba presentar los productos japoneses como aspiracionales para que la clase alta y media los consumieran. 

Para lograr lo anterior, esta agencia gubernamental ha ofrecido apoyo en el estudio de mercado, lo que ha permitido encontrar compañeros locales que a su vez han ayudado a rejuvenecer marcas japonesas en el extranjero. El gobierno japonés no buscó crear productos nuevos sino apoyar a las industrias que ya se encontraban y eran populares en el exterior, como el manga y el anime. De esta forma se invirtió en promocionar y crear tanto productos como servicios japoneses. 

Uno de los aciertos que tuvo el gobierno japonés fue trabajar con compañías locales, que a su vez contrataban talento específico. Antes de exportar el contenido al exterior, el objetivo era expandirse en los mercados nacionales. Esto les permitía adaptarse a otros países de mejor manera. No solamente en el lenguaje sino también en lo que se permite o no, en las televisoras. 

Un ejemplo de lo anterior está en el anime One piece, producido por Toei Animation, en donde uno de los personajes principales, Sanji, en la versión japonesa fuma, pero en la que se transmitió en Estados Unidos aparecía con una paleta en los labios. Esto porque por las regulaciones en las televisoras norteamericanas, en programas para niños no se permite el consumo del tabaco. 

De esta manera, una de las primeras acciones para fomentar la creación de nuevos contenidos fue hacer un programa de subvenciones para proyectos de video para el mercado global (J-LOD, por sus siglas en inglés), parte de la estrategia del Cool Japan.

Este programa incluye la creación de anime, pero también promueve eventos culturales fuera de Japón. A partir de 2018, ha apoyado a diferentes creadores a realizar programas piloto para que estos puedan vender el proyecto y trabajar con compañías extranjeras. 

Este tipo de operaciones ha llevado al crecimiento del mercado del anime a escala mundial, que en el año 2020 alcanzó un valor de 24 mil millones de dólares. El principal aumento del consumo del anime a nivel mundial se debe a las nuevas plataformas como Netflix y Crunchyroll. Estas no solamente distribuyen el producto sino que también se han convertido en sus productoras, por lo que el J-LOD es una estrategia importante del gobierno japonés para apoyar la creación de contenido, según la cual el costo no es absorbido por un estudio japonés sino extranjero. 

Como parte de lo anterior, el Estado japonés permite ciertas actividades a los fans. Esto le permite mantener el crecimiento de la industria tanto dentro como fuera de su territorio. En general se espera que los consumidores creen grupos. En ellos se espera que usando a sus personajes favoritos, puedan crear productos originales[23].

Además de la creación de nuevos contenidos, la estrategia del Cool Japan ha buscado promover el anime en el turismo del país. Esta acción es llevada principalmente por el METI. Cada año se crean eventos especiales alrededor de Japón relacionados con el manga y el anime que buscan favorecer el turismo tanto nacional como internacional. Aunado a esto existen lugares que se relacionan con ciertos personajes famosos y que las personas buscan visitar porque sienten un apego hacia ellos. Un ejemplo son los personajes creados por Tesuka Osamu. En la estación de Takadanobaba además de tocar música del anime de Astro Boy, hay dos grandes murales en la intersección. Se elegió este lugar pues en la historia de Astro Boy, es el vecindario en donde nació.

De igual manera, como parte de la estrategia se busca unir la creación de contenidos con los bienes de consumo. Por ejemplo, dentro de Japón se da apoyo a carreras relacionadas con moda, animación, cocina, idiomas. Estos grupos crean productos que serán consumidos en el extranjero creados por pequeñas o medianas empresas japonesas. A su vez, los consumidores en el extranjero buscarán viajar al territorio japonés en busca de la experiencia real, lo que llevará también al aumento del turismo. Así se busca también revitalizar comunidades locales. 

El anime y el manga son una parte importante para consolidar esta estrategia. En estos se muestran lugares famosos como la torre de Tokio, Harajuku, Akihabara, Azakuza, Kioto, etc. El consumidor crea un anhelo por visitar esos lugares, y cuando llega se encuentra rodeado de diferentes anime y manga.

La competencia del Cool Japan: hallyu, la ola coreana

Corea del Sur, al igual que Japón, utilizó las olimpiadas que se llevaron a cabo en Seúl en 1988 como un vehículo para mostrar el crecimiento milagroso que había realizado el gobierno coreano. El evento funcionó en ambos casos para mostrar una imagen positiva y de desarrollo económico. También permitió que el gobierno surcoreano obtuviera una mayor visibilidad en el Sistema Internacional[24]. El lema que distinguió el evento fue: armonía y progreso.

Siguiendo el esquema japonés también encontramos la exportación de productos culturales. A finales de la década de los noventa del siglo XX, creó programas televisivos que fueron muy populares en Japón, Taiwán, China, Vietnam y Singapur. Gracias a ello se acuñó el término de hallyu (ola coreana) por reporteros chinos[25]

El poder suave surcoreano se ha dividido principalmente en dos etapas: su nacimiento, que abarca de 1997 hasta 2007, y la segunda, de 2008 hasta la fecha. El primer periodo se caracterizó por la popularidad de algunos dramas televisivos coreanos, a partir de los cuales se podían apreciar ciertos aspectos culturales de Corea del Sur[26]. Uno de los más populares fue Winter Sonata (Sonata de invierno), que fue televisado en Japón por la NHK[27] en abril de 2003. El programa fue visto principalmente por amas de casa adultas. Lo relevante es que creó en ellas el deseo por aprender y conocer más sobre Corea[28]. También se vio con una alta popularidad en Vietnam, Singapur, Hong Kong y Tailandia[29].

La segunda ola, además de apoyarse en los programas de televisión, tuvo otra arista con los grupos de idols, conocidos como K-pop[30], que han desafiado la supremacía del poder suave asiático japonés, dado que han representado una fuerte competencia[31]. Estos grupos se han vuelto populares de manera global pues se ha buscado, por un lado, que los identifiquen con Corea del Sur, pero al mismo tiempo, los preparan para que cualquier “joven” pueda sentirse identificado con ellos. En algunos casos, las canciones han sido traducidas a diferentes idiomas, como japonés o inglés. Un grupo muy popular femenino es Wonder girls (Chicas maravillosas), que lanzaron su primer álbum en el año 2007. Para ser un producto más fácil de consumir por audiencias extranjeras, este grupo tomó varios elementos de grupos norteamericanos[32]. Los discos y videos se pueden ver a través de YouTube y Spotify, lo que permite un consumo fácil, sencillo y alcanzable para jóvenes de todo el mundo.

El gobierno surcoreano tuvo que tomar diferentes medidas para poder apoyar la creación de contenidos. Una de las principales estrategias fue remover las leyes que prohibían o limitaban la creatividad, dado que desde antes de 1996 existía una censura fuerte por parte del Estado coreano[33].

Aunado a lo anterior, algunos de los grandes conglomerados coreanos (conocidos como chaebols) en la década de los noventa comenzaron a mejorar el diseño y la calidad de sus productos. Del mismo modo buscaron, a través de las empresas, crear marcas que se posicionaran en el mercado internacional. Ejemplos de ello son marcas como Samsung y LG[34].

Además, el gobierno surcoreano se preocupó por la creación de infraestructura. Esto para que la población surcoreana pudiera beneficiarse de la creación de nuevas tecnologías y para, al mismo tiempo, introducir los nuevos productos al mercado internacional. La globalización permitió construir un ambiente favorable para el poder suave, que tomó en cuenta la cultura, la información y la promoción del conocimiento hacia el exterior[35].

Existen varios factores que han permitido que se mantenga y crezca la ola coreana. El primero es la popularidad de las marcas coreanas, que se han consolidado en mercados como el norteamericano. Samsung, durante el año 2021, tuvo un ingreso de 279,6 mil millones de dólares KRW[36]. Antes los carros surcoreanos se percibían como productos baratos y de no tan buena calidad. Esto último ha cambiado de manera reciente con marcas como Kia y Hyundai, que se encuentran compitiendo con Toyota y Nissan.

Por la importancia de lo anterior, los programas y la televisión han conseguido mucho presupuesto para ofrecer productos de alta calidad que promocionan de una manera suave la cultura coreana. Una de las películas más conocidas en nuestros días es Parásito (Parasite), que es la primera película no hablada en inglés que ha ganado tres premios de la Academia. 

Aunado a los productos de cine o televisión, el gobierno ha invertido también en la música, en grupos como Super Junior, Girls Generation, etcétera, que han acumulado grandes cantidades de dinero, así como fans.

El segundo factor se refiere a la comunicación entre todos los actores. Todas las agencias gubernamentales, así como las empresas privadas, siguen acciones claras para lograr productos de alta calidad, como una promoción muy efectiva. Esto deja, como tercer factor, el apoyo claro del gobierno surcoreano para el mantenimiento de la ola coreana. Por ejemplo, en el año 2005 Seúl ofreció apoyos a las compañías surcoreanas para que promovieran la cultura hacia fuera[37].

El gobierno coreano cuenta con el Ministerio de Cultura, en donde a su vez existen divisiones que se encargan de música, películas, programas, moda, etcétera. El presupuesto asciende a 5.5 mil millones de dólares. Aunado a este gasto, el gobierno invierte un billón más en nutrir la cultura y en su exportación. 

La acción conjunta de todos los actores permite el estudio de las audiencias (que normalmente son países asiáticos) de manera más específica para una mejor adaptación de los productos. 

A diferencia de Japón, Corea del Sur no ha tenido que cambiar su imagen. Al igual que muchos otros países asiáticos, comparte con ellos un pasado colonial. Esto ha permitido que sus productos puedan ser más fácilmente consumidos por estos. El caso más claro es el de China, en donde los productos japoneses si bien han entrado no son tan consumidos como los coreanos. 

La diplomacia suave de China

El Estado Chino durante la Guerra Fría fue asociado al comunismo, además de ser percibido en el Sistema Internacional como un país no tan desarrollado como Japón. El acercamiento que tuvo EE. UU. con este país a través del presidente norteamericano Nixon permitió un pequeño cambio en la percepción de este actor.

De igual forma que en el caso japonés, el gobierno chino tuvo que buscar y crear oportunidades para modificar la percepción que se tenía de él en el Sistema Internacional.

China, siguiendo el patrón japonés y surcoreano, buscó ser el anfitrión de los juegos olímpicos en el año 2000. Pero en el año de 1989 en la plaza de Tiananmen se llevaron a cabo una serie de protestas por estudiantes. El gobierno chino a través del uso de la fuerza terminó con el movimiento estudiantil[38], lo que tuvo como resultado una crítica internacional que rechazó la petición para ser el anfitrión del evento.

El Estado chino, a diferencia de Japón y de Corea del Sur, tiene un límite respecto de otros actores en el Sistema Internacional. Esto se debe a que el comunismo y la idea de falta de libertades para los ciudadanos no es atractiva. Conscientes de lo anterior, en el año 2007 el Partido Comunista Chino hizo referencia a la importancia de una política suave por parte del Estado para garantizar de mejor manera sus intereses[39]. Al interior existieron diferentes debates sobre cómo cambiar la imagen y la percepción de China hacia el exterior.

Para conseguirlo, se creó una estrategia de diplomacia cultural. Una de las estrategias que se llevaron a cabo fue la creación de institutos que se enfocaron en estudios del confucionismo. La idea era crear y alentar una imagen pacífica y favorable. Los institutos permitieron el acercamiento a la cultura ancestral china. En el año 2008 se abrieron 326 en 81 países diferentes[40].

Aunado a lo anterior, se creó un comité olímpico en Beijing que estuvo a cargo de Liu Peng. La idea consistía en cambiar la imagen de China enfocándose en temas culturales y económicos con el fin de mostrarse tradicional e innovador al mismo tiempo[41]. Gracias a los esfuerzos gubernamentales se pudieron llevar a cabo los juegos olímpicos en Beijing 2008. Aquí se mostró un Estado chino en control, que había adecuado y adaptado su sistema económico de manera exitosa[42].

Si bien en un primer momento la diplomacia suave de China se basó en una cuestión cultural, actualmente se la atribuye al crecimiento económico. Es decir que, a diferencia de Japón y Corea del Sur, que buscan exportar contenidos relacionados con la cultura, el caso chino se enfocó de manera posterior en la construcción de una diplomacia suave económica.

Entonces, ¿cuál es la imagen que quiere mostrar el gobierno chino en el exterior? Beijing quiere presentarse como un país civilizado que a pesar de que es multicultural tiene una sola identidad nacional. De la misma manera intenta aparecer como un actor abierto, que busca el desarrollo, el bien común y la justicia.

La administración de Xi Jinping es consciente de que a pesar de que han fortalecido la cultura, no son una potencia cultural en el exterior. El gobierno chino sabe que, si bien Occidente se encuentra interesado en su cultura antigua, puede percibirlo como un actor demasiado político. Al mismo tiempo, el sistema comunista puede ser visto como una amenaza[43].

Por lo anterior, el partido chino ha impuesto como objetivos mejorar la seguridad cultural e invertir en el poder suave cultural. Lo anterior se busca sin perder la identidad socialista de la nación China, por lo que se evita a toda costa influencias que no se consideren adecuadas[44]. Así se comunica qué es China y cuál es su cultura.

Lo anterior lleva a la siguiente pregunta: ¿cuál es el poder suave de China en el siglo XXI? En contraposición a los casos antes mencionados, China no aplica la diplomacia cultural igual que los otros. Beijing no se ha enfocado en producir y exportar elementos culturales. Lo que sí ha buscado explotar es el crecimiento económico acelerado que ha tenido. Esto le ha permitido cultivar y promover buenas relaciones con los países vecinos, ser una alternativa de otros actores en el Sistema Internacional[45]. En la diplomacia china esto se ha traducido en más “zanahorias que palos” y busca crear situaciones de ganar-ganar para los actores. Todo lo anterior a través de préstamos, asistencia, etcétera. Un ejemplo son las acciones que ha tomado el gobierno chino hacia la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), dado que a través de la inversión, ha conseguido consolidarse como compañero económico de este organismo.

Siguiendo este tipo de estrategias el gobierno chino ha buscado expandir el presupuesto para la asistencia del desarrollo. Esto se tradujo de manera general en préstamos sin intereses para países tanto de África como de Asia. Para lograrlo, en 2000 Beijing estableció el Foro de Cooperación China-África (FOCAC, por sus siglas en inglés). Un punto para diferenciar respecto de la inversión occidental es que el apoyo en África se realiza sin importar si tienen buena o mala gobernanza[46].

De esta forma, para los africanos Beijing es un socio deseable porque tiene una política de no inherencia en otros países. Además de promocionar la idea de que ambos sufrieron de manera histórica ante las potencias occidentales y de que por supuesto China no tiene una política imperialista[47].

Además de estas políticas, el gobierno chino tiene una estrategia que se conoce como la Franja y la Ruta de China (BRI, por sus siglas en inglés). Esta táctica, que también es conocida como la nueva ruta de la seda, busca la creación de una gran infraestructura. Este proyecto nació en el 2013 por Xi Jinping, quien a través del desarrollo e inversión estrechó la expansión económica de China desde el este de Asia a Europa.

Uno de los objetivos es conectar comunidades y culturas. La pandemia ha afectado en gran medida este proyecto, y el gobierno norteamericano lo consideró un caballo de Troya mediante el cual se esparciera un control militar. Esta última aseveración es solamente especulación, pues el proyecto no se ha terminado.

A pesar de que la ideología china y sus políticas gubernamentales no son llamativas como un producto para exportar, el gobierno chino ha conseguido mejorar las herramientas diplomáticas económicas que ocuparon con anterioridad tanto Estados Unidos como Japón. Esto le ha permitido operar en el mercado y obtener apoyo político de otros países, además de presentarse como el campeón del desarrollo. Ello no quiere decir que se quedará como está. China se encuentra en un momento de innovación y claramente está desarrollando estrategias de poder suave. La pandemia de COVID-19 es un ejemplo muy claro de cómo funciona de manera positiva el poder suave chino. En un primer momento se acusó al gobierno chino de no actuar de la mejor manera. Pero después el gobierno chino buscó compartir la vacuna para el virus. Posteriormente, Xi Jinping prometió que buscaría que la medicina se encontrara disponible de manera universal. 

Estas acciones fueron muy diferentes a las norteamericanas, puesto que el presidente Donald Trump buscó ser de los primeros gobiernos en comprar vacunas alemanas para usarlas de manera exclusiva para sus ciudadanos. Los Estados que se vieron beneficiados por las vacunas chinas no olvidarán en el corto plazo lo que el gobierno chino hizo por ellos en un momento de necesidad. 

El futuro de la diplomacia cultural japonesa

Japón es un Estado que desde el siglo XIX ha buscado cambiar su imagen y percepción en el Sistema Internacional. Es un actor que ha sabido adaptarse y que ha implementado una diplomacia suave para atraer o volver a otros actores más favorables a su causa. Gracias a esto ha podido convertirse de un país amenazante en un lugar de fantasía con una cultura milenaria.

Dado el éxito que ha tenido en diferentes momentos para cambiar la percepción que se tiene de él, otros actores de la zona, como China y Corea del Sur, han implementado políticas suaves para atraer a otros Estados. Estos tres actores han usado las olimpiadas como un vehículo que les ha permitido mejorar su imagen o proyectar otra en el Sistema Internacional.

¿Vencerá China o Corea del Sur a Japón en la diplomacia suave? Esta pregunta es importante pues crea mucha expectativa. El índice global de poder blando[48] es un estudio que presenta un análisis sobre los Estados y mide la influencia y percepción que tienen estos actores en el Sistema Internacional.

En el caso de Corea del Sur, hay una competencia significativa en cantantes, programas de televisión y grupos musicales. Esto le ha permitido ir escalando en cómo se percibe el país en el Sistema Internacional. En el año 2020 se encontraba registrado en el decimocuarto lugar, dos años más tarde se encuentra en el decimosegundo.

A pesar de la percepción positiva que se tiene de Corea del Sur, todavía no se acerca a la fuerza que ha construido Japón en el Sistema Internacional.

La República Popular de China, al igual que en el caso de Japón y Corea del Sur, ha fluctuado su lugar en la lista. Una de las razones por la cual en el año 2020 este Estado no se encontró en los primeros lugares fue por la percepción negativa que tuvo en el Sistema Internacional. Lo anterior se relaciona con la reputación que tiene por la ideología comunista; al no ser asociado con los valores liberales que se encuentran en Occidente, disminuye su influencia en el Sistema Internacional. Lo interesante del caso chino es que en el año 2022 se ha percibido por otros actores como más generoso. Este cambio de percepción tiene que ver con cómo ha apoyado a otros países con la pandemia de COVID-19. Además, en el caso africano el gobierno chino tiene una política exterior que busca el fortalecimiento de la relación, a través del apoyo a estos países en temas relacionados con integridad territorial, derechos humanos, desarrollo. De manera conjunta, está construyendo un discurso en donde este Estado será el promotor de la salvaguarda de los derechos e intereses de los países en desarrollo en el Sistema Internacional. Lo anterior lo ha llevado a que se encuentre en este momento en el lugar número cuatro, de modo que le gana, por primera vez, a Japón.

Esto no quiere decir que Japón haya perdido la carrera en materia de influencia cultural, recordemos que este Estado tiene una larga trayectoria y experiencia con respecto a la percepción de otros actores en el Sistema Internacional.

Lo que mantendrá a Japón siempre en los primeros cinco lugares[49] es que es un actor que cuenta con personajes únicos y establecidos en el mercado internacional, como el caso de Hello Kitty, Mario, Pikachu, etc. Asimismo, tiene diferentes anime, manga, etcétera. También el concepto de kawaii se ha universalizado, no solamente por la moda de Harajuku sino también por videos musicales creados por la artista norteamericana Gwen Stefani, quien tomó la moda japonesa, así como el concepto de kawaii, para crear un producto norteamericano. 

Gracias a la popularización del concepto de kawaii, el gobierno japonés lo ha podido utilizar para suavizar su imagen, por medio del empleo de personajes como Hello Kitty y Doraemon, en los cuales los colores suaves y los personajes redondos atraen a consumidores jóvenes y los mantienen. 

La estrategia del Cool Japan ha tenido un crecimiento importante gracias a las nuevas plataformas y tecnología. Mercados como el norteamericano trabajan para adaptar proyectos de la imaginación japonesa y pasarlos al cine. Ejemplos de esto son películas como Detective Pikachu, Ghost in the Shell, etcétera. 

Es por lo anterior que el soft power japonés no se encuentra en peligro de perder su influencia por el momento, el lugar que consiguió en el mundo no le será arrebatado tan fácilmente por Corea del Sur o China. Y es gracias a la creación de productos únicos que mantendrá su postura como exportador cultural.

Conclusiones

En el presente capítulo de manera general se describió la historia de cómo Japón ha cambiado su imagen en el Sistema Internacional. Esto, a principios del siglo XX, le permitió ser reconocido por las potencias europeas como un país igual de fuerte. Al terminar la Segunda Guerra Mundial pudo cambiar su imagen de país imperialista por la de uno pacífico, reconstruido y con excelentes productos (made in Japan).

En el año 2000, la estrategia del Cool Japan, implementada por el exministro japonés Abe Shinzō, le permitió a Japón convertirse en un país que pudo recuperarse un poco de la crisis económica que había estado arrastrando. Además de aprovechar los productos culturales para aumentar su influencia y presencia en el Sistema Internacional.

La estrategia política que implementó fue tan eficiente que Corea del Sur y la República Popular China también la implementaron, pero no de la misma manera. A pesar de que ambos países compiten con Japón con una diplomacia de poder suave, esto no quiere decir que le hayan quitado su lugar en el Sistema Internacional.

El caso japonés es muy interesante pues llevan años de trabajo, además de reconocimiento en el Sistema Internacional. Aunque China se haya posicionado un escalón arriba en 2022, no quiere decir que lo mantendrá. La estrategia japonesa se ha caracterizado por ser efectiva, organizada y constante. Además de ser bien recibida y posicionada en países tanto occidentales como orientales.

Preguntas guía

1. ¿Cómo ha sido la evolución del poder suave en el caso japonés?

2. ¿Cuál ha sido el uso de las olimpiadas por parte de China, Japón y Corea del Sur para cambiar su imagen en el Sistema Internacional?

3. ¿Cómo ha sido la aplicación de poder suave en China?

4. ¿Cuál ha sido la principal competencia asiática para Japón con respecto a la creación de productos culturales?

5. ¿China y Corea del Sur representan una amenaza para la diplomacia cultural japonesa?

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  1. Aunque existen diferentes interpretaciones del concepto de Sistema Internacional, para este capítulo se entiende como el espacio en el cual interactúan los Estados nación. En el cual se establece un comportamiento entre los actores, determinado por los más fuertes. Es decir, Sistema Internacional se entiende como un concepto explicativo según el cual existe un acuerdo entre los actores y estos obtienen como resultado un comportamiento determinado en él, que les permite o no tener mayor o menor interacción entre sí. De la misma manera es un espacio en donde dichas interacciones permiten que se creen expectativas, patrones de comportamiento, así como la creación de una imagen, percepción de otros Estados nación. Este espacio determina las reglas de comportamiento de los actores dentro de él (Goodman, Jay S. “The Concept of ‘System”, en International Relations Theory, vol. 8, núm. 4, 1965, pp. 257-68. Consultado en https://doi.org/10.2307/3013730).
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  23. Uno de los eventos en donde se pueden encontrar cómics hechos por los fans es el Comiket. A pesar de que se podría decir que se encuentran compitiendo con los productos “originales”, estas actividades se permiten porque su presencia beneficia a la industria. Véase: Tianxiang He. “What Can We Learn from Japanese Anime Industries? The Differences Between Domestic and Overseas Copyright Protection Strategies Towards Fan Activities”, en The American Journal of Comparative Law, vol. 62, núm. 4, 2014, pp. 1009-1041. Consultado en http://www.jstor.org/stable/43669492.
  24. Jarol B. Manheim. “Rites of Passage: The 1988 Seoul Olympics as Public Diplomacy”, en The Western Political Quarterly, vol. 43, núm. 2, 1990, pp. 279-95. Consultado en https://doi.org/10.2307/448367.
  25. Jong Lee Sook. “South Korea’s Soft Power Diplomacy”, en EAI Issue Briefing, núm. MASI2009-01, 2009, pp. 3-8. Consultado en https://www.files.ethz.ch/isn/136823/200908061729956.pdf.
  26. Dal Yong Jin. “The Power of the Nation-state amid Neoliberal Reform: Shifting Cultural Politics in the New Korean Wave”, en Pacific Affairs, vol. 87, núm. 1, 2014, pp. 71-92. Consultado en http://www.jstor.org/stable/43590824.
  27. La NHK es una compañía de televisión japonesa. Ha tenido una presencia importante en los medios de comunicación japoneses desde la década de los cincuenta del siglo XX hasta nuestros días.
  28. Garth Shelton. “The Korean Developmental State”, en Korea & South Africa: Building a Strategic Partnership, Institute for Global Dialogue, núm. 61, 2009, pp. 7-9. Consultado en http://www.jstor.org/stable/resrep07762.6.
  29. Kwang Woo Noh. “Korean masculinities and transcultural consumption, en Pacific Affairs, vol. 85, núm. 2, 2012, pp. 420-422. Consultado en http://www.jstor.org/stable/23266872.
  30. Estos grupos musicales tienen la característica de tener varios miembros (usualmente tienen 5 o más), pueden ser conformados por solamente hombres o mujeres. Una de sus principales características es la adaptación y adopción de nuevos géneros musicales. Plataformas digitales como Youtube han permitido que pueda crearse un grupo de fans global. Bart Barendregt et al. “Doing It Digital, 1990s-2000s”, en Bart Barendregt, Peter Keppy y Henk Schulte. Popular Music in Southeast Asia: Banal Beats, Muted Histories, Amsterdam University Press, Amsterdam, 2017, pp. 79-100. Consultado en https://doi.org/10.2307/j.ctt1zkjzjw.7.
  31. Jeroen de Kloet y Jaap Kooijman. “Karaoke Americanism Gangnam Style: K-Pop, Wonder Girls, and the Asian Unpopular”, en Marthin Lüthe y Sascha Pöhlmann (eds.). Unpopular Culture, Amsterdam University Press, Amsterdam, 2016, pp. 113-128. Consultado en https://doi.org/10.2307/j.ctv157bjk.9.
  32. Tienen una influencia claramente norteamericana, en donde destacan Dream Girls, Destiny’s Child y Beyoncé.
  33. La censura en Corea del Sur fungió como una manera de controlar el consumo de la población, pero de manera más importante fue para legitimar el gobierno de la época. Park, Seung Hyun. “Film Censorship and Political Legitimation in South Korea, 1987-1992”, en Cinema Journal, vol. 42, núm. 1, 2002, pp. 120-38. Consultado en http://www.jstor.org/stable/1225545.
  34. Para lograr lo anterior estos corporativos dan grandes incentivos a sus trabajadores dependiendo de la productividad. Sung, Yongjun, and Spencer F. Tinkham. “Brand Personality Structures in the United States and Korea: Common and Culture-Specific Factors”, en Journal of Consumer Psychology, vol. 15, núm. 4, 2005, pp. 334-350. Consultado en http://www.jstor.org/stable/27609560.
  35. We Jung Yi. “The Pleasure of Mourning: Korean War Blockbusters in Post-Cold War South Korea, 1998-2008”, en Journal of Cinema and Media Studies, vol. 58, núm. 1, 2018, pp. 118-140. Consultado en https://www.jstor.org/stable/26608646.
  36. Esta se encuentra entre las cinco marcas más reconocidas en el Sistema Internacional. Para más información véase: Samsung, Samsung Electronics entre las cinco mejores marcas globales de Interbrand en 2021, Samsung. Consultado en https://news.samsung.com/co/samsung-electronics-entre-las-cinco-mejores-marcas-globales-de-interbrand-en-2021.
  37. Yasue Kuwahara. The Korean Wave: Korean Popular Culture in Global Context, Palgrave Macmillan, New York, 2014.
  38. Alan P. L. Liu. “Symbols and Repression at Tiananmen Square, April-June 1989”, en Political Psychology, vol. 13, núm. 1, 1992, pp. 45-60. Consultado en https://doi.org/10.2307/3791423.
  39. Yiwei Wang. “Public Diplomacy and the Rise of Chinese Soft Power”, en The Annals of the American Academy of Political and Social Science, vol. 616, 2008, pp. 257-273. Consultado en http://www.jstor.org/stable/25098003.
  40. James F. Paradise. “China and International Harmony: The Role of Confucius Institutes in Bolstering Beijing’s Soft Power”, en Asian Survey, vol. 49, núm. 4, 2009, pp. 647-669. Consultado en https://doi.org/10.1525/as.2009.49.4.647.
  41. Megan Evans. “‘Brand China’ on the World Stage: Jingju, the Olympics, and Globalization”, en TDR (1988), vol. 56, núm. 2, 2012, pp. 113-130. Consultado en http://www.jstor.org/stable/23262912.
  42. Kevin Latham. “Media, the Olympics and the Search for the ‘Real China’”, en The China Quarterly, núm. 197, 2009, pp. 25-43. Consultado en https://bit.ly/3SXHQPL.
  43. Yiwei Wang. “Public Diplomacy and the Rise of Chinese Soft Power”, en The Annals of the American Academy of Political and Social Science, vol. 616, 2008, pp. 257-273. Consultado en http://www.jstor.org/stable/25098003.
  44. El poder suave en el gobierno chino comenzó con la administración de Hu Jintao, que hace una referencia al gran rejuvenecimiento de la nación china que irá acompañado de la prosperidad de la cultura. A partir de lo anterior se le dio un papel importante a la cultura como una estrategia de política hacia el exterior (Tim Rühlig et al. “Does China Still Care about Soft Power?: Assessing the Diversity of Approaches in Europe”, en Ties Dam et al.China’s Soft Power in Europe: Falling on Hard Times, Clingendael Institute, 2021, pp. 5-13. Consultado en http://www.jstor.org/stable/resrep32152.7.
  45. Por ejemplo, en Medio Oriente se percibía de manera más favorable al gobierno chino que al norteamericano. Véase: Gary J. A Schmitt. “Hard Look at Soft Power in East Asia”, en American Enterprise Institute, 2014. Consultado en http://www.jstor.org/stable/resrep03182.
  46. Virginia Harper Ho. China’s Soft Power in Africa or Real Corporate Accountability?, US Institute of Peace, 2017. Consultado en http://www.jstor.org/stable/resrep20178.
  47. Esta relación de amistad entre China y África se basa en el pasado común que comparten. La lucha por la liberación nacional ha definido y apoyado interacciones más cercanas (Shōgo Suzuki. “Chinese Soft Power, Insecurity Studies, Myopia and Fantasy”, en Third World Quarterly, vol. 30, núm. 4, 2009, pp. 779-793. Consultado en http://www.jstor.org/stable/40388149).
  48. Este estudio lo realiza la consultoría Brand Finance desde 2020; aunque existen diferentes conceptos de soft power en su metología, ellos se basan en siete pilares: negocios y comercio; gobernanza; relaciones internacionales; cultura y herencia; medios de comunicación; educación y ciencia; personas y valores. El estudio se compone de una encuesta que se aplica tanto al público en general en diversos países como a tomadores de decisiones, académicos, analistas, periodistas, por mencionar algunos. La investigación busca presentar la percepción a nivel global de diversos países. En el texto analizan y presentan la reputación y el impacto que tienen los Estados en otros. Las variables que ocupan son: familiaridad (las marcas del país, si son conocidas o no); influencia (si en el país encuestado se considera que el otro Estado tiene influencia o no, así como en el Sistema Internacional); reputación (se evalúa la percepción positiva o negativa de este en el Sistema Internacional); relación con los siete pilares antes mencionados; acciones con respecto a la pandemia de COVID-19. El estudio se compone de 120 países. Este documento fue seleccionado por la metodología, pero también por ser un estudio independiente. Para conocer más de la metodología véase: Brand Finance. Global Soft Power Index, Brand Finance, 2021, pp. 126. Consultado en https://brandirectory-live-public.s3.eu-west-2.amazonaws.com/reports_free/brand-finance-global-soft-power-index-2021.pdf.
  49. Aunado a lo anterior, en el año 2020 Japón fue reconocido como un país con el cual se pueden llevar a cabo negocios de manera muy sencilla. En 2021, se mantuvo esta percepción, pero subió al segundo lugar de la lista. Esto se encuentra relacionado con que se realizaron las Olimpiadas en Tokio en ese año, lo que le permitió tener una mayor visibilidad e interacción con otros Estados en el Sistema Internacional. Durante este último año (2022) hubo una fluctuación en el posicionamiento de Japón pues bajó hasta el quinto lugar.


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