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Cultura y arte para la inclusión social en la Amazonia

María del Perpetuo Socorro Rodrigues Chaves
y Nerine Lúcia Alves de Carvalho

Resumen

Este artículo presenta datos de la investigación titulada “Sostenibilidad de las prácticas de economía de la cultura de los habitantes de Puraquequara, en Manaos, Amazonas, Brasil”, que aborda las condiciones de vida de los habitantes del barrio de Puraquequara en el municipio de Manaos, capital del estado de Amazonas, en la región norte de Brasil. El agravamiento de desafíos e impases que prevalecen en la segunda década del siglo XXI avanzan con la emergencia de nuevos conflictos y problemáticas moldeados por las inferencias del movimiento de la economía globalizada. El estudio está vinculado al Observatorio de Economía Creativa del Estado de Amazonas (OBEC-AM), centro de investigación que proporciona subsidios para el Ministerio de Cultura de Brasil para la formulación de políticas de cultura y actúa en un sistema colaborativo con varios segmentos del área académica en el intercambio y la generación de conocimiento. Los procedimientos metodológicos utilizados abarcan datos de naturaleza cuantitativa y cualitativa (predominancia), procesados a la luz del método de análisis de contenido, compuesto por un conjunto de técnicas de recolección de informaciones. El enfoque analítico se centra en los elementos culturales, asociados a la dinámica socioambiental, las demandas y el papel en el desarrollo local.

Palabras clave

Economía de la cultura; sustentabilidad; cultura; ciudadanía.

Introducción

Este trabajo relata el estudio “Sostenibilidad de las prácticas de economía de la cultura de los moradores del Puraquequara, de Bolsa Productividad” que se está realizando sobre el agravamiento de desafíos e impases que prevalecen en la segunda década del siglo XXI avanzando con la emergencia de nuevos conflictos y problemáticas moldeados por las inferencias del movimiento de la economía globalizada en un barrio de la periferia de la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, en la región norte de Brasil, en el centro del bioma de la selva tropical de la Amazonia.

El interés está en debatir las tramas de la economía de la cultura que gana expresión económica y social en el estado de Amazonas, desarrollando las prácticas de sostenibilidad para el diagnóstico de esa dinámica productiva, a partir del cribado de un enfoque crítico, por la necesidad de producir saberes calificados. El estudio está vinculado al Observatorio de Economía Creativa del Estado de Amazonas (OBEC-AM), centro de investigación ligado al Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil (CNPq), órgano responsable por el ordenamiento de investigación en Brasil.

El OBEC-AM proporciona informaciones para el Ministerio de Cultura de Brasil sobre las prácticas de Economía Creativa y Economía de la Cultura para la formulación de políticas de cultura y actúa en un sistema colaborativo con varios segmentos del área académica en el intercambio y generación de conocimiento, relata los resultados parciales de la investigación que se está realizando con la finalidad de desentrañar las bases de sostenibilidad de las prácticas de Economía de la Cultura de los habitantes de la comunidad de Puraquequara.

Marco teórico-práctico

La contemporaneidad presenta una sociedad cuyos valores están impregnados por profundas transformaciones socioculturales generadas por los impactos del modo de producción de bienes y consumo vigentes. La relación de los hombres entre sí combina: avance científico y tecnológico y exclusión social en los diferentes cuadrantes del planeta cuyas consecuencias se vuelven más nefastas en los países y regiones empobrecidas que albergan el 75% de la población mundial. Parte significativa de este contingente (sobre)viven en situación de riesgo y vulnerabilidad social y ambiental, por la condición de exclusión al acceso a bienes y servicios sociales.

En oposición al expansionismo del capital, diversas formas de resistencia surgen tomando la cultura y el arte como bandera. Estas forman el campo de la Economía Creativa (EC), expresión de la cultura de un pueblo en actividades resultantes del ejercicio de la creatividad que implica la creación, producción de bienes, distribución de productos y servicios a partir del conocimiento y capital intelectual como recursos productivos.

Los debates y estudios sobre la cultura crece en función de las manifestaciones societarias por todos los cuadrantes del planeta, que presentan una nueva vertiente: la EC. La EC se configura como tendencia que emergió en el siglo XX, con fuerte expresión en el XXI, que hace imperativa la edición de políticas públicas de desarrollo que revitalicen y fomenten nuevas prácticas de combate a la exclusión social para crear oportunidades para que comunidades locales usen su cultura y saberes tradicionales para potenciar acciones de ciudadanía. Así, considerando que la creatividad de un pueblo contribuye al desarrollo económico e inclusión social de una comunidad, Howkins (2013) define EC como actividades resultantes de personas que ejercitan su imaginación y exploran su valor económico, cuyos procesos involucra la creación, producción y producción distribución de productos y servicios usando el conocimiento, la creatividad y el capital intelectual como recursos productivos.

Propopiuck afirma que:

(…) la economía viene siendo utilizada por los países desarrollados para revitalizar el crecimiento socioeconómico y fomentar la innovación, sobresaliendo como estrategia importante para la reducción de desempleo y para la mejora de los niveles de competitividad de regiones y localidades (en Rodrigues Chaves y Carvalho Alves, 2016: 273).

Esto, en cierto modo, permite a las comunidades locales explotar su cultura y los conocimientos tradicionales para potenciar las acciones sociales y sostenibles (Rodrigues Chaves, 2017).

Para Fonseca Reis (2008: 61), en lo que se refiere a los aspectos sociales, la formulación de políticas de fomento sobre la EC local influye positivamente en la generación del empleo, la promoción de la inclusión social y la mitigación de la pobreza, favoreciendo que las clases sociales participantes puedan actuar como productoras y en algún momento como consumidoras.

En el siglo XXI, el concepto y las prácticas de EC presentan manifestaciones artísticas y culturales, bajo la fuerza y la dinámica de la creatividad como fuerza motriz; que se apoya en la conectividad de la sociedad de la información, la economía encontró la oportunidad de apropiarse de valores sociales y culturales para la generación de bienes, productos, servicios, marcas y otros. La primera iniciativa que se hizo en referencia a esta modalidad fue el proyecto Creative Nation (1994), en Australia, cuyo objetivo era demostrar la importancia de la creatividad para la economía y el desarrollo del país.

Esta experiencia fue fuertemente modelada por las prácticas neoliberales conducidas por el gobierno británico, cuyo primer ministro, Tony Blair, al vislumbrar la experiencia australiana, reunió a diversos sectores de la sociedad británica para debatir las tendencias del mercado y sus ventajas competitivas para identificar a los sectores más prometedores el siglo XXI. Esta política puso a la industria creativa británica en la cima del ranking mundial, surgiendo como referencia del campo de la EC.

A finales de la década de 1990, las industrias creativas se definieron en el I Foro Internacional de las Industrias Creativas, en 2002, en Rusia, como industrias que se basan en la creatividad, las habilidades y los talentos individuales, y poseen potencial para la creación de riquezas y empleos por medio de la generación y explotación de la propiedad intelectual. Este movimiento se hizo conocido como giro cultural y surgió de la combinación de dos fenómenos simultáneos: las condiciones materiales proporcionadas por la sociedad del conocimiento y la transición de valores materialistas a valores postmaterialistas (Bonnell y Hunt, 1999; Gibson y Klocker, 2005).

En Brasil, desde mediados de los años 2000, se registra una fuerte expansión de la EC en todo el país, con la conducción del Ministerio de Cultura que propone, entre otras diversas acciones: una reanudación en la formulación de políticas públicas en el campo de la cultura, la formulación de legislación cultural en las esferas federal, estaduales y municipales, mayor presencia de la cultura en los discursos políticos (la “culturalización” de la política), el apoyo para investigaciones en el campo cultural con la creación de los observatorios de EC, la promoción de acciones formativas y de emprendimiento para el sector (un ejemplo son las incubadoras creativas).

El término EC está siendo utilizado hace menos de dos décadas; sin embargo, un cambio gradual de paradigma dentro de este movimiento está emergiendo expresado en una nueva vertiente de carácter más crítico y de perfil holístico: la Economía de la Cultura. Aunque este nuevo concepto, así como el de Economía Creativa, moviliza los mismos sectores productivos y transita en las mismas esferas sociales, deriva de un fuerte movimiento social y académico que critica a la naturaleza política y los directivos impuestos por el capital a las prácticas de EC. Es importante enfatizar que la principal crítica se basa en el reconocimiento de que el capital se ha agravado de los activos materiales e inmateriales, modelando una nueva senda para sus propósitos expansionistas.

Para la tendencia emergente, la cultura y la economía son enunciadas como portadoras de naturalezas políticas diferentes e incluso contradictorias. En esta perspectiva, diversos movimientos sociales utilizan el término Economía de la Cultura como portadora de una nueva percepción sobre el significado de la cultura, entendida como matriz dinámica de los sentimientos y percepciones comunitarias, en la cual los sujetos protagonizan sus expresiones culturales como elemento apalancador de las condiciones efectivas de desarrollo con sustentabilidad.

Las políticas a lo largo de la historia de constitución del estado de Amazonas están dirigidas a hacer avanzar la inserción de la producción local en la dinámica del mercado nacional e internacional. En la dinámica actual, incluso bajo la sigla de promoción de un desarrollo sostenible, las políticas públicas no inhiben de manera eficaz las prácticas de explotación y especulación del mercado capitalista, pues enmascaran sus reales intereses al emitir discursos de defensa ambiental proponiendo créditos de carbono, carteras de carbono, inversión y un conjunto de procesos, servicios y productos, que en realidad proclaman la biodiversidad como commodities, revestidos del sello de la sostenibilidad.

En el estudio sobre las prácticas de Economía de la Cultura en el barrio de Puraquequara, además de diagnosticar y entender la dinámica social, económica y ambiental, tratando las cuestiones de modo orgánicamente articuladas, toma como referencia los principios orientadores de la sostenibilidad. A partir de la perspectiva de los estudios producidos por Ignacy Sachs, en 1970, en el Centro Internacional de Recherchesur l’Environnement et le Développement (CIRED), en París, que presentó el concepto de Ecodesarrollo como instrumento para las reuniones preparatorias de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Estocolmo. Este estudio defendió la constitución de un modelo de desarrollo mundial basado en el Ecodesarrollo, bajo dos principios básicos: el cambio del modelo por otro que favorezca la defensa de la vida humana y de la naturaleza, y el celo por la autonomía de los pueblos para superar la desigualdad entre países ricos y pobres.

En cuanto al desarrollo y sus efectos ambientales y sociales, Sachs (1985) pregona la satisfacción de las necesidades básicas (materiales y psicosociales), la defensa de la autonomía de las poblaciones (self reliance) y el reconocimiento de la relevancia de las formas de manejar los recursos locales orientados por los valores culturales (savoirfaire) (Rodrigues Chaves, 2004). Los fundamentos del Ecodesarrollo se basan en la ciudadanía (oportunidad, iniciativa, dignidad), soberanía y valores socioculturales, con objetivos de: construir una sociedad libre, justa y solidaria; garantizar el desarrollo nacional; erradicar la pobreza y la marginación y reducir las desigualdades sociales y regionales; promover el bien de todos, sin prejuicios de origen, raza, sexo, color, edad y cualquier otra forma de discriminación.

Las estrategias de Ecodesarrollo se orientan a: hacer el mejor uso de los recursos específicos de cada territorio (las ecozonas) para atender las necesidades básicas de sus habitantes, además de salvaguardar, también, la conservación duradera por la gestión racional de los recursos; reducir al mínimo los efectos ambientales negativos, potenciar y replicar los resultados positivos: efectuar el aprovechamiento de los productos de desecho; desarrollar tecnologías apropiadas a los objetivos propuestos (Sachs, 1986: 98).

Estas proposiciones preconizan la construcción de un sistema social que garantice seguridad social y desarrollo con sustentabilidad por la conciencia de los límites de la nave espacial terrestre y la fragilidad de sus equilibrios ecológicos globales. Por lo tanto, la viabilidad de este modelo de desarrollo depende de la operación de cambios socioinstitucionales, de las prácticas sociales y de la mentalidad humana, o sea, va más allá de un mero estilo tecnológico (Rodrigues Chaves, 2017).

El concepto de sustentabilidad, en su naturaleza dinámica e instrumental, toma como referencia las necesidades crecientes de las poblaciones, en un contexto internacional en constante expansión, a partir de cinco pilares que se intercambian de manera orgánica entre sí: sostenibilidad social, sostenibilidad económica, sostenibilidad ecológica, sostenibilidad geográfica, sostenibilidad cultural (Sachs, 2002).

Metodología

En los procedimientos metodológicos utilizamos datos de naturaleza cuantitativa y cualitativa (predominancia), procesados a la luz del método de análisis de contenido compuesto por un conjunto de técnicas de recolección de informaciones. El enfoque analítico se centra en los elementos culturales, asociados a la dinámica socioambiental, las demandas y el papel en el desarrollo local, y busca proporcionar bases para segmentos, académicos y sociales involucrados.

En cuanto a la modalidad de intervención/abordaje de investigación, por su naturaleza interactiva, promueve: el conocimiento social, cultural, político, ambiental, productivo y tecnológicamente real local; la evaluación de la sostenibilidad de las prácticas de economía de la cultura en su pertinencia a la realidad ya las necesidades locales; el diálogo con la comunidad sobre los procesos organizativos de sus prácticas productivas de Economía de la Cultura.

El emprendimiento investigativo y analítico propuesto tiene la finalidad de conocer los segmentos que se identifican como emprendedores sociales y analizar en qué sentido se constituyen como una nueva fuerza de trabajo, tal como ha sido difundido en diversos debates. Se buscará efectuar una inflexión que se hace imperativa para identificar si de hecho está ocurriendo una transición de la EC a la Economía de la Cultura, cuya cuestión orientadora son las bases de sustentabilidad social, ambiental, tecnológica y cultural presente en las prácticas de Economía de la Cultura de los habitantes de la comunidad de Puraquequara, Manaos, Amazonas. Así, se efectuará un balance crítico para conocer mejor las tendencias emergentes en el plano socioambiental, en el cual se abordará la proposición de Ecodesarrollo en sus presupuestos sociopolíticos. Así también en relación al concepto de Economía de la Cultura, en la perspectiva de que muchos de los que pertenecen a la generación del milenio buscan un trabajo que no se circunscribe a la creación de beneficios, con la esperanza de actuar en el combate a los problemas ambientales y sociales en el marco de la sociedad.

Enfoque, analítica y discusión

El municipio de Manaos, capital del estado de Amazonas, posee una extensa periferia cuya población enfrenta un limitado acceso a bienes y servicios sociales (de salud, educación, saneamiento y otros), lo que amplía el deterioro de las condiciones de vida, así como agrava los riesgos para segmentos sociales que ya enfrentan condiciones de vulnerabilidades ambientales y sociales. Entre los espacios que experimentan tales situaciones, la comunidad de Puraquequara, locus de este estudio, comprende una de las mayores comunidades que desarrolla actividades productivas y comerciales que les permiten la supervivencia.

En el marco de los desafíos y dilemas vigentes en este contexto, la extinta Secretaría de Economía Creativa (SECIS), creada por el Decreto 7743, del 1 de junio de 2012, vinculada al Ministerio de Cultura (SEC), tenía como misión conducir la formulación, el monitoreo de políticas públicas para el desarrollo local y regional, priorizando el apoyo y el fomento a los profesionales y los micro y pequeños emprendimientos creativos brasileños con el objetivo de hacer de la cultura un eje estratégico en las políticas públicas de desarrollo del estado brasileño. Con esta intención, la SECIS organizó el Observatorio Brasileño de Economía Creativa (OBEC), con el programa de trabajo que pretendía estimar la producción y difusión de informaciones estratégicas y conocimiento crítico sobre la EC brasileña. La SEC/MinC proporcionó fomento de estudios sobre el impacto de la EC en la dinámica cultural, social y económica del país es un camino para alimentar la reflexión y el debate sobre el tema y estimular la constitución de una red de investigadores, especialistas, agentes gubernamentales y representantes de los sectores creativos.

El OBEC definió como uno de sus objetivos específicos más importantes, el incentivo a que los estados de la Federación implantaran sus propios Observatorios Estatales de Economía Creativa, favoreciendo así la construcción de una red de estudios e investigaciones para proporcionar las bases de informaciones para la elaboración de políticas públicas en el área de EC.

La Universidad Federal de Amazonas, apoyada por el MinC, a través de la Pro-rectoría de Innovación Tecnológica (PROTEC) aceptó el desafío y elaboró un proyecto de implantación del Observatorio de Economía Creativa del Estado de Amazonas-(OBEC-AM) el 1 de noviembre de 2013.

El OBEC-AM fue constituido por un conjunto de agentes públicos y privados regidos en una amplia red de estudios e investigaciones. Los objetivos que orientan su creación fueron alineados a las proposiciones del MinC, los cuales eran: mapear los estudios existentes y fomentar la realización de investigaciones sobre EC con levantamiento de informaciones y datos de producción y consumo en el estado de Amazonas con la estructuración de un banco de datos; crear un sistema de información, que facilite la comunicación, el debate y el intercambio de experiencia por la interacción entre los diferentes actores; crear espacio de negociación entre los productores, incubadores, agencias de fomento y otros agentes internos; capacitar a profesionales en el área de EC.

Los estudios conducidos por el OBEC-AM ayudan al entendimiento de la real importancia de la cultura, los conocimientos tradicionales, además de la mayor fuente de recursos naturales para la economía regional, la selva amazónica, para la inclusión social y económica de comunidades amazónicas. Estos servirán de base para el desarrollo de nuevos proyectos en Puraquequara, lo que permitirá conocer lo que se desarrolla y lo que podría convertirse en nuevos emprendimientos con posibilidades para el cooperativismo con autogestión.

Los resultados y productos generados en el estudio servirán para subsidiar las prácticas organizativas y productivas de la comunidad participante del estudio. Además de proporcionar informaciones calificadas para la actuación de profesionales de diferentes áreas, sea junto a la comunidad local o en otros contextos similares con las debidas adaptaciones.

El término Economía Creativa está siendo utilizado hace menos de dos décadas, pero en el interior de este movimiento está emergiendo un cambio gradual de paradigma, expresado en una nueva vertiente crítica, de perfil holístico: la Economía de la Cultura. Este concepto moviliza y transita en las mismas esferas que la EC, que son la cultura y la economía; sin embargo, las divergencias en términos de alcance y naturaleza son notorias, oponiéndolas desde el punto de vista de la filiación política.

Al tratar el papel de la Economía de la Cultura para el desarrollo brasileño, el ministro de cultura de 2014 a 2015, Juca Ferreira (2015) identificó la existencia de diversos problemas de orden conceptual y metodológico, como la precariedad de los instrumentos de análisis comparativos, de las diversas modalidades de abordar el asunto y la carencia de estadísticas. El exministro reconoce que tal situación crea grandes dificultades para que se pueda proceder a la delimitación del universo de las actividades con una visión estratégica, dirigida a la formulación de una política arrojada en este campo. Esta afirmación defiende la esencialidad de la Economía de la Cultura y de que se hace necesario generar indicadores precisos, estructurar métricas técnicas científicas, con informaciones cualificadas que subsidien la edición de políticas con las acciones de fomento y regulación.

En estos debates, muchos defienden que el segmento involucrado en las prácticas de Economía de la Cultura son individuos que anuncian su compromiso con la resolución de problemas sociales, que crean emprendimientos en que las ganancias apuntan al mantenimiento de sus grupos domésticos familiares con la maximización de los beneficios sociales y reducción de los impactos ambientales.

En el contexto actual, el conjunto de la comunidad científica está siendo desafiado a (re)pensar los parámetros técnicos científicos. Castoriadis (1981) ya había identificado la necesidad de “pensar de una manera nueva” la dimensión creadora del sujeto y del hombre, social-histórico, a partir del imaginario y de la imaginación. Sin embargo, mediante el agravamiento de la crisis socioambiental global, que alcanza proporciones civilizatorias, los dilemas y desafíos son tan complejos que, además de pensar de manera nueva, se vuelve imperativo actuar de manera innovadora, ejercitar de modo creativo, inusitado la práctica social, bajo el foco de una ciencia comprometida que adopte un nuevo reposicionamiento.

En la Amazonia, las aceleradas revoluciones tecnológicas, que ocurren en un espacio de tiempo cada vez menor, alteran las relaciones de producción, de trabajo, de consumo y de vivencia, alcanzando hasta las comunidades más distantes de los centros urbanos (Rodrigues Chaves, 2007).

El estado de Amazonas posee un área territorial de 1.559.161,682 km² y 62 municipios, una población de 3.905.483, ubicada en la selva tropical húmeda. Manaos, capital de Amazonas (2.057.711 habitantes) es una ciudad ubicada a la margen izquierda del río Negro, en la confluencia con el río Solimões (IBGE, 2015). En ella está incrustado el Polo Industrial de Manaos-PIM, bajo la égida del modelo zona franca es el principal centro financiero, corporativo y económico de la región norte de Brasil.

En razón de la crisis de la economía del caucho en la Amazonia, en 1910, se generó un fuerte flujo de poblaciones que abandonadas en el interior de los seringales se dirigieron hacia los centros urbanos de la región. En el seno de este proceso, la comunidad de Puraquequara fue formada en la primera década del siglo XX, por 23 familias ribereñas que se instalaron a orillas del río Amazonas, provenientes de los canales de los ríos Madeira, Purus y Juruá. En el referido período, los primeros habitantes que llegaron al lugar fueron las familias Barroso y Matos. La principal actividad productiva en la época era la pesca, el corte de madera y la agricultura de subsistencia.

En torno a 1918, el crecimiento del número de residentes dio origen a la primera villa, cuyos habitantes, como alternativas de supervivencia, desarrollaban la producción de harina de mandioca y carbón vegetal, además de la pesca de subsistencia. El origen del nombre Puraquequara proviene de un pez llamado Poraquê (anguila de agua dulce), que para alimentarse emite pequeños choques eléctricos en los árboles, y come los frutos que caen de ellos. De manera literal, Puraquequara significa “Morada do Poraquê”.

Las márgenes del río Amazonas albergaron la comunidad de Puraquequara por cuatro décadas. La conexión con la ciudad de Manaos dependía de la travesía hecha por barcos, donde los residentes iban a vender su producción de carbón y harina. Sin embargo, la localidad no ofrecía seguridad ambiental para la permanencia de los habitantes, pues siendo tierra de várzea (tierras inundables), con las inundaciones regulares del río, muchas viviendas y rozados eran destruidos por el fenómeno de las tierras caídas, que destruía continuamente los márgenes donde la villa estaba sentada. En 1953, ocurrió una inundación que generó la destrucción de casas de gran parte de la villa; la comunidad de Puraquequara, formada por 50 familias, fue obligada a cambiar de una orilla del río Amazonas a tierra firme (tierras altas) a orillas del lago de Puraquequara.

Actualmente, las tierras de la várzea son utilizadas solamente para el plantío de la mandioca, frutas y hortalizas. El cambio de la comunidad de Puraquequara la hizo periferizada ciudad de Manaos. El crecimiento demográfico y urbano con la ampliación del comercio, servicios y sector informal de la economía es expresión de la propuesta de integración y diversificación productiva impuesta por el gobierno militar en la década del 60, con la implantación de la Zona Franca de Manaos (ZFM).

Aunque el dinamismo económico propalado por la ZFM se ha quedado restringido al centro urbano de la capital, Manaos, el crecimiento de Puraquequara se debe a los esfuerzos locales. La comunidad comenzó a ser impulsada a partir de 1968, con la llegada de la hermana Gabriele Cogels, misionera nacida en Bélgica, que se convirtió en personalidad histórica de la comunidad por sus esfuerzos para erigir la villa actual, a principios de la década de 1970. Entre otras acciones y la creación de infraestructuras para la comunidad, la misionera movilizó a la comunidad, en movimiento, para construir el Centro Social Comunitario, el ambulatorio médico, la primera iglesia, además de abrir la carretera que une la comunidad al resto de la ciudad.

La comunidad de Puraquequara posee algunas iniciativas de conservación ambiental y es reconocida como Área de Preservación Ambiental, con ley específica contra la acción de deforestación, y de cuidados con los recursos de la pesca que actualmente se practica con la cría de peces en cautiverios para reducir la contaminación agresión al medioambiente acuático y al pescado.

En la década de 1990, 300 nuevas familias fueron llevadas a la comunidad por la acción del Ayuntamiento de Manaos. En 1996, las obras de pavimentación de la carretera fueron iniciadas y concluidas en el mismo año posibilitando que la comunidad ganara status de barrio de la ciudad de Manaos registrado por la Ley 671/02 del Plan Director del Municipio, en su artículo 44. El asfalto de la Estrada amplió el acceso al local y generó un crecimiento de la población del barrio que posee alrededor de 20 mil habitantes.

Las actividades productivas generadoras de ingresos son: la pesca, la agricultura, el comercio y el funcionalismo público estatal y municipal. El comercio cuenta con restaurantes, cafeterías, bares, mercadillos. Entre las acciones de Economía de la Cultura que más se destacan en la comunidad, están: la producción y comercialización de artesanía con el comercio ambulante practicado en la feria de productos artesanales; el turismo sostenible de base comunitaria; los restaurantes con comidas típicas; y el canotaje.

La actividad con mayor generación de ingresos en Puraquequara es el turismo. La reserva forestal, la cultura interior del barrio, atrae a turistas y residentes del centro de la ciudad de Manaos los fines de semana. Los principales puntos turísticos del lugar son el lago de Puraquequara, la isla de la Fantasía, el remanso del Boto, la cascada Grande, el parque zoobotánico, algunas áreas de preservación ambiental privadas, el hotel de la selva, además de la diversidad de árboles típicos, como la sumaumeira, los tucumaneros y las castañas. En la época de la inundación del río Amazonas, que cubre el lago de Puraquequara y va de enero a julio, la comunidad recibe cerca de cinco mil turistas semanalmente.

El principal hotel de recepción de Puraquequara es el hotel del Puerto de la Isla de la Fantasía. El hotel dispone de pequeños chalets al aire libre, bautizados con nombres de intelectuales, periodistas y arquitectos, y están interconectados por caminos de madera, que proporcionan una vista panorámica de toda la ciudad. Los turistas pueden llevar su alimentación y armar sus redes bajo la cobertura de los chalets. El hotel también organiza itinerarios turísticos durante la inundación del río. Hay hoy cuatro rutas que los visitantes pueden conocer, todas dentro del bosque. (Diario del Comercio, Portal Amazonia – NR).

La investigación continúa en el trabajo de identificar otras experiencias y analizar cómo están estructuradas desde su constitución y organización. Sin embargo, se percibe que la dinámica poblacional en la comunidad viene siendo impulsada por el movimiento de integración de la región a los circuitos de acumulación capitalista y por el abandono de las actividades productivas tradicionales. Se verifica también el éxodo de la población en busca de acceso a bienes y servicios sociales en las proximidades de los centros urbanos, en lugares con riesgo ambiental agravado por la vulnerabilidad social a que están sometidos.

En cuanto a la empleabilidad de los residentes, por una parte es muy reducida: son acogidos por los empleos formales del comercio, en el circuito y el flujo de la economía local que limita la oferta de empleo formal. Así se constituye un gran contingente que vive en la estera de una economía informal, lo que en la actualidad se percibe de manera especulativa.

Conclusiones

El compromiso que conduce este estudio es la búsqueda por conocer para actuar de manera coherente con la praxis que ordena el trabajo del asistente social. A lo largo de tres décadas de estudios centrados en la problemática social y ambiental de la Amazonia, se vuelve imperativo reconocer la necesidad de ampliar las investigaciones para la instrumentalización de la práctica. Tenemos en vista las multiplicidades de grupos sociales y la complejidad de la problemática vigente en la región. Se entiende que las competencias técnicas obtenidas en el ámbito formativo del Servicio Social proporcionan a los profesionales instrumentales y saberes que pueden generar contribuciones relevantes e innovadoras en esta arena de debates.

Bibliografía

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