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Prólogo II

Prof.ª Miriam V. Gomes

Como conocedores y conocedoras de la relevancia y función del curriculum en la educación en todos sus niveles, los y las activistas, dirigentes, educadores/as, integrantes de las Comunidades Afrodescendientes de nuestro país, siempre hemos colocado la revisión, análisis y reforma del curriculum educativo entre las cinco o seis demandas fundamentales del Movimiento.

En esta tesis de Maestría, la autora nos habla de colonialidad del poder, de colonialidad del saber y, por lo tanto también, de la colonialidad curricular. Ella se propone analizar las ausencias y presencias de lo Afro en nuestra educación, en espejo con el sistema educativo brasileño, el gigante vecino, que puede mostrarnos mucho al respecto, incluso al nivel de las luchas y resistencias que vienen sosteniendo por siglos los/las quilombolas antiguos/as y actuales.

Habiendo sido nosotros y nosotras parte del sistema educativo público, fundamentalmente, hemos podido observar y padecer de manera directa la obstinada y sistemática supresión de aquellos saberes, destrezas y prácticas culturales de las Comunidades Afro y sus contribuciones a la conformación de nuestras sociedad y cultura, tanto en el pasado como en la contemporaneidad.

Cuando hablamos de contenidos, debemos advertir que éstos son producidos por sujetos social, política e ideológicamente situados y que, a partir del modelo de país diseñado en la segunda mitad del Siglo XIX, se implantó una matriz de estado-nación eurocentrada, positivista, deudora de la teoría de las “razas”, que subalternizó y marginalizó –real y simbólicamente- a grandes sectores de nuestra población, entre los que Afrodescendientes y Originarios constituimos una gran proporción.

La autora señala: “La orientación política que impulsa al curriculum es resultado de la lucha de los diferentes sujetos sociales que buscan imprimir sus intereses en la propuesta de enseñanza”. Durante gran parte del siglo XIX y del XX, el resultado de esa lucha fue la erosión, el opacamiento y la obliteración de la perspectiva afro. Y cuando esto ocurrió, también se erosionó, se opacó y se obliteró a los saberes, afectividades, espiritualidades y, sobre todo, a las humanidades de sus detentores y detentoras. Por tanto, conscientes de que recurrimos a un instrumento en el que la colonialidad del poder y del saber intervino para el diseño de una educación homogeneizante y negadora de aquellas desigualdades de poder, lo hacemos, ahora, desde otra perspectiva: una perspectiva en la que interpretamos a la educación como un acto de soberanía.

Tanto en nuestro país, como en el contexto Sur-Sur, ciertas “colonialidades” comenzaron a verse sacudidas, contestadas, asediadas si se quiere, a partir de los años 2000 sobre todo, con algunas acciones como las siguientes: la Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo, convocada por Nelson Mandela en Durban, Sudáfrica (2001), y a la que asistieron representantes de cinco organizaciones afroargentinas; la Prueba Piloto de Medición de Población Afrodescendiente (2005); la Ley Nacional de Educación (2006); el Censo Nacional de 2010 que incorporó la variable afro en una porción de los formularios censales; el establecimiento del 12 de Octubre como del Día de la Diversidad Cultural Latinoamericana (2012); La Ley María Remedios, como nos gusta llamarla, “Día Nacional de los/las Afroargentinos/as y de la Cultura Afro” (2013), entre otros “asedios”.

Una investigación como la presente pone en contexto la gravitación y delimitación de los contenidos en la formación educativa. Y, estamos seguros, viene a sentar las bases de los futuros curricula, que queremos libertarios y liberadores, como María Remedios, la Capitana.

 

Sociedad Caboverdeana de Dock Sud

4 de octubre de 2022



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