Alejo Levoratti y Verónica Moreira
Este libro es producto de una labor colectiva. Junto a otros investigadores trabajamos en su elaboración para difundir los resultados de nuestras indagaciones, que tienen como común denominador el abordaje del deporte. La compilación surgió como un proyecto del “Seminario Permanente de Estudios Sociales del Deporte”, que congrega regularmente en reuniones mensuales a docentes y estudiantes de distintas Universidades Nacionales. El Seminario comenzó en el año 2013 en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín, continuó en 2014 en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, y se trasladó en 2015 al Área de Estudios e Investigaciones en Educación Física de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Tantos nombres, años y lugares pretenden graficar un objetivo central: la divulgación de nuestros resultados en el marco de un intercambio amplio.
Los integrantes del Seminario organizamos y participamos de encuentros académicos nacionales e internacionales; lo hicimos, y lo seguimos haciendo, de manera democrática y solidaria porque dividimos y compartimos las funciones y rotamos en nuestro roles como expositores, coordinadores y comentadores de los grupos de trabajo. Entre los eventos destacamos: la Reunión de Antropología del Mercosur de 2013, que se desarrolló en la ciudad de Córdoba; el Congreso Argentino de Antropología Social que se realizó en 2014 en la ciudad de Rosario; las Jornadas de Sociología de la Universidad Nacional de La Plata en el mismo año; y las XI Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires en 2015. Intervenimos en tales convocatorias participando de un valioso y afectuoso diálogo en el Grupo de Trabajo “Antropología del deporte: reflexiones, relaciones y dimensiones de las prácticas deportivas”, “Antropología y deporte: expresiones locales y mega-eventos”, “Homo Ludens. Sociabilidad, deporte y tiempo libre en las sociedades contemporáneas” y “Estudios sociales del deporte”, respectivamente. Allí compartimos inquietudes, dudas, preguntas, datos, interpretaciones, reflexiones metodológicas y dilemas éticos que surgen diariamente en el trabajo de campo.
Además, en el devenir de estos años, brindamos entrevistas a la prensa y fuimos invitados a programas de radio y televisión dando lugar, una vez más, a la divulgación de nuestras ideas y propuestas, tanto en medios de comunicación masiva como en medios comunitarios, en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y en diversas ciudades del país. Intervenimos porque creemos que podemos fomentar el debate cruzando las fronteras de la comunidad académica, proponiendo análisis de aspectos específicos del deporte, así como también problematizando tales aspectos en su articulación con fenómenos que exceden el campo deportivo; esto es: su relación con las diversas formas de violencia, las desigualdades de género, la discriminación por xenofobia y racismo, las percepciones hegemónicas y alternativas del cuerpo, entre algunas de las dimensiones sociales y culturales.
Este libro tiene un antecedente directo en el contexto del Seminario[1]: la compilación “Deporte y Ciencias Sociales: claves para entender las sociedades contemporánea”, que fue innovadora en la medida en que reunió artículos sobre deportes que hasta ese momento habían sido poco o nada explorados en el ámbito académico local, como el golf, el rugby, el hockey, el automovilismo y las prácticas en el gimnasio. La compilación también se destaca por la presencia de un artículo comparativo entre el hipismo y la vela en Brasil (también ausentes en nuestra agenda) y la propuesta para debatir la tensión entre la dimensión lúdica y competitiva del deporte (una dimensión que sigue atravesando nuestras discusiones). El carácter innovador de estos trabajos emerge en el marco de la trayectoria singular que han trazado los estudios sociales del deporte desde sus inicios, los cuales se encuentran fuertemente marcados por el fútbol. Hoy, la vigencia está intacta: las producciones sobre el deporte más popular de Argentina dominan el campo. El fútbol no nos deja de sorprender por las connotaciones políticas, económicas, sociales y culturales que produce. La violencia, que es uno de los fenómenos más abordados por las investigaciones locales, se afirma en su complejidad día a día en el fútbol nacional frente a las reacciones espasmódicas de las políticas públicas, más efectistas que efectivas. De ahí, también, la continuidad de su resonancia.
La hegemonía del fútbol se mantiene en el presente libro con temas clásicos que permanecen como asuntos de la agenda pública, especialmente las consideraciones sobre las prácticas violentas, la organización y composición de las hinchadas, los procesos políticos en las instituciones deportivas; y con temas más novedosos como la globalización en el deporte y el rol de la prensa en la construcción de la rivalidad e identidad nacional. No obstante, también continuamos con la iniciativa de indagar otras prácticas corporales.
Nuestro impulso para continuar con el análisis del deporte se la debemos a tres personalidades destacadas de las Ciencias Sociales. Entre ellas, se encuentra el fundador de los estudios en Argentina, Eduardo Archetti, que afirmaba que:
[…] el análisis antropológico del deporte no es un reflejo de la sociedad, sino un medio para reflexionar sobre la sociedad. El deporte, entendido como una actividad central y no marginal, es una entrada fructífera para la captura de importantes procesos culturales, históricos y sociales. Los deportes, por lo tanto, representan un espacio complejo para la visualización de las identidades, así como un espacio para los códigos sociales y morales dominantes desafiantes […] (Archetti s/f:3, traducción nuestra)
Esta concepción del deporte como arena social habilitó al autor a indagar sobre los significados de la nación, la masculinidad y la violencia a partir del fútbol, el automovilismo, el polo, el boxeo y la danza (Archetti 2001 y 2003). Archetti dinamizó las discusiones conceptuales sobre las “zonas libres”, los procesos de “hibridación” y las moralidades, que dialogaron y fueron retomadas por otros campos de la Antropología. Su texto fundador es Fútbol y Ethos, de 1985, donde analiza los cantos de los “hinchas militantes” con la intención de describir cómo estos actores afirman simbólicamente su masculinidad a través de un discurso recurrente que sostiene el sometimiento sexual de los hinchas rivales. En este duelo verbal, los hinchas ponen en juego la condición de “verdaderos hombres”[2].
Pablo Alabarces impulsó y consolidó la posibilidad de pensar el deporte como un objeto de indagación a partir de la dirección continua de proyectos con sede en la Universidad de Buenos Aires. Es el precursor de un campo interdisciplinario donde el fútbol es analizado en sus diversos aspectos desde distintas metodologías y perspectivas. Junto a María Graciela Rodríguez escribió una primera compilación (1996) que expone los temas de interés de los autores: los programas deportivos de los medios de comunicación de masas, el funcionamiento del “mito Maradona” en el imaginario de la identidad nacional, las continuidades entre las culturas juveniles del rock y del fútbol, las relaciones entre el peronismo y el deporte, entre algunas de las líneas debatidas. La tesis de doctorado de Alabarces, convertida en el libro Fútbol y Patria, da cuenta de las conexiones que se pueden tejer entre el fútbol y la sociedad que lo abarca: frente a la ausencia de discursos unitarios de un Estado neoliberal, que se repliega progresivamente en la década del noventa, la Selección Nacional opera designando simbólica y metonímicamente a la Nación. En el contexto de la globalización económica y la mundialización de la cultura, que se incrementan espectacularmente, el fútbol fortalece las identidades locales (Alabarces 2002). Sin duda, su producción sobre violencia en el fútbol ha inspirado el desarrollo ulterior de etnografías sobre las hinchadas. En un artículo de la compilación Peligro de Gol. Estudios sobre deporte y sociedad en América Latina, que organizó como referente del Grupo de Trabajo “Deporte y Sociedad” de CLACSO, afirmó que los hinchas intervienen a través de sus actuaciones en y fuera del estadio en un ritual de resistencia y alteridad en busca de la construcción de una identidad fuertemente asociada a sus territorios (Alabarces et al. 2000). El tema aparece en múltiples artículos. En el libro Crónicas del Aguante de 2004, Alabarces sugiere una hipótesis singular para comprender el surgimiento de las prácticas violentas de los espectadores: las vinculaciones entre las hinchadas (grupos de hinchas organizados) y las dirigencias deportivas y políticas se refuerzan durante el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), momento en el que la violencia se privatiza, es decir, deja de ser monopolio exclusivo del Estado, para transformarse en el caso de los hinchas en apropiación y uso con miras a aumentar la plusvalía económica y simbólica.
Los trabajos de Julio Frydenberg son también una referencia obligada para los estudiantes e investigadores interesados en el abordaje del deporte, especialmente por el proceso de formación. El libro Historia Social del Fútbol (2011) sintetiza los resultados de varios años de investigación sobre el origen y desarrollo de los clubes de fútbol en relación con la ocupación territorial de Buenos Aires y sus alrededores. Frydenberg (1997) analiza la popularización del fútbol como un proceso de inserción de jugadores provenientes de los sectores populares en un deporte de elite; jugadores que fueron modificando los valores asociados al juego durante esta apropiación. La propuesta sobre cómo los contrincantes deportivos se convierten en enemigos conserva toda su vigencia como una vía para explicar los comportamientos de los hinchas que intentan por distintos medios “eliminar” a los adversarios en la actualidad. Otras producciones hacen hincapié en un aspecto que también trajo repercusiones posteriores. Ha sido central la presentación de los clubes como entidades sociales y deportivas que congregan a miles de afiliados por la amplia lista de actividades que ofrecen, más allá del fútbol profesional. Allí los socios conservan el derecho de participar en espacios de reunión y debate por el sostenimiento del marco jurídico de los clubes como asociaciones civiles. En un contexto en el que la tendencia mundial es la transformación de los clubes en sociedades anónimas, el asociacionismo permanece como un ideario y una práctica en el fútbol argentino (2001, 2002). Así, este investigador ha propuesto el marco para indagar acerca de la articulación entre los clubes de fútbol y los procesos de participación política. Frydenberg es el fundador del “Centro de Estudios del Deporte”, de la Escuela de Política y Gobierno, de la Universidad Nacional de San Martín, que reúne a estudiantes, docentes e investigadores interesados en los deportes.
A partir de estas producciones, a lo largo de los años, se han conformado diversos grupos de trabajo y elaborado múltiples proyectos para continuar con el abordaje de distintas problemáticas. Sería una labor injusta nombrar cada una de las investigaciones y autores porque seguramente caeríamos en omisiones involuntarias. Entre los temas indagados hasta el momento se destacan: las formas de sociabilidad, la organización asociacionista de las instituciones deportivas, las relaciones de género, la construcción del cuerpo y las emociones, la socio-semiótica sobre la práctica de los hinchas, la vinculación entre deporte, historia y memoria, la etnicidad, la política, el parentesco, la clase, las redes sociales, los sentidos sociales del “deporte”. Esta multiplicación de temáticas a cargo de una nueva generación de investigadores fue acompañada por la incorporación de otros sujetos sociales como los “practicantes” de los deportes y de prácticas corporales como la natación, el golf, el básquet, el rugby, el hockey, el ciclismo, el running y los asistentes a los gimnasios.
Nuestro seminario retoma las líneas de los precursores en Argentina para proponer los siguientes capítulos de la colección. Aquí no van a encontrar una definición teórica ni una explicación unilateral de la categoría “deporte” porque ésta cobra sentido en los casos desarrollados, como si fueran una arena privilegiada para observar y comprender procesos y relaciones de nuestra sociedad y cultura. Como mencionamos, la hegemonía del fútbol se mantiene con viejas y nuevas dimensiones, aunque también continuamos con la iniciativa de indagar otras prácticas corporales.
Así, el primer capítulo, escrito por Alejandro Rodríguez, parte de la pregunta sobre ¿por qué tres o cuatro veces a la semana, una hora y media o dos, y casi sin excepciones se reúne en el gimnasio un grupo de hombres jóvenes a “trabajar” su cuerpo?, sugiriendo como respuesta que lo que están haciendo es construirse en hombres. El modelo de juventud masculina que persiguen (y a partir del cual juzgan al resto de los asistentes del gimnasio) exacerba la fuerza o potencia. En el trabajo-entrenamiento (ambos términos funcionan como sinónimos en este espacio) se configura un conjunto complejo y específico de saberes, lenguajes y tiempos que los “fierreros” manejan a la perfección y los distingue de los “barriletes” que frecuentan sin compromiso el gimnasio. En este contexto, “el sacrificio” aparece asociado a la regularidad de un entrenamiento corporal que no se detiene con el paso de las estaciones, es un trabajo que dura todo el año.
El capítulo de Juan Branz se conecta con el anterior de manera directa a partir del estudio de la masculinidad entre un grupo de hombres que practican rugby en la ciudad de La Plata. La narración en primera persona, el protagonismo que tiene el investigador en la descripción de las escenas y la focalización en determinados detalles brindan originalidad al análisis. Aquí también se encuentra que la masculinidad que forjan los deportistas está fuertemente anclada en la fuerza física. El entrenamiento y la práctica del rugby necesitan de hombres dispuestos a mantener un alto grado de contacto, impacto y agresividad corporal. El “cuerpo duro” condiciona positivamente a estos hombres a soportar el dolor y el sufrimiento inherentes a este deporte de contacto. No obstante, junto a estos componentes aparecen otros valores como la racionalidad y la templanza que funcionan simbólicamente como rasgos de distinción de clase.
La polisemia de la categoría “sacrificio” aparece en plenitud en el trabajo de Julia Hang dedicado al estudio de la natación master. A partir de un caso particular, la autora plantea distintas dimensiones. El sacrificio está asociado al sufrimiento y dolor físicos que los deportistas deben sobrellevar durante las competencias y rutinas de entrenamiento en una institución con dificultades económicas y políticas. No obstante, entre las adversidades que deben sortear los deportistas también se encuentran los gastos de dinero para mantener su práctica. Con la pregunta “¿por qué los nadadores se sacrifican?” Hang logra desnaturalizar la idea del sentido común del sacrificio individual como una entrega desinteresada –para pensar en una futura recompensar (“ganar”)–, al tiempo que muestra que el sacrificio funciona como una marca de superioridad moral y un rasgo de identidad para el grupo. El texto conlleva la problematización de la relación entre estos sentidos del deporte y las clases medias, puntualmente un sector de las clases medias platenses.
Alejo Levoratti, a partir de un posicionamiento teórico-metodológico que focaliza el análisis en los sentidos asignados al deporte por los diferentes actores sociales involucrados en los procesos políticos, se propone estudiar las actualizaciones y resignificaciones que realizan los funcionarios que se desempeñaron en la Secretaría de Deportes de la Nación en dos momentos históricos de la Argentina reciente sobre la categoría “deporte social”. Esta aproximación permite reflexionar sobre las modalidades de estudio del deporte en el campo de la política profesional, considerando que para su abordaje se debe apreciar en cada caso singular cómo las diferentes esferas de la vida social, con sus grados de autonomía y heteronomía, informan a tal categoría. El trabajo muestra las diferencias pero también las continuidades entre dos gestiones que estarían enmarcadas en procesos con políticas públicas divergentes.
Emmanuel Ferretty nos sumerge en una práctica corporal poco estudiada en la Argentina como es el ciclismo, en particular el BMX y sus vinculaciones con los procesos de construcción del espacio público. El autor estudia a un grupo de ciclistas que realizan bicicross en el “Bosque” de la ciudad de La Plata, e indaga en los procesos de significación que realizan sobre este territorio. Por medio de un minucioso trabajo de campo etnográfico, Ferretty desentrama los procesos simbólicos de construcción identidades que efectúan estos niños, jóvenes y adultos a partir de la realización de estas prácticas corporales en este espacio público particular de la ciudad. El autor contempla también cómo son las relaciones con las autoridades municipales, la inscripción gubernamental de estas propuestas dentro de las políticas estatales destinadas al espacio público y las apropiaciones e interpelaciones de dichas acciones y sentidos gubernamentales por parte de los bikers.
Verónica Moreira trabaja sobre los procesos políticos que atravesaron el mundo social de Racing Club de Avellaneda en los últimos años, partiendo de la consideración de que la estructura de organización que asumieron las instituciones deportivas en Argentina fueron las de sociedades civiles, donde sus socios tienen una participación activa tanto en la elección de las autoridades como en las decisiones de la institución. La autora desglosa cómo fueron vividos por un grupo de socios con participación política en la vida institucional los años del gerenciamiento, donde su accionar se redujo considerablemente a la asistencia a determinados eventos, estando imposibilitados de intervenir en la decisiones de la vida institucional. Ello produjo el desenvolviendo de distintos mecanismos de “resistencia” al gerenciamiento o “dictadura”; terminado este proceso, se dio una vuelta a la democracia, a la reapertura de la participación política del club.
El capítulo de Nemesia Hijós también se centra en los pormenores de una institución deportiva, en su caso para entender cuáles son las estrategias empresariales que se incorporaron en el Club Atlético Boca Juniors para convertirlo en una marca deportiva internacional. Hijós identifica el período a partir del cual se inicia la modernización del fútbol argentino: las gestiones de Mauricio Macri (actual Presidente de la Nación) entre 1995 y 2007. El inicio de este período coincide con la aceleración del neoliberalismo en Argentina. Las modificaciones introducidas en la entidad deportiva para hacerla más “efectiva” encuentran su correlato en la política del gobierno nacional. Asimismo, la autora señala que las transformaciones “racionales”, que siguen los parámetros de las instituciones deportivas europeas, se topan con los límites que ponen los hinchas “apasionados”.
El capítulo de Hernán D’Alessio toma el caso del Fútbol Club Barcelona para comprender cómo un emblema de la globalización deportiva, que se asume portador de valores universales, participa de la promoción de las particularidades catalanas –cultura, historia, rituales, lengua– que, a su vez, funcionan como signos de resistencia frente a los valores simbólicos e identitarios españoles. Las alteridades futbolísticas entre el FC Barcelona y el Real Madrid CF reproducen con eficacia en el campo de lo simbólico la disputa política, económica y cultural entre las dirigencias de Cataluña y España, a su vez amplificada por los medios masivos de comunicación. El artículo muestra, entre otros aspectos, cómo se va construyendo y reproduciendo en torno a la institución un relato mítico en el que confluyen recuerdos del pasado que resultan afines a las demandas extradeportivas, como por ejemplo el reclamo catalán por la autodeterminación.
Distintas dimensiones de la violencia en el fútbol son analizadas por José Garriga Zucal en un trabajo que muestra los resultados de su investigación, al tiempo que propone una reflexión sobre cómo los científicos fallamos cuando comunicamos nuestras ideas en ámbitos ajenos al mundo académico, puntualmente en la interacción con profesionales de los medios de comunicación. Dicha reflexión se complementa con la justa incorporación del análisis de las políticas de prevención de la violencia en el fútbol, mejor dicho: de la ausencia y falencias de la gestión del Estado argentino. Estos aspectos quedan al descubierto cuando Garriga Zucal expone en profundidad las particularidades de la violencia como concepto socio-antropológico y su articulación con el caso argentino; esto es, cuando señala, entre otros puntos, los vicios mediáticos y políticos de marcar recurrentemente a los mismos culpables (las barras) y entender sus acciones como acciones fuera del plano cultural.
El artículo de Nicolás Cabrera se inscribe en la discusión de la violencia en el fútbol a partir del caso de la barra del Club Atlético Belgrano de Córdoba. La descripción que presenta “desde adentro” sobre la organización jerárquica de este colectivo anula cualquier intento de simplificación; pues su universo es dinámico, conflictivo, asimétrico y heterogéneo. La originalidad del análisis reside, además, en el uso de las variables sociológicas de nivel estructural (composición socioeconómica, género, edad, procedencia barrial) que funcionan como marcadores de relaciones de poder. En este sentido, la perspectiva que asume el trabajo conduce a una inevitable reflexión sobre la noción de clase, en términos de la subalternidad material y simbólica de los miembros del grupo. Finalmente, Cabrera reconstruirá brevemente la socio-génesis de la hinchada con miras a explicar las causas y las consecuencias de ciertas disputas producidas en su interior.
En continuidad con el fútbol, Javier Bundio analiza “el ritual” de los cantos de los hinchas a partir del estudio de su contenido y melodía –y los cambios que se dieron en ellos– en los últimos cien años, prestando especial atención a la apropiación que los hinchas hicieron de la industria cultural, a la aparición del “aguante” en los años ochenta y a la manera de construir su identidad y representar la otredad (a través de ideales masculinos, diferenciaciones de clase y cuestiones de negritud). Bundio sugiere que los cambios en los cantos de cancha exceden el marco futbolístico y se vinculan con procesos sociales más abarcativos. Propone entender el campo futbolístico como un campo relativamente autónomo en relación con los procesos macro sociales; autónomo porque genera sus propios relatos, en un lenguaje singular, que adquieren sentido en el marco futbolístico; y relativo porque los hinchas han utilizado el fútbol para expresar lo que públicamente es inexpresable (por ejemplo, las manifestaciones xenofóbicas y raciales).
Finalmente, el trabajo de Javier Szlifman se inscribe en la articulación entre el espectáculo futbolístico y la industria cultural. Las crónicas del diario Crítica sobre un encuentro suspendido y su posterior realización entre la Selección Argentina y su par de Uruguay en 1924 son las fuentes que el investigador analiza para identificar la composición del campo futbolístico; jugadores, hinchas, dirigentes, fuerzas de seguridad y medios de comunicación son parte del espectáculo. Szlifman encuentra que el diario focaliza los sentidos positivos de las representaciones en la participación de hinchas y deportistas (que se destacan entre otras virtudes por su pasión y valor, respectivamente); mientras que las representaciones con connotaciones contaminantes se hallan fuertemente ancladas en el accionar de dirigentes y fuerzas de seguridad. Las particularidades del fútbol en la década del veinte ya lo definían como un deporte y espectáculo de masas.
Como quedó planteado en esta presentación, el lector va a encontrar a lo largo de los capítulos el análisis de un heterogéneo grupo de prácticas corporales, enfoques y problemáticas teóricas. Más allá de la diversidad de las presentaciones y de las singularidades de cada caso, se podrán establecer comparaciones y puntos de contacto. Este volumen reafirma el programa sugerido más arriba por los actores fundadores del campo, el seminario permanente y la compilación que la antecede. Nuestro orgullo es saber que los trabajos, que están basados en investigaciones empíricas, problematizan temas que actualizan la agenda comunicacional y política. Finalmente, queremos mencionar la colaboración desinteresada de Nemesia Hijós, que participó con la energía que la caracteriza de la revisión de todos los textos.
- Dos antecedentes previos: Alabarces y Rodríguez (1996) y Alabarces, Frydenberg & Di Giano (1998). ↵
- Roberto DaMatta le dio al fútbol el estatus de objeto en los estudios antropológicos en Brasil. En 1982 escribió Universo do Futebol. Deporte y Sociedad brasileña, una compilación inaugural en la que el fútbol es considerado como metáfora de la vida misma. De dicha compilación también participó una referente del campo en dicho país y la región: Simoni Lahud Guedes. El lector interesado en el desarrollo de los estudios sociales sobre el deporte en Latinoamérica puede consultar “Veinte años de Ciencias Sociales y Deportes, diez años después” de Pablo Alabarces (2011). ↵