Régimen escópico y paquetes gubernamentales
Cecilia Quevedo
Introducción
Hacer ver la verdad: es este el objetivo de esa voluntad de poder”.
(Christian Ferrer, 2005)
En las sociedades de la información, las tecnologías de gobierno constituidas por plataformas web y las herramientas digitales posibilitan nuevos modos de la administración pública en distintas instancias de estatalidad. En los últimos años, los paquetes gubernamentales Ciudades Inteligentes y Gobierno Abierto han logrado alta visibilización mediática a escala internacional como modelos de gestión deseable y eficiente. Al mismo tiempo, distintos actores –tanto académicos como consultores y asesores– comienzan a divulgar las bondades de la innovación en la administración pública acorde a los nuevos tiempos. De esta manera, el paquete gubernamental se afianza y logra un lugar destacado en el mercado de las técnicas de gestión y, principalmente, en el discurso político de gobiernos municipales.
En la ciudad de Córdoba, estos repertorios tecnológicos fueron adaptados a la gestión municipal y el Concejo Deliberante. El gobierno de la Provincia de Córdoba, por su parte, montó sobre el sitio web “Ciudadano Digital” su principal escenario tecnológico de interacción social. Del mismo modo, otras ciudades cordobesas y del país se sumaron al modelo de gestión desde variadas etiquetas inteligentes, herramientas que -sin importar el contexto- les permitieron organizar sus prácticas estatales en función al eje de la transparencia y la participación popular desde la horizontalidad de las plataformas 2.0. A su vez, los propios funcionarios estatales, más allá de la identidad político-partidaria, exhiben los beneficios público-privados de estas novedades en distintas audiencias locales y extra-locales.
El artículo presenta un ejercicio de crítica ideológica respecto a los mecanismos discursivos involucrados en las políticas de comunicación estatal a partir de la emergencia de los modelos de gestión basados en una “democracia informativa” (Cossar, 2016). Al tiempo que se presuponen procesos paralelos de embellecimiento urbano en la ciudad de Córdoba, se reflexiona sobre la participación ciudadana, la transparencia, la técnica y el fetiche de las tecnologías en el gobierno municipal. Esto implica discutir los usos políticos basados en entornos tecnológicos que, dentro de procesos de modernización más complejos, instituyen formas ideológicas (Žižek, 2003) de suturación al interior de una ciudad fragmentada y desigual.
La categoría de entorno tecnológico posibilita repasar, sobre algunas claves de lecturas materialistas, cómo las prácticas estatales reproducen un determinado régimen de sensibilidad dentro de una sociedad mediatizada. Del mismo modo, proponemos una articulación entre las nociones de espectáculo (Debord, 1995 [1967]) y de régimen escópico (Jay, 2003). Partimos de la elaboración de una hipótesis visual como eje de las prácticas estatales: la noción de transparencia como estatus deseable de legitimidad democrática, a su vez, contrapuesta a las opacidades comprendidas como acciones estatales desvirtuadas resultado de la corrupción y la desvinculación de lo social.
En una ciudad con sectores embellecidos urbanísticamente, las ideas de Estado modernizado proponen coordenadas de acción social y regulación de conductas auspiciadas por la innovación y los artefactos tecnológicos. La histórica falta de acceso a información pública –léase quiénes son los que captan los mayores beneficios en la distribución de los recursos estatales– es convertida en mito de gobierno a partir de la cual se representa, en contraposición, la fantasía de mostrar todos los datos abiertos. De este modo, se postulan (in)visibilidades y mecanismos de regulación que permiten discutir las relaciones sociales imaginadas desde el Estado local a partir de los dispositivos promocionados, mediatizados y espectacularizados como ciudadanías digitales y gobiernos inteligentes.
Este trabajo condensa la intención de leer críticamente algunos debates en la gestión pública dentro de un estado inicial de la discusión local de un modelo que vincula a autoridades políticas, prácticas estatales, gurúes, tecnócratas y un amplio mercado de repertorios de tecnologías digitales. Metodológicamente, analizamos un corpus compuesto de notas periodísticas, publicaciones de portales oficiales, conferencias de autoridades e imágenes de escenas en congresos y artefactos inteligentes.
Hacia la definición de entornos tecnológicos como membresía ciudadana
En la sociedad contemporánea la experiencia social está atravesada por transformaciones técnicas y dispositivos de producción de lo visual imbricados con la regulación de sensaciones que instauran modos dominantes de la percepción. La sociedad del control encuentra en los usos tecnológicos renovados eslabones de la racionalización social: “es una evolución tecnológica pero, más profundamente aun, una mutación del capitalismo” (Deleuze, 1991: 3). En este contexto Sergio Caletti dirá que “los llamados medios masivos son por excelencia arquitectos del espacio público y que es en este espacio y bajo sus lógicas donde se produce el nexo complejo entre tecnologías de comunicación y esfera política” (Caletti, 2000: 17). Del mismo modo, los dispositivos novedosos, actualizándose constantemente en el mercado, se articulan a los aparatos de normalización y con las instituciones disciplinarias tradicionales.
La sociedad de la información transita el horizonte común de la digitalización y la actualización tecnológica constante que redefine las modalidades del control social y las formas de experiencia social. Las diferentes estructuras de experiencia de clase encuentran su punto en común en el uso de las tecnologías dentro de profundos y complejos procesos de mercantilización y mediatización social (Boito y Seveso, 2015). De allí que a partir de los vínculos entre las formas de consumo y sensibilidad es posible pensar la comprensión gramsciana de las esferas del Estado y sociedad civil que, en la actualidad, no pueden desvincularse de las mediaciones tecnológicas.
En este contexto, el análisis de las subjetividades se trama en las observaciones de los ritmos impuestos por las tecnologías digitales y la producción de entornos clasistas[1]. Las dinámicas que estructuran las formas de circulación urbana contemporánea no solo producirán “entornos protegidos” (Boito y Espoz, 2014) en su faz territorial sino también “zonas permeables” (Salguero Myers, 2014) que, como imaginario simbólico, ocluyen a las desigualdades sociales a través del tránsito informacional en este caso. Los “entornos tecnológicos” aquí son herramientas de ligue o suturación ideológica: el discurso tecno-estético en ámbito estatal reproduce la interpelación transclasista de los sujetos en tanto consumidores y a la vez deviene experiencia modeladora.
Como materialidad de la estructura del capital, los movimientos planificados en el espacio público organizan cómo cada clase puede participar de la vida urbana. En esta ocasión proponemos mirar las prácticas estatales como reguladoras de un comportamiento social. Puntualizaremos en el imperativo mediante el cual se fundamenta el carácter celebratorio del avance, apropiación y disposición de lo tecnológico. Sostenemos que la tecnología se convierte en un significante político y en un mecanismo fantasioso que aspira anular la percepción de la conflictividad evocando una participación virtual en la arena estatal.
El espacio público precisa una matriz de inteligibilidad que determina las formas en las que el Estado se presenta a sí mismo y a autoridades o representantes. En este sentido, la categoría régimen escópico (Jay, 2003) aduce la emergencia de imágenes que representan una sociedad particular. Martín Jay se encargará de promulgar una defensa de la visión al considerarla como “el más noble de los sentidos” dado que lo óptico ha sido reducido a un mero instrumento de engaño y distorsión[2]. El autor define al modo de ver de una sociedad a partir de sus prácticas y valores, es decir, “la particular mirada que cada época histórica construye, consagra un régimen escópico” (Jay, 2003: 222). Esta definición se encuentra muy cerca a la propuesta de Žižek, sobre que la ideología se concibe como la “matriz generativa que regula lo visible y no visible, entre lo imaginable y lo no imaginable, así como los cambios producidos en esa relación” (Žižek, 2003: 7). La recurrencia de ciertas prácticas estatales constituye una expresión sintomática de una modalidad hegemónica de producción visual dentro de un determinado régimen escópico.
Por otro lado, Eagleton (2006) parte de una noción amplia de lo estético -entendido como lo ideológico- y postula que lo que se percibe por medio de las sensaciones constituye un lugar de regulación de la sensibilidad[3]. Esta regulación particular de la sensibilidad tiene su raíz en lo que Guy Debord concibe como sociedad del espectáculo. Debord define, para la formación social de su época, la existencia espectacular de lo que se constituye como instrumento (político) de unificación. En la década de los años 60, la dominación visual era el mecanismo que, para los esquemas de percepción dominante, instituía una fuerza que emanaba como separación fetichizada de lo social. El advenimiento de los medios masivos de comunicación representaba una dimensión superficial de la reconfiguración de la experiencia en términos socio-históricos. En ese régimen espectacular, la imagen es la principal relación social del sujeto con el mundo circundante y su existencia carga con una positividad indiscutible. Pues “el espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen” (Debord, 1995 [1967]: Tesis 34). A través de la noción de contextos tecno-estéticos se solapan modos de subjetivación y socialización en un horizonte capitalista caracterizado por un espacio de separación. Como momento de la lógica espectacular, dentro del entorno tecnológico los dispositivos se adhirieren a los cuerpos inscribiendo los horizontes, las separaciones y las posibilidades de la experiencia sensible y de la práctica política[4]. Estas situaciones ratifican el mundo de ensueño que habita el sujeto mediante la ciudad y los ritmos de la vida cotidiana. De allí las impugnaciones políticas a la sociedad espectacular de la cual participa el urbanismo unitario (sensu Debord).
El registro de ciertos discursos de la comunicación política puede postularse como el despliegue de una nueva configuración estética en la arena de la estatalidad. La procura de las visualizaciones en los sitios web oficiales alimentan el sentido político de esa mediación y el carácter unidireccional de la comunicación. Las transformaciones gravitantes en la relación cuerpo/tecnología y Estado/ciudadanía pueden ser abordadas y comprendidas desde la noción de entorno tecnológico como epitome de la sociedad espectacular pero desde un régimen escópico específico de nuestra época. La sociedad espectacular implica la producción activa y constante de actitudes pasivas y contemplativas de los sujetos: “cuando la televisión está encendida se transforma en el centro del universo del ciudadano democrático: ninguna otra galaxia, ningún otro sol existe” (Ferrer, 2012: 21). El régimen escópico, en cambio, permite vislumbrar a la mirada dentro un orden visual más amplio y no reductible al mero espectáculo. Culpar a la dominación visual sería algo así como caer en el discurso colonial del conocimiento de occidente que postuló al ojo como el responsable de su tradición histórica en términos religiosos, filosóficos y estéticos (Jay, 2007). En esa tensión, reinsertando la crítica ideológica, se plantea la contradicción desde la cual debe pensarse a la agencia del Estado y el discurso institucional en una sociedad latinoamericana y mediatizada como la nuestra[5].
Las nuevas tecnologías conforman el nuevo universo de la promesa política y a la vez se instituyen como un escenario de deseabilidad por donde transita la experiencia ciudadana. Este mundo es construido por otros y está sostenido en la fantasía social de ser parte de lo común, lo que aquí definimos como membresía ciudadana. Podría plantearse que “para Žižek, lo que se halla detrás de este activismo obsesivo de la sociedad civil en las sociedades democráticas no es otra cosa que la necesidad de mantener intacta la ilusión fantasmática” (Castro-Gómez, 2014). Es así como la tecnología se acerca a lo ideológico donde lo político es el motor de las relaciones entre estructura y superestructura. Pues, para Žižek, la ideología opera porque existe una fantasía detrás que cohesiona lo que primeramente integra una relación de antagonismo fundamental. La producción de ciudadanía allí no es más que el mecanismo democrático que intenta sistemáticamente negar la división en clases sociales.
Lo público en un régimen escópico
Por estos días, la ética de la transformación digital encuentra en la búsqueda de prácticas democráticas y en el consenso de la transparencia una manera de contrarrestar los efectos negativos de las cajas negras (Oszlak, 2012) en las burocracias estatales. La premisa del gobierno abierto se basa en una hipótesis visual: el Estado debe ser transparente en el manejo de la información pública. Se presupone que el Estado se suma a las interacciones cotidianas de sujetos que ya forman parte de entornos sociales repletos de artefactos y dispositivos. De esa manera, el ciudadano y la sociedad civil logran centralidad, resultado de procesos políticos precisos desde el achicamiento neoliberal del Estado[6].
En el año 2012, unos de los principales investigadores argentinos de la administración pública en Buenos Aires, Oscar Oszlak, presentó un trabajo en la VIII Conferencia Anual INPAE titulada “Gobierno Abierto: Por una gestión pública más transparente, participativa y colaborativa” desarrollado en la ciudad de San Juan de Puerto Rico. En ese escrito, el académico afirma:
Cuando hace un año, propuse para esta conferencia de INPAE el tema de “Gobierno Abierto”, lo hice fascinado por el impacto que me había producido un encuentro realizado en Buenos Aires bajo el título de “Foro PoliTICs” (CiGob, 2011a), en el que no solo tomé contacto con los progresos que se habían producido en la tecnología de internet 2.0, sino también con algunas experiencias incipientes que preanunciaban aplicaciones, poco tiempo atrás inimaginables, a nuevas formas de interacción entre estado y sociedad, entre gobierno y ciudadanía. Pero cuando comencé a ahondar en los desarrollos recientes en este campo, me vi virtualmente inundado por la profusión de herramientas, dispositivos y conceptos absolutamente novedosos sobre la materia, y en buena medida, difíciles de entender para alguien criado en la galaxia de Gutemberg y la mecánica Underwood (Oszlak, 2012: 1-2)
En este artículo, el autor –que se muestra sorprendido por las virtudes de la sociedad de la información– realiza un análisis meticuloso sobre el vínculo entre el gobierno abierto, las políticas públicas y las pretensiones actuales de participación social y transparencia. No solo enfatiza varias distinciones centrales –entre meros datos e información, entre información y conocimiento, entre canales de participación y participación efectiva– sino que describe cuestiones contextuales que aquí son de interés. En primer lugar, de la ponencia se desprende de la asistencia de Oszlak a un foro que relaciona las expresiones discursivas “Ciudades Inteligentes” (Fundación CiGob) con respecto a “Gobierno Abierto” (Foro PoliTICs). Este tipo de instancias de difusión, como escenarios de promoción de los beneficios del advenimiento del gobierno abierto en relación a las TIC’s, son cada vez más frecuentes. El desarrollo de foros[7], cumbres[8], jornadas[9] y congresos[10] siempre son apoyados por distintas organizaciones sociales (universidades, fundaciones y ONG’s), empresas privadas[11] (modalidades de participación comercial y auspicio en los eventos), funcionarios y partidos políticos.
La modalidad de la conferencia es el dispositivo privilegiado de promoción de virtudes de las nuevas tecnologías en relación a modelos de gobierno harto repetido como inteligente. De hecho, en la página web de País digital (Chile) se describe claramente la “línea de acción” como la “difusión del concepto Smart Cities y su aplicación práctica, a fin de incorporarlo en el lenguaje colectivo”. De este modo, en la nueva hegemonía discursiva se multiplican las expresiones en castellano o en inglés como: ciudades inteligentes, gobierno abierto, datos abiertos, gobiernos inteligentes, desarrollo inteligente, open government partnership, smart government, smart cities, periodismo de datos[12], país digital, entre otras[13].
En segundo lugar, y de manera ilustrativa, las metáforas a las que refiere Oszlak, referimos a “mecánica Underwood” y “galaxia de Gutemberg” se corresponden con distintos regímenes escópicos: la era mecánica de la máquina de escribir desde fines del siglo XIX y la era de la “aldea global” desde los años 60 –bajo el lexema del “somos lo que vemos” y aquellas tecnologías de la comunicación y la información a las que someterá a crítica La sociedad del espectáculo (1967) de Debord–. Como episteme de lo visual, cada época posee propios lenguajes, prácticas y modos representacionales en términos de imágenes y formas de percepción dominantes. En todo caso, la historización de la percepción permite identificar que la configuración de los sentidos y su consecuente jerarquización social no es la misma en diversas formaciones sociales. En efecto, las tecnologías de la comunicación construyen fantasmagorías alrededor de las herramientas de gestión que se ofrecen como espectáculo ante las miradas de la población. Del mismo modo, estas tecnologías adquieren materialidad como artefactos y conjunto de prácticas variadas dentro de políticas públicas más amplias. En algunos casos, la exhibición de los nuevos artificios inteligentes incluidos software y aplicaciones, demandan habilidades sensoriales variadas al ciudadano buscando renovar la confianza en la presencia estatal sustituida por objetos oficiales.
Imagen 1: primer “poste inteligente” (Smart Pole) destinado a mejorar la seguridad. Emplazado en la semana de la Bienal de Esculturas (ciudad de Resistencia, 16 de julio de 2016). Fotografía de la autora.
Oscar Oszlak publicó, en colaboración con Ester Kausman, el libro Teoría y práctica del gobierno abierto: lecciones de la experiencia internacional (2014). El ejemplar fue tomado como la palabra autorizada de cualquier estudio o evaluación sobre políticas públicas nacionales, gobierno abierto y TICs. Este libro constituye la base argumentativa para el gobierno local de la ciudad de Córdoba que analizaremos más adelante. En 2016, Luis Castiella[14] comienza a dictar cursos académicos de formación sobre Smart Cities destinado a “personas interesadas en adquirir una mirada nueva e innovadora sobre los desafíos actuales que enfrentan las administraciones gubernamentales ligadas a la gestión de la tecnología en las áreas urbanas” (Programa de formación Smart Cities, 2016: 2). Así se consolidaba una nueva creencia en un paquete gubernamental actualmente en expansión.
La institucionalización de apertura de lo estado-céntrico, la participación social y los datos abiertos posibilitan imponer un régimen escópico basado en el consenso sobre aquello que el Estado debe mostrar a los ciudadanos: el paso del “somos lo que vemos” al “somos aquellos que nos dejan ver”. La eventual ingobernabilidad se debe al propio Estado de deslegitimación respecto a datos distorsionados sobre la “pobreza, inflación, subsidios al sector privado o padrones de programas sociales” (Oszlak, 2012: 10)[15]. Aun en sus distancias y particularidades urbanas, la heterogeneidad de los paquetes gubernamentales a escala internacional está inscrita en una misma preeminencia enunciativa que consagró a ciertos conceptos académicos de moda[16]. La difusión mediática y publicitaria de estos paquetes cumple un papel fundamental como operación ideológica clave para la producción de entornos tecnológicos como lo deseable en la articulación público-privado, es decir, de los sectores privilegiados del Estado con los del mercado.
En este periodo de tiempo, se consolida una época caracterizada por un régimen escópico singular con los nuevos procesos y escenarios de representación visual del cual la política y las burocracias no quedarán exentas. Si la estadística es la vigilancia expresada en datos, aquí, en cambio, es la propia estructura estatal la encargada de su procesamiento y apertura pública. Como dirá Gilles Deleuze “en las sociedades de control (…) lo esencial no es ya una firma ni un número, sino una cifra” (Deleuze, 1991: 3), es decir, un dato como contraseña para acceder a los secretos del Estado. De algún modo el imperativo del ver eso secreto se activa, una vez más, en las pretensiones democráticas de los municipios. En ese impulso el régimen escópico se vuelve estilo de vida demostrando qué posición debe vivenciar la corporalidad en la membresía ciudadana propuesta[17].
Modernización y transparencia en Córdoba
Los estudios sobre la incidencia de la técnica y nuevas tecnologías en relación al espacio público son numerosos en los últimos tiempos. La incorporación de las tecnologías digitales en las cuestiones políticas desde larga data fue debatida entre posiciones pesimistas y optimistas –apocalípticos e integrados–. A nivel nacional, las discusiones sobre la implementación del voto electrónico son recurrentes en el marco de cada nuevo proceso electoral. Dentro de las posibilidades de la democracia electrónica –o del paso del gobierno electrónico a un modelo político- son frecuentes las indagaciones sobre la legitimidad de lo digital dentro de expectativas sociales previas[18]. Del mismo modo lo son aquellos abordajes sobre la política y el marketing que hacen su juego a partir de la imagen-mercancía de los sujetos involucrados. Ahora bien, en los últimos tiempos los propios discursos basados en ciudades inteligentes o gobierno abierto posibilitaron que los paquetes gubernamentales y sus etiquetas, adquiridos dentro de un mercado de marketing político y consultorías políticas, pasen a ser mediatizados y exhibidos como bastiones del avance de la sociedad.
Desde el pleno auge del neoliberalismo en el país, el discurso de la transparencia en la gestión del presupuesto público es asociado a los lineamientos de política fiscal internacionalmente instalados por el Fondo Monetario Internacional (por medio de El Código de Transparencia Fiscal) y luego vinculado a la segunda generación de la Reforma del Estado (Buffa y Echavarría, 2011). En la Provincia de Córdoba, la cuestión de la transparencia adquiere estatus de ley recién en el año 2003 a través la Ley de Administración Financiera y del Control Interno de la Administración General del Estado Provincial[19].
Este giro virtuoso con que se postula el discurso de Gobierno Abierto y Ciudades Inteligentes erige una nueva agencia preeminente identificada con la publicidad, los expertos en comunicación política y las consultorías privadas. Desde los años 90, la impronta tecnocrática en Córdoba se configuró como característica del neoliberalismo desde la hegemonía de las fracciones peronistas mediante el lugar privilegiado del saber experto de los economistas (Reynares, 2014). En este sentido, las actuales tecnologías de gobierno se encuentran muy vinculadas a saberes legitimados que se desprenden de las narrativas ideológicas tradicionales y sectores dominantes de la sociedad. Si en los años 90 “el gurú invierte la relación de conocimiento siendo siempre el centro de toda conexión con el saber” (Scribano, 2002: 49), en la actualidad tiene características distintivas de una especialización vinculada al manejo y la disposición de información no necesariamente de tipo económica. La experticia valorada se vincula a los publicistas y el conocimiento de lo virtual emergiendo como nuevos profetas de la ciberciudadanía y beneficiarios de los honorarios por estudios de opinión pública o servicios web[20].
No obstante, el uso de estas tecnologías obliga a reforzar discursos oficiales que se distancian de prácticas consideradas como puramente “tecnocráticas”[21]. La hipótesis de la cual partimos es que la incorporación de las nuevas tecnologías (TICs), está condensada en torno a los flujos de información de carácter publicitario generados tanto por parte de las autoridades como de sus acciones de gobiernos. Tal como lo señala Echavarría (2012), en varios municipios cordobeses los sitios web y la información brindada, intensificadas en los últimos años, refuerzan las prácticas publicitarias del gobierno más que democratización del acceso a la información pública y el respeto a ese derecho social.
En el estudio titulado Caso de estudio sobre Gobierno Abierto en la Provincia de Córdoba (2015) realizado por Sandra Elena y Ana Belén Ruival[22], se analizan tres proyectos desarrollados por el Ministerio de Gestión Pública de la Provincia de Córdoba desde la gestión de José Manuel de la Sota. La indagación se refiere al paradigma de Gobierno abierto desde tres políticas concretas: a) la plataforma electrónica “Ciudadano Digital”, b) el Portal de Compras y Contrataciones Públicas, y c) los Balances de Responsabilidad Social Gubernamental. En ese trabajo teórico, principalmente desde la postura de Oszlak (2013) y Ramírez-Alujas (2011), y empírico, a través del análisis de los tres sitios web, sus pestañas y potencialidades interactivas. Así, el estudio constituye una evaluación absolutamente complaciente y optimista respecto a la iniciativa de Gobierno Abierto como proceso de ciudadanización en la Provincia de Córdoba[23]. El concepto de empoderamiento es parte del lenguaje con el que se argumenta lo positivo de la apertura estatal cordobesa respecto a lo social. El informe se enmarca en un contexto discursivo donde también tienen lugar el Proyecto de Ley de Gobierno Abierto y Buena Gobernanza enviado por la Provincia de Córdoba a la Legislatura provincial[24].
Otro ámbito donde también tuvo incidencia el discurso de la inteligencia es en el lenguaje de los agentes del mercado a través de los autodenominados “desarrollistas urbanos”. En el sitio web del emprendimiento “Docta” del Grupo Proacro se menciona que “es una nueva urbanización de 1000 hectáreas ubicada principalmente dentro de la ciudad de Córdoba. DOCTA ha sido pensada sobre el paradigma de “smart city que se convertirá en el proyecto más importante y transformador de la región” (Docta, espacio publicitado La Voz del Interior, 2016). La plataforma web ensambla nuevos elementos hegemónicos de la gestión pública con el matiz económico del desarrollo del capital ya tradicional en la ciudad. La relación entre urbanismo como acondicionamiento del territorio (sensu Debord) y las maneras de hacer del Estado tienden a confundirse. Pues, los desarrollistas urbanos, principales eslabones privados del embellecimiento urbano cordobés, no quedan afuera de la etiqueta restituyendo el origen empresarial del paquete ahora gubernamentalizado. El fortalecimiento de lo colectivo es adaptado en la faz comercial bajo los rótulos de una comunidad activa y de un entorno amigable. El concepto de empoderar o de la participación para el discurso público tiene en el lenguaje empresarial la marcación de la comunidad y lo amigable[25] como condiciones positivas de lo común en el entorno clasista que construye el emprendimiento. El vínculo con lo comunitario y el énfasis en el contexto natural pretende apartar a las intervenciones urbanísticas de disputas territoriales subyacentes. De este modo, dentro de una hegemonía discursiva, el sitio web del emprendimiento “Docta” adecua el repertorio de smart cities prefigurando una “urbanización inteligente” en tanto pensada, racionalizada y armoniosa en sus impactos urbanos[26].
Un paquete gubernamental como espectáculo político
Como episodios de espectacularización de la tecnología de gobierno, analizamos cómo los discursos políticos presentan la novedad de gestión en espacios mediatizados. En este caso “no se trata de una discusión acerca de los medios tecnológicos en sí” (Echavarría, 2012) sino más bien de cómo se presentan estos entornos tecnológicos en búsqueda de legitimidad democrática y qué sentidos activan en un contexto hegemónico más amplio. ¿De qué modo las ficciones políticas de los nuevos paquetes gubernamentales encubren un núcleo insoportable de la sociedad cordobesa y qué regulaciones estéticas imprimen las promesas/ensueños de la administración pública? Progresivamente, las maneras de significar la política y la gestión hacen de la disponibilidad virtual de datos de gobierno una oportunidad para el consumo de información a través de los entornos tecnológicos.
En la ciudad de Córdoba, se desarrolló el Congreso Internacional sobre Ciudades Inteligentes, Innovación y Sostenibilidad en la Universidad Nacional de Córdoba en el mes de mayo y junio de 2016. El evento daba indicios de la institucionalización de la etiqueta “Ciudades Inteligentes” legitimado por el saber universitario en tierras cordobesas. Si bien contó con representantes y funcionarios políticos, no estaría presente el intendente de la ciudad de Córdoba Ramón Mestre pero sí algunos académicos locales comprometidos con la promoción de las virtudes de estos paquetes abiertos (Álvarez Nobell y Ninci, 2016) más que con el análisis crítico[27]. Resulta interesante remarcar algunos momentos en que los funcionarios del gobierno municipal se vinculan con el nuevo discurso sobre la gestión pública de época. La proliferación de imágenes y sentidos sobre lo social emergen en el espacio público cordobés a partir del aggiornamiento desde el concepto de smart government (más que a partir de datos abiertos o ciudades inteligentes). De allí que partimos del análisis a estas tres situaciones donde se plasman las tendencias actuales de desarrollos tecnológicos en la gestión pública. Estos acontecimientos son el locus a partir del cual se reproducen las actuales formas hegemónicas de voluntad política y de expresividad social.
El primer acontecimiento, como escenario de vinculación de la gestión municipal con el paquete gubernamental Gobierno Abierto, fue en ocasión de que el Intendente Mestre se entrevistó con dos disertantes del espacio TEDx Córdoba. Este espacio para la reflexión se caracteriza por presentar personalidades destacadas en distintos ámbitos sociales. Cuenta con exponentes como oradores en vivo (en el formato muy similar al del stand up –género humorístico puesto de moda en los últimos tiempos–) y, luego, se difunden virtualmente los videos de esas charlas. En Córdoba el espacio TEDx se realizó en el Paseo de la Artes, con los disertantes parados en frente a un auditorio repleto y sentado en butacas. En su definición oficial de TEDx, menciona:
TED es una organización sin fines de lucro cuya misión es difundir ideas que valen la pena. TED comenzó como una conferencia de cuatro días en California en 1984 y ha crecido para apoyar a aquellas ideas que intentan cambiar el mundo por medio de distintas iniciativas (TED Río de la Plata)[28].
En la disertación cordobesa de TEDx sobre “ideas que valen la pena” para “cambiar el mundo” se destaca la de gobierno abierto en el mes de julio de 2015. En esta ocasión, la conferencia de Esteban Mirofsky de 13 minutos con el título “Patear el tablero: gobierno abierto, transparencia y política”[29]. Mirofsky, como Director de Innovación y Gobierno Abierto de Bahía Blanca, junto a Pía Mancini, representante de la Fundación Democracia en Red y de DemocracyOS Foundation[30], se reunieron antes de su propuesta magistral con el intendente Mestre. La charla fluyó a partir de que Mirofsky comentara sus antecedentes en el municipio bahiense, Estado local pionero en implementar la modalidad de gestión abierta desde una idea de democracia participativa. El resultado fue la primera agencia con rango de Secretaría apuntalada por el paradigma de Gobierno Abierto. En el Municipio de Córdoba, por su parte, la idea de transparencia y de democracia participativa eran más que temas de interés.
El segundo acontecimiento, objeto de mediatización, fue la presentación del intendente en el Congreso de Ciudades Inteligentes de la ciudad de Barcelona (SmartCities Expo Word Congress) en noviembre de 2015. El funcionario expuso en la mesa denominada “Cities Case South America” y, según se informó desde el portal municipal, fue el primer mandatario argentino en presentarse. La modalidad de participación espectacular en el evento es similar a los demás y, quizás, el dispositivo más importante de interacción entre el paquete y las autoridades (nunca aparecen cuestiones referidas al financiamiento o costos económicos de tales políticas). Los conferencistas o speakers (expertos, empresarios o funcionarios políticos con experiencias exitosas) son el principal atractivo promocionado mediantes las maravillas del marketing (Deleuze, 1991) en páginas web –todas con similar aire de familia–, periódicos y redes sociales[31]. Previamente estipulados una programación de disertantes, el día que corresponde cada conferencista tiene un tiempo prefijado para referir al caso o cuestión de la que quiere hablar. La exposición generalmente es en un atril con algunas personas más en el escenario. En esta ocasión en el país extranjero, el título de la exposición de Mestre fue “Córdoba, modelo de gobierno” y la transparencia fue el último de cinco ejes de enunciación.
Unos meses después, el ministro de Modernización de la Nación, bajo un nuevo signo partidario, se reunió con el intendente Mestre: “el gobierno nacional dijo que quiere que la ciudad de Córdoba se modernice” (La Voz del Interior, 04/02/2016). A partir de entonces, se hace más evidente el discurso de la modernización en clave municipal. La cuestión del Estado eficaz que justifica las políticas de reforma administrativa se sostienen en la representación del Estado que, como en los años 80 y 90 (Martínez, 1997), no son las premisas requeridas por el Estado de Bienestar. A la vez, se distancian de manera abrupta de ese modelo estatal: el discurso de la transparencia se contrapone directamente a la corrupción del gobierno kirchenerista[32]. La construcción mediatizada de la corrupción de la gestión precedente organiza un horizonte de acciones tendiente a diferenciarse desde un imaginario consensual.
En un tercer momento analítico, Mestre participa del Congreso Internacional Smart Government Argentina el 29 de junio de 2016. Desarrollado en la Usina del Arte de la ciudad de Buenos Aires, la modalidad de participación es similar a su experiencia española, pero con algunas cuestiones discursivas y visuales (reproducción de filminas durante la disertación) mejor estructuradas. En esta ocasión el intendente organizó como eje enunciativo una conferencia –menos abstracta y general que la versión española– denominada “Políticas públicas en Smart Government: el Plan de metas de gobierno”. Su exposición fue en la mesa “El desafío de lograr Gobiernos Inteligentes: alcances y tendencias internacionales”. El lugar de las redes sociales fue central para la publicidad de la acción de gobierno y la participación en el evento. De hecho, desde el sitio web del congreso internacional se podía descargar las fotos oficiales de cada expositor, las cuales fueron utilizadas por los funcionarios para subirlas a redes sociales como Facebook y Twitter[33]. El espectáculo que posibilita la cumbre daba un marco que jerarquizaba a las etiquetas gubernamentales así como también suministraba nuevos ejes discursivos de comunicación política al interior del espacio público cordobés. La singularidad de una técnica de gestión, articulada por los procesos de mediatización, posibilitó la publicidad de los participantes tanto del ámbito público como privado[34].
En el mismo congreso sobre Smart Government disertó Marcelo Cossar, Secretario de Modernización, Comunicación y Desarrollo Estratégico de la Municipalidad de Córdoba. El título de su exposición es muy sugestivo: “Oferta y demanda de gobierno abierto: ¡abran, abran! el pueblo, ¿quiere saber?”. La conferencia expone de manera explícita el carácter mercantilizado de las opciones de gestión. En este sentido, sostenemos que la publicidad-propaganda, adquiere “un estatuto que transciende la cuestión de las formas discursivas y se inscribe como mapa que señala los tinos y desatinos de la ‘voluntad de elección’ del mercado de ofertas y demandas” (Boito, Espoz y Michelazzo, 2015: 128). El mercado mostró su operatoria y, a la vez, se sinceró -mediante la duda- el carácter cerrado como condición de posibilidad del Estado en la sociedad del capital.
Imagen 2: el intendente de la ciudad de Córdoba disertando en el Congreso Internacional Smart Government (Usina del Arte, Buenos Aires, 29 de junio de 2016). Fuente: fotografía dispuesta para descarga en la página del evento.
Al mismo tiempo, el intendente Mestre publicó en su Facebook que “las metas de nuestro plan van mucho más allá de las obras, tienen que ver con el trabajo en conjunto con muchas instituciones y la posibilidad de ser monitoreadas”[35]. En las últimas décadas, el discurso de la participación (las tradicionales experiencias denominadas de presupuesto participativo) permitió definir entre los vecinos proporciones mínimas del gasto público en la ciudad. La nueva coyuntura remontaba la idea de que solo con sujetos participativos y representantes de un Estado activo es posible, desde una concepción programática de la realidad, construir una ciudad eficiente y más visiblemente gobernable.
En esta gestión radical se evidenció que la participación social giró sobre el discurso político basado en las Metas de Gobierno que se institucionalizaron desde distintos mecanismos populares. Las organizaciones no gubernamentales, hegemonizadas por la clase media, se presuponen como orientadoras de la administración pública municipal[36]. Luego de las metas del periodo 2012-2015, se presentó –en junio de 2016, días después del Congreso Internacional– una audiencia pública en el Concejo Deliberante el renovado Plan de Metas de Gobierno 2016-2019. De la exposición del Secretario de Modernización Cossar se desprende que, si por un lado, el Estado debe “educar al Ciudadano para la Democracia Informativa”, por otro, debe “generar visualizaciones significantes”. La raíz disciplinante del nuevo paradigma democrático descansa en los pilares del régimen escópico de nuestra época. La participación ciudadana se construye en la voluntad de visualizar las acciones estatales previamente planificadas[37].
Imagen 3: Filmina proyectada en el congreso como parte de la disertación del intendente de la ciudad de Córdoba. Fuente: ponencia dispuesta para descarga en la página del evento.
Ahora bien, en la imagen 3 pueden evidenciarse las imágenes visibilizadas en la ciudad deseable: la galería de inversión privada “Muy Güemes” del barrio Güemes[38] y la peatonal. Entre las Metas de gobierno, emergió de manera casi inconsciente la meta más relevante: la de consolidar el desarrollo de una Córdoba turística, la otra cara de la Córdoba socio-segregada, a la par de un discurso de desarrollo institucional vuelto hegemónico. La alocución sobre un entorno tecnológico abstracto y descontextualizado, estructurado por la etiqueta Smart Government, requiere de una impronta territorial concreta. El embellecimiento urbano, política en la que intervino el municipio articulando los sectores público-privado –incluido el barrio Güemes vuelto “la San Telmo cordobesa” (Boito y Pereyra, 2016)– era la imagen para exhibir a Córdoba.
Antes decíamos que, en la discursividad de la hegemonía provincial, la relación entre urbanismo y las maneras de hacer del Estado tendían a solaparse. Así, la participación política se adhiere a la reproducción de ciertos entornos clasistas. En el congreso internacional, el gobierno inteligente cordobés generó una doble voluntad de hacer ver mediante una articulación de la tecnología de gestión con la impronta territorial del urbanismo. De este modo, el paquete gubernamental y un avanzado proceso de embellecimiento de circuitos barriales para el disfrute del turismo extranjero no pueden desligarse de una participación del ciudadano como espectador del espacio público. En efecto, el portal de Gobierno Abierto municipal le dedicó al turismo el procesamiento de datos relativos a esa actividad económica de escaso valor para un vecino. En el mismo régimen escópico de época se entrelazan las visualizaciones “significantes” exigidas tanto como las fracturas simbólicas y territoriales provocadas. Las tramas de esas separaciones (sensu Debord), de las cuales participan la estatalidad y el urbanismo cordobés, se suturan en las posibilidades de la membresía ciudadana y en sus promesas de innovación tecnológica.
Consideraciones finales
En el presente trabajo nos preguntamos por una coyuntura caracterizada por el consenso sobre uso de nuevas tecnologías que giran en torno a los discursos y prácticas sobre Gobierno Abierto y Ciudades Inteligentes, ambos imaginados como un salto de modernización administrativa. En la lucha política por la legitimidad de las definiciones de conceptos políticos –es decir, ideológicos-, las tecnologías visuales que devienen de la digitalización ofrecen un repertorio de prácticas de gestión pública. Estos entornos tecnológicos, en arena gubernamental cordobesa, configuran valoraciones políticas y nuevas subjetividades sociales que condensan el carácter dominante de un determinado régimen escópico y del fetiche de la técnica.
La disputa por los modos socialmente legítimos para gobernar trama normativamente la relación democrática que se establece entre los ciudadanos y el Estado que atraviesa un régimen de visibilidad de lo público, un mercado de repertorios tecnológicos heterogéneos y una ilusión política basada en lo común de la comunidad política disgregada. En efecto, la propuesta de centrar la mirada en las tecnologías de gobierno permite comprender los espacios estético-políticos donde se refundan las modalidades de control y el borramiento de instancias de conflicto social. Allí, el significante de la transparencia constituye el horizonte ideológico transclasista en que articula lo político a nuevos pliegues entre el Estado y el mercado bajo etiquetas, novedades y discursos públicos sobre la técnica. Del mismo modo, la participación de la ciudadanía se comprende como el ideal de gobierno municipal donde esta se construye sin intereses privados, ni antagonismo ni vocación de beneficios. La ciudadanía es garante y fiscalizadora del gobierno: sus fracturas ocasionadas por el neoliberalismo son, en realidad, sus virtudes políticas para el monitoreo ciudadano. Lo social es la reserva de la transparencia de la cual carece la estatalidad.
El campo estatal, cruzado por múltiples mediaciones, se halla constituido por dispositivos a través de los cuales la hegemonía transforma el sentido de la comunidad. Al observar el imaginario tecnológico actual es posible analizar los discursos y saberes que, en una coyuntura, estructuran mitos de gobierno y prácticas estatales consecuentes desde construcciones ideológicas precisas. En base a la exaltación del uso individual de las nuevas tecnologías así como los paquetes gubernamentales espectacularizados y mediatizados, configuran distintas estrategias que desdibujan y ocluyen la desigualdad social. En esta nueva creencia, si el cuerpo del sujeto-ciudadano es pensado como atado al imperativo de la conexión (Sibilia, 2007), por su parte, el cuerpo del sujeto-funcionario es inserto en la trama espectacular bajo el discurso que organiza el imperativo de ver (Ferrer, 2005). En este marco, el sentido de lo óptico prevalece en tanto regulador de toda interacción con el Estado y sus autoridades deparando un ciudadano como espectador/visualizador.
Los indicios de innovación bajo el dominio de lo visual en la gestión pública -lo que en la práctica puede que se reduzca a la disposición de un sitio o portal web- organizan sentidos políticos y ensoñaciones sobre la experiencia ciudadana. La experiencia social del habitar una ciudad modernizada se proyecta estatalmente en la visibilización de sus separaciones legítimas y territoriales. Del mismo modo, el espacio público define los lugares físicos y las habilidades sensitivas requeridas para las interacciones sociales entre los ciudadanos y el Estado. La ideología de la transparencia estatal es un nuevo artilugio donde el nudo traumático de la sociedad, paradójicamente, es lo que no se ve. Resta analizar hasta qué punto la constitución del consenso y los efectos de sus métodos objetivos distorsionan el rol del mercado como estructura básica de la sociedad política. La crítica ideológica en esta coyuntura de transformaciones discursivas ratifica la importancia de comprender la premura de lo que aparece como prioritario en la comunicación gubernamental.
- “La noción de ‘entornos clasistas’ como enclaves de experiencias en la vida urbana actual, se vuelve fundamental para la comprensión de las experiencias/vivencias de clase” (Boito y Espoz, 2014: 65). Estos entornos son producidos por las fantasías sociales e implican posibilidades concretas de condiciones de existencia, desplazamientos, interacción social y participación de la vida urbana.↵
- En Jay (2007) se propone una crítica a la noción de espectáculo de Guy Debord. Pretende pasar el cepillo a contrapelo al concepto mismo de espectáculo: el régimen visual no puede reducirse al concepto de espectáculo. De este modo, se cuestiona el discurso anti-ocularcéntrico que caracterizó al pensamiento francés. Para Jay (2003) pensadores y artistas como Bergson, Bataille, Sartre, Lacan, Debord, Foucault, Barthes, Levinas, entre otros, han propugnado un dominio visual espurio al cual sometieron a crítica desde distintas aristas. “Agudo lector de Theodor Adorno, Jay sostiene que la historia intelectual del siglo XX se ha configurado a partir del ocaso de la visión y el ascenso de la interpretación lingüística como modo privilegiado de conocimiento” (Pizarro Navia, 2015: 60).↵
- En el desciframiento analítico de Eagleton (2006) postula la noción de estética como discurso del cuerpo más que una teoría del arte, es decir, como lo que se percibe a través de las sensaciones. En relación a esta definición, la expresión benjaminiana de “inconsciente óptico” alude a comprensión de la experiencia vuelta imagen. Esta hipótesis supone que hay algo en lo que el sujeto ve que no sabe que efectivamente ve. En efecto, es a través de la fotografía que es posible experimentar –para Benjamin– por primera vez un inconsciente óptico similar a lo que en el psicoanálisis se denomina inconsciente instintivo (Buck-Morss, 1995: 294). Se trata de una hipótesis sobre la modernidad visual que, como práctica estética, está basada también en el análisis de la emergencia del flâneur como la figura del espectador urbano. ↵
- Por el contrario, los entornos en la clave de Guy Debord (1995) implican la construcción de situaciones “personalizadas”, es decir, aquello que no es susceptible de representación. ↵
- En el libro Mal de ojo. El drama de la mirada (2005), Christian Ferrer reflexiona sobre la formación de las habilidades y destrezas resultado del derecho de ver y de la voluntad de ver en tanto imperativo de visualidad en sociedades hegemonizadas por la presencia de la televisión y la informática. ↵
- “En las últimas décadas, y en parte como reacción a las tendencias culturales e institucionales comentadas, se ha producido una importante reorientación en el rol del estado, el mercado y la sociedad en la gestión de la agenda pública. De un sesgo estadocéntrico en el modelo de organización social dominante, se pasó primero a una orientación pro-mercadista o privatista, de cuño neoliberal, para luego, frente al fracaso de la mano invisible del mercado, recuperar para el estado un rol significativo, aunque esta vez de la mano de un creciente papel de la sociedad civil en la gestión pública. El crecimiento experimentado por las organizaciones no gubernamentales y los, movimientos de base, junto con el surgimiento y difusión de canales de participación de la ciudadanía en las distintas fases del ciclo de las políticas públicas, han iniciado una tendencia hacia lo que los más optimistas denominan un modelo sociocéntrico. El gobierno abierto acentúa ahora esa tendencia, al convertir al ciudadano en centro y coprotagonista de la gestión gubernamental” (Oszlak, 2012: 9). ↵
- Foro PoliTICs#joven, Buenos Aires, 12 de diciembre de 2012.↵
- I Cumbre latina de comunicación gubernamental, Lima (Perú), 14 y 15 de julio de 2016; IV Summit País Digital 2016, Santiago (Chile), 7 y 8 de septiembre de 2016.↵
- I Jornadas Buenas Prácticas de Gestión, Córdoba, 4 y 9 de septiembre y 20 de octubre de 2015; I Jornadas Smart Cities-Oportunidades para la Innovación Ambiental, Resistencia (Chaco), 25 y 26 de junio de 2015; III Ateneo de Gestión en Gobiernos Locales “Tema: Gobierno Abierto”, Universidad Nacional de Villa María, 18 de agosto de 2016; Redes de gobierno y ciudades inteligentes, Resistencia (Chaco), 5 y 6 de octubre.↵
- I Congreso Ciudades Inteligentes, Madrid (España), 24 y 25 de marzo de 2015; I Congreso Internacional sobre Ciudades inteligentes, Innovación y sostenibilidad en Córdoba, 30 y 31 de mayo y 1 de junio de 2016; Congreso Internacional Smart Government 2016 Argentina en Buenos Aires, 28 y 29 de julio; Do! Smart Cities, Santiago (Chile), 18 al 20 de agosto de 2016; Feria y Congreso internacional para gobiernos locales “Gobierno y Servicios públicos”, 5 y 6 de octubre, Buenos Aires; I Congreso Ecosistema de Datos, 3 y 4 de Noviembre de 2016, Villa María.↵
- Ver: https://goo.gl/i5EDwX.↵
- El periodismo de datos, altamente mediatizado a partir del caso “Panamá Papers” en tanto consorcio internacional de periodistas de investigación, es presentado como el complemento cuasi-natural del gobierno abierto. Sin transparentar las fuentes de financiamiento, la experiencia de la filtración de datos queda sujeta al voluntarismo y el esfuerzo colectivo de periodistas comprometidos con datos de interés público. En este sentido, el periodismo de datos se ha convertido en un nuevo campo de prácticas periodísticas de moda. Como ejemplo, la Asociación Civil Gobierno Abierto (AGA Argentina) lleva en colaboración con el diario Puntal de Río Cuarto un suplemento que tiene por objetivo dar a conocer los procesos de institucionalización de gobierno abierto, las iniciativas de transparencia y “la manera en que estos procesos se amalgaman con el periodismo de datos”. Por eso el suplemento plantea como “Una trilogía pujante: gobierno abierto, periodismo de datos e innovación” (Puntal, 25/08/2016, 1). Del mismo modo, números portales de noticias de pequeñas y medianas localidades cordobesas se han sumado a la difusión de los beneficios del periodismo de datos (por ejemplo, I Taller de Periodismo de Datos de la ciudad de Villa María en mayo de 2016 y I Mediatón de Periodismo Digital en octubre de 2016 en Villa María). ↵
- A partir de febrero de 2016, el nuevo gobierno argentino presenta el Plan de Modernización del Estado a partir de cinco ejes que institucionaliza el discursividad asociada a la etiqueta “Gobierno Abierto”: Plan de Tecnología y Gobierno abierto, Gestión integral de los recursos humanos, Gestión por resultados, Gobierno Abierto e Innovación Publica de los recursos. En el discurso presidencial, la metáfora visual estará presente para dar cuenta de la relevancia del plan: “Necesitamos que el Estado deje de ser un lugar desordenado, desarticulado, oscuro, sin información” (Mauricio Macri, 22 de febrero de 2016). Entre las reparticiones públicas que se sumarán a la iniciativa global de datos abiertos, homogeneizando las imágenes corporativas de los sitios web, se destacan los portales de PAMI y el de “Datos Abiertos Agroindustria”. Además, el proyecto de Ley de Acceso a la Información pública (AIP), enviado por el Poder Ejecutivo, será aprobado en poco tiempo en el Congreso (Puntal, 25/08/2016, 4). ↵
- Castiella es el actual Director Nacional de Investigación, Desarrollo y Control del Plan País Digital, docente de la Universidad de San Andrés y especialista en gestión empresarial. Del mismo modo, a nivel local se presenta la “Cátedra Gobierno Abierto” inaugurada por la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional Villa María), la Universidad Nacional de Villa María y la Municipalidad de Villa María en mayo de 2016. En la Facultad de Ciencias de la Comunicación (UNC), por su parte, se dictó el Seminario opcional Gobierno abierto y estrategias de comunicación pública en 2016. ↵
- En este sentido, Buffa y Echavarría plantean al discurso de la transparencia en oposición a la opacidad de la información pública de la siguiente forma: “El discurso de la transparencia se ha desarrollado, en un contexto de alto endeudamiento público y desequilibrio fiscal, asociado a un diagnóstico que atribuye los problemas económicos de los distintos niveles del Estado a la corrupción en la gestión de los recursos públicos (…) la opacidad de la información pública y los déficit de las cuentas del Estado generarían expectativas negativas para el mercado (sujeto de los postulados) aumentando los costos de las negociaciones” (Buffa y Echavarría, 2011: 101-102).↵
- Hay una recurrencia a ciertos autores a la hora de precisar distinciones y definiciones de “Gobierno Abierto” y “ciudades inteligentes”, sobre todo en consultorías locales muchas veces recurren a los mismos referentes. Por ejemplo, los trabajos de Álvaro Ramírez-Alujas (2011) del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset de Madrid o los de Luis Castiella (2015). Allí, las referencias al Gobierno Abierto están de la mano al “inevitable camino que viene” en la modernización de la gestión pública. A la vez, los distintos trabajos (desde los más académicos a los de consultorías o informes técnicos) requieren situar el surgimiento del Gobierno Abierto –como etiqueta– o, de manera más amplia, a la pretensión de publicidad y transparencia de los actos de gobierno en distintos tiempos históricos: mientras que algunos remontan a Kant y los orígenes del republicanismo, otros lo presentan el “gobierno abierto” como una característica del gobierno británico a fines de la década de 1970. Para la Secretaría País Digital del Ministerio de Modernización de la República Argentina, en el texto titulado “La importancia de un modelo de planificación estratégica para el desarrollo de ciudades inteligentes”, define a las Ciudades Inteligentes como: “Smart City es un concepto que comenzó a surgir hace alrededor de dos décadas y se usó, en un principio, fundamentalmente para describir una ciudad que aplicaba soluciones tecnológicas para problemas cotidianos de los habitantes mediante el uso intensivo de la tecnología y la información” (Castiella, 2014). ↵
- Las tecnologías en un régimen de dominación, como el escópico, no solo radican en formas de conocimientos prácticos sino también modos de percepción, inculcación de hábitos, procedimientos o normas, que pretenden normalizar e inducir comportamientos sociales. Como dirá Benjamin “el modo de la percepción sensorial cambia, junto con el modo total de existencia de los colectivos históricos, dentro de grandes espacios históricos de tiempo” (Benjamin, 2009: 93).↵
- Mientras el gobierno electrónico (en sus niveles: información de gobierno, trámites y vínculos con lo sectorial-empresarial) está vinculado a un modelo gerencial de gestión, las propuestas de una democracia digital, por su lado, se asocian a un modelo político de gestión pública (Echavarría, 2012). ↵
- Ley 9086/2003, Decreto Reglamentario 150/2004 y Decreto ampliatorio 541/2008. No obstante, existen normativas previas como la de Acceso a la información pública (Ley 8803/99) y de transparencia activa (8836/00 de Modernización del Estado). ↵
- A modo ilustrativo, Carlos Sicchar Gómez, autodenominado representante de Rudolph Giuliani en Argentina, es uno de los consultores que brindaron “servicios para plataforma digital web”, que constituyeron una “compra directa” por parte de la Municipalidad de Villa María de casi un millón de pesos (Fuente: Gobierno Abierto, Municipalidad de Villa María, abril de 2016). El mismo consultor de los “honorarios profesionales de agencias de publicidad” en la campaña electoral para las elecciones 2013 (Fuente: Informe final de ingresos y egresos de campaña electoral, Artículo 58 de la ley 26.215, para Alianza Frente para La Victoria de la Provincia de Córdoba). Para analizar el vínculo de Sicchar con Giuliani véase: https://goo.gl/sWxnUF. El Municipio de Villa María, por su parte, forma parte de RECIA (Red de ciudades inteligentes de Argentina). Se instituye como miembro a partir de la realización del Congreso de Ecosistema de Datos en noviembre de 2016. Ver: http://www.conecos.com.ar/.↵
- La exposición del intendente de la ciudad de Villa María en Smart Government 2016 llevaba por título “El concepto de una ciudad inteligente es político, no tecnocrático”. Del mismo modo, el propio Oszlak se encargará de construir esta distancia esgrimiendo que “las informaciones requeridas no son solo “técnicas”” (2012: 5), a la vez, definirá el paradigma como un “nueva filosofía de gobierno” (2013: 2). ↵
- Investigación dirigida por Sandra Elena, Directora del Programa de Justicia y Transparencia de CIPPEC.↵
- En este sentido, el informe explicita en el apartado “conclusiones”: “Las iniciativas presentadas son importantes herramientas para el desarrollo de los valores del Gobierno Abierto. Permiten la participación ciudadana, la rendición de cuentas, facilitan la transparencia de la administración y hacen uso de las nuevas tecnologías. Continuar con la implementación de iniciativas similares puede colaborar a profundizar esta tendencia y mejorar la relación con la ciudadanía. La evaluación del impacto y los resultados de los proyectos resulta esencial para mejorar las políticas implementadas. A través, de estas se pueden idear nuevas estrategias para el logro de los objetivos, basadas en el aprendizaje de lo ya realizado. La profundización de la participación ciudadana que permita niveles más elevados de involucramiento ciudadano, posibilitarán la mejora de estas iniciativas y el compromiso de los ciudadanos” (Elena y Ruival, 2015: 18). Del mismo modo, el suplemento especial sobre periodismo de datos del diario Puntal de Río Cuarto, auspiciado por AGA Argentina, celebró la iniciativa de la Provincia de Córdoba: “Ciudadano Digital, una experiencia con buenos resultados” (Puntal, 25 de agosto de 2016, disponible en: https://goo.gl/FM5G4e).↵
- En agosto de 2015, Verónica Bruera como Ministra de Gestión Pública presentó el proyecto de ley tendiente a consolidar las acciones provinciales en materia de gobierno abierto, innovación y nuevas prácticas de gobernanza.↵
- Lo “amigable”, como metáfora que condensa una relación social entre sujetos, es una característica con que también se evalúa y promociona a las plataformas web tanto como a elementos o aspectos ecológicos o “sustentables”.↵
- Ver: http://www.doctaurbanizacion.com.ar/.↵
- Mario Riorda es uno de los gurúes y consultor más importante de la ciudad de Córdoba en cuanto a estrategias de comunicación política a través de la instalación de “mitos políticos”. Como consultor de marketing político, en los últimos años, desarrolló “tips para gestionar la comunicación” de alcaldes (Riorda en Smart Government, 2016). Como docente de la Universidad Católica de Córdoba, su presencia es frecuente en eventos sobre ciudades inteligentes. ↵
- Disponible en: https://goo.gl/bZuXp8.↵
- Disponible en: https://goo.gl/aUsffk.↵
- Democracia en Red propone que activistas y organizaciones de toda América Latina se pregunten “¿qué democracia podemos construir en nuestro contexto social y tecnológico?”. Por su parte, DemocracyOS es una herramienta de código abierto que busca “acercar el sistema político a las tecnologías y hábitos de este siglo”. La fundación tiene un enlace central en el Portal de Gobierno Abierto de la Municipalidad de Córdoba. Véase: http://democraciaenred.org/↵
- A modo de ejemplo, ver: https://goo.gl/EAfSFy.↵
- No obstante, algunos referentes del Kirchnerismo a nivel nacional también se sumaron a esta iniciativa de gestión, tal es el caso de Jorge Capitanich como intendente de Resistencia. Aquí el repertorio de productos y tecnologías bajo el rótulo de las smart cities se engarza al discurso ambiental. Es por ello que 1º Jornadas Smart Cities es realizada en el marco de la Expodac NEA “Hacia un desarrollo sustentable”. En este municipio, el fetiche por la técnica en donde todo se vuelve una aplicación (“app”) envuelve dos formas de supuesta neutralidad: las promesas de transparencia e innovación para el ámbito público, y la cuestión ambiental que, en la agenda estatal, es considerada como un argumento per se neutral. Al mismo tiempo, el ámbito de exhibición pública y de mercado turístico en la Bienal de Esculturas 2016 también dispuso un escenario para montar otros perfiles de la smart cities en Chaco: el “palo inteligentes” (imagen 1) y varios stand de reparticiones estatales como el eslogan “desarrollo inteligente” del Ministerio de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial del gobierno provincial. En este último, las promotoras del stand, a través de un juego de encastrar piezas sobre espacios e instituciones “típicas” de la ciudad -al mejor estilo de Tecnópolis-, daban cuenta al público de que “así es cómo trabajamos en el Ministerio” con el ordenamiento inteligente de las ciudades. Las piezas solo podían ser encastradas de una única manera (con la plaza en el centro, las fábricas, espacios verdes y ríos a las orillas) dando una comprensión lúdica al urbanismo unitario. ↵
- “Participé del primer Congreso de https://goo.gl/8otd1t para representantes de gobiernos locales que organiza Ic-Latinoamérica. Expuse sobre nuestro plan de metas como una innovación ciudadana y política en materia de planificación estratégica, transparencia, participación y rendición de cuentas. Este plan lo desarrollamos teniendo en cuenta cuatro ejes principales: Sustentabilidad: Por medio del ordenamiento territorial, transporte y movilidad urbana, el cuidado ambiental y de nuestro patrimonio. Competitividad: planificación del desarrollo urbano, empresarial, emprendedor y turístico de la ciudad. Equidad e inclusión: a través de la formulación de programas de salud, educación, cultura, deportes y recreación, seguridad, derechos humanos y desarrollo social. Institucionalidad: incorporando en los mismos procesos de planificación criterios de gobierno abierto y participación ciudadana, modernización, descentralización, control y fiscalización, y de fortalecimiento de relaciones institucionales y de capital humano (…)” (Facebook del Intendente Ramón Mestre). para representantes de gobiernos locales que organiza Ic-Latinoamérica. Expuse sobre nuestro plan de metas como una innovación ciudadana y política en materia de planificación estratégica, transparencia, participación y rendición de cuentas. Este plan lo desarrollamos teniendo en cuenta cuatro ejes principales: Sustentabilidad: Por medio del ordenamiento territorial, transporte y movilidad urbana, el cuidado ambiental y de nuestro patrimonio. Competitividad: planificación del desarrollo urbano, empresarial, emprendedor y turístico de la ciudad. Equidad e inclusión: a través de la formulación de programas de salud, educación, cultura, deportes y recreación, seguridad, derechos humanos y desarrollo social. Institucionalidad: incorporando en los mismos procesos de planificación criterios de gobierno abierto y participación ciudadana, modernización, descentralización, control y fiscalización, y de fortalecimiento de relaciones institucionales y de capital humano (…)” (Facebook del Intendente Ramón Mestre). ↵
- Entre las empresas que participaban del Congreso Internacional se destacan como sponsors la empresa “Córdoba technology cluster” (entre otras destinadas al mercado de servicios municipales, entre ellas las consultorías y agencias de comunicación política). La frase que identifica al sitio web del cluster menciona: “Somos empresas e instituciones interconectadas y complementarias entre sí que compiten, pero también cooperan” (Sitio web de CTC. El énfasis es nuestro). No obstante, el desarrollo de “soluciones” para municipios en términos de multiplataformas y aplicaciones es una de las estrategias comerciales que publicitan, en los últimos tiempos, modos de “atención ciudadana” al vecino. Como caso ilustrativo del “uso inteligente y racional de los recursos tecnológicos existentes” en relación a Estados locales, véase: https://goo.gl/cr37fu.↵
- Disponible en: https://goo.gl/76q55B ↵
- En el IV Foro “Por una agenda ciudadana: hacia el Plan de metas 2016-2019”, organizado por la Red Ciudadana Nuestra Córdoba a fines de 2014, se reunieron unas doscientas personas que debatieron sobre los desafíos de la ciudad y de una Córdoba “deseable”. Estos aportes se cristalizaron en 49 metas que configuraron el Plan de gobierno del período 2015-2019 que Mestre toma como “mito de gobierno”. Entre los grupos de trabajo de la Red Ciudadana se encuentra uno dedicado a la “Transparencia y Acceso a la Información Pública”, mientras que estas prácticas constituyen una de las exigencias transversales de las metas de gobierno. Ver: https://goo.gl/AMcfDg.↵
- El día 10 de agosto de 2016, el ministro de modernización Andrés Ibarra presentó la incorporación del país a la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP). Un día después, el 11 de agosto, se pone en funcionamiento el Portal de Gobierno Abierto en la ciudad de Córdoba, un enlace secundario dentro del sitio web tradicional de la municipalidad. Desde allí se incorpora el discurso de “la sociedad empoderada” –presente en el discurso del gobierno provincial– en el fortalecimiento de los canales de comunicación, eficiencia y transparencia estatal. En este marco, la idea de “entornos colaborativos” descansa en que “universidades, sociedad civil, colegios profesionales y periodistas” operan como el ojo fiscalizador del Estado y se da respuesta a la pregunta de “¿por qué abrir un gobierno?” (AA.VV. ¿Qué es un Gobierno Abierto?, Portal de Gobierno Abierto, Municipalidad de Córdoba, 2016). Por su parte, en la pestaña Datos Abiertos se menciona: “en esta sección publicamos información cuantitativa y cualitativa de la Municipalidad de Córdoba con la inteción (sic) de apoyar la transparencia gubernamental. Nuestra intención es ir sumando cada vez más información de consulmo (sic) ciudadano”. Ver: https://goo.gl/S81yW6. Si bien no lo analizaremos in extenso, mediante una cantidad de datos disponibles en el portal, se espera que el ciudadano consulte ese sitio como un consumo de cualquier otra mercancía y, de este modo, se logra el máximo desarrollo de la “ciudad inteligente” cordobesa.↵
- La construcción mediática de las transformaciones del barrio Güemes a través del tratamiento de la intervención privada posiciona a la galería Muy Güemes como paradigma de lo sustentable y efecto del embellecimiento urbanístico (Quevedo, Almada y Pereyra, 2016).↵