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3. Amantes rivales: título, autoría y datación

Mariana Gardella

El diálogo que nos ocupa no ha recibido un único título. Todos los manuscritos que transmiten la obra optan por Erastaí (“Amantes”). Sin embargo, al margen de uno de ellos, el Bodleianus, MS. E. D. Clarke 39, figura la anotación Anterastaí (“Amantes rivales”). Diógenes Laercio, una fuente más antigua que los manuscritos mencionados, se refiere a la obra por medio de este último título, razón por la cual lo hemos preferido.[1] El mismo Diógenes indica que Sobre la filosofía es el subtítulo del diálogo y lo clasifica entre las obras de género “ético”, al igual que Apología de Sócrates, Critón, Fedón, Filebo, Banquete, Hiparco, Menéxeno, Clitofonte, Critias y las cartas.

Por su título, Amantes rivales parece integrar el plexo de obras dedicadas a la temática amorosa que fueron publicadas en el siglo IV a. C. Entre ellas, se destacan los Banquete de Platón y Jenofonte, Aspasia de Esquines, Sobre el amor de Euclides y Sobre el matrimonio de Antístenes. No obstante, el título de la obra no refiere a los temas que en ella se tratan, sino al tipo de vínculo que mantienen los personajes que participan de la conversación. Más elocuente es, en cambio, el subtítulo, que refiere directamente al problema abordado en el diálogo: la pregunta por la definición de la filosofía y su relación con otras técnicas.

Aunque esta obra integra la cuarta tetralogía platónica, el mismo Trasilo puso en duda su autenticidad: “Si en verdad (eíper) Amantes rivales es de Platón –dice Trasilo–, este (scil. Demócrito) sería el personaje anónimo presente, diferente de aquellos que debaten sobre Enópides y Anaxágoras, que dialoga sobre la filosofía en compañía de Sócrates, a quien le parece –afirma– que el filósofo es como un pentatleta”.[2] En la actualidad, la mayor parte de los estudiosos y de las estudiosas considera que la obra no ha sido escrita por Platón, con base en dos argumentos: por una parte, Platón no presenta en los diálogos de juventud, a los cuales Amantes rivales se asemeja, personajes anónimos; por otra parte, en el diálogo encontramos algunas tesis platónicas deformadas, que el autor habría tomado de diálogos como Cármides y Eutidemo.[3] Ninguno de estos argumentos justifica suficientemente la inautenticidad.[4] Al primero, se podría contestar que Amantes rivales podría no ser un diálogo de juventud, sino de madurez o de vejez que, como es el caso del Teeteto, adopta la forma de exposición de los escritos de juventud. Al segundo, podría replicársele, como ya hemos sugerido, que la doctrina que tenemos por “platónica” se construye a partir de un grupo de diálogos aceptado como auténtico que no incorpora las tesis desarrolladas en los escritos juzgados como espurios. Si este canon se modificara, se modificarían también algunas de las tesis que adjudicamos a Platón. Asimismo, este argumento no toma en cuenta que las nociones presentadas en los diálogos se adaptan al escenario dramático y a los personajes que son protagonistas del escrito, de manera que las tesis filosóficas de Amantes rivales deberían ser interpretadas en relación con el contexto en el que son desarrolladas, lo cual podría explicar tanto sus ricas particularidades, cuanto las divergencias que mantienen con tesis de otros diálogos platónicos.[5]

No obstante, tampoco se han aportado argumentos de peso para probar definitivamente que el diálogo sea platónico. Dado que sobre esta cuestión es imposible alcanzar alguna certeza, hemos decidido adoptar una posición escéptica: el diálogo podría haber sido escrito por Platón, por algún discípulo de la Academia, por algún allegado al círculo de discípulos de Sócrates o por algún intelectual que conocía en profundidad las discusiones filosóficas de principios del siglo IV a. C. Lo relevante será analizar de qué manera en esta obra son retomados, a través de la perspectiva original que desarrolla el autor anónimo, problemas sobre los que se pronunciaron Platón y algunos de los discípulos de Sócrates.

Para fijar la fecha de redacción no hay ningún criterio decisivo, ya que los análisis lingüísticos, históricos y filosóficos solo arrojan fechas probables y poco precisas. Se ha indicado, aunque con argumentos poco concluyentes, que el diálogo habría sido redactado en el siglo III a. C. por algún discípulo de la Academia, que por entonces estaba bajo la dirección de Arcesilao, como respuesta a algunas críticas de los filósofos peripatéticos.[6] Sin embargo, también hay razones para sostener que el diálogo fue redactado con anterioridad, en el siglo IV a. C., durante la vida de Platón o un poco después de su muerte.[7] Esto es aún más probable, dado que los temas que allí se discuten se relacionan con teorías y argumentos defendidos por algunos intelectuales del círculo socrático y por Isócrates.

Cuando de un diálogo se trata, interesa determinar no solo la fecha probable de redacción, sino también la fecha dramática en la que la escena transcurre. La acción de Amantes rivales no podría haber ocurrido luego del año 399 a. C. Dado que Sócrates es uno de los personajes del diálogo, la conversación que mantiene con los amantes no puede tener lugar más allá del año de su ejecución. Asimismo, se indica que la acción transcurre en casa de Dionisio. Lo único que sabemos sobre este personaje es que habría sido maestro de Platón, pero no contamos con ningún otro dato sobre su vida que contribuya a precisar la fecha dramática de la obra.[8]


  1. Diógenes Laercio, III. 59, IX. 37.
  2. Diógenes Laercio, IX. 37. La prótasis adverbial está encabezada por la conjunción eíper que puede, o bien introducir una condición con el sentido de “si en verdad, incluso si”, o bien expresar una condición que concuerda con un hecho efectivamente acaecido, en cuyo caso debería traducirse “si, como es el caso, Amantes rivales es de Platón”. Cfr. LSJ, p. 489, s. v. eíper. Hemos elegido la primera acepción, siguiendo los argumentos de Carlini, Antonio, “Alcune considerazioni sulla tradizione testuale degli scritti pseudoplatonici” en Döring, Klaus; Erler, Michael y Schorn, Stefan (eds.), Pseudoplatonica, Stuttgart, Franz Steiner Verlag, 2005, p. 27, ya que si Trasilo no dudara de la autoría de Platón, podría haber empleado una expresión menos ambigua. Sobre la posible discusión de las teorías de Demócrito en Amantes rivales, véase Monserrat Molas, Josep, “Rivals i amants: rivals d’amor. Comentari al platònic Anterastaí”, Anuari de la Societat Catalana de Filosofia, vol. 11, 1999, p. 26, n. 23.
  3. Como sugiere Souilhé, J., op. cit., pp. 107-110.
  4. Amplíese este punto de vista con los argumentos aportados por Monserrat Molas, J., op. cit., pp. 20-21.
  5. Cfr. Carpenter, Michelle y Polansky, Ronald M., “Variety of Socratic Elenchi”, en Scott, Gary Alan (ed.), Does Socrates Have a Method? Rethinking the Elenchus in Plato’s Dialogues and Beyond, Pennsylvania, The Pennsylvania State University Press, 2002, pp. 89-90.
  6. Carlini, Antonio, “Alcuni dialoghi pseudoplatonici e l’Accademia di Arcesilao”, Annali della Scuola Normale Superiore di Pisa, vol. 31, 1962, pp. 58-59. Cfr. Souilhé, J., op. cit., pp. 110-111.
  7. Como hacen Isnardi Parente, Margherita, “Note al dialogo pseudoplatonico Anterastaí”, La parola del passato, vol. 35, 1954, pp. 137-138 y Brisson, L., op. cit., p. 306.
  8. Diógenes Laercio, III. 4: “Platón fue educado en las letras junto a Dionisio, a quien recuerda en los Amantes rivales”.


1 comentario

  1. mghueso 08/02/2019 3:29 pm

    Bruno Alfonzo, estudiante de filosofía de la Universidad Nacional de San Martín, escribió una precisa y detallada reseña sobre Amantes rivales para Ideas y Valores, una revista de filosofía editada en Colombia. Su trabajo se puede leer aquí:
    https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/72922

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