Constitución, consolidación y expansión del servicio eléctrico en el núcleo urbano, entre 1957-1970 (Pozo del Molle,
Córdoba, Argentina)
Mariana Inés Nivello
Introducción
El presente trabajo, que fue presentado en una versión preliminar expuesta en el Congreso de AHILA, 2017, es un estudio de caso que analiza la constitución, consolidación y expansión del servicio eléctrico ofrecido por la Cooperativa Eléctrica de “Pozo del Molle” Ltda., en el período que abarca desde que la institución se constituye en 1957 hasta 1970, cuando los conflictos políticos locales repercuten fuertemente en ella. Al efectuar ese recorte temporal, se tuvo en cuenta la conveniencia de estudiar también los antecedentes del proceso de electrificación, a fin de profundizar las razones por las cuales, a mediados del siglo XX, los habitantes de Pozo del Molle (Provincia de Córdoba-Argentina) optan por el sistema cooperativo para contar con un servicio eficiente a bajo costo, de vital importancia para la comunidad.
Aunque sin duda se trata de una investigación histórica enfocada en lo local, esto no ha impedido contemplar acontecimientos que se desarrollan a otra escala y que complementan y explican ese hecho particular. El estudio se encuadra dentro de dos nuevas perspectivas historiográficas: la historia de la empresa cooperativa y los servicios públicos municipales.
Para llevar a cabo esta investigación se utilizaron documentos conservados en el archivo del municipio, los fondos documentales de la Cooperativa, fuentes oficiales, como así también la información obtenida de entrevistas orales.
Pozo del Molle y el suministro de fluido eléctrico
La localidad de Pozo del Molle está ubicada a 200 km de la capital provincial. Situada en la zona centro-este de la provincia de Córdoba (República Argentina), presenta una amplia llanura, con suelos fértiles, clima templado y abundante agua dulce. Los primeros habitantes de la región fueron principalmente familias inmigrantes de origen italiano y en menor escala españoles, que se establecieron para dedicarse a la actividad agrícola.
El origen del pueblo se remonta a 1904, fecha en que se inauguró la línea de ferrocarril-perteneciente a una compañía francesa-, que unía las ciudades de Villa María y San Francisco (en la provincia de Córdoba), y se habilitó la estación ferroviaria “Pozo del Molle”, que dio surgimiento a la población del mismo nombre. El origen del servicio eléctrico en Pozo del Molle data de 1920, cuando se instala la Usina Eléctrica “Volta”, perteneciente a Mario Mosca[1] (Entrevista A. M. marzo, 2014) -un inmigrante italiano, de oficio electromecánico-, que supo acoger los pedidos de los vecinos de Pozo del Molle, ansiosos por contar con servicio eléctrico. Él construye y pone en funcionamiento su usina[2] el 31 de agosto de 1920, que brindó fluido eléctrico para el alumbrado público y privado, sin interrupciones, durante 40 años.
Hacia 1950, Pozo del Molle era un pueblo en expansión en el número de habitantes, comercio e industrias; como consecuencia en la Usina Eléctrica “Volta” la producción de energía eléctrica no alcanzaba para satisfacer las necesidades de los usuarios y resultaba imperioso tener una provisión de energía de calidad, abundante y a bajo costo; y de eso se encargó la cooperativa que se constituye en 1957 y que aún en la actualidad continúa prestando el servicio de suministro de electricidad en la localidad.
Constitución de la Cooperativa
En la década de 1950 la provincia de Córdoba se encontraba en proceso de organización del servicio eléctrico. En 1953 se crea la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC). Esta última colaboró con las autoridades provinciales en la elaboración de un plan eléctrico que fue puesto en marcha en 1958 (Solveira, 2008) y en el cual se preveía la construcción de una línea de alta tensión entre Villa María y San Francisco que pasaría por la localidad de Pozo del Molle.
Impulsados por esta perspectiva, los vecinos de la localidad constituyeron, en 1957, la Cooperativa de Luz y Fuerza “Pozo del Molle” Ltda., (en adelante CLFPM). En este periodo se crearon en la zona varias cooperativas más, entre las que se pueden mencionar las de Las Varas (1953), El Fortín (1955), Saturnino María Laspiur (1957), Las Varillas (1957), Sacanta (1957), El Arañado (1959), Cintra (1959), San Antonio de Litín (1959), Colonia San Bartolomé (1959), Alicia (1960), La Playosa (1957) y Carrilobo (1958) (Archivo Municipal de Pozo del Molle, 1959).
La constitución de la nueva sociedad, destinada a la producción, transformación y provisión eléctrica e industrias anexas en el área urbana y su zona de influencia, fue decidida en una asamblea realizada el 2 de mayo de 1957, ocasión en que fueron aprobados sus estatutos sociales y se suscribieron las primeras acciones. Los primeros socios fueron 30 y cada uno suscribió 5 acciones cuyo valor era de $200 cada una, de modo que el capital suscripto fue de $30.000 (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1957).
El 5 de mayo de 1957, en la reunión inaugural llevada a cabo en el local de la municipalidad, los primeros socios fueron quienes en forma secreta y nominal eligieron el primer Consejo de Administración; luego se procedió a la distribución de cargos, acto que se realizó también a través del voto secreto y nominal, como lo establecen los estatutos. El primer Consejo de Administración estuvo constituido por: Sebastián Baudino (presidente), Mario Caffaratti (vicepresidente), Gerardo Racca (secretario), Juan Vago (prosecretario), Alfredo Allocco (tesorero), Mario Fontana (protesorero), Rogelio Pignni, Luis V. Martinez y Antonio Prandi (vocales titulares) y Amadeo Penásis, Ramón Volmaro, Benigno Elices (vocales suplentes). Los síndicos fueron Santiago Suppo (titular) y Santino Vecchietti (suplente) (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1957).
Como sabemos y como quedó de manifiesto en el párrafo anterior, las personas se involucran a través de sus acciones y la participación en instituciones, pero no lo hace en forma objetiva y racional sino movilizado por ideas, valores, actividades en que se desempeña y según el estrato social al que pertenece. Del estudio realizado, sabemos que entre los promotores de la cooperativa había quienes actuaron de manera poco visible ya que no quedó registrado en actas, pero sí en la memoria de los actores de la época, quienes enfatizan acerca de las energías que pusieron para que la empresa cooperativa comenzara a funcionar. Entre ellos podemos mencionar a Juan Comelli, de origen italiano, arribó a Pozo del Molle en 1949 y comenzó a producir queso fresco (que no se producía en la provincia de Córdoba). Juan Comelli fue uno de los propulsores para que la cooperativa se pusiera en marcha y fueron varios los viajes que realizó a Córdoba y Buenos Aires para tal fin (Entrevista M.G. Agosto, 2008), también fue quien más aportó con capital social comprando 1000 acciones, pero nunca participó en la comisión directiva (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1957).
Por cierto, hubo también, quienes se movilizaron para que el proyecto se concretase y luego participaron como miembros de ese consejo. Ellos fueron: Mario Fontana, médico del pueblo que poseía una importante clínica con sofisticados aparatos para la época; Sebastián Baudino propietario de la fábrica FADIA y de la Casa Baudino –comercio de ramos generales–; Luis V. Martinez, propietario de la Casa Rabotti, –también comercio de ramos generales–; Santino Vecchietti, empleado en los escritorios de Casa Baudino; Antonio Prandi encargado general de ERA; Juan Vago y Alfredo Alloco, empleados en la Casa Rabotti; Gerardo Raca, gerente de esa casa y propietario de un hospedaje; Mario Caffaratti, empleado de la agencia Ford y entusiasta cooperativista que se trasladó a vivir a Monte Ralo y allí ocupó el cargo de gerente de la cooperativa eléctrica local hasta que falleció; Rogelio Pigni, constructor; Amadeo Penásis, pensionista y dueño de un hospedaje; Ramón Volmaro, propietario de un taller mecánico; Benigno Elices, fabricante de mosaicos; y Santiago Suppo, hacendado y escribano (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1957).
Todos los nombrados participaron activamente en los primeros años de la cooperativa, cumpliendo sus funciones de acuerdo al cargo que se le había asignado y estando presentes en las reuniones del consejo en que se tomaban las decisiones que hacían al funcionamiento de la cooperativa.
Consolidación de la Cooperativa (1957-1962)
El Consejo de Administración
La labor emprendida por el primer Consejo de Administración fue muy intensa. Las reuniones se realizaban dos veces por mes y en algunas oportunidades llegaron a reunirse hasta cuatro veces, cuando el asunto a resolver así lo requería. En las primeras semanas, estas reuniones se realizaron en el Hotel Ideal; más tarde en una habitación del frente de una casa de familia, propiedad de Margarita Caffaratti, ubicada en la calle Deán Funes Nº 7, la que fue considerada la sede social de la Cooperativa hasta que la misma pudo contar con edificio propio (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1957).
La labor desplegada por la primera Comisión Directiva en sus inicios, fue realizar de inmediato una campaña domiciliaria para incorporar asociados, gracias a la cual el número de los mismos llegó a fines de 1957 a 410 (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1957).
Al mismo tiempo, ese Consejo comenzó con los trámites legales para obtener la personería jurídica que es otorgada por el gobierno provincial, el 24 de agosto de 1957. El decreto respectivo aclara que la Cooperativa quedaba bajo el control de EPEC, quien le otorgaba una concesión de carácter precario para que se hiciera cargo del suministro de energía eléctrica en la localidad y en un radio de 6 km, a contar desde la esquina formada por la calle 9 de Julio y el Boulevard Mitre. La inscripción en el registro de la Dirección de Cooperativas de la Nación fue otorgada el 22 de julio de 1958, bajo matrícula N° 4.128, de acuerdo al régimen de la ley nacional Nº 11.338 (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1958).
También solicitan a EPEC, la autorización para el tendido de la red de distribución, la compra de materiales necesarios para el tendido de las líneas en el pueblo y la instalación de la estación de rebaje, ubicada en frente a la ruta nacional N° 158; lugar estratégico, ya que por allí pasaban los cables de alta tensión que unían Villa María con San Francisco (Entrevista J.B. septiembre, 2010).[3]
En abril de 1958, el capital suscripto era de $520 y las inversiones a efectuar sumaban $2.653.797, de manera que el aporte de los asociados no bastaba para la realización de la obra. Por lo tanto, se vieron en la necesidad de gestionar un crédito prendario ante el Banco de Crédito Industrial Argentino, y el Banco de la Provincia de Córdoba (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1958).
El 11 septiembre de 1959, la Cooperativa comenzó con el tan ansiado suministro de corriente alternada, proporcionada por EPEC, para todos los socios. La usina, que en esos momentos contaba con cinco motores electrógenos, debió cerrar sus puertas (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1959).
Luego que se libró el servicio de electricidad al público se firmó el contrato de concesión entre la municipalidad y la Cooperativa, la que comenzó ofreciendo a sus asociados la corriente alternada en dos escalones: media tensión –13,2 kVA– para usuarios con gran consumo y baja tensión -380/220V- para usuarios de energía monofásica, bifásica o trifásica en la zona urbana (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1959). Un firme propósito de la Comisión Directiva, tanto antes como después que comenzara la prestación del servicio, fue aumentar el alumbrado público en diversos sectores de la población -que carecían del mismo- y mejorar la iluminación en las calles céntricas. Ese propósito se cumplió y significó un importante logro para la institución.
A fines del año 1961, desde EPEC se hizo conocer la intención de llevar el servicio de energía eléctrica a las localidades de Carrilobo y La Playosa, hacia donde saldrían dos ramales de media tensión –13,2 kV– desde la estación de rebaje de 66.000 kV, perteneciente a la Cooperativa. Con ese fin, la empresa provincial decidió comprar la estación de rebaje. Esto le permitiría a la cooperativa saldar sus deudas contraídas con las entidades crediticias y emprender nuevos proyectos como la construcción de la sede administrativa y la compra de un vehículo. Para la toma de estas decisiones, de vital importancia, el Consejo convoca a asamblea general extraordinaria en 1962, que con presencia de 48 asociados de un total de 585, fueron aprobadas por unanimidad (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1961).
El servicio en la primera etapa
De la información que proporcionan tanto las actas de Consejo de Administración como la memoria del primer ejercicio económico de la CLFPM, inferimos que en un primer momento la calidad del servicio no fue óptima, que se producían cortes continuos en el suministro de luz, por lo que se resolvió solicitar a EPEC mayor agilidad en subsanar los cortes y que su duración se redujese al mínimo (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1960). Esto daría a entender que la empresa provincial tuvo alguna responsabilidad, pero de ello no hay información concreta.
Desde el momento en que se inicia la prestación del servicio, la Cooperativa comenzó a ofrecer a sus asociados de la zona urbana la corriente alternada en dos escalones, media y baja tensión, con una tarifa de $3,50 por kWh para energía eléctrica y fuerza motriz. Este precio se mantuvo estable por dos años pero en 1962 -previa autorización de EPEC-comenzó a aumentar. (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1959-1962). En relación a ese aumento de la tarifa, comenzaron fuertes reclamos de los usuarios.
Como lo expresamos con anterioridad, la Comisión Directiva, realiza enormes esfuerzos por mejorar el servicio de alumbrado público y privado, lo que se ve reflejado en el cuadro 1.
Cuadro 1. Inversiones para mejoras en el servicio eléctrico
Año | Número de luces para alumbrado | Metros de cable |
1958 | 38 | s/d |
1959 | 95 | 560 |
1960 | 95 | 560 |
1961 | 105 | 810 |
1962 | 109 | s/d |
Fuente: Archivo Cooperativa Pozo del Molle 1958-1962. Elaboración propia.
Cuando la Cooperativa comenzó a prestar el servicio, se conectaron gran parte de los usuarios monofásicos –casas de familia y comercios pequeños– y los grandes consumidores –propietarios de industrias de mayor tamaño y comercios grandes que utilizaban energía trifásica-. Mientras que los que podemos llamar consumidores medios –taller mecánico, gomería, taller de electricidad, herrería, carpintería, comercios grandes– y que también utilizaban energía trifásica, no se conectaron hasta mediados de 1960, momento en que se produjo un gran aumento de conexiones. En efecto, de acuerdo a lo que se observa en el cuadro 2 a partir de entonces el número de medidores trifásicos comenzó a aumentar a un ritmo acelerado, superior al registrado por los medidores monofásicos, cuyo número se mantiene estable hasta 1962.
Cuadro 2. Medidores monofásicos, trifásicos y transformadores de distribución
Años | Medidores monofásicos | Medidores | Transformadores de distribución |
1959 | 581 | 12 | 3 |
1960 | 581 | 54 | 3 |
1961 | 581 | 57 | 3 |
1962 | 608 | 61 | 3 |
Fuentes: Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1959-1962. Elaboración propia.
La expansión del servicio en el núcleo urbano (1963-1970)
Accionar de la Comisión Directiva
De acuerdo a lo mencionado, la venta de la estación de rebaje le permitió a la CLFPM saldar sus antiguas deudas y de esa forma consolidarse. A partir de entonces, la Comisión Directiva comienza a trabajar para mejorar y ampliar tanto el servicio público como privado.
Como el pueblo continuaba expandiéndose, la Comisión Directiva comienza a trabajar para mejorar y ampliar, tanto el servicio público como el privado. Esa situación ocasionó un significativo aumento en el consumo de energía, especialmente por parte de los grandes consumidores; lo que requirió, por parte de la Comisión Directiva, la necesidad de agregar nuevos transformadores para aumentar la potencia distribuida en tensión de 380 V y 220 V, la adquisición de nuevos elementos eléctricos, y por solicitud de la municipalidad, ampliar la red de alumbrado público.
Entre los inconvenientes surgidos a lo largo del período de expansión del servicio, fueron reiteradas las denuncias de los vecinos ante el Consejo de Administración -o de un consejero en particular-, por los ruidos molestos ocasionados por distintas causas. También los cortes de luz por períodos prolongados de tiempo, era otra problemática reiterada que ocasionaba fuertes reclamos por parte de los asociados y en justo derecho; ya que pagaban por el servicio y las soluciones no llegaban con la debida prontitud, atención y eficiencia[4] (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1963). Los consumidores grandes, como las firmas ERA SAIC, AGROMEC SRL y Casanto SRL, y medianos también, realizaron reclamos en forma constante, ya sea pidiendo la reconsideración del precio del kWh, o solicitando nuevos transformadores y por el costo de la instalación de transformadores (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1963).
Ampliación del servicio público y privado
Frente a los inconvenientes surgidos en la provisión del fluido eléctrico, los vecinos realizaron numerosos reclamos y esta situación fue un factor clave para que la Comisión Directiva trabajara en la mejora y ampliación de las instalaciones destinadas al servicio.
A partir de 1964, el Consejo de Administración se ocupó especialmente del alumbrado público en calles céntricas del pueblo, y de aumentar el alumbrado en calles demasiado oscuras. En 1967, por solicitud de la municipalidad, se tiende una línea que suministró energía a un barrio obrero que estaba construyendo la comuna (Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1963-1967).
El incremento que hubo a lo largo de este período en las inversiones para mejoras del servicio público y privado, se puede valorar en la información sistematizada en el cuadro 3. Dicho incremento fue del 66,06% en el número de luces para el alumbrado público y del 543,96% en los metros de cables utilizados en la red de distribución del pueblo, que incluía una fase para alumbrado público y tres fases para energía trifásica o monofásica para alumbrado privado.
Cuadro 3. Inversiones para mejoras en el servicio público y privado
Años | Número de luces para alumbrado público | Red de distribución. Metros de cable |
1963 | 109 | 960 |
1964 | 127 | 1524 |
1965 | 136 | 1962 |
1966 | 144 | 2646 |
1967 | 148 | 2814 |
1968 | 152 | 3740 |
1969 | s/d | 4365 |
1970 | 165 | 5222 |
Fuente: Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1963-1971. Elaboración propia.
En este período, el consumo de energía de pequeños, medianos y grandes consumidores aumentó en forma sostenida, lo que se visualiza en el cuadro 4.
Cuadro 4. Cantidad de medidores monofásicos y trifásicos y transformadores de distribución. Años 1963-1970
Años | Medidores monofásicos | Medidores | Transformadores |
1963 | 608 | 63 | 4 |
1964 | 628 | 67 | 4 |
1965 | 669 | 71 | 5 |
1966 | 701 | 72 | 5 |
1967 | 720 | 73 | 5 |
1968 | 758 | 80 | 6 |
1969 | 811 | 88 | 7 |
1970 | 860 | 91 | 8 |
Fuente: Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1963-1970. Elaboración propia.
También queda en evidencia el aumento considerable de consumo de energía. En el cuadro 5 podemos observar que sólo en el año 1967 hubo disminución en el consumo, fenómeno que seguramente fue consecuencia del aumento del precio del kWh. De todos modos, y a pesar de ese aumento, en los años analizados se produjo un incremento total del 180,46% en el consumo de fluido eléctrico. Ese cuadro también muestra que el aumento del consumo de energía para luz, demandada por pequeños consumidores, creció en un 112%, mientras que el de fuerza motriz, utilizada por medianos y grandes consumidores, lo hizo en un 428%.
Cuadro 5. Energía consumida. Años 1963-1970 (en kWh)
Fuente: Archivo Cooperativa Pozo del Molle, 1963-1970. Elaboración propia.
Reflexiones finales
Consideramos que en el trabajo de investigación queda de manifiesto que el proyecto cooperativo logra prosperar en Pozo del Molle, a mediados de la década de 1950, cuando el Estado cordobés formuló e implementó una política eléctrica, en la cual las cooperativas se convirtieron en el vehículo idóneo para llevar la electricidad a las áreas rurales. A favor de su concreción también jugó un papel importante el crecimiento demográfico y productivo de la localidad y su área de influencia. El consecuente aumento en la demanda de energía sirvió para afianzar y fortalecer la aspiración de contar con un servicio eléctrico de mayor calidad, señalando al mismo tiempo al sistema cooperativo como la vía segura para obtenerlo.
En el período analizado en la vida de la Cooperativa, se pueden distinguir dos etapas. La primera se extiende entre 1957 y 1962, y en su transcurso la institución se constituye definitivamente, incorpora sus primeros asociados y elige el primer Consejo de Administración. Éste se encarga de realizar importantes inversiones con el aporte de los socios, de manejar los créditos otorgados por el Banco de Crédito Industrial, el Banco de la Provincia de Córdoba y de la financiación de materiales por parte de EPEC. La labor llevada adelante por la CLFPM, permitió que en 1959 se comenzara a brindar el servicio eléctrico.
En el año 1962, la Cooperativa vende la estación de rebaje a EPEC y salda las deudas contraídas en los primeros años de existencia. De esta manera, la entidad logra la estabilidad y consolidación en diversos aspectos, como cantidad de socios, activo fijo y kWh distribuidos. La segunda etapa, entre 1963 y 1970, es un periodo de evidente expansión del servicio, tanto en extensión de líneas como de energía distribuida en el ámbito urbano.
Entre los años 1957 y 1970, fueron muchas las dificultades que debió enfrentar la Cooperativa: recursos insuficientes para afrontar todos los gastos y para comenzar a prestar el servicio, demoras de EPEC para solucionar los problemas que se iban presentando, quejas de los vecinos ya sea por lo costoso del servicio o los cortes de energía o bajas de tensión, reiterados aumentos de tarifas. Pero también hay que señalar que todos esos contratiempos fueron solucionados y no impidieron que el servicio se ampliara a todo el núcleo urbano, satisfaciendo las necesidades de pequeños, medianos y grandes consumidores y ampliando el potencial energético de 1.500 kV a 2.315 kV. Es que, tanto los asociados como la Comisión Directiva, tuvieron presente que, pese a las dificultades, la Cooperativa tenía que funcionar eficientemente, ya que el servicio que la entidad prestaba era vital y contribuiría al ansiado progreso del núcleo urbano.
Cuando los vecinos de Pozo del Molle se movilizaron para crear la Cooperativa, lo hicieron movidos, no por un interés político, sino por el deseo de satisfacer una necesidad común y de promover el progreso de la comunidad. En efecto, en el desarrollo del trabajo hemos visto que el grupo inicial de vecinos que se asociaron a la entidad estaba constituido por individuos que desempeñaban las más variadas actividades, y que los unía la búsqueda del interés común. Interés compartido, que es un ingrediente básico de toda cooperativa y que se mantuvo inalterable en el período analizado.
Fuentes
Fuentes Inéditas
Archivo de la Cooperativa de Luz y Fuerza “Pozo del Molle” Ltda.
Libro de Actas de Asamblea Ordinarias, años 1958-1973.
Libro de Actas de Reunión del Consejo de Administración, años 1957-1973.
Libro de solicitud de socios 1957-1973.
Archivo Municipal de Pozo del Molle
Documentación suelta, expedientes alumbrado público y privado, años 1923-1932.
Dirección General de Municipalidades, Recopilación de antecedentes de Pozo del Molle, años 1968 y 1970.
Libro de actas, años 1922-1929. Libro de decretos, años 1930-1954.
Libro de ordenanzas, años 1960-1961.
Libro copiador de notas, años 1922-1960.
Memorias y Balances, años 1952-1954.
Fuentes Editas
Censos Nacionales de Población, años 1947, 1960 y 1970.
Cooperativa de Luz y Fuerza “Pozo del Molle” Ltda., Memorias y Balances, años 1957-1970.
Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, Estatuto del Personal, años 1964-1965 y modificaciones del año 1966.
Córdoba. Ministerio de Obras Públicas, Comisión Especial de Estudio de Concesiones Eléctricas. Ordenamiento legal de la industria de servicios públicos de energía eléctrica en la provincia de Córdoba, Córdoba, 1944
Referencias bibliográficas
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Solveira, B. R. (2011). De la prescindencia a la intervención. Sector eléctrico y políticas públicas en la provincia de Córdoba, 1893-1958. En B. R. Solveira, Prescindencia e Intervención. Relación retrospectiva entre Gobierno y Servicios Públicos (pp. 109-152). Córdoba: Editorial Brujas.
- El entrevistado A. M., hijo de Aldo Mosca, primer propietario de la usina y quien la hereda junto con su madre Silvia cuando aquél fallece en 1939. Posteriormente Silvia vuelve a contraer matrimonio con el señor Di Rienzo y la firma pasa en 1944 a ser S. P. de Di Rienzo e Hijos, denominación que se mantiene hasta 1959, cuando cesa de prestar el servicio eléctrico en Pozo del Molle.↵
- Ibid., que producía energía continua.↵
- El entrevistado explica que la estación de rebaje transforma una potencia determinada desde un voltaje de alta tensión -66.000 KV- a uno similar de media tensión -13.200KV-.↵
- El directorio manifestó sentirse responsable indirecto. Adujo que no podía determinar las circunstancias o motivos de los cortes de luz, porque, aunque hacía reclamado ante EPEC -empresa a la que consideraba responsable directa del mal servicio-, solamente había recibido como respuesta que los cortes se originaban por desperfectos y/o causas de fuerza mayor.↵