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11 Una estrategia educativa en la Colonia Tres de Abril, provincia de Corrientes, para promover el arraigo de jóvenes del área rural

Andrés Ramírez[1] y Gustavo Ramírez[2]

Introducción

Según Ruiz Peyré (2019), los espacios rurales periféricos de Latinoamérica se han caracterizado por una menor densidad de población, calidad y cantidad de infraestructura así como calidad de vida respecto de áreas urbanas, lo cual ha motivado la migración hacia centros urbanos y, con ello, la pérdida del capital social en áreas rurales. Sin embargo, este autor también señala que en las últimas décadas se produjeron transformaciones en la ruralidad, en términos de acceso a tecnologías de la información, comunicación y estructuras productivas, que atemperan estos procesos.

Esta situación pareciera observarse en la localidad de Tres de Abril, Departamento de Bellavista, en la provincia de Corrientes. El presente trabajo se centra en esta zona, hoy Municipio de Tres de Abril, donde se produjo durante décadas un continuo éxodo de jóvenes en el marco de un decreciente peso de la actividad agrícola. Según el Censo Nacional Agropecuario 1988, en el Departamento de Bella Vista había 1.337 EAP, que sumaban 158.786 ha, mientras que para 2018 se encontraban 587 EAP con límites definidos que en total sumaban 100.084 ha, 15 EAP mixtas y 2 EAP sin límites definidos.

Como parte de este proceso complejo de éxodo, en este trabajo se busca visibilizar el desarrollo organizativo que implicó la movilización de los padres y los pobladores de la Colonia de Tres de Abril para la creación de una escuela secundaria en la zona (hoy Escuela Agrotécnica 3 de Abril), que en forma indirecta sentó las bases para la posterior creación de la Cooperativa de Productores Ore Kokue (Nuestra Chacra).

Esta reconstrucción se nutre de recorridas técnicas, contactos informales, entrevistas a productores referentes y diálogo con jóvenes, padres e integrantes de otras instituciones, asistencia a reuniones de las asociaciones de pequeños productores de Tres de Abril, de la Cooperativa Ore Kokue y de alumnos de la escuela, además de documentos como actas de reuniones, entre otros. A partir del conocimiento que poseemos de la zona y de quienes la habitan luego de transcurridos más de 20 años desde la creación de la escuela, sostenemos como técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) que estos procesos constituyeron una base para el desarrollo integral de toda la zona y que, por tanto, merecen ser transmitidos.

Algunas características de la Colonia Tres de Abril

Tres de Abril se ubica en el norte de Bella Vista, Corrientes (Mapa 1) y junto con “Colonia Progreso”, situada al sur del Departamento, constituyen una de las zonas agrícolas más antiguas de la provincia. Las buenas condiciones de suelo (profundos de arenas rojizas, con buena fertilidad y drenaje) y la disponibilidad de agua subterránea (de excelente calidad y en napas situadas a escasos 18-20 metros de la superficie) hicieron que la zona fuera elegida por los colonos inmigrantes de Italia, Bélgica, Alemania y España a fines del siglo XIX y principios del siglo XX para la actividad agrícola. Asimismo, el régimen pluviométrico apropiado para la mayoría de los cultivos (alrededor de 1.200 mm anuales), sin estación seca (o poco pronunciada), escasa afectación de la zona por heladas o granizo, contribuyeron, junto al trabajo de sus pobladores, para que la colonia fuera en poco tiempo una de las zonas más prósperas de la provincia. Los relatos de los productores señalan que la época floreciente de la Colonia se extendió desde 1930 hasta la década de 1960, cuando comenzó un importante deterioro económico y social para toda la comunidad[3]. La mayoría de los productores destinaban parte de su superficie al cultivo de cítricos (alrededor de 50 %), y el resto a cultivos anuales como batata, mandioca, algodón, zapallos y otras especies hortícolas con destino al mercado y al autoconsumo. Además, contaban con alguna parcela para la cría de gallinas, cerdos, ovejas, chivos o el engorde de algún novillo para su propio consumo (Acosta, Giménez, Richieri y Calvi, 2009).

Mapa 1: Ubicación y detalle del Municipio 3 de Abril, Corrientes

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Fuente: Dirección de Estadística y Censos de Corrientes (2020).

Actualmente, cuenta con 1.820 habitantes y 147 explotaciones agropecuarias. La actividad citrícola, uno de los ejes del Departamento de Bella Vista, disminuyó desde la década de 1980: de 9.000 ha en la década de 1970 pasó a 4.000 ha en 2004 (Ligier et al., 2004). Por otra parte, desde 1984 se produce en la zona arándano, cultivo que hoy cuenta con más de 250 ha y que, dado que su cosecha es manual, resulta en una fuente de ocupación para los jóvenes en el lugar.

Cabe señalar que la unidad de medida para la división de las propiedades en la zona se denominó “suerte” y constaba de 16 ha (parcelas de 400 metros por 400 metros), las cuales se pensaban apropiadas para sostener la vida de las familias productoras. Sin embargo, la división de estas parcelas con el tiempo mostró su limitación para abastecer y sustentar a las familias, lo que provocó, entre otros factores, el éxodo de muchos jóvenes de la Colonia. El éxodo y progresivo deterioro de las chacras sin uso productivo se comprende en un contexto de magros precios pagados a la producción, así como en problemas de comercialización y de logística en el traslado de sus productos, aspectos que impactan en los ingresos percibidos por las familias y dificultan la posibilidad de contratación de trabajadores para suplir a los jóvenes en las actividades que realizaban en las chacras.

El éxodo de los jóvenes desde los relatos de los productores y la búsqueda de alternativas

En la Colonia Tres de abril, los jóvenes debían emigrar a centros urbanos para continuar estudiando en la escuela secundaria, realizar alguna tecnicatura/profesorado o carrera universitaria. Las escuelas secundarias más próximas se encontraban en la localidad de Bella Vista, distante a 12 km, en Saladas a 35 km, San Roque a 40 km o Corrientes Capital a 130 km.

Los relatos de los pobladores señalaban que, además del costo económico que implicaba para las familias, el mayor problema era que cuando los jóvenes se trasladaban por razones de estudio o de trabajo difícilmente regresaban a las fincas familiares ya que veían que su futuro no estaba en el ámbito rural de la colonia.

En las unidades productivas el componente de mano de obra familiar es central dado que las tareas están asignadas y compartidas entre los integrantes. Las tareas más “pesadas” están destinadas generalmente a los hombres, como la preparación de la tierra, la carpida, la limpieza y la cosecha; mientras que las tareas más “livianas” a las mujeres o jóvenes, como algunas labores culturales de mantenimiento de los cultivos, la cocina, la limpieza, el cuidado de animales domésticos, de hijos de menor edad. Según lo expresan los propios productores, cuando no se cuenta con alguno de los integrantes de la familia, y ante la imposibilidad de contratar mano de obra externa al establecimiento, algunas de las tareas no se realizan, con el consecuente deterioro de infraestructura y cultivos, lo que genera desazón, incertidumbre y falta de incentivos para continuar con la actividad.

Asimismo, los productores destacaban la pérdida de conocimientos específicos de la chacra, los oficios genuinos y los saberes que se transmiten de padres a hijos. Al tener que trasladarse, los jóvenes perdían el contacto con las actividades cotidianas de la finca, lo cual se profundizaba en aquellos casos donde asistían a escuelas de nivel secundario sin vinculación con la temática agraria.

Ante esta problemática, un grupo de 30 padres y madres tuvieron la iniciativa de reunirse en marzo de 1988 pensando en cómo se podría revertir esta situación. Seis meses después la convocatoria reunió a 300 familias con la misma preocupación, producto de reuniones semanales que se realizaban de forma rotativa en diferentes casas por parajes a fin de facilitar la participación. A partir de este proceso, se acuerda solicitar la instalación de una escuela en la zona ante las autoridades gubernamentales, tanto del Municipio de Bella Vista como de las autoridades provinciales.

Por otra parte, cabe señalar en este proceso el rol de dos órganos participativos de la zona que contribuyeron al desarrollo de la iniciativa de la escuela. Por un lado, la Asociación de Pequeños Productores de Tres de Abril (integrada por 30 productores) y por otro lado, el Consejo Local Asesor (CLA) de la Estación Experimental (EEA) Bella Vista, del que participaban integrantes que vivenciaban la situación descrita y se comprometieron en la búsqueda de soluciones. Tal es el caso de uno de sus integrantes, maestro rural y de familia productora de la colonia, quien sostenía que una de las salidas más importantes era la educación y que si los jóvenes querían emigrar pudieran competir en igualdad de condiciones respecto de sus pares urbanos.

Como resultado de la movilización descrita, se logra la aprobación para la creación de una Escuela de la Familia Agrícola (EFA) con sede en la colonia, y con una modalidad de alternancia que permitiría que los jóvenes asistan una semana en la escuela y otra semana puedan realizar actividades agrícolas en sus explotaciones familiares a modo de continuidad práctica de lo aprendido en el aula.

La donación del terreno y la construcción de la escuela

Si bien los valores de la tierra en la colonia estaban bajos, por el deterioro económico señalado, no había posibilidades para que los padres compraran una superficie de 8 a 10 ha, que era lo que consideraban necesario para la construcción del edificio de la escuela y del espacio físico para las prácticas de los alumnos.

En 1990, la lucha de padres llegó a oídos de un productor de la zona que decidió donar un predio de media suerte (8 ha) para que sea destinada en forma exclusiva a la construcción de la Escuela de la Familia Agrícola (Imagen 1). Este predio se escrituró a nombre del Ministerio de Educación de la Nación a fin de agilizar el proceso, y seis meses después se logró alcanzar el primer desembolso de fondos destinado a los estudios de infraestructura. Cabe señalar que los fondos eran enviados directamente a la Asociación de Padres de la Escuela de Alternancia de Tres de abril, que debió constituirse a tal fin. El establecimiento fue construido seis meses después, es decir, poco más de un año después de recibir los primeros fondos.

Imagen 1: Vista satelital de la Colonia Tres de Abril
con la actual Escuela Agrotécnica

Fuente: elaboración propia con base en Google Maps.

Toda la comunidad se esmeró en la construcción: los padres y hermanos mayores de cada una de las familias se turnaban para actuar de manera desinteresada como serenos en la obra de construcción —y así resguardar los distintos materiales— y colaboraban en sus tiempos libres con la empresa constructora para agilizar la construcción del edificio.

La escuela cuenta con infraestructura para albergar 200 alumnos, de los cuales 80 podían pernoctar en ella. En el ciclo lectivo 1994 abrió sus puertas y contó con la inscripción de 12 alumnos, que fue en aumento con el paso del tiempo. En un primer momento, funcionó como Escuela de la Familia Agrícola (EFA), luego con la modalidad del polimodal, y desde hace cinco años como Escuela Agrotécnica (Imagen 2), contando en la actualidad con una matrícula completa.

Una observación importante es que los docentes de la escuela tienen un perfil específico de formación en actividades teórico/prácticas de perfil agropecuario, que redundó en nuevos conocimientos que permitieron mejorar las distintas prácticas que se desarrollaban en las chacras de las familias de los productores de la Colonia Tres de Abril.

Imagen 2: Foto de la Escuela, Colonia Tres de Abril

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Créditos: Andrés Ramírez, agosto 2022.

Articulando la escuela con la producción: el camino a la Cooperativa Ore Kokue (Nuestra Chacra)

Finalizada la construcción de la escuela, los padres que más participaron en la lucha y gestiones continuaron reuniéndose por temas administrativos y escolares (rendiciones de fondos, docentes) pero también por problemáticas productivas que los afectaban, relativas por ejemplo al transporte y venta de la producción obtenida e insumos y asesoramiento técnico. La organización de este grupo de productores conduce a la conformación de una cooperativa en 1994, que luego pasa a denominarse Ore Kokue o “Nuestra Chacra”, en dialecto guaraní.

Desde el INTA se contribuyó a este proceso desde las Agencias de Extensión del INTA de Bella Vista, y la Agencia de Extensión del INTA de Corrientes —que, si bien se ubica a 130 km de distancia, tenía tradición en el cultivo para pequeños productores y su aporte fue muy significativo para mejorar las técnicas de producción y proveer material de propagación para la multiplicación de variedades y especies—. Respecto de esto último, a través de esta cooperativa y de los integrantes que formaban parte del Consejo Asesor de la Experimental del INTA de Bella Vista, se solicitó la mejora del material vegetal en relación con el cultivo de batata. El trabajo en este tema permitió conformar un banco de producción de guías de batatas libres de virus, con una colección de más de 8 variedades, las más utilizadas en la región, y se incorporaron otras que demandaba el mercado nacional y que no eran conocidas en la zona.

Si bien persisten problemas que limitan su accionar —como infraestructura y transporte por ejemplo—, la Cooperativa permanece trabajando en forma continua con sus asociados, realizando cultivos como batata principalmente, pero también mandioca, zapallos, cítricos y huerta familiar para autoconsumo. Actualmente, los hijos de sus fundadores conforman la Cooperativa, y esto sucede en parte gracias al rol de la escuela en este ámbito rural. Asimismo, estos jóvenes tienen una formación y visión diferente a la de sus padres, más vinculados, más comunicados y con más predisposición al trabajo articulado con las instituciones de apoyo y fomento de la actividad agropecuaria, tanto del Estado provincial como nacional.

Consideraciones finales

En este trabajo hemos focalizado en la movilización de las familias de la Colonia Tres de Abril (hoy Municipio de Tres de abril) para contar con una escuela secundaria de orientación agrotécnica local, dado que los jóvenes —la mayoría de familias productoras— debían trasladarse temporal o definitivamente a otras localidades o ciudades para estudiar.

La construcción de la escuela no solo permitió que los jóvenes pudieran terminar la secundaria en la zona, evitando éxodos, gastos y desmembramiento de las familias, sino que también esa movilización sentó bases para la creación de la Cooperativa Ore Kokue (“Nuestra Chacra”) y la consolidación de la Asociación de Pequeños Productores de Tres de Abril. La experiencia descripta permite observar cómo algunas estrategias de los pobladores locales, como la búsqueda de un colegio secundario para la localidad, con las obras de infraestructura necesarias y el involucramiento de todos los actores de una comunidad, pueden colaborar para revertir el desarraigo y el éxodo rural en el territorio. La autoconvocatoria de las familias, dejando de lado diferencias políticas, religiosas, personales y productivas y buscando un bien común que beneficiaría a todos los pobladores, también ha sido importante para su concreción y desarrollo.

Asimismo, la escuela tuvo un rol fundamental en la historia reciente de la Colonia; su papel aglutinador reforzó la trama social, especialmente de las familias de los productores, dado que su imagen de “neutral” en el territorio hizo que su protagonismo fuera mucho más allá de su propio rol educativo. Junto a otras instituciones del ámbito público y privado de la zona comenzaron un accionar en conjunto en forma articulada para la mejora de la calidad de vida y el desarrollo, basado en incorporar conocimientos técnicos específicos en los jóvenes que se formaban en la escuela. Este es un proceso permanente y complejo, que implica estrategias colectivas y debe tener en cuenta las dimensiones del territorio, la participación y las interacciones sociales, los entramados institucionales, el aprendizaje colectivo y los cambios culturales.

El trabajo interinstitucional que giró alrededor de la escuela es indelegable, permite el encuentro de saberes y experiencias, tanto de instituciones del ámbito privado como público. Por su parte, la conformación de la Cooperativa marcó un hito en el desarrollo de la Colonia por la función representativa y generadora de ideas consensuadas, y fue un punto de partida para la creación de numerosas cooperativas y asociaciones de la región.

En síntesis, estas experiencias estarían construyendo tramas de valor no solo económico, sino también social, cultural, simbólico, ambiental y político.

Referencias

Acosta, F., Gimenez, L., Richieri, C. y Calvi, M. (2009). Zonas agroeconómicas homogéneas de la provincia de Corrientes. Descripción ambiental, socioeconómica y productiva. INTA.

Dirección de Estadística y Censos de Corrientes (2020). Mapa Municipio de 3 de Abril. https://bit.ly/3JZa4Xd.

Ligier, H., Perucca, A., Kurtz, D., Matteio, H. y Vallejos, O. (2004). Relevamiento citrícola en el Departamento de Bella Vista, Corrientes. EEA INTA Corrientes-Recursos Naturales.

Ruiz Peyré, F. (2019). “Juventud rural, trabajo y migración. Éxodo rural en Malargüe, Mendoza, Argentina”. Boletín De Estudios Geográficos, (111), 9-33. https://bit.ly/3GU0J0Q.


  1. Área Desarrollo Rural, Estación Experimental Agropecuaria Bella Vista, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. ramirez.andres@inta.gob.ar.
  2. Área Desarrollo Rural, Estación Experimental Agropecuaria Bella Vista, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
  3. Recorriendo la zona se pueden observar varias casas de material muy antiguas, algunas de ellas con carteles que indican la fecha de construcción de 1890 en adelante, casas muy bien construidas, que reflejan la impronta de los “gringos” de esa época. En la actualidad se encuentran muy deterioradas por falta de mantenimiento, por lo que claramente se puede inferir las épocas de gloria que tuvo la colonia años atrás.


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