Otras publicaciones:

escritores

DT_Cassin_Sferco_13x20_OK-2

Otras publicaciones:

12-158t

12-4283t

Relatos de movilidad en un contexto de inmovilidad: contar para una radio en pandemia

Desafíos teóricos, metodológicos y éticos

Gabriela Novaro

Introducción

En el año 2019, comenzamos a producir un programa radial para la emisora de la Colectividad Boliviana de Escobar (Provincia de Buenos Aires). En el 2020 y el 2021, los intercambios a propósito del programa fueron un modo (no planificado y revelador en muchos sentidos) de mantener y profundizar los vínculos en el campo. Esta tarea, que continuamos al día de hoy, es producto de un trabajo colaborativo con mis colegas María Laura Diez, Francisco Fariña, Melina Varela y Julieta Ferreiro.

La Colectividad Boliviana de Escobar (en adelante, CBE o colectividad) es una de las organizaciones de migrantes más grandes de Argentina. Además de contar con una radio comunitaria, cuenta con mercados concentradores de frutas y verduras, una feria textil y un polideportivo.

El programa “Educacion y comunidad” permitió visibilizar el contenido formativo de numerosas situaciones que se despliegan en la colectividad: festividades, deportes, viajes, producciones artísticas, trabajo y activismo de los jóvenes. Fue también un espacio para abordar temas como los derechos, las relaciones de género, los movimientos indígenas, las lenguas en contacto, la vitalidad del quechua. Habilitó además recordar experiencias escolares de Bolivia y Argentina. Asimismo, el programa permitió escuchar en terrenos de la organización voces de directivos y docentes del barrio y reflexionar sobre las complejidades de la escolaridad en un contexto de movilidad.

Como afirmamos en textos recientes (Novaro, 2021; Diez y otros, 2022), la participación en el programa reforzó los lazos del equipo con la colectividad y con las escuelas, habilitó el tránsito por situaciones antes poco imaginables, naturalizó nuestra presencia en múltiples eventos. En esos escritos pensamos en la experiencia desde los dilemas que plantean las prácticas de intervención para la investigación, la importancia de dar respuesta a las demandas que se plantean en el campo, el alcance de los distanciamientos-involucramientos, la relevancia de compartir los resultados de las investigaciones fuera de la academia.

En este texto me interesa centrar la reflexión en los testimonios recuperados en la radio sobre la vida de hombres y mujeres de la colectividad con los que habíamos desarrollado múltiples interacciones en años pasados; también atender a narraciones realizadas a partir de vínculos que fuimos haciendo en el 2020 y 2021, muchos de ellos solo sostenidos en intercambios virtuales.

El escrito está organizado en dos partes: primero, abordo los sentidos y las implicancias de relatar la propia vida para una radio; a continuación, explicito algunos dilemas sobre los usos de este tipo de material para la investigación. Me pregunto en primer lugar qué motiva a aquellos que experimentaron procesos migratorios, en muchos casos complejos, a contar su historia en un medio público como la radio de una organización de migrantes, donde el interlocutor es, en principio, una persona de la universidad, y autoridades y miembros de la CBE, parientes, paisanos y vecinos; también me pregunto qué implicancias puede tener esto en la situación familiar y las relaciones comunitarias y barriales. Una reflexión inevitable considerando la pandemia es en qué medida el contexto de aislamiento complejizó o facilitó la decisión de contar, y de qué modo intervino en esta decisión la restricción de todo tipo de movilidad, el cierre de las fuentes de trabajo, el miedo por los mayores, las situaciones de discriminación, etc. Hacia el final del texto, reflexiono sobre los usos potenciales de ese material para una investigación centrada en la articulación entre las experiencias migratorias, los lazos organizativos, las relaciones generacionales y los procesos educativos.

Con este texto busco continuar los avances que, con respecto al tema de las identidades y memorias migrantes, venimos trabajando desde hace años en publicaciones colectivas de la IAMIC (Baeza y otros, 2017). Pongo en relación los debates sobre estos temas con el contexto donde trabajo, la situación de las jóvenes generaciones (foco de mi preocupación) y la particularidad que adquieren los testimonios de vida en un medio de comunicación comunitario.

Lo que se cuenta y para qué se cuenta; los que contaron y los que escucharon

Contar la vida allá experimentando el acá

En estos tres años, varios de los programas radiales tuvieron un sesgo biográfico muy fuerte: lo central en estas emisiones fue el relato de vida de algún miembro de la CBE (o cercano a la institución) que, motivado por la evocación de una efeméride, la pregunta sobre los recuerdos de su infancia y escolaridad en Bolivia o sobre los primeros años en Argentina, de pronto, asociando un tema con otro y saliendo de las preguntas pautadas, contaba su vida (o muchos aspectos de su vida) en la radio. Los testimonios en la radio transmitieron detalles coloridos de “mi pueblo”, de la infancia en las zonas rurales de Bolivia, el trabajo doméstico de niños, la decisión de venir, la complejidad de los primeros años acá, los cambios habitacionales y laborales, el surgimiento de la CBE. Las voces alternaban recuerdos de situaciones dolorosas y de hechos donde los protagonistas mostraban su capacidad para tomar decisiones y generar estrategias familiares y colectivas en contextos adversos; alternaban también alusiones a procesos generales y trayectorias personales.

El programa fue un espacio para el despliegue de riquísima información sobre la formación de las jóvenes generaciones y las experiencias escolares allá y acá, en Bolivia y en Argentina. Estos fueron temas reiterados, sin duda direccionados por nuestras preguntas, pero en estos relatos las respuestas fueron mucho más allá de lo esperado. Fue recurrente el detalle de la formación en el trabajo y los valores en el hogar en Bolivia, de la escuela en las comunidades rurales, de la enseñanza práctica y moral, del clima de orden e higiene, de la participación en las fiestas, del vínculo cercano de las familias con los maestros.

Muchos testimonios desplegaron los contrastes con la formación y dinámica escolar en Argentina. Resultó más o menos evidente que las idealizaciones de la escuela allá se desarrollaban implícita o explícitamente pensando en la escuela acá. En el campo de los aprendizajes, alusiones a una enseñanza más avanzada en contenidos allá. En lo vincular, referencias a dificultades en los primeros años, situaciones de discriminación y destrato en Argentina. Se reiteró también la evocación de docentes de acá que dieron lugar y consejos y tendieron puentes.

Este ejercicio comparativo entre el allá y el acá invita a considerar afirmaciones de diversos autores que sostienen la fuerza de las idealizaciones en los actos de memoria en contextos de migración (Giménez, 2008), y también que la reconstrucción del pasado aparece condicionada por las necesidades del presente (Halbwachs, 2011; Candau, 2008). De esta manera, la alusión a las formas de crianza y escolarización de allá funciona a veces en forma explícita y otras veces más sutil de interpelar el “aquí y ahora” (Trigo, 2011: 27) de la crianza y la educación en Argentina.

Contar y recordar entre conocidos y desconocidos

Además del detalle sobre los temas tratados, también nos llamó la atención la relación entre los olvidos y los recuerdos en los testimonios que se iban desplegando. Uno de ellos resulta muy elocuente. Se trata de la participación en el programa de un adulto joven con el que teníamos una relación previa muy cercana. Para armar un programa sobre la educación en Bolivia y en situaciones de migración, le pedimos que nos contara recuerdos de la escuela allá y de los primeros años acá. Comenzó diciendo: “Vos sabés que de mi escuela tampoco me acuerdo casi nada, el otro día hablaba con mis hijos, no me acuerdo mucho”. Después de un rato, nos mandó fotos de la escuela allá, copias de once boletines, y más de treinta audios. En su detallado relato, intercaló en más de una ocasión frases como “Creo que ahora recordando mejor”, “…y otra de las cositas que me viene a memoria”. Finalmente, comentó: “No sabía que recordaba tanto”.

En este y otros casos, las propias vidas parecían ir descubriéndose (o redescubriéndose) como si fuera la primera vez que se hablaba de ellas. En ese sentido, entiendo que las situaciones habilitadas en el programa pusieron en juego “una reflexión sobre sí” (Jelin, 2001), ejercicios de objetivación de las propias biografías (Devillard, 2004).

Estas situaciones nos impusieron una pregunta: ¿nuestro interlocutor hubiera realizado todos estos ejercicios de memoria para una charla casual o una entrevista antropológica tradicional?

La radio se fue construyendo en un dispositivo para que conocidos de muchos años encontraran un espacio para dar detalles antes no mencionados en sus recorridos y sumarles carga emotiva a acontecimientos recordados que previamente no parecían tan significativos. Tal vez lo nuevo no fue tanto la información en sí, sino el carácter tan sentido de los recuerdos y el lugar de los detalles en las evocaciones. Esto sucedió también con conocidos de conocidos con los que nuestro primer contacto (y en varios casos el único aún) fue a través del celular. Vale señalar que, aunque nos sorprendimos con la confianza de estas personas, muchas otras respondieron a nuestra convocatoria con silencios, dilaciones o desinterés.

Para quién y para qué contar: testimonios del pasado e identificaciones presentes

Nos preguntamos también para quiénes y para qué hablan los sujetos que contaron, qué impacto esperan tener. Seguramente se espera que los relatos sean escuchados por otros miembros de la CBE. La radio se transmite en el mercado de venta de frutas y verduras y es sintonizada en los viveros y las quintas cercanas y otros espacios del barrio. Participar en la radio, recordar a Bolivia y contar la vida allí, hablar de los momentos en que se decidió migrar, los primeros tiempos aquí, mencionar la conformación de la CBE, son sin duda formas de crear comunidad y de mostrar pertenencia. También caben diversas reflexiones sobre cómo las propias biografías van legitimando lugares diferenciales en la organización: registramos el recurrente interés por hacer públicas relaciones de parentesco y cercanía con los primeros bolivianos de Escobar y los fundadores de la colectividad. En diversos textos abordamos esta cuestión y la coexistencia del proyecto de seguir siendo (bolivianos) y ser alguien en la vida que atraviesa las apuestas de las familias migrantes del barrio (Novaro, 2022). Todo esto parece presente en los relatos del pasado y las proyecciones a futuro que jóvenes, adultos y mayores compartieron en la radio.

En el contar se advierte la coexistencia que se registra en otros ámbitos de prácticas entre el reforzamiento de lazos colectivos y la reproducción de relaciones diferenciales dentro del grupo.

En cualquier caso, sea para reforzar lazos comunitarios o lugares diferenciados, los que contaron parecen manejar, hasta cierto punto, los efectos de dejar el propio testimonio de vida para la radio. Este manejo de los efectos del contar (cuestión en general no garantizada en las entrevistas tradicionales) y las intencionalidades buscadas con los relatos también deben considerarse en el potencial uso del material como fuente de investigación.

Uno de esos efectos buscados, que nos interesa especialmente, refiere a la relación entre contar y transmitir experiencia, saberes e identificaciones a las jóvenes generaciones.

Contar el pasado para el futuro: continuidad colectiva y procesos de transmisión generacional

Un aspecto sumamente relevante para nuestros temas de investigación que apareció en los testimonios es la preocupación recurrente de los adultos por que los jóvenes “no pierdan la cultura, por que sus hijos “sepan de dónde vienen” (en realidad, en la mayoría de los casos, de dónde vienen sus padres). En charlas y entrevistas previas y en los relatos para la radio, observamos la desazón cuando se registraba la distancia de los jóvenes con aquello que se asocia a la cultura boliviana: parece que “a los jóvenes ya no les interesa”, “no se entusiasman con esto”, “ya no quieren saber”, “somos los mayores nomás” (nos decía el integrante de una banda sikuris en un programa sobre música). Reiterando y haciendo públicas (en la radio) “las tradiciones”, se espera entonces que estas no se olviden. Dejar testimonios del pasado tal vez es para los adultos uno de muchos modos de formar a los sucesores, de que sus hijos “sigan siendo bolivianos” (más allá de dónde hayan nacido). Los jóvenes en la radio y fuera de ella, en algunos casos, asumen ese mandato (sin dejar de incluirse en numerosas situaciones atravesadas por otras referencias), y en otros toman distancia de él. En los últimos años, muchos jóvenes han empezado a emitir sus propios programas radiales, en algunos de los cuales expresan recurrentemente la intención de conocer y difundir las tradiciones familiares y la cultura de Bolivia.

La expectativa de continuidad en los descendientes coincide además con una política que la colectividad viene explicitando hace años: la preocupación por recuperar y transmitir el legado de los antecesores/fundadores. El contexto de pandemia, la restricción de movilidad y acceso al mercado y los espacios de socialización en particular de los adultos mayores, el fallecimiento de fundadores o referentes importantes de la colectividad en estos años, las restricciones en los duelos sin duda aceleraron los plazos para traducir esto en algunas acciones concretas. Lo mismo se materializó en numerosas menciones en la página de la colectividad y en la inauguración de un monumento a los fundadores en el ingreso a los terrenos de la entidad en enero de 2021.

En definitiva, para adultos mayores y para muchos adultos jóvenes, relatar la propia vida y que quede testimonio parece ser parte de crear las condiciones para la reproducción y proyección futura de la misma colectividad.

Los usos de lo contado en la investigación

Fuimos forjando la sensación de que, luego de muchos años, habíamos logrado encontrar (o construir) un ámbito de confianza y proximidad en el territorio, tal vez un espacio donde los testimonios no se limitaran a algo que los sujetos comparten con investigadores sin saber muy bien por qué y para qué. Como ya dijimos, la riqueza de los recuerdos de nuestro conocido hizo que nos preguntáramos si su ejercicio de memoria se hubiera dado con la misma riqueza en una entrevista de investigación. Más dudas nos genera la posibilidad de reconstruir a través de contactos virtuales las trayectorias de desconocidos si no hubiera mediado la radio de la colectividad.

El proceso dio lugar a múltiples interrogantes donde coexisten preocupaciones por cómo caracterizar los contextos migratorios y por el modo de investigarlos.

¿Qué hacer (y qué no hacer) con los relatos radiales en el marco de una investigación? Un elemento fundamental en el uso de la información de campo es la reconstrucción del contexto donde esa información se produjo; la radio de la CBE fue ese contexto, nosotros, los interlocutores primeros. Pero vale aclarar que en la radio estamos ubicados en una situación donde las relaciones de extranjería parecen invertidas a las que cotidianamente se viven en el territorio más amplio; en muchos sentidos, no dejamos de ser ajenos a una institución que, en principio, requiere ser boliviano o descendiente para pertenecer. Si bien esto abre muchas puntas que aquí no se pueden abordar, resulta un dato relevante el hecho mismo de que los temas educativos y escolares sean tratados por sujetos ajenos a la CBE. Es necesario atender también al efecto que tiene nuestra presencia en la radio de una organización atravesada por una lógica muy compleja de afirmación de pertenencias propias y lucha por la inclusión en Argentina.

Volviendo a las reflexiones metodológicas sobre los testimonios, una situación no menor a considerar es que se trata de relatos producidos y transmitidos durante la pandemia. Es necesario reconocer que, con todos sus costos y pérdidas en lo vincular, el aislamiento y la virtualización parecen haber habilitado otras formas de registro (naturalizando la circulación virtual de documentos, fotos y testimonios por WhatsApp). La pandemia tal vez nos ahorró por un tiempo la incómoda pregunta “¿Le molesta si grabo?”.

Otra cuestión a considerar se refiere a la veracidad de los relatos, ¿cabe en este caso la preocupación por la validación de los testimonios? Siempre pueden ser reveladores los cruces con información de entrevistas y observaciones previas. Pero, en cualquier caso, entiendo que los testimonios a la radio dan información significativa en cuanto crónicas de la propia vida, expresión de recuerdos, seguramente discontinuos, incompletos y parciales, con más o menos idealización y carga ficcional y emotiva. Recuperando a Ricoeur, consideramos que los testimonios no son pruebas, son actos, y que es necesario no construir un abismo entre la ficción y la vida (Ricoeur, 2006). A partir de esto, tal vez se corra la centralidad de la pregunta por la verdad de los relatos, para focalizarse más bien en su significación, en las razones de la selección de ciertos hechos, la omisión de otros, las formas de autorrepresentación de sí y de los grupos de referencia, la asociación de imágenes, temores y esperanzas. Reiteramos por eso la importancia de no perder de vista que los testimonios están cruzados por la lógica de los ejercicios de memoria, que (reiterando los avances ya clásicos de Halbwachs en el tema) muestra permanentemente la significación de los hechos del pasado a partir de las necesidades del presente.

Con estas y seguramente muchas otras salvedades que iremos precisando en el camino, sostenemos, no obstante, que las voces y los testimonios producidos en un contexto significativo y familiar para los sujetos (como la radio de la propia organización) permiten una mayor precisión de los sentidos locales de nociones centrales en nuestra investigación (“hijos”, “descendientes”, “antecesores, “legado”, “tradición”, “educación”). Por ello consideramos que la experiencia relatada, lejos de entenderse como distinta a la investigación, es parte estratégica de ella. Por supuesto que no la agota, sostenemos la importancia de seguir utilizando herramientas metodológicas que por ejemplo nos permitan cotejar un pasado y un presente relatado (deliberadamente invocado para la radio) con un presente vivido.

Con este camino en curso y la sensación de algunos logros alcanzados, es fundamental no perder de vista que, aunque escuchamos muchas voces, otras tantas siguen silenciadas para la radio, para la investigación y para la vida social. Más allá de la recuperación de la experiencia, debe seguir siendo objeto de reflexión y análisis si la radio comunitaria en este y otros contextos es o no un espacio de comunicación legítimo para las voces que, recuperando los términos del Pollak (2006), llamamos “clandestinas e inaudibles”.

Bibliografía citada

Baeza, B., Ferreiro, M., Novaro, G., Pérez, E. y Viladrich, A. (2017). “Memorias migrantes”: las identidades migrantes y la construcción de memorias colectivas. En V. Trpin y A. Ciarallo (coords.), Migraciones Internacionales Contemporáneas: Procesos, desigualdades y tensiones (pp. 17-68). Neuquén, Argentina: Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Comahue.

Candau, J. (2008). Memoria e identidad. Buenos Aires, Argentina: Ediciones del Sol, Serie antropológica.

Devillard, M. J. (2004). Antropología social, enfoques autobiográficos y vigilancia epistemológica. Revista de Antropología Social, Vol. 13, pp. 161-184.

Diez, M. L., Novaro, G., Fariña, F. y Varela, M. (2022). Investigación y colaboración en diálogo. Migración y educación desde la experiencia en una radio comunitaria. Runa, vol. 43, n.º 1, pp. 229-246.

Giménez, G. (2008). Cultura, identidad y memoria. Materiales para una sociología de los procesos culturales en las franjas fronterizas. Frontera Norte, vol. 2, n.º 41, pp. 7-32.

Halbwachs, M. (2011). La memoria colectiva. Buenos Aires, Argentina: Miño y Dávila.

Jelin, E. (2001). ¿De qué hablamos cuando hablamos de memorias? En E. Jelin, Los trabajos de la memoria (pp. 17-38). Buenos Aires, Argentina: Siglo xxi Editores.

Novaro, G. (2021). Comprensión, distanciamiento e intervención: desafíos metodológicos en una investigación sobre migración y educación. Cadernos CERU, Série 2, vol. 32, n.º 1, pp. 127-138.

Novaro, G. (2022). Bolivianos en Argentina: migración, identidades y educación. Una historia tejida entre generaciones. Buenos Aires, Argentina: Editorial SB.

Pollak, M. (2006). Memoria, olvido, silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite. La Plata, Argentina: Ediciones al Margen.

Ricoeur, P. (2006). La vida, un relato en busca de un narrador. Agora, vol. 25, n.º 2, pp. 9-22.

Trigo, A. (2011). De memorias, desmemorias y antimemorias. Taller de Letras, n.º 49, pp. 17-28. Recuperado el 10 de marzo de 2015.



Deja un comentario