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3 Historia de la complejidad

1. Se considera que la Edad Media es el ámbito adecuado para el jusnaturalismo por la jerarquización de aquella del valor sobrenatural a las normas, y la Edad Moderna el ámbito adecuado para el juspositivismo, donde el hombre despierta del sueño místico, religioso y requiere de saberes certeros y predecibles. El racionalismo de la Edad Moderna resiste su soberanía en la Edad Contemporánea al amparo del pensamiento analítico y la llamada Postmodernidad aparece como una edad de desconcierto con un terreno propicio para la complejidad, en tanto “… nos han sido necesarias las desilusiones del siglo XX para comprender que también la Verdad científica es un ornamento de lo real[1]”. La bomba atómica, los desastres nucleares (Chernobyl), las contaminaciones ambientales (Seveso), el hambre, el sometimiento, las dos guerras mundiales, revelan al menos algunas desilusiones. Y en el campo jurídico, lo propio ha ocurrido con el normativismo, acosado por el jusnaturalismo, la Escuela Crítica y la “inclusividad” y lo “blando” de algunos positivismos.

2. Morin explica el nacimiento del positivismo, de la ciencia clásica:

Alors que la destruction d’un monde [religieux, médiéval] déterminait une crise paradigmatique profonde, la science naissante élaborait ses principes et méthodes qui allaient constituer le nouveau paradigme d’une connaissance désormais disjointe et émancipée de la politique, de la religion, de la morale, et même de la philosophie[2].

Es la Postmodernidad una época anti-compleja, ya que su esencia es la separación, tal como lo pregona Descartes, un referente indiscutido de la era de la razón. Creador de la máxima de las ideas claras y distintas, expresa como pauta metódica la de “… dividir cada una de las dificultades a examinar en tantas partes como fuera posible y necesario para su mejor solución[3]”. A lo cual hay que sumar su predilección por el orden[4] y la deducción[5]. Parece que Morin relata todo lo que Kelsen, consecuente con la edad en la que se encuentra, separa del objeto jurídico trialista. En efecto,

Sa règle première libère le savoir de tout jugement de valeur et le voue à la seule finalité du connaître; son savoir se constitue sur la base d’une dialogique empirico-rationnelle; […] elle établit ses exigences de précision et d’exactitude, et, dans ce sens, elle se mathématisera et se formalisera de plus en plus. Ce faisant, la connaissance scientifique a fait le plus grand effort jamais tenté pour s’affranchir des normes et pressions sociales, en même temps que du sens et du vécu communs[6].

3. Así como la ciencia clásica nos liberó de la dominación del dogma religioso, debemos cuidarnos de no caer esclavos de la empiria eficientista de la ciencia clásica[7].

… l’histoire singulière d’Athènes au Ve siècle nous a montré qu’une cité démocratique était capable de refouler la zone d’action de ses dieux à la simple protection, non à la maîtrise: la philosophie européenne a eu l’énergie spirituelle de réduire, et à la limite de dissoudre, le Grand Dieu qui avait recouvert tout son Moyen Age. L’esprit humain peut faire mourir les dieux qu’il a crées. Mais peut-il supprimer les successeurs abstraits des dieux, qui se cachent sous des philosophies et idéologies apparemment laïques?[8]

En otra oportunidad, Morin señala cómo aquello que se condenó, mutó manteniendo su esencia; simplificación que la complejidad combatirá:

… la Providence s’est introduite en catimini dans la Raison du siècle des Lumières, qui en est même devenue Déesse, puis elle s’est introduite dans l’idée de science à la fin du XIXe siècle. L’éternité et l’incorruptibilité de la substance divine se sont introduites dans l’univers matérialiste de Laplace. Le Salut s’est introduit dans l’histoire profane, et un nouveau Messie s’est incarné dans le Prolétariat. Ainsi, le ‘matérialisme scientifique’ est devenu la grande religion de salut terrestre du XXe siècle[9].

En efecto, en el campo del Derecho, la polémica y los desarrollos doctrinarios han develado las carencias del positivismo y del positivismo jurídico:

… opiniones teóricas positivistas que no resultaba posible defender […] como la tesis de la obediencia o positivismo ideológico, la jurisprudencia mecánica, las tesis clásicas sobre la plenitud y coherencia del ordenamiento jurídico, la tesis legalista (ley como fuente única o primaria de calificación jurídica), la teoría imperativista de la norma jurídica, etc.[10].

4. Por otro lado, cabe preguntarse si la Postmodernidad será la edad de la complejidad. Morin cree que sí, en tanto se pregunta: “¿Cuáles son mis fundamentos? La ausencia de fundamentos, es decir, la conciencia de la destrucción de los fundamentos de la certidumbre. Esta destrucción de los fundamentos, propia de nuestro siglo, ha llegado al conocimiento científico mismo”[11].

Veremos entonces cómo la incertidumbre, el cuestionamiento, la valoración y la necesidad de la dialógica son claves en el Pensamiento Complejo, que se asemeja a las características de esta etapa de la humanidad.

La Postmodernidad es la “nueva” complejidad impura[12]. Efectivamente, como todo fenómeno complejo, la Postmodernidad tiene sus cuotas de caos e incertidumbre, los cuales son integrados por el Pensamiento Complejo a fin de tomar las decisiones pertinentes. Lo propio hace el Trialismo, tal como lo mostraré.

Dicha visión integradora es la que tiene también el filósofo francés: “… la crise des fondements du cosmos, la crise des fondements de la société et la crise des fondements de la connaissance sont entre-associées en un même complexe crisique[13]”. Esto tendrá también su correlato en el aspecto valorativo[14], sobre todo en las consideraciones objetivistas del valor, en tanto es muy poco ya lo “natural” que le queda. En efecto, así como Morin reclama que la política se una a la ética[15], el Derecho normativista deberá unirse a la ética y una propuesta en este sentido es la trialista. Son coherentes entonces en estos momentos aquellas teorías que incluyen la categorización de instrumentos cuestionadores, que abarcan la teorización de las crisis[16].

Esta época se caracteriza por la jerarquización de los cuestionamientos, de los relativismos: “… nous sommes dans une époque qui produit à la fois des aveuglements et des élucidations, les uns et les autres sans précédent[17]”. Solo así se explica la proliferación de la Epistemología, frente a la necesidad de dar algún fundamento al conocimiento científico. Si lo tuviera, difícilmente tendrían lugar dichos estudios.

Las características de la Postmodernidad se relacionan coincidentemente con las características del Pensamiento Complejo, las cuales también se relacionan con las ideas-base del Trialismo:

La sociedad moderna mantiene una inestabilidad permanente que hace que el juego a las complementariedades sociales sea al mismo tiempo un juego de antagonismos, que el juego de las diferencias sea al mismo tiempo un juego de oposiciones, […]. La sociedad moderna está débilmente integrada culturalmente; la implacabilidad de las normas y de los tabúes se ha debilitado; las zonas de anomalía, de marginalidad y de originalidad están más o menos toleradas y constituyen por sí mismas zonas de distanciamientos sociológicos[18].

4.1. Morin señala un ejemplo de la debilidad y fragilidad de la Postmodernidad en la familia.

L’activité professionnelle de l’homme et celle de la femme occupent une part de vie indépendante hors du foyer; la multiplicité des rencontres, le relâchement des mœurs, le besoin de poésie favorisent les adultères. Les divorces deviennent normalité et non plus exception. Il y a crise du mariage d’amour, victime d’un nouvel amour.

Jamais le couple n’a été aussi fragilisé, et pourtant le besoin de couple n’a jamais été aussi fort. C’est que, face à un monde anonyme, à une société atomisée où le calcul et l’intérêt s’étendent partout, le couple est intimité, protection, complicité, solidarité. […]

La famille est en crise, le couple est en crise, mais le couple et la famille sont des réponses à leur crise[19].

Puede percibirse la complejidad precisamente en el hecho de la fragilidad de los vínculos, lo que a su vez llama a construir vínculos, y así los opuestos convergen complementándose.

Haciendo gala de su unitas multiplex, Morin mantiene la categoría “familia”, aunque con un contenido que muchos podrían considerar completamente extraño y opuesto a la “familia”.

… à travers la crise qui l’affaiblit, la fortifie et la transforme, la famille demeure un noyau de vie communautaire irremplacé. Ce dont témoignent en Occident l’apparition et la légitimation de familles homosexuelles.

En négatif ou en positif, en absence désolante ou en présence étouffante, la famille demeure inscrite de façon indélébile en l’esprit, l’âme, l’identité, la vie de tout individu[20].

Deviene imprescindible aquí cuestionarse acerca de si los integrantes homosexuales hacen una familia en el sentido tradicional, fortaleciéndola ante sus crisis, o si nos encontramos frente al germen de su decadencia. Lo propio ocurre también con la forma de acceder a la familia, en tanto el esperma anónimo y la madre portadora[21], como la clonación[22], hacen indistinto el origen. Estas perspectivas, también complejas, jerarquizan la diversidad o la puesta en crisis de la familia tradicional.

La ausencia de un fundamento único es correlativa de una diversidad de fundamentos.

Durante el siglo veinte la familia extensa dio paso a la familia nuclear y el siglo XXI se caracteriza por la diversidad de estructuras familiares. […] Familias con padres heterosexuales, familias con padres gay o madres lesbianas, familias que adoptan (nacional o internacionalmente), familias con padres procedentes de diferentes culturas o razas, familias con padres divorciados o separados, nuevas familias creadas después de anteriores matrimonios (familias reconstituidas, ensambladas o familiastras), familias de acogida […], familias donde los abuelos hacen de padres de sus nietos, familias donde los hijos hacen de padres de sus padres, familias con hijos fruto de la reproducción asistida […], familias monoparentales …[23].

Como se señala, “la parentalidad es un proceso complejo[24]”. Y muestran las interacciones propias de la diversidad:

Si tenemos en cuenta que entre las estructuras de familia numeradas anteriormente son posibles interacciones, como por ejemplo madre lesbiana sola que adopta o madre heterosexual con hijo de anterior matrimonio que con una nueva pareja tiene un hijo gracias a la fertilización in vitro, entonces las posibilidades de convivencia familiar solo tienen una respuesta: diversas[25].

En suma, la Postmodernidad, como todo fenómeno, no puede ser más que complejo.

Para Massimo Cacciari, si la Postmodernidad es definida como el “Fin de la Historia[26]”, entonces, es la banalización de los motivos más estereotipados del discurso moderno. Si, por el contrario, el término postmoderno señala la salida, no la separación de las dicotomías antiguo-moderno, viejo-nuevo, entonces es una concepción histórica, filosófica y hermenéutica sobre la modernidad y de su relación con lo antiguo. Así lo postmoderno, no es una superación de lo moderno sino, una lectura de la modernidad[27].

4.2. Veo que la Postmodernidad conlleva complejidad al caracterizársela como la era de la sospecha, de la profundización de la vigilancia y de los cuestionamientos que comenzara Nietzsche[28]. En efecto, “… si el hombre ha de estar a la altura de la situación ha de permeabilizar todos los compartimentos que escinden su saber y ha de surgir la ‘ciencia de lo universal’[29]”. Las obras más características de aquel autor en este sentido son: Conversaciones intempestivas, trad. de Eduardo Ovejero y Maury, Madrid, Alianza, 1994 (también traducida como Consideraciones intempestivas), y Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, trad. de Luis Valdes, Madrid, Tecnos, 1994. Cuando se hace referencia a la Postmodernidad, se señala a la sospecha que comenzó respecto del lenguaje, en tanto el signo encierra algo de complejo, ambiguo, que no es indudable y definitivo[30]. “Los significados siempre son impuestos de manera dominante[31]”. Y así como se cree que lo bueno se opone a lo malo, lo noble a lo plebeyo, se cree en los antagónicos[32] y en su incompatibilidad. Por ello cuesta tanto a la mente la conjunción. Nietzsche descreerá de la verdad y la verá entonces como la imposición de un universal abstracto, cayéndose en la cuenta de que un infinito es determinado por un finito[33]. Hay que agregar en este lugar a Marx, Freud, Wittgenstein y Heidegger[34], recurrentemente citados por Morin. “Se trata de una época en que la fe en la racionalidad científica positivista parecía inexpugnable y, sin embargo, cada uno a su manera intentó ponerla a prueba, ampliarla o criticarla[35]”.

5. Los tiempos complejos se avecinan, en tanto puede verse el costado negativo de la Postmodernidad asociado a lo que se llama el fin de la historia. Dice Morin: “el posmodernismo es la toma de conciencia de que lo nuevo no es necesariamente superior a lo que le precede. Pero el posmodernismo es ciego al creer que ya está todo dicho, que todo se repite, que no pasa nada, que ya no hay historia ni devenir[36]”. Muchos han creído que el fin de la historia se asociaba con el colapso del comunismo soviético[37], y ahora del chino; y no contaban con la crisis del capitalismo que comenzó en 2008, con epicentro en EE. UU., icono del sistema económico burgués, anunciado por la mayoría de gobiernos de tendencia socialista en América del Sur.

Morin ve en este fin de la historia otra arista, constituida no por el hecho de que no haya ya que inventar, sino porque todo está por reinventarse, “… pour sauver l’humanité du risque d’anéantissement et parce que les conditions sont désormais créés pour envisager non l’abolition, mais le dépassement des pouvoirs absolus des États dans une formule confédérative où émergerait une société-monde[38]”.

La simplicidad excluye la diversidad y esta última es uno de los componentes de las sociedades actuales. El inconveniente es que “… parece que la gente prefiere reglas simples a una visión que haga hincapié en la complejidad de toda decisión. Y este es el motivo por el que los filósofos de hoy gustan de la metodología”[39]. Caracteriza a este momento de la historia la lucha económica, que hace decir que la sociedad postmoderna es aparentemente diversa.

La Postmodernidad se caracteriza por un pluralismo superficial y una quizás inconmovible unidad profunda de sentido utilitario, al punto de que si en la superficie se admiten diversos estilos de vida, nada es lo que se acepta en cuanto a transgresiones a las exigencias utilitarias de producción, distribución y consumo[40].

Bien se habla de pluralismo superficial, en tanto esta diversidad es frenada por el componente básico de la Postmodernidad, que es el embate uniformador del mercado, que incluso quita profundidad al análisis, en tanto todo se resume en la preeminencia de la utilidad como único valor.

Una mirada “realista” a este escenario social de fines del siglo XX nos sitúa en tiempos [de] la pleitesía a las leyes del mercado, la hegemonía de las doctrinas pragmáticas y economicistas y el culto a un progreso identificado con el desarrollo económico, el bienestar material, la abundancia de los productos de consumo y la competitividad en los mercados internacionales[41].

De ahí que haya consideraciones epistemológicas en cuanto a que la investigación científica debe regirse por el “universalismo”, “en oposición al particularismo y, en especial, al nacionalismo”[42]. Morin se pronuncia de manera acertada por la complementariedad. Resalto la complementariedad, porque si bien es cierto lo que dice Bunge en cuanto a que la exaltación de particularismos puede acarrear “supeditar la búsqueda de la verdad a la ideología partidaria”[43], como en el caso del nazismo o del comunismo, la tendencia a la universalización puede llevar a imponer, porque es universal. Y se cae en la siguiente conclusión: ¿cómo alguien no va a cumplir con algo que es universal? De manera que se terminan imponiendo criterios valorativos propios de una civilización a otra, como en el caso de las colonizaciones, la invasión a Irak en 2003, etc. Sostiene Bunge:

Si se niega que el investigador científico procura obtener verdades objetivas, aunque sean parciales, se debe negar también que la ciencia se rige por un código moral interno. Esto es lo que afirman […] Kuhn, Paul K. Feyerabend y una multitud de filósofos irracionalistas. […] [Según los cuales] la verdad no es sino una convención social que resulta de ‘negociaciones’ entre rivales, al modo en que se tramitan los compromisos políticos[44].

Creer en el respeto al particularismo de cada civilización y creer que las verdades pueden ser relativas a tipos culturales, porque la verdad forma parte de la cultura, no implica negar valores objetivos, es decir, direccionados a esos tipos culturales. Por otra parte, negar la influencia de la política en la ciencia implica simplificar y captar de manera muy ingenua a la temática científica[45].

Cuando el filósofo argentino-canadiense impone el criterio normativo a la caracterización de la verdad, no nos queda más que remitirnos a la crítica que hago a las concepciones normativistas, en el ámbito que ellas se desempeñen: “… quien busca la verdad se autoimpone una norma de recta conducta, y quien infringe esta norma no puede pretender alcanzar ni enseñar la verdad[46]”. Otra caracterización coherente con el pensamiento de Bunge es la de Pinillos Díaz:

Del postmodernismo se ha dicho que, si no es un movimiento claramente irracional, poco le falta. La anarquía del ‘todo vale’ es uno de los rasgos que se le han atribuido constantemente. El postmodernismo cuestiona efectivamente la existencia de hechos objetivos, incita a transgredir no solo los géneros sexuales y los literarios, sino asimismo los estilos artísticos, las épocas históricas, las clases sociales, […] practica el escepticismo radical y el relativismo cultural duro, […] niega la unidad del sujeto, promueve una seudo hermenéutica del signo y de la representación que priva al pensamiento de su capacidad crítica, niega la posibilidad metodológica de alcanzar la verdad y, en definitiva, adopta una actitud nihilista en flagrante contradicción con la racionalidad científica que ha hecho posible la progresiva y potente civilización occidental[47].

6. Este ocultamiento de la diversidad profunda de los problemas y protagonistas, que algunas veces puede producirse, trae el inconveniente de que no todos los reclamos son oídos, sobre todo los de aquellos que no se adaptan a las reglas del mercado. Es aquí donde puede encontrarse una relación entre la economía, el derecho y la ciencia en general. La ley es el exponente jurídico de la economía de mercado, en tanto este busca reglas generales, obligatorias, certeras y estables que le den previsibilidad a sus negocios. Es curioso cómo la costumbre, que siempre ha sido tan cuestionada y a veces negada como fuente o elemento del Derecho, haya sido aceptada en Francia, si se trataba de costumbres mercantiles[48]. Seguramente habrá sido así porque hay que proteger los negocios, más allá de las formas.

No por casualidad hay leyes de la física, la ley de la oferta y la demanda, y leyes jurídicas.

Con motivo de esa coincidencia momentánea de lo que se consideraba justo con lo dispuesto en la ley (coincidencia del Derecho Natural y el Derecho Positivo), y ante el temor de que las fuerzas sociales en libertad pudieran volver a soluciones del ‘Antiguo Régimen’, el movimiento ideológico encabezado por la codificación civil, constituido como ‘escuela de la exégesis’ […] pudo afirmar que el Derecho estaba ‘hecho’ y era la ley misma. El monopolio estatal del Derecho, que había venido preparándose en la Edad Moderna[49], alcanzó así, en la Edad Contemporánea, su máxima expresión[50].

7. Las críticas al capitalismo han demostrado que no todos son incluidos en un modelo que se basa en el lucro, la ganancia y que genera muchas veces abusos, con la consiguiente explotación del hombre por el hombre[51]. Tampoco es casual que no haya habido durante la administración menemista —expresiva del neoliberalismo— una profusa regulación legal en materia de recursos naturales, ya que el mercado no la necesita, pues impone sus propias reglas, que buscan la ganancia y no el respeto a la propiedad común y el ambiente. Recién se contó con una ley general del ambiente en el año 2002 y con una sobre protección de los bosques nativos en el año 2008; mientras que la Constitución nacional que incorporó los derechos ambientales se encontraba reformada desde el año 1994[52].

8. Es por ello que propondría que no se llamen estos tiempos postmodernos, si se ve en el término una continuación de la modernidad. Estamos en lo que Hegel llamaría la afirmación tan plena de la capacidad humana que su antítesis podría llegar a negarla con la posibilidad de la modificación de la especie. El hombre se encuentra en las postrimerías de colocarse en el lugar del Dios que en el fondo siempre adoró, que proyectó y que ahora encarna, a tal punto que puede generar un cambio de ser[53]. Deseó ser Dios y ahora está a punto de lograrlo. Esa humanidad que ha recorrido los caminos de la antigüedad greco-romana, la santidad medieval, el renacimiento, la contemporaneidad, está a punto de encontrarse con otro protagonista que viva la historia y las proyecciones escapan a todo cálculo. Es el aprendiz de brujo jugando al ensayo y el error de la vida, de la creación. Por ello se habla de un cambio de era de la historia[54].

9. De manera que una teoría compleja debe ser consecuente con una era compleja, en tanto “… la teoría […] [es] una forma de ver el mundo a través de la mente, a la manera de una revelación (y no una forma de conocimiento sobre lo que es el mundo)[55]”. Hay indicios de complejidad en las nuevas corrientes jurídicas que tratan de renovar al positivismo clásico.

… se afirma por el ILP [Inclusive Legal Positivism] que el derecho contemporáneo no puede ser identificado completamente con base en esos elementos de orden fáctico, sino que la tarea de identificación (examen de validez) es en algunos casos inseparable de la tarea de determinación del contenido, y que esta última se lleva a cabo razonando desde el interior de valores morales, y que dicho razonamiento posee un valor cognoscitivo, y puede considerarse un conocimiento objetivo, si bien reformulando de nuevo la noción de objetividad[56].

La incertidumbre propia de estos tiempos puede observarse en las ciencias médicas, lo que justifica que el dictamen del perito no obligue al juez, por ejemplo, en lo relativo a la salud mental, en donde existen diversas teorías psicológicas. En este sentido, es congruente el comité de bioética, que representa la vigilancia recíproca que todas las profesiones se hacen en un tema clave como es el de la salud[57]. La otrora “anormalidad” se encuentra en crisis. Lo propio ocurre en el caso de las operaciones de adecuación sexual. Tal vez una pericia médica concluya en el sexo masculino, desde el punto de vista genético o biológico, y la historia de vida y otras pericias, como la psicológica, ambiental, concluyan en el sexo femenino y den elementos para concluir en la operación femeneizante o simplemente en la identidad femenina. La “ley biológica” nunca puede obligar, porque en última instancia prevalece el caso, porque la vida es compleja, es decir, evidencia distintos aspectos que concurren a la producción de un hecho a fin de ser analizados, para evaluar qué elemento predominó más en la escena completamente considerada. La complejidad exige un desfraccionamiento, una investigación. Cabe preguntarse entonces si esta puede analizarse con categorías tan estrechas, binarias (hombre/mujer; soltero/en familia; etc.), que se reflejan en el Derecho normativista del simple legal/ilegal.

La contrariedad de la Postmodernidad se ve, por un lado en la necesidad de fundamentación, análisis, que implica una inversión de tiempo, y por otro lado en la necesidad de aceleración e instantaneidad en las decisiones. En el caso de la interpretación, por ejemplo, buscar los antecedentes parlamentarios a fin de indagar en la intención del autor y compararla con el fin de la norma o su espíritu implica una tarea de investigación y de valoración de la historia que muy difícilmente se den en estos tiempos de apuro y comodidad. Por otra parte, la informática y su relación con la rapidez atentan contra una interpretación histórica.

Un jurista francés propone como hipótesis de surgimiento de la complejización del objeto jurídico el contexto epocal, contrario a la modernidad.

… la crise des notions juridiques traditionnelles, consubstantielles de la modernité, […] la crise de la figure de l’État ; l’émergence et la prise en considération par le droit, […] ou par la science du droit, de nouvelles donnes liées à l’innovation technologique (par exemple: internet, bio-technologies, etc.), au changements sociaux (par exemple: mouvements migratoires, société de services, etc.), et aux évolutions idéologiques (hégémonie libéral-économique, protection environnementale, assouplissement du contrôle moral sur les choix de vie[58], etc.)[59].

Cuestionador pero a la vez escéptico, así es el pensar postmoderno. Como puede verse, a la hora de analizar el pensamiento analítico, Kelsen, gran simplificador del Derecho, pretende su pureza, su asepsia, su neutralidad, precisamente sobre la base de esta ausencia de sentidos típica de la llamada Postmodernidad. Por ello Goldschmidt califica al kelsenianismo como nihilismo[60]. Ocurre que el positivismo jurídico se ha recostado sobre el lado escéptico de la Postmodernidad, sin poder tomar el límite del conocimiento como una posibilidad del conocimiento, según señala Morin. En efecto, la ausencia del sentido es la antesala de su conciencia y de la puesta en marcha de mecanismos para su búsqueda. En esto el nihilismo se queda a la zaga y es así un pensamiento insuficiente, simple. Se agota en el escepticismo. Así como también las escuelas críticas son simplistas si se agotan en la crítica.

10. La excesiva fragmentación y escepticismo trae como consecuencia negativa la falta de solidaridades, intereses en común y articulación de lazos sociales. No es casual que gran parte de la juventud argentina no cese de manifestar su desprecio por la actividad partidista, por los asuntos públicos y su descreimiento de los funcionarios públicos[61]. Esto que se presenta como apatía no debe ser contestado con el mote de “ignorancia”, sino como un diagnóstico sobre el cual hay que trabajar. Malos ejemplos no faltan si se recuerda la revolución productiva, el “salariazo” y la modernización del Estado: literales mentiras, en tanto desembocaron en sus contrarios: destrucción de la industria nacional, rebajas de salarios y despidos masivos producto de las privatizaciones de las empresas prestatarias de servicios públicos, ante la priorización de la maximización de utilidades. “Involución de programas de gobierno que habían prometido reformas[62]”. Lo cual contó con la complicidad de organizaciones intermedias como los sindicatos. “Crisis en las fuerzas partidarias y sindicales[63]”. La atomización social se reflejó en los partidos, que terminaron su existencia tal como los conocíamos y han devenido las federaciones de partidos. El desgajamiento del radicalismo en el ARI, liderado por Elisa Carrió —luego “Coalición Cívica”—, RECREAR, liderado por Ricardo López Murphy. Cabe destacar también el fenómeno del Frente para la Victoria o Unidad Ciudadana, de extracción justicialista. Recuérdese el FREPASO, cuyas siglas significan Frente del País Solidario, que incluía, entre otros, al Frente Grande, liderado por Carlos Álvarez, el partido País, liderado por José Octavio Bordón, y Unidad Socialista integrada por los partidos Socialista Popular y Socialista Democrático y el Partido Demócrata Cristiano. Bordón fue designado por Kirchner embajador en EE. UU. y Álvarez presidente de la comisión de representantes permanentes del MERCOSUR, lo que implicó la desarticulación de estos partidos por captación de estos dirigentes por el Frente para la Victoria.

11. En relación a los pensadores que han sido precursores de la complejidad, cabe citar a Gotfried Leibniz[64]. Gastón Bachelard es mencionado como una de las bases fundamentales de la complejidad.

… planteaba la necesidad de una ‘epistemología no-cartesiana’, en un libro […] titulado Le nouvel esprit scientifique. […] dice Gastón Bachelard que lo simple no es más que el resultado de una simplificación y que la ciencia contemporánea conmina a introducir nuevos principios epistemológicos que vayan más allá del cartesianismo y de la visión funcionalista de la simplificación y reducción[65].

Michel Foucault, en oportunidad de escribir sobre la historia de las ideas, ha propuesto una visión no positivista de la misma, en el sentido de que no ha tratado de ver a la ciencia explicada a través de leyes. Al contrario, tratará de captar rupturas, oscilaciones, causalidades circulares, lo discontinuo.

No la historia de las ciencias, sino de esos conocimientos imperfectos, mal fundamentados, que jamás han podido alcanzar, […]. Historia de esas filosofías de sombra que asedian las literaturas, el arte, las ciencias, el derecho, la moral y hasta la vida cotidiana de los hombres; historia de esos tematismos seculares que no han cristalizado jamás en un sistema riguroso e individual […][66].

Hace alusión a una historia de las ideas que atraviese las disciplinas existentes, reinterpretándolas[67]. Por su parte, Morin ha hablado de una ciencia que articule los saberes disjuntos, y de la transdisciplinariedad como instancia de categorías comunes a las disciplinas. “Génesis, continuidad, totalización: estos son los grandes temas de la historia de las ideas[68]”. Decidido a no realizar un análisis lineal, propone el estudio de la novedad, de las contradicciones, las descripciones comparativas y las transformaciones[69]. “La arqueología no va, por una progresión lenta, del campo confuso de la opinión a la singularidad del sistema o a la estabilidad definitiva de la ciencia; no es una ‘doxología’, sino un análisis diferencial de las modalidades de discurso[70]”. Es interesante observar el punto de vista particularmente amplio que tiene Foucault a la hora de toparse con las contradicciones, captando su ambigüedad: “… las contradicciones no son ni apariencias que hay que superar, ni principios secretos que sería preciso despejar[71]”. En otras palabras, “… se trata de mantener el discurso en sus asperezas múltiples y de suprimir […] el tema de una contradicción uniformemente perdida y recobrada, resuelta y siempre renaciente, en el elemento indiferenciado del logos[72]”. Su postura amplia respecto de las contradicciones, parece coincidir más con Morin —recordemos su idea de la dialógica— que con Hegel, que supone a la contradicción encerrada en el procedimiento dialéctico de la tesis, antítesis y síntesis.

Cabe mencionar también otras obras relevantes como la Historia de la locura en la época clásica[73]” y Vigilar y castigar[74]. En ambos textos se critica a la razón, empresa que también sigue Morin. La recurrente muerte del hombre que Foucault declama es captada por el Trialismo con la categoría de la influencia humana difusa y la lucha de esta con el reparto proclama la honda complejidad de la vida, en donde el hombre pelea sin cesar con la estructura por la conducción del mundo jurídico. No obstante, Morin plantea, además de la crítica, una “vía” para la reforma de la humanidad[75].

El filósofo francés tomará de Pascal su célebre máxima relativa al todo, las partes y las relaciones que hay entre ellos[76]. El todo tiene el peligro de ser totalitario, pero la parte tiene el peligro de ser ciega[77]. No es casual que dichos filósofos franceses estructuren un pensamiento de la vigilancia, de la sospecha, del más allá de lo dado, de la crítica. Señala Morin: “el Pensamiento Complejo pone entre paréntesis el cartesianismo y al mismo tiempo retoma y asume los logros centrales de la filosofía de la sospecha, y también asume plenamente la idea socrática de ignorancia, la duda de Montaigne y la apuesta pascaliana[78]”.

Ciuro Caldani, al hablar de la complejidad de la realidad social, cita a Auguste Comte y a Diderot. Este último señala:

El entendimiento tiene sus prejuicios; los sentidos su incertidumbre; los instrumentos su imperfección. Los fenómenos son infinitos; las causas, ocultas; las formas, transitorias. No disponemos de más medio, en contra de tantos obstáculos como hallamos en nosotros y nos opone la Naturaleza, que de una experiencia lenta, una reflexión limitada[79].

Otro referente de la complejidad es Niels Bohr, que desde el campo de la física, ya señala la importancia del sujeto en la observación, y la necesidad de la complementariedad[80]. Morin señala que otro físico, David Bohm, ha estado vinculado a la complejidad: “… que ataca ya el dogma de la elementalidad […], dice: ‘Las leyes físicas primarias jamás serán descubiertas por una ciencia que intenta fragmentar el mundo en sus constituyentes’[81]”.

12. El filósofo francés expresa el contexto histórico en el que nacen la incertidumbre, el desorden y el caos, pilares de la complejidad:

… l’effondrement de l’ordre cosmique ne peut être dissocié de l’effondrement du principe d’ordre absolu de la science classique et celui-ci de l’effondrement d’un ancien ordre social. A partir du XVIIIe siècle, le développement des sciences physiques, celui des techniques, celui de l’industrie, font partie d’une formidable transformation multidimensionnelle de société. […] le chauffage social correspond effectivement non seulement à l’industrialisation, c’est-à-dire l’accroissement et l’accélération de tous échanges, transformations, combustions, mouvements dans le corps social[82].

Es necesario agregar que el surgimiento de las críticas al legalismo, preludio de las posturas tridimensionalistas, se produce en un marco de falta de correspondencia entre las estructuras normativas y sus soluciones con la infraestructura económica que había dejado de ser la propia de una sociedad individualista, preparándose lo que sería el intervencionismo estatal[83]. Agrego que la crítica de la realidad social provendrá no solamente del Estado, sino de todo aquel que sufra una injusticia.

13. Luego, al hablar de la noción de sistema y sus cualidades, dice Morin:

… l’idée de totalité est donc ici cruciale. Cette idée qui avait souvent fait surface dans l’histoire de la philosophie s’était épanouie dans la philosophie romantique et surtout chez Hegel. Elle a surgi parfois dans les sciences contemporaines comme dans la théorie de la forme ou Gestalt[84].

Será entonces necesario que en la disciplina jurídica se justifiquen las exclusiones de partes consideradas esenciales para su entendimiento.

14. Cuando se desarrolla la historia de la independencia relativa del Derecho, hace mención del nacimiento de la axiología, punto culminante de la última dimensión que se desarrollará para luego ser incorporada en el Trialismo, expresión contemporánea de la complejidad pura en el Derecho[85]. Nótese que Goldschmidt señala que será el siglo XIX el germen del tridimensionalismo, en tanto surge la sociología como nueva ciencia y, hacia sus finales, nacerá la ciencia de los valores[86].

Por ello, para una sociedad distinta, en la que cuentan “… les aspirations de plus en plus profondes et multiples[87]”, es necesario un Derecho distinto.

Morin no solo expresa el origen filosófico de la complejidad, sino también a sus precursores desde el punto de vista de su costado sistémico.

… la complejidad tenía también delimitado su terreno, pero sin la palabra misma, en la Filosofía: en un sentido, la dialéctica, y en el terreno lógico, la dialéctica hegeliana, eran su dominio, porque esa dialéctica introducía la contradicción y la transformación en el corazón de la identidad[88].

Es con Weiner y Ashby, los fundadores de la Cibernética, que la complejidad entra verdaderamente en escena en la ciencia. Es con von Neumann que, por primera vez, el carácter fundamental del concepto de complejidad aparece enlazado con los fenómenos de auto-organización[89].

Weaver escribe en 1948 su artículo “Science and complexity” y von Neumann aborda la complejidad de las máquinas, de los autómatas naturales comparándolos con los autómatas artificiales[90].

Cuando Cárcova habla de la historia de la complejidad señala: “… es en la obra de Luhmann en donde esta problemática adquiere la mencionada dimensión de una categoría teórica, aun cuando su concepción estaba insinuada ya, en otros clásicos de la sociología moderna como Durkheim, Weber o Parsons, entre otros[91]”.

Solo la historia dirá quién fue un verdadero forjador de la complejidad. Por lo pronto, diré que así como la definición de la filosofía es ya una disputa filosófica, lo propio ocurre con la complejidad, sobre todo en sus tiempos iniciales. “La cuestión de la complejidad, ¡es compleja![92]

Analicemos ahora la evolución de la complejidad en el ámbito del Derecho.


  1. Atlan, op. cit., p. 25.
  2. Morin, La Méthode 4…, cit., pp. 55-56. “Mientras que la destrucción de un mundo [religioso, medieval] determinaba una crisis paradigmática profunda, la ciencia naciente elaboraba sus principios y métodos que iban a constituir el nuevo paradigma de un conocimiento que a partir de entonces sería disjunto y estaría emancipado de la política, la religión, la moral, e incluso de la filosofía”. Morin, El Método 4…, cit., p. 60.
  3. Descartes, René, Discurso del método, trad. de Eduardo Bello Reguera, Barcelona, Altaya, 1993, p. 25.
  4. Íd.
  5. Íd., p. 27.
  6. Morin, La Méthode 4…, cit., p. 56. “Su regla primera libera al saber de cualquier juicio de valor y lo consagra a la sola finalidad del conocer; su saber se constituye sobre la base de una dialógica empírico-racional; […] establece sus exigencias de precisión y exactitud y, en ese sentido, se matematizará y formalizará cada vez más. […] al hacer esto, el conocimiento científico realizó el mayor esfuerzo que se haya hecho nunca para liberarse de las normas y presiones sociales, al mismo tiempo que del sentido y vivencias comunes”. Morin, El Método 4…, cit., p. 60. Con respecto a este tema, ver lo referido al concepto de norma y las consecuencias derivadas de su falta de pretensión de verdad. Cap. 1, 2ª parte, del tomo 3.
  7. Ver Atlan, op. cit., pp. 11-12.
  8. Morin, La Méthode 4…, cit., p. 119. “Atenas en el siglo V nos ha mostrado que una ciudad democrática era capaz de reducir la zona de acción de sus dioses a la simple protección, no al dominio: la filosofía europea tuvo la energía espiritual de reducir y en el límite disolver, al Gran Dios que había recubierto toda su Edad Media. El espíritu humano puede hacer morir a los dioses que ha creado. Pero, ¿puede suprimir a los sucesores abstractos de los dioses, que se ocultan tras las filosofías e ideologías aparentemente laicas?” Morin, El Método 4…, cit., p. 123. “… para ello, refundir en una gran síntesis las luces de la razón con las iluminaciones místicas. El resultado: una mística de la ciencia para la cual, una vez más, no puede haber más verdad que la científica, pero que no se resigna a permanecer entre los límites estrechos en los que la ciencia quiere mantener un pensamiento crítico consecuente que reflexiona sobre ella”. Atlan, op. cit., p. 12. “‘No hay más verdad que la científica’, decía Bertrand Russell”. Íd., p. 11.
  9. Morin, La Méthode 4…, cit., pp. 120-121. “… la Providencia se introdujo a hurtadillas en la Razón del siglo de las luces, que incluso llegó a ser Diosa y, después, se introdujo en la idea de ciencia a finales del siglo XIX. La eternidad e incorruptibilidad de la sustancia divina se introdujeron en el universo materialista de Laplace. La Salvación se introdujo en la historia profana, y un nuevo Mesías se incardinó en el Proletariado. De este modo, el ‘materialismo científico’ se convirtió en la gran religión de salvación terrestre del siglo XX”. Morin, El Método 4…, cit., p. 124. Cabe preguntarse si la complejidad no lo es en alguna medida.
  10. Serna, Pedro, “El positivismo incluyente en la encrucijada”, en https://bit.ly/2waqQM0 (11.6.2008), p. 693.
  11. Morin, Introducción al Pensamiento…, cit., p. 140. Ver también Morin, La Méthode 5…, cit., p. 163. (Morin, El Método 5…, cit., p. 158).
  12. Ciuro Caldani, El Derecho Universal…, cit., p. 25. No obstante, señala que “la ‘complejidad’ del pensamiento jurídico es especialmente necesaria ante la complejidad de una nueva edad y en nuestro caso de una nueva era […]”. “La comprensión del plurijuridismo y el monojuridismo en una nueva era”, en La Ley, t. 2006-C, pp. 1246 y ss. Al fin, con ayuda del Pensamiento Complejo y el Trialismo, la Postmodernidad puede ser el ámbito en el cual renazca la complejidad organizada o pura.
  13. Morin, La Méthode 4…, cit., p. 96. “… la crisis de los fundamentos del cosmos, la crisis de los fundamentos de la sociedad y la crisis de los fundamentos del conocimiento se hallan entreasociadas en un mismo complejo crísico”. Morin, El Método 4…, cit., p. 101.
  14. Ver la parte 3 del tomo 3.
  15. Morin, La Méthode 6…, cit., p. 206. (Morin, El Método 6…, cit., p. 180).
  16. El Trialismo comprende la crisis, tal como lo demuestro en Galati, “El mayo francés…”, cit.
  17. Morin, La Méthode 4…, cit., p. 69. “… estamos en una época que produce a la vez ceguera y elucidaciones, sin precedente ni unas ni otras”. Morin, El Método 4…, cit., p. 75.
  18. Morin, Sociología, cit., p. 181.
  19. Morin, La Méthode 5…, cit., pp. 198-199. “La actividad profesional del hombre y la de la mujer ocupan una parte de vida independiente fuera del hogar; la multiplicidad de encuentros, la relajación de las costumbres, la necesidad de poesía favorecen los adulterios. Los divorcios devienen normalidad y no ya excepción. Hay crisis del matrimonio de amor, víctima de un nuevo amor. Nunca ha sido tan frágil la pareja, y sin embargo la necesidad de pareja nunca ha sido tan fuerte. Y es porque, de cara a un mundo anónimo, a una sociedad atomizada, en la que el cálculo y el interés se extienden por todas partes, la pareja es intimidad, protección, complicidad, solidaridad. […] La familia está en crisis, la pareja está en crisis, pero la pareja y la familia son las respuestas a su crisis”. Morin, El Método 5…, cit., p. 193.
  20. Morin, La Méthode 5…, cit., p. 199-200. “… a través de la crisis que la debilita, la fortalece y la transforma, la familia sigue siendo un núcleo de vida comunitaria que no ha sido reemplazado. Y es lo que testimonian en Occidente la aparición y legalización de las familias homosexuales. En negativo o en positivo, por su ausencia desoladora o su presencia asfixiante, la familia sigue estando inscrita de forma indeleble en la mente, el alma, la identidad, la vida de todo individuo”. Morin, El Método 5…, cit., p. 194.
  21. Morin, La Méthode 5…, cit., p. 200. (Morin, El Método 5…, cit., p. 194). Sobre el tema ver Galati, “Hacia la costumbre judicial de la gestación por sustitución”, en Revista de Derecho de Familia, sec. “Jurisprudencia anotada”, nº 2014-IV, Buenos Aires, AbeledoPerrot, pp. 148-152; Galati, “La gestación por sustitución según la minoría y la mayoría del Tribunal Supremo español”, en Revista de Derecho de Familia, nº 2014-IV, sec. “Jurisprudencia anotada extranjera”, Buenos Aires, AbeledoPerrot, pp. 228-234; Galati, “Un estudio jurídico complejo de la gestación por sustitución”, en Revista de Derecho de Familia y de las Personas, año 7, nº 1, Buenos Aires, La Ley/Thomson Reuters, 2015, pp. 165-181.
  22. Morin, La Méthode 5…, cit., p. 200. (Morin, El Método 5…, cit., p. 195).
  23. Frías Navarro, M., Pascual Llobel, J. y Monterde, H., “Hijos de padres homosexuales: qué les diferencia”, en https://bit.ly/2MBKmLK (7.3.2008), p. 2.
  24. Íd.
  25. Ibídem.
  26. Morin señala que “… nous ne pouvons entrevoir la fin des idéologies, c’est-à-dire la fin des mythes sous forme d’idéologie. L’être humain ne peut vivre sans mythe et sera à nouveau possédé par d’anciens ou d’inédits. Espérons qu’ils ne soient pas utilisés au service de nouvelles oppressions et de nouveaux mensonges”. Morin, La Méthode 5…, cit., pp. 250-251. “… no podemos entrever el fin de las ideologías, es decir el fin de los mitos en forma de ideología. El ser humano no puede vivir sin mito y será poseído de nuevo por los antiguos o por inéditos. Esperemos que no sean utilizados al servicio de nuevas opresiones y nuevas mentiras”. Morin, El Método 5…, cit., p. 243.
  27. Motta, “La Postmodernidad: entre el silencio de la razón y el fin del milenio”, en https://bit.ly/2L8K0al (6.7.2007), p. 1.
  28. Ver Nietzsche, Friedrich, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, trad. de Luis M. Valdes y Teresa Orduña, 2ª ed., Madrid, Tecnos, 1994. “El hombre nada más que desea la verdad en un sentido análogamente limitado: ansía las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que mantienen la vida; es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales o destructivos”. Íd., p. 21. Allí el filósofo alemán interpela la universalidad y atemporalidad del concepto. Al referirse a la verdad, señala que es “una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son […]”. Íd., p. 25. Ver tb. Nietzsche, Consideraciones intempestivas, trad. de Eduardo Ovejero y Maury, en Obras completas, t. 2, Buenos Aires, Aguilar, 1949. “Solo el gran dolor es el liberador último del espíritu, en tanto que maestro de la gran sospecha […]”. Nietzsche, La gaya ciencia, trad. de José Mardomingo Sierra, Madrid, Edaf, 2002, p. 37.
  29. Ciuro Caldani, Derecho y Política…, op. cit., p. 29.
  30. Díaz, Esther, La Postmodernidad, 3ª ed., Buenos Aires, Biblos, 2005, pp. 61-62.
  31. Íd., p. 63.
  32. Íd.
  33. Ibídem.
  34. Íd., p. 64.
  35. Íd.
  36. Morin, Introducción a una política…, cit., p. 150.
  37. “… la democracia liberal podía constituir ‘el punto final de la evolución ideológica de la humanidad’, la ‘forma final de gobierno’, y que como tal marcaría ‘el fin de la historia’”. Fukuyama, Francis, El fin de la Historia y el último hombre, trad. de P. Elías, Barcelona, Planeta, 1992, p. 11. En similar sentido ver a Ciuro Caldani, “La comprensión del plurijuridismo…”, cit. “… parece que hoy los conflictos y el carácter decisivo de la economía como el capitalismo son tan grandes que a veces cabe preguntarse si la historia de Occidente, que personalmente tanto amamos, no fue sino un largo curso hacia el capitalismo”.
  38. Morin, La Méthode 6…, cit., p. 227. “… para salvar a la humanidad del riesgo de aniquilación y porque en adelante se han creado las condiciones para considerar no la abolición, sino la superación de los poderes absolutos de los Estados en una fórmula confederativa de la que emergería una sociedad-mundo”. Morin, El Método 6…, cit., p. 199.
  39. Feyerabend, Diálogo…, cit., p. 67.
  40. Ciuro Caldani, “Panorama trialista de la filosofía en la Postmodernidad”, en Boletín del Centro…, Rosario, FIJ, 1995, nº 19, p. 9.
  41. Kaplún, Mario; Del educando oyente al educando hablante. Perspectivas de la comunicación educativa en tiempos de eclipse, Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación, en https://bit.ly/2nOczRs (21.2.2002).
  42. Bunge, Ética…, cit., p. 47. Ver también Popper, La lógica…, cit., p. 45. “… cualquier controversia sobre la cuestión de si ocurren en absoluto acontecimientos que en principio sean irrepetibles y únicos no puede decidirse por la ciencia: se trataría de una controversia metafísica)”. En suma, reniega de la metodología cualitativa, que brega por estudios muy focalizados, particulares y profundos.
  43. Bunge, Ética…, cit., p. 47.
  44. Íd., p. 50. Ver también Bunge, Epistemología…, cit., pp. 13 y 14.
  45. Sobre el tema ver Galati, “La complejidad del derecho de la ciencia”, en Complejidad, nº 29, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Raúl Motta, 2016, pp. 22-55; tb. en https://bit.ly/2L8H919 (21.11.2016).
  46. Bunge, Ética…, cit., p. 50. Aunque contradictoriamente sostiene más adelante que las leyes pueden ser injustas. Íd., p. 51. Parece que utiliza la ley cuando le conviene y la justicia cuando no le conviene; con lo cual el criterio epistemológico, que es el mismo que utiliza para descalificar a filósofos de la ciencia como Kuhn y Feyerabend, diciéndoles seudocientíficos, dogmáticos y burlones, es la conveniencia, la utilidad: el mayor beneficio al menor costo.
  47. Pinillos Díaz, José Luis, “Posmodernismo y Psicología. Una cuestión pendiente”, en Anales de Psicología, vol. 18, nº 1, Murcia, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, 2002, en https://bit.ly/2MBLnTL (23.7.2003), p. 2.
  48. Gény, François, Método de interpretación y fuentes en Derecho Privado positivo, 2ª ed., Madrid, Reus, 1925, pp. 329-330. A pesar de que Gény muestra el problema claramente, luego se pronuncia, lamentablemente, a favor de dicha excepción. Íd., p. 407. Sobre el tema ver Galati, “La costumbre…”, cit.
  49. Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jacques Rousseau, etc.
  50. Ciuro Caldani, Estudios de Historia del Derecho, Rosario, FIJ, 2000, p. 160.
  51. Ver las encendidas obras de Proudhon, Pierre-Joseph, ¿Qué es la propiedad?, trad. de Rafael García Ormaechea, Barcelona, Orbis, 1983; y Marx, Karl y Engels, Friedrich, Manifiesto del partido comunista, en https://bit.ly/2L9vZcK (29.10.2007); entre otras.
  52. Ver Galati, “El Derecho Ambiental en el Derecho Planetario. El hombre y la naturaleza hacia la auto-eco-re-organización”, en Investigación…, nº 42, Rosario, FIJ, 2009, pp. 77-90, tb. en https://bit.ly/2MouXPt (13.9.2010). Ver la primera parte del cap. 1 del tomo 2.
  53. Sobre el tema ver la interesante película Trascendence, protagonizada por Johnny Deep y dirigida por Wally Pfister.
  54. Ver Ciuro Caldani, Estudios de Historia…, cit.
  55. Bohm, op. cit., p. 85.
  56. Serna, op. cit., p. 700.
  57. Sobre el tema ver Galati, Los comités…, cit.
  58. Como lo mostramos, la noción de sexo ya no es más “simplemente” limitada al aspecto biológico.
  59. Millard, op. cit., p. 4. “… la crisis de las nociones jurídicas tradicionales, consustanciales a la modernidad, […] la crisis de la figura del Estado; la emergencia y la toma en consideración por el derecho, […] o por la ciencia del derecho, las nuevas realidades ligadas a la innovación tecnológica (por ejemplo: Internet, biotecnologías, etc.), los cambios sociales (por ejemplo: movimientos migratorios, sociedad de servicios, etc.), y a los cambios ideológicos (hegemonía liberal-económica, protección ambiental, la flexibilidad del control moral sobre las elecciones de vida, etc.” (trad. del autor).
  60. Goldschmidt, “El positivismo jurídico como nihilismo”, en El Derecho, t. 45, pp. 957-959. Ver también a Motta, “La postmodernidad…”, cit., p. 1.
  61. “… un mayor individualismo y por ende notoria fragmentación de relaciones colectivas intelectuales. Apatía en las nuevas generaciones con respecto a un compromiso político activo”. Íd., p. 2.
  62. Motta, “La postmodernidad…”, cit., p. 1.
  63. Íd.
  64. Ver cap. 3 del tomo 2.
  65. Morin, Ciurana y Motta, op. cit., p. 45. Ver también Morin, Edgar, “La epistemología de la complejidad”, en Gazeta de Antropología, nº 20, 2004, en https://bit.ly/2nSp6Du (1.6.2013). “Para confirmar científicamente la verdad, es conveniente verificarla desde varios puntos de vista diferentes”. Bachelard, Gastón, La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo, trad. de José Babini, 25ª ed., Buenos Aires, Siglo XXI, 2004, p. 14. “Precisar, rectificar, diversificar, he aquí los tipos del pensamiento dinámico que se alejan de la certidumbre y de la unidad, y que en los sistemas homogéneos encuentran más obstáculos que impulsos”. Íd., p. 19.
  66. Foucault, La arqueología del saber, trad. de Aurelio Garzón del Camino, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004, pp. 229-230.
  67. Íd., p. 230.
  68. Íd., p. 232.
  69. Íd., p. 233.
  70. Íd., p. 234.
  71. Íd., p. 254. Por ejemplo, “la arqueología trata de mostrar cómo las dos afirmaciones, fijista y ‘evolucionista’, tienen su lugar común en cierta descripción de las especies”. Íd., p. 255.
  72. Íd., p. 262.
  73. Trad. de Juan José Utrilla, en https://bit.ly/2L7mVoE (29.3.2008).
  74. Foucault, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión, trad. de Aurelio Garzón del Camino, 1ª ed., Siglo XXI, Buenos Aires, 2005.
  75. Ver Morin, La vía. Para el futuro de la humanidad, trad. de Nuria Petit Fontseré, Barcelona, Paidós, 2011.
  76. Ver cap. 3 del tomo 2.
  77. Ver Ciuro Caldani, “Las partes y el todo en la Teoría Trialista del mundo jurídico”, en AA. VV., Dos filosofías…, op. cit., pp. 37-48.
  78. Morin, Ciurana y Motta, op. cit., p. 50.
  79. Diderot, “Pensamientos filosóficos”, en Obras filosóficas (comp.), Tor, Buenos Aires, p. 133; cit. por Ciuro Caldani, Derecho y Política…, cit., p. 62.
  80. Morin, Ciurana y Motta, op. cit., p. 46. Esta última idea será clave a la hora de plantear el problema de la integración trialista. Ver cap. 3 del tomo 2.
  81. Morin, “La epistemología…”, cit.
  82. Morin, La Méthode 1…, cit., pp. 90-91. “… el hundimiento del orden cósmico, no puede ser disociado del hundimiento del principio de orden absoluto de la ciencia clásica y este del hundimiento de un orden social antiguo. A partir del siglo XVIII, el desarrollo de las ciencias físicas, el de las técnicas, el de la industria, forman parte de una formidable transformación multidimensional de la sociedad. […] el calentamiento social corresponde efectivamente, no solo a la industrialización, es decir, al incremento y aceleración de la producción, sino al incremento y aceleración de todos los intercambios, transformaciones, combustiones, movimientos en el cuerpo social”. Morin, El Método 1…, cit., p. 112.
  83. Reale, Miguel, “Naturaleza y objeto de la ciencia del Derecho”, en AA. VV., Ciencia jurídica (Aspectos de su problemática jusfilosófica y científico-positiva actual), t. 1, La Plata, Instituto de Filosofía del Derecho y Sociología, 1970, pp. 169-170.
  84. Morin, La Méthode 1…, cit., p. 106. “La idea de totalidad es, pues, crucial aquí. Esta idea, que a menudo había salido a la superficie en la historia de la filosofía, se había expandido en la filosofía romántica y sobre todo en Hegel. Surge a veces en las ciencias contemporáneas así como en la teoría de la forma o Gestalt”. Morin, El Método 1…, cit., p. 129.
  85. Ciuro Caldani, “La autonomía del mundo jurídico y de sus ramas”, en Estudios de Filosofía Jurídica y Filosofía Política, t. II, Rosario, FIJ, 1984, pp. 181-183.
  86. Goldschmidt, “La doctrina…”, cit., p. 197.
  87. Morin, La Méthode 1…, cit., p. 91 “… las aspiraciones cada vez más profundas y múltiples […]”. Morin, El Método 1…, cit., p. 113.
  88. Ver lo que dice Morin específicamente sobre la “dialéctica hegeliana” en el cap. 3 del tomo 2.
  89. Morin, Introducción al Pensamiento…, cit., pp. 58-59.
  90. Morin, “La epistemología…”, cit.
  91. Cárcova, “Los jueces…”, cit.
  92. Morin, “La epistemología…” cit.


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