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11 A veinte años de la publicación de Perón y la Iglesia católica de Lila Caimari. Legados y desafíos en torno a las investigaciones entre Iglesia, Estado y Peronismo

Claudio Maidana (Universidad Autónoma de Entre Ríos)

Desde la década de 1980, los historiadores han emprendido diversas investigaciones sobre la relación entre la Iglesia Católica y el primer gobierno peronista. Desde distintas miradas, las relaciones entre estos dos actores políticos han sido motivo de grandes debates y diversos abordajes desde las ciencias sociales. El impacto del peronismo en el mundo de la iglesia muestra la variedad de las percepciones de los católicos así como la importancia de los debates de la lógica del universo eclesiástico en la interpretación de un nuevo fenómeno político.

Han transcurrido veinte años de la publicación del libro de Lila Caimari, “Perón y la Iglesia Católica”, introduciendo una temática casi no abordada hasta los años noventa. Junto a los trabajos de Susana Bianchi y Loris Zanatta constituyen la consulta obligada para cualquier investigador que le interesa abordar la relación entre estado, iglesia y el primer gobierno peronista[1].

La obra de Caimari, es un trabajo pionero que abrió un nuevo campo de investigaciones, mediante una metodología analítica, donde da cuenta de los periodos, las rupturas y las continuidades de un proceso histórico complejo.

En el trabajo de Caimari deben destacarse dos cuestiones centrales: 1-el impacto del peronismo en el mundo católico, abordando problemáticas de la iglesia, su relación con la política y los mecanismos de adaptación frente al cambio. 2- el lugar de la iglesia y el catolicismo en la experiencia peronista, aludiendo a cuestiones como el papel de la religión en un movimiento de masas de base predominantemente obrero y fuerte liderazgo carismático, la naturaleza del peronismo, el debate sobre los orígenes y el papel de la “ideología” justicialista.

La alianza entre los militares revolucionarios del 43 y el episcopado argentino en un principio fue estrecha, como lo demuestran las primeras medidas tomadas por el gobierno militar, por ejemplo, la introducción de la enseñanza religiosa en las escuelas publicas y la constante apelación a las encíclicas papales por parte de Perón.

Tres actores políticos fundamentales de la vida pública argentina: estado, iglesia y peronismo se conjugaron desde 1943 generando una relación política estrecha en sus inicios, por momentos contradictoria, con diversos matices de conveniencias mutuas.

La impronta de los cambios sociales y políticos alteró el papel de la iglesia ante el estado y la sociedad; en este sentido, el texto de Caimari nos permite realizarnos algunas preguntas ¿Cuál fue el lugar de la religión en un movimiento de fuerte liderazgo carismático? ¿Cómo incidió el catolicismo en la génesis del peronismo en las provincias?

Un respuesta a estos interrogantes lo da la propia autora en la conclusión del trabajo, donde sostiene que es indispensable realizar nuevas miradas capaces de analizar la diversidad de manifestaciones que tuvo la relación iglesia-peronismo, dando cuenta de una vacancia sobre investigaciones de esta relación en el interior del país.

En el transcurso de estos veinte años desde su publicación han surgido estudios que intentan desentrañar la compleja relación entre la iglesia católica y el peronismo en las provincias, revelando que algunas líneas investigativas utilizadas para abordar el tema en Buenos Aires no se ajustaban a otros escenarios provinciales. Un ejemplo de ello, es el caso de Tucumán, donde la exploración de ese espacio permite revisar algunas hipótesis y ampliar nuevas perspectivas sobre la relación iglesia y peronismo[2]. Desde esta perspectiva, en los orígenes del peronismo tucumano la impronta sindical tuvo un papel central, donde los obreros controlaron la nueva formación partidaria y ocuparon espacios de poder, teniendo como base a los sindicatos azucareros, particularmente la FOTIA. En esta lógica, la relación entre la iglesia católica y el gobierno peronista fueron de entendimiento mutuo, lo que le trajo aparejado importante beneficios a la institución eclesiástica. Cuando se produce la ruptura entre el gobierno peronista y la iglesia católica a fines de 1954, generando una escalada de violencia en un país profundamente dividido, en Tucumán no desemboco en un enfrentamiento violento como si sucedió en otros lugares. Otro ejemplo, es el caso entrerriano, que a partir del golpe de estado de 1943 se fue convirtiendo en un laboratorio del nacionalismo católico, como sostiene Loris Zanatta[3], teniendo como eje a la ciudad de Paraná. Cuna del normalismo educativo, de fuerte impronta laica, la alianza entre el obispo de Paraná monseñor Guilland y la cúpula militar del gobierno durante las intervenciones de Ernesto Ramirez, Carlos Zavallla y José Sosa Molina fue de mutua colaboración, que se profundizó con la llegada del primer gobernador peronista Héctor Maya[4].

En efecto, Entre Ríos debía ser parte importante de esa cruzada, en la cual Iglesia y Ejército adquirieron un papel político inusitado en el poder provincial, lugar donde se disputaba el enfrentamiento entre la “nación católica” y la “nación laica y liberal”. En este marco, la iglesia se constituyó en uno de los sostenes de las intervenciones militares mediante el apoyo a las medidas implementadas, por ejemplo la enseñanza de religión en las escuelas publicas, ocupando cargos públicos a través de sacerdotes y laicos en el estado entrerriano y desde ese lugar de poder se convirtió en un actor político clave en la conformación del peronismo en la provincia.

En estos últimos años, los trabajos de investigación sobre el peronismo se han multiplicado a lo largo y ancho de nuestro país, lo que nos permite a los historiadores conocer las diversas y variadas configuraciones en su conformación y desarrollo a partir de las singularidades de cada caso.

El trabajo de Caimari, hizo visible los modos del funcionamiento interno de la institución eclesiástica, de su articulación con el estado y con la vida política y social del país; pero también es un aporte al que acude un investigador ante la escasez de datos sobre la institución eclesiástica.

En definitiva, como todo trabajo pionero sentó las bases para las investigaciones posteriores que abordaron la problemática entre iglesia–estado en argentina; a la vez, nos ofrece a los historiadores una mirada amplia para reflexionar, revisar preguntas e hipótesis, para avanzar en nuevos planteos y perspectivas sobre tres actores importantes de la historia argentina del siglo XX.

 


  1. Caimari, L. (1995), Perón y la Iglesia Católica. Religión, Estado y sociedad en la Argentina 1943-1955 Buenos Aires, Ariel. Bianchi, S. (2001), Catolicismo y Peronismo. Religión y Política en la Argentina 1943-1955, Tandil, IESH. Zanatta, L. (1996), Del Estado liberal a la nación católica. Iglesia y ejército en los orígenes del peronismo 1930-1943, Buenos Aires:, Universidad Nacional de Quilmes. Zanatta, L. (1999), Perón y el mito de la nación católica. Iglesia y ejército en los orígenes del peronismo 1943 1946, Buenos Aires, Sudamericana.
  2. Santos Lepera, L. (2011), “La Iglesia Católica y el Peronismo en Tucumán: nuevas miradas desde una perspectiva regional”, Polhis, N° 8, segundo semestre, http://archivo.polhis.com.ar/datos/polhis8
  3. Zanatta, L. (1999), Perón y el mito de la nación católica. Iglesia y ejército en los orígenes del peronismo 1943 1946Op. Cit., pp. 70 – 71.
  4. Maidana, C. (2015) “Los orígenes del peronismo en Entre Ríos: 1943 – 1946”, IV Congreso de Historia e Historiografía, Santa Fe, UNL, 545-557.


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