La construcción de la imagen del “otro”
en el Río de La Plata
Susana Elsa Aguirre (UNLP)
En los primeros meses de 2016 una noticia periodística daba cuenta de los resultados de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el marco del proyecto Lanín-Collón Cura[1]. En pleno ejido de la ciudad de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, se hallaron restos pertenecientes a una mujer, denominada por los investigadores “la doncella de los Siete Manzanos”, cuya datación testimonia su presencia en la zona hace 900 años. La “doncella” habría vivido en el 1300 de nuestra era, formando parte de una comunidad que habitaba en parajes próximos a la cuenca del lago Lácar. Ahora bien, ¿qué tiene de paradigmático este hallazgo en función de la temática de la “otredad”, que es el eje que se aborda en este libro? Casualmente, los estudios realizados en su ADN mitocondrial[2] dieron por resultado que es compatible con el de los mapuches actuales, de tal manera, las evidencias científicas de este acontecimiento tensionan e interpelan fuertemente la construcción discursiva hegemónica sobre la otredad mapuche, que desestima su inclusión como pueblo originario de la Argentina. Se trata de un caso concreto que permite visibilizar la forma en la que esta etnia sigue siendo representada y estereotipada. Los mapuches son considerados “chilenos”, “invasores” y “causantes de la extinción de los tehuelches”, un discurso que hasta nuestros días permea fuertemente el campo científico, -como el de la historia oficial- como también el sentido común de la gente, y que se agita en los medios de comunicación toda vez que se hacen visibles sus reclamos territoriales en la Patagonia Argentina.
La construcción hegemónica de la imagen del otro, en este apartado referida a los indígenas, hunde raíces en el pasado colonial, a partir de la conquista europea del continente americano, pero tiene plena vigencia en el presente y se inscribe en una cuestión más amplia vinculada con la formación impartida sobre el tema en las instituciones educativas en sus distintos niveles. Al respecto, resulta contundente el juicio vertido por el antropólogo Martínez Sarasola al afirmar que “nos formaron en la negación de los pueblos originarios”[3], los cuales han sido sistemáticamente silenciados o invisibilizados, cuando no, agregamos, solamente representados mediante una carga negativa.
En este apartado cinco trabajos se focalizan en el análisis de la otredad aportando fuentes que reflejan las imágenes y las representaciones sobre los indígenas, en su mayoría emanadas desde una perspectiva etnográfica de parte de diversos agentes pertenecientes a la burocracia colonial o republicana, sacerdotes, viajeros, científicos o civiles, que por diversas razones entraron en contacto con aquellos actores sociales. Esos “otros” sobre los que se dice o se narra, en muchos casos eran considerados enemigos, a lo que se sumaba la distancia cultural que mediaba entre el observador que tomaba la palabra mediante la acción de la escritura y, el o los agentes sociales referidos, de allí los prejuicios que lo atraviesan.
Quienes estamos abocamos al estudio de los indígenas e intentamos rescatar sus voces en las fuentes, se nos presenta el desafío de atravesar los distintos filtros presentes en los documentos, porque frecuentemente no son ellos quienes toman la palabra. De allí que a la hora de su interpretación resulte conveniente atender a determinados contextos que son señalados por Nacuzzi (2002) y Nacuzzi y Lucaioli (2011), los cuales remiten a tener en cuenta entre otras cuestiones, cuándo se produce el documento, por ejemplo si se trata de un período de paz o de guerra, quién es el que relata y para quién lo hace, de dónde recibe la información, qué es lo que dice y cómo, de la misma manera, hay que tener presente lo que no se dice, los silencios. Sobre las actas de los tratados firmados entre indígenas e hispanocriollos/criollos, Roulet (2004) alude a la unilateralidad de esos documentos porque suelen reflejar cuestiones favorables a quienes lo redactan, siendo el documento escrito solo un fragmento de lo discutido anteriormente en forma oral entre las partes. En ese caso, el funcionario o agente que domina la escritura está en condiciones de omitir, ocultar o exaltar determinadas cuestiones según su conveniencia.
La singularidad de cada situación analizada en este apartado está atravesada por el contexto social, el clima de época y las particularidades de los grupos que se describen y el tipo de relaciones entablados con ellos. Los tres primeros trabajos están vinculados con los indios insumisos que vivieron en territorios autónomos, por fuera de la frontera meridional del Río de la Plata. En “Alteridades indígenas en la frontera pampeana-nordpatagónica en el período colonial y republicano” quien suscribe presenta fuentes del siglo XVI al XIX, relacionadas con la referida frontera y donde la otredad está configurada por agentes sociales no controlados por las autoridades. Se trata de una frontera que permaneció a lo largo del tiempo con pocas modificaciones en su trazado hasta la consolidación del Estado Nación en la etapa decimonónica. Los primeros documentos testimonian el inicio de la conquista europea en el litoral atlántico del Río de la Plata y las relaciones entabladas entre conquistadores y conquistados mientras que las últimas fuentes reflejan la mirada sobre esos “otros” internos en un momento clave, cuando finalmente se consolidó el proyecto estatal.
“La pluma del cacique: el problema de la escritura indígena” a cargo de Juan Francisco Giordano, incorpora parte de la correspondencia epistolar mantenida entre Saygüeque y Namuncurá en el momento culmine de la formación del Estado Nación. La escritura en manos indígenas tensiona su clasificación como culturas ágrafas, mirada estereotipada que parte de una lógica que prioriza la tecnología usada en la sociedad mayoritaria, desestimado otras modalidades de comunicación en el mundo indígena, por caso, símbolos presentes en la platería y los tejidos (Vezub, 2014). En el trabajo se problematiza en torno a cuánto hay de “indígena” en la “escritura indígena” procurando identificar en la correspondencia todo aquello referido a un “nosotros y los “otros”.
Malena Mazzitelli Mastricchio en “Territorialidades superpuestas en el plano topográfico de Olascoaga, 1879” incorpora una fuente cartográfica, puntualmente el mapa que recopiló Olascoaga elaborado al calor del avance estatal sobre la Patagonia, con su proyecto de territorialización. A través de esta representación se logra desentrañar la presencia de los “otros” internos, que no dejan de ser una configuración tangible, a través de sus topónimos, sus asentamientos y su lengua. La inclusión de esta información, sumado al glosario, se enmarca en el particular momento en el que ese documento es realizado. No obstante, queda claro que la territorialidad “derrotada” no se borra, al contrario, se utiliza como instrumento para construir la apropiación que se inicia con la victoria militar.
Por último, Candela De Luca en “La construcción del territorio: Potosí en el marco de la transformación borbónica. Fuentes para identificar miradas desde y hacia la resistencia indígena”, profundiza en un caso convenientemente situado, sacando a la luz cómo se movieron los distintos actores sociales en un contexto de reformas reales que afectaron muchas veces sus propios intereses. Mediante fuentes de diversa índole, entre ellas, disposiciones de aranceles parroquiales, el expediente sobre la introducción a Potosí de la imagen de Nuestra Señora de Surumi, o la obra de Pedro Vicente Cañete y Domínguez, designado Teniente Letrado y Asesor del Gobierno e Intendencia de Potosí en 1783, en la que reproduce su particular mirada etnográfica, la autora logra escudriñar en el otro indígena.
Bibliografía
Nacuzzi, L. (2002) “Leyendo entre líneas: una eterna duda acerca de las certezas,” en Visacovsky, S. y Guber, R. (Comps.) Historia y estilos de trabajo de campo en Argentina. Buenos Aires, Editorial Antropofagia, pp. 229-262.
Nacuzzi, L. y Carina, L (2011) “El trabajo de campo en el archivo: campo de reflexión para las Ciencias Sociales”, en Publicar, año IX, n° X, pp. 47-62.
Roulet, F. (2004) “Con la pluma y la palabra. El lado oscuro de las negociaciones de paz entre españoles e indígenas”, en Revista de Indias, vol. LXIV, n° 231, pp. 313-348.
Tattersall, I. (2014) El mundo desde sus inicios hasta 4000 a.C. México, Fondo de Cultura Económica
Vezub, J.E. (2014) “La escritura mapuche-tehuelche en español durante la expansión Argentina y Chilena en el siglo XIX”. Consultado en octubre de 2014. Disponible en: https://bit.ly/36FZwZz.
- El arqueólogo Alberto Pérez y la paleontóloga Silvia Rosales lideran el proyecto en el cual, entre otras instituciones, participan la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Maimónides y la Fundación Azara. https://bit.ly/2JDMhzR.↵
- El ADN mitocondrial (ADNmt) se transmite sólo por la madre pasando intacto de una generación a otra, “de este modo el ADNmt es muy útil para rastrear ascendencias a través del linaje femenino dentro de las especies” (Tattersall, 2014, 141).↵
- Entrevista póstuma con C. Martínez Sarasola (2018), Página 12, 18 de junio. https://bit.ly/3mC93Gu.↵