Introducción
La paranoia es un concepto asociado a los llamados trastornos mentales relacionados con distintas formas delirantes, es decir, ideas o pensamientos llamativos y enigmáticos que dan forma a fenómenos autorreferentes. Es común encontrar creencias cercanas al “me persiguen”, “me están observando”. Creer, por ejemplo, que alguien nos escucha desde el televisor o que un ave que nos sobrevuela esconde un micrófono para grabarnos forma parte de la familia de la paranoia, una realidad difícil de comprender y a la que se le prescriben pastillas, dosis farmacológicas que en algunos casos aumentan la ideación suicida y el mismo pensamiento paranoide.
La paranoia impresiona y los delirios persecutorios presionan, no descansan ni dejan descansar a quien los padece. Ninguna línea aquí citada podría, tan siquiera, suponer lo que este grupo de radialistas sienten en su ser.
En la ciudad de Melipilla, que forma parte de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, emite desde el último espacio del dial de la FM, Radio Paranoia. En este capítulo presentamos fragmentos de la conversación sostenida con Jezabel González y Karina Gutiérrez coordinadoras de la radio.
¡1, 2, 3, al aire!
La radio echó su primer grito en un taller que se hizo en el Subcentro de Salud Mental del Hospital San José de Melipilla cuando el calendario se detenía en un día cualquiera del año 2012. Cuando Jezabel González llegó a hacer un reemplazo en ese Subcentro ya venía de otras experiencias en otros dispositivos de Salud Mental. Había participado en un proyecto piloto con compañeros de otra institución en donde producía un programa llamado “amor con locura” y había hecho su tesis de grado relacionada con usuarios, vinculados a Radio Diferencia de Valparaíso.
Según Jezabel y Karina Gutiérrez
“todo nació salpicado por el aliento mágico que nos dejó un primer taller de radio. Todo empezó en el hacer grabaciones muy entre nosotros; ensayos, entrevistas acumulando risas, aciertos, equivocaciones. ¡Sí que nos divertimos! Todo nació entrenando el sentido de la paciencia, la tolerancia y el amor para encontrar un segundo aire para quien está sumergido y alejado de sí y, tras los talleres, llegó la radio”.
Una profesional en rehabilitación y dos profesores, Erick y Paloma, quienes en ese momento llevaban a cabo un taller de música (dentro del programa del hospital), impulsaron el alumbramiento y a ellos se sumaron participantes como Carlos Adasme, Alexander Farias, José Luis Avendaño, Simón Quiroz, Yerko Collao, Maximiliano Espinoza, Diego Barros; es decir, el medio contó con la presencia de seis o siete personas fijas y algunas otras que salían y volvían a entrar. Ya en 2013 Radio Paranoia quedó en manos de la terapeuta ocupacional, Karina, quien asumió la dirección del medio.
Un contexto para entender la realidad
En Chile el tema de las radios comunitarias es muy complejo, cuando estas frecuencias existen lo hacen en condiciones de franca desigualdad en relación con los medios comerciales. En 2017 el país contaba con 147 emisoras en AM y 2.092 en FM. Adquirir una frecuencia comunitaria en el país austral es una realidad casi desequilibrante, mentalmente hablando. Las radios comunitarias no pueden vender publicidad, su antena apenas se ve, tienen un tamaño inferior al permitido a otros medios, su cobertura es minúscula, apenas llega a un par de kilómetros y su transmisor es casi impotente frente a una potencia decente para irradiar un mensaje. Así que, ante este panorama de dificultades en el acceso desde la legalidad y cumplimiento de requisitos, las radios alegales flotan.
Las concesiones en Chile son otorgadas a través de un concurso público y el proceso se inicia con la presentación de una solicitud de apertura, donde se establece la zona o comuna, la ubicación, las frecuencias, las características principales y el tipo de estación que se requiere, todo esto está señalado en la Ley N° 20.433 del año 2010, cuando se creó el Servicio Comunitario y Ciudadano de Radiodifusión de Libre Recepción.
“Aun en la actualidad existen radios comunitarias como la nuestra que funcionan dentro del marco de la alegalidad, a pesar de la existencia de esta Ley, en la cual los procesos de postulación son engorrosos y requieren muchas veces de profesionales especializados en el área de telecomunicaciones para que desarrollen los informes técnicos que solicita la Secretaría de Telecomunicaciones de Chile (SUBTEL) y muchas veces no se cuenta con el recurso económico para financiar dicho trabajo”, comenta Karina.
La realidad chilena en el acceso a la legalidad ha llevado a Radio Paranoia a intentar instalarse en más de un dial, a luchar por un pedazo de aire. Han pasado por casi cinco frecuencias y han dejado de emitir por fallas técnicas y desperfectos de los equipos hasta por periodos de cinco meses.
Para Radio Paranoia no tener un dial en la legalidad y ubicarse al final del cuadrante les representa una dificultad en términos del posicionamiento. Hoy sus sonidos están en 105.9, la última opción en la FM.
Al interior de la radio
Primero un salón destinado para talleres, después el rincón de un gimnasio y luego una oficina. Esos tres han sido los saltos que tras ires y venires hoy les permite contar con un espacio mucho más cómodo, un salón para talleres y reuniones. Tres espacios distintos, un mismo escenario: el Subcentro de Salud Mental.
Hoy, Radio Paranoia funciona dentro de una institución pública y lo hace en dos modalidades: vía online y desde la antena que está ubicada en el hospital, de tal manera que puede emitir 24 horas al día, durante los siete días de la semana. Su grito sólo alcanza seis kilómetros a la redonda y de ahí en adelante su voz se amortigua hasta extinguirse en el aire, el viento se traga las palabras y tras tragarlas, las liquida.
Su actual cobertura le permite llegar a una población principalmente urbana, de estrato social medio – bajo, con características mediadas por lo rural. La altura de la antena es de 14 metros (lo permitido para radios comunitarias es de 18) y la “impotencia” del transmisor es de 15 vatios que, para soñar, sin duda, es poco. La Ley de Medios de Chile, una ley, a todas luces, injusta.
Hoy los profesionales que trabajan en la estación son Karina Gutiérrez, terapeuta ocupacional y Jezabel González, trabajadora social. Las dos están contratadas por el hospital como parte de los programas de rehabilitación y por ello reciben unos honorarios, más no por los servicios que prestan en la emisora ya que la misma está considerada dentro del programa de rehabilitación. Junto a ellas también colabora Víctor Román, terapeuta ocupacional del Programa de Patología Dual.
Para definir los contenidos de los programas:
“hacemos reuniones semanales, pensamos en los temas que nos interesan. Las reuniones inician a las 10:00 de la mañana, cada uno puede traer su tema, pero hay aspectos fijos como inclusión y actividades del hospital. En ese encuentro discutimos sobre la música que se va a emitir y los lineamientos generales de producción que incluyen una práctica positiva como es la de ir en busca de la comunidad, de entrevistas, de hacer reporteria”, asegura Karina.
Todo espacio radial aunque no tenga guion, se vale de una estructura. Muchas de estas formas de planificación pueden no estar escritas pero, de seguro, quien hace radio, las maneja de manera casi automática lo cual, también es cierto, puede hacer que el espacio sonoro caiga en zonas comunes, de repetición y pocas cargas creativas.
Así viven desde Paranoia su estructura radial.
- Bienvenida y saludo a los oyentes.
- Presentación de los locutores y radio controlador.
- Pausa musical.
- Noticias nacionales e internacionales (análisis y opinión de noticias).
- Pausa musical.
- Horóscopo del día.
- Temas de interés propio, de la comunidad o secciones personales de los locutores (top 10, exponentes de la música, más allá de lo evidente, salud, “Inclusivos”, etc.).
- Datos de actividades culturales, municipales.
- Actividad en redes sociales.
- Saludos a quienes escriben o se comunican, etc.
- Despedida.
En la actualidad la emisora emite música 24 horas al día y dentro de esa oferta aparecen los dos espacios radiales que producen. Es decir, Paranoia está conformado por dos producciones emitidas los lunes y miércoles a partir de las 11:00 y hasta la 1:30 de la tarde bajo el remoquete de: “Paranoicos de la mañana”. Esos espacios son grabados y retrasmitidos durante la semana por la FM. El control de calidad de los audios es asumido por Karina y Víctor. Pero, muy a pesar de producir sólo dos programas se asumen como radio ya que tienen antena, estudio, locutorio y programas.
En relación con las dificultades, se advierte que una de ellas es la llegada tarde de algunos de los participantes. Para las coordinadoras crear el hábito de esa puntualidad no ha sido fácil, de tal manera que adaptarse a una rutina propia del medio de comunicación cuesta un poco. El sentido de la responsabilidad por llegar y seguir en el proceso requiere de paciencia y esfuerzos especiales.
Otra de las dificultades para sostener la programación, apuntan las coordinadoras, “podría ser la organización misma de los equipos de trabajo. Quizá en eso debamos reconocer que nos falta más orden, en general la apuesta organizacional siempre trae dificultades y finalmente, podríamos decir que lo más difícil es controlar el comportamiento de quienes locutan los audios, la dispersión de algunos de ellos y claro, el tema de la medicación a la que están sometidos pues eso siempre constituye un aprieto”. La FM no ha recibido capacitaciones en radio y todo su saber se circunscribe al “profesor” YouTube, lo cual, sin duda, constituye una necesidad más que se suma a este esfuerzo colectivo.
Efectos de la radio en los usuarios
La enumeración aquí presentada bien puede ser más amplia, pero a partir del diálogo con Radio Paranoia podríamos decir que los efectos positivos del medio en los usuarios de Salud Mental se pueden resumir en frases dichas por ellos mismos como:
- “Siento que soy capaz de hacer algo”.
- “Me asumo más responsable y creativo”.
- “No somos distintos”.
- “Antes me cerré, no quería venir. Desde que estoy en la radio participo”.
- “He aprendido, de alguna manera, a controlarme”.
- “Sé entender un poco más a los demás”.
- “Ayudo a los compañeros de la radio”.
- “Me siento incluido”.
Reconforta:
- “El ser partícipes en otras instancias como maestros de ceremonias”.
- “Ser invitados a otros lugares”.
Desafíos y urgencias
Una radio sin lucha, en cualquiera de sus denominaciones, pareciera no ser una radio. Desde Paranoia los persigue, también, la locura reiterativa de mejorar su sitio web, lograr una estabilidad económica, hacer un documental fílmico. Para 2025 sueñan con un medio vivo, que aún exista, pues en realidad pueden darse contextos sociales e incluso políticos (principalmente desde el hospital) que interfieran con la continuidad de la frecuencia. Una urgencia actual es poder enriquecer su programación por antena ya que, hasta el momento, transmiten sólo dos espacios semanales y el resto de la grilla es música.
Las prácticas asociadas al manejo del ecosistema digital evidencian, para Radio Paranoia, algunas necesidades como por ejemplo, la actualización de contendidos en sus redes sociales. En relación con las audiencias no les angustia el que no les escuchen masivamente, sería bueno y motivacional, así lo definen, pero no es una gran preocupación para el equipo de trabajo. “Para nosotros, anotan las coordinadoras, es más importante el público interno que el externo. Nos preocupa más la gente del edificio. Hoy sabemos que nos escuchan sus funcionarios y principalmente quienes tengan discapacidad o algún familiar en tal condición”.
Otro desafío al que se enfrenta la estación, “es cambiar el creer generalizado que los usuarios de Salud Mental son personas peligrosas, por lo tanto, rechazadas; o bien incapaces, por lo tanto, infantilizadas; y continua Jezabel, el objetivo de la emisora está orientado a aportar a la rehabilitación o habilitación de quienes padecen esquizofrenia u otra exclusión social”. El objetivo está signado en la pretensión feliz de sentirse útil socialmente y la radio frente a toda adversidad, lo va logrando. Finalmente, una urgencia podría constituir el no tener diseñada una parrilla de programación.
La antena de Radio Paranoia se erige como el emblema de una batalla inconclusa por el derecho a la comunicación, en un contexto adverso e inequitativo para las apuestas radiofónicas que defienden las voces de la diferencia. Nuevos capítulos se seguirán escribiendo desde el éter de Melipilla.
Breves
¿Cómo es la relación de la radio con el Subcentro?
Radio Paranoia es parte de la oferta de atención que brinda el hospital y con apoyo institucional ha logrado instalar un estudio de grabación desde el cual se emite su programa semanal. La relación es positiva. Paranoia es valorada como parte del hospital y de las actividades de rehabilitación que desde allí se realizan. No existe censura alguna por parte del hospital en relación con los temas tratados en los audios.
¿Cuántas personas han pasado a lo largo del tiempo por la emisora?
Entre 25 y 30. Estables hay cinco personas, más dos terapeutas que ocasionalmente colaboran.
Las redes sociales
La participación con las audiencias la hacemos en las redes sociales y el contacto con las personas en la calle, en el barrio. Usamos Facebook y Twitter; no tenemos canal de audios, ni de videos.
El sostenimiento económico
No se reciben aportes económicos estables desde ninguna institución aparte del financiamiento de los servicios básicos (luz, agua, internet) que cancela el hospital. En cuanto a ayudas económicas externas, estas están sometidas a concursos públicos, y fue así como el Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS) en el año 2015 nos financió con aproximadamente 14 millones de pesos para infraestructura y mejoramiento de equipos. También se recibió en una oportunidad financiamiento municipal, aproximadamente 300 mil pesos, que se utilizaron para compra de un equipo específico; el resto es todo autogestionado. Desde antes de existir la radio, usuarios y usuarias se encuentran constituidos como Organización Social Comunitaria Caminando Hacia el Futuro.
Ficha técnica
Nombre |
Radio Paranoia Melipilla |
Año de inicio |
2012 |
Horario de emisión |
Lunes y miércoles 11:00 a.m. |
Frecuencia |
105.9 FM |
Coordinadores |
Jezabel González, Karina Gutiérrez, Víctor Román |
Correo electrónico |
radioparanoiamelipilla@gmail.com |
Ciudad, país |
Santiago de Chile, Chile |