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5 El Compromiso de la Familia en la Educación[1]

Lucía Argibay Molina y María Eugenia Arias[2]

Resumen

El objetivo de este trabajo es analizar un nuevo paradigma de la relación familia-escuela: “El Compromiso de la Familia en la Educación” (Family Engagement in Education) y describir el modelo de “Desarrollo de las Capacidades Duales” diseñado por la Dra. Karen L. Mapp. A tal fin se explorará su propósito y sus contenidos en base a recientes investigaciones científicas, estudio académico y prácticas en distintos distritos en Estados Unidos.

Este paradigma empodera a las familias, maestros y directores para comprender expectativas mutuas, dialogar con la intención de llegar a acuerdos y compartir la responsabilidad en el aprendizaje del niño. Se trata de desarrollar habilidades para trabajar colaborativamente con el foco puesto en los desafíos de aprendizaje. Si la familia está comprometida, el niño tiene más oportunidades de desarrollar su potencial y lograr un mejor rendimiento académico.

Esta nueva mirada se enmarca en la práctica de “Liderazgo Adaptativo” (Heifetz & Linsky, 2003), donde liderar es movilizar a una comunidad a enfrentar sus desafíos más difíciles. Se trata de crear equipos, generando confianza, requisito indispensable para encarar los retos educativos del SXXI.

Palabras claves:

Compromiso familia educación, relación familia-escuela, liderazgo educativo.


Abstract

The purpose of this paper is to analyze a new paradigm of family school relationships: “Family Engagement in Education” and to describe “The Dual Capacity-Building Framework for Family–School Partnership” designed by Karen Mapp, Ed. D. Its fundamental purpose and contents will be explored in recent scientific research, academic studies and practices in different districts within the United States of America.

“Family Engagement in Education” empowers families, teachers and principals to understand mutual expectations, discuss to get agreements and share responsibility in child’s learning. It entails developing abilities to work collaboratively focused on learning challenges. If a family is engaged, the child has more opportunities to develop his/her full potential and get better academic results.

This new perspective is framed in the practice of Adaptive Leadership (Heifetz & Linsky, 2003) that means the practice of mobilizing people to tackle tough challenges and thrive. Making teams work where, building confidence to face the educative challenges of the XXI century.

Key words:

Family engagement in education, family-school relationship, school leadership.


Introducción

En el pasado, familia y escuela, trabajaban eficientemente, compartían valores y cada uno se ocupaba con esmero de su responsabilidad específica. Era una época en que las responsabilidades se asumían en forma separada. Las familias dejaban a sus hijos en la escuela con la confianza en que los maestros y las autoridades escolares cumplirían sus tareas con idoneidad y profesionalismo. En un documento del Ministerio de Educación español (2015) elaborado por los consejos escolares, se expresa que:

“(…) en el pasado, esas relaciones se consideraron habitualmente desde la perspectiva de una división de funciones, planteando que la familia era la institución encargada de la socialización de los niños y la escuela responsable de la enseñanza de conocimientos” (p.7).

En la actualidad, la revolución informática, la incorporación de la mujer al mundo laboral, el poder de los medios de comunicación en la vida cotidiana, el mundo globalizado, entre otros factores impactaron fuertemente a las familias y a las instituciones educativas, cuestionando principios, valores, conocimientos y tradiciones culturales. En el documento español citado anteriormente, se agrega que:

“Los cambios experimentados por la sociedad han contribuido a desdibujar, cada vez más las fronteras entre ambas instituciones y sus funciones respectivas. […] en las últimas décadas la escuela ha empezado a asumir en muchas ocasiones aspectos de la socialización primaria que antes correspondían a las familias y que, en paralelo, los medios de comunicación y la tecnología permiten que buena parte del aprendizaje que tradicionalmente se consideraba escolar se adquiera en otros entornos, entre ellos el familiar” (p.7).

Hoy en día, el vínculo familia y escuela se ha debilitado, cada uno ocupando un lugar solitario en orillas opuestas y enfrentadas, en medio del río, los niños, desconcertados, no saben qué rumbo tomar y se dejan llevar.

Los padres se quejan, dicen que los maestros están mal preparados y que saben poco. Los maestros se quejan de los padres, que no se hacen cargo de lo que les toca. La familia y la escuela, cada uno por su lado, señala al otro como único responsable cuando las cosas no salen como se esperan.

“Estas dos instituciones suelen caer en la trampa de enfrentarse y al mismo tiempo elaborar un discurso común de condena y compartir una misma sensación de impotencia y desvalorización. Esto lleva a un desgaste donde se observa una abdicación de la autoridad y del rol propio de la familia en favor de los colegios, revistiéndolos de una misión casi redentora y poniendo en ellos expectativas que sobrepasan sus finalidades propias” (Barros, J. 1999).

La Argentina no es ajena a estos cambios. Mora y Araujo (2015) preguntó a directivos de una escuela privada de clase alta cuáles eran a su juicio los mayores problemas de esa institución:

“Realmente el mayor de nuestros problemas son los padres de los alumnos. Los valores que les inculcan en sus hogares no se realimentan con los que inculca la escuela, más bien, en muchos casos, se les oponen” (p.13).

Padres, directivos y maestros saben que es muy conveniente y aconsejable que escuela y familia compartan los valores. Epstein (2011) sostiene:

“Es la familia la que va a la escuela con sus hijos, aunque no vallan personalmente, la familia va en el corazón y la mente de los niños y en sus sueños y esperanzas. Sin excepción los maestros tienen contacto explícito o implícito con la familia cada día”.

Esta crisis educativa compleja requiere una respuesta adaptativa, un cambio de paradigmas. Familia y escuela deberían comenzar a acercar posiciones con el objetivo final y central de mejorar la educación académica e integral de los hijos-alumnos.

Se debería dar una respuesta que ayude a construir un puente desde las orillas, un puente de ida y vuelta, donde familia y escuela compartan la responsabilidad de la educación de la niñez y adolescencia; una respuesta empática que ayude a comprender qué es lo que le pasa verdaderamente a cada uno de los que forman parte del sistema familia-escuela, para arribar a un buen puerto. Un lugar donde familia y escuela sean socios en la educación de los niños y jóvenes.

Consideramos que el modelo del “Compromiso de la Familia en la Educación” revaloriza y revitaliza la vocación y misión de ser padres y educadores. Es un deber y un derecho de los padres abogar por la educación académica e integral de sus hijos. Quallbrunn & Saint Amant (2011, p.12) sostienen que:

“La revalorización de los padres en la formación de los niños y el acuerdo constante entre ellos y los docentes es esencial para lograr la educación integral.”

El estudio PISA sobre el Compromiso de la Familia en Educación (2010) muestra el impacto positivo que tienen las familias involucradas en la educación de sus hijos.

“Los indicadores claves son: mejores índices de adquisición de alfabetización, mejores calificaciones y resultados académicos, mejor adaptación a la escuela y mayor regularidad de asistencia a clase. Adquirieron habilidades sociales y mejor comportamiento, completaron sus estudios y continuaron en el nivel terciario o universitario” (p.7).

Este trabajo está articulado en dos partes. En la primer parte, analizaremos el concepto del “Compromiso de la Familia en la Educación” y lo definiremos enmarcado en las teorías de Liderazgo Adaptativo y de Terapia Familiar Sistémica. En la segunda parte describiremos el “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales” diseñado por Dr. Mapp y Dr. Kuttner.

El objetivo de este trabajo ha sido explorar y analizar el paradigma del “Compromiso de la Familia en la Educación” y describir el “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales” como respuesta a la creciente necesidad de acercar familia y escuela para que el niño tenga mejores oportunidades de aprendizaje y desarrollo integral.

Metodología

Realizamos un trabajo de revisión bibliográfica a partir de la compilación, síntesis e interpretación crítica del material adquirido. Las fuentes de acceso a la información fueron libros, artículos científicos y aportes bibliográficos de la experiencia de estudio en el curso: Family Engament in Education: Creating Effective Home and School Partnerships For Student Success, en la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard. Como fuentes secundarias se consultaron revistas científicas e índices electrónicos tales como Google académico y EBSCO. Para realizar la búsqueda bibliográfica se utilizaron palabras claves tales como: compromiso familia educación, relación familia-escuela, liderazgo educativo, teoría sistémica.

I. Compromiso de la Familia en la Educación

Familia y escuela saben que deben trabajar en equipo pero… ¿Por qué no se logra concretar eficaz y sistemáticamente? Quizás sea relevante aprender y desarrollar habilidades en ambos para poder lograrlo. Por ejemplo los remeros en una carrera de regatas, saben que deben estar en el mismo bote pare remar juntos, obviamente, pero de nada sirve si ese esfuerzo no es coordinado. Se necesita que ellos compartan no solo la responsabilidad de remar si no también los conocimientos de la fuerza y de la técnica de un trabajo en conjunto para poder obtener los mejores resultados en la carrera.

Familia y escuela no pueden hacer el esfuerzo de educar cada una por su lado. Siegel (2015) afirma que:

“En la historia de la humanidad, nos hemos mantenido unidos en comunidades, con adolescentes explorando e independizándose mientras se mantienen una variedad importante de interacciones instructivas con los adultos. Estos hilos conectores se han estirado en el mundo actual, a veces con las consecuencias negativas de soledad y enajenación. Estamos hechos para vivir en comunidad, hechos para la conexión con otros […] Es vital mantener los hilos de conexión y comunicación abiertos y recordar que jóvenes y adultos necesitamos ser miembros de una comunidad conectada” (p.27).

I.II. Liderazgo Educativo

El “Compromiso de la Familia en la Educación” está relacionado con el liderazgo educativo que implica movilizar a todos los que forman parte del sistema familia-escuela en pos de una mejora de resultados académicos y calidad educativa. Guadagni (2015 p. 18):

la educación nos debe importar primordialmente a todos, ya que su situación actual conspira contra la posibilidad de desarrollarnos en forma integral.”

El “Compromiso de la Familia en la Educación” se entiende dentro del modelo del Liderazgo Adaptativo de Heifetz & Linsky (2003), un modelo que se construye a medida de cada institución y cultura.

Heifetz, Grashow & Linsky definen el liderazgo adaptativo como

“la práctica de movilizar a personas a enfrentar sus desafíos más difíciles, evolucionar y desarrollarse a partir de ellos” (2009, p.14).

Se caracteriza por anclarse en valores y competencias, tener propósito y estrategias para enfrentar esos desafíos que resultan complejos. Desarrolla las capacidades de las personas y las compromete a reflexionar sobre qué se debe mantener y qué no de los atributos culturales del sistema. Requiere experimentar, improvisar e invertir en recursos. Desde esta mirada, el ejercicio de liderazgo valora la diversidad y los diferentes puntos de vista.

Se trata en primera medida de escuchar a las partes involucradas, conocer sus propósitos y expectativas, poner los temas sobre la mesa y construir acuerdos. Se necesitarán muchas conversaciones entre familias, directivos y maestros para que ambos conozcan los propósitos y expectativas del otro y expresen los propios. Se requiere explicar prácticas, entender sus razones y objetivos detrás de ellas.

“Hablar de temas que preocupan tanto a padres como maestros de forma asertiva y positiva fortalece el vínculo entre los adultos educadores y beneficia al niño que recibe un mensaje coherente” (Arias & Argibay Molina, 2014, p.526).

Hay conversaciones que fluyen con armonía y cordialidad, pero también hay conversaciones que resultan difíciles cuando las miradas o los valores detrás de las acciones de familia y/o escuela no coinciden o inclusive a veces, son radicalmente opuestas.

Respecto a estos enfrentamientos entre familia y escuela, a veces los directivos temen o evitan a los padres enojados. En estos casos se pierden la oportunidad de sumar diferentes visiones y perspectiva para solucionar los posibles inconvenientes que pudieran haber surgido.

Michele Brooks ha sido una madre disconforme con la escuela y con lo que el sistema educativo proporcionaba a sus hijos. Ésta fue la razón principal por la cual se involucró en la educación. En la actualidad Brooks ocupa el puesto de Asistente del Superintendente del Compromiso Familiar y Estudiantil de las Escuelas Públicas de Boston. Brooks (2015) sostiene que: “no hay que temer al padre enojado, pues es el que tiene la energía para hacer el trabajo.” Además agrega: “Cada padre que entra al edificio escolar, entra con su propia experiencia educativa”.

El liderazgo adaptativo genera cambios o pérdidas y requiere habilidad para poder sostener a las personas involucradas. Heifetz & Linsky (2003, p.25) sostienen que si

“el liderazgo consistiera en dar buenas noticias a la gente, la tarea sería fácil (…). Las personas no se resisten al cambio en sí mismo, se resisten a la pérdida.”

El liderazgo en los desafíos adaptativos genera pérdidas. El aprendizaje es usualmente doloroso. La innovación de una persona puede causar que otra persona se sienta incompetente, traicionado, o irrelevante. (Heifetz, Grashow & Linsky, M., 2009, p.16)

También se necesita tiempo para consolidar los nuevos procesos, cambios y persistencia para construir la nueva cultura requerida para mejorar la escuela y lograr mejores resultados académicos.

Heifetz & Linsky (2003) distinguen desafíos técnicos y adaptativos. Llaman problemas técnicos:

“cuando las personas afrontan problemas para los cuales en realidad poseen los conocimientos y los procedimientos necesarios” (p.27).

Y problemas adaptativos:

“a los que no dependen de la destreza de la autoridad ni de los procedimientos operativos. (…). Son los que requieren experimentos, nuevos descubrimientos y adaptaciones desde numerosos ángulos en la organización o en la comunidad” (p.27).

En este marco teórico surge el “Compromiso de la Familia en la Educación” como respuesta adaptativa que intenta abordar los desafíos complejos que presenta en la actualidad la relación familia-escuela.

I.III. Definición del Compromiso de la Familia en Educación

Se podría pensar al “Compromiso de la Familia en Educación” como un camino que brinda mayores oportunidades de aprendizaje a los alumnos. A la vez, es un camino que favorece la integración de la familia, la escuela y la comunidad en pos de una mejor calidad e inclusión educativa.

Gibbling, Hunter & Sirmais (2014, p.7) afirman que Mapp define al “Compromiso de la Familia en Educación” (Family Engagement) como

“cualquier actividad en que los tutores (padres biológicos, padres adoptivos, hermanos, abuelos, etc.) sostienen eficazmente el aprendizaje y el desarrollo saludable de los niños y jóvenes.”

Enumera varios roles que las familias encarnan cuando están eficazmente comprometidas en la educación de sus hijos y las mejoras de la escuela. Estos roles son: sostenedores, innovadores, facilitadores, modelos, personas que toman decisiones, colaboradores y co-creadores. Gibbling et al. (2014, p.7) agregan que Mapp enfatiza: “Debemos dejar de ver a los padres como clientes y empezar a verlos como socios.”

El compromiso de la Familia en Educación está relacionado con los beneficios de los estudiantes, incluyendo la adaptación escolar, mejores resultados académicos, mejores habilidades sociales, mejor comportamiento y mejores posibilidades de graduación en nivel terciario o universitario.

“Evidencias relevantes indican que las creencias, actitudes, valores y prácticas de crianza de los padres, así como la comunicación entre familia y escuela están relacionadas con mejores resultados académicos” (Harvard Family Research Project, 2014, p.2).

La definición del “Compromiso de la Familia en la Educación” se basa en tres principios fundamentales:

1. Responsabilidad Educativa Compartida: escuela y otras entidades comunitarias se comprometen a invitar a las familias a participar activamente en la educación de sus hijos. Y éstas, a la vez se comprometen a acompañar el aprendizaje y las etapas evolutivas de los niños. Familia y Escuela deberían conversar sobres sus responsabilidades complementarias y arribar acuerdos sobre cuáles serán los roles de la familia: consumidores de educación o socios en el aprendizaje.

2. Educación continua y duradera a lo largo de la vida de los niños: Implica ir modificando los roles de los padres, adecuándolos a la edad y etapa evolutiva de sus hijos. A medida que los niños van avanzando en el sistema escolar, los roles de la familia se debieran adaptar a la etapa evolutiva que transitan. No es lo mismo el acompañamiento requerido en el Nivel Inicial que en Nivel Primario o Secundario.

3. Múltiples Escenarios: el “Compromiso de la Familia en la Educación” es efectivo cuando se lleva a cabo en los distintos escenarios donde los niños aprenden, no sólo en la escuela, sino que también en la casa, en la iglesia, campamentos, actividades extra-curriculares, clubes, etc. Los comportamientos y hábitos familiares que promueven actividades de aprendizaje brindan mayores oportunidades donde el niño pueda desarrollar sus potencialidades.

I.IV. Terapia Familiar Sistémica

Este nuevo enfoque de la relación familia- escuela se basa en la Terapia Familiar Sistémica. Mapp (2002) utilizó el concepto de coparticipación de Salvador Minuchín para describir el modo en que la escuela deber salir al encuentro de todas y cada una de las familias que forma parte de la comunidad escolar.

Minuchín establece que

“entran en coparticipación dos sistemas sociales para un propósito específico y por un plazo determinado” (1983, p.43).

Es importante para Minuchín el trabajar con las familias siguiendo las mismas metas, desde un plano de humildad en que las familias ayudan al terapeuta a comprender que es lo que vive y sucede en esa familia particular. Según Minuchin (1983), el terapeuta:

“(…) busca los aspectos positivos y se empeña en reconocerlos y premiarlos. También detecta sectores de sufrimiento, de dificultad o tensión y da a entender que no pretende evitarlos, pero que responderá a ellos con delicadeza. (..) Cuando confirma los aspectos positivos de las personas, el terapeuta se convierte en fuente de autoestima para los miembros de la familia” (p.47).

Después de estudiar a Minuchín, Mapp (2002, p.56, 67) en su trabajo Having Their Say. Parents Describe Why And How They Are Engaged In Their Children’s Learning, identificó tres momentos en la coparticipación: bienvenida, respeto y conexión interpersonal.

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Mapp integró tanto las teorías de liderazgo adaptativo de Heifetz & Linsky (2003) como de la Terapia Familiar Sistémica de Minuchin (1983) para diseñar el “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales”.

II. El Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales

En este apartado describiremos el “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales” (The Dual Capacity-Building Framework for Family–School Partnership ) diseñado por la Dr. Karen L. Mapp y Dr. Paul J. Kuttner. Este modelo ha sido adoptado por el Departamento de Educación de Estados Unidos y aplicado en distintas escuelas y distritos de ese país.

El “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales” fue diseñado en base a investigación académica y prácticas que han demostrado el impacto positivo que provoca el involucramiento de las familias en los resultados académicos de los alumnos y en la calidad educativa de la escuela. Es decir, si la familia está involucrada, el niño tiene mejores oportunidades de enfrentar con éxito los desafíos de aprendizaje. En este sentido lo expresado por Mapp & Kuttner (2013):

“Más de 50 años de investigación vinculan los diversos roles que la familia juega en la educación de un niño como personas que brindan sostén, estimulándolos con valor y determinación, siendo modelos de aprendizaje y defensores del más adecuado programa educativo para sus hijos; con indicadores que incluyen: calificaciones de alumnos, resultados de rendimiento escolar, tasas de deserción más bajas, sentido personal de competencia y eficacia para el aprendizaje y valoración de la educación” (p.5).

Este modelo fue establecido como el andamiaje necesario para el desarrollo de políticas educativas, programas y estrategias para la implementación del “Compromiso de la Familia en la Educación” (Family Engagement in Education).

Quisiéramos resaltar que el objetivo de este modelo es servir de guía o de “brújula”, que presenta objetivos, metas y condiciones para iniciar el camino del “Compromiso de la Familia en la Educación” (Mapp & Kuttner, 2013, p.6). Podemos afirmar que este modelo establece las bases o los principios fundamentales que debe reunir cualquier tipo de estrategia que tenga como propósito comprometer a la familia en la educación.

Este “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales”, rompe con la presunción de que los educadores del niño, tanto padres como maestros y directivos cuentan de forma “innata” con las habilidades o capacidades necesarias para trabajar colaborativamente. Así lo afirman

Mapp & Kuttner (2013):

“Estos mandatos se basan a menudo en un supuesto fundamental: que los educadores y las familias encargadas de desarrollar alianzas eficaces entre familia y escuela ya poseen la confianza y las aptitudes, conocimientos, y creencias -en otras palabras, la capacidad colectiva para implementar y mantener adecuadamente la relación familia-escuela” (p.5).

Si bien ambas instituciones concuerdan y valoran en forma positiva la importancia de que familia y escuela trabajen juntos, se advierte que los maestros y directivos no cuentan con la suficiente formación profesional para involucrar a las familias en la educación. De esta forma se pierde una oportunidad de trabajar colaborativamente.

Por otro lado, los padres no se involucran adecuadamente en la educación del niño, ya sea por cuestiones culturales, socio-económicas o por la experiencia personal dentro del sistema educativo.

La experiencia personal del alumno pesa siempre, haya sido esta positiva o negativa. También deja huella la tradición familiar en la participación en la educación de los hijos.

Consideramos que lo novedoso de este modelo no radica en demostrar sólo el impacto positivo que tiene en la educación del niño cuando familia y escuela trabajan juntos, sino que moviliza a trabajar de una manera diferente para poder lograrlo, quizás sea más complejo este proceso, pero seguramente tendremos más y mejores frutos.

Los educadores (familia y escuela) necesitan poder desarrollar habilidades o capacidades para poder trabajar juntos. Los maestros y directores deberán contar con habilidades necesarias para poder salir al encuentro de las familias y comprometerlas en la educación de sus hijos. Y los padres deberán poseer las habilidades necesarias para comprometerse adecuadamente con la educación de sus hijos. Es importante que ambas partes desarrollen las capacidades requeridas para que las distintas estrategias adoptadas puedan funcionar adecuadamente.

II.I. Condiciones Necesarias

Como dijimos previamente, para que cualquier estrategia pueda llevarse a cabo satisfactoriamente, es necesarios que estas iniciativas sean establecidas “a medida” teniendo en cuenta los desafíos de aprendizaje, la cultura institucional, el contexto y las características particulares de esa comunidad educativa.

Este modelo además sugiere que se tengan en cuenta ciertas condiciones referidas al proceso y organización para que las estrategias puedan ser desarrolladas adecuadamente.

A. Condiciones referidas al proceso.

Para comenzar, quisiéramos aclarar que

“el término proceso se refiere a la serie de acciones, operaciones y procedimientos que forman parte de cualquier actividad o iniciativa” (Mapp & Kuttner, 2013, p.9).

El “Modelo de Desarrollo de la Capacidades Duales”, establece como esenciales algunas condiciones para cualquier iniciativa que tenga como objetivo el “Compromiso de la Familia en la Educación”.

Estas condiciones son:

  • Vinculadas al aprendizaje: iniciativas que deben estar focalizadas en los desafíos de aprendizaje del alumno. Deben estar alineadas con los objetivos académicos de la escuela y del distrito escolar.
  • Relacionales: aspecto fundamental y esencial de estas estrategias es la construcción de confianza y respeto en la relación familia-escuela. Esta relación es la base sobre la cual se edifica el Compromiso de la Familia en Educación.
  • Desarrollo: estas estrategias deben centrarse en la construcción o desarrollo de capacidades intelectuales, sociales y humanas de todos los “stakeholders” (parte interesada) que participan en el programa.
  • Colectivas/Colaborativas: el aprendizaje y desarrollo de las habilidades se hace en grupo y se concreta en la construcción de redes y comunidades de aprendizaje.
  • Interactivas: estas estrategias proveen a los participantes de oportunidades para la práctica y aplicación de las nuevas habilidades.

B. Condiciones referidas a la organización

El “Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales” establece también las condiciones necesarias que debe cumplir la organización, para poder sostener y mantener las iniciativas o estrategias que tengan como objetivo el “Compromiso de la Familia en la Educación”.

Éstas deben ser:

  • Sistematizadas: estas estrategias deben ser establecidas como una parte central de las metas educativas y no como iniciativas ocasionales.
  • Integradas: estas estrategias deben imprimir carácter a la cultura institucional y desarrollarse en todos los niveles de la escuela. Deben enmarcarse dentro del proyecto educativo institucional, también formar parte de la estructura y proceso: Ej. formación y desarrollo profesional, enseñanza y aprendizaje, currículos y colaboración con la comunidad.
  • Sostenidas en el tiempo: para ello se requieren recursos e infraestructura adecuada que puedan dar el soporte necesario al programa.

II.II. Objetivos del programa

Como expresamos anteriormente, los educadores del niño (familia y escuela) requieren desarrollar habilidades o capacidades para poder trabajar juntos, poniendo el foco en los desafíos de aprendizaje.

“Este modelo se basa en investigaciones que sugieren que las asociaciones entre la familia y la escuela sólo pueden desarrollarse y prosperar si tanto padres y maestros/directivos tienen la capacidad colectiva para participar en la asociación existente” (Mapp & Kuttner, 2013, p.11).

Por tal motivo, el objetivo central de este programa es dual, pues pretende desarrollar capacidades o habilidades tanto en maestros/directivos como en las familias. No es efectivo que sólo se formen o desarrollen las habilidades docentes, se requiere que ambas partes se encuentren en un nivel de paridad, para comprender las expectativas educativas y estar en sintonía.

Mapp & Kuttner (2013) han desglosado esas habilidades en cuatro componentes: las han llamado las “4-C´s” en inglés: Competence, Connection, Confidence y Cognition.

Competencia: Capital humano, habilidades y conocimientos.

Los maestros y directivos deben llegar a ser expertos, es decir acceder a un conocimiento profundo sobre los recursos y herramientas con las que cuentan en la comunidad educativa donde trabajan. Además, necesitan habilidades para poder construir relaciones de confianza y respeto con las familias. (Mapp & Kuttner, 2013)

Asimismo,

“las familias necesitan el acceso al conocimiento sobre el aprendizaje de los alumnos y el funcionamiento del sistema escolar. También necesitan habilidades en actividades de promoción y apoyo a la educación” (Mapp & Kuttner, 2013, p.10).

Conexión: Importancia de las relaciones y redes- capital social

Las familias y el staff escolar necesitan acceder al capital social a través del fortalecimiento de redes interculturales, construidas a partir de la confianza y el respeto. Estas redes deben incluir las relaciones entre familia y staff escolar relaciones entre padres, y la vinculación con el resto de la comunidad. (Mapp & Kuttner, 2013)

Confianza en uno mismo: Seguridad

Los educadores del niño (maestros/directivos y padres) necesitan saberse eficientes para comprometerse en el trabajo colaborativo. (Mapp & Kuttner, 2013)

Cognición: de los supuestos, creencias y cosmovisión de la persona.

Los maestros/directivos y las familias deben comprometerse a trabajar como “socios” y deben creer en el valor de esa relación para que el niño tenga mejores oportunidades de aprendizaje. (Mapp & Kuttner, 2013)

II. III. Resultados

Si la familia y el staff escolar logran desarrollar las “4 C´S”: Competencia, Conexión, Confianza y Cognición, estarán en condiciones de lograr comprometerse y trabajar colaborativamente apoyando de forma eficaz el aprendizaje y rendimiento de los alumnos. (Mapp & Kuttner, 2013)

Según lo dispuesto por este modelo los maestros y directivos formados para comprometer y trabajar colaborativamente con la familia podrán:

  1. Honrar y reconocer a las familias sus conocimientos previos, sus habilidades y las distintas maneras para comprometerse en la educación del niño.
  2. Establecer y mantener culturas escolares que den la bienvenida, inviten, y promuevan el compromiso de la familia.
  3. Conectar toda iniciativa o estrategia que tenga como objetivo el Compromiso de la Familia con el aprendizaje del alumno.

Asimismo establece que las familias que tengan habilidades para trabajar en forma conjunta con la escuela, podrán comprometerse de distinta manera ((Mapp & Kuttner, 2013):

  1. Acompañando el aprendizaje y desarrollo de sus hijos.
  2. Inspirando una identidad de logro y una imagen positiva de los hijos.
  3. Monitoreando el tiempo y comportamiento, poniendo límites y potenciando los recursos de sus hijos.
  4. Siendo modelos de aprendizaje permanente y el entusiasmo por la educación.
  5. Representando a sus hijos para mejorar sus oportunidades de aprendizaje.
  6. Tomando decisiones sobre distintas opciones educativas para sus hijos, la escuela y la comunidad.
  7. Colaborando con los maestros/directores y miembros de la comunidad sobre asuntos relacionados a mejorar la calidad educativa de la escuela.
  8. Para que estas estrategias cumplan con su cometido, requieren que se tenga en cuenta el contexto y la cultura institucional de la escuela, es decir que deben ser “hechas a medida” de los desafíos adaptativos que se presenten, ya sea de aprendizaje o de características propias de la comunidad educativa donde serán aplicadas.

Conclusión

“El Compromiso de la Familia en la Educación” es una respuesta adaptativa (Heifetz & Linsky, 2003) a los problemas de relación familia-escuela que impactan directamente en el aprendizaje, que debiera tenerse en cuenta si pretendemos mejorar la calidad educativa y ofrecer mejores oportunidades para que los alumnos puedan desarrollar sus potencialidades.

Consideramos que “El Compromiso de la Familia en la Educación” es una dinámica relacional para abordar los desafíos de aprendizaje a través del trabajo colaborativo de

familia y escuela. Invita a re descubrir la misión de ser educadores, situando al niño en el centro.

Mapp eligió la palabra engagement (compromiso) en vez de participation (participación), que era la más utilizada hasta entonces para describir la forma de relación entre familia y escuela. Esta elección se debe a que engagement o compromiso conlleva un mayor desafío, la familia se involucra no solo porque ha sido “participada” sino porque la educación de sus hijos es su misión fundamental. La escuela la reconoce y la recibe como tal.

Nos impactó lo apropiado de la palabra compromiso para referirse a la relación familia-escuela, teniendo en cuenta su etimología. Compromiso deriva del Latín, compromissum (Vox, 1991, p.96), que significa compromiso, convenio. Está compuesta por tres partes:

  • Com (con)[3]: implica otros. Este paradigma es relacional, se apoya en vínculos (familia-escuela, alumnos-maestros, padres-maestros, alumnos-alumnos, familia-familia, etc.). Se construye en encuentros personales, en conversaciones, en diálogos de ida y vuelta.
  • Pro: preposición que significa hacia delante, la mirada del paradigma está totalmente enfocado hacia delante, en performances y resultados académicos de los alumnos. Éste es el propósito común que une a padres y maestros en la tarea de trabajar juntos.
  • Missum: acción de enviar, misión, encargo. Se reafirma la misión familiar de educar a los hijos integralmente. Es la familia donde los niños y jóvenes pasan la mayor parte de su vida y donde más se aprende. La familia no puede educar sola sino que necesita de otros que compartan sus valores, expectativas y sueños. La institución educativa, el club, la parroquia son esos otros.

Mapp & Kuttner (2013) diseñaron “El Modelo de Desarrollo de las Capacidades Duales” para construir una sólida relación familia-escuela con el propósito común del aprendizaje integral de los alumnos.

Este modelo es considerado una herramienta de orientación (brújula), cuyo objetivo es establecer los principios fundamentales que debe cumplir cualquier estrategia que tenga como propósito comprometer a la familia en la educación. Es decir, Mapp presenta este modelo como una hoja de ruta para comenzar, continuar o reencauzar el “Compromiso de la Familia en la Educación”.

Consideramos que este modelo es viable porque se diseña a medida de la comunidad educativa a aplicarse. Es decir que se tendrán en cuenta los desafíos de aprendizaje, la cultura institucional, el contexto y las características particulares de esa comunidad.

Lo fundamental de este modelo es que considera que los educadores no cuentan de forma “innata” con las habilidades necesarias para trabajar colaborativamente en pos de los desafíos de aprendizaje. Estas habilidades se desarrollan de manera dual. Si padres y maestros, se capacitan juntos, se convertirán en verdaderos socios, asegurando a los alumnos un mensaje coherente.

El “Compromiso de la Familia en la Educación” nos interpela a padres y maestros acerca de nuestra misión como educadores, nos invita a un cambio de perspectiva, nos moviliza a responsabilizarnos de los que nos toca, nos prepara para establecer una cultura que genuinamente honre y respete el conocimiento que las familias aportan a la comunidad educativa.

“Alone we can do so little; together we can do so much”.

Helen Keller

Bibliografía

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Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España (2015). Las relaciones entre familia y escuela. Experiencias y buenas prácticas, XXIII Encuentro de Consejos Escolares Autónomos y del Estado. ISBN 978-84-369-5628-3

Minuchin, S., Fischman H.C. (1983). Técnicas de Terapia Familiar. Barcelona: Ediciones Paidós.

Sánchez, E. (1993), “La Relación Familia-Escuela”, en Quintana Cábanas, J.M. (ed.), Pedagogía Familiar, Narcea, S.A. de Ediciones, Madrid.

Siegel, D. J. (2015) Brainstorm, The Power and Purpose of the Teenage Brain. New York: Penguin.


  1. Family Engagement in Education.
  2. Universidad Austral, Escuela de Educación, Instituto de Ciencias para la Familia, luciaargibay@gmail.com / meugenia.arias@gmail.com.
  3. “Con” se modificó por las reglas ortográficas del castellano.


2 comentarios

  1. Jaime Acevedo Leyva 04/02/2017 7:59 pm

    Muy bueno el artículo. Me sirvió mucho

  2. caninita 29/01/2018 10:46 pm

    Excelente artículo. Me fue muy útil para un taller que estoy preparando para un grupo de padres de mi escuela.

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