María Verónica Gurucharri[1]
Palabras clave: proyectos de investigación, tesis, problema de investigación, objetivos, metodología.
1. Introducción
La precisión y la coherencia son dos características imprescindibles que deben tener todos los proyectos de investigación. Tratándose de ciencias sociales, estos atributos suelen ser una gran dificultad para los alumnos. Este obstáculo para definir, describir y explicar con claridad se visualiza no solo en el planteo del problema de investigación, sino a lo largo de todo el proyecto, incluso durante la tesis.
Por otro lado, la transición de la lluvia de ideas a la concreción en un problema es la etapa de la investigación que explicitan como la más difícil. Y es lógico que esto sea así, ya que se enfrentan con el desafío de identificar hechos o acontecimientos históricos que requieren ser investigados como objetos de estudio, de manera mutidimensional. La realidad es muy compleja, y recortar una parte pequeña de ella y abordarla con originalidad no es una empresa fácil. Los tesistas aquí deben dar cuenta de los saberes adquiridos durante toda la carrera, recurriendo a los conocimientos alcanzados, pero también reinterpretándolos con una mirada crítica.
Otra dificultad que viven los alumnos consiste en articular correctamente las distintas partes del proyecto y, posteriormente, de la tesis. Los diferentes apartados son como islas, terrenos aislados, cuando en realidad deberían estar enlazados, no solo por el contenido, sino también en la redacción, de manera tal que la lectura fluya y lleve al lector por un camino sin “sobresaltos”[2]. Concretamente, por ejemplo, la interpretación de los datos utilizados, ya sean primarios o secundarios, debería estar “iluminada” por el marco teórico, de manera tal que esa lectura sea sólida, completa y enriquecedora, y no compartimentos estancos sin ninguna interrelación.
Hemos notado asimismo, en muchos de los casos, un exiguo conocimiento del lenguaje y la utilización de escaso vocabulario en varios de los tesistas. Esta falencia probablemente se esté debiendo al triste hábito actual de comunicarse entre los jóvenes de manera escueta y elemental y, por otro lado, tal vez a la insuficiente lectura de buena literatura, ya que la gente solo aprende a conocer profundamente su idioma a través de la literatura. La utilización de las redes sociales también ha llevado a deformaciones monstruosas del lenguaje, y hablar de esa manera es pensar de esa manera también… (Vargas Llosa, 2017). En la mayoría de los casos se expresan utilizando pocas palabras, y esto habla de la pérdida de matices y del empobrecimiento del lenguaje. En muchas ocasiones observamos también grandes dificultades para la comprensión de textos, y para reflexionar sobre ellos. Por eso son tan importantes las buenas lecturas, que recomendamos insistentemente desde el taller de tesis, no solo por el enriquecimiento personal, sino también para facilitar el florecimiento de una buena escritura.
Si bien el avance tecnológico ha traído enormes e indiscutidas ventajas a las sociedades actuales, en el caso de los jóvenes, las redes sociales son gran fuente de distracción, y esto les ocasiona déficit de atención y dificultad de concentración a la hora de querer desarrollar un trabajo escrito. Requiere un enorme esfuerzo de parte de ellos vencer esa “tentación” y lograr focalizarse en su tarea[3]. Ante esto la única sugerencia posible es superar este obstáculo planteándose metas cortas, sencillas de alcanzar, de manera de percibir pequeños logros y no perder la motivación en el trayecto. Por ejemplo: proponerse leer en ese rato solo un capítulo del libro. Probablemente, durante la lectura puedan finalmente lograr la concentración y continúen leyendo mucho más que un capítulo. También resulta muy útil hacer anotaciones a medida que se va avanzando; de esta manera, el lector se va “apropiando” del texto, y es un terreno muy fértil para el surgimiento de propias ideas. Estas anotaciones, marginales o en un texto aparte, cuando luego son repasadas, pueden generar reflexiones y también preguntas respecto del problema a investigar. Es muy importante y siempre recomendado este registro, no solo por los conceptos o pensamientos que surjan, sino porque puede ser un bosquejo inicial en forma de memo para luego ser desarrollado e incorporado al trabajo final.
2. ¿Por qué resulta tan difícil la realización de la tesis?
La realización de la tesis parecería a priori una tarea ciclópea. Los alumnos la sienten como una labor tortuosa, muchas veces vivida no solo con gran preocupación, sino también con angustia. Por eso es importante ocuparse, en vez de preocuparse, y proponerse escribir todos los días un mínimo de tiempo y luego cumplirlo (aunque parte de ese material después sea descartado, ya es sabido que el peor borrador es mejor que la hoja en blanco).
En gran parte, la dificultad en el progreso del trabajo se debe a que es 100 % autogestionado. La elaboración del proyecto de tesis es totalmente diferente cualitativamente hablando con respecto a la carrera cursada. Los alumnos llegan a esta instancia después de leer textos y reproducir su contenido durante 4 años aproximadamente. En el proceso de la tesis, hay una gran diferencia: ya no van a repetir producciones ajenas, sino que deben producir conocimiento ellos mismos. Este salto cualitativo representa un gran esfuerzo intelectual e incluso creativo. No es sencillo y requiere mucha lectura, reflexión, análisis, dedicación y hasta imaginación.
A esto se le suma la “soledad” del investigador, que debe avanzar sorteando obstáculos manteniendo el ritmo de escritura, sin agotarse en el largo proceso. Aquí radica la importancia de, por un lado, los talleres de apoyo de tesis brindados por las respectivas universidades y, por el otro, y no menos importante, del acompañamiento de un padrino/tutor que guíe y brinde sus conocimientos sobre el tema al tesista. El seguimiento personalizado del avance del alumno es fundamental y es la tarea ineluctable del tutor. Esto, a su vez, fomenta el compromiso del alumno con otra persona y ya no se siente solo y a la deriva con su investigación, sino que es acompañado en su toma de decisiones, contenido en sus avances y retrocesos y, sobre todo, motivado para llegar a la finalización de su tesis.
3. ¿En qué consiste el proyecto de tesis?
Por medio del proyecto el tesista comunica qué va a investigar y como va a hacerlo. Es el primer paso formal y fundamental del proceso de investigación. No se lo puede hacer de cualquier manera, debe cumplir con ciertos requisitos y con un formato que ya está, en líneas generales, definido por la comunidad científica. Es decir, implica poner en juego diversas herramientas teóricas, analíticas y metodológicas respetando las bases del método científico aplicado a las ciencias sociales.
El proyecto es el mapa de ruta de la tesis. Una vez realizado el proyecto, con las características mencionadas anteriormente, avanzar en la tesis implica “solamente” seguir los pasos que se han explicitado en el proyecto.
Si bien hay varios modelos de proyectos, las secciones que deben estar siempre presentes, sea cual fuere el modelo elegido, son las siguientes:
- Título.
- Tema.
- Problema/pregunta (contextualizado).
- Hipótesis (si se trata de un trabajo explicativo).
- Estado del arte.
- Objetivos.
- Marco teórico.
- Diseño metodológico.
- Cronograma (requerido cuando el proyecto se va a presentar para la obtención de una beca, por ejemplo).
- Bibliografía (siguiendo normas aceptadas por la comunidad científica, usualmente APA)[4].
Todos estos puntos claramente no son realizados en ese orden en la práctica. Se comienza, aunque muchas veces sin saberlo, por el estado del arte, y usualmente el título es lo último en ser definido con claridad. A continuación, nos detendremos en cada una de las secciones para describirlas brevemente.
4. Tema vs. título
La primera dificultad con la que suelen tropezar los alumnos es la confusión entre tema y título de la tesis. Ante esto es necesario aclarar que el tema son solo 3 o 4 palabras, y que aún el tesista no brinda detalles de la problemática a investigar, estamos todavía en el nivel más “macro”.
Por ejemplo, algunos temas podrían ser: “geopolítica en América”, “comercio exterior”, “recursos naturales”, “guerras comerciales”.
Un tema no sería correcto si se planteara de la siguiente manera: “La política exterior menemista de reincorporación al primer mundo: una revisión crítica de sus fundamentos teóricos”. Ese podría ser el título, pero el tema sería “política exterior”, o a lo sumo “política exterior argentina”.
Teniendo en mente una biblioteca o una librería, el tema debería indicar en qué estantería se ubicaría esa tesis, dónde habría que buscarla. Luego, en el título sí ya pueden aparecer fechas, lugares y los detalles que el tesista considere necesarios, teniendo siempre presente que el lector debe entender con total claridad en qué consistirá la investigación, sin mediar otro texto, a lo sumo un subtítulo.
Otro ejemplo podría ser “integración regional” como tema y “Las Cumbres latinoamericanas en la política exterior argentina 2003-2010” como título.
En esta etapa de la selección del tema, solemos sugerir a los alumnos, por un lado, lo obvio: leer libros sobre temas de relaciones internacionales, pero también leer libros y papers que no sean estrictamente de RR. II. Por otro lado, les expresamos que resulta de mucha utilidad realizar actividades que a priori parecerían estériles y no lo son[5]: ver películas de hechos históricos, mirar documentales (ahora fácilmente accesibles), hojear carpetas de materias que ya cursaron y ver qué temas en su momento les interesaron, leer la sección de política exterior de los diarios, ver charlas TED, pensar si realizaron alguna monografía en una materia que pueda ayudarlos, ir a librerías y revisar últimas publicaciones de la temática para ver los tópicos vigentes, analizar cuáles son los temas con los que están familiarizados y con cuáles no tanto, y, para los alumnos que ya se están desempeñando en un trabajo relacionado con su carrera, pensar si habría algún tema a investigar de su ámbito laboral, ya que esto facilitaría su acceso a datos relacionados con la temática. Todos estos son recursos que se pueden utilizar en el momento inicial de búsqueda de temas, ya que es una etapa de brainstorm, actualmente estamos rodeados de estímulos múltiples y todo puede resultar un disparador, sin que seamos necesariamente conscientes de ello.
5. ¿Qué temas eligen en la actualidad los alumnos de RR. II.?
Con respecto a los temas elegidos por los alumnos actualmente (diciembre de 2019), notamos que en algunos casos coinciden con la mayor visibilidad que dichas temáticas tienen por los medios masivos de comunicación, pero en otros casos son problemáticas no tan “de moda”, y su deseo de investigación reside en un interés genuino en el tema, por lecturas previas o reflexiones propias durante su carrera.
Muy frecuentemente, se abordan temáticas como narcotráfico, misiones de paz, asistencia humanitaria, guerra comercial entre China y EE. UU., relación entre México y EE. UU., fenómenos migratorios y políticas exteriores ante esto (de Alemania, por ejemplo), recursos naturales estratégicos. Por otro lado, muy de a poco se va visualizando una nueva conciencia de época, ya que también se abordan cuestiones de género (por ejemplo, los roles de las primeras damas), cambio climático y el calentamiento global, y las diferentes posturas ante esto de países como EE. UU. o Brasil (por el Amazonas).
Cada vez más, por la realidad actual, se estudian movimientos separatistas (Brexit, Cataluña) y cada vez menos asuntos como Unasur o Mercosur. Notamos que son muy escasos aún los tópicos relacionados con la tecnología, por ejemplo la utilización de drones en conflictos bélicos, la gobernanza del ciberespacio o la diplomacia digital.
Una condición fundamental para la elección de las temáticas en Relaciones Internacionales es que deben ser temas de agenda. Sucede muchas veces que la opción por el tópico es la correcta, pero que luego el problema planteado corresponde más a otras carreras, como, por ejemplo, Sociología (“¿Cómo las familias y las redes sociales se organizan para asegurar la supervivencia a los niños desplazados en Bogotá?”) o a Ciencias Políticas (“¿Cómo es la relación entre la religión y la conformación de los partidos políticos en Colombia?”).
Está claro que hoy en día somos testigos de la transversalidad de las temáticas, los límites son difusos y las disciplinas no pueden abordar las problemáticas de manera aislada. Pero siempre debe estar la mirada atenta del docente o del tutor y tratar de reencauzar el problema hacia una temática de interés del tesista, pero acotada a las RR. II.[6].
6. El planteo del problema
La neurociencia ha dedicado muchas investigaciones para saber cómo surgen las ideas, pero aún no se sabe con exactitud cómo sucede. En lo que sí hay certeza es en que tiene que haber una dedicación previa intensa a un tema. Se debe leer, buscar, pensar, revisar, analizar incansablemente. Luego, ese material madura, decanta, y surge la pregunta, el problema, la conexión inédita, novedosa, entre dos puntos, o dos variables[7].
Las ideas surgen siempre de un proceso inicial de inmersión perseverante en una temática, y, luego de días o semanas de maduración, cuando el inconsciente trabaja, llega el “momento de inspiración”. Pero hay que dedicarle tiempo a plantear buenos interrogantes y a reflexionar; las preguntas activan regiones cerebrales distintas a las que encienden las frases que afirman. Es un ejercicio imprescindible de todo investigador, cuyo motor indispensable es la curiosidad, que debe ser fomentada y entrenada, ya que es un motivador potente que nos lleva a querer llenar los baches de información que tenemos.
Con respecto a los requisitos que debe cumplir un problema: siempre debe contener tiempo, espacio y unidad de análisis. Pero sobre todo debe contar con una característica ineluctable: se debe poder comprender perfectamente qué se investigará sin mediar ninguna explicación aclaratoria. Una buena manera de “probar” su correcta redacción es pedirle a un compañero, a un docente o incluso a alguien no empapado en temas de RR. II que lea el problema y ver si es comprendido sin que haga falta ningún esclarecimiento. Asimismo, es aconsejable que el problema de investigación sea planteado en forma de pregunta.
Ejemplos de preguntas para trabajos descriptivos (la mayoría en RR. II.):
“¿Qué efectos…?”.
“¿Qué condiciones…?”.
“¿Qué factores generaron/hicieron propicio…?”.
“¿Cuáles son las características…?”.
“¿Como influyó…?”.
Siguiendo con nuestro ejemplo anterior, un modelo de problema podría ser:
Tema: “integración suramericana”.
Denominación: “La creación del Consejo de Defensa Suramericano. Una respuesta unionista a la política de seguridad hemisférica”.
Problema: “¿Cómo fue el proceso por el cual se institucionalizó la integración en el ámbito de la defensa, bajo el organismo suramericano Unasur (2008-2017)?”.
Es imprescindible destacar que debe estar muy bien delimitado el alcance del problema. Esto no es solo para dar a conocer qué va a ser cubierto por el investigador, sino también, y no menos importante, para explicitar qué no va a ser abordado en la investigación; es decir, todo lo que no haya sido contemplado en la definición del problema luego no va a ser estudiado en la tesis. Esto resulta fundamental para evitar luego planteos que manifiestan que tal característica no ha sido tenida en cuenta en el análisis, esto se debe a que no ha formado parte del recorte del tesista.
En el caso de los actores involucrados en el problema, al realizar el análisis, se debe discriminar cuáles son relevantes y cuáles no en el tema analizado, el rol de cada uno, las consecuencias de sus acciones, relaciones de poder, cooperación, si hay tensión entre ellos o si hay alianzas, conflictos o paz, papel de organismos/instituciones internacionales, cuál es la relación con la región, antecedentes históricos, marcos jurídicos, etc.[8].
Un ejemplo de problema bien planteado sería: “¿Cómo se realizó la aplicación del derecho internacional en el conflicto de Yemen en 2018?”. Un ejemplo de problema mal planteado sería: “¿Fue el tratado de libre comercio entre México y la Unión Europea un elemento de apoyo para la pequeña y mediana empresa?”. ¿Qué le falta a este último planteo del problema? No está delimitado el periodo de tiempo a estudiar.
Resulta de gran importancia contextualizar los hechos y analizarlos lo más exhaustivamente posible. Habrá distintos niveles de análisis; por un lado, se debe describir el contexto en el que surge el problema de investigación, esto es solo para entender cuáles son los actores principales y su respectivo accionar, pero luego necesariamente se debe ahondar en una o dos variables, que son las que serán analizadas de manera exhaustiva a lo largo de la investigación. Siempre es preferible tomar pocas variables y estudiarlas en profundidad en lugar de pretender abordar más aspectos y solamente sobrevolarlos, con un análisis superficial.
7. Estado del arte
El estado del arte es una revisión documental de todo lo investigado hasta el momento por la comunidad científica internacional sobre el tema/problema de tesis.
Si bien no se pretende que sea exhaustiva para el proyecto, mínimamente debe responder las preguntas: ¿fue muy investigado el tema?; ¿poco analizado?; ¿por quiénes?; ¿cuándo?; ¿a qué conclusiones han llegado?, ¿qué vacío de conocimiento han dejado?
Es indispensable que el tesista realice un recorrido por todo lo investigado hasta el momento; es la única manera de estar seguros de que el problema es inédito y es necesario para poder llegar a un conocimiento cabal del tema. Además, claro está que nadie puede hacerse preguntas sobre una realidad que desconoce.
Para responder estas cuestiones, hoy en día se accede a los sitios web que brindan información accesible y confiable. Alguna de estas páginas que tienen publicados papers con referato son: www.lareferencia.info/es/; www.doaj.org; www.scielo.org; www.redalyc.org; www.jstor.org.
El lector, en primera instancia, debe realizar la búsqueda en estas páginas web solamente del tema elegido. Habrá casos en los que habrá mucha información; en esas ocasiones, se podrá ingresar el problema planteado, para que los resultados obtenidos sean más adecuados a nuestra búsqueda. En esta segunda instancia, debe hacer una rápida revisión de los textos encontrados. Las investigaciones deben ser seleccionadas y el lector podrá determinar qué resulta verdaderamente útil y qué no para su propio trabajo[9].
Una vez hecha esta selección, los textos elegidos se podrán clasificar y agrupar con el criterio que el tesista considere más adecuado (por ejemplo, investigaciones latinoamericanas, o según las variables que abordan). Asimismo, el tesista podrá ir “fichando” los textos a medida que los va leyendo, resumiéndolos o transcribiendo párrafos que resulten esenciales. Este fichero/documento puede contener breves párrafos que resuman las investigaciones y citas que las ilustren. Esto resulta de gran utilidad al momento de escribir la tesis final.
En las clases solemos decir: “Tapa dura: marco teórico. Tapa blanda: estado del arte”. Con esto queremos expresar que a las “grandes teorías” las encontramos en los libros, que nos brindan el sustento, las herramientas teóricas para abordar el tema elegido; pero luego son los papers los que nos empapan sobre el avance de las investigaciones de la comunidad científica en esa problemática específica.
Resulta imprescindible aclarar que el estado del arte no es un listado de textos, de papers ni de sitios web donde realizar consultas. Los textos seleccionados deben ser criticados brindando siempre fundamentaciones. La mirada crítica del investigador nunca puede faltar. En esta sección del proyecto, no solo es interesante contar con un recuento de las investigaciones que se realizaron hasta el momento sobre determinado tema, sino (y aquí el “valor agregado” del tesista) el análisis reflexivo y enriquecedor que se ha realizado de todo lo recolectado[10].
8. Objetivos
Los objetivos son sencillamente las metas que el tesista desea cumplir a lo largo de la investigación. En cuanto al formato, siempre deben comenzar con un verbo en infinitivo. Ej: “analizar”, “describir”, “evaluar”. Debe haber siempre por lo menos un objetivo general, que expresa el propósito central del proyecto, y cada objetivo general debe tener por lo menos un objetivo específico. La diferencia entre unos y otros es que los específicos son más empíricos, pero hacen referencia a lo mismo que el general, no agregan alcance. Los objetivos generales se concretan por medio de los objetivos específicos.
En las clases decimos que el objetivo general es como un “primo hermano” del problema. Es decir, si el problema planteado es “¿Cómo se fue dando el proceso separatista en Cataluña…?”, el objetivo general será: “Analizar cómo se produjo el proceso separatista en Cataluña…”.
En cambio, en los objetivos específicos, se explicita cómo se va a concretar el objetivo general, los pasos que hay que llevar a cabo para cumplirlo.
Un tercer tipo de objetivos son los operativos; son acciones o tareas directamente medibles mediante indicadores, son cuantificables y verificables. Nos permiten hacer seguimiento y evaluación del grado de cumplimiento de los efectos que se quiere conseguir con los objetivos específicos. Pero estos últimos no son obligatorios.
Con respecto a la coherencia: si se trata de una investigación descriptiva, seguramente habrá un objetivo que explicite la intención de “describir”; si es un trabajo explicativo, habrá un objetivo que manifieste el propósito de “explicar”. Asimismo, los objetivos deben ser coherentes con el planteo del problema realizado. Problema y objetivos deben definir exactamente el mismo alcance. Es muy común ver en los alumnos esbozar objetivos que no son “cubiertos” por el problema, y también haber planteado un problema que luego no es abordado en su totalidad por los objetivos.
Expresión gráfica de errores más frecuentes en la coherencia entre objetivos y problema
Retomando el problema del ejemplo, un error sería plantear como uno de los objetivos: “Analizar el proceso de generación del Brexit”. Esto claramente estaría fuera del alcance de la problemática planteada. Ante esto las “soluciones” posibles son: ampliar el problema para incorporar también el fenómeno del Brexit, o sacar el objetivo que hace mención a este hecho. Esta decisión radica en su totalidad en el tesista, por eso es fundamental que tenga bien en claro qué es lo que realmente le interesa estudiar y está dentro de sus posibilidades. Este “ejercicio” es realizado permanentemente en las clases de taller de tesis, ya que en primera instancia es fácil que se cometan estos errores, hasta que comprenden la importancia de la coherencia; luego son los mismos alumnos quienes realizan espontáneamente estas correcciones a sus propios proyectos y a los de sus compañeros.
9. Marco teórico
El “marco teórico” (o conceptual) es una de las fases más importantes de un trabajo de investigación. Consiste en explicitar la teoría que va a fundamentar el proyecto sobre la base del planteamiento del problema que se ha realizado. Se entiende por marco teórico el conjunto de ideas, procedimientos y teorías que sirven a un investigador para llevar a término su actividad, y constituye la base donde se sustentará el análisis realizado por el tesista.
En RR. II., existen dos grandes vertientes generales de teorías, el realismo o neorrealismo y el liberalismo (concepto que engloba al idealismo y el institucionalismo) (Lavallén Ranea, 2015). Hay teorías sistémicas que abarcan holísticamente el sistema internacional en la formulación de premisas, que pueden ser de naturaleza determinista (los componentes del sistema internacional son inalterables, concretos o reales) o heurística (teorías analíticas que relacionan distintos rasgos para explicar eventos y tendencias).
Pero también contamos con teorías de alcance medio, que estudian solo elementos parciales de un sistema. Son, por ejemplo, la teoría de las decisiones, la teoría del conflicto, y la teoría de la integración. Estas son, en líneas generales y muy superficialmente, las opciones que deben elegir los alumnos de RR. II. al plantear su marco teórico, que les provee los conceptos principales de su tesis. Por ejemplo, la definición de “política exterior” de Tomz, el concepto de “margen de maniobra” desarrollado por Seitz, la división tripartita del análisis de la política internacional realizada por Waltz de las llamadas “imágenes”, etc.[11].
El tema de investigación debe ser reflejo de un interés genuino del tesista en la temática. Pero también resulta muy interesante aprovechar la realización de la tesis para hacer visibles temas que por variados motivos no están siendo visibilizados, ya que son muchos los intereses en juego a la hora de “iluminar” unos tópicos y no otros. Es por eso por lo que fomentamos tomar la tesis como una oportunidad de descubrir temas nuevos y abordarlos ya sea de manera exploratoria o descriptiva (cuando ya se conocen las variables más relevantes del fenómeno), pero lo importante es no ignorarlos.
La tarea del tesista radica luego en analizar si el marco teórico elegido se ajusta o no a la realidad que se estudiará. Así como sería un error juzgar hechos del pasado cuando se produjeron en un contexto diametralmente opuesto al actual, no se pueden analizar acontecimientos actuales con paradigmas que surgieron para abordar otras realidades.
En repetidas ocasiones, los tesistas plantean la posibilidad en el marco conceptual de utilizar teorías provenientes de otras carreras, como por ejemplo de Sociología, ante lo cual, por supuesto, se los alienta, ya que hoy en día difícilmente una única teoría pueda dar cuenta de la realidad estudiada de manera acabada. Claro que dicha utilización deberá ser fundamentada de manera que quede clara su complementariedad, y también resulta fundamental articular las teorías adecuadamente, para que, al leer el análisis realizado, se perciba un abordaje integral de las relaciones estudiadas.
Notamos que hoy en día es necesario, ante la compleja realidad internacional que nos rodea, desarrollar teorías abarcativas que nos brinden herramientas actuales para abordar las problemáticas vigentes de manera cabal, y este es el gran desafío que tenemos los investigadores sociales. Debemos revisar y repensar los paradigmas que utilizamos para hacer diagnósticos certeros de las realidades que nos rodean, ya que no resulta adecuado utilizar conceptos tradicionales para fenómenos novedosos, con categorías de análisis propuestas para situaciones que presentaban otra complejidad.
Resulta claro que, así como “están primeros los hechos y luego el derecho”, en el caso de las teorías también está primero la realidad cambiante y luego las teorías que logran abarcarla exhaustivamente. De esta manera, la misma teoría de las RR. II. se vuelve objeto de estudio para resignificarse y enriquecerse con nuevas miradas que revisen los conceptos ya definidos y nos permitan hacer análisis sin fisuras.
A continuación, transcribimos a modo de ejemplo parte del marco teórico de un proyecto de tesis sobre misiones de paz en Haití (Valeria Lubnicki). En este caso, los conceptos fundamentales a definir son: misiones de paz, conflicto, tensión, crisis humanitaria, violencia (directa, estructural y cultural) y paz (negativa, positiva e imperfecta).
9.1. Misiones de paz
Las Naciones Unidas establecen que las operaciones de mantenimiento de la paz ayudan a los países involucrados en conflictos a crear las condiciones para una paz duradera y para restablecer la seguridad en un determinado país. Para esto, la ONU posee la capacidad y legitimidad para desplegar efectivos militares y de policía, integrándolos con el personal de paz civil. De esta manera, sus actividades se rigen por tres principios básicos:
- consentimiento de las partes;
- imparcialidad;
- no uso de la fuerza, excepto en legítima defensa y en defensa del mandato.
Las operaciones de paz actuales son multidimensionales y, de esta forma, incluyen diversas tareas como: crear un ambiente seguro y estable para proteger a los civiles y reforzar al Estado, respetando el Estado de derecho y los derechos humanos; facilitar un proceso político promoviendo el diálogo y la reconciliación y apoyando el establecimiento de instituciones efectivas y legítimas que permitan la gobernabilidad y la organización de procesos electorales; proveer un marco para asegurar que las actividades estén coordinadas y sean coherentes; ayudar al desarme y fomentar la desmovilización y la reintegración de excombatientes (Naciones Unidas Website).
Borja Paladini menciona que, antes de la liberalización, es importante promover el desarrollo institucional, ya que solo garantizar la “democracia” y una gobernabilidad efectiva no es suficiente. Como se mencionó anteriormente, además del desarme, la desmovilización y la reintegración de los soldados, también es vital promover el desarrollo de las estructuras y la legitimidad de un Estado. Por ejemplo, se debe fomentar el fortalecimiento institucional por medio de un sistema judicial independiente, adecuadas estructuras administrativas y cuerpos de seguridad. También se debe dar impulso a los actores de la sociedad civil y los partidos políticos para lograr la justicia social.
En cuanto a los objetivos “posconflicto”, la Doctrina “Capstone” coincide en que se debe garantizar la independencia económica, el empleo, la infraestructura adecuada, una correcta administración civil, elecciones, procesos políticos transparentes, operaciones de seguridad, la construcción de capacidades y asistencia humanitaria.
9.2. Conflicto
Johan Galtung analiza la concepción del conflicto como una abstracción teórica en el llamado ABC de los componentes del conflicto. A corresponde a las actitudes, B al comportamiento y C a la contradicción que surge de la interacción entre los otros elementos. Tanto A como C son intangibles, mientras que B está en el nivel manifiesto. La actitud está determinada por la sociedad en la que los participantes viven; el comportamiento, por las reglas asumidas en la situación del conflicto en sí; y las contradicciones, por la relación ser/deber ser que convive en el subconsciente de la sociedad. Por lo tanto, las cuestiones inherentes al ABC son particulares de cada sociedad. El problema de los elementos no visibles del conflicto radica en que solo es posible la transformación del conflicto mediante la concientización de los actores que actúan en él, lo cual requeriría hacer visible a A y C. Dicho de otra manera, solo la intervención consciente e informada de los sujetos involucrados en el conflicto puede modificar al conflicto en sí (Calderón Concha, 2009).
9.3. Tensión
Este trabajo, utilizando la clasificación elaborada en Alerta 2011! Informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de la paz, entiende a la compleja situación en Haití como una tensión agravada por una severa crisis humanitaria. En las llamadas “tensiones”, las demandas planteadas o los objetivos buscados por algunos actores desencadena una movilización política, social, militar o el uso de la violencia, pero cuya intensidad no es propia de un conflicto armado per se, aunque podría escalar a tal. Siguiendo los lineamientos de estos autores, las tensiones responden a una gama de objetivos o demandas agrupadas en 3 grupos, a saber:
- autodeterminación y autogobierno o aspiraciones identitarias;
- la oposición al sistema político, económico, social o ideológico de un Estado, o a la política interna o internacional de un Gobierno, lo que en ambos casos motiva la lucha para acceder o erosionar al poder;
- al control de los recursos o del territorio.
Como en muchas otras cuestiones donde el accionar humano impera, esta clasificación no es estática, sino que tiene márgenes difusos. Todas las opciones tienen injerencia en el caso haitiano. Sin embargo, este trabajo determina que en Haití la tensión responde principalmente a las visiones contrapuestas entre diversos actores sobre las políticas internas o internacionales aplicadas por los Gobiernos de turno, lo que provoca inestabilidad y roces entre las distintas facciones en su intento por imponerse y lograr instaurar su visión en el gobierno del país. Esta tensión en la República de Haití se encuentra agravada por la existencia de una crisis humanitaria.
9.4. Crisis humanitaria
Siguiendo a los autores anteriores, existe crisis humanitaria donde hay una situación generalizada de amenaza a la vida humana, a la salud de la población o a sus medios de subsistencia. Usualmente, las crisis humanitarias surgen cuando las condiciones políticas, sociales, ambientales y económicas del país o región en cuestión son tal que posibilitan estas crisis por la desprotección civil que existía previamente. A tal efecto, esas características (que podemos definirlas como “de violencia estructural”) pueden ser potenciadas por hechos concretos, como lo son catástrofes naturales o el accionar humano. De esta forma, se encuentra que la pobreza y la desigualdad social existente en Haití, la fragilidad de sus instituciones estatales y la corrupción existente en ellas, su economía agraria sujeta a la voluntad de los elementos que conllevan a la precariedad alimentaria, sumados a la violación de derechos humanos, allanan el terreno para la aparición de crisis humanitarias, plasmadas en la aparición de crisis alimentarias, enfermedades y desplazamientos forzados.
9.5. Violencia: directa, estructural y cultural
Galtung considera que la violencia tiene 3 dimensiones: directa, estructural y cultural. La violencia directa es la más visible y, por ello, es más fácil determinar y asegurar su existencia. Es aquella que responde a actos violentos per se: agresión física, verbal o psicológica. La violencia estructural, en cambio, es generada por las reglas erigidas por los sistemas políticos, económicos o sociales que gobiernan las sociedades. Se manifiesta cuando el Estado no puede proveer las condiciones para que las personas puedan satisfacer sus necesidades. Analfabetismo, pobreza y marginalidad son ejemplos de este tipo de violencia. Por último, la violencia cultural utiliza el simbolismo arraigado en la sociedad, es la fuerza que justifica a las otras dos dimensiones de la violencia. Su peligro e importancia reside en que, a través de ella, se naturalizan las circunstancias políticas, económicas y sociales existentes, legitimándolas.
9.6. Paz: negativa, positiva e imperfecta
El término “paz” es un concepto que ha suscitado muchas discusiones a lo largo de la historia. Hay numerosas acepciones y significados variados. De esta forma, se comprende a la paz como un elemento complejo que no es fácil de encasillar en una única definición. Por eso, es necesario hacer un paneo general a través de la evolución del concepto teórico de “paz”. Se habla de paz negativa refiriéndose a la “ausencia de violencia sistemática, organizada y directa” (Harto de Vera, F. 2016). Agregando matices, en el otro extremo del espectro, se encuentra el concepto de “paz positiva”. Esta refiere a la ausencia de violencia de cualquier tipo. Hay tres características que delimitan a la paz positiva como tal: realización de la justicia, mantenimiento del orden y tranquilidad del espíritu. Teniendo en cuenta estas características, se puede decir que los autores que adscriben a esta concepción relacionan a la paz con cualidades esperadas o deseables (Harto de Vera, F. 2016). Más cercano en el tiempo, surge el concepto de “paz imperfecta” de la mano de Francisco Muñoz. En palabras del propio autor, “paz imperfecta está dada por aquellos espacios e instancias en las que se pueden detectar acciones que crean la paz, a pesar de que estén en contextos en los que existen conflictos y violencia” (Muñoz, F., Molina Rueda, B., 2009). Dicho de otra manera, es imperfecta porque se encuentra inmersa en el conflicto, en lugar de aludir a su ausencia o esperar su superación. Esta noción del concepto de “paz” tiene implicancias prácticas: posibilita el ordenamiento o regulación pacífica de, al menos, una parte de un conflicto, especialmente importante si no hay esperanzas de soluciones finales a corto plazo.
10. El diseño metodológico
10.1. Cuantitativo vs. cualitativo
Con respecto a la metodología utilizada, en esa estéril discusión entre métodos cuantitativos o cualitativos, los alumnos de RR. II. suelen utilizar datos estadísticos para describir el fenómeno en cuestión. Estos datos “duros” dan la posibilidad de dimensionar el problema que se está analizando y conocer su magnitud.
Hay algunos casos en los que también se utilizan datos cualitativos, como por ejemplo discursos presidenciales, encíclicas papales, diarios, en los cuales se realiza luego análisis de contenido.
En dichos casos, donde se utilizan ambas metodologías, apelando a la triangulación intermétodo, la riqueza de los datos resulta indiscutible y los alumnos llegan a apreciar la complementariedad de los métodos al poder dimensionar el fenómeno y también comprender sus causas y características. Tal como sostiene Vasilachis de Gialdino:
[…] el carácter complementario de los métodos cualitativos y cuantitativos se manifiesta también en la circunstancia de que cada uno provee información que no solo es diferente de la provista por el otro, sino que, además, es esencial para interpretar a la otra […][12].
Sucede muchas veces que, cuando describimos los métodos cualitativos como aquellos que intentan comprender la realidad abordada, los alumnos deducen que entonces es esa la metodología que corresponde a su investigación. La aclaración que aquí cabe es que siempre está en el espíritu del investigador llegar a la comprensión del tema que eligió analizar. La diferencia radica es que al decir “comprender” estamos haciendo referencia a entender el punto de vista del actor, intentar ponernos en su lugar, poder captar la manera en que ve la realidad estudiada, lo cual no resulta muy frecuente en RR. II., dado que las unidades de análisis suelen ser Estados. Por eso rara vez una investigación en esta carrera podría utilizar exclusivamente metodología cualitativa; sí es posible hacerlo, como dijimos anteriormente, de manera complementaria con métodos cuantitativos.
Algunos ejemplos de los datos cuantitativos a los que se puede acceder son: diferentes índices económicos como el PBI, PBI per cápita, índice de Gini, índice de desigualdad, índice de desempleo, inflación, devaluación, deuda externa, balanza entre exportaciones e importaciones. Asimismo, para temáticas socioculturales, se puede utilizar el índice de desarrollo humano (IDH), la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización, el índice de pobreza, el índice de Estados frágiles.
Nuevamente volviendo a la coherencia, si se planteara la utilización de métodos cualitativos en el diseño metodológico, debería haber por lo menos un objetivo específico que explicitara la intención del investigador de “comprender” el fenómeno estudiado, además de analizar, describir, conocer, etc. Y se debería realizar, por ejemplo, un análisis pormenorizado de determinada noticia en los diarios, representativa del tema elegido por el tesista. El seguimiento implicaría contemplar el espacio que dicha noticia ocupa en la publicación, la frecuencia (diaria, semanal o mensual) con la que es tratada, si está en primera plana, en página par o página impar, entre otras características típicas del análisis del contenido. Es decir, el tratamiento de los datos es completamente diferente cuando la metodología elegida es cualitativa, ya que busca las motivaciones subyacentes a los acontecimientos, no es estructurada sino flexible y claramente “artesanal”.
10.2. Datos primarios vs. datos secundarios
Los datos más usados en RR. II., por lo general, son secundarios, dada la complejidad de acceso en estas temáticas a datos primarios que sean generados por el propio investigador y recopilados específicamente para su investigación.
Existen algunas excepciones en los que los tesistas logran acceder a cancillerías y realizar, por ejemplo, entrevistas en profundidad, o en las que tienen la posibilidad de viajar a países limítrofes para recolectar ellos mismos los datos, con sus propios instrumentos, pero estos son casos extraordinarios.
Los datos primarios y secundarios no son dos clases esencialmente diferentes de información, sino partes de una misma secuencia: todo dato secundario fue primario en sus orígenes. Un dato recolectado por el investigador para su tesis es primario ya que es él mismo quien fue al campo y luego procesó y analizó lo recogido. Pero ese mismo dato luego puede ser secundario al ser utilizado en otra investigación, ya que fue recolectado por otro científico con diferente propósito al de las necesidades específicas del sondeo que se está desarrollando.
Si bien la utilización de datos primarios frecuentemente hace que sea más extensa y compleja la investigación, probablemente se ajusten más a nuestras necesidades que los secundarios. Y en muchos casos, dependiendo de la fuente del dato, los primarios pueden ser más confiables, ya que cuando se utilizan datos secundarios no se tiene certeza de la calidad del dato. Por otro lado, el proceso de recolección de datos secundarios hoy en día con internet resulta rápido y fácil y tiene un costo bajo, comparado con la dedicación que requieren los primarios. Una última apreciación respecto de las ventajas y desventajas: en los datos secundarios, el lapso de tiempo entre la recolección de los datos y su publicación puede ser largo, mientras que en los datos primarios no hay duda alguna de que son actuales[13].
La confusión eterna de los estudiantes es suponer que libros o papers son datos secundarios, ante lo cual es indispensable la aclaración de que, cuando hablamos de datos, son “puros” sin análisis, ni reflexión, la cual corre totalmente por cuenta de ellos y es precisamente lo que viene a enriquecer su propio trabajo de investigación.
Los datos secundarios incluyen una amplia gama de material: documentos gubernamentales, periódicos, revistas, informes de investigación, publicaciones de asociaciones comerciales. Con respecto a las fuentes utilizadas, siempre resaltamos que es recomendable acudir a organismos oficiales e internacionales (OMS, ONU, OIT, CEPAL, PNUD, Banco Mundial, etc.), para estar seguros de la validez y confiabilidad de los datos utilizados.
10.3. Longitudinal vs. transversal
Una de las decisiones que forman parte del diseño metodológico es definir la dimensión temporal. Resulta frecuente la confusión entre los alumnos respecto al hecho de que una investigación es longitudinal si abarca muchos años en su análisis. Ante esto se aclara que no es por tomar un periodo largo de tiempo que un trabajo es longitudinal, sino que los casos longitudinales son aquellos en los cuales el investigador está interesado en analizar cómo fue cambiando la variable estudiada a lo largo del periodo definido, es decir, detectar sus rupturas y continuidades. En cambio, en los estudios transversales, se toma el periodo como una única unidad de tiempo, sin pretender aproximarse a las modificaciones que se fueron dando. Metafóricamente hablando, en el enfoque longitudinal vemos la “película”, mientras que en el transversal miramos la “foto”.
Por más que resulte obvio, es preciso aclarar que todo investigador debe buscar en el pasado las causas del fenómeno estudiado. Pero no por eso un estudio será longitudinal, como suelen deducir erróneamente a priori los alumnos. Siempre los hechos se producen por una multicausalidad que es necesario analizar, pero este recorrido de los acontecimientos pasados no determina cómo será la investigación en cuanto a su abordaje temporal.
Una vez más, subrayando la importancia de la coherencia, si un proyecto se definiera como longitudinal, debería haber por lo menos un objetivo que se planteara, por ejemplo, “analizar la evolución de…”, “evaluar los cambios que se produjeron…”, “describir cómo se fue modificando…”, que dé cuenta de la intención del investigador de mirar con detenimiento las variaciones a lo largo del periodo definido.
Por último, con respecto a los propósitos, las investigaciones de grado en RR. II. suelen ser, en la gran mayoría de los casos, de tipo descriptivo.
[…] los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades importantes de personas, grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis” (Dankhe, 1986). Miden y evalúan diversos aspectos, dimensiones o componentes del fenómeno o fenómenos a investigar. Desde el punto de vista científico, describir es medir. Esto es, en un estudio descriptivo se selecciona una serie de cuestiones y se mide cada una de ellas independientemente, para así –y valga la redundancia– describir lo que se investiga (Hernández Sampieri, 1998).
11. Conclusiones
Estos fueron solamente algunos de los lineamientos a seguir a la hora de escribir un proyecto de tesis. Han sido expuestos no solo desde la perspectiva académica, sino desde la experiencia en el dictado de taller de tesis, la cual fue enriquecida por los alumnos al exponer los obstáculos con los que se encontraban al diseñar el proyecto.
La aprobación de la tesis resulta una tarea muy meritoria no solo a nivel personal, sino también social, ya que a través de ella se accede a la comunidad científica, prestigio que manifiesta un mérito no menor.
El desafío que tenemos entonces los investigadores que ejercemos docencia es aprender de los alumnos para aggiornar nuestra manera de enseñar adaptándola a sus necesidades actuales y superar juntos las dificultades que aparecen. Por otro lado, con respecto al desarrollo de la ciencia, la comunidad científica toda debe intentar crear nuevas herramientas que nos permitan describir y explicar la dificultosa realidad actual de la manera más completa posible para tratar de comprender los fenómenos complejos con los que nos toca convivir.
Bibliografía
Botta, Mirta (2002). Tesis, monografías e informes. Nuevas normas y técnicas de investigación y redacción. Buenos Aires: Editorial Biblos.
Chitarroni, Horacio (coord.). Stella Aguirre y Mariana Colotta (2008). La investigación en ciencias sociales. Lógicas, Técnicas y Métodos para abordar la realidad social. Buenos Aires: Ediciones Universidad del Salvador.
Ander Egg, E. (1992). Técnicas de investigación social (2.º edición). Buenos Aires: Humanitas.
Eco, U. (1966). Cómo se hace una tesis. Barcelona: Gedisa.
García Ferrando y otros (1996). El análisis de la realidad social: métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.
González Rodríguez, B. (1996). “La utilización de los datos disponibles”, en M. García Ferrando y otros (Comps.). El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.
Hernández Sampieri, R., C. Fernández Collado y P. Baptista Lucio (1998). Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill.
Maletta, H. (2001). “Producción académica y comunicación expositiva”. Universidad del Salvador. Doctorado en Ciencia Política y Doctorado en Relaciones Internacionales. Seminario de formación metodológica. Buenos Aires.
Mancuso, H. R. (1999). Metodología de la investigación en ciencias sociales. Buenos Aires: Paidós.
Sabino, C. (1999). Cómo hacer una tesis y elaborar todo tipo de escritos. Buenos Aires: Lumen Humanitas.
Sautu, R. (2003). Todo es teoría. Objetivos y métodos de investigación. Buenos Aires: Lumiere.
Sautu, R., P. Boniolo, P. Dalle y R. Elbert (2005). Manual de metodología. Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y elección de la metodología. Buenos Aires: CLACSO Libros.
Vasilachis de Gialdino, Irene (1992). Métodos cualitativos I. Los problemas teóricos-epistemológicos. Centro Editor de América Latina S.A.
Wainerman, C. y R. Sautu (1997). La trastienda de la investigación. Buenos Aires: Ed. Belgrano.
- Licenciada en Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, USAL. Ex docente de la Facultad de Ciencias Sociales de Métodos y técnicas de investigación cuantitativos. Docente titular de Taller de apoyo a la elaboración de la tesis de RR. II. (USAL) desde 2014. Correo electrónico: licguru10@hotmail.com.↵
- Una duda que se presenta con frecuencia, y que hace a la redacción de la tesis, es en qué persona deben escribir el trabajo, ante lo cual hay tres opciones: 1ra persona del singular (“analizaré”), plural mayestático (“analizaremos”) o impersonal (“se analizará”). Si bien las más recomendadas son la segunda y la tercera, lo más importante es que, una vez elegida la persona en que se redactará, no se cambie durante toda la tesis, de manera tal que su lectura resulte clara y fluida.↵
- Tan diseminado es este fenómeno de la distracción en la actualidad que se ha llegado a desarrollar una aplicación The Most Dangerous Writing App, que “combate” la distracción del escritor. Su funcionalidad consiste en borrar todo lo escrito hasta el momento si el usuario deja de escribir por 5 segundos (este tiempo es parametrizable). Se comprende claramente por qué se llama “la app más peligrosa del mundo”.↵
- Actualmente, se está utilizando con frecuencia el programa Zotero, el cual facilita la administración de las referencias bibliográficas, es gratuito y permite citar todo tipo de investigaciones.↵
- La productividad personal resulta clave en este proceso creativo, intelectual, arduo y a veces agotador. Por eso es parte de la tarea fomentar hábitos saludables y buena utilización del tiempo para optimizarlo al máximo posible, y evitar fuentes de distracciones como el celular (se ha demostrado que un tercio de la población gasta unas cinco horas diarias con este dispositivo).↵
- Si bien todos los alumnos han tenido la misma formación académica, los puntos de partida son muy diferentes para la escritura del proyecto, ya que en muchos casos comienzan la cursada del taller de tesis sin tener ningún tema elegido, en otros casos tienen pensadas más de una opción, y hay otros pocos casos que ya tienen elegido el tema y hasta pensado el posible problema. Esta situación hace un poco complicado el seguimiento durante la cursada y resulta indispensable el intercambio entre los alumnos, ya que la experiencia de los que están más avanzados es altamente enriquecedora para aquellos que aún están dando los primeros pasos en el proyecto.↵
- Campanario, Sebastián (2017). Modo Esponja. Como observar con creatividad el impacto del cambio acelerado. El viaje del aprendizaje permanente. Editorial Sudamericana, Bs. As. ↵
- Un recurso utilizado con frecuencia es describir la situación problemática, que es simplemente el contexto de surgimiento del problema. Este apartado ayuda a las personas que no somos conocedoras del tema a comprender el acontecimiento que se va a investigar.↵
- Las búsquedas pueden ser realizadas en español, pero es altamente recomendable hacerlas también en ingles, ya que se obtendrán muchos más resultados. Asimismo, no hace falta en primera instancia leer todo lo encontrado. Se podrán leer solo los abstracts de los trabajos publicados y, con base en esa lectura, seleccionar qué textos van a ser relevantes para nuestra investigación. ↵
- Al momento de escribir, es fundamental ser muy cuidadoso con la utilización del lenguaje. Por un lado, respecto de la forma, se deben evitar eufemismos, párrafos muy extensos o citas innecesarias, así como tratar de no abusar, por ejemplo, de tipografía en negrita. Pero desde un punto de vista más profundo, es indispensable tener presente que el lenguaje utilizado no es inocente; puede legitimar o puede cuestionar el fenómeno descripto. Por eso es importante tener siempre una mirada crítica y pensar, antes de escribir, si se va a avalar o no el hecho, porque, si bien la descripción siempre debe intentar ser “objetiva”, el investigador nunca está desnudo de su propia mirada. ↵
- Otros apartados que suelen utilizarse, pero no son obligatorios, son el marco legal o los antecedentes históricos. Estos son recursos que sirven para describir, por ejemplo, cómo avanzó la jurisprudencia sobre el tema estudiado o comparar la legislación de diferentes países, y en otras temáticas los antecedentes históricos son utilizados para hacer un recuento de cómo sucedieron los hechos hasta llegar a la situación actual.↵
- Vasilachis de Gialdino, Irene (1992). Métodos cualitativos I. Los problemas teóricos-epistemológicos. Centro Editor de América Latina S.A.↵
- La indicación que se les transmite a los alumnos es que nunca dejen de mencionar la fuente de los datos que están utilizando. Si son datos primarios, mencionarlos como “propios”, y si hay cuadros en los que están expuestos, estos deben estar numerados, tener nombre (variable independiente y dependiente) y fecha. Si hay gran cantidad de cuadros, a veces amerita un índice que los mencione y anexo que los reúna, dejando solo los principales en el cuerpo de la tesis.↵