Uso de las tecnologías digitales con fines profesionales

Consecuencias en la relación con Internet, el compromiso con el trabajo
y el equilibrio de vida

Emilie Vayre,[1] Anne-Marie Vonthron y Maëlle Perissé[2]

En un contexto en el que las fronteras de las empresas se redefinen a nivel internacional, nacional y local, el despliegue de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) se impone en las empresas y transforma los modos de organización del trabajo. Sin embargo, los efectos de su introducción en la esfera profesional, tanto en lo referente a los espacios y las temporalidades del trabajo, la relación con el trabajo, el rendimiento individual u organizacional, como en la salud de los trabajadores, siguen siendo ambivalentes (Chesley, 2014; Colombier et al., 2007; Fenner y Renn, 2010; Isaac et al., 2007; Thomas, 2014).

En lo que respecta a la literatura sobre las repercusiones de las modalidades de uso de estas tecnologías con fines profesionales, hay cuatro líneas de investigación que recibieron nuestra atención. En primer lugar, veremos que las tecnologías móviles, cada vez más sofisticadas y accesibles, permiten a los trabajadores estar conectados constantemente a su trabajo a cualquier hora y en cualquier lugar (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Fenner y Renn, 2010; Thomas, 2014). En segundo lugar, abordaremos los usos problemáticos de Internet. Aunque pocos estudios se han interesados en el uso inadecuado o abusivo de las tecnologías en contextos profesionales, algunos autores consideran que los trabajadores que dedican gran parte de su tiempo de trabajo a la búsqueda y la manipulación de información pueden generar una verdadera dependencia hacia ellas (Durand et al., 2008). Por último, observaremos que la reconfiguración de espacios y tiempos de trabajo asociada al uso de las tecnologías tiene consecuencias en el compromiso con el trabajo y el establecimiento de una frontera entre el trabajo y la vida privada.

Nuestro enfoque busca elaborar un modelo de los efectos respectivos de los usos profesionales de Internet en el desarrollo del uso excesivo de Internet, el compromiso con el trabajo y la percepción del impacto del trabajo en la vida privada. Desde esta perspectiva, luego de realizar una revisión de la literatura, presentaremos el estudio empírico que llevamos a cabo entre 389 directivos (supervisores o no). Los conocimientos adquiridos en el nivel práctico pueden contribuir a la reflexión y a la implementación de dispositivos de experimentación in situ para la regulación del uso de las tecnologías con fines profesionales y el cumplimiento del derecho a la desconexión y el descanso.

1. Revisión de la literatura del campo

1.1. Uso de las tecnologías en el ámbito profesional

Aunque la implementación y el uso de las tecnologías digitales tienen efectos positivos para el trabajo, también producen múltiples disfunciones y pueden dar lugar a abusos. Varios autores señalan que la movilización de estas tecnologías ayuda a aumentar el ritmo de trabajo, reducir el tiempo de procesamiento de la información, fragmentar las actividades y los tiempos de trabajo, poner en práctica comportamientos multitarea, acelerar la circulación de la información, aumentar el volumen de información intercambiada y contribuir a la sobrecarga informativa y al sentimiento de urgencia de los trabajadores (Chesley, 2014; Isaac et al., 2007). De este modo, contribuyen a la intensificación del trabajo, sobre todo en directivos y mánagers quienes, gracias a las tecnologías móviles, aprovechan los “tiempos muertos” (de espera, de viaje, etc.) para revisar los mails, leer documentos electrónicos y comunicarse con sus colegas o colaboradores (Isaac et al., 2007).

Además, facilitan la extensión del trabajo en el ámbito de la “vida extralaboral” y el trabajo fuera de los lugares de trabajo tradicionales, ya que les permiten a los empleados seguir conectados y continuar su actividad laboral durante su tiempo libre (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Rey y Sitnikoff, 2004). De hecho, cada vez más trabajadores se quejan de lo difícil que les resulta desconectarse del trabajo y afirman que trabajan más horas y que continúan su actividad profesional por las noches, los fines de semana e incluso los feriados (Fenner y Renn, 2010). Senarathne Tennakoon et al. (2013) observan al respecto que el uso de las TIC en el entorno laboral y durante una jornada trabajada tiene una fuerte correlación positiva con el uso profesional de las TIC durante las jornadas no trabajadas. Así pues, las tecnologías ofrecen una disponibilidad permanente de los trabajadores y, en especial, de aquellos que ocupan cargos directivos. Algunos de ellos, al poder ser contactados en todo lugar y todo momento, sienten que están atados a una “correa electrónica” (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Isaac et al., 2007; Thomas, 2014). Dado que las TIC les permiten a los trabajadores trabajar en cualquier lugar, las organizaciones esperan que puedan trabajar todo el tiempo (Rey y Sitnikoff, 2004).

Finalmente, en cuanto a sus consecuencias, el aumento del volumen de trabajo, la intensificación y la extensión del trabajo inherentes a las tecnologías llevan a los trabajadores a tener dificultades para desconectarse de su trabajo y generan estrés, sufrimiento psicológico y ansiedad (Chesley, 2014; Colombier et al., 2007; Thomas, 2014).

1.2. Trabajo en exceso a través de las TIC

Aunque la interferencia del trabajo en la “vida extralaboral” no es nueva, este fenómeno se ha intensificado con la introducción de las tecnologías en las organizaciones. Según Fenner y Renn (2010), el trabajo en exceso a través de las TIC se trata de una actividad discrecional, que no se formaliza mediante un contrato, no tiene compensaciones económicas, no se sustituye a las horas clásicas de trabajo y que afecta, sobre todo, a los directivos.

La supervisión de un equipo, la (sobre)carga de trabajo, la presión temporal, la autonomía laboral, las normas sociales y la cultura organizacional son factores que promueven la continuidad de la actividad fuera del lugar y el horario habituales a través de las TIC (Senarathne Tennakoon et al., 2013). En efecto, los sistemas de gestión y evaluación actuales hacen referencia a expectativas, más o menos formales, en términos de disponibilidad y movilidad, accesibilidad y reactividad, criterios de evaluación del compromiso y la productividad y de promoción interna (Matusik y Mickel, 2011; Thomas, 2014). El estudio de Fenner y Renn (2010) muestra, por ejemplo, que los trabajadores interpretan las exigencias de las organizaciones y sus normas sociales como una presión para utilizar las tecnologías y poder así seguir trabajando en su casa después de la jornada laboral. De este modo, las TIC inducen nuevas formas de control o supervisión indirectas de los trabajadores (Colombier et al., 2007) y respaldan las nuevas exigencias de las organizaciones que exigen una mayor inversión subjetiva por parte de los trabajadores (Rey y Sitnikoff, 2004).

Como veremos a continuación, la mayoría de los estudios se centran principalmente en los efectos nocivos del uso de la tecnología en la interfaz entre el trabajo y la vida privada. Por el contrario, son pocas las investigaciones que han tratado comprender los posibles vínculos entre el uso de la tecnología con fines profesionales, dentro y fuera del espacio-tiempo del trabajo, y el desarrollo de conductas problemáticas respecto de las tecnologías y/o Internet.

1.3. Uso excesivo de Internet

Dado que el uso de las tecnologías se ha extendido, generalizado y ha penetrado en la mayoría de los entornos laborales, el tiempo en Internet ha aumentado y el lugar y la actividad de trabajo permiten ahora un mayor acceso a las TIC. Según Griffiths (2003), las conductas problemáticas relativas a otros ámbitos ya han demostrado que una accesibilidad facilitada fomenta un uso más frecuente y regular que puede provocar conductas no controladas. Por ende, todos los usuarios se ven potencialmente afectados por estas nuevas formas de patologías (Durand et al., 2008). A pesar de que el tiempo general de uso no sea en sí un criterio de ciberdependencia, constituye una señal de alerta puesto que varios estudios indican un vínculo positivo y significativo entre la ciberdependencia y la cantidad de horas semanales o diarias de uso de Internet, cualesquiera que sean las actividades realizadas o las aplicaciones utilizadas (Khazaal et al., 2008; Vanea, 2011). Para algunos autores, la multiplicación de las herramientas móviles en el lugar de trabajo no puede sino fortalecer la tendencia a querer estar permanentemente conectado: cada vez más trabajadores ya no tienen la determinación de apagar sus teléfonos o dispositivos digitales, lo que puede llevarlos a despertarse varias veces durante la noche para revisar de manera compulsiva sus mails y mensajes de texto (Durand et al., 2008).

Hay muy pocos datos empíricos sobre el entorno de trabajo y la adicción a Internet. En 2004, Widyanto y McMurran comprobaron que no hay una correlación significativa entre la intensidad del uso semanal de Internet en el ámbito laboral y la adicción a Internet. Para otros autores, las conductas problemáticas relacionadas al uso de Internet podrían derivarse directamente de factores vinculados a la actividad profesional. Durand et al. (2008) explican que determinadas exigencias laborales (metas elevadas, responsabilidades muy grandes, relaciones de trabajo conflictivas, etc.) son una fuente de estrés, cuyos síntomas (físicos, emocionales, cognitivos o conductuales) pueden unirse a una adicción comportamental. Por su parte, Beard (2005) considera que los factores culturales (como el hecho de pertenecer a una sociedad tecnológicamente avanzada o la necesidad de utilizar Internet en el trabajo) fomentan el uso de Internet a tal punto que puede resultar perjudicial para los trabajadores. Más recientemente, la investigación de Salanova et al. (2013) demostró que la sobrecarga temporal de trabajo refuerza la adicción a la tecnología, en particular en trabajadores que las utilizan de manera intensiva para trabajar. Por último, para Wright et al. (2014), la dependencia de las tecnologías de la comunicación, que impulsa a los trabajadores a hacer un uso constante de ellas para mantenerse en contacto permanente con la esfera profesional, puede resultar en la percepción de conflicto entre el trabajo y la vida personal, en un aumento del estrés y, en última instancia, en agotamiento profesional.

1.4. El uso de las tecnologías y la interfaz trabajo-vida privada

La gran mayoría de los estudios sobre los efectos del uso de las tecnologías con fines profesionales, en particular el que se realiza después de las horas clásicas de trabajo y en el domicilio, muestran que contribuyen a desdibujar la frontera entre trabajo y vida personal y que favorecen tanto la intromisión de la vida profesional en la vida personal como la percepción de interferencia negativa y de conflicto entre el trabajo y la vida privada, ya que a los trabajadores les resulta muy difícil establecer un límite funcional entre estos dos dominios de existencia (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Isaac et al., 2007; Fenner y Renn, 2010; Tabasum y Rahman, 2013; Thomas, 2014; Wright et al., 2014). La proximidad de los papeles que se deben desempeñar en estos dos dominios provoca interrupciones frecuentes, dificultades para abandonar un papel y cumplir plenamente otro, para no responder a solicitudes de trabajo y para desconectarse y limitar el trabajo (Matusik y Mickel, 2011). Esta ruptura de la frontera física entre el trabajo y la familia provoca una sobrecarga de trabajo y una ambigüedad de roles que terminan por fomentar la percepción de estrés (Ayyagari et al., 2011). Asimismo, los estudios mencionan que el trabajo en exceso a través de las tecnologías causa conflictos con la pareja o cónyuge, el entorno familiar y las amistades (Boswell y Olson-Buchanan, 2007). Por otra parte, Le Douarin (2007) observa que las parejas de directivos que continúan trabajando en su casa a través de las TIC desatienden de manera significativa las actividades al aire libre, las salidas con amigos, sus horas de sueño y sus tareas domésticas.

Aunque muchos más escasos, algunos estudios son más moderados y señalan que las tecnologías digitales también permiten asumir nuevas exigencias profesionales, conciliarlas mejor con las exigencias personales y controlar de manera más eficaz la frontera lo laboral y la vida extralaboral (Chesley, 2014; Wajcman et al., 2008). Por ejemplo, los resultados obtenidos por Batt y Valcour (2003) indican que si bien el uso de las tecnologías con fines profesionales, tanto en el trabajo como en el domicilio, vuelve más borrosa la distinción entre estos dos dominios de vida y aumentan la percepción de conflicto entre trabajo y familia (en las mujeres), también favorecen la flexibilidad, una mejor integración de las esferas profesional y personal y permiten gestionar mejor las exigencias profesionales.

1.5. Uso de las tecnologías y compromiso laboral

Los estudios que han intentado comprender el compromiso laboral demostraron que las exigencias organizacionales, como la carga temporal de trabajo, la presión temporal y las expectativas de rendimiento, pueden reducir el compromiso con el trabajo (Bakker et al., 2006).

Según sabemos, existen muy pocos trabajos que han tratado de comprender los efectos del uso de las tecnologías con fines profesionales (en el entorno de trabajo o fuera de los lugares y horarios laborales) en el compromiso de los trabajadores. No obstante, algunos estudios indican que existe una correlación significativa y negativa entre la frecuencia de uso de las tecnologías en el ámbito profesional y el compromiso laboral (es decir, vigor, dedicación, absorción; Salanova y Llorens, 2009). Por su parte, el estudio de Ter Hoeven et al. (2016) demuestra que el uso de las tecnologías incentiva el compromiso laboral siempre y cuando estos usos sean eficientes y mejoren los procesos de comunicación. En cambio, cuando los usos de estas tecnologías suponen un aumento de interrupciones de la actividad, contribuyen a reducir el compromiso y favorecen el agotamiento laboral. Finalmente, Boswell y Olson-Buchanan (2007) observan que el uso de las tecnologías de la comunicación fuera de las horas de trabajo fomenta el compromiso laboral (es decir, absorción e importancia del trabajo). Sin embargo, los resultados indican que estos usos están asociados a un menor compromiso afectivo con la organización. Los autores explican que la discrepancia de resultados se debe a que estos usos, al traducir una importante inversión de la esfera profesional, podrían estar asociados a un sentimiento de frustración, o incluso de agotamiento laboral, que influye en el compromiso afectivo hacia la organización.

1.6. Objetivos de la investigación

Teniendo en cuenta los datos de la literatura, elaboramos un modelo de investigación (véase la figura 1) que tiene por objeto comprender cuáles son los efectos del uso profesional de Internet, dentro y fuera del espacio-tiempo dedicado formalmente al trabajo, en la relación con Internet, la interfaz laboral/extralaboral y el compromiso con el trabajo.

Este modelo se basa en las siguientes hipótesis:

  • el uso profesional de Internet en el trabajo favorece la extensión del trabajo a través de las tecnologías (es decir, el trabajo en exceso);
  • estas modalidades de uso promueven el desarrollo de conductas excesivas relacionadas con Internet;
  • estas modalidades de uso combinadas con una relación problemática con Internet disminuyen el compromiso laboral y promueven la percepción de conflicto entre lo laboral y lo extralaboral.
Figura 1: Modelo teórico exploratorio

Forma  Descripción generada automáticamente con confianza media

Referencias. JT-T = jornada trabajada en el tiempo-espacio de trabajo; JT-FT = jornada trabajada fuera del tiempo-espacio de trabajo; DV = días de descanso o vacaciones; T-FT = trabajo fuera del tiempo-espacio de trabajo.

2. Método

2.1. Procedimiento de análisis

Como examinaremos en los siguientes apartados, en el marco de este estudio nos basamos en análisis factoriales confirmatorios (para evaluar nuestras herramientas de medición) y en análisis del camino (para poner a prueba nuestro modelo de investigación), que se realizaron con el software AMOS 21. Utilizamos el procedimiento de máxima verosimilitud complementado, según el caso, con el método Boostraping (1000 muestras e intervalos de confianza del 95%) que permite, sobre todo, rechazar las hipótesis de (multi)normalidad. Para evaluar la adecuación de cada herramienta de medición, como la adecuación de nuestro modelo de investigación a los datos recogidos, seleccionamos los siguientes criterios e índices de ajuste: un valor relativo de chi cuadrado (χ2/ddl o CMIN/ddl) < 3, un índice de ajuste comparativo (CFI) ≥ .95, un índice de bondad de ajuste (GFI) ≥ .95, un índice ajustado de bondad de ajuste (AGFI) ≥ .90 y un índice de la raíz cuadrada media del error de la aproximación (RMSEA) < .06.

2.2. Medidas

Para poner a prueba nuestro modelo de investigación, realizamos una encuesta mediante cuestionario a directivos y/o supervisores, dado que, como ya mencionamos, se trata de una categoría de trabajadores que se ve más obligada que otras a utilizar las tecnologías en el entorno laboral y que experimentan más trabajo en exceso a través de estas tecnologías (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Isaac et al., 2007; Thomas, 2014).

No solo medimos sus usos de Internet con fines profesionales durante su tiempo y en su lugar de trabajo, sino también fuera de su tiempo y lugar tradicionales de trabajo. También medimos su relación con Internet, su compromiso con el trabajo y la percepción del impacto de su trabajo en su vida “extralaboral”. Para ello, nos centramos en las representaciones, actitudes y conductas tal como fueron percibidas y comunicadas por las personas encuestadas.

2.2.1. El uso profesional de Internet

Para determinar el uso profesional de Internet, les pedimos a los participantes que precisaran cuánto tiempo pasaban (en horas y minutos) por día en Internet como parte de la realización de su actividad profesional (intercambios de mails y documentos de carácter profesional, búsqueda de información, videoconferencias con colaboradores o clientes, etc.):

  • durante una jornada normal de trabajo, en las horas y lugares de trabajo habituales;
  • durante una jornada normal de trabajo, pero fuera de las horas y lugares de trabajo (a primera hora de la mañana o por la noche, antes o después de la jornada laboral, en el domicilio o en el transporte);
  • durante un día no laborable normal (en un día de descanso semanal o un día de vacaciones).

2.2.2. El uso excesivo de Internet

La relación que los directivos mantienen con Internet se determinó utilizando la versión validada en francés del Internet Addiction Test (IAT) (Young, 1998; Khazaal et al., 2008). Young tomó los criterios diagnósticos que se utilizan en el ámbito del juego patológico para definir la dependencia a Internet, ya que la consideraba un trastorno del control de impulsos. Esta perspectiva, al igual que otros estudios, prefieren referirse a estos trastornos como un uso problemático más que como una adicción propiamente dicha. El IAT consta de 20 ítems que permiten evaluar la frecuencia de aparición de comportamientos, actitudes y sensaciones de los individuos asociadas al uso de Internet y el grado de gravedad de las consecuencias negativas causadas por un uso excesivo de Internet (“¿Con qué frecuencia revisa su correo electrónico antes de realizar otra tarea que necesita hacer?”; escala de cinco puntos que van desde “nunca” hasta “siempre”).

Aunque tuvimos que eliminar cuatro ítems para lograr una estructura que satisficiera los umbrales establecidos para cada índice, los resultados de los análisis factoriales confirmatorios corroboran la estructura unidimensional de la herramienta (Khazaal et al., 2008).

2.2.3. La influencia del trabajo en la “vida extralaboral”

Para determinar la naturaleza de la influencia del trabajo en la “vida extralaboral”, utilizamos la versión validada en francés (Lourel et al., 2005) del Survey Workhome Interaction–Nijmeden (Wagena y Geurts, 2000). Teniendo en cuenta nuestros objetivos de investigación, solo nos centramos en las dimensiones de la herramienta que guardan relación con los efectos de la vida laboral en la vida privada. El impacto negativo del trabajo en la “vida extralaboral” se evaluó a partir de ocho ítems (por ejemplo, “Te resulta complicado atender a tus obligaciones domésticas porque estás constantemente pensando en tu trabajo”), mientras que para el impacto positivo del trabajo en la vida privada se tuvieron en cuenta cinco ítems (por ejemplo, “El tener que organizar tu tiempo en el trabajo hizo que aprendieras a organizar mejor tu tiempo en casa”). Cada ítem se valora en una escala de cuatro puntos (que van de “nunca” a “siempre”). Los resultados de los análisis factoriales confirman la estructura bidimensional de 13 ítems de esta parte de la escala.

2.2.4. El compromiso con el trabajo

El compromiso con el trabajo se midió utilizando la versión francesa de la Escala Utrecht de Engagement en el Trabajo (UWES) de Schaufeli et al. (2002, 2006), que se encuentra disponible en el manual de la UWES. El cuestionario está compuesto de 17 ítems a partir de los cuales los participantes deben posicionarse en una escala de siete puntos (que van desde “nunca” hasta “siempre”). El vigor se evalúa mediante seis ítems (por ejemplo, “Puedo seguir trabajando durante largos períodos de tiempo sin descansos”), la dedicación, mediante cinco (por ejemplo, “Mi trabajo está lleno de significado y propósito”) y la absorción, mediante los seis ítems restantes (por ejemplo, “Cuando estoy trabajando me olvido de todo lo que pasa alrededor). Los análisis factoriales confirmatorios nos permiten lograr una estructura final tridimensional, similar a la estructura validada por los autores, pero compuesta únicamente de 9 ítems (3 ítems por subdimensión).

2.3. Procedimiento y participantes

Para seleccionar trabajadores de puestos ejecutivos (supervisores o no), recurrimos a trabajadores de nuestras redes personales y laborales y visitamos distritos de negocios propicios para el ejercicio profesional de estas categorías de trabajadores. Los participantes son entonces directivos o supervisores que trabajan en la región parisina. Al final, la muestra del estudio quedó integrada por 389 participantes: directivos que realmente trabajan en exceso vía Internet (en diversos grados) en franjas horarias, lugares o jornadas que, en principio, pertenecen a la “vida extralaboral”.

Nuestra muestra incluye casi tantos hombres como mujeres (véase el cuadro 1). Casi dos tercios de ellos tienen al menos un hijo. La edad de los participantes va desde los 22 a los 67 años (media = 39,83; desviación estándar = 9,74). Se trata, en su mayoría, de altos directivos o directivos intermedios que trabajan en el sector privado.

Cuadro 1: Características de la muestra

N

%

Sexo

Hombre

204

52,4

Mujer

185

47,6

Hijo(s)

0

142

36,5

1

88

22,6

2

108

27,8

3, 4, 5

51

13,1

Categoría socioprofesional

Jefe/director de empresa, Alto directivo

240

61,7

Directivo intermedio

149

38,3

Sector

Privado

267

68,6

Función pública

122

31,4

3. Resultados

3.1. Estadísticas descriptivas y análisis preliminares

Tal como indica el cuadro 2, los directivos encuestados parecen hacer, en promedio, un uso más bien moderado de Internet en el ámbito laboral, teniendo en cuenta tanto el uso que se realiza durante una jornada de trabajo (alrededor de tres horas y media por día en promedio) como el que se realiza durante los períodos, en teoría, no laborables (alrededor de una hora por día antes o después de la jornada de trabajo y una hora y media durante los días no laborables). De todos modos, es preciso recordar que nuestras preguntas solo se enfocaban en el uso de Internet y, por ende, no reflejan necesariamente todos los usos de las tecnologías de la información y la comunicación con fines profesionales (los usos offline quedan excluidos). Además, es probable que los usos declarados estén por debajo de los usos reales.

En cuanto a la relación con Internet, los participantes no parecen haber desarrollado tendencias excesivas. Si se examinan las respuestas de los sujetos y los criterios establecidos por Young (1998), el 76,5% de los encuestados hace un uso controlado de Internet (puntuaciones < 40) y el 23,5% restante hace un uso que causa problemas frecuentes o significativos.

Cuadro 2: Estadísticas descriptivas relativas a las variables incluidas en el modelo de investigación

M

SD

Mediana

Mín.

Máx.

α

Uso prof. JT-T (1 ítem)

3,43

2,28

3

0,25

9,5

Uso prof. JT-FT (1 ítem)

0,94

0,96

0,5

0

4

Uso prof. DV (1 ítem)

1,62

1,25

1,5

0,25

8

Uso excesivo de Internet (16 ítems)

29,92

11,33

26

16

70

.92

Vigor (3 ítems)

14,77

3,40

15

6

21

.70

Absorción (3 ítems)

12,99

3,40

13

3

21

.71

Dedicación (3 ítems)

15,59

3,40

16

3

21

.82

Impacto negativo T-FT (8 ítems)

17,29

4,95

17

8

30

.84

Impacto positivo T-FT (5 ítems)

12,27

2,77

12

5

18

.71

Referencias. JT-T = jornada trabajada en el tiempo-espacio de trabajo; JT-FT = jornada trabajada fuera del tiempo-espacio de trabajo; DV = días de descanso o vacaciones; T-FT = trabajo fuera del tiempo-espacio de trabajo.

Para complementar dicha información, también se les preguntó a los participantes cuáles eran las tecnologías que utilizaban en el entorno laboral y si el empleador se las proporcionaba (o no). La gran mayoría de los encuestados (87,9%) cuenta con al menos un dispositivo proporcionado por su empleador (principalmente, computadoras de escritorio, computadoras portátiles y smartphones). A este respecto, se ha observado que cuantos más equipos tecnológicos reciben de su empleador los directivos, más Internet utilizan con fines profesionales tanto a lo largo de su jornada laboral (r = .235; F(1,387) = 22,625; p < .001) como fuera de sus horarios y lugares de trabajo (usos profesionales JT-FT: r = .130; F(1,387) = 6,667; p < .01; usos profesionales DV: r = .129; F(1,387) = 6,536, p < .05). No obstante, el hecho de contar con dispositivos tecnológicas proporcionados por el empleador no influencia ninguna otra variable considerada en nuestro modelo.

Por último, también examinamos los efectos de las características sociodemográficas y socioprofesionales en el conjunto de variables consideradas en nuestro modelo de investigación y solo la edad ejerce un efecto significativo en algunas de ellas. En efecto, se observa que los encuestados más jóvenes son quienes utilizan más Internet durante en el marco del trabajo en exceso a lo largo de una jornada trabajada (r = -.168; F(1,387) = 11,281; p < .001), quienes tienen puntuaciones altas de uso problemático de Internet (r = -.229; F(1,387) = 21,454; p <.001) y quienes más perciben que el trabajo tiene un impacto positivo en su vida privada (r = -.125; F(1,387) = 6,189; p < .05). Los dos primeros resultados están en consonancia con los que figuran en los estudios de Buckner et al. (2012) y de Senarathne Tennakoon et al. (2013), quienes señalaron que la edad estaba relacionada negativamente con la intensidad del uso profesional de las TIC y el uso problemático de Internet en los trabajadores. Sin embargo, se observa que los participantes más jóvenes son también quienes registran las puntuaciones más bajas de vigor (r = .185; F(1,387) = 13,686; p < .001) y de absorción (r = .117; F(1,387) = 5,397; p < .05).

Cuadro 3: Correlaciones entre las variables del modelo de investigación

1

2

3

4

5

6

7

8

9

1. Usos prof. JT-T

2. Usos prof. JT-FT

.444**

3. Usos prof. DV

.347*

.525**

4. Usos prob. Internet

.214**

.422**

.408**

5. Vigor

-.120*

-.184**

-.186**

-.357**

6. Absorción

-.050

-.003

-.005

.003

.428**

7. Dedicación

-.136**

-.109*

-.194**

-.286**

.599**

-494**

8. Impacto negativo T-FT

.155**

.217**

.124**

.368**

-.118*

.158**

-.164**

9. Impacto positivo T-FT

-105*

.187**

.176**

.364**

-.102*

.116*

.014

.258**

Referencias. JT-T = jornada trabajada en el tiempo-espacio de trabajo; JT-FT = jornada trabajada fuera del tiempo-espacio de trabajo; DV = días de descanso o vacaciones; T-FT = trabajo fuera del tiempo-espacio de trabajo; *p < .05; **p < .01

Por último, antes de poner a prueba nuestro modelo teórico de investigación, examinamos las correlaciones entre sus variables (véase el cuadro 3). En primer lugar, se observa que existen vínculos significativos y positivos entre los usos profesionales de Internet, tanto dentro como fuera de los espacios y tiempos formalmente dedicados al trabajo, y las conductas problemáticas en relación con Internet. En segundo lugar, se ve que cuánto más intenso es el uso de Internet con fines profesionales, menor es el número de directivos que tiene niveles elevados de compromiso laboral y mayor es el número de ejecutivos que percibe un impacto de su trabajo en la vida privada, aunque estas correlaciones son bastante débiles. Los resultados van estrictamente en la misma dirección cuando se examinan las relaciones entre el uso excesivo de Internet, el compromiso laboral y los impactos percibidos del trabajo en la vida “extralaboral”, pero, en este caso, las correlaciones son más fuertes.

Es importante mencionar que la absorción no presenta ninguna correlación significativa con las demás variables del modelo y, por lo tanto, esta subdimensión del compromiso no fue considerada en el modelo inicial que fue objeto de análisis.

3.2. Puesta a prueba del modelo de investigación

A fin de evaluar el ajuste de los datos obtenidos a nuestro modelo inicial y, como veremos, a modelos alternativos, realizamos análisis del camino utilizando el procedimiento de máxima verosimilitud, así como el método Boostraping, que nos permitió probar los efectos indirectos de nuestras variables y verificar los efectos de cada factor incluido en los modelos probados. En un primer momento, probamos el modelo inicial basándonos en las correlaciones significativas que habíamos observado entre las variables incluidas en el modelo de investigación. Como este último no resultó satisfactorio, realizamos una serie de análisis complementarios para evaluar la pertinencia de modelos alternativos. Finalmente, obtuvimos un modelo que se ajusta de forma conveniente a nuestros datos (véase el cuadro 4 y la figura 2).

Cuadro 4: Índices de adecuación de los modelos

CMIN/ddl

CFI

GFI

AGFI

RMSEA

MI

18,338

86

94

78

.16

MF

1,202

99

99

97

.02

Referencias. MI = modelo inicial probado; MF = modelo final

Figura 2: Modelo final (modelo alternativo que mejor se ajusta)

Escala de tiempo  Descripción generada automáticamente

Referencias. JT-T = jornada trabajada en el tiempo-espacio de trabajo; JT-FT = jornada trabajada fuera del tiempo-espacio de trabajo; DV = días de descanso o vacaciones; T-FT = trabajo fuera del tiempo-espacio de trabajo; *p < .05; **p < .01. Los caminos no significativas del modelo inicial fueron eliminadas.
R² uso prob. Internet =.23; R² vigor = .13; R² dedicación = .10; R² impacto negativo T-FT = .14; R² impacto positivo T-FT = .11.

En primer lugar, el modelo que surge de nuestros análisis permite notar que los usos de internet con fines profesionales que se llevan a cabo en espacios-tiempos formalmente dedicados al trabajo fomentan la extensión del trabajo vía Internet (usos diarios antes o después de la jornada laboral y usos durante las jornadas no trabajadas). Sin embargo, no se trata de un factor que explica de manera directa y significativa la relación con Internet, el compromiso laboral o los impactos percibidos del trabajo en la vida extralaboral.

Se observa asimismo que, aunque el trabajo “en exceso” a través de las tecnologías favorece claramente el desarrollo de actitudes y comportamientos de tendencia excesiva hacia Internet, solo ejerce efectos indirectos en el compromiso laboral y los impactos percibidos del trabajo en la vida extralaboral.

Por consiguiente, los resultados demuestran que, los directivos, cuanto más trabajan a través de Internet en el ámbito laboral y en el trabajo, más trabajan también con tecnologías fuera de los lugares y horas dedicadas al trabajo (ya sea en jornadas trabajadas o durante sus días de descanso/vacaciones) y más manifiestan hacer un uso problemático de Internet, lo que genera una disminución del vigor y la dedicación y fomenta la permeabilidad entre las diferentes esferas de la vida (impactos percibidos como negativos, pero también positivos). Es decir que el uso de las tecnologías con fines profesionales, en la medida en que está asociado a la extensión del trabajo fuera del trabajo, tienen consecuencias (directas o indirectas) bastante nocivas en la salud y la calidad de vida.

4. Discusión

Como presagiaban algunas investigaciones del ámbito, nuestro estudio confirma que el uso de Internet y de las tecnologías en el entorno laboral promueve la extensión del trabajo fuera de las horas habituales y sostiene las prácticas de trabajo “en exceso” (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Le Douarin, 2007; Rey y Sitnikoff, 2004; Senarathne Tennakoon et al., 2013; Thomas, 2014).

Sin embargo, uno de los principales intereses de nuestro estudio es otro, ya que permite comprender mejor los efectos del uso de las tecnologías con fines profesionales, al disociar aquellos que se realizan en el marco formal del trabajo y aquellos que se inscriben en otras esferas de la vida. Además, permite completar los trabajos sobre el desarrollo de actitudes y comportamientos excesivos relacionados con Internet en contextos profesionales y ayuda a explicar los resultados contradictorios que se han reportado en la literatura del campo. Por ejemplo, Widyanto y McMurran (2004) indicaban en su estudio que no existía un vínculo entre el uso semanal de Internet en el ámbito laboral y el grado de adicción a Internet, mientras que otros trabajos (Beard, 2005; Khazaal et al., 2008; Vanea, 2011) parecían sostener lo contrario. Nuestros resultados indican que, efectivamente, no hay un vínculo directo entre el uso profesional de Internet y el desarrollo de conductas problemáticas, siempre y cuando el uso se circunscriba a la esfera formal del trabajo. Cuando trascienden esta esfera, contribuyen al desarrollo de conductas no controladas respecto de Internet en los trabajadores directivos.

En lo que respecta a la relación laboral-extralaboral, si se consideran conjuntamente las dimensiones relativas a la interfaz trabajo-vida extralaboral, nuestro modelo corrobora los estudios que indicaban que el uso profesional, sobre todo en exceso, ayuda a desdibujar la frontera entre el trabajo y la vida privada (Isaac et al., 2007; Tabassum y Rahman, 2013; Thomas, 2014). Se observa una porosidad importante entre estas dos esferas (se percibe que el trabajo tiene un impacto negativo pero también positivo en la vida privada), pero –e insistimos– porque este uso incentiva actitudes y conductas de tendencia adictiva (efectos mediados). Aquí es donde se pone de manifiesto todo el interés por determinar tanto los aspectos positivos como negativos del impacto del trabajo en la vida extralaboral. En primer lugar, porque algunos autores muestran que se trata de dimensiones que no se oponen necesariamente (Geurts et al., 2005). Esto permite explicar los resultados contradictorios proporcionados por la literatura del campo, dado que algunos trabajos hacen hincapié en los efectos negativos del uso de las tecnologías con fines profesionales en la conciliación vida laboral-vida “extralaboral” (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Le Douarin, 2007; Fenner y Renn, 2010; Matusik y Mickel, 2011), mientras que otros evidencian sus efectos positivos (Batt y Valcour, 2003; Chesley, 2014; Wajcman et al., 2008). Si se desea comprender plenamente cómo el uso y la relación con Internet influyen en los vínculos entre vida laboral y vida privada, es conveniente no limitarse a la evaluación de sus efectos en el conflicto entre estas dos esferas.

Por último, el modelo final también busca desarrollar enfoques multidimensionales para determinar y explicar el compromiso laboral. Los resultados de nuestros análisis muestran con claridad que el uso profesional de las TIC y la relación con Internet no intervienen en las mismas dimensiones del compromiso: a saber, afectan el vigor y la dedicación, pero no tienen ningún efecto significativo en la absorción. Estos resultados están en consonancia con los trabajos previos que indicaban que el uso intensivo de las tecnologías, sobre todo fuera de las horas formales de trabajo, disminuía la implicación organizacional y el compromiso laboral y podía ser un indicador de exceso de entrega profesional (Boswell y Olson-Buchanan, 2007; Fenner y Renn, 2010; Salanova y Llorens, 2009; Senarathne Tennakoon et al., 2013; Ter Hoeven et al., 2016). Se puede suponer que los bajos niveles de compromiso registrados en nuestro estudio son una señal de erosión del compromiso y un indicador de burnout, dado que el vigor está asociado negativamente con el agotamiento emocional y la dedicación con la despersonalización (Bakker et al., 2006; Schaufeli et al., 2002, 2006). Los resultados de Wright et al. (2014) corroboran esta hipótesis interpretativa, ya que revelan que el trabajo en exceso mediante el uso de tecnologías es un factor significativo, aunque indirecto, de agotamiento profesional.

5. Perspectivas de la investigación

Aunque original e informativo, consideramos que el estudio que llevamos a cabo solo representa el punto de partida de la investigación de los efectos del uso de las tecnologías y de Internet con fines profesionales en el trabajo, la salud y el equilibrio entre las diferentes esferas de la vida.

Teniendo en cuenta los aportes, pero también el limitado alcance de esta primera exploración, creemos que es importante seguir desarrollando estudios empíricos en este campo con muestras de trabajadores más heterogéneas y representativas. Desde esta perspectiva, si se quiere comprender de qué manera y en qué medida el uso de las tecnologías digitales y de Internet influyen en los procesos que se están estudiando, consideramos necesario utilizar métodos de recolección de datos mixtos y más objetivos. Algunos de estos podrían ser, por ejemplo, la medición de usos complementarios (registros de seguimiento de la actividad, recolección de datos en diferentes momentos del día, registros de actividades diarias durante un período prolongado, observaciones, etc.) o la realización de entrevistas al entorno personal para complementar las respuestas recabadas entre los trabajadores, ya que, como el trabajo en exceso puede aportar beneficios o recompensas profesionales, los sujetos tienden a subestimar los usos y sus consecuencias (Boswell y Olson-Buchanan, 2007).

Para ampliar los resultados de esta investigación, también es necesario realizar estudios que permitan caracterizar con precisión y exactitud los usos que se hacen en el entorno laboral (en función de las tecnologías utilizadas, los lugares y temporalidades de esos usos, las aplicaciones o programas utilizados, las actividades realizadas y los objetivos) para determinar los impactos diferenciados. El objetivo de ello es dotarse de los medios para identificar los usos que puedan tener consecuencias nocivas y/o, por el contrario, efectos más bien beneficiosos para la realización del trabajo, el trabajador y la organización.

Por último, para futuras investigaciones, podría ser conveniente explorar los posibles vínculos entre el uso profesional de Internet en exceso, la relación con Internet y la relación con el trabajo. Cabe esperar que exista una relación positiva entre estas tres dimensiones puesto que los trabajos previos indican que la adicción al trabajo tiene consecuencias negativas en el conflicto trabajo-familia y que el trabajo compulsivo y las tres dimensiones del compromiso laboral tienen una correlación negativa (Schaufeli et al., 2008).

6. Consecuencias prácticas

Hoy en días, las inquietudes respecto de la frontera y el equilibrio entre vida profesional y vida privada, así como respecto de la salud de los trabajadores, se acompaña de reflexiones sobre el “derecho a la desconexión” (en el tiempo libre o en la jornada laboral). Este nuevo derecho comprende el derecho al aislamiento, a la tranquilidad, a la posibilidad de evitar la fatiga en los momentos en que no se trabaja y a no verse obligado a responder inmediatamente una llamada telefónica o un correo electrónico (Rey y Sitnikoff, 2004) y coincide, en definitiva, con el concepto de “derecho al descanso”. A partir de 2010, algunos grandes grupos o grandes empresas con sede en Francia comenzaron a elaborar manuales de buen uso de Internet y, en particular, de la mensajería electrónica durante o fuera de las horas de trabajo. Sin embargo, es necesario ampliar la reflexión y las medidas organizativas, ya que aún no están muy extendidas en las empresas francesas.

Al mismo tiempo, también se empezaron a desarrollar e implementar programas de prevención del uso de Internet, pero todavía se registran muy pocos casos. Estos proporcionan información a los empleadores y empleados sobre los riesgos del uso no supervisado y controlado de los teléfonos celulares del trabajo, emails, Internet, etc. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, el uso problemático de Internet y la ciberdependencia rara vez se toman en serio en Francia: los servicios de atención son insuficientes y la prevención es prácticamente nula. Dado que nuestra sociedad valora enormemente y fomenta el uso de las tecnologías y las herramientas de comunicación, resulta fácil comprender que la ciberdependencia esté más aceptada socialmente que otras adicciones que se manifiestan en los entornos laborales. En efecto, los contextos organizacionales actuales promueven a toda costa factores de desarrollo de comportamientos adictivos en el trabajo, como la eficacia, la disponibilidad permanente, el establecimiento de objetivos inalcanzables o demasiado ambiciosos (Colombier et al., 2007; Durand et al., 2008; Fenner y Renn, 2010; Matusik y Mickel, 2011; Rey y Sitnikoff, 2004; Thomas, 2014). En vista de estos contextos y de las exigencias que vehiculan, se puede esperar que la adicción comportamental a las tecnologías, o al menos el uso excesivo de Internet, pueda incluso remitirse a una imagen positiva del trabajador (como en el caso de la adicción al trabajo).

Por lo tanto, conviene proseguir y ahondar la reflexión y las iniciativas que ya se pusieron en marcha en las organizaciones de trabajo para establecer políticas negociadas de usos fuera de las horas de trabajo, que protejan a los trabajadores de sus consecuencias negativas. Los conocimientos obtenidos de los trabajos empíricos del campo (como el presente estudio) podrían ayudar a esclarecer el debate y las decisiones en las organizaciones y concientizar a los directivos, gerentes y mánagers sobre los efectos adversos del trabajo “en exceso” a través de las TIC en el desarrollo de usos problemáticos y las consecuencias ampliamente reconocidas de la porosidad entre las diferentes esferas de la vida y el compromiso laboral tanto en las conductas y las actitudes laborales –el desempeño, la salud física y mental de los trabajadores– como en la eficiencia y la productividad de las organizaciones (Christian et al., 2011; Lourel et al., 2005).

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  1. Universidad Lumière Lyon 2, GRePS.
  2. Universidad de París Nanterre, LAPPS-TE20.


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