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Apéndice 7: El crecimiento de Ford y su complicidad con la dictadura argentina

Ford fue la primera empresa mundial del sector en instalarse en la Argentina, abriendo su filial local en 1913[1]. En aquel momento, la Argentina fue la segunda filial en instalarse fuera de los Estados Unidos después de la de Inglaterra. La primera planta fabril se inauguró en Buenos Aires en 1922 en el barrio de La Boca. Allí se produjo el Sedan 4 Puertas. En los ’30 no había autopartistas argentinas por lo que se importaban todas las partes y piezas. Desde 1945 se comenzaron a desarrollar proveedores locales.

Ford Motors Argentina inauguró el Centro Industrial de General Pacheco el 21 de Septiembre de 1961, el más grande fuera de los Estados Unidos en aquella época (Ford). De allí salieron modelos como el Falcon, el Taunus, el Sierra, la F-100, la Ranger y el Focus. Cuando se inauguró la planta los automóviles ya tenían una gran parte de componentes argentinos debido al impulso del sector local que se había dado con el peronismo.

En 1980 Ford inauguró una planta de camiones moderna[2] con subsidios estatales tras un acuerdo entre Juan María Courard y el Brigadier Graffigna[3] y llegó a producir 112 mil unidades, una cifra récord hasta el momento. En la Argentina Ford se ubicó a la vanguardia de la ofensiva sobre el trabajo[4]. La estrategia corporativa consistió en la fragmentación de los trabajadores, la extensión de los plazos de negociación y la participación como cómplice en el secuestro y tortura de trabajadores sindicalizados durante la dictadura cívico-militar y empresarial[5]. José Rodriguez, el secretario general de Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) durante la dictadura[6], junto a su segundo en el sindicato, fueron también cómplices (Abdala, 2015).

En el marco de la conocida “Causa Ford” de los juicios a las juntas se demostró que se utilizaba el quincho de Ford de la planta de Pacheco como centro clandestino de detención. Recientemente dos ejecutivos de Ford Motors Argentina fueron sentenciados por crímenes de lesa humanidad al declararlos culpables de señalar trabajadores y facilitar información a agentes de seguridad para su secuestro y tortura luego del golpe militar de 1976. En aquel momento, alrededor de 5 mil trabajadores estaban empleados en la fábrica de General Pacheco que producía el emblemático Ford Falcon, utilizado por la dictadura para secuestrar opositores y llevarlos a los centros clandestinos de detención (New York Times, 11 de Diciembre de 2018).


  1. 70 años de la industria automotriz”, De Autos, Diario Clarín.
  2. En la actualidad esta planta pertenece a Vokswagen. Entre 1987 y 1996 Ford se unió a Volkswagen para crear Autolatina.
  3. El brigadier Omar Rubens Graffigna fue Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea e integró entre 1979 y 1981 la Junta Militar de Gobierno con Roberto Viola y Armando Lambruschini. Pese al acuerdo para la instalación de la fábrica con subsidios estatales, en 1981 se agudizaron las rispideces entre la dictadura y la empresa debido a la decisión de Ford de repatriar más de 450 millones de dólares de ganancia a su casa matriz en los Estados Unidos.
  4. El eje de la ofensiva patronal se dirigió hacia las categorías, fragmentando el proceso productivo para abaratar la fuerza de trabajo. Además, no homologó prácticamente ninguna demanda de ampliación de derechos exigida por el sindicato en los Convenios Colectivos.
  5. Como señala un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), “El 7% de los civiles acusados por delitos de lesa humanidad son empresarios. La dictadura fue la oportunidad que vieron algunos directivos de empresas para resolver de manera represiva los conflictos laborales y aumentar sus ganancias. Pusieron a disposición de los militares recursos materiales, como autos e instalaciones, dieron listas de personas, y de esa forma pasaron a ser un eslabón más en la estructura del terrorismo de Estado” (CELS, 2018)
  6. José Rodríguez Estuvo dos veces preso por disponer medidas de fuerza en contra de la dictadura militar, fue señalado como entregador de obreros de Mercedes Benz durante el mismo período y terminó sus días de líder gremial procesado por administración fraudulenta de la obra social de su sindicato (La Nación, 7 de Noviembre de 2009)


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