La Educación Física de allá y de acá
El convite a prologar Educaciones Físicas escolares. Prácticas, narrativas y (re)producciones nos resulta, por demás, grato. Nuevamente nos propone revisar la educación física de allá y de acá que, a dos orillas, viene siendo la educación física que se manifiesta, entre otros ámbitos, en redes de investigadores que se encuentran, se reconocen y se proponen, en sincronía, (re)producir propuestas para aportar a la revisión crítica de espacios de formación y enseñanza en la universidad. Se pretende un desdoble, para nosotros imprescindible, dialéctico, al campo de la intervención; dicho de otro modo, su desdoble en la práctica.
Introducir este texto nos permite reivindicar la importancia del trabajo colectivo de redes académicas que se conectan y desafían a pensar saberes situados, saberes con otros; en esta ocasión, junto al profesorado escolar. Para los autores y para nosotros, se hace necesario que lo que se produzca en la investigación se aproxime a los problemas de lo que sucede en las intervenciones profesionales, aportarle al proyecto de producción académica legitimidad social, cuando no epistémica. Esta apuesta en las páginas que siguen circula a lo largo, a lo ancho y a lo profundo de su escritura, resultado en nuestra opinión y, en primer lugar, uno de sus componentes más valiosos. En segundo lugar, destacamos el arribo a la búsqueda de las narrativas docentes, procedimientos de investigación interesantes para recurrir a las miradas de los otros y las otras, relatos que conectan con las epistemologías personales del profesorado, con creencias y concepciones que se ven interpeladas, se condensan y se rehacen en su quehacer cotidiano. En tercer lugar, remarcamos un esfuerzo –ya anunciado– que distingue al equipo de investigadores en cuanto autores del producto: su interés sistemático en construir conocimiento con (en y para) quien día a día trabaja la educación física en la escuela.
Prologar esta obra y leer sus narrativas nos permitió reconocer rasgos identitarios, culturales, que dan cuenta, de algún modo, de nuestras narrativas. Leer la educación física de allá interpela a la de acá.
Hemos de decir al respecto que quienes escribimos estas páginas llegamos a una educación física laica, gratuita y obligatoria tardíamente. Pensemos que, en Uruguay, su entrada oficial a la escuela primaria se consolida en 2008 y se establece recién en ese entonces su presencia como disciplina a lo largo del sistema educativo completo. Se sella, de esta manera, un trabajoso proceso de luchas tan gremiales como académicas, sostenidas por tantos años como, quizá, la propia creación del Instituto Superior de Educación Física (ISEF); hablamos del año 1939… así de lejos.
Su estatus de conocimiento, de saber a ser enseñado –léase el comprender el área de conocimiento y, por ende, intervenir sobre ella, no únicamente para jugar, practicar, entrenar o ejercitarse físicamente– representa en la actualidad, sin duda, uno de sus desafíos más urgentes.
De este lado de la orilla, nos encontramos ante un verdadero problema que interpela a una parte de la academia y del colectivo del profesorado que entiende, como nosotros, que el lugar de la educación física en la escuela debe ser fundado en el saber y, a partir de allí, su mayor preocupación será otorgarle al estudiantado, en cuanto ciudadanos, la posibilidad de hacerse de esta parte del capital cultural de la humanidad, de manera crítica. Este enfoque plantea que su (re)producción escolar parece adecuada, entre otras cosas, para habilitar el desarrollo de sus potencialidades. Como señalan los autores del texto, lejos de ser descartable, la enseñanza de la educación física en la escuela es constitutiva. Ese particular tipo de inclusión recupera y legitima el movimiento, el juego, el deporte y la gimnasia, lo lúdico, la práctica deportiva y la ejercitación física. Esto tendrá que someterse a crítica epistémica para aportar al movimiento emancipador en la educación física de acá y de allá. En definitiva, ¿para qué producir ensayos transformadores de la cultura del movimiento (uruguaya) en la educación física de la escuela? ¿Para qué, por qué y, eventualmente, cómo hacer de un área conformadora del capital de conocimiento humano un área capitalmente imprescindible a ser enseñada, críticamente, en la escuela primaria y secundaria? ¿Cómo sostener de manera colectiva que su ausencia del curriculum escolar es tan grave, al menos, como la ausencia de áreas que parecen ser, sin discusión, indispensables? Estas, entre otras, son preguntas que se encuentran sobre nuestra mesa de trabajo.
La primera etapa del siglo XXI en Uruguay nos encontró a los uruguayos y las uruguayas del campo hurgando en esta cuestión sistemáticamente. A juzgar por los relatos que recogen las páginas que siguen, no ha sido muy distinto lo que ocupó a la educación física de allá. Por un lado, profesores y profesoras del área, en especial en educación primaria,[1] intensifican sus revisiones sobre sus actividades de enseñanza. Por otro, los académicos y las académicas intensifican sus actividades de investigación, extensión y enseñanza en la universidad[2] vinculadas a la problemática. Unos y otros, solos o juntos, reúnen elementos que permiten tensionar la formación y la enseñanza de la educación física en el sistema educativo.[3]
En el primer caso, el de la profesión, parecíamos asistir a una crítica de gran parte del profesorado de patio que, decidido, se encontró discutiendo algunas naturalizaciones de sus contenidos clásicos. Primero, la de una educación física asociada a esa área de la gimnasia que se ocupa solo de la cuestión orgánica o del rendimiento vinculado al desarrollo de las capacidades físicas. Segundo, la de una educación física mancomunada con el juego que, en sus excesos, terminaba por asimilar (peligrosamente) sus propuestas de enseñanzas al recreo; este existe –como intuirá el lector– en el Río de la Plata como espacio liberado de conducción didáctica y, en todo caso, asistido tradicionalmente por la vigilia del adulto que centra su mirada en la seguridad, el orden y el cuidado. Tercero, la de otra educación física que era asimilada al deporte, sea a una versión federativa propia de otra escuela, la deportiva, o a otra que, descreída de esa, proponía bajo el paraguas del deporte educativo, casi alquímicamente, un juego deportivo que parecía ser formativo por sí mismo. En uno u otro caso, no se estaba dando respuesta a la educación física, es decir, a una forma de educación ciudadana cuya particularidad hace foco en el movimiento significado por su cultura, y de ella, algún proyecto social a construir colectivamente.
Esta triple problematización avanzó gradual y dialógicamente entre el mundo profesional y el académico, objetivándose en el primero a partir de la revisión y (re)producción de encuentros clásicos que variaron a otros, tan novedosos como revolucionarios. El más evidente, visible y material –quizá el más difundido– en el campo profesional se hizo presente en 2018, cuando más de 750 niños y niñas de educación primaria presentaron la Gimnasiada, evento enmarcado en el proyecto de Encuentros e Intervención Urbana que impulsó el equipo de educación física de la Jurisdicción de Montevideo del Consejo de Educación Inicial y Primaria.[4] La Gimnasiada representa un avance hacia la crítica política y epistémica del objeto gimnasia. Cuestiona y recrea una estática historia uruguaya de formaciones milimetradas, invariantes y militares, de cuya crítica son repensadas para vincularse a creaciones coreográficas que revisan su forma, su sentido y sus contenidos. Aporta, por ejemplo, al tratamiento crítico de su relación con la estética, de su versión edulcorada y comercial, de sus utilidades para otros que tienen en su interés dominar y dominarnos. La educación física en el sistema educativo, en general, y en educación primaria, en particular, creció transformadora, se tentó –nos tentó– a (re)pensarla como una posibilidad imprescindible de resistencia ciudadana para una parte de la cultura que, hasta allí, acontecía rezagada, desvirtuando su fuerza emancipadora.
Del lado académico, no siempre articulado a lo que pasa en la profesión (lo que sí sería conveniente, según nuestro criterio), aparecieron grupos y, en ellos, líneas de investigación. Estas comienzan a ocuparse de lo que se enseña en la educación física en la escuela y en la enseñanza media, de lo que debería enseñarse y de sus sentidos. En otras palabras, se ocupa del qué, para qué y cómo enseñar la educación física escolar, una suerte de correlato en el mundo de la educación superior. Dentro de estos equipos de trabajo, el nuestro comparte este tipo de preocupaciones y búsquedas concretas. Investigar en educación física escolar se venía anunciando como una actividad que avanzaba, con lentitud, hacia la revisión de teorías que buscaban producir conocimientos superadores a sus problemáticas cotidianas.
Hasta hace poco tiempo, de este lado del río, tal necesidad no se había hecho tan urgente como hoy. Con sorpresa, surgen y se retoman discursos que insisten, en algunos casos con irresponsabilidad, en nombrar con linealidad educación física, actividad física y deporte. Discursos orales y escritos que se instalan de facto en políticos y en políticas y en leyes, sin la mínima revisión crítica. Hemos de decir que, ingenuamente, vivimos un preludio en el que creímos haber superado este asunto; nos equivocamos.
Si esta linealidad de la que se habla y sobre la que se escribe surge a partir del relato del profesor y la profesora de educación física en la escuela, cobra aún más relevancia. No es lo mismo que el profesorado confunda estos términos que que no los confunda; las prácticas de intervención sobre estos objetos serán definitivamente distintas según cada cual. Las consecuencias de esta debilidad impactan en la formación del estudiantado o en la forma en la que el colectivo resiste embates cuasi inocentes de mercaderes, disfrazados de derecho positivo.
Son pocos los estudios del Río de la Plata que se desafían a pensar la construcción del campo de la educación física de la escuela. Uno de ellos es el que hoy tenemos el gusto de prologar. Esta nueva obra, hermana, avanza en esa línea de análisis. Trata de relatos, de historias que evidencian dificultades y posibilidades de profesores y profesoras de educación física que dan cuenta, en la cotidianidad del aula escolar, de lo que sucede con nuestra disciplina en el patio, de cómo esta se hace posible y se limita a y con los que en definitiva participan de ella, forman parte de esa cultura, conforman la cultura de educación física en Latinoamérica.
Somos de los que pensamos que para transformar la educación física se deben transformar sus prácticas escolares, y también pensar su cambio fuera de ellas. Somos de los que pensamos que la mejor teoría debe hacer posible el confrontamiento de los problemas cotidianos para construir una nueva realidad en este juego de relaciones. Asimismo, pensamos que los problemas que producimos –y nos producen– deben ser complementados, atendidos, sostenidos, indagados por equipos docentes. No parece posible otra salida que la de articular equipos de investigadores y de profesionales, tal y como lo proyecta el texto que se desarrolla en estas páginas.
Creemos en un futuro juntos, construyendo política, construyendo proyectos colectivos de transformación que den paso a la revisión crítica de lo que sucede en la práctica de la escuela, revisando, dialécticamente, lo que sucede en las prácticas académicas de la universidad. En suma, revisar para revisarnos, construir para construirnos. Si ser académico de cepa supone producir conocimiento ajeno a la práctica, asumimos ser investigadores de pacotilla, investigadores del objeto en diálogo con la gente produciendo para esa misma gente. Esa sería nuestra forma, la imbricada en la realidad cotidiana que aporte una salida para la transformación. Quizá la fuerza más intensa de este texto sea justamente esa, la de construir una educación física que (nos) encuentra a productores de la academia y de la escuela trabajando para su proyecto.
Debemos decir que estas líneas son construidas desde la hermandad, desde la resistencia rioplatense. Allá y acá las cosas aparentan ser muy similares; profesores y profesoras de educación física disputan espacios, lugares, trabajan en condiciones materiales complejas. El equilibrio entre las horas de trabajo pagas y las horas de reflexión pagas es infinitamente inferior a favor de la segunda. En esas condiciones estructurales y materiales de segunda, acontecen y se ponen en marcha, en movimiento, las prácticas de enseñanza. En el otro extremo, en las universidades, académicos en las mismas condiciones materiales precarias ponen en marcha las suyas. Sin embargo, la educación pública del Río de la Plata avanza, resiste, pretende mantener la mejor calidad en sus diversas formas de producción, y aporta a la reflexión de la cultura latinoamericana, una cultura que, al menos entre estos colectivos, apuesta a construir equidad, justicia, ciudadanía para y en la educación física escolar.
Nos encontramos ante uno de los mayores desafíos que nos ha tocado enfrentar: construir argumentos que, indiscutiblemente, den cuenta de la educación física escolar como un área imprescindible del curriculum.
Para los que pensamos que se construye a partir de la praxis, confrontando lo que de ella sucede en la sociedad que construye la escuela, y lo que sucede en la escuela que construye sociedad, proponer su enseñanza y su investigación en clave social parece insustituible.
El texto que tenemos el gusto de prologar suma al acumulado incipiente de esta tarea de construir educación física tanto en la universidad como en la escuela.
Mariana Sarni, Javier Noble y Ana Peri
Montevideo, agosto de 2020
Referencias bibliográficas
Beer, D. y Sarni, M. (2020). “Transposición didáctica y Educación Deportiva en la Educación Física del sistema educativo”. Revista digital EF Deportes.
Manzino, C., Sarni, M., Noble, J., Suburú, A., Ruga, M. y Cardozo, J. (2017). “Deporte escolar”. En A. Craviotto, Educación Física y escuela. Revisión y actualización de saberes (pp. 42-60). Montevideo: UdelaR, CSEP.
Oroño, M. (2018). “Configuraciones didácticas de la Educación Física escolar”. En J. Leymonié, Panorama de la enseñanza de la Educación Física en Uruguay (pp. 79-105). Montevideo: Migro.
Pastorino, I. y Sarni, M. (2010). “¿Qué deporte en la Escuela?”. Revista Universitaria de La Educación Física y el Deporte (3), 45-48. Obtenido de https://bit.ly/3kb1SmY.
Peri, A. (2014). “Modelos didácticos de las clases de Educación Física escolar”. Revista Univesitaria de la Educación Física y el Deporte (7), 42-50.
Sales, M. T., Sarni Muñiz, M. y Rodríguez Cattaneo, L. (2014). Educación. ¿Es la evaluación lo que parece?: entre el fondo y las formas. Montevideo: Trecho.
Sarni, M. y Corbo, J. L. (noviembre-diciembre de 2018). “Las testificaciones en educación física, ¿una oportunidad para aprender?”. EmásF, Revista digital de Educación Física, 10 (55), 22-32. Obtenido de https://bit.ly/3imov7G.
- El Encuentro de Construcción de Saberes, las jornadas de formación organizadas por la inspección del área, los cursos de Formación Permanente cogestionados por el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) y la Universidad de la República (Udelar), y las múltiples charlas organizadas por las autoridades de educación primaria dan cuenta de un intento sostenido en la búsqueda de un giro reflexivo y de instalar un clima renovador de la educación física de las dos primeras décadas del siglo XXI.↵
- Podríamos decir que, en Uruguay, el pasaje de ISEF a Udelar significó en términos relativos –de comparar el siglo XX con el inicio del XXI– una explosión de investigaciones vinculadas al estudio de sus temáticas, de ellas en el curriculum de formación, y de las prácticas de enseñanza llevadas a cabo, principalmente, en la educación física de la escuela primaria. Varios productos de estos estudios se sintetizan en libros, capítulos de libros y artículos accesibles en la web. Mencionamos algunos: Beer y Sarni (2020), Oroño (2018), Sarni y Corbo (2018), Manzino y otros (2017), Peri (2014), Sales, Sarni y Rodríguez (2014), Pastorino y Sarni (2010), entre otros.↵
- Un ejemplo de estos aportes fue el I Encuentro de Estudios en Deporte (EnED I), en el ISEF (sede Montevideo, 8 y 9 de setiembre de 2017), el I Simposio de Prácticas de Formación Profesional, en el ISEF (sede Maldonado, 6 y 7 de abril de 2018), y el II Encuentro de Estudios en Deporte (EnED II), en el ISEF (sede Paysandú, 5 y 6 de setiembre de 2019).↵
- Ver https://bit.ly/35sMRsE.↵