Conceptos asociados: territorio, relaciones sociales, vínculos, estatalidad y comunicación.
La situación pandémica de 2020 expandió el proceso de creciente virtualización de las relaciones sociales y lo volvió visible a todas y todos. Surgen así las preguntas por las transformaciones presupuestas en la posibilidad de que gran parte de la población haya reorganizado sus vínculos de manera virtual. ¿Qué efectos pueden esperarse de tamaña reorganización? Dos cuestiones parecen destacarse como objeto para la reflexión. La primera es el territorio: central para la organización estatal de la política, parece perder relevancia frente al avance de la virtualidad. ¿Es esto así? ¿Existen reconfiguraciones en curso de lo territorial en cuanto tal? ¿En qué medida lo virtual puede ser considerado un territorio a ocupar políticamente? Pero, así como el territorio es puesto en cuestión por la virtualización, la comunicación parece cobrar una relevancia cada vez mayor. ¿Es posible un ordenamiento político basado exclusivamente en la comunicación que se desentienda del territorio? La experiencia reciente de virtualización en el Congreso nacional es un insumo de la mayor importancia para pensar este fenómeno que se extiende a todos los ámbitos de la vida en común. Cabe preguntarse en ese sentido, ¿cuáles son los vínculos entre los procesos de la labor legislativa y la virtualización? ¿Puede regularse eficazmente mediante leyes? Las participaciones en este apartado buscan responder algunos de estos interrogantes abiertos por la aceleración de la virtualización como efecto de la pandemia y exhiben los desafíos que plantea. Se aborda aquí tanto la reorganización de las relaciones sociales y personales que tuvieron lugar como el interrogante acerca de cómo regular las prácticas virtuales, y se ofrece, en ese sentido, una mirada acerca del proceso de virtualización que tuvo lugar en el Congreso de la Nación.