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6 Barrera

Blanca Rebeca Ramírez Velázquez

Barrera, una categoría muy sencilla de mencionar, pero de gran complejidad para definir en virtud de que tiene una connotación importante para cerrar pasos, cercas o lugares. Puede referir a un obstáculo que impide continuar con algo, sea camino, proyecto o hasta intercambio o charla con alguna persona. Como lo menciona el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, para la física es una “resistencia brusca e intensa que experimenta un móvil al sobrepasar la velocidad del sonido.” (https://dle.rae.es/barrera). A lo anterior, se agrega que hay otros tipos de barreras que actúan en la escala física que limita la visión de los territorios y otras que hasta pueden impedir el paso de la luz. La manera de integrar una barrera a procesos de tan diverso orden como la física, la economía o la política hasta aquéllos que connotan comportamientos humanos o simbólicos la hace sin duda una categoría polisémica y compleja.

Su adscripción hace referencia a la denostación de obstáculo, de ahí que tenga relación con formas específicas que permiten trabajarlas como sinónimos. Puede presentarse como una barricada hecha con objetos, instrumentos, materiales de madera o de otro tipo con el fin de obstaculizar el paso, que se usa en manifestaciones políticas, cuando se quiere impedir a los activistas la llegada a algún lugar de importancia material o simbólica. Pero lo más importante es cuando tiene un carácter militar, en donde con una barrera se protege un entorno y puede impedir una invasión o la toma de un edificio, ciudad o parcela por parte de los oponentes. La barrera puede ser un límite entre la agresión del invasor, pero también actúa como instrumento de resistencia contra el opositor por parte de quienes no comparten las razones del ataque o la irrupción. Así, la barrera puede escenificar o ser parte de un bloqueo que impide accesibilidad o acceso; hay otras de corte político, económicas o de control que impiden la expansión del pensamiento o la acción del grupo opositor.

Para desarrollar estas formas que adoptan las barreras en diferentes escalas, se dividirá este capítulo en tres secciones. En la primera, se analizarán las barreras políticas que presentan los estados, argumentando que tienen diferentes dimensiones y niveles en su desarrollo y manifestación territorial. En la segunda, se argumentará que hay diferentes tipos de barreras al interior de la ciudad que pueden tener significados y manifestaciones diversas. En la tercera, se propondrá que también existen barreras sociales, culturales o psicológicas que inciden simbólicamente y organizan o segregan a los individuos y la manera como aprecian sus espacios.

Barreras políticas a la escala del estado

En la escala político internacional, la barrera puede ser un sinónimo de frontera, pues impide el paso libre de personas, mercancías u objetos. Como elemento que bloquea las fronteras, adquiere dimensiones dramáticas, cuando es usada para limitar el paso de migrantes, sea de ingreso o salida de algún país en especial, con repercusiones no sólo de conflicto entre naciones, sino con repercusiones regionales. Es lo que ocurre desde la década de 2010 con la migración de venezolanos a diferentes países latinoamericanos; sólo Colombia ha recibido 1.408.000 venezolanos, muchos de ellos migrando hacia otros países como Perú o Chile (Bermúdez, 2019).

En estas circunstancias, la barrera que detiene el paso de personas no solo se adscribe a objetos físicos sino hasta geográficos, pues ésta puede ser un río que sirve de borde entre dos países o el mar que limita el acceso a un país, cuando es parte de una isla o de una península, como sería la migración que se da hacia Gran Bretaña. En este caso, se refiere a barreras físicas que impiden el acceso a una nación, y su accesibilidad al interior; por ello, se constituyen en bordes que limitan a las personas moverse libremente entre países o acceder a otros.

En Sudamérica, buena parte de los límites entre los países se trazaron sobre líneas de montaña o ríos, como en Uruguay y Chile. México tiene una frontera muy amplia con Estados Unidos, marcada por el río Bravo, que se cruza de forma continua y legal por los habitantes de la frontera o ilegalmente por mexicanos, centroamericanos o hasta africanos que quieren llegar a ese país de Norteamérica (Infobae 2012). Este tipo de barrera que puede ser franqueada legal e ilegalmente, en las visiones conservadoras propicia propuesta para construir un muro, como el que el presidente Donald Trump promueve, desde su llegada en enero de 2017 al poder en Estados Unidos, para impedir, ahora sí, que lleguen extranjeros a su país a través de la frontera con México.

En el ámbito económico, las barreras refieren a la imposibilidad de que en un país pueda generar desarrollo o crecimiento económico, sea por limitaciones físico-geográficas o por falta de recursos para impulsar una actividad determinada. Estas barreras tienen escalas pues, la imposibilidad de crecimiento se puede dar a nivel nacional, regional o local, dependiendo del tipo de condiciones que se pretenda impulsar. Estas diferenciaciones entre escalas son, en ocasiones, el origen de algunas desigualdades que actúan como barreras que impiden un crecimiento equitativo, además de que limitan una distribución más igualitaria entre territorios y regiones.

La propuesta de imposición de aranceles a productos que se comercian internacionalmente, en ocasiones, los ha sacado del mercado de exportación a otros países, impactando a los espacios de producción a nivel local en sus áreas productivas. Un ejemplo es lo sucedido con los aranceles al hierro y acero, o con algunos productos agrícolas, entre otros, en diversas partes del mundo. Pero también la herramienta arancelaria se ha usado como castigo a políticas no aceptadas por un gobierno, para presionar a eliminarlas. Así se amenazó a México con poner un arancel especial a los productos importados, sobre todo agrícolas, si continuaba la política del gobierno actual de aceptación del paso de migrantes centroamericanos por este país hacia Estados Unidos (De la Rosa, 2019)

Pero las barreras para lograr mayor distribución y un ingreso más equitativo no sólo se dan en las escalas territoriales, sino que llegan a nivel de la de grupos de agentes o bien en la individual. Hay limitaciones y barreras que generan ingresos diferenciales entre grupos y sectores de la economía, como también los hay en donde el ingreso impide tener acceso a bienes y servicios como educación, empleo, salud y transporte, o bien al gasto que limita el acceso a una alimentación sana que permita contar con una buena calidad de vida en agentes específicos. Estas barreras se ubican entonces en el ámbito de limitaciones sociales e individuales, en donde el acceso a la salud, la vivienda la educación, la movilidad, el trabajo, la migración, el género y el territorio revelan profundas asimetrías en las oportunidades, así como en cuestiones de riesgos sociales por grupos y por agentes.

Barreras urbanas

En el ámbito urbano, las barreras tienen otro significado y otra forma de manifestarse. En el siglo XX, la planificación promovió ciudades que se organizaron por zonas de actividad económica: industriales, de vivienda, de comercio, pero también algunas que diferenciaban socialmente a la población, generando zonas habitacionales de clase alta, otras de media o bien las más marginadas destinadas a las clases populares. Esta organización que promovió el funcionalismo generó desigualdades que se manifiestan en la vivienda, los servicios urbanos y la infraestructura, ya que algunas están bien dotadas y otras carecen de todos los servicios. Las diferencias en las zonas es una limitación que puede actuar como barrera que impide la accesibilidad y movilidad adecuadas dentro de las ciudades y la solución de las necesidades que tienen sus habitantes; también, obstaculizan el bienestar económico, social y natural que permita una vida más integral y digna en las ciudades.

En los últimos años, el problema de la inseguridad se ha convertido en uno de los más importantes no sólo en la escala internacional, sino que ha pasado a ser relevante en la urbana y en la local. Ante la imposibilidad de resolverla desde el punto de vista social, y utilizando barreras de urbanización, muchas colonias, calles y hasta casas usan ahora barreras metálicas de diferentes alturas y dimensiones con el fin de aislar sus entornos de acceso a personas que no son gratas o que no son percibidas como tal; con ello se asume de antemano que pueden cometer ilícitos en estos lugares. La urbanización segregada tiene alcances no sólo al generar condicionamientos y limitantes a la accesibilidad peatonal, sino que impide una libre circulación de vehículos, lo cual ha contribuido a incrementar los problemas de tránsito y de congestionamientos en las ciudades.

Algunos estudios muestran cómo el cierre de zonas urbanas promueve que la circulación a pie se vea obstaculizada, con lo cual este tipo de barreras incrementa los tiempos de traslado y las formas de movilidad peatonal y vehicular de las personas. Muchas colonias de la ciudad de México ponen barreras al interior de sus entornos para protegerse de la inseguridad. Los barrios privados en las ciudades latinoamericanas son ejemplo también de la generación de estas barreras.

Aunque no se cuenta con estudios precisos que las documenten, a las barreras que cierran colonias o barrios es necesario agregar las que surgen por la infraestructura urbana como las zonas confinadas para la circulación del Metrobús en México o el TransMilenio en Colombia, que impiden la libre circulación de vehículos en las zonas destinadas al transporte público. Lo mismo sucede con las limitantes que se originan por la construcción de infraestructura para alta velocidad intraurbana como los viaductos, que tienen entradas y salidas específicas determinadas de antemano, las cuales impiden la circulación y accesibilidad de las personas.

Otras barreras en la limitación de la circulación son las impuestas por las condiciones sanitarias como las generadas por razones de infecciones. Influenza, el cólera o el virus del ébola, entre otras, siendo aún más limitantes cuando adquieren connotaciones de epidemia ya que pueden afectar la circulación de personas a nivel internacional o intranacional; ellas son ejemplo de las diversas escalas en las cuales se pueden mover, aún transgrediendo la limitante fronteriza cuando son de carácter global.

Barreras sociales, culturales y psicológicas

Hasta aquí se ha hecho referencia a las barreras impuestas en territorios, ciudades o grupos, pero hay otras que vinculan la dimensión territorial con la de las personas, que generan obstáculos importantes que son necesario evidenciar. Así, un reporte elaborado por la ONG Chilango (s.f.) sostiene que las desigualdades generadas en la Ciudad de México han alcanzado dimensiones tales que van más allá de tener o no tener dinero, de poder gastar o tener acceso a servicios. Por el contrario, este informe pone la desigualdad como una barrera que impide “soñar (…) y la posibilidad de que esos sueños se cumplan”.

Se pone el énfasis en que la permanencia a un grupo o estrato social en la ciudad produce barreras físicas y psicológicas entre los habitantes y en la forma como se desarrollan al interior de los grupos o entre ellos. De esta manera, la limitante psicológica, física o emotiva que genera el obstáculo para acceder a un espacio, bien, servicio o beneficio es parte importante de las limitantes que se tienen en la ciudad o de soñar que estos espacios pueden ser de otra forma o se puedan utilizar de otra manera.

Las barreras psicológicas no refieren solamente a la capacidad o no de soñar, sino también a la de incluir o excluir personas, dependiendo de las condiciones físicas con las cuales se cuenta y que permiten el acceder a ella: los discapacitados pueden sentirse muy excluidos en una ciudad que se organiza, diseña, construye y reproduce para agentes que cuentan con condiciones óptimas de existencia, pero no para las que tienen alguna limitante.

Otra clase de barreras son las culturales y las del pensamiento. Las interpretaciones de procesos a través de diferentes herramientas conceptuales y teóricas se constituyen como barreras que limitan el conocimiento a partir de la fragmentación de visiones, lo que impide que desde concepciones similares pueda ser entendida la realidad o explicadas las formas como ésta se desarrolla. Su opuesto sería el eclecticismo que todo lo mezcla, lo hace igual y lo vincula sin rigor teórico, pero en donde todos caben y pueden ser integrados a pesar de las diferencias que puedan existir entre ellos Desde esta perspectiva, surge una pregunta ¿hasta dónde una barrera puede y debe ser necesaria y cuándo se convierte en obstáculo de interacción o de complementariedad entre agentes de un mismo territorio? Las posturas teóricas y conceptuales pueden ser un gran obstáculo para lograr una interacción académica entre grupos y personas o para fomentar y propiciar imaginarios de desarrollo que puedan compartirse.

La cultura va mucho más allá de lo que reflexiona o cómo se explica la realidad, pues tiene que ver con las identidades que se comparten por herencias o tradiciones históricas y de pensamiento que favorecen o no el intercambio o la relación entre las personas. Existen, por tanto, barreras físicas o simbólicas como lenguajes que el otro desconoce y, por lo mismo, se convierten en barreras que dificultan o impiden la comunicación y el intercambio entre personas.

A todo lo dicho, hay que agregar que no todas las barreras actúan como elementos estáticos que se construyen o se imponen dentro de la ciudad. Se puede hablar de barreras móviles o dinámicas que usan elementos de creatividad cultural para cambiar lo que es concebido como una zona donde se impide el paso a otra. En éstas, se generan expectativas y accesibilidades para un uso distinto del territorio al de la limitación y el obstáculo que su definición proporciona. Zonas como Nochistán, en el estado de Oaxaca, en México, que fue asediada por el ejército, fue transformada en zona de creatividad y cultura, en donde los niños, a partir de la actividad cultural, generaron nuevas expectativas para los pobladores del lugar y hasta otras utopías de transformación y uso de estos lugares por los agentes que ahí viven: el territorio, a pesar de sus barreras, puede apropiarse también culturalmente, aunque políticamente se encuentre en disputa (Rosagel, 2019).

Bibliografía

Bermúdez, Á. (29 de julio de 2019). Cómo impacta la crisis migratoria venezolana en la economía de otros países de América Latina. BBC News. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49119834

Chilango. (s.f.). PeriodismoCIDE; Bleynat, Ingrid y Segal, Paul. (sf). DESIGUALDAD | No somos todos iguales, espacialidad de desigualdad en la CDMX. México: Chilango. Recuperado de: https://desigualdad.chilango.com/

De la Rosa, E. (6 de junio de 2019). Con arancel, algunos productos mexicanos podrían dejarse de exportar: experto. Milenio. Recuperado de http://milenio.com/negocios/aranceles-trump-dejaran-exportar-productos-mexicanos

Infobae. (12 de abril de 2012). Cientos de migrantes centroamericanos ingresaron ilegalmente a México. Infobae. Recuperado de: https://www.infobae.com/america/mexico/2019/04/12/cientos-de-migrantes-centroamericanos-ingresaron-de-manera-violenta-a-mexico/

Rosagel, S. (9 de julio de 2019). Nochixtlán realiza “Barricada Cultural”. México: Sinembargo.mx. Recuperado de https://www.sinembargo.mx/09-07-2016/3064896 



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