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Utopía y distopía

Miguel Ángel Forte[1]

Palabras clave: utopía, distopía, tecnologías informáticas de la comunicación (TIC), teoría general de los sistemas sociales autorreferenciales y autopoiéticos (TGSSAA), Facebook (FB)

La ciencia social ficción: Bradbury y Luhmann

El tema de estas jornadas sugiere una mirada hacia el futuro: perspectiva y transformación contemporánea. Algo que estaría sucediendo ahora y se proyecta en el tiempo. Como a esta altura de la vida pienso y siento en un mismo movimiento, recordé a Williams (1988) cuando se refiere a las estructuras del sentir: el pensamiento tal como es sentido y el sentimiento tal como es pensado. Pensé así, delante del telón de fondo de esta lluvia ray bradburyana, en la siguiente distopía a los efectos de, mediante imágenes, dar cuenta acerca de la TGSSAA de Luhmann, que inspira nuestro UBACyT;[2] en el siguiente trailer de un film imaginario de ciencia ficción cuyo título sería, precisamente: Sistema/Entorno. Allí veríamos las imágenes de una inundación durante la realización de cuatro congresos de ciencias sociales, cuyas mesas navegan en gomones a través de la propaganda política, residuo de la víspera. Luego la cámara enfocaría al gobernador de la provincia sumergida cuando sacaba selfies en un avión, instalado entre el pasaje de primera. En otra escena, un investigador, reclamando a los gritos: “Quiero wi fi, necesito wi fi que me vence el sigeva…”.

A propósito del trailer haré una ligera observación acerca de la utilización que hacemos de eso que llamamos “tiempo” en nuestras concepciones del mundo, en el horizonte de la teoría que mencioné más arriba. Allí, el sentido es una operación de la observación que diferencia tres dimensiones; la objetiva entre esto de aquello, la social ego de alter y la que ahora nos ocupa, la temporal, el antes del después. Me referiré a esta última cuando señalo que el tiempo se pone como irreversible, “pasa”, para decirlo de manera provisoria, inevitablemente, pero no obstante construimos su reversibilidad, esto es, volver sobre el pasado desde perspectivas varias, localizar un ahora, arbitrario desde luego, y proyectar hacia el futuro. Podemos, gracias a este recurso, escribir una novela, referir en el lenguaje común a diferentes momentos, hacer un juicio en los tribunales, llevar a cabo una sesión de análisis, etc. Desde luego que la distopía del trailer puede hacernos pensar en que el futuro, como dice Luhmann (1992), es consecuencia de las decisiones que se toman hoy y que el presente tiene un pasado que se le adecua. El futuro que no está en ninguna parte, se construye de manera inexorable con los materiales del presente. La ciencia ficción es en el tiempo que la inspira. Lo que sí es casi una certeza es que si observamos cómo una comunidad construyó su pasado, tuvo una consecuencia sobre su presente y sobre su futuro. Así la mirada hacia el futuro nos lleva al pasado que llega demasiado rápido.

Secularización: no se puede hacer más lento

No existe el post, sino que es la historia la que se repite. Optamos por la velocidad o por la lentitud con la consecuencia correspondiente en cada caso. Recuerdo aquí a un mago de Tandil, el célebre René Lavand, que mientras hacía el truco decía: “No se puede hacer más lento”, burlándose de nuestra incapacidad para descubrir las delicias de la trampa. Voy a utilizar su afirmación de manera de pregunta sobre algo que me inquieta, y digo: ¿no se puede hacer más lento? O dicho de otra manera: la forma vertiginosa que ha adquirido la circulación de los saberes, papers, formularios, congresos, jornadas permanentes y superpuestas: ¿qué significan? En el tiempo seguramente se estudiará algo así como el impacto del vértigo en la producción de conocimiento. Esto me convoca a hablar una vez más acerca de la modernidad, y de paso, mencionar mi último libro de reciente aparición: Modernidad; tiempo, forma y sentido, de EUDEBA, que pueden adquirir en la librería de aquí en sociales, cuando salgan de esta reunión, en la que, si bien somos pocos, al comprar el libro, pasaremos a ser muchos. En el final de ese libro, entonces, pésima estrategia de marketing contar el final, digo así:

Para finalizar digo que es posible que la modernidad dé al nuevo siglo su color, si pensamos en que los rasgos originales del tiempo que nos tocó, por azar y por única vez, continúan abriendo sus posibilidades de sentido y por lo tanto, la secularización, de la que tanto hablamos, sigue sorprendiendo en su despliegue irrespetuoso por desacralizado, mientras el hombre moderno por individual y distinto, desea novedad (2015).

Esta novedad buscada en un proceso creciente de secularización, paradójicamente, poco soportable en tanto pura desacralización, se compensó con el desplazamiento de lo sagrado hacia distintas esferas de valor, señaladas por Weber (1998). En tal sentido la del arte resulta ser paradigmática, cuando a partir del Renacimiento y más precisamente desde el siglo XVIII hay alguien al que llamamos “artista” que puede decir, precisamente, qué es arte. Esto es: hacer de un objeto cualquiera, un objeto de adoración (Lipovetsky y Serroy, 2015). Es probable entonces que, para el caso que nos ocupa, vivamos hoy en un desplazamiento de lo sagrado hacia la tecnología que, en coincidencia con el arte, construyeron un mundo estetizado hacia todos los sistemas. Como imagen de lo expuesto, puede ser útil comparar la lectura de un misal con nuestra mirada sobre el celular, o el confesionario con el cajero automático. Por otra parte y en relación con lo anterior, digo que el tipo de comunicación que llevamos a cabo, por ejemplo en FB (Forte, 2012, 2014a, 2014b), haciendo un guiso entre Luhmann y Byung Chul-Han, forma parte de lo que podemos llamar “hedonismo de control”. Una nueva forma performática de exposición de la mercancía cuando esta somos nosotros mismos. No es que no nos guste el mundo en el que vivimos, lejos de eso, es que mediante el gusto se ejerce el control. Una suerte de pornografía de masas. Tendencia que insinúa Walter Benjamin (2009) en Libro de los pasajes con el paso dado en el siglo XIX cuando la mercancía se coloca en la vidriera y se envuelve en papel de color, a diferencia de su exposición a granel en los grandes almacenes. Paso vital en su creciente proceso de estetización. En cuanto a la comunicación en la TGSSAA, el FB es paradigmático de los tres momentos comunicacionales de la teoría; a saber, primer término: la propia selectividad de la información. Segundo término: la selección de su contenido. Tercer término: la expectativa de éxito, es decir, la expectativa de una selección de aceptación. Me gusta, acepto la amistad, etc. (Forte, 2012a, p. 195).

De manera coherente con el desarrollo de las TIC, menciono ahora dos cuestiones para dar cuenta de lo que nos ocupa. Esto es qué tipo de influencia tienen las nuevas tecnologías informáticas en nuestra vida, sociedad, cultura y educación. Vuelvo a mi texto como marco general y luego hago algunas consideraciones sobre nuestro proyecto de investigación. La modernidad según Berman, autor que visito, se apoya sobre dos patas: el modernismo y la modernización.

Berman sugiere que podemos comprender el significado de la modernidad si la pensamos como una dialéctica entre el modernismo y la modernización. Cuando hablamos de modernización, damos cuenta de los cambios y de las transformaciones que se produjeron en la economía, en el Estado, en la sociedad. Como así también, bajo este concepto, hacemos referencia a los cambios científicos y tecnológicos que se produjeron en un momento histórico, principalmente en los siglos XIX y XX. Mientras que cuando decimos modernismo, hablamos de una tradición intelectual no conformista, que se caracteriza por preguntarse por el lugar del hombre en ese proceso de transformación. Así, esta cultura modernista, criticando a la modernidad, fundó al fin los valores de la época (Forte, 2015, p. 29).

Sociología: la utopía de la teoría de la sociedad

La sociología, por su parte, desde su origen trata de dar cuenta acerca de las distintas condiciones de racionalidad social, al tiempo que cada sociedad construye un tipo de integración social y de orden que se pone al fin, bajo la forma de sentido de realidad: De lo religioso a lo científico, de la comunidad a la sociedad, de lo tradicional a lo moderno. Una de las grandes utopías de esta forma de ver el mundo era precisamente verlo sociológicamente, es decir que la sociología fuera una forma científica como tal y que ella auxiliara a otras formas de conocimiento científico. Es decir, poder contar al fin con una ausente: la teoría de la sociedad, la gran utopía. Entonces si se trata de distintas condiciones de relación entre condiciones de racionalidad y forma social de sentido y de forma, la nuestra se trata de una sociedad funcionalmente diferenciada, cuyos distintos sistemas sociales, como por ejemplo, el económico, el político, el científico, son autorreferenciales y autopoiéticos. Una teoría que se apoya en el supuesto según el cual la comunicación se utiliza para definir a la sociedad, precisamente, como al conjunto de todas las comunicaciones posibles y que por la comunicación existen los sistemas diferenciados del entorno y de los otros. Esta se trata de una sociedad fuertemente integrada porque la exclusión nunca es total, siempre se pertenece a algún sistema. En primera instancia, en nuestra investigación podemos afirmar que de momento, el desarrollo de las nuevas tecnologías no ha modificado la racionalidad del orden que define la teoría mencionada. No obstante es necesario recordar que se trata de una teoría distópica en la que el individuo es entorno del sistema, lo cual sí puede en este sentido llevarnos en el análisis a un dilema y a un desafío para el sistema educativo. De momento siguiendo o aplicando el desarrollo de nuestra investigación, las TIC, aplicadas al proceso de enseñanza-aprendizaje, son un equivalente funcional de la tiza, no altera el sistema. Son una ayuda eficaz.

Conclusión: la huida de la tierra

En el año 1958, Hanna Arendt publica La condición humana, en parte producto del ataque de pánico que le produce la partida hacia el espacio del Sputnik en 1957. Para ella es allí en donde el hombre como especie le da una nueva vuelta al proceso de secularización, al separarse de la tierra, y nos advierte acerca de las consecuencias que puede traer el conocimiento separado del pensamiento. A saber: el riesgo que podía significar la pérdida frente al desarrollo científico-tecnológico del discurso y al fin de la política. Junto a un momento existencial de la humanidad en que la lucha misma por la supervivencia se convertía de manera creciente en una actividad central y por lo tanto la distopía imaginada por Hanna era en una sociedad de trabajadores sin trabajo, frase con la que Castel comienza La nueva cuestión social. En el mismo registro distópico de Arendt en los cincuenta pregunto hoy: ¿qué sucederá cuando la tecnología reemplace de manera creciente a los procesos cognitivos? Al tiempo en que me salvaguardo en la utopía de que sea la creatividad del trabajo, también en el registro de la autora, la forma de supervivencia en un futuro de 40% de desempleados, cuando la especialización extrema sea lo más fácil de reemplazar. El futuro que, al fin, no está en ninguna parte, se construye de manera inexorable con los materiales del presente.

Bibliografía

Arendt, H. (1974): La condición humana. Barcelona: Seix Barral.

Benjamin, W. (2009). El libro de los pasajes. Madrid: Akal.

Forte, M. A. (1998). Sociología, sociedad y política en Auguste Comte. Buenos Aires: EDUDEBA.

Forte, M. A. (2012a). “Facebook: la amistad que fascina. Revista Electrónica Gestión de las Personas y Tecnología, Nº 13, mayo, sección “Tecnología”. Universidad de Santiago de Chile. Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo. Recuperado de http://goo.gl/GJWTdw.

Forte, M. A. (2012b). “Las TIC como problemática de la teoría sociológica”. Revista Entramados y Perspectivas de la Carrera de Sociología, N° 2, pp. 205-216. UBA, Argentina. Recuperado de http://goo.gl/XNKDsh.

Forte, M. A. (2014). “Facebook: hedonismo de control. Revista Unidad Sociológica, año 1, N° 2, octubre. Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Recuperado de http://goo.gl/Nx372J, pp. 28-32.

Forte, M. A. (2015). Modernidad: tiempo, forma y sentido. Buenos Aires: EUDEBA.

Lipovetsky, G. y Serroy, J. (2015). La estatización del mundo. Vivir en la época del capitalismo artístico. Buenos Aires: Anagrama.

Luhmann, N. (1997). Observaciones de la modernidad. Racionalidad y contingencia en la sociedad moderna. Barcelona: Paidós.

Weber, M. (1998). “Excurso. Teoría de los estadios y direcciones del rechazo religioso del mundo”. En Ensayos sobre sociología de la religión I. Madrid: Taurus.

Williams, R. (1977). Marxismo y literatura. Barcelona: Península.


  1. Profesor titular de Sociología General con extensión Área Teoría Sociológica, Universidad de Buenos Aires, Argentina, Facultad de Ciencias Sociales. Carrera de Sociología. Contacto: fortemiguelangel@gmail.com.
  2. “Análisis sistémico de las transformaciones de la unidad selectiva de la comunicación producidas por la convergencia tecnológica y las redes sociales en el contexto de las tecnologías digitalizadas y móviles de información y comunicación”, periodo 2012-2015. Facultad de Ciencias Sociales, UBA.


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