Apuntes y balance de la Asamblea de BECARIXS UBA
Asamblea de BECARIXS UBA[1]
Palabras clave: universidad de buenos aires, becarixs uba, investigación, docencia, precarización laboral
El objetivo de este trabajo es problematizar, difundir y debatir las condiciones de investigación y docencia en la universidad pública que emergieron a partir de la organización colectiva de los BECARIXS UBA acompañados por la Asociación Gremial Docente (AGD)[2] y Jóvenes Científicos Precarizados (JCP)[3] desde mediados de 2014.
Los becarios y becarias de posgrado de las trece facultades de la Universidad de Buenos Aires somos trabajadores de la investigación y docentes, y por tanto, eslabones fundamentales en la producción y transmisión social del conocimiento que produce esta casa de estudios. Para la obtención de una beca es necesario ser graduado o graduada de la UBA con una sólida carrera académica previa, sostenida a partir de años de trabajo y esfuerzo no remunerado.
Las becas que otorga la secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA son para la realización de tareas de investigación y docencia a tiempo completo, con dedicación exclusiva, y culminan con la presentación y la defensa de una tesis de doctorado o maestría. Un indispensable para acceder a una beca es integrar un proyecto colectivo de investigación –UBACyT– que cuente con financiación de la universidad. El proyecto individual que cada becario propone debe insertarse en el marco de los ejes de dicho proyecto de investigación. Previo a la presentación a beca, hay una selección interna en el proyecto UBACyT, ya que solo puede haber dos becarios UBA por equipo de investigación. Para acceder a la beca, además, se debe contar con antecedentes que certifiquen el desempeño en tareas de investigación y desarrollar un plan de trabajo que demuestre que la propuesta presentada es viable. Finalmente, para obtener la beca los aspirantes son seleccionados por un comité de expertos en el área de conocimientos correspondiente, que evalúa el proyecto y lo avala solo si lo considera relevante y original.
Durante la vigencia de la beca es obligación del becario cursar y aprobar seminarios de posgrado, realizar trabajo de campo, de archivo, teórico y de laboratorio, según la disciplina. Los resultados obtenidos de acuerdo con el reglamento de becas deben ser presentados en eventos o medios científicos, para ello se recurre a diferentes formatos: redacción de pósters o ponencias que se presentan y discuten en eventos científicos; elaboración de papers que, luego de una evaluación positiva, se publican en revistas especializadas; realización de reseñas y capítulos de libros, entre otros. La relevancia de estos trabajos radica en el hecho de que son avances de la investigación que alimentan la cadena productiva del conocimiento científico existente. Además, el becario debe participar en las actividades que desarrolla el equipo de investigación bajo el cual obtuvo la beca. Otras tareas requeridas consisten en discutir artículos y avances de tesis de todos los integrantes del proyecto; comentar ponencias; coordinar mesas en coloquios, congresos y jornadas; colaborar en la organización de tales eventos científicos. Finalmente y como parte del desempeño docente exigido por la dirección de becas, debe participar en reuniones y planificaciones de clase de las cátedras de las que forma parte; preparar contenidos; dictar clases; evaluar, corregir e integrar mesas de examen.
Esta profusa descripción de quiénes somos y qué hacemos los becarios y becarias de posgrado apunta a presentarnos por fuera del ámbito académico y también a dar cuenta de las especificidades y los denominadores comunes existentes entre las diferentes áreas del conocimiento. Esto nos fue llevando a reconocernos como investigadores en formación y no solo como estudiantes de posgrado.
La situación laboral de los BECARIXS UBA como expresión de la precarización laboral en la universidad pública
Los BECARIXS UBA desempeñamos nuestras tareas de investigación y docencia en un contexto de precarización general que se fue profundizando a lo largo de los años en la medida en que esta universidad fue desarticulando su política científica. Las becarias y becarios no somos considerados trabajadores por la universidad, por lo cual no contamos con los derechos laborales que le corresponden a cualquier trabajador: durante los dos, tres o cinco años en que trabajamos para concluir una maestría o doctorado, no hacemos aportes ni recibimos contribuciones a la jubilación, no contamos con aguinaldo, antigüedad, verdaderas licencias por maternidad o enfermedad, ni asignaciones familiares. Esta situación se agrava por el hecho de que nuestros estipendios no están sujetos a paritarias y, por lo tanto, no se ajustan al contexto inflacionario.[4]
Como si la situación de precariedad vigente no fuese suficiente, el convenio de las becas exige realizar tareas docentes. Dado que la UBA no garantiza cargos rentados para sus becarios y becarias, para muchos esto implica desempeñar tareas docentes en condiciones sumamente precarias: o bien con un cargo ad honorem,[5] o directamente sin ningún nombramiento, es decir, sin siquiera estar registrados como trabajadores o trabajadoras docentes en la UBA. Esto provoca que muchos terminemos dando clases bajo la figura de becario colaborador, sin el amparo de un marco normativo que aclare cuáles son nuestros derechos y obligaciones y, por supuesto, sin el salario ni los derechos laborales correspondientes a esta tarea. En primera persona, un becario de la Facultad de Ciencias Sociales declaró:
Hace tres años que soy profesor en una cátedra en Sociales donde dicto clases y corrijo parciales sin renta ni designación. Eso significa que no tengo ningún tipo de cobertura ni aporte y que ni siquiera puedo presentar una constancia de que trabajo en la UBA para mi CV.
Sobre la base de una encuesta propia realizada entre becarios y becarias, y ante la negativa de las autoridades de la UBA a brindarnos datos oficiales, hemos podido determinar que el 48% de los becarios y becarias no poseemos cargos rentados en la universidad. Esto implica que, cumpliendo con los requerimientos que establece nuestro convenio de beca, casi la mitad de los becarios y becarias consultados planificamos, dictamos clases y evaluamos –entre otras tantas actividades que implica la tarea docente– sin recibir una remuneración por estas tareas.
Gráfico 1[6]. Becarios docentes: estado de situación
Fuente: elaboración propia sobre la base de encuestas 2014 y 2015.
No obstante, la irregularidad laboral no es exclusiva de los becarios y becarias de la UBA, sino que se enmarca en un contexto de precarización laboral de mayor alcance. La realidad de los docentes ad honorem en nuestra universidad es alarmante. Para ejemplificar con apenas un solo caso, podemos mencionar que en la facultad de Ciencias Sociales –una de las facultades con más becarios y becarias–, el 41% de los docentes (1114 profesores y profesoras) poseen al menos un cargo ad honorem y un 28% de los docentes de esa unidad académica (772 profesores y profesoras) no posee ningún cargo asalariado en ella, es decir, realizan su tarea docente sin percibir un salario (Datos brindados por AGD-UBA SOCIALES).
Como los subsidios a los proyectos UBACyT vigentes en que se enmarca el trabajo de los becarios y becarias proporcionan, en la mayoría de los casos, montos exiguos para cubrir todos los gastos que requiere la consecución del proyecto de cada equipo, los becarios y becarias tenemos que afrontar gran parte de nuestros gastos profesionales con nuestros estipendios. Estos incluyen el abono de cursos de posgrado, la compra de bibliografía, insumos necesarios para trabajar (PC, impresoras, papel, tinta, grabadores, cámaras de foto, filmadoras, etc.), las inscripciones a congresos, traslados, viajes para realizar el trabajo de campo, entre otros. A modo de ilustración, una becaria comentó:
En el proyecto que integro disponemos de$600 para comprar bibliografía en el año que repartimos entre los ocho miembros del equipo (Becario UBA de la Facultad de Ciencias Exactas).
Por otra parte, la universidad tampoco provee a sus becarios y becarias un lugar de trabajo, lo cual dificulta el intercambio con otros investigadores y docentes y nos obliga a recurrir a otros ámbitos, que no siempre tienen los recursos ni las condiciones óptimas para desempeñar nuestras tareas. En este sentido, una becaria UBA de la Facultad de Ciencias Sociales relató:
Compartimos un box de 2 x 2 entre los integrantes de dos equipos de investigación que sumamos 10 personas. Tuvimos que armar un cronograma para trabajar en la oficina un día a la semana.
Como mencionamos, los becarios y becarias tenemos que abonar los cursos y seminarios, autofinanciando con el estipendio nuestras carreras de posgrado realizadas en una universidad pública. Hasta el momento, la política de arancelamiento y el costo de las cuotas dependen de cada facultad,[7] que tienen la potestad de recaudarlos para aumentar sus presupuestos. En definitiva, en muchos casos los costos de los posgrados insumen un porcentaje muy significativo de nuestros ingresos. Los costos de doctorados y maestrías pueden llegar a superar los $5000. Por ejemplo, en el cuadro 1 se presentan los costos de cada curso de doctorado de la Facultad de Psicología para graduados de universidades nacionales:
Cuadro 1
Carga horaria (en horas) |
Arancel (en pesos) |
56 |
3360 |
24 |
1080 |
16 |
960 |
En algunos casos, las facultades ofrecen “descuentos” o becas. Por ejemplo, en Psicología, los docentes de la facultad tienen un descuento del 50% (Resolución [CD] n° 688/99), mientras que los de otras facultades tienen un descuento del 20%. Otro ejemplo es el de Ingeniería, que por Resolución (CD) 5461/09 otorga descuentos a docentes y graduados según la cantidad de años de egresados (entre 3 y 5 años de egresado, 50%; más de 5 años, 20%), siempre y cuando la cantidad de postulantes no supere el máximo establecido y no afecte la autofinanciación del curso.
Las exigencias de los pagos y las condiciones de precarización descriptas hacen que en la actualidad muchos becarios y becarias no podamos realizar nuestras tareas normalmente por falta de recursos. El arancelamiento de la educación de posgrado representa así una gravosa imposición que desvaloriza aun más el magro estipendio de la beca.
El problema de los becarios, solo la punta del iceberg
Entendemos que nuestra precaria situación laboral es una expresión de la crisis que atraviesa la universidad en sus dos pilares fundamentales: la docencia y la investigación. Ambos deberían mantener un vínculo indisoluble, ya que la investigación produce nuevos conocimientos que se transmiten en las aulas. Sin la investigación dentro de la UBA, la universidad se limita a repetir saberes producidos en otros lugares.
Pero el problema no es solo la falta de presupuesto, sino también la mala inversión: la UBA forma recursos humanos que luego desaprovecha, ya que no tiene mecanismos de incorporación a la docencia o investigación de los becarios, una vez que concluimos los estudios de posgrado. Esto impide nuestra continuidad laboral y obstaculiza la carrera docente y la investigación posdoctoral. Además, es moneda corriente en la UBA que los concursos docentes demoren muchos años, y las dedicaciones exclusivas –que permitirían articular la docencia con la investigación– están en proceso de extinción.[8] Tanto la depreciación de la tareas de investigación y docencia como la falta de perspectivas de desarrollo profesional dentro de la UBA conducen a que muchos jóvenes investigadores prefieran llevar adelante sus proyectos en otras agencias de promoción científica, produciendo un éxodo muchas veces alentado por las propias autoridades encargadas de promover la ciencia y la técnica en la universidad.
También los UBACyT terminan recurriendo a otras agencias para sostenerse, porque el subsidio recibido por el Rectorado es muy bajo para sostener el funcionamiento de sus equipos de investigación. Puede suceder, incluso, que en el transcurso de nuestras becas, los proyectos UBACyT no logren sostenerse en la categoría de “financiamiento” y pasen a la de “sostenimiento”. Cuando esto ocurre, los becarios-investigadores debemos migrar hacia otros UBACyT que sí cuentan con financiación, debiendo ajustarnos a los intereses de otro proyecto y director.
Movilización y organización
El proceso de lucha que llevamos adelante comenzó a fines de julio de 2014, cuando los becarios y becarias de la UBA empezamos a reunirnos y compartir las situaciones que dificultaban el desarrollo normal de las tareas que el convenio de beca nos exigía. Nuestra primera acción grupal fue elaborar un petitorio que fue firmado por aproximadamente 1500 personas[9] que apoyaron el reclamo por la inmediata recomposición salarial, y que exigía un mínimo de 9000 pesos para las becas de posgrado, 2500 pesos para las becas estímulo, retroactivo al mes de junio, así como la incorporación de las becas en el escalafón docente[10] y la apertura de una mesa de diálogo para debatir nuestras condiciones laborales en la UBA. Luego, presentamos las mismas reivindicaciones –con el formato de proyecto de resolución– en el Consejo Superior, aún pendiente de aprobación, y en los distintos Consejos Directivos de varias facultades, ocho de los cuales han votado a favor (ver recuadro). En el transcurso del segundo semestre de 2014, continuamos realizando acciones de lucha, acompañados en cada situación por la AGD de la UBA y JCP.
Nos movilizamos al Rectorado en distintas ocasiones con la intención de poder formar parte de las sesiones del Consejo Superior y presentar nuestro reclamo todas las veces que fuera necesario hasta ser atendidos. Gracias a nuestra movilización y a las amplias adhesiones obtenidas, logramos en una primera instancia que el secretario de Ciencia y Técnica se comprometiera a realizar un aumento en etapas: una primera cuota de 20% en septiembre –lo que significaba un aumento de $1450 respecto de los $5800 que cobrábamos desde agosto de 2013– y una segunda cuota más adelante (estimada para octubre de 2014). Además, desde el Rectorado se emitió una resolución en la que se eximía a los becarios y becarias del pago de aranceles por los cursos de posgrado restringida al año en curso.[11] Ante la insuficiencia de la solución que ofrecieron las autoridades de la UBA –aun con este aumento, nuestro salario se encontraba $2000 por debajo de lo que percibían becarios y becarias de otras agencias de promoción científica por el mismo trabajo–, y la ausencia de respuesta frente a los puntos restantes, continuamos con nuestras movilizaciones al Rectorado, aunque no nos permitieran ingreso a las sesiones públicas del Consejo Superior.
Después de diversas acciones, logramos instalar el reclamo en el Consejo Superior, y obtuvimos, el 24 de septiembre de 2014, el compromiso del rector de la UBA de equiparar el estipendio de los becarios de posgrado al salario que percibe un JTP con dedicación exclusiva. La máxima autoridad de la UBA, entonces, declaró que estaba gestionando recursos extrauniversitarios para solucionar nuestra situación. Recién el 22 de octubre, casi un mes después, logramos que el rector de la universidad permitiera el ingreso de una delegación de becarios a la sesión del Consejo Superior para presenciar el anuncio de la equiparación del estipendio de los becarios UBA con el salario de un JTP con dedicación exclusiva, medida que se implementaría con fondos obtenidos gracias a un convenio entre la UBA y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. Ese mismo día, el Secretario de Ciencia y Técnica de la UBA ratificó por mail el anuncio del rector de la firma del convenio entre ambas instituciones educativas y dio a conocer sus objetivos:
… financiar la reestructuración y actualización de las Becas de Investigación de la universidad (…), apoyar el Desarrollo y Financiamiento de los Becarios de Investigación de la Universidad de Buenos Aires y equiparar los ingresos de estos becarios de maestría y doctorado al ingreso equivalente de un docente Jefe de Trabajos Prácticos con dedicación exclusiva (…) [aclarando que] los ingresos de los becarios van a recibir ajustes y actualizaciones equivalentes a los de la función docente definida y en forma automática.
Desde que el aumento salarial fue anunciado hasta que se efectivizó pasaron tres meses. Mientras tanto, ante la demora en el cumplimiento de este compromiso y las imprecisiones acerca de cuándo se firmaría el convenio anunciado, los becarios mantuvimos nuestras acciones de lucha. Durante los meses de noviembre y diciembre de 2014 realizamos movilizaciones al Rectorado y al Ministerio de Educación; una conferencia de prensa; participación en paneles sobre la precariedad laboral en la UBA, dimos testimonios para numerosos medios de comunicación e hicimos cortes de calle con feria de ciencias en la vía pública dando a conocer a la sociedad nuestro trabajo, las condiciones de precariedad laboral en las que desempeñamos nuestra tarea y las promesas incumplidas de las autoridades.
Finalmente, el aumento salarial se hizo efectivo en el mes de enero de 2015, reglamentado con la aprobación del rector ad referendum del Consejo Superior, e instrumentado como un
adicional extraordinario a abonarse a los beneficiarios del estipendio de las becas de investigación de maestría, doctorado y culminación de doctorado, por el periodo comprendido entre los meses de octubre a diciembre del año en curso –2014– que alcanza a la suma mensual de $2700 (…) Por otra parte se ha dispuesto la previsión y adecuación de las asignaciones presupuestarias que aseguren la continuidad del pago del Adicional Extraordinario durante el ejercicio 2015.[12]
Este anuncio fue un avance en el pliego de nuestras demandas; concretamente, responde a la consigna de una inmediata recomposición salarial. Es el resultado de una movilización permanente, de la implementación de diversas estrategias y acciones colectivas sostenidas durante cinco meses de lucha, cuyo logro más concreto es un aumento total del 71%, partiendo de un estipendio de $5800 pasamos a cobrar $9950. Sin embargo, al tratarse de un “adicional extraordinario”, la medida no brinda garantías de una actualización acorde con los aumentos de los salarios de los docentes universitarios, ni tampoco de ajuste al creciente contexto inflacionario. Asimismo, contempla solo el año en curso y, en abril de 2015, todavía no contamos con la resolución que garantice la continuidad del aumento y la actualización automática por varios años más, tal como fue anunciado. Además, el proyecto presentado el 24 de septiembre en el Consejo Superior y distintos Consejos Directivos aún no fue tratado por el órgano superior de la universidad y esperamos que se atienda a la brevedad. Equiparar las becas UBA a un cargo de JTP con dedicación exclusiva plantea una solución a dos problemas: por un lado, a la creciente disminución del poder adquisitivo, la profundización de la brecha negativa entre las becas UBA y otros organismos de promoción científica en los últimos diez años, y la actualización salarial sujeta a la discrecionalidad del Rectorado, pues el proyecto propone la actualización automática de las remuneraciones de las becas de acuerdo con las paritarias docentes universitarias. Por otro lado, a la ausencia de derechos laborales, pues el planteo de un “contrato a término” los garantizaría.
En la coyuntura actual
Promediando el primer semestre de 2015 no se nos aplicó el insuficiente aumento acordado en las paritarias de docentes universitarios, lo que nos impulsó a hacer un nuevo corte de calle, presentar el proyecto en varios CD de las facultades y movilizarnos al Rectorado para que se anuncie el aumento retroactivo que aún no se ha efectivizado. Además, a pesar de las promesas, mails y anuncios públicos en un auditorio colmado de becarias y becarios del secretario de Ciencia y Técnica de la UBA sobre la continuidad de la RES N° 1257 de la exención del pago de los cursos de posgrados para los becarios UBA durante los últimos meses de 2014, a fines de mayo nos comunicó que por reglamento es potestad de cada Facultad definir matrículas, pagos y sus excepciones a cada unidad académica.
Ante esto, reclamamos nuevamente la gratuidad de cursos de posgrado porque consideramos que es la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA la que debe cubrir los gastos que demandan la formación de sus becarios y becarias y que, además, es un requisito para finalizar los posgrados y por ende para el usufructo de las becas que provee esta universidad. Paralelamente a la presentación del proyecto en el Consejo Superior, se pronunciaron a favor de la gratuidad de los cursos de posgrados para becarios UBA en los consejos directivos de varias facultades. Hasta el momento se consiguió la exención del pago de aranceles de posgrado en la facultad de Psicología, FADU, Filosofía y Letras y Exactas, mientras que en la Facultad de Ciencias Sociales esto será evaluado luego del receso de invierno.
Luego de este año de lucha y organización colectiva, los becarios y becarias de la UBA concluimos que los logros obtenidos tienen que consolidarse en resoluciones estructurales. Una medida, en ese sentido, es el estatuto del investigador en formación impulsado por Jóvenes Científicos Precarizados (2015), que tenga su correlato en la construcción de una política científica de la UBA que garantice una carrera docente-investigador propia y su representación en los órganos de gobierno de la universidad y de los institutos de investigación.
Hasta el momento no tenemos un diálogo fecundo con las autoridades de la UBA; de hecho, los avances en el pliego de nuestras reivindicaciones se han conseguido a partir de la movilización, la organización colectiva de las becarias y becarios con el apoyo de AGD y JCP y la solidaridad de algunos sectores de la comunidad académica. Estos son, en definitiva, los únicos actores que manifiestan la intención de revertir o limitar la crisis en que está sumida la universidad pública.
Exigimos
- Inmediata reglamentación de la equiparación del estipendio de las becas UBA a un cargo de jefe de trabajos prácticos con dedicación exclusiva y la consiguiente actualización salarial automática: que los anuncios del rectorado se traduzcan en resoluciones concretas.
- Equiparación de las becas al cargo de jefe de trabajos prácticos con dedicación exclusiva: por un salario con derechos laborales (aportes jubilatorios, licencias laborales, aguinaldo, asignaciones familiares y cobertura social para nuestra familia).
- Gratuidad de todos los cursos de posgrado. Por una universidad pública realmente gratuita.
- Nombramientos docentes con renta. Basta de trabajo gratuito.
- Lugares de trabajo con el equipamiento y el espacio necesarios para realizar nuestras tareas.
- Apertura de una mesa de negociación con el Rectorado para debatir las condiciones de precariedad laboral de los becarios en la UBA.
Bibliografía
Asamblea de Becarixs UBA (2014). I Boletín de difusión. Recuperado el 15 de septiembre de 2015 de http://goo.gl/FYJORh.
Asamblea de Becarixs UBA (2015). II Boletín de difusión. Recuperado el 15 de septiembre de 2015 de http://goo.gl/LuVC4D.
Asociación Gremial Docente (2014). Estatuto de la AGD-UBA. Recuperado el 15 de septiembre de 2015 de http://goo.gl/jnuEI8.
Asociación Gremial Docente Facultad Ciencias Sociales (2014). Un balance de la Comisión contra el Trabajo Gratuito. Recuperado el 15 de septiembre de 2015 de http://goo.gl/b1zvFc.
Jóvenes Científicos Precarizados (2010). Acerca de JCP. Recuperado el 15 de septiembre de 2015 de https://goo.gl/AMKdVL.
Jóvenes Científicos Precarizados (2015). Estatuto de los investigadores en formación. Recuperado el 15 de septiembre de 2015 de https://goo.gl/SYYz7d.
- Este artículo es de autoría colectiva, fue elaborado por los integrantes de la Asamblea de BECARIXS UBA tomando como insumo dos boletines realizados para difundir nuestros reclamos en la comunidad universitaria y en los medios de comunicación. Agradecemos las iniciativas, las ideas, las lecturas críticas, la corrección de estilo de muchos compañeros que en contraposición a la lógica de producción académica individualista y ferozmente competitiva dedicaron largas horas para construir, discutir y editar estos escritos colectivos: Lucía Groisman, Agustina Miguel, Malena La Rocca, Gilda Zukerfeld, Federico Lindenboim, Lucila D’Urso, Diego Cousido, Carola Pivetta, Emanuel Bott, Alina Fontana, Mina Bevacqua, Ivana Canosa, Agustín Martínez, Sheila Amado, Marina Wertheimer.↵
- La Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA es un sindicato de primer grado, creado en una asamblea fundacional conformada por comisiones internas de varias facultades en junio de 1999. Está conformada por una mesa ejecutiva y doce comisiones internas. Representa a docentes e investigadores de la UBA y está integrado a la federación nacional Conadu Histórica. En la actualidad cuenta con 4900 afiliados (Asociación Gremial Docente, 2014). ↵
- Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) es una organización que surge en 2005 y que reúne en forma horizontal a los investigadores en formación de los diversos organismos científicos y tecnológicos de la Argentina, en su gran mayoría becarios y becarias doctorales y posdoctorales. JCP lucha por los derechos de estos trabajadores precarizados, a saber: derecho a aportes jubilatorios, aguinaldo, cargas sociales, representación sindical frente a los empleadores, entre otros (Jóvenes Científicos Precarizados, 2010). ↵
- Además no existen espacios de diálogo y negociación de nuestra remuneración –que no es considerada un “salario”– ni de nuestras condiciones laborales con las autoridades de la universidad. Por el contrario, es el Consejo Superior de UBA el que decide cuándo y cuánto aumentan nuestras “mensualidades”.↵
- Es decir, trabajando de manera gratuita.↵
- Las cifras presentadas en el gráfico 1 son el resultado de una encuesta realizada a becarios y becarias de la Universidad de Buenos Aires entre agosto de 2014 y abril de 2015. Han respondido en forma voluntaria a esta encuesta un total de 122 personas, es decir, el 30% de la totalidad de becarios de dicha Universidad. ↵
- La situación en cada facultad es diferente. Puede sumarse una matrícula anual al abono de cada curso o seminario específico según la carga horaria, como sucede en Psicología o en Económicas. Existe incluso el abono de pre-inscripción, como en las carreras de especialización de Medicina, para las cuales los médicos nacionales pagan $80 en concepto de preinscripción, y el abono de solicitud de admisión en el caso de algunas maestrías de Agronomía por un monto de $430. Otra modalidad es el cobro de un arancel anual, como en Sociales, que comprende la realización de seis seminarios; superada esa cantidad, el doctorando debe abonar los cursos suplementarios por separado. Una realidad distinta es la de Exactas, cuyos doctorandos abonan $80 al momento de la inscripción, y luego no deben abonar ningún curso ni matrícula. Cabe destacar que en esa facultad, muchos de los cursos cuentan con una importante carga práctica que implica inversión en insumos de laboratorio, y sin embargo el doctorando de la facultad no los abona. Esto demuestra que es posible que los becarios doctorandos no deban asumir los gastos de insumos y otros costos. Pero en las maestrías de Exactas se da la situación inversa, ya que todas son aranceladas; por ejemplo, la maestría en Data Mining tiene un costo que ronda los $30.000.↵
- Las dedicaciones exclusivas han sido paulatinamente reemplazadas, en muchas facultades, por dedicaciones simples, es decir, el docente investigador es sustituido por el docente al que solo se le paga por dictar clases.↵
- Entre ellos, becarios, directores de beca, institutos, departamentos y equipos de investigación, investigadores y docentes de la UBA y otras universidades.↵
- Equivalente a un cargo de JTP con dedicación exclusiva para las becas de posgrado y dos cargos de Ayudante de Segunda para las becas estímulo.↵
- Resolución N° 1257. Recuperado de http://goo.gl/rrU0o2.↵
- Nota SHA Nº 023/14 enviada por el secretario de Hacienda y Administración, Emiliano Yacobitti, dirigida a los becarios de postgrado, el día 16 de diciembre de 2014. La resolución que instrumenta esa decisión –con idéntica fecha– es EXP-UBA Nº 80796/2014.↵