(Región Pampeana, Argentina, 1922-2019)
Graciela Mateo[2]
Definición
ACA es la primera cooperativa agropecuaria de segundo grado del país y de América. Hoy el sistema cooperativo ACA está formado por 150 cooperativas primarias que agrupan a 50.000 productores y consolidan una parte fundamental de la cadena agroindustrial de la Argentina. Esta cooperativa de cooperativas con sucursales y filiales en las ciudades de Rosario, Bahía Blanca, Córdoba, Tres Arroyos, Necochea, Pergamino, Santa Fe, General Pico y Paraná, está presente en más de 600 localidades distribuidas en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, La Pampa, Río Negro, Santa Fe y Santiago del Estero. Está asociada a la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Coop. Ltda. (CONINAGRO), entidad de tercer grado del cooperativismo agrario argentino.
Origen y trayectoria
Es fundada en la ciudad de Rosario el 16 de febrero de 1922 gracias a la decisión de los cooperativistas Juan Costa y Domingo Bórea, quienes desde el ámbito privado el primero y desde el público, el segundo, desempeñan un activo rol en la asamblea constitutiva de la Asociación de Cooperativas Rurales – Zona Central, tal como se denomina ACA hasta 1926 en que se sanciona la ley de cooperativas. Esta primera “cooperativa de cooperativas” que se mantiene hasta la actualidad como empresa exitosa defiende los intereses de los medianos productores agro ganaderos, nucleados en sus orígenes en diez cooperativas primarias de las provincias de Córdoba y Santa Fe. Cumple con dos de las funciones básicas del cooperativismo agrario: aprovisionar de insumos al hombre de campo, desplazando al almacén de ramos generales, asegurar y comercializar, en condiciones ventajosas, la producción de los asociados, liberándolos de los acopiadores y de empresas extranjeras como Bunge y Born y Dreyfus.
Para quebrar el individualismo del hombre de campo en 1924 comienza a publicar el periódico La Cooperación, su órgano de prensa que mantiene hasta la actualidad. Su objetivo inicial es difundir los principios cooperativos y los conocimientos técnicos que le permitan al chacarero gestionar de manera eficiente su explotación agropecuaria. Con celeridad se convierte en una importante y valiosa fuente, de valor documental, por sus actualizados artículos, las noticias nacionales e internacionales sobre las que pasa revista, y sus medulosos editoriales a través de los cuales la Asociación fija posición ante las diversas cuestiones de la realidad nacional.
A comienzos de los años ’30, consciente de la necesidad de contar con infraestructura adecuada se embarca en la construcción de la primera red de elevadores de granos y brinda un nuevo servicio agropecuario. Superada la crisis financiera en que la deja la suspensión de la garantía estatal para la realización de esa obra, en los años 40 ACA ingresa en la fase de industrialización de la producción de las cooperativas adheridas.
Si bien es innegable que la política económica del peronismo, en su primera fase, pone el énfasis en la expansión industrial, redistribuyendo a través del crédito la renta agraria, los sectores rurales no están exentos de la ayuda del Estado. Durante la vigencia del Primer Plan Quinquenal, la evolución económica y financiera de ACA es ponderada como “extraordinaria” por los mismos cooperativistas, quienes, si bien aducen soportar el peso del financiamiento que el Estado hace de la pequeña y mediana empresa, se ven favorecidos por el crédito oficial. Al mismo tiempo, la Central cooperativa acrecienta en un 40,51% el número de entidades adheridas y en un 92,07% el de los cooperadores nucleados.
El volumen operado por ACA en el transcurso del ejercicio 1954/55 supera ampliamente los márgenes logrados en años anteriores. Las ventas de productos industriales constituyen el fiel reflejo de la influencia de las nuevas fábricas que elaboran mayor cantidad de materia prima. La política de integración económica a la que está abocada la entidad, que industrializa los productos de las cooperativas asociadas para su directa ubicación en los mercados consumidores, sumada a condiciones climáticas favorables y a una política socio económica que privilegia la producción agropecuaria, permiten que ACA consolide su posición entre los heterogéneos actores del agro argentino, beneficiándose de las políticas del peronismo histórico.
Luego de un breve período de intervención, en 1956 las cooperativas que integran la Central, mediante una acción conjunta recuperan su orden estatutario y designan, en una asamblea democrática, sus autoridades legítimas, iniciándose una segunda etapa de crecimiento que se extiende hasta fines de la década de 1970. Durante este período ACA registra un incremento de cooperativas adheridas, al tiempo que la institución reinicia la exportación directa de granos —que durante la administración peronista fuera monopolizada por el IAPI—, realizando convenios de exportación granaria con Japón. Se inician las actividades industriales en la provincia de Córdoba, con la elaboración de aceites vegetales y subproductos en sus fábricas de Río Tercero y en Hernando.
A partir de la reforma financiera de 1977 y ante la suspensión por parte de la banca oficial del crédito de fomento agrario, las cooperativas asumen el financiamiento de sus socios. Las dificultades de los pequeños y medianos establecimientos agropecuarios se trasladan a las entidades cooperativas primarias a las que pertenecen, en un proceso que también impacta en la Central cooperativa, la que inicia una operatoria de financiamiento de las actividades de pre y pos cosechas y de apoyo crediticio a las cooperativas en problemas.
En la actualidad ACA es uno de los más importantes operadores de granos del país, con una participación del 17% del mercado total, equivalente a 19.800.000 millones de toneladas anuales entre cereales, oleaginosas, legumbres y miel.
Organización, actividades y vínculos
Para que la cobertura territorial sea más eficiente y directa ACA crea los Consejos Asesores Regionales (CAR) constituidos por las cooperativas radicadas por zona. Su principal función es asesorar a la Central en todos los asuntos y problemas de la zona donde se encuentran ubicadas las cooperativas de base que los integran.Actualmente hay ocho Consejos Asesores Regionales: 1) CAR Norte de Santa Fe, CAR Centro de Santa Fe, CAR Sur de Santa Fe, CAR Entre Ríos, CAR Norte de Buenos Aires, CAR Sudeste de Buenos Aires, CAR Sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro y CAR Córdoba. Como puede apreciarse, la presencia cooperativa en la zona núcleo de la pampa húmeda constituye un pilar fundamental del sistema cooperativo ACA. No obstante, algunas de sus cooperativas asociadas han ampliado su inserción territorial hacia áreas linderas de provincias limítrofes como Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero.
Para dar sustento a una cada vez más extendida estructura comercial ACA ha organizado 46 Centros de Desarrollo Cooperativo que son unidades operativas para la atención de los productores agropecuarios, sean socios o terceros no asociados. Su finalidad es complementar el tonelaje originado a través de las entidades primarias y así posibilitar el accionar cooperativo en la mayor parte del territorio del país. En estos centros se prestan, entre otros, servicios de acopio de cereales y oleaginosas, distribución de insumos agropecuarios y asesoramiento en materia agraria.
La comercialización de productos agrícolas continúa siendo la principal actividad de ACA y ofrece a las cooperativas y productores opciones para la venta de sus granos, destinados a molinos, fábricas de aceite, diversas industrias y para la exportación.Pionera en la construcción de instalaciones portuarias y elevadores de granos, cuenta con dos puertos equipados con la más alta tecnología, ubicados en San Lorenzo (Santa Fe) y Quequén (Buenos Aires) a través de los cuales exporta el 35 % de los cereales y oleaginosas. Se suman puerto Vilelas (Chaco) y uno en construcción en la localidad santafecina de Timbúes.
La Asociación accede con sus productos a más de cuarenta países en forma directa: China, Japón, India, los países árabes y Cuba, así como también semillas, de semilleros propios, a Paraguay, Uruguay y Brasil.Un informe de la firma Zeni en base a datos oficiales revela que ACA se ha posicionado en el décimo lugar dentro de los diez principales exportadores de granos, subproductos y aceites de Argentina en 2016, con una venta al exterior de 3.474.991 toneladas(La Nación, 14/02/2017). Para garantizar los estándares de calidad exigidos por los clientes internacionales y la inocuidad de los productos embarcados, el Departamento de Comercio Exterior de ACA ha desarrollado Programas de Trazabilidad y Procesos de Identidad Preservada, a efectos de atender la demanda de cereales y oleaginosas de calidad diferenciada.
Para abonar el perfil asociativo de ACA y en virtud del sexto principio cooperativo pueden mencionarse las alianzas establecidas con cooperativas de otros países, como el Joint Venture Cooperativo Zen Noh ACA Limited, radicado en Hong Kong e integrado por ACA y por la National Federation of Agricultural Co Cooperative Associations de Japón desde 1964. A partir de la creciente demanda del mercado del sudeste asiático, especialmente de China, su filiación continúa vigente. ZenNoh es una federación de cooperativas que nuclea a 720 entidades primarias que, en conjunto, congregan a 5.000.000 de productores asociados. Su objetivo es atender las necesidades de los usuarios finales de esa región e impulsar este mercado con cereales y oleaginosas, como maíz, poroto de soja, sorgo, cebada cervecera y harina de soja. En este marco, el convenio anual de cooperación N° 51 establece la provisión de 400.000 toneladas de dichos productos. Su participación representa más del 30% del total de la producción de alimentos balanceados de Japón y factura más de 55 mil millones de euros anuales. Por su parte, en el ámbito del Mercosur, ACA ha suscripto un convenio con la Federación de Cooperativas de Producción del Paraguay (FECOPROD), entidad que agrupa a 33 cooperativas que reúnen el 60% de la producción agropecuaria de dicho país. El objetivo del acuerdo es la identificación de áreas potenciales para el intercambio comercial de productos elaborados y de conocimientos técnicos entre ambas instituciones y sus cooperativas afiliadas para el desarrollo de infraestructura logística y actividades productivas. Asimismo, dos empresas de apoyo a la exportación en el exterior son Fisway S. A. y Kesi Tradong Limited, cuyos capitales accionarios pertenecen en su totalidad a ACA. La primera está radicada en Uruguay y la segunda en Hong Kong.
Con el objetivo de fomentar la diversificación de cultivos entre los productores asociados, ACA también exporta arvejas. Los principales destinos son India, Arabia Saudita, Italia, Estonia y Senegal. La recesión de Brasil, principal destino de este producto en las exportaciones argentinas, impacta de forma negativa en el volumen exportado. Además, ACA constituye en la actualidad el principal exportador de miel de la Argentina. Esta operatoria se realiza desde la planta ubicada en Pilar (provincia de Buenos Aires), cuya producción está sometida a múltiples certificaciones, entre ellas las normas ISO. La miel llega a quince mercados, exportándose a distribuidores y envasadores de Alemania, Inglaterra, Irlanda, Francia, Italia, España, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Estados Unidos, Canadá, Turquía, Arabia Saudita y Japón, entre otros.
Junto a la comercialización, ACA elabora y distribuye insumos necesarios para la cadena agroindustrial: semillas; insumos agro veterinarios; silobolsas, y fertilizantes, entre los que destaca el glifosato, cuyo segmento representa el 52% de las ventas totales para el ejercicio 2016-2017. Una evidencia más de la importancia de la soja en la estructura de negocios de ACA, en la que su comercialización supera a cereales.
Hoy ACA integra un verdadero grupo económico de capitales nacionales que, adoptando estrategias innovadoras y ampliando sus prestaciones agropecuarias, se ha convertido en un centro generador de servicios que le permiten crecer y afianzarse como una empresa eficiente. El componente que marca su construcción identitaria es la prestación profesional de servicios, en primer lugar, a las cooperativas primarias,pero también a los múltiples actores que participan de la cadena agroindustrial. Entre sus fortalezas destaca no sólo la infraestructura tangible que incluye plantas de acopio, instalaciones portuarias, plantas industriales y oficinas administrativas, sino su infraestructura intangible que es la credibilidad que ha sabido mantener en casi un siglo de vida.
Lógicas en tensión
Dentro de la ya clásica morfología elaborada por Mario Lattuada y Juan Mauricio Renold, ACA se inscribe dentro del tipo Organización Institucional de Competencia Económica Dinámica (OICED). Su lógica empresarial privilegia mayores niveles de escala, diversificación y calidad, así como recursos humanos altamente calificados vinculados con los procesos de adopción y transferencia tecnológica en los que la entidad participa cada vez más. Es evidente que las relaciones consecuentes entre la Central y las cooperativas asociadas se han vuelto más lábiles, al tiempo que se reducen las diferencias con las empresas de capital privado. Esta situación llevaría a ACA a confrontar con los rasgos en esencia cooperativistas. Sin embargo, su discurso no reconoce estas tensiones entre el modelo cooperativo y el paradigma del agronegocio, que en las representaciones de la empresa aparece absolutamente naturalizado. El imaginario institucional de ACA confirma su rol de expansión y de sustentabilidad del negocio agropecuario, en su triple naturaleza: económica, social y ambiental.
Bibliografía
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- Recibido: julio de 2019.↵
- Profesora y Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Magíster en Metodología de la Investigación Científica por la Universidad Nacional de Lanús (UNLA). Profesora Adjunta Ordinaria del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Investigadora del Centro de Estudios de la Argentina Rural (CEAR) de la misma Universidad. Su especialidad de investigación es el cooperativismo agrario. Contacto: gmateo@unq.edu.ar↵