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Cámara Argentina del Maní[1]

(Argentina, 1975-2020)

Gabriel Fernando Carini[2] y Federico Barros[3]

Definición

La Cámara Argentina del Maní (CAM) es una asociación que reúne a las principales empresas de la cadena de producción del maní en Argentina. Surgió en 1975 en el interior de Córdoba, principal provincia productora del país, como un nucleamiento de los empresarios agroindustriales, en particular de aquellos encargados de la producción y el procesamiento. Desde la década del 2000 profundizó el proceso de transectorialización, integrando más decididamente a los diversos actores de la cadena como una estrategia para la valorización de sus productos para el mercado internacional.

Origen

El complejo del maní es uno de los sectores más significativos en la economía de la provincia de Córdoba. Presenta una fuerte orientación hacia el mercado internacional, exportando el 95% de su producción. Inicialmente, se asentó en los espacios económicos de los departamentos centrales de la provincia (Tercero Arriba, Santa María y Río Segundo) y representaba un área marginal en relación con la superficie implantada, alcanzando cerca de 100.000 hectáreas para 1937. La producción se fue consolidando entre las décadas de 1950 y 1960, registrando un incremento del 160% del área sembrada. Esta expansión estuvo ligada a dos procesos. Por un lado, a la incorporación de innovaciones tecnológicas por parte de los productores familiares capitalizados, como las arrancadores-engavilladoras, recolectoras-emparvinadoras y cosechadoras. Por otro lado, a la demanda de “maní industria” generada por sectores aceiteros con capacidad operativa ociosa vinculados tradicionalmente a la producción de aceite de lino y girasol (Iparraguirre, 2014; Giayetto, 2017).

Paulatinamente, el cultivo registró un desplazamiento hacia los espacios productivos del sur de la provincia y terminó concentrándose en los departamentos de Río Cuarto, General Roca, Juárez Celman y General San Martín. Durante el año 2020, el complejo del maní exportó un total de 1.073 millones de dólares, representando el 13,15 % del monto total de exportaciones de Córdoba y el 2% a nivel nacional. Entre los principales productos colocados en los mercados internacionales –de la Unión Europea, China, Reino Unido y Oceanía– se destacan el maní en caja, el maní blancheado, la pasta de maní, la mantequilla de maní y el aceite (INDEC, 2021).

La intensidad que reviste este sistema productivo ha derivado en la constitución de un particular tejido empresarial estructurado en torno a la CAM. Fundada en 1975, funcionó como espacio de representación de los intereses corporativos de actores agroindustriales y desempeñó un papel fundamental en la articulación entre el eslabón productivo y el industrial, como respuesta a la necesidad de garantizar la calidad y cantidad del flujo de materias primas que la actividad exportadora demandaba. También propició entre sus asociados la permanente incorporación de tecnología y de procedimientos tendientes a lo que entendía como una racionalización de las etapas de producción, procesamiento y comercialización en procura de elevar la productividad general (CAM, 2020). Asimismo, se destaca en su estructuración la fuerte imbricación con los gobiernos locales (Valinotti, 2020). En ese sentido, según la CAM, una treintena de localidades del interior de Córdoba sostienen sus economías gracias a la agroindustria manisera como única fuente significativa de empleo. Este aspecto involucra cerca de 12.000 puestos de trabajo, directos e indirectos. A esto se le agregan acciones vinculadas a la responsabilidad social empresaria que se traducen en la contribución al sostenimiento de escuelas, hospitales y otras organizaciones –como policía, bomberos, hospitales y consorcios camineros– (CAM, 2020).

Fines y estructura organizacional

En su estatuto, la CAM se define estatutariamente como una asociación sin fines de lucro que agrupa a entidades, empresas y personas vinculadas a la producción, procesamiento industrial y comercialización del cultivo del maní. Posee una multiplicidad de objetivos, entre los que se destacan, fundamentalmente, aquellos que acentúan el perfil reivindicativo de la organización. Es decir, el eje de su acción institucional está orientado, tanto a la representación ante diferentes instancias estatales y empresariales, como a la defensa de los intereses de los colectivos que nuclea. Esta orientación se refuerza con la participación en entidades empresariales, como la Unión Industrial de Córdoba, la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, la Bolsa y Cámara de Cereales de Córdoba. Asimismo, se destaca la articulación con organizaciones internacionales como la American Peanut Council, la American Peanut Foundation, la European Snacks Association y la European Nuts Association, a través de las cuales se busca consolidar la presencia en ciertos mercados por medio de la eliminación de barreras arancelarias.

Dentro de ese perfil, en particular desde inicios de la década del 2000, es cada vez más central la promoción del cultivo del maní, aunque sin desplazar las funciones de mediación política. Aquí, no solo revisten interés aquellas acciones tendientes a mejorar la calidad del producto o los procesos de industrialización, sino también aquellas que buscan la concertación de alianzas con sectores considerados estratégicos, como las universidades y los centros de investigación. Por ejemplo, en el año 2020 la CAM organizó un evento internacional junto a la Escuela de Nutrición y la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba denominado “El maní, superalimento”, destinado a profesionales de la salud con el objetivo de comunicar los últimos estudios sobre los beneficios de la inclusión del maní en la alimentación. Para ello, se reunió a un conjunto de especialistas de Argentina, Brasil, EE. UU. y Australia que comentaron los aportes nutricionales del maní y sus productos derivados y el impacto de su consumo en las funciones cognitivas, la diabetes, el control de peso, las afecciones cardiovasculares, etc.

La estructura organizacional de la CAM, que reproduce un modelo similar a otras organizaciones empresariales, se compone de un consejo directivo conformado por un representante de cada una de las empresas socias y dirigido por un presidente, un vicepresidente y un secretario. Colaboran en la función un director prosecretario, un director tesorero y un protesorero, a los que se suma una comisión fiscalizadora de cuentas. Sobre esa estructura se incorpora un área gerencial a cargo de un director ejecutivo que coordina los aspectos administrativos y de promoción de la entidad. La CAM se organiza internamente a partir de una asamblea general de socios, un consejo directivo y una comisión de fiscalización financiera. La asamblea es la máxima autoridad, en ella solo pueden participar socios activos y adherentes, los primeros participan con voz y voto mientras que los últimos solo cuentan con voz. La asamblea es la encargada de elegir las autoridades que componen el consejo directivo y la comisión de fiscalización; las autoridades solo pueden ser electas a partir de su condición como socio activo.

Solo pueden ser socios activos aquellas empresas seleccionadoras de maní con plantas industriales propias, mientras que pueden ser adherentes todas las entidades con intereses vinculados a la producción, procesamiento y comercialización (CAM, Estatuto). En la actualidad, la CAM cuenta con 21 socios plenos o full members que son empresas maniseras productoras y exportadoras con plantas propias. Dentro de estos actores se destacan la Aceitera General Deheza (AGD), Gastaldi Hermanos, la empresa cooperativa COTAGRO, PRODEMAN y el Grupo Cavigliasso (Valinotti, 2020). Esa base social se completa con 23 socios adherentes, entre los que se encuentran empresas de transportes marítimos y terrestres, laboratorios y surveyors, traders, terminales portuarias y fabricantes de maquinaria agrícola e industrial específica para todos los procesos que conlleva la producción y el procesamiento del maní.

Acciones, discursos y estrategias

La acción empresaria de la CAM se desplegó a partir de considerar el carácter estratégico y las posibilidades que ofrece el maní para la economía argentina. Este presupuesto dio lugar a un discurso anclado en la innovación y en el aporte que el sector puede hacer a la sostenibilidad del sistema productivo en particular y del medioambiente en general, donde la biotecnología se constituye en un factor decisivo. Para la dirigencia de la CAM la industria manisera se ha transformado en una “economía 360°”. Esto implica que trabaja en el aprovechamiento de la cáscara del maní con diferentes finalidades, entre ellas, la de ser fuente de energía renovable, servir para el relleno de suelos o usarse en la fabricación de materiales de construcción sustentable.

Esta orientación también se plasma en las recomendaciones para otros actores de la cadena. La CAM promueve –de forma conjunta con el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba– un sistema de incentivos monetarios para los productores que implementan estas recomendaciones, las cuales incluyen rotaciones de por lo menos cuatro años, con siembra directa o labranza mínima y la utilización de cultivos de cobertura a la salida del cultivo. Sobre esa base, se organizan las estrategias de mediación política en el espacio público (CAM, 2020). Para ello existe un esfuerzo significativo de la dirigencia por comunicar las “bondades” que posee la “agricultura moderna” para producir alimentos saludables y minimizar las externalidades sobre el medioambiente. A similitud de lo que aconteció –a diversas escalas– con entidades rurales con perfiles institucionales similares, se percibe un viraje en las formas de interpelación en el espacio público en relación con las consecuencias del modelo productivo. Es decir, ingresa fuertemente la noción de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) en su discurso y en sus acciones institucionales. De esa forma, se trata de contrarrestar las discusiones que a menudo promueven la agroecología como el único sistema agrícola aceptable. 

En ese marco, las biotecnologías desempeñan una función clave en la sostenibilidad del medioambiente y se constituyen en un factor decisivo. Así, con el objetivo de mejorar la actividad productiva y comercial por medio de la promoción y el fomento de la investigación y el desarrollo de tecnologías aplicadas al cultivo del maní, la CAM impulsó la conformación de la Red Científico-Tecnológica del Maní Argentino, una organización integrada por instituciones vinculadas a las actividades de investigación, desarrollo, innovación, producción y comercialización del maní con base principalmente en la Provincia de Córdoba. Constituye una estructura de ciencia y tecnología orientada a satisfacer las necesidades de la industria del maní, detectar las oportunidades de desarrollo y contribuir a la gestión de proyectos de vanguardia tecnológica. Esta articulación emula a las organizaciones por cadena, al favorecer las sinergias entre los diferentes actores –como el CONICET, las universidades nacionales, el INTA, el CEPROCOR– para el aporte de conocimientos, capacidades, información, investigaciones, innovaciones y desarrollos que, conforme a su naturaleza, hayan alcanzado o adquirido individualmente en el desarrollo productivo y científico del maní. En la gestión de estos proyectos resulta clave el rol que asume la Fundación del Maní Argentino. Creada en 2001, es el espacio institucional a partir del cual la CAM busca financiar y articular proyectos de investigación con diversas instituciones públicas y privadas, promoviendo el desarrollo y mejoramiento de la activad manisera y de otros productos agropecuarios de la zona, la investigación y difusión de técnicas que redunden en el bien común, la sustentabilidad del cultivo y la preservación del ecosistema.

Desafíos

Las asociaciones empresariales constituyen un objeto privilegiado para la comprensión de las lógicas que se despliegan en el marco del agronegocio. A pesar de que estos actores han ocupado el centro de la reflexión historiográfica, en particular en algunas economías ancladas en la producción de cultivos industriales, queda pendiente el análisis de sus dinámicas en este nuevo modelo productivo. Así, las formas en las que se apropian de sus imperativos por medio de discursos en el espacio público, cómo dichos discursos se traducen en acciones institucionales y qué alianzas estratégicas establecen con otros actores podrían ser dimensiones de análisis para orientar futuros espacios de reflexión. Sobre este último aspecto, resultaría significativo considerar las diversas modalidades de articulación con las universidades públicas y con los centros de investigación básica para el desarrollo de biotecnologías. Esto podría nutrir una mirada más problematizada sobre el rol del actor estatal en el apuntalamiento del agronegocio.

Bibliografía

Cámara Argentina del Maní (2020). Sector agroindustrial manisero.

Cámara Argentina del Maní (s/f). Estatuto.

Giayetto, O. (2017). Origen, historia y clasificación. En Fernández, E. y Giayetto, O. (Comps.), El cultivo de maní en Córdoba (pp. 27-40). Río Cuarto, Argentina: Universidad Nacional de Río Cuarto.

INDEC (2021). Complejos exportadores. Año 2020. Informes Técnicos, 5(38).

Iparraguirre, P. (2014). Promoción agrícola regional y productores familiares: la producción de Maní en la provincia de Córdoba en las décadas de 1950 y 1960. En Oliviera, G. y Carini, G. (Comps.), El agro pampeano cordobés en el siglo XX: entramados productivos, políticos y sociales desde una perspectiva histórica (pp. 105-146). Córdoba, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba.

Vallinotti, M. F. (2020). Territorios del capital: actores socio-económicos dominantes, gobiernos locales y región. General Cabrera y General Deheza (2008-2018) (Tesis de Doctorado). Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.


  1. Recibido: junio de 2022.
  2. Profesor en Historia, Licenciado en Historia y Magíster en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). Doctor en Historia y Posdoctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Profesor de la UNRC y UNC. Contacto: gcarin@hum.unrc.edu.ar.
  3. Profesor en Historia y Becario de investigación de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). Contacto: federiconbarros@gmail.com.


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