(Región Pampeana, Argentina, 1996-2020)
Roberto Muñoz[2]
Definición
Chacareros Federados (CF) es una corriente interna de Federación Agraria Argentina (FAA), constituida formalmente como tal hacia mediados de los años noventa. Se define como antiterrateniente, antiimperialista y defensora de los pequeños y medianos productores; busca recuperar “las raíces de la FAA”.
Origen y genealogía
Durante la década de 1990, se produjeron profundas transformaciones en el agro argentino, con marcadas consecuencias sobre la estructura agraria. Durante esos años, se observa una aceleración del proceso de concentración y centralización de capital, que provocó un aumento de la escala mínima de producción y llevó a la desaparición de miles de productores agrarios. Es así como al comparar los censos agropecuarios de 1988 y 2002, se advierte una variación negativa de las explotaciones agropecuarias en la región pampeana del orden del 30% (lo que equivale, en términos absolutos a algo más de 53 mil explotaciones). Este fenómeno afectó particularmente a las explotaciones de menos de 100 hectáreas —que perdieron más del 40% de sus miembros —. Llama la atención, también, que las explotaciones de entre 500 y 1.000 hectáreas retroceden en número, cuando este estrato históricamente ampliaba su número de integrantes. Como contrapartida, las explotaciones de más de 1.000 hectáreas aumentan en cantidad y en superficie ocupada. La reciente publicación de los resultados preliminares del Censo Nacional Agropecuario realizado 2018 indican la profundización de esta tendencia. Si en 1988 se registraron en la Región Pampeana 179.534 EAPs, en 2002 descienden a 126.338 y en 2018 a solo 90.907, siendo las explotaciones más chicas, de hasta 200 hectáreas las que explican el grueso de esa caída (Azcuy Ameghino y Fernández, 2019). Dentro de ese contexto, se van a consolidar una serie de entidades que buscaban preservar las condiciones de existencia de los estratos más chicos de la burguesía agraria. En la región pampeana tendrá una participación destacada Chacareros Federados, junto con el Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha (MML), que también surge hacia mediados de los años noventa.
Chacareros Federados hizo su aparición pública en el 84° Congreso anual de FFA realizado en 1996, como una lista opositora a René Bonetto, quien finalmente accedió a la presidencia, desplazando al histórico dirigente Humberto Volando tras 25 años de gestión (permanecía en el cargo desde 1971). Aunque no obtuvieron la conducción nacional, en esa elección lograron retener la dirección del distrito VI de FAA, que abarca fundamentalmente el sur y parte del centro de la provincia de Santa Fe, al mantener en el cargo a uno de sus principales dirigentes, Carlos “El Vasco” Paillole, quien ya ocupaba ese puesto bajo la presidencia de Volando. Este lanzamiento a nivel nacional se venía impulsando desde 1994, momento del gran paro agropecuario, en donde a lo largo de 10 días FAA, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) realizaron cortes de rutas en el país manifestándose en contra de la política agraria del gobierno de Menem. Esta gran protesta del agro, luego de muchos años de inmovilidad, consistió en no comprar, vender o trasladar productos agrícolas o subproductos. En el transcurso de los piquetes realizados en 1994, Paillole y Echaguibel —por entonces secretario gremial de FAA, bajo el mandato de Volando—, esbozaron los principios que posteriormente se transformaron en la plataforma que dio origen a la fundación de Chacareros Federados. Con el fallecimiento de Echaguibel en un accidente de tránsito mientras regresaba de uno de los piquetes de 1994, Paillole asumió el mando de la nueva organización.
Formado el agrupamiento, CF expandió su influencia en el Distrito VI de FAA, cuya conducción ratificaron en cada elección con una amplia mayoría de votos. Para comprender mejor la importancia de la ubicación estratégica del área de influencia de CF, hay que tener en cuenta la estructura de la FAA y las características productivas de la zona. Federación Agraria Argentina tiene presencia a nivel nacional a través de socios, filiales y distritos. Está dividida en 16 distritos que ocupan una parte de una provincia o varias provincias argentinas, siendo las excepciones Santa Cruz y Tierra del Fuego. A la vez está dividida en 253 filiales, un promedio de 16 filiales por distrito. Cada distrito está encabezado por un director nacional que forma parte de la cabeza de la organización, luego del Consejo Directivo Central (presidente, vicepresidente primero y vicepresidente segundo). En los Congresos anuales de la entidad tienen voto las filiales a través de sus delegados (uno cada 100 afiliados) y, también proporcionalmente a su tamaño, votan las cooperativas y los centros juveniles.
Aclarada esta característica, se ve que para sopesar la importancia de la ubicación estratégica del área de influencia de CF, hay que tener en cuenta la estructura de la FAA y las características productivas de la zona. Federación Agraria Argentina tiene presencia a nivel nacional a través de socios, filiales y distritos. Está dividida en 16 distritos que ocupan una parte de una provincia o varias provincias argentinas, siendo las excepciones Santa Cruz y Tierra del Fuego. A la vez está dividida en 253 filiales, un promedio de 16 filiales por distrito. Cada distrito está encabezado por un director nacional que forma parte de la cabeza de la organización, luego del Consejo Directivo Central (presidente, vicepresidente primero y vicepresidente segundo). En los Congresos anuales de la entidad tienen voto las filiales a través de sus delegados (uno cada 100 afiliados) y, también proporcionalmente a su tamaño, votan las cooperativas y los centros juveniles. A pesar de ser el distrito más pequeño en extensión de la FAA, cuenta con la segunda mayor cantidad de filiales (32) y el mayor número de socios. Como señalamos, esta regional de FAA cubre casi todo el sur y parte del centro de la provincia de Santa Fe. Es decir, pertenece a la pampa húmeda y al sector más productivo del agro argentino. A lo largo de los años, esa región se ha convertido en el mayor terreno de lucha de la corriente y se ha manifestado como una de las zonas más combativas a nivel nacional. Además, CF tiene una fuerte influencia en parte de la provincia de Entre Ríos (Gualeguay y Gualeguaychú) y en algunas zonas de Buenos Aires (sobre todo Pergamino).
Entre las principales reivindicaciones y reclamos de CF encontramos el resurgimiento de las Juntas Nacionales de Granos y de Carnes, la instalación de precios mínimos y obligatorios en origen para los productos agropecuarios, la clausura de los remates de tierras a productores endeudados y el recálculo y refinanciación de sus deudas. En algunas ocasiones también exigieron la necesidad de una “reforma agraria integral que elimine el latifundio”. A lo largo de los años se fueron agregando otras demandas que dan cuenta del momento histórico en que fueron elaboradas: evitar la privatización del Banco Nación, salida inmediata de la convertibilidad y la formación de un “fondo de anticrisis agraria” de donde salga el dinero para garantizar el precio sostén. Más recientemente, cabe resaltar su férrea oposición a la ley que pretendía aumentar la alícuota de las retenciones agrarias que dio lugar al llamado “conflicto del campo”, entre marzo y junio de 2008. A lo largo del conflicto, CF jugó un rol protagónico en el sostenimiento de los principales piquetes que dirigió FAA.
Vínculos
En términos políticos, Chacareros Federados tiene fuertes vínculos con el Partido Comunista Revolucionario (PCR). Por lo menos cuatro de los principales dirigentes de esta corriente interna de FAA –Carlos Paillole, Juan Echeverría, Abel Otaño y Mario Fabbro— son o han sido militantes históricos, con distintos grados de inserción, de dicho partido. Es más, una fuente de primer orden para reconstruir su programa y acciones a lo largo de sus años de existencia es el semanario Hoy, prensa orgánica del PCR. A su vez, CF mantuvo siempre vínculos estrechos con otras entidades agrarias en la que este partido también tiene inserción, en particular el Movimiento de Mujeres Agropecuarios en Lucha (MML). Se puede observar también este vínculo en la forma de caracterizar al desarrollo del capitalismo en el agro argentino, en donde es notoria la influencia del PCR y su visión de la estructura de clases en el campo, que tendría como sujetos predominantes a productores directos –campesinos, pequeños productores— y terratenientes latifundistas, enfrentados por el uso de la tierra.
Otra vertiente política con influencia entre los afiliados que responden a CF ha sido lo que hoy se conoce como Coalición Cívica (CC-ARI). Mario Fabro, referente de CF, señalaba que gran parte de sus integrantes provenían de Democracia Progresista, uno de los partidos fundadores de la Coalición.
En términos corporativos, CF ha realizado diferentes alianzas a lo largo de su historia. Opositores a la línea conciliadora y dialoguista con el gobierno menemista que expresaba Bonetto como presidente de FAA, a lo largo de la segunda mitad de la década de 1990 realizaron múltiples acciones con diferentes entidades. Hacia fines de esos años crearon el Frente Agropecuario Nacional, como espacio para articular acciones con otras entidades gremiales menores del interior del país. Hacia el Argentinazo (19 y 20 de diciembre de 2001), sus posturas se radicalizaron y encontramos menciones de apoyo al movimiento de trabajadores desocupados, así como también su participación en Multisectoriales que aglutinaban diversos sectores de la sociedad movilizados. En resumen, en el breve gobierno de la Alianza encabezado por Fernando de la Rúa, CF se mantuvo muy activo en la protesta, incluyendo entre sus demandas algunos reclamos obreros, tales como la exigencia de planes sociales para los desocupados. También se registran acciones conjuntas con el movimiento de ahorristas que se conformó en esa coyuntura.
Tras la salida de la Convertibilidad comienzan varios años de quietud política para CF, beneficiados por los efectos derivados de la devaluación. Incluso cambia radicalmente la relación con la dirigencia de la FAA y la corriente deja de postular listas opositoras a, en este caso, la gestión de Buzzi. Recién hacia 2006, en consonancia con el movimiento de varios sectores del agro, viran hacia una abierta oposición al gobierno, siguiendo el movimiento del resto de las organizaciones agrarias patronales. Movimiento que se profundizará con el estallido del ya referido “conflicto del campo” de 2008. Rompen en estos años con la alianza amplia que se había formado frente al menemismo y que llega a su punto máximo en el año 2001. Así, devaluación mediante, cualquier alianza con la clase obrera desaparece.
Debates
Desde sus orígenes, CF logró instalarse en la arena pública como el ala izquierda de FAA, como representante de los propietarios agrícolas de la zona núcleo pampeana que se oponían al menemismo y, por esa razón, a la línea oficial representada por el presidente Bonetto. Con estos elementos, dentro de la escasa bibliografía dedicada específicamente al análisis de esta entidad, algunos autores han sostenido que CF puede ser entendido como la punta de lanza contra el neoliberalismo en el campo y la cara visible del campesinado (Bidaseca, 2006 y 2007; Ainsuaín, 2009). Desde esta perspectiva, esta corriente es presentada como una de las formas de la resistencia ante cambios en la estructura agraria relacionados con la concentración de la tierra, que la colocaría en las antípodas en términos programáticos de las tradicionales corporaciones agrarias, en particular la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Desde otra perspectiva (Telechea y Muñoz, 2011), hemos sostenido, a partir de la reconstrucción de sus reivindicaciones y acciones desplegadas a lo largo de su historia, que se trata de una de las formas de organización que adoptaron las fracciones más débiles de la burguesía agraria argentina. Sus reclamos centrales son demandas de burgueses que viven de la extracción de plusvalía a sus obreros rurales. Si en la década de 1990 se vuelcan a las movilizaciones y la acción directa en un marco de alta conflictividad social, confluyendo con fracciones de la pequeña burguesía urbana y sectores obreros, tras la salida de la convertibilidad, con el consiguiente aumento de los precios agrarios y la posibilidad de percibir importantes magnitudes de renta con el alquiler de sus tierras, se alejan de las protestas. Volverán a las calles, muy activamente y en alianza con el conjunto de las organizaciones corporativas de la burguesía agraria, en 2008, otra vez que la apropiación de esa renta fue puesta en disputa.
Bibliografía
Ainsuaín, O. (2009). El Mariano de la Tierra. Rosario, Argentina: UNR editora.
Ascuy Ameghino, E. y D. Fernández (2019). El Censo Nacional Agropecuario 2018. Visión general y aproximación a la Región Pampeana. Documento de Trabajo. Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios. Recuperado de https://n9.cl/8s3th
Barsky, O. y M. Dávila (2008). La rebelión del campo. Historia del conflicto agrario argentino. Buenos Aires, Argentina: Editorial Sudamericana
Bidaseca, K. (2006). Chacareros Federados: la inembargabilidad de la historia federada. Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios, (24), 1° semestre, 5-28. Recuperado de http://t.ly/Yb9h
Bidaseca, K. (2007). Interrogando la posibilidad de un mundo sin sujetos. Colonas y colonos de cereal, caña y algodón: cultura y política en una arqueología de los mundos rurales. Documento de trabajo, 50. Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA.
Grimaldi, N. E. (2018). La disputa por la renta durante la primera década del siglo XXI en Argentina: Estado, corporaciones y partidos políticos (2001-2014). Tesis de posgrado, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
Pérez Trento, N. (2015). La acción política de la Federación Agraria Argentina durante el período de la Convertibilidad (1991-2001). Mundo Agrario, 16(32). Recuperado de http://t.ly/odH2
Sartelli, E. (Dir.). Patrones en la Ruta. El conflicto agrario y los enfrentamientos en el seno de la burguesía (marzo-julio 2008). Buenos Aires, Argentina: Ediciones ryr.
Telechea, R. y R. Muñoz (2011). Protesta agraria. Los casos de Mujeres Agropecuarias en Lucha y Chacareros Federados. Argentina, 1995-2008. Revista Izquierdas, (10), 1-29. Recuperado de http://t.ly/tDhe
- Recibido: mayo de 2020.↵
- Licenciado en Sociología por la Facultad de Ciencias Sociales de Universidad de Buenos Aires (FSOC- UBA). Doctor en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (FFyL – UBA). Becario posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS – UNLP). Contacto: Munozroberto8288@yahoo.com.↵