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SanCor[1]

(Argentina, 1938-2020)

Gabriela Olivera[2]

Definición

Es una de las más importantes empresas lácteas de la Argentina, una cooperativa de segundo grado, que tomó su nombre de la unión de varias cooperativas ubicadas en la cuenca lechera de las provincias de Santa Fe y Córdoba. En la actualidad SanCor constituye un poderoso complejo agroindustrial-comercial-bancario orientado a los mercados interno y externo. Vista su trayectoria desde una perspectiva de larga duración, se identifica una tendencia hacia la empresarialización.

Origen

SanCor se encuentra ubicada en la cuenca lechera cordobesa santafesina, un espacio en el que la cantidad de tambos –es decir, las unidades productivas proveedoras de materia prima– y animales y la existencia de un mismo patrón socio/técnico organizacional marcan la preponderancia de la actividad láctea (Posada y Pucciarelli, 1977). Los orígenes de la cuenca se remontan a la colonización estatal y privada sobre tierras fiscales durante el último tercio del siglo XIX. El Estado entregaba vacas lecheras –junto a los implementos agrícolas básicos– a los colonos, en su mayoría italianos, franceses, españoles, suizos, alemanes, belgas, ingleses y judíos, quienes se convirtieron en pioneros del desarrollo lechero. Se trataba de producciones domésticas desarrolladas en pequeña escala y en un contexto de economía agraria diversificada (en la “chacra” mixta). El impulso del cooperativismo por parte de los inmigrantes resultó clave para alentar la producción tambera, la cual, a su vez, se veía trabada por la falta de redes camineras y medios de conservación y de transporte de los lacticinios.

En 1938, 16 cooperativas de la zona se asociaron para fundar en la localidad de Sunchales (Santa Fe) la empresa cooperativa de segundo grado SanCor. La creación estuvo signada por un debate entre los diferentes grupos y dirigentes locales: ¿Cuál era la forma societaria más conveniente para mejorar las condiciones de producción agroindustrial y de comercialización de los productores tamberos? Para beneficiar a los productores, ¿había que formar una asociación gremial, una cooperativa o una empresa? Es preciso aclarar que entonces no existía un sustrato cultural, ni institucional que identificara clara y taxativamente a las organizaciones cooperativas. Finalmente, prevaleció el grupo dirigente denominado “movimiento de Brinkmann” –pretendía conformar una cooperativa fuerte, que reuniera mucha producción para gravitar en el mercado– frente al de San Jerónimo –a favor de una asociación de carácter gremial–. 

Al poco tiempo de comenzar su actividad, SanCorimpuso su liderazgo. Abrió su primera fábrica de manteca y caseína (1940) y logró desplazar a la entonces poderosa empresa privada inglesa The River Plate Dairy Co. Ltda por ofrecer mejores precios de la materia prima a los tambos y promover su modernización y tecnificación, expandiéndose sobre antiguas cuencas lecheras y áreas de vocación agrícola. Según información provista por SanCor, en 1942 la producción de manteca del conjunto de las entidades cooperativas representaba el 50 % del total nacional y alcanzaba en la caseína al 40 %.

La relación directa de la fábrica de manteca con los tambos era esencial. Con la leche acopiada de éstos –de un radio de influencia generalmente no superior a una legua– se producía la crema, materia necesaria para la elaboración ulterior de la manteca en las fábricas. Las cremerías eran unidades industriales elementales en las cuales se realizaba el desnatado mecánico de la leche. De esta manera, la fabricación de la crema resolvía, en parte, el problema de la conservación del producto lácteo, debido a las dificultades existentes en el transporte (ya que su tenor graso se conserva más tiempo que la leche fluida) (Ferrero y Cravero, 1988, p. 17).

Innovaciones en el tambo, la industria y la comercialización

Las prácticas productivas introducidas por SanCor resultaron novedosas en cuanto a las técnicas de alimentación, manejo y reproducción de los animales, así como en relación al transporte de la producción láctea, las pautas de sanidad en el tambo y el tratamiento industrial de la leche y los productos derivados. Estas innovaciones apuntaban al incremento del volumen de la producción y de la productividad empresarial. Para el logro de una “producción sana y abundante” los aspectos sanitarios adquirieron una significación inédita, razón por la cual comenzaron a aplicarse conocimientos provenientes, entre otras ciencias, de la ingeniería (en las instalaciones y en los aspectos agronómicos), la zootecnia (en el perfeccionamiento genético del ganado) y la bioquímica.

Dentro de los tambos, la sanidad animal y la pasteurización de la leche se erigieron como los pilares básicos de SanCor para alcanzar el objetivo de una producción sana y abundante. Con el fin de garantizar la sanidad del rebaño lechero, la entidad puso particular atención en el progreso de las instalaciones, el uso de utensilios y el manejo del tambo. Además, en aras de la mejora de la calidad de la leche, no sólo promovía sucesivos reemplazos de ganado criollo por refinado (particularmente la raza Holando-argentina), también efectuaba un control periódico de la brucelosis, mastitis y tuberculosis. Por otra parte, el rendimiento en la producción de leche pasó a cuantificarse por medio de los porcentuales de grasa butirométrica por cantidad. La incorporación de capital en la empresa-tambo se justificaba frente al aumento de utilidades y a la disminución de costos.

La expansión de SanCor se vio favorecida por la diversificación de la producción láctea y por el incremento en la demanda de leches (pasteurizadas, descremadas, en polvo), cremas, quesos, dulce de leche, etc., lo que expresaba, a su vez, cambios en los hábitos de consumo de la población. SanCor pudo hacer frente al crecimiento y a las transformaciones en la composición de la demanda láctea en el mercado interno a través de la modernización productiva y la superación de los problemas de transporte. De hecho, adquirió una flota propia de camiones y encaró la mejora de los caminos, a través de la compra de máquinas motoniveladoras en la década de 1960. Asimismo, gestionaba u otorgaba avales crediticios a las cooperativas para la adquisición de maquinaria (desnatadoras, fraccionadoras, etc.), por medio de la banca estatal (Bancos de la Nación Argentina y Crédito Industrial Argentino) y luego, propia.

La incorporación de tecnología le permitió a la empresa cooperativa acceder al comercio mayorista con una marca identificatoria, lo que asumió una importancia crucial para el posicionamiento en el mercado local frente a otras empresas competidoras. Logró así abastecer a la ciudad de Buenos Aires –que absorbía la mayor parte de la manteca– y a otros centros urbanos de importancia, como Rosario, Córdoba o Mar del Plata. En suma, en virtud de múltiples estrategias, la actuación de SanCor generó transformaciones económicas y tecnológicas en el tambo, la industria y la comercialización.

Modelo empresarial y cultura cooperativa

En los primeros años de SanCor, la cultura cooperativa que impregnaba a los órganos de gestión profesional y técnica propiciaba una estrecha vinculación económica entre la entidad de segundo grado y las cooperativas primarias asociadas, así como la integración social entre directivos, técnicos, productores y trabajadores. Pero, si bien no abandonó la forma legal cooperativa, SanCor tendió a fortalecer los criterios de gestión técnica, en detrimento de la participación activa de los asociados en la toma de decisiones. Con una racionalidad pragmática, de tipo instrumental, la entidad procuraba incorporar tecnologías de avanzada no solo en la elaboración agroindustrial, también en las explotaciones de los productores asociados a las cooperativas.

El énfasis puesto en la observancia de criterios de gestión técnica por sobre los principios cooperativos se puso en evidencia en dos decisiones: el cambio de la estructura de gerenciamiento y la modificación de sus estatutos sociales, la que se llevó adelante en 1942. Desde el punto de vista institucional, los principales actores de las cooperativas son: los Consejos de Administración, las Gerencias y los Asociados. La forma originaria de gestión agroindustrial implicaba la representación directa de los Consejos de Administración de cada una de las cooperativas primarias, asociadas en una Asamblea General de Consejeros conformada por las diferentes cooperativas. En su seno se tomaban las decisiones más importantes, luego de una votación en la que cada cooperativa detentaba un voto, independientemente de sus acciones suscriptas. Posteriormente se transitó hacia formas de representación más delegadas, en las que la cantidad de acciones que cada cooperativa había suscripto incidía en la capacidad decisoria. Simultáneamente, la gerencia poseía una creciente injerencia en el Directorio, en tanto los cargos técnico-gerenciales crecieron en número y relevancia al interior de la institución y los criterios técnico-administrativos también adquirieron mayor significación.

La actitud innovadora en materia de tecnología se erigió como un valor cultural al que aspiraban las comunidades locales. La difusión de escuelas de capacitación en cremerías y de asesorías en servicios de sanidad animal, control veterinario, higiene de tambos y producción lechera constituyen expresiones de esta cuestión. El pago a los productores según la calidad de la leche –pauta incorporada en 1965, denominada como “tipificación de la leche fluida”– operaba como incentivo a la innovación tecnológica en los tambos. El sustrato cultural de esta pauta remitía a la internalización de un nuevo modelo lácteo en las prácticas de los actores, con el fin de lograr competitividad en los mercados. De manera tal que convivieron dentro de los órganos de gestión profesional y técnica, no sin contradicciones, un modelo lácteo empresarial que avanzaba y una cultura cooperativa que perdía terreno.

Empresarialización

En la década de 1960 SanCor consolidó su crecimiento y diversificación productiva, por el incremento en la demanda de leches pasteurizadas, descremadas y en polvo; cremas; quesos; dulce de leche; etc. Junto a la modernización tecnológica (batidoras, fraccionadoras, refrescadoras, etc.), la pasteurización de la leche y otros productos derivados tuvo una injerencia decisiva en este proceso, al permitir el transporte de estos productos alimenticios a mayores distancias sin que la descomposición los afectara. Las usinas pasteurizadoras se incorporaron a los establecimientos fabriles ya existentes: en 1966 se creó una usina pasteurizadora para el abastecimiento de la ciudad de Córdoba y, a principios de la década de 1970, otra en Santa Brígida, Provincia de Buenos Aires.

A la expansión industrial y comercial, se agregó la disponibilidad de una banca propia. SanCor anhelaba contar con la habilitación de su propio banco, el Banco Rural Argentino Cooperativo. La iniciativa se concretó en 1958 y al año siguiente se sumó el Banco Cooperativo Agrario Argentino Ltdo. (dependiente de Asociación de Cooperativas Argentinas, cuyo Consejo de Administración incluía a dirigentes de SanCor). De este modo, SanCor se constituyó en un verdadero complejo agroindustrial-comercial-bancario.

Al compás de su creciente complejidad institucional y económica, cada vez fue más necesario operar con terceros no asociados, constituir empresas subsidiarias, recurrir a estrechas relaciones con sociedades anónimas y con cuerpos técnicos-profesionales no asociados. En un proceso paralelo, muchas de las tareas y tecnologías se trasladaron desde las cooperativas primarias a la entidad de segundo grado. Con el fortalecimiento del complejo se potenciaron las tensiones en torno a la sustentabilidad económica y a la observancia de los principios cooperativos (solidaridad, ayuda mutua, etc.), especialmente entre los órganos de asesoría técnico-administrativa y los asociados, entre los intereses del complejo agroindustrial-comercial-bancario, los tamberos y los trabajadores. Las fricciones produjeron la pérdida de cohesión interna de la entidad y conflictividad abierta, tal como lo manifiestan las huelgas de trabajadores y las pugnas entre productores y directivos por el precio de venta de la materia prima.

Por entonces, SanCor demandaba al Estado una política crediticia más favorable, el establecimiento de aforos, permisos de exportación, una política cambiaria favorable a la concreción de negocios en el mercado externo, facilidades para la importación de maquinarias y la liberación de precios en el mercado interno. De allí que celebrara el cambio de rumbo de la política económica desarrollista en 1959 –durante el gobierno de Arturo Frondizi–, la cual le permitió la superación del estancamiento en el que se veía envuelta la industria láctea. Debido a la centralidad política que asumía la estabilidad del precio de la leche, es que el cooperativismo lácteo hizo valer su posición estratégica. Además, la reforma impositiva de 1960 –que elevaba el mínimo imponible del impuesto a los réditos y posibilitaba la deducción del 100% de las sumas invertidas en maquinarias, elementos de tracción, transporte, instalaciones destinadas a la electrificación de la explotación y viviendas del productor y personal– contenía ventajas adicionales para el sector lácteo, como aquellas favorables al refinamiento del ganado y las praderas. Distinta fue la respuesta de Sancor frente al gobierno de Arturo Illia: en función de su postura a favor de la liberalización de precios, se opuso férreamente a la fijación de precios máximos para la leche. Según su visión, esto significaba la aplicación de “precios políticos”, lo que desencadenaría la pérdida de mercados por falta de regularidad y agilidad en la comercialización, la merma de la calidad de los productos y la proliferación del mercado negro.

En la trayectoria hacia la empresarialización de SanCor pueden marcarse otros hitos relevantes. Éstos favorecieron su conversión en empresa cooperativa multinacional con casa matriz en Argentina, con creciente peso relativo del capital extranjero en su Directorio y con un entramado reticular cada vez más denso con otras empresas multinacionales. Al respecto, puede mencionarse la creación en 1986 de SanCor en Brasil (con sede en San Pablo); en 1995 el lanzamiento de la leche SanCor Bio  (desarrollada conjuntamente con CERELA, organismo dependiente de CONICET); la finalización en 1999 de un programa de actualización tecnológica por 200 millones de dólares; y la constitución en el año 2000 de la “SanCor Dairy Corporation” (por la cual los gobiernos argentino, brasilero y estadounidense adquirían la atribución de otorgar licencias de exportación, con competencia jurídica para comerciar en el conjunto de continente americano). En el año 2002 se conformó la planta AFISA (Arla Fodds Ingredients S.A.) en la Porteña –localidad situada en la provincia de Córdoba– con capitales del cooperativismo sueco-danés. En el año 2008 finalizó la reestructuración de la deuda financiera que SanCor había contraído y en el año 2012 cristalizó la alianza con la empresa líder en nutrición infantil Mead Johnson Nutrition.

A nivel institucional, lo más significativo ocurrió en el año 2005, a raíz de la modificación del estatuto de la organización que disolvió las cooperativas primarias que habían sido su base de sustentación. A partir de entonces, las negociaciones entre la cooperativa y los productores primarios se efectúan de manera individual, con el objetivo de reducir el poder de negociación de éstos últimos.

Reflexiones

Desde la creación de SanCor, en 1938, a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI la trayectoria de la entidad se orientó a su empresarialización, a la cual hemos hecho referencia de manera sucinta en esta presentación. Un hito importante en el mismo fue la consolidación del complejo agro-industrial-bancario, la que trajo aparejada la mayor pérdida de gravitación de las cooperativas primarias. Al compás de la creciente complejidad institucional, cada vez fue más necesario operar con terceros no asociados, constituir empresas subsidiarias, recurrir a estrechas relaciones con sociedades anónimas y a cuerpos técnicos-profesionales no asociados. A la vez, muchas de las tareas y tecnologías se trasladaron desde las cooperativas primarias a la entidad de segundo grado. Con el fortalecimiento del complejo se potenciaron las tensiones en torno a la sustentabilidad económica y a la observancia de los principios cooperativos (solidaridad, ayuda mutua, etc.), especialmente entre los órganos de asesoría técnico-administrativa y los asociados.

Bibliografía

Ferrero, R. y Cravero, F. (1988). Origen y desarrollo de la industria láctea en Argentina. II Parte (1880-1940). Córdoba, Argentina: edición de los autores.

Olivera, G. (2011). Agroindustria láctea, regulación estatal y cooperativismo (1930-1955). Mundo Agrario, 11(22), 1-32.  

Olivera, G. (2013). Cultura cooperativa y gestión empresarial en la cuenca lechera cordobesa-santafesina.  Argentina, fines del s. XIX a 1970. América Latina en la Historia Económica, 20(1), 199-232.

Olivera, G. (2013). Sancor: una gran empresa cooperativa. En Zubizarreta, I. y Gómez, F. (Coords.), Una historia de la lechería argentina: desde la colonia a nuestros días (pp. 174-179). Buenos Aires, Argentina: Editorial Inforcampo S.A.

Olivera, G. (2015). Cooperativas y gremios chacarero como piezas claves en la política agraria peronista. En Graciano, O. y Olivera, G. (Coords.), Agro y política en Argentina. Tomo II: El modelo agrario en cuestión, 1943-1955 (pp. 197-268). Buenos Aires, Argentina: Ciccus.

 Olivera, G. (2020, en prensa). Regulación estatal y consolidación del modelo cooperativo en la agroindustria láctea (1930-1955”). En, Olivera, G y Ascolani, A. (Comps.), Las Corporaciones en el campo argentino. Buenos Aires, Argentina: Prohistoria.

Olivera, G. (2020, en prensa). Las cooperativas agrarias en clave comparativa durante el desarrollismo: constitución de complejos agroindustriales, agroexportadores y agricultura familiar para el mercado interno (1955-1966). En Gutiérrez, T. y Ascolani, A. (Coords.), Agro y política en Argentina. Tomo III: Desarrollismo, reforma agraria y contrarrevolución (1955-1976). Buenos Aires, Argentina: Ciccus.

Posada, M. y Pucciarelli, A. (Eds.) (1977). La producción láctea argentina a través del CNA 88. Un estudio de la cuenca de abasto de Buenos Aires. En Barsky, O. y Pucciarelli, A. (Eds.), El agro pampeano. El fin de un período. Buenos Aires (pp. 585-638). Buenos Aires, Argentina: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Fuentes

Archivo de SanCor en Sunchales.

Revista SanCor, ejemplares 1940 a 2006.

SanCor Cooperativas Limitadas (1988). Origen y nacimiento de SanCor.

SanCor Cooperativas Limitadas (1988). Memorias y Balances, ejemplares 1940-2006.

Material inédito como: “Los primeros”, s/fecha, “Orígenes”, s/fecha, etc.

Entrevistas a dirigentes y otros asociados de SanCor.


  1. Recibido: mayo de 2020.
  2. Profesora, Licenciada y Doctora en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Filosofikal Kandidat examen en Ciencias Sociales con énfasis en Historia Económica Universidad Uppsala (Suecia). Profesora concursada en la Escuela de Historia de la UNC. Contacto: olivera14g@gmail.com.


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